— No puedes dejarme... ¿Porque te vas?

No me responde solo lo veo correr lo más lejos posible de mi.

— No me dejes....

Mis lágrimas están empapando mis mejillas,.
El que creía que era mi gran amor acaba de marcharase luego de saber que soy una bruja.
Me siento devastada y destrozada...
Pensé que me seguiría amando sin importar que...

Hace unos días escuché una conversación entre el y su amigo, ellos hablaban de mi.

Mi Johan les decía que me amaba, que sus padres no serían impedimento para estar conmigo.

Tambien reconoció ser un cazador de brujas, su linaje es ese.

Al principio me asusté, pero escucharlo decir que me ama me tranquilizó en demasia.

Por unos momentos pensé que lo mejor era decirle lo que soy, igualmente aún soy de nivel bajo. No presentaba amenaza para nadie.

Se suponía que nuestro amor era más fuerte que todo esto, que toda esta vida.

Me levanté del piso para irme hacia mi casa, necesitaba estar sola y sentirme segura.

Algo en la actitud de Johan me hizo sentir vulnerable.

Cómo si me sintiera pequeñita.

Comenzaron a sentirse golpes desde mi jardín.

Piedras estrellándose en mis ventanas y gritos de personas exigiendo que me hiciera presente.

Salí del lugar, no tenía nada más que perder y tampoco imaginé el destino que me esperaba fuera de mi hogar.

Lo primero que ví fue un grupo de personas rodearme, tenían malditas antorchas.

Así como en los cuentos, irreal, pero me estaba pasando a mi.

—¡Moriras en la hoguera bruja!

— No se de qué hablan, no ... No soy una bruja...

— Mi hijo Johan ya nos informó, el nos dijo dónde encontrarte.

¿El fue capaz de condenarme?

Juró protegerme y solo me envió directo a la muerte.

Pensé en no creer en las palabras de los tipos, pero lo ví ahí. Frente a mi.
Sus ojos estaban vacíos, me miraba sin una pisca de cariño o preocupación.

El Johan del que me enamoré, se había esfumado dejando solo al maldito cazador que corría por sus venas.

No tenía por que pelear, no había una razón para luchar por mi vida, solo deje que terminaran con esto lo más rápido posible.

Estuve funcionando en modo automático, mis ojos no se despegaron de el que decía amarme en ningún momento.

Sentí el fuego caliente extenderse desde mis pies y yo solo me deje morir.

Me habían arrancado el corazón y solo quedó un cascarón vacío.

—¡Tae maldita sea despierta!

Sentí que una pequeña y regordeta mano me abofeteo.

Estaba claro que se trataba de Jimin.

— Quita tus manos de bebé, y ya no me golpees, me dolió.

—Estabas teniendo una pesadilla, lo noté por la forma en que te retorcias, parecía como si te hicieran un exorcismo.
Te grabé, me servirá de chantaje más tarde.

— Debes dejar de grabarme en mis peores momentos, hay muchos videos míos en situaciones muy desfavorables.

— ¡Vamos! La vez que te persiguió ese mapache fue muy divertido.
Es más divertido saber que puedes haber usado magia para apartarlo, pero te bloqueaste.

—Siempre que estoy nervioso me pasa, no logro concentrarme.
Prefiero no hablar eso por favor.

— Ok sin problemas, ¿Tienes planes para hoy?

—Si. Tengo que ir a ver a mis hyungs, mis poderes ya aumentaron con el hechizo que hice y debo aprender a controlarlos.
Necesito saber cómo usarlos a mi antojo.

— ¿Puedo ir contigo?

— Claro que si, no quería manejar y tú eres un experto conductor.

—Pero tú camioneta es muy alta.

— Pues maneja de pie...

El castaño no pudo esquivar la almohada que acaba de caer en su rostro.

Su pequeño amigo está enojado y más que miedo le da ternura.

— ¡Está bien!... Yo conduzco, pero te vas en la silla para niños, no quiero una multa.

— Me pierdes Tae, pero te amo y dejare que te burles de mi estatura, tengo videos tuyos de los que puedo burlarme más.

Ambos se sonrieron.

Siempre bromeaban así pero sabían que se adoraban, eran mejores amigos, como hermanos.

— Bueno vámonos, si no el narrador no sé callara nunca....

Ignorando la falta de respeto de mis portagonistas, sigo con el relato.

Ambos amigos salieron del departamento y se subieron al auto del castaño para tomar rumbo hacia la mansión de los Kim.

Observaron sus ropas y descubrieron que parecían mendigos fuera de esa casa.

