Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝕍 𝔼 𝕀 ℕ 𝕋 𝕀 𝕌 ℕ 𝕆

ARUMI

Los finales eran desastrosos y dolorosos. En el mundo real no había un 'felices para siempre'. Las heridas marcadas de un recorrido que llegó a su final podían ser más dolorosas que cualquier otra cosa.

El dolor agonizante en el pecho, lo rápido que palpitaba el corazón como cuando acabas de terminar una carrera, era justo lo que sentía. Terminé una carrera y ahora me dolía el corazón. Las lágrimas no eran suficiente para expresar la manera en la que me sentía.

'Suerte con Namjoon'  esas palabras eran como espinas atoradas en mi pecho. ¿Por qué me dolía tanto? Jungkook y yo no éramos una pareja, no eramos algo que sería para siempre. Nuestros caminos se entrelazaron temporalmente y habíamos llegado a nuestro final. El horrendo y doloroso final.

'Pudimos tenerlo todo' había una voz traicionera en mi cabeza que me repetía erróneamente que debí creerle y no ocasionar todo esto, porque en parte era mi culpa. Fui culpable por caer en sus brazos y creer una mentira que no había sido dicha.

No había nada más para hacer por nosotros. Él solo será un poema que alguna vez leí a medias y juntos nos convertiremos en una mancha en alguna parte de la vida.

— Tu mamá me dijo que estabas aquí — Yeeun entró a mi habitación, sonriendo como de costumbre — Traje chocolate.

— Él chocolate tiene muchas calorías y provoca granos — le respondí, envuelta en mis sábanas — Debiste traer helado.

— Él chocolate es bueno para las rupturas amorosas. Y sí traje helado.

— Yo no tuve una ruptura...

— Puedes mentirte tu y mentirle a él — se sentó a un lado de mi cama y se quitó los zapatos para subir los pies — A ti te gusta el mecánico sexy...

— No. Solamente me hacía sentir cómoda... — suspiré — A mi me gusta Namjoon, ¿Recuerdas?

— Agh. Estoy cansada de escuchar la misma estupidez siempre — me senté en la cama y empecé a revisar la bolsa que había traído — En todas estas semanas no has pensado ni un poco en él.

— Estaba con Jungkook para atraer a Namjoon a mi — le dije. Saqué el bote de helados. Menta con chocolate, mi favorito.

— ¿Y cómo me explicas el hecho de que terminaste durmiendo con él? No había necesidad de tener sexo si solo querías llamar la atención de Namjoon.

— Bueno... eso fue un accidente.

— ¿ibas corriendo y de repente te caíste en su poll... pene? — preguntó sarcástica.

— No seas gansa. El no se sentía atraído por mi, lo hizo para consolarme después de que viera a Namjoon con su nueva novia.

— De no haberse sentido atraído ni siquiera se habría acercado... Piensa un poco, Arumi.

— Ya lo he pensado. Se acabó. Punto — mientras comía el helado trataba de que las lágrimas no se precipitaran — Volveré al camino correcto.

— ¿A cuál? ¿Humillarte a Namjoon es lo correcto? Mi jefe es un idiota que no sabe lo que quiere. No te merece...

— Puede cambiar...

— ¡Por Dios, Arumi! Tiene veintiocho años, los cambios que tenía que hacer en su vida ya los hizo a estas alturas — Yeeun parecía cansada — Es un imbécil.

— Es tu jefe... — le recordé.

— Ya no más — dejé de comer mi helado — Renuncié la semana pasada.

— ¿Por qué no me habías dicho?

— Porque estabas ocupada llorando por el hombre que no es nada para ti — rodó los ojos y me arrebató el bote del helado.

— No lloraba por él... — mentí — lloraba porque me bajó la regla.

— Admite de una vez que te gusta. Es imposible de creer que un hombre como Jeon Jungkook no te provoque ni un poco.

Rodé los ojos cansada de lo mismo, cansada de escuchar su estupidez. Jungkook no me gustaba... él solo había sido algo temporal y ahora todo debía de regresar a la normalidad.

— Admitelo. No me iré de aquí hasta que lo hagas.

— No.

— ¿Te gusta?

— No.

— ¿Segura?

— Sí.

— Mentirosa...

— ¡Joder está bien! ¡Sí me gusta! — grité cansada de escuchar su voz, clarando de una vez mi mente — Joder, sí me gusta...

Yeeun sonreía. Yo sentía que mi pecho se estaba contrayendo y que todo lo que antes sentí, el dolor de haber terminado, ahora que ya había dicho lo que tenia en el pecho me daba cuenta que me gustaba y que por eso me dolía.

— ¿Lo ves? No era tan difícil, linda.

— Estoy confundida — enterré mi cabeza en mis manos, sintiendo que todo mi mundo se detenía — ¿Y si confundí el sexo con amor?

— Nadie ha hablado de amor. En todo caso, puedes descubrirlo por ti misma si te atreves a dar el paso.

— Jungkook me odia, no quiere verme — le dije, trayendo a memoria la manera tan horrible en la que nos despedimos.

— Eres una mujer. Usa tus encantos... — se fijo en el fino reloj que traía en su muñeca — Tengo que irme — dijo poniéndose de pie — Es fin de semana, deberías salir por ahí.

— No quiero... — me acomodé una vez más en mi cama.

— Eres imposible... — se puso sus zapatos y salió de mi habitación.

