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𝕍 𝔼 𝕀 ℕ 𝕋 𝕀 𝕆 ℂ ℍ 𝕆

ARUMI

Que horrible era sentir que los días pasaban y que tu corazón con eso no se sanaba. En los últimos dos días me he sentido terrible, las nauseas eran peor y no podía ingerir nada porque todo lo devolvía en menos de cinco minutos.

Cada día pasaba tenía la intención de llamar a Jungkook y decirle que se iba a convertir en padre, ni siquiera esperaba que escuchara todo lo que yo tenía para decirle, solo me bastaba con que se diera cuenta que hay un "alguien" dentro de mi que tiene fibras de su ser.

Lo extrañaba, cada segundo. Yeeun me decía que estaba siendo una maldita infantil por no llamarlo y decirle lo que estaba pasando, pero no sabía con qué cara hablarle y decirle, "Hey, vas a ser padre". Era ridículo incluso si lo repetía en mi cabeza.

Aún tenía muchas cosas por pensar y a pesar de que ninguna de las cosas que se venían a mi cabeza eran verdaderamente coherentes, me parecían mucho mejor que ir en busca de Jungkook.

Entre las tantas cosas que pensaba era en talvez irme lejo de aquí, empezar una nueva vida y sola con el bebé. Mis padres eran peligrosos y Jungkook... él solo podía decir que no tenía nada que ver con esto, ni siquiera recordar que alguna vez lo habíamos hecho sin un condon.

Si le contaba mis planes a Yeeun ella probablemente pondría el grito al cielo, diría que yo estaba loca y me impediría irme, luego me llevaría con Jungkook.

— ¿Qué se supone que estás haciendo? — preguntó mi mamá entrando a mi habitación sin si quiera tocar la puerta.

— ¿No sabes tocar, madre? — reproche — Y lo que estoy haciendo es obvio. Me largo.

— ¿Crees que haces lo correcto? Ir en busca de ese hombre es muy bajo de tu parte — su tono de voz era plano con una pizca de malicia.

— Tengo veinticinco años, puedo arreglármelas sola — continué poniendo ropa en mi maleta.

— Te conozco y se que vas a volver a casa cuando te des cuenta que no has hecho lo correcto — ella confiaba mucho en sus palabras.

— Te apuesto que regresaré aquí el día del funeral de alguno de ustedes dos — Cerré mi maleta y la puse en el piso — Debía haberme ido antes, debí de haberlo hecho justo como Jimin.

Tomé mi bolso de mano y la única maleta que había hecho, y pasé de ella.

— Ah... antes de que lo olvide...— saqué de mi bolsillos las tarjetas ilimitadas que tenía y unas de débito — Dale esto a papá.

Salí de mi habitación, sintiéndome mejor al saber que no iba a estar cerca de ellos por un segundo más.

Baje con cuidado las escaleras y en la puerta de casa me esperaba Yeeun.

— Pensé que tenía que subir por ti — me dijo, ayudando con mi maleta para llevarla a su auto — ¿Estás segura de que esto es todo lo que necesitas?

Asentí y la seguí hasta su auto, esperando a que ella acomodara la maleta para poder entrar al asiento del copiloto. Mientras Yeeun tomaba su lugar yo revisé mi celular y comprobé la hora. Era tarde y tenía una cita con la doctora. La última.

— Esta es la primera vez que te veo haciendo algo de un adulto — Yeeun tomó su lugar para empezar a conducir.

— No tenía otra opción — le dije encogiendome de hombros — No confío en mi papá cerca de mí sabiendo que estoy embarazada.

— Tienes razón — tamboreo sus dedos en el volante y me dio una mirada que yo ya conocía muy bien — ¿Cuándo vas a hablar con Jungkook?

— Mañana... — dije mintiendo. Ya había tomado una decisión.

— Llevas diciéndome eso desde que descubriste que estás embarazada — tenía razón — Tienes que hacerlo ya. Además te recuerdo que ahora que has salido de ti casa no tienes el apoyo de nadie más que yo... ni siquiera tienes un trabajo.

— Yeeun, me conoces tan poco que me sorprende que seamos amigas. Jamás le habría regresado las tarjetas a papá sin antes sacar el dinero — me encogí de hombros restandole importancia — Todo va a estar bien.

— Todo estaría mejor si dejaras de ser una niña y hablaras con Jungkook — aparté mi mirada de ella y apoyé mi cabeza en el vidrio de la ventana.

— Lo llamaré esta noche — le dije para hacer que se calmara — Lo prometo.

— Esto no es algo que se pueda hablar por teléfono. Necesitas verlo a la cara — regañó — Necesita saber que va a ser padre. ¿Tienes miedo por su reacción?

— Un poco... no fue planeado, ni siquiera lo nuestro era real.

Un hijo no planeado no es menos amado que uno premeditado. Estará bien con la noticia.

No dije nada, dudaba de eso y siendo honesta era la parte que más me preocupaba. Que él negara al bebé no era un tema sencillo, de todas formas no tenía ni un solo motivo para creer que este bebé era suyo. Estaba siendo muy terca y lo sabía, pero me parecía más razonable huir.

— ¿Puedes dejarme en la clínica? — le pregunté — Solo me quedan unos minutos antes de la cita y aunque me gustaría ir a casa para darme un baño, tengo que estar a tiempo — asintió y cambió de dirección.

— ¿Quieres que te acompañe? — me preguntó gentilmente.

— No, tienes una cita con tu jefe-novio — le recordé, haciendo que ella se sonrojara — Llegaré a casa después.

— ¿Segura?

Mucho...

•••

Mientras esperaba mi turno para la cita empecé a escribirle un mensaje a Jimin. Él era la única persona de mi familia que de verdad podía apoyarme.

Yo: ¿Crees que podemos hablar?
¿Cómo sigue Tina?

No espere su respuesta pronto porque sabía que a esta hora del día el estaba ocupado.

El pasillo estaba solitario hasta que los pasos de unas botas de tacón predominaban en eco todo el pasillo. Le di una mirada a la persona que estaba caminando y me quedé helada.

— ¡Pero miren a quien tenemos aqui! — dijo burlándose — Si es mi amiga más personal y burla de todos.

La ignoré, no tenía porqué perder mi tiempo con alguien como ella.

— ¿Qué pasa? ¿Un león te ha comido la lengua? — Suri era molesta en todos los sentidos de la palabra.

— Pasa que no pierdo mi tiempo ni gasto saliva hablando con personas estúpidas — rodé mis ojos y le quité mi atención — Y dado que tu eres una de ellas, no necesito hablar contigo.

— Seguro que no lo haces. Por cierto, el otro día Jungkook y yo tuvimos una charla muy larga... por la noche — la quedé viendo fijamente, sintiendo los primeros signos de furia pero sabia que malditamente estaba mintiendo — Y me da tristeza informarte que no me habló de ti en ningún momento, ¿Estás segura que están saliendo?

— ¿Y tu estas segura de que no estas siendo la única estúpida en este lugar? Te voy a decir esto de la manera más cordial que conozco... — preparé mis próximas palabras, calmando mi furia porque no era lo correcto en este momento ni en este lugar — ¡Déjame tranquila, zorra!. Ya has hecho mucho y dudo que me interese algo que tengas por decirme, y dado que tu cara me molesta, ¡piérdete!

Coloqué mis lentes de sol una vez más y la ignoré, pero no por mucho. Sentí que su mano tomaba mi brazo y enterraba sus unas en mi piel, lastimandome.

— ¡Escúchame bien, rubia! Jungkook nunca sentirá por ti lo que sintió por mi... No eres nadie para él y yo me voy a asegurar de que no te busque nunca más porque yo estoy de vuelta — apretó más fuerte y mis intentos por separarme de ella fueron inútiles, yo no tenia fuerza, nunca hablia peleado con alguien — A mi me amó con la fuerza de mil huracanes y tu eres solo una pequeña tormenta.

— Estas malditamente casada — le dije — ¿Incluso con un marido a tus espaldas quieres ir a abrir tus piernas para otro? — me apretó aún más y me dio un pequeño empujón, llevando mi cuerpo al borde de la banca en la que estaba sentada. Tratando de soltarme me puse de pie pero aún su agarre era fuerte — Si piensas que Jungkook volverá contigo después de la loca en la que te has convertido estás muy mal. Muy mal.

— Tú no sabes eso, aun tengo poder sobre el...

— En tus sueños — intenté soltar mi brazo pero aún fue inútil — Haciendo esto solo te haces ver incluso como una loca.

— Cuando se trata de Jungkook estoy dispuesta a hacer lo que sea — me dijo enojada — Incluso si eso incluye quitarte de mi camino, no dudes ni por un segundo que lo voy a hacer.

— ¡Suéltame, perra! — forcejee y de la nada ella me soltó.

Lo hizo con tanta fuerza que mi cuerpo tambaleó hasta que me golpee en la esquina de una mesa de café que había en le pasillo. Golpee mi vientre fuertemente en la esquina de la mesa.

Voltee a verla y ella estaba divertida pero yo sentía que mi interior estaba agonizando producto de un fuerte dolor que empezaba a esparcirse por todo mi cuerpo. Sentía que me faltaba la respiración y de la nada un líquido empezó a escurrir en mis pantalones.

Me llevé mis manos al vientre y bajé la mirada observando como mis pantalones blancos se manchaban de rojo. Era sangre.

Moví mi mirada hacia ella y pareció sorprendida, así que como la rata que era empezó a caminar lejos de donde estaba. Se fue.

Mi respiración empezó a ser más pesada y el dolor se agudizaba cada segundo que pasaba.

Grité por ayuda porque sabía lo que estaba pasando, sabía que el bebé que estaba dentro de mi no iba a sobrevivir. Sentía el miedo recorrer cada espacio de mis nervios y el dolor agudo me atemorizo incluso más.

— ¡Ayuda! — grité lo más alto que pude, sosteniendo mi vientre con mis manos.

La puerta del consultorio al que debía entrar se abrió y la doctora que me había atendido unos días antes corrió hasta mi y sorprendía empezó a ayudarme.

Producto del dolor que sentía mi cuerpo se sentía mal débil y cada segundo que pasaba incluso respirar se sentía difícil. Entonces fue cuando todo se volvió negro.

•••

Casi no suelo dejar notas después de cada capítulo, pero quería decirles 'gracias' 💜

Gracias por leer esto, por comentar y por votar en la historia. A pesar de que siento que la historia es repetitiva, siento que les está gustando. 💗

Eniweis, ya vamos casi terminando, falta solo un cachito y listo.

-M

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