—Tae, no me dijiste... Podría habernos arreglado glamorosos... Ahora paresco la María del barrio mira, mi pelo es un desastre y vine con pantuflas.
Pensé que como son amigos sería normal.

— Mírame Jimin, ni yo que lo sabía quise tomarme molestias.
Vamos amigo, la cabeza en alto y no toques nada, no hay dinero para pagar alguna cosa de aquí.

Cupido río por los dichos de su amigo, igual por si acaso no se acercaría a nada que se viera muy costoso.

Jin fue quien les abrió las puertas de su casa, pero al mismo tiempo llego su novio, el dios de la destrucción ¿Recuerdan?

— Jini amor, deja de socializar con los mendigos... Dile a la cocinera que les de sobras.

— ¡Nam! No seas así, son nuestros invitados.

— Y gracias por preocuparte por nosotros, pero no quiero quitarte tus sobras, se que te gusta salir a media noche a raspar la olla. No soy tan inconsciente— dijo Tae.

— !Oh! Era la niña con pene.
Bienvenida a mi casa ex niñita.

—Tan lindo siempre... ¿Pero no te da vergüenza reconocer que hasta una niña haya conseguido tener uno?
Años de hechizos y aún no tienes tu aparato.
Ayudándote a sentir querido amigo.

Jimin veía divertido la escena.

Sabía que estos dos tenían un trato muy peculiar, solían molestarse siempre y sus bromas eras pesadas, pero también sabía que si uno necesitaba al otro, siempre estarian para apoyarse.

—Solo entren chicos e ignoren a Nam.
Hoy amaneció molesto porque anoche no comió.

—Es importante alimentarse hyung, no puede estar saltándose comidas—dijo Jimin.

— Viste Jinnie, no puedes dejarme sin comer.
Enfermare y luego explotare.

—Jimin, Mimi bello... Cariñito, mejor ignora a este idiota, está hablando de sus puercadas.

La boca del chico formo una pequeña "O".

A pesar de haber vivido tantos años y tantas vidas, seguía siendo un ser muy inocente en algunos aspectos.

Decia cosas en doble sentido que para el sonaban correctas, no le veía segundas intenciones.

Cómo lo de la cucharita ¿Recuerdan?

—!Narrador! Nuestros lectores son brillantes, ¿Si no como explicas que nos lean?, Claro que recuerdan cada detalle...
Prosigue.

Bueno... Luego que nuestro prota nos interrumpiera.....

Cupido era un ser puro, sin maldad.

El Jimin de la actualidad había logrado camuflar muy bien la verdadera personalidad.

Pero lo cierto es que una vez desbloquearon sus recuerdos, todo volvió a la normalidad.

Volvio a ser el completamente.

—Bueno prefiero no opinar más...- dijo

—Olvidando lo que acaban de decir, me gustaría hablar algo más importante, Jin, necesito que me ayudes a controlar mis poderes.
Hice un hechizo muy complejo y temo que se descontrolen.

—Ven cariño, siéntense.
Necesito que me cuentes con detalle todo.

El castaño relato cada suceso de lo ocurrido ese día dónde pudo sacar el hechizo que portaba Jimin, y que junto con eso se liberó del que le habían puesto a él mismo.

—Wow, pero eso es increíble.
Es muy difícil desactivar un conjuro que haya hecho otro brujo. Sobre todo uno poderoso. Lo cual me imagino que así fue ya que duro por años.

—Lo se. Está vez no tengo miedo Jin... Pero quisiera poder controlarlo a mi antojo. Que pueda usarlos cuando lo vea necesario y que no se descontrolen de la nada.

— Lo haremos, paso a paso. Lograr-

Un fuerte estruendo se escuchó en la casa, los chicos quedaron alerta, pero el dueño de casa sabía perfectamente a que se debía.

—¡Namjoon! ¡¿Que rompiste está vez?!

— Solo intenté abrir la puerta de la despensa... Cada vez hacen las cosas de peor calidad.

— Cariño, Nami...
Ayer tocaste el espejo del baño y de la nada explotó en miles de pedacitos.
Creo que eres muy peligroso- dijo Jin.

Jimin y Tae reían disimuladamente, les causaba gracia que el mayor fuera un desastre y que Jin lo quisiera tanto.

Eran una pareja bastante divertida a vista de los demás.

— Tae, cariño... Iremos al jardín.
Haremos trucos básicos.

—Jinnie, no ocuparé poderes aquí.
Ellos vienen cuando lo hago y no los pondré en peligro.

—¿Quienes son ellos?

—No lo sé aún.
Me imagino que son del consejo. Desaparecen, se desintegran ante tus ojos.
Eso no lo puede hace cualquiera, solo un ser superior.

