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ARUMI
Una vez más estaba en la cama con Jungkook, él me rodeaba con sus brazos mientras sentía su cuerpo presionado con el mio, sintiendo todo su calor. Decidimos, por petición de su mamá, quedarnos en la casa de su hermano.
En cuanto las luces se apagaron él se encargo de hacer que tuviera la mejor noche de navidad. Traté de detenerlo porque no estábamos solos, porque su hermana dormía en la habitación de al lado, pero después del primer beso yo ya estaba ardiendo.
— ¿En qué piensas? — me preguntó en medio de la oscuridad, con su voz ronca.
— En nada especial — su mano viajó por mi vientre y empezó a hacer círculos alrededor de mi hombligo — ¿No puedes dormir?
— No, estoy demasiado inquieto — sentí un pequeño beso en mi cuello — Dime qué piensas.
— ¿Puedo hacerte una pregunta? — me di la vuelta y ambos quedamos cara a cara. En medio de la oscuridad y gracias a unos pocos rayos de luz de la luna que entraban por la ventana, pude ver su rostro.
— ¿Qué clase de pregunta?
— Una personal...
— Entonces no — suspiró y cerró los ojos.
— Preguntaré de todos modos — moví mi mano y la coloqué en su rostro, acariciando la suavidad de su piel — En tu espalda, tienes un tatuaje...
— Creí haber dicho que no podías — abrió los ojos de nuevo — Sin embargo, ya que has decidido seguir adelante, creo que ya has notado que tengo muchos tatuajes.
— El tatuaje del que estoy hablando solía ser una S.
— Basta, Arumi...
— ¿Por qué la cubriste? — a pesar de la mirada de advertencia que recibí, decidí seguir adelante.
— Es parte de mi pasado y no me gusta hablar de él — se acercó más a mi y me dio un beso, tratando de parar la conversación.
— Detente... — lo alejé — ¿Quién es Suri? — sus ojos me miraron con furia tan pronto como pronuncié ese nombre.
— Arumi... — suspiró, tratando de controlar la furia — Si esto de alguna manera va a funcionar quiero que sepas que no podemos hablar de mi pasado.
— ¿Nunca?
— Nunca. Me jodio mucho en el pasado, y no quiero recordarlo.
— Esta bien... pero si alguna vez quieres hablar de ello estoy más que dispuesta a escuchar — me acerqué a sus labios y deposité un beso suave.
Pensé en apartarme pero sus manos se apoderaron de mis costados y me sostuvo contra él, demandando más del beso. De manera rápida me dio la vuelta y se colocó sobre mi, abriendo mis piernas a su paso.
— En lugar de hablar sobre mi pasado... — susurró sobre mis labios —... me gustaría que pasáramos el resto de la madrugada en esto — dijo refiriéndose a nosotros teniendo sexo.
— ¿No te cansas? — le pregunté mientras él se inclinaba a la mesita de noche para buscar el paquete de condones que había puesto cuando entramos a la habitación.
— No, tengo un apetito infinito — de rodillas empezó a ponerse el condon mientras yo me acomodaba mejor, abriendo mis piernas aún más.
— Por la mañana me doleran las piernas — le dije. Él se acercó por completo a mi y besó mi frente — Pero creo que vale la pena.
— Vale más que la pena — empujó sus caderas hasta que ambos quedamos unidos, viéndonos los ojos con deseo y algo más.
•••
Talvez eran las ocho de la mañana cuando abrí los ojos. Estaba sola en la cama y en efecto me dolían las piernas y los pezones me ardían producto de que Jungkook tenía la manía de morderlos fuertemente.
Me levanté de la cama completamente desnuda con una sabana envolviendo mi cuerpo, tratando de encontrar algo con qué taparme. Busqué en el piso y lo único que encontré fue la camisa blanca que Jungkook llevaba la noche anterior, estaba arrugada y le faltaban los primeros dos botones.
Busqué los pantalones de Jungkook para sacar mi tanga de su bolsillo pero no los encontré por ningún lado. Tuve que ponerme la camisa sin nada debajo, con miedo de que si daba algún paso algo podría verse.
Con lentitud salí de la habitación tratando de localizar a Jungkook. Por los pasillos no había nadie y la familia ruidosa de la noche anterior estaba en completo silencio porque no podía escuchar nada.
