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ARUMI
- Arumi, si vienes aquí llorando me voy a preocupar de más - me dijo Yeeun aun conmigo entre sus brazos - Necesito saber qué es lo que te pasa.
- Odio a mi familia - le dije entre lágrimas - Desearía no ser parte de ellos.
- Para empezar, odias solo a tus padres. Jimin no es como ellos - me dijo, sobando mi espalda.
Ambas estábamos sentadas en uno de los sillones de su sala de estar. Ella me consolaba y oía cada cosa de la que estaba quejándome.
- Hoy me di cuenta de muchas cosas - hablé bajo.
- Que descubras que tus padres son un asco no es la gran cosa - me dijo - Ya te lo había dicho yo. Lo descubrí después de ver la manera tan grosera en la que echaron a mi madre de su casa.
Conocí a Yeeun gracias a eso. Su mamá trabajaba para mis padres cuidando el gigantesco jardín de mi madre. Llegaron a casa cuando yo apenas era una niña. El papá de Yeeun las dejó cuando ella era bebé entonces la madre tuvo que hacer el trabajo. Recuerdo que Yeeun era una niña de ojos saltones a quien todo le asustaba, pero desde entonces empezó a ser mi amiga.
- Mi papá hizo algo para que Jimin y si esposa perdieran al bebé - le dije con dolor - También uso a Jungkook para su negocio y luego lo traicionó.
- Tu padre siempre ha sido tan bajo, Arumi - sabía que ella me entendía perfectamente - Es un milagro que tú no seas como él.
- Soy como ellos - le dije - Egoísta y grosera.
- No digas eso, si fueras como tus padres jamás te habrías acercado a mi. Jamás me hubieras visto como una amiga - mis lágrimas ya habían terminado - Sienore hs sido genial.
- ¿Cómo Lottie y Tiana? - le dije riendo. De pequeñas esa era nuestra película favorita. A pesar de que ella tenía prohibido husmear por la casa, yo siempre encontraba la manera de llevarla hasta mi habitación.
- Justo como ellas.
Ambas nos reímos y en medio de ello una vez más mi estómago se sentía revuelto y quería ir y devolver todo.
Me separé de los brazos de Yeeun de prisa y salí corriendo hasta el baño y devolví lo poco que tenia en el estomago. Todo me daba vuelta y ya había perdido la cuenta de todas las veces en la que había pasado lo mismo.
Me senté en el piso cuando terminé, Yeeun estaba en la puerta de brazos cruzados y negaba con su cabeza.
- Eso no es normal, Arumi - me dio un vaso con agua - Necesitamos ir al doctor - asentí.
- Iré mañana - tomé el vaso de agua y me puse de pie para lavar mi rostro.
- Iré contigo. Voy a llamar a mi jefe y decirle que necesito permiso.
- No puedes hacer eso Yeeun.
- Claro que puedo - de la nada se puso colorada y supe que algo estaba pasando.
- ¿Hay algo que quieras contarme?
- Talvez...
- ¿Qué hiciste, Yeeun?
- ¿Si te digo que he follado con mi jefe me considerarias una persona poco profesional? - me quedé con la boca abierta, olvidando momentáneamente todo lo que pasaba por mi cabeza.
- Necesito saberlo todo...
- Kim Seok Jin es el cielo entero, tan bueno en los negocios como en la cama...
Empecé a escuchar la manera en la que hablaba de él, olvidándome de mi por un momento y trayendo a memoria todo lo que viví con Jungkook.
Entre pláticas, risas y sonrojos por parte de Yeeun, ambas nos fuimos a la cama y abrazadas hablábamos sobre las ventajas de dormir con tu jefe. Era un alivio que al menos ella estaba bien.
•••
Yeeun me despertó a las ocho de la mañana para obligarme a ir al doctor, no quería pero tampoco tenía de otra. Tomé una dicha y usé su ropa, unos pantalones cómodos y una camisa corta, había calor así que deseché los abrigos.
Ambas salimos de su casa directo a un consultorio médico con la esperanza de que nada de lo que mostraba pasando fuera algo verdaderamente peligroso.
Tan pronto como llegamos y gracias a las gestiones de Yeeun me hicieron pasar a la consulta.
— Soy la doctora Oh, pero puedes llamarme Isa — una mujer agradable me tendió la mano mientras me acomodaba en la silla.
— Soy Park Arumi — le dije nerviosa.
— Bien, Arumi, dime porqué estás aquí — sacó un blog de notas y empezó a escribir algo.
— Bueno... tengo mareos, vómitos y estoy sensible a los olores — dejó de escribir y me miró, mordiendo su labio — talvez tengo algún tipo de bacteria estomacal.
— Mmmm, seguramente algo tienes ahí dentro, pero te aseguro que no es una bacteria — se rió y sacó una tabla — Te voy a hacer unas preguntas y necesito que seas sincera.
— Esta bien — le dije — Pregunte lo que quiera.
— ¿Eres sexualmente activa? — no me miró, mantenía su vista pegada al papel. A pesar de que la pregunta me descolocó, respondí.
— Técnicamente sí.
— ¿Tomas anticonceptivos? — anotó algo en su libreta.
— Dejé de tomarlos.
— ¿Por qué?
— Porque empecé a usar condones — asintió y escribió.
— ¿Hace cuanto dejaste de tomarlos?