— Necesitamos refuerzos entonces...

Vieron a Jin sacar su teléfono, un iPhone...que los hizo sentirse más pobres de lo que son.

Envío un mensaje a alguna persona y luego guardo su móvil.

— Listo, esperaremos un momento. Vendrán a ayudarnos.
Bueno... ¿Entonces pequeño cupido recuerda todo?

— ¡Si hyung! Estoy feliz...

—¿Recordaste a tu amor gatuno?

—Si, a él también.—dijo con voz de enamorado.

— Gracias dios, me encanta el Yoonmin.

— Amén Jinnie — dijo Tae.

El anfitrión les sirvió unos cafés en unas pequeñas tazas, las cuales Nam tenía prohibido tocar.

Para el habían unas de aluminio, que estaban bastante torcidas.

Estaban a punto de preguntar porque, cuando a Nam se le cayó su taza de aluminio de sus manos.

— Ahhh —dijeron al unisono.

El timbre del lugar sonó, dando aviso que nuevos invitados habían llegado a la mansión.

Se trataba de Yoongi y Jungkook.

Jimin saltó de felicidad al ver llegar a su complemento.

Tae solo observaba dudoso al pelíazul.

— ¿Ellos son los refuerzos?

—Si Tae... Son nuestros amigos. Nos ayudarán.

—¿No podemos solo poner a Nam a mi cuidado?

— ¿A qué te refieres Tae?

—Mi hyung no tendría ni que tocarlos, con solo soplar a su lado les rompería el cuello.

— ¿Estás chistoso niñita?

-/— ¡Deja de llamarme así! Tu maldito deseo lo hizo. Deberías ser más respetuoso, puedo opinar de ambas perspectivas y si me preguntas, tengo algo bastante interesante que cuando era niña no tenía....

— ¡Tae! Silencio. Tambien lo tenemos, se que es novedad para ti pero no queremos detalles- dijo Jin.

— A bueno, yo solo les contaba.

Tae tomó asiento en el sillón un momento, necesitaba relajarse, no quería arruinar nada y terminar lastimando a alguno de sus amigos.

— Calma Tae...

Por alguna extraña razón, escuchar la voz del pelíazul con sus ojos cerrados hacia que su nerviosismo disminuya.

—Hazlo otra vez...

—¿Que cosa?

—Dame calma...

El pelíazul entendió a lo que se refiere, solo que Tae no lo reconocía como realmente era.

Como no sabía que el era su complemento, no entendía que el con la más mínima palabra podía mejorar su estado de animo y hasta hacer que su poder se incremente.

Es algo que almas gemelas pueden hacer.

Como una especie de don que incrementa el poder de cada acción que se realice.

Se atrevió a tomar la mano del castaño, el cual tembló levemente ante su toque, pero no se apartó, lo estaba recibiendo gustoso.
Aún sin abrir sus ojos.

Los presentes miraban enternecidos lo qué ocurría, si Tae tan solo supiera de quién se trataba, todo sería más fácil.

Aunque también estaba el hecho de que el chico lo condenó a la hoguera... Al menos eso es lo que el brujo cree.

— Respira Tae, estaré aquí. Te protegeré mientras usas tu poder.
Sabrás controlarlo y lo usarás a tu antojo.

Taehyung sintió como su cuerpo se llenaba de energía, estaba como en transe, acercándose poco a poco hacia el rostro del pelíazul.

Su cuerpo se movía por si solo, y el no estaba poniendo resistencia.

Jungkook se moría por besarlo, pero no así.

No cuando su complemento estaba bajo el adormecimiento de la conección.

Lo quería conciente cuando eso pasara y que fuese por su propia voluntad, no por instinto.

Por lo mismo dió unos golpecitos suaves en el hombro del chico.

— Tae, abre tus ojos, todo está bien.

Cuando el nombrado lo hizo, se encontró demasiado cerca del cazador.

Su mente se llenó de pensamientos, de sueños y de anhelos para con quién tenía frente a el.

Se sintió con unas ganas enormes de besarlo, de abrazarlo y sentirse cerca de ese ser hermoso, que al fin sus ojos estaban viendo tal cual es.

Era el hombre más bello que había visto, y su mente solo podía pensar en devorarlo.

— ¡Malditas hormonas!

Dijo alejándose rápidamente.

Todos en el lugar comenzaron a reír.
Sabían que tarde o temprano a Tae le sería casi imposible estar lejos de Jungkook, y poder controlarse al querer reclamarlo.

Mientras edito está historia, puedo darme cuenta porque es una d emis favoritas, ame escribirla.

Gracias por leerla.

🌸 DankimTh 🌸