Estaba llegando a la cocina cuando escuché la voz de Jungkook, aparentemente charlaba con su hermano.
— A mi no me vas a mentir... — la voz de su hermano se escuchaba con preocupación. Sabía que estaba siendo maleducada al quedarme escuchando detrás de la pared, pero aún así lo hice — ...de lejos se nota que tu y ella no están saliendo.
— ¿Cómo sabes eso? — le preguntó Jungkook.
— A mamá puedes mentirle pero a mi no. ¿Qué hay entre ella y tu?
— Digamos qué... un acuerdo temporal — Jungkook respondió con la voz apenas audible.
— Y de paso te la estas tirando... ¿cierto? — sentí mi rostro enrojecer con vergüenza.
— No creas que estoy aprovechandome de ella, ambos estamos de acuerdo — di un paso hacia atrás, con vergüenza aun, al hacerlo choqué con alguien.
A punto de volar un grito tapé mi boca con mis manos y me enfrenté cara a cara con Juli.
— ¿Escuchando detrás de las paredes? — la hermana de Jungkook estaba vestida de pijamas con un montón de calaveras.
— Lo siento — dije apenas en voz baja. A mi espalda aun podía seguir escuchando la voz de Jungkook y de su hermano pero las palabras ya no tenían sentido para mi.
— Descuida, yo también lo hago — se encogió de hombros — De todas formas venía a buscarlos porque mamá espera en el jardín por el desayuno.
— Vamos... — con nerviosismo di un paso pero ella me detuvo.
— Estás loca si piensas que vas a ir a desayunar solo con esa camisa — me dio una mirada despectiva — Puedo ver a través de ella.
— Oh — Creí que no se podía estar más avergonzada pero sin duda me equivocaba — No tengo nada más.
— Lo sé. Algo me dice que mi hermano es un bruto y que seguro rompió tu vestido — abrí los ojos como platos, porque eso fue exactamente lo que pasó.
— ¿Co-como lo sabes? — me tomó de la mano y me arrastró hasta otra habitación.
— Tu cuello te delata — hizo que me sentará en su cama y me pasó un espejo. Abrí los ojos cuando me di cuenta de todos los chupetes que Jungkook me había hecho.
— Dios...
— De verdad, rubia, si vas a tener una noche un tanto... ¿agitada?, al menos fíjate en tu aspecto la mañana siguiente.
— Me siento tan avergonzada — enterré mi cara en mis manos, cubriéndome de su mirada acusadora.
— No tienes por qué — tiró en mi regazo unos pantalones cortos y una camiseta naranja, nada parecido a lo que yo elegiría — Puedes ponerte eso.
— Gracias — tomé las prendas y me puse de pie.
— Oh, puedes cambiarte, después de todo tenemos lo mismo — me dijo como si nada, esperando a que me cambiara frente a ella.
— Bueno, nunca lo he hecho antes — rodó los ojos y se puso en una esquina de la habitación.
— Sí, claro. Sin embargo te desnudas frente a mi hermano y le enseñas algo más que los pechos — mientras ella estaba de espaldas aproveché para quitarme la camisa de botones y ponerme la ropa.
— Es diferente — le dije mientras me vestía — Él y yo estamos en una relación.
— A mi no me engañas, puedes hacerlo con mi mamá pero conmigo no — se dio la vuelta y me apresuré a subir el short — No eres el tipo de mujer con el que Jungkook saldría.
— ¿Qué tipo de mujeres le gustan, según tu? — pregunté cruzando mis brazos, un poco tocada de mi orgullo por lo que había dicho.
— Bueno, para empezar no le gustan las rubias — entrecerro sus ojos hacia mi — Sin embargo, debo decir que entre la otra tipa y tu, serás por mucho su mejor elección — abrió la puerta del cuarto — Sí algún día se lo comentas a alguien de esta familia lo negaré, pero definitivamente me agradas.
Salió del cuarto, dejando la puerta abierta para que yo saliera. Me quedé por unos segundos perpleja, medio emocionada por lo que había dicho y medio confundida por "la otra tipa"
Salí de la habitación encontrándome con la cara de Jungkook, de brazos cruzados, mostrando todos sus tatuajes y resaltando sus músculos y su pecho.
— Jungkook — sonreí y cerré la puerta detrás de mi.
— ¿Qué hacías aquí?