Sabía que no había nada que hacer, cometí un error en enamorarme de Jungkook. Acabamos de una manera catastrófica y dudaba mucho que unas simples palabras armaran de nuevo lo que sea que hayamos tenido. ¿Fue amor o atracción? Nunca iba a saberlo.

Dos nombres hacían peso en mi cabeza. Jungkook o Namjoon. No podía definir los, ambos me gustaban y sabía muy bien que estaba mal. Namjoon era mi amor desde la adolescencia y Jungkook... Jungkook fue un huracán.

No tenía ánimos de hacer nada y no pensé en levantarme de la cama hasta la hora de la comida. Quería dormir y dejar que lo que sea que estaba pasando conmigo se solucionará por cuenta propia. No quería seguir pensando en Jungkook. No iba a ir detrás de él.

El plan adecuado era seguir tras Namjoon. Jungkook no tenía que volver a aparecer en mis pensamientos, habíamos acabado y aunque me dolía la manera tan cruel en la que lo juzgue y sabía muy bien que debía disculparme, estaba dispuesta a seguir adelante y olvidar todo.

•••

Aunque no tenía ánimos de salir, acepté la idea de Yeeun y decidí hacer lo que siempre hacia cada vez que miraba a Namjoon con alguien más. Ir de fiesta. Aunque esta vez no lo hacía por Namjoon el sentimiento era el mismo.

Con mi vestido negro más corto y revelador, unas sandalias de diez centímetros y un bolso de mano, entré a una de las discos más populares de Seúl, donde el pase era exclusivamente solo para personas poderosas. Yo no tenía tarjeta propia de entrada pero decidí robar la de papá, como muchas otra veces.

El lugar estaba repleto. Todos los que estaban aquí eran de la alta sociedad. Millonarios o hijos de millonarios, alguno que otro casado y con hijos pero con necesidades de ser infiel, y luego estaba yo.

Mientras me movía en medio del bullicio de gente un borracho tropezó conmigo y me echó su bebida encima. Todo mi vestido estaba mojado y por mi escote escurría liquito malditamente helado.

— ¡Agh! ¿No te has fijado? — grité enojada. Le di una mirada de muerte al hombre que estaba de pie frente a mi, apenas estable producto de la borrachera.

— Lo...si-en-toooo — me dijo en voz alta, apenas entendible por lo borracho que estaba.

Se alejó de mi. Rodé lo ojos y de muy mal humor fui en busca de los baños. Mientras más caminaba, más personas estaban tropezando conmigo, dándome cuenta que fue una mala idea venir. Me apresuré para llegar a la segunda planta, donde estaban los baños y cuando estaba por llegar al pasillo, una risa baja que conocía muy bien sonó a mis espaldas.

Lentamente me di la vuelta y lo miré. Jungkook estaba sentado en uno de los sillones esquineros con una chica sentada en sus piernas. Él tenía su mano sobre el trasero de la chica y ella estaba desabotonando su camisa.

Sentí que mi estómago se revolvía y quise salir corriendo pero mis pies parecían anclados al piso. Por unos largos segundos lo estuve viendo, hasta que sus ojos, oscuros y brillantes al mismo tiempo, se conectaron con los míos y sonrió, pero no de manera gentil, se estaba burlando. Sin dejar de verme se inclinó al oído de su acompañante y le dijo algo en el oído, ella asintió y se puso de pie, él lo hizo después.

Ambos empezaron a caminar tomados de la mano. Jungkook llevaba una cerveza en su mano y cuando pasó por mi lado la puso en la mesa que estaba muy cerca de mi cuerpo, me dio una mirada y volvió a sonreír. Se alejó de mi con esa chica y yo sabía a lo que iban.

Ahogue un grito de dolor y me limpié la única lágrima que venía rodando en mi mejía. Me dije a mi misma que ya había sido suficiente tiempo en ese lugar y que necesitaba largarme. Olvidé mi idea principal de ir al baño y empecé a bajar las escaleras.

Cuando ya estaba a mitad del camina, sentí la furia pasando por mis venas y regresé en busca de Jungkook. Empecé a caminar rápido y fui en la dirección en donde ellos dos habían ido. Llegué a un pasillo de color rojo y de una de sus puertas se escuchaban gemidos. Reprimiendo mis ganas de llorar abrí la puerta y estaba Jungkook, con los pantalones a medio muslo y con la chica sobre él.

— Pensé que eran los baños — les dije cuando ambos me miraron. Mis ojos nunca se apartaron del rostro de Jungkook.

Sus ojos estaban vacíos, nunca antes fueron así. Me miró de pies a cabeza y se subió los pantalones. Apartó a la mujer de pelo castaño y salió rápido de la habitación.

— Acabas de arruinarme una gran noche, zorra — me dijo la mujer que intentaba acomodarse la falda.

La ignoré y fui tras Jungkook. Estaba en la esquina del pasillo, con sus manos metidas en sus bolsillos.

— Lamento haberte arruinado la noche, Jeon — le dije cuando me acerqué a él.

— Son las once — dijo sonriendo — Aún no acaba — se acercó a mi y cuando estaba demasiado cerca movió su boca a mi oído — ¿Acaso para ti lo ha hecho?

Se alejó de mi y me dejó de pie, con un dolor agudo en el pecho.

Definitivamente él no tenia que lidiar con sus erráticos y tontos sentimientos. Si había superado a alguien con quien estuvo a punto de casarse, podía moverse de mi incluso más rápido. Como un parpadeo él había dejado todo atrás, y me jodia bastante. Tenía un gusto amargo en la boca y sabía bien a qué se debía.

Es hora de buscar compañía.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro