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ARUMI

Me sentía terrible, en todas las formas posibles. Me dolía el pecho y seguía teniendo nauseas.

No había contestado ni una sola llamada de Jungkook, aun no había decido que hacer con respecto a nosotros. A pesar de que Yeeun me decía que necesitaba hablar con él y que tenía que dejar de actuar como una niña, no podía. Mis dudas y mis inseguridades estaban más fuerte ahora.

Las cosas con mis padres seguían igual, no hablábamos si no era necesario y el único apoyo familiar que tenía era el de Jimin.

Decidí salir a caminar por los jardines de mi casa, talvez y con un poco de suerte mirar la naturaleza apaciguaba mis dolencias. Salí al patio frontal y solo habían pasado unos segundos cuando alguien estaba haciéndome compañía.

— Arumi — era la única persona a la que no quería ver.

— Namjoon — saludé sin apartar mis ojos de las plantas que apenas parecían estar floreciendo — ¿Qué te trae por aquí?

— He oído rumores...

— ¿Cuáles? — empecé a tocar las hojas de las plantas, de manera suave.

— Que tristemente te hiciste de oídos sordos y no terminaste con Jungkook... ah, y la más importante. Suri está aquí — escuchar el nombre de esa mujer me hizo sentir más irritada — ¿Qué piensas de ello?

— Nada. Me da igual — me puse de pie y reajuste mi bata de dormir — ¿Por qué?

— Nada en especial — me dijo — ¿De verdad has podido olvidarme?

— No me fastidies con eso, no estoy en mi mejor momento ahora — advertí.

— No me importa — se acercó a mi y me tomó por la cintura — Voy a comprobar si eres lo que dices.

Sin darme tiempo de esquivarlo, sus labios tomaron los míos y la repulsión que sentía por él fue más fuerte. El beso me sabía horrible y aunque quería apartarme él tenía más fuerza que yo. Definitivamente había mucha diferencia entre él y Jungkook. Este beso me daba repulsión y aunque soñé muchas veces con eso, ahora quería que se detuviera.

Haciendo uso de todas mis fuerzas me separé de él y después le di una abofetada sonora, incluso mi mano dolió.

— ¡No vuelvas a hacer eso nunca! ¡¿entiendes?! — le grité enojada.

No dijo nada. Se fue enojado hasta meterse a su auto, empezando a conducir muy rápido.

Me quedé aún con la sangre caliente y me sentía mareada. Confundida.

Antes, mucho antes de conocer a Jungkook, probablemente habría reaccionado diferente, habría sido más efusiva y entusiasta con respecto a esto, talvez ne habría desnudado aquí mismo como tantas veces lo desee.

Ahora lo rechazaba. No quería que sus manos me tocaran y tampoco quería besar sus labios. Quería a Jungkook. Las manos de Jeon sí traspasaban corrientes a mi cuerpo y sus labios me dejaban deseando más cada vez que él me besaba. No sabía si sentirme feliz por haber superado a Namjoon o triste por descubrir la clase de sentimientos que tenía por Jungkook.

Como lo había estado haciendo los últimos dos días, regresé a la casa, dispuesta a tomar una siesta y talvez intentar sentirme mejor. Estaba mareada y todo me daba repulsión últimamente, incluso la comida.

Entré a mi casa, y mi papá estaba sentado en una de las bancas del recibidor, con un periódico en sus manos y un puro en la boca.

— ¿Qué hacías con Namjoon? — preguntó con la voz tajante.

— Seguramente lo has visto — intenté pasar de él porque prefería evitarlo. Mi papá fue más rápido y me tomó del brazo, impidiendo que siguiera — Déjame ir papá.

— Creo que ver al mecánico te afectó más de lo que tú esperabas. Incluso te has vuelto más insolente — espetó con voz fuerte — Incluso si tienes veinticinco años sigo siendo tu padre y estas bajo mi techo, por tanto, respetame.

— Es increíble que hables de respeto cuando lo único que tu has hecho toda mi vida es lo contrario — lo enfrenté — Incluso quieres decidir con quien salgo o no.

— ¡Por Dios! Tu relación con ese mecánico estaba destinada al fracaso. Tu no eres una mujer de bajo mantenimiento y dudo mucho que él con su sueldo de mecánico pueda solventar todo lo que quieres — sus palabras fueron duras, crueles y en parte reales.

No era por Jungkook, era por la manera tan nefasta en la que yo había sido criada.

— Incluso él tenía una esperanza — siguió. Sonriendo mientras cada palabra de su boca salía — Cuando te dije que te olvidaras de él ni siquiera dudaste en hacerlo, pero él — se rió — prefirió romper el acuerdo conmigo a dejarte a ti — todo a mi alrededor empezó a dar vueltas.

— ¿Entonces era eso lo que hacías en su casa? — asintió con facilidad —¿Cómo te atreviste?

— ¿Cómo te atreviste tú a hacerle eso a la familia? Los Parks estamos llenos de personas influyentes. Nosotros dominamos Seúl — me soltó el brazo, dejando la marca de sus dedos en mi piel — A pesar de que la asociación con Jeon era muy boyante y le daba más estrellas a mi empresa, no podía conformarme solo con el cobre, necesitaba oro.

— Jugaste sucio... — le dije, entendiendo sus palabras.

— Lo autos de tu amante eran muy buenos, únicos en realidad, pero me ofrecieron algo mejor — empezó a sobar su barba con descaro y orgulloso de haber jugado sucio — Im Jeong In me ofreció un mejor trato. Él no iba a darme solo el treinta por ciento de las ganancias a como Jeon.

— Traidor — le dije con asco — tantaste el mercado con los autos de Jungkook y después lo hiciste a un lado cuando viste el potencial que tenia — comprendí todo — Por eso no dijiste nada en la presentación de los autos, cuando nos viste a ambos juntos.

— Exacto, tú mantenias a mi carnada contenta y yo llamaba clientes — mi papá era despreciable — Creo que por una vez en tu vida me has sido eficiente.

— Eres un asco — escupí las palabras con odio — Usaste el hecho de que debía de terminar conmigo como excusa para sacarlo del juego.

— La vida es así — me dijo orgulloso — Quien tiene el dinero, tiene el poder.

— Antes solo Jimin te odiaba, ahora yo también lo hago — le dije, sintiendo que mis ojos picaban — Por eso él se alejó de casa.

— Va a volver — apretó los dientes con enojo — Cuando deje a esa pueblerina lo hará.

— Lo dudo mucho. Ni siquiera sabes que ibas a ser abuelo. Jimin no te lo dijo porque ya no te considera familia.

— Tu y tu hermano piensan que yo no sé lo que hacen cuando la realidad es otra. Ya sabía que iba a tener un nieto, por eso justamente lo impedí.

— ¿Qué hiciste?

— Nada, los accidentes pasan y tu cuñada es muy tonta. No iba a dejar que Jimin tenga un hijo con la hija de un carnicero — oficialmente lo despreciaba — Eso va para ti también. Voy a quitar de mi camino a quien sea necesario.

No dije nada. Comprendiendo que todos estos años había vivido con un monstruo. Empezó a caminar por el pasillo, con las manos en la espalda y a paso muy seguro.


— ¡Ah! Antes que se me olvide, el señor Im y su esposa vendrán a comer hoy. Ponte algo presentable — se fue caminando hasta perderse en la esquina del pasillo.

Fui a mi habitación y le puse seguro a mi puerta. Me sentía mal, por muchas razones.

La primera, mi papá usó a Jungkook para si negocio y seguramente le dijo lo mismo que me había dicho a mi con respecto a nuestra relación y dado que terminé con él esa misma noche puede que piense de mi todo lo que piensa mi papá. Segundo y la más dolorosa, hizo algo para que mi cuñada perdiera al bebé.

Y la tercera... no sabía porqué pero aún tenía ganas de vomitar. Corrí hasta el baño y sin preocuparme por cerrar la puerta me incliné en la taza del inodoro y vomité todo lo que comí en el desayuno. Me sentía terrible y estaba preocupada por estar enferma probablemente. Necesitaba a un doctor.

Cuando terminé de vomitar me quedé aún en el piso, tratando de esperar hasta que el mareo y temblor de mi cuerpo pasara.

•••

A las seis de la tarde mi papá me hizo bajar al comedor. Ya podía escuchar a una voces que provenían de el área del comedor y también habían algunas risas.

Sin ánimos de querer aparentar que todo en mi familia estaba bien, principalmente porque yo no lo estaba, bajé tratando de ensayar mi mejor sonrisa, esa que siempre he puesto cuando me obligan a hacer algo que no quiero.

Ataviada en un vestido de mangas de color azul y unos zapatos planos, llegué al comedor y mi cara casi se cae a pedazos al ver quién estaba sentada en la mesa sonriendo como loca.

— Ya te habías tardado cariño — dijo mi mamá, llamándome con la mirada para que tomara lugar al lado de ella — Nuestros invitados están esperando, Arumi.

No dije nada, solo caminé hasta mi lugar y me senté, tenía mi mirada fija en la cara de Suri porque trataba de entender qué era exactamente lo que estaba pasando.

Mi papá hizo las presentaciones innecesarias y la muy zorra intentó ser amable y cuando trató darme su mano como saludo, fingí que mi servilleta cayó al suelo y puede evitarla. El otro tipo, el tal Jeong In no me daba buena espina sobre todo por la manera tan cínica en la que me miraba, sobre todo cuando se mencionó el nombre de Jungkook.

La cara del tipo cayó cuando se mencionó a Jungkook, evidentemente también lo detestaba y quería hundirlo, por eso parecía aún más entusiasmado con la idea de seguir en el negocio con papá.

Se me hacía muy bajo el hecho de que mi papá usara a Jungkook como puente para tantear el mercado, eso fue bajo, sobre todo la parte en la que llamaba a la persona que dormía con su prometida.

— Mi hija en realidad no está muy interesada en el negocio — dijo mi padre, tratando de parecer simpático — No sabe hacer nada.

— Es una bella dama, seguro encontrará el brazo perfecto en el que ir colgada — respondió Jeong In — ¿Cierto cariño?

— Oh, sí. Me enteré de que sale con el señor Jeon, ¿me equivoco? — Suri se atrevió a mencionarlo a pesar de que sabía que ella tuvo historia con él.

— Eso ya es historia pasada — respondió mi madre con asco, negándome la oportunidad de decir que sí estábamos saliendo — No podemos caer tan bajo.

— Sí, una dama fina tiene que estar con alguien del mismo nivel — respondió Suri.

— ¿Por eso lo dejaste en el altar? — no me creía capaz de soportar esta mierda por un segundo más — Y supongo que por eso empezaste a dormir con este — su cara se volvió roja y la de Jeong In estaba cubierta de enojo — ¿Sabe tu esposo que fuiste a su casa a buscarlo?

— ¿Qué hiciste, Suri? — mi papá y mi mamá se mantenían en silencio, mientras el esposo de Suri la miraba con furia.

— ¡Ella miente! Jamás iría a buscar a alguien me abusó.

— ¿Sigues con eso? Se demostró que era falso. Ahora, si yo fuera tú me aseguraría de mantenerme alejada de él, ya que en evidencia te odia.

Eso despertó su furia y tomó su copa para tirarla sobre mi cara.

— ¡¿Crees que te quiere a ti?! ¡te dejará!

— Ya lo veremos — me puse de pie y dejé a mis padres con la palabra en la boca.

No tenia ánimos de quedarme en casa así así decidí salir. Mientras conducía mi auto llamé a Yeeun y a pesar de que ella estaba en una cita no le importó dejarla para recibirme en su casa y consolarme.

Llegué a casa de mi amiga y tan pronto como ella abrió la puerta me abrazó, dejé que las lágrimas salieran deseando que fuera el hombro y los brazos de Jungkook en este momento.

Quería correr hasta donde él pero no podía, necesitaba organizar mi vida e ir a un doctor, porque una vez más me sentí terrible.

Dos cosas por hacer, la primera hacerme un maldito chequeo  y la segunda ir tras Jungkook y hacer de todo para que pueda perdonarme y hacerle ver que en realidad no era como mi padre decía.

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