— Bueno alguien rompió mi vestido anoche y tu hermana me estaba dando ropa — mientras hablaba me tomó de la cintura y me apretó contra él, viendo fijamente hacia mis labios — Por cierto, anoche no fuiste muy cuidadoso, me dejaste marcas.
— No tienes nada porqué preocuparte — rozó sus labios con los míos — Te ves sexy con ellos.
— Tu familia... — rodó los ojos y depositando un beso suave en mis labios, apretó mi trasero.
— En mi familia esto es muy normal, mi hermano y mi cuñada eran peores — me dio un beso más fuerte en los labios, demandando que abriera mi boca y le diera permiso a su lengua — Buenos días — susurró contra mi boca para después besarme de nuevo.
•••
Después de un desayuno increíble en casa del hermano de Jungkook, regresé a la mía. A mi terrible y solitaria mansión.
Cuando entré no olía a comida como la casa del hermano de Jungkook, no había ruido, no había nadie más que el personal de servicio y yo.
— ¿Ya tiene pensado de almorzar? — una de las cocineras me preguntó, al pie de la escalera tan pronto como bajé de darme una ducha.
— No. Pueden tomarse el día libre — me miró con cara de sorpresa mientras iba a la cocina a coger una botella de agua.
— ¿Está segura? — asentí — dormiré por el resto del día.
— De todas formas, la cena de anoche está en el refrigerador — asentí y la dejé sola en la cocina.
Cuando iba de nuevo a subir las escaleras la voz de Jimin resonó en eco por toda la casa.
— Alto allí, Park Arumi — me detuve después de subir el primer escalón — Quiero hablar contigo.
— Hola para ti también, hermanito — me acerqué a él para darle un abrazo, pero me lo impidió.
— No estoy de humor para abrazos — se cruzo de brazos, dándome su expresión de molestia — ¿Dónde estuviste anoche?
— ¿Perdón? — de repente la furia también se apoderó de mi.
— Responde la maldita pregunta, Arumi — se acercó a mi y me tomó del brazo — Namjoon dijo que estuvo en casa y que te vio salir. ¿Con quién demonios saliste?
— Con mi novio — levanté la barbilla enfrentándolo.
— ¿Novio? Hasta hace poco suspirabas por Namjoon, así que no juegues conmigo.
— Tengo jodidos veinticuatro años, no tengo porqué darte explicaciones.
— Claro que tienes, sobre todo si la persona con la que sales es un tanto peligroso — entrecerro sus ojos a mi dirección — ¿Si quiera lo conoces?
— Sí — mentí — trabaja con papá.
— Esa es su parte profesional, pero no lo conoces en realidad. Aléjate de él.
— ¿Por qué?
— Porque Namjoon me dijo que... — lo detuve, no tenía ganas de escuchar nada.
— Namjoon, Namjoon, Namjoon. Ni tu ni él tienen porqué meterse en mi vida privada, conozco a Jungkook y lo que sea que te haya dicho Namjoon está fuera de juego.
— Namjoon está preocupado por ti — me dijo enojado — De paso, me preocupas a mi también.
— ¿Namjoon preocupado por mi?, Ja. Él ni siquiera me nota — rodé los ojos y me solté de su agarre.
— No te quiere de la forma en la que tu lo haces, Arumi.
— Lo sé perfectamente bien, sin embargo me gustaría que ninguno de ustedes dos se metan en esto.
— ¿De verdad puedes confiar en ese tipo con el que sales? — preguntó luciendo preocupado.
— Sí — no llevaba más que unas semanas conociendo a Jungkook, sin embargo su mirada era honesta, y a pesar de que no respondió la pregunta que le hice sobre Suri, Jungkook no era un delincuente — Puedo confiar en él.
— Cualquier cosa que pase, incluso si parece pequeña, me llamas y me haré cargo — se acercó a abrazarme y me dio un beso en la cabeza.
— Se cuidarme sola — lo abracé de vuelta, perdiéndome en sus brazos, recordando cuando eramos niños.
— Lamento que estés sola en esta casa — me dijo suavemente — Perdón por dejarte sola...
— Tu tienes tu vida, eso no es egoísta — le dije — Yo estoy bien.
— Pasaste navidad sola, Arumi...
— No, estuve con una familia increíble — sonreí mientras recordaba la caótica familia Jeon y a Jungkook en especial — Estuvo más que bien...
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