— En la segunda semana de diciembre — estaba empezando a ponerme nerviosa por las preguntas.
— Dices que usas condones — asentí — ¿cabe la posibilidad de que alguna vez lo hayan olvidado?
— No... — respondí dudando.
— ¿Cuándo fue la última vez que tuviste tu periodo?
— Él diez de diciembre... — estábamos en dieciocho de Enero y aún no tenía signos o dolores premenstruales. Tenía un retraso del cual no me había percatado.
— ¿Hace cuanto fue la última vez que tuviste sexo? Y necesito saber si usaste protección.
— Fue hace tres días y sí.
— ¿Sabes qué cabe la posibilidad de que estés embarazada? — negué enérgicamente, no podía ser así.
— Hice una prueba hace unos días y salió negativa — le dije, sintiéndome aliviada.
— Suele pasar cuando la haces demasiado pronto. Te mandaré a que te realicen una prueba de sangre. Tienes un retraso.
La doctora empezó a hablar porque no fue posible saber el resultado de la prueba, o porqué no pude tenerlo correcto, pero yo me desconecté y traté de hacer memoria.
El día que rompí con Jungkook, no recuerdo que usáramos un condon y yo ya no estaba tomando las píldoras. Eso fue exactamente en la segunda primer de enero, solo un dia antes de que mi periodo se presentara. Oh.
Me llevó hasta otra sala a hacerme la prueba y todo lo que yo pedía era que un negativo apareciera una vez más.
Tuve que soportar que me pincharan para sacarme un poco de sangre.
— Tienes que esperar una hora y los resultados están listos. Hay un Starbucks en frente, regresa en una hora — asentí y dejé el consultorio.
•••
Tomando un vaso de café mis nervios crecían cada segundo que pasaba, honestamente sentí que fue la hora más larga de mi vida.
— Trata de calmarte — me dejo mi amiga — de todas formas no es la gran cosa. Si estas embarazada puedes decidir tenerlo o no.
— Incluso si no es un buen momento no puedo deshacerme de ello — respondí — No podría vivir después.
— Entonces, no hay nada porqué preocuparte — me dio una sonrisa cálida — yo voy a estar aquí. Siempre.
Asentí y le di las gracias con una sonrisa. Ella checo su reloj y me dijo que ya era tiempo de regresar a la clínica.
Caminé con mis piernas entre temblores y nervios hasta que llegué a la puerta de la doctora. Dí dos pequeños golpes y escuché un 'pase' en voz alta.
— Siéntese — me dijo tan pronto como entré — ¿quiere que lo lea yo o lo lee usted? — preguntó agitando el sobre en mi cara.
— Hágalo usted, yo no se si podría — asintió y rasgó el papel.
Empezó a leer cada línea del papel y de pronto se quedó en silencio, dejándome con el suspenso.
— Enhorabuena, es positivo — sentí que mi mundo se venía abajo y mi vientre se contrajo al igual que mi corazón — Casi tres semanas de gestación.
Las cuentas eran exactas. Era definitivo, estaba embarazada.
— ¿Está todo en orden? Quiero decir... he pasado por mucho los últimos días y no se si todo está correcto — intentando contener las lágrimas mi voz se quebró.
— Todo está en orden. Apenas está intentando ser un feto — dijo riéndose — sólo hay que esperar un poco más para hacer un ultrasonido.
— Entiendo — me dio el papel y con muchos nervios lo tomé — muchas gracias.
— Le voy a dar unas prescripciones, necesita tomar hierro y calcio. Presentara mareos matutinos y probablemente vómito. Supongo que va a seguir adelante con el embarazo, ¿verdad? — no muy segura asentí.
— No creo que tenga otra opción.
— Siempre la hay señorita Park — empezó a escribir una receta mientras yo me moría por querer llorar.
Esperé por unos minutos a que ella me diera el papel, un escrito médico y mi tarjeta de embarazada. Un horror.
•••
— Arumi, sabes que no puedes echarte a llorar justo ahora, ¿cierto? — estaba encerrada en el baño después de vomitar por tercera vez en el día.
— Tampoco quiero reírme en este momento — le dije — sabes que esto es un contratiempo.
— Entonces vamos a una clínica de abortos y listo — me dijo — así de fácil es deshacerse hoy en día de los problemas.
— No digas esas cosas... no voy a hacer eso tampoco.
— Entonces mejor, estaré feliz de ser una tía — salí del baño después de lavarme la boca — Te lo digo en serio, sabes que cuentas con mi apoyo. Se que no soy Jungkook pero para algo he de servir.
— Estoy preocupada por eso también — le dije — No sé si él quiera verme.
— Bueno, tendrá que hacerlo. Va a ser papá.
— ¿Qué pasa si lo niega?
— No pienses demás.
Entre todas las personas a mi alrededor Jungkook era el único que me preocupaba. Mis padres podían irse al demonio y era mejor ocultar esto de ellos dos, de otra manera tendría el mismo destino que el hijo de Jimin.
— Y dado que tus padres probablemente quiera asesinarte... — tenía razón — ... ven a vivir conmigo mientras tu y tu machote se arreglan.
Asentí. Era lo mejor que podía hacer. Vivir con ella sin duda me mantendría alejada de la casa de mis padres y podría mantener al bebé seguro y alejado de quienes podían quitarlo del camino, como dijo papá.
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