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#6: Alcohol

Ni siquiera sabía por cuánto tiempo estuvo tomando, ni le interesaba recordar, ahora estaba tomando como un borracho alcohólico, su cabeza se encontraba tirada en el mostrador, sentía esa pequeña sensacion de sueño a causa del alcohol, su antifaz se lo habia guardado, ya que las luces del bar jamas lo molestaron, su gas ahora era de un color blanco, al suspirar solto ese humo de color blanco. Sentía clara sensación de sueño más fuerte.

— ¿Vas a irte o le pido que te saquen? — Preguntó Caronte mientras limpiaba unos vasos.

El pelician hizo una queja, como el gruñido de un gato, no quería irse, quería seguir tomando, al parecer tanto vodka le estaba haciendo efecto.

— No quiero, no quiero encontrarme con nadie ni salir — Habló con una voz de un niño junto su clara ebriedad, pero aún podía mantenerse conciente.

El castaño suspiró, miro el reloj, aún faltaban unas 2 horas para la noche.

— Hoy no quisiste hacer nada, por lo que veo — Dijo con burla el castaño.

El pelician no respondió ni un sonido, más bien, estaba de acuerdo que estaba algo flojo hoy.

— Si, al parecer no quiero hacer nada más que tomar — Habló burlándose de si mismo, culpaba un poco al pelinaranja por haberlo enojado lo suficiente como para tomar.

El castaño se retiró, el pelician miró desde el rabillo del ojo una botella de vodka junto a una de sake, de su espalda atravesado sin romper la camisa, había salido un tentáculo de color negro, sin hacer ningún movimiento, dejó que el tentáculo tomará las botellas, salió un segundo tentáculo para abrir las botellas para servirse de ambos en el vaso que tenía vacío con nuevos hielos. Se enderezó para agarrar el vaso con su mano, miraba sus tentáculos con curiosidad, jamas los vió antes, ni sabía que podia invocarlos.

— ¿En serio, Soul? — Preguntó dirigiendo su mirada a la figura demoníaca que solo él podía ver.

El demonio estaba sentado en el mostrador, pero al solo aparecer a la vista del pelician, nadie lo notaba.

— Oye, yo no fui quien los invoco, nuestra fusión te esta permitiendo usar más de mi magia — Explicó el demonio con molestia y sorpresa.

El pelician cerró los ojos por un momento, eso tenía sentido, ni siquiera la habilidad de expulsar humo la controlaba, que bueno que al parecer esos tentaculos al parecer ya los controlaba muy bien. Sintió como el sabor del vodka y el sake pasaban por su garganta, saboreando todo.

*  •  *  •  *  •  *

El castaño bartender estaba mirando al pelician, quién ahora se encontraba muy ebrio, ya había anochecido. Estaba por intentar convencerlo de irse, aún que era mejor dejarlo, todo mundo sabía que cualquiera en un estado de ebriedad era muy sensible y agresivo, y quería conservar el ojo que le quedaba.

— Eh, Apo. ¿Me das tu comunicador? — Preguntó educadamente y con suavidad el castaño mientras le quitaba suavemente la botella de vodka media llena.

Sintió como el agarré a la botella aumentó, recibió un gruñido de advertencia, pero ridículamente sonaba como un gato.

— Sabes que empezarás a hacer sonidos de gatos — Habló con burla el castaño para sacar su teléfono.

Recibió un sonido de enojó, sonaba muy parecido al sonido de los gatos.

— ¿Ahora por qué estás tan molestó? — Preguntó el castaño mientras llamaba a un número al azar.

El pelician alzó la cara, tenía el rostro con un rubor a causa de todo el alcohol que habia tomado, miro al castaño y le gruño con más enojó.

— No estoy haciendo nada — Soltó el castaño alzando las manos junto al teléfono, se agachó para acariciarle la cabeza al pelician — Solo llamo a alguien para que te llevé a tu departamento asignado — Agregó con una sonrisa burlona, se sentía como si le estuviera hablando a un gato gruñón.

Solo recibió un gruñido. El pelician estaba demasiado ebrio como para irse solo así como si nada, por la posición y el hecho de que ahora gruñía mucho, estaba claro que iba a necesitar ayuda. Era algo gracioso, pues el pelician es difícil de emborrachar, pero siempre que esta solo, pues podía tomar todo lo que queria y quedarse inconsciente, lo cual era más raro, pues su resistencia era buena.

El castaño estaba hablando por teléfono con alguien, ya que sabía que por el estado del pelician, este no podía irse solo, sin duda caería dormido en el pasillo, en una habitación con objetos o quizas adentró de un dormitorio que no era suyo. La última vez que lo dejó irse solo, se durmió en un pasillo con una botella de vodka a mano, pareciendo a un borracho que te topas por algún lado. Había aprendido la lección de no dejarlo irse solo, pero sabía que no podía llamar a la hija del pelician, esta estaría muy ocupada hasta de madrugada.

— Oh, hola. ¿Podría venir al bar, por favor? Tengo a alguien ebrio y no puedo dejarlo irse solo — Habló el castaño por teléfono.

El pelician estaba absorto en sus pensamientos, estaba tomando de la botella, mientras tragaba, recordó los viejos tiempos. Recordó aquel día en que sus amigos le pidieron llevarse a uno de sus amigos a casa, terminó revolcándose sin querer con ese amigo, al dejar de tomar hizo una mueca de asco, seguía sin poder creer ese día hacía años.

— Los odió a todos — Habló con cierto hipo y con una clara ebriedad.

Solo recibió la risa del castaño, quien nuevamente le intentó quitar la botella.

— Aleja tus manos de mi — Dijo el pelician apartando su mano con la botella, había hecho una gestualización bastante ridícula.

El castaño lo que hizo fue reírse más, admitía que aveces tratar con ebrios era muy divertido, pero también algo peligroso, pues quién sabe si sale un agresor, o algo así.

*  •  *  •   *  •  *

A los minutos, el castaño dejo al pelician en la entrada del bar, le dejó la botella para que no reclamará y se fue a adentro a ir cerrando el bar y abrir el casino. El pelician miró el techo de metal, miraba a la completa nada, el hipo persistía, tomaba de la botella que aún tenía algo de vodka, tenía un recuerdo en su mente, odiaba esos recuerdos, pero admitía que lo hacian sentirse mejor, ya que de alguna forma le ayudaba  no sentirse tan estúpido en el pasado, era bondadoso, apensar de que lo aprovechaban demasiado, por asi decirlo.

— Hip — Se le escapó de sus labios ese hipo — Hay, Apocalypse, eres desastre — Se dijo así mismo, se cubria los ojos mostrándose decepcionado de si mismo.

Comenzó a sentir lentamente los parpados más pesados, no quería dormir, sabía que cuándo despertará tendría una terrible resaca a causa de todo el alcohol que había consumido. Oyó pasos venir, se colocó el antifaz ya que no quería ver nadie, dió unos tragos para darse cuenta de que la botella se había quedado vacía, cuándo se percató de aquél detalle, se sintió molestó, giró la botella y la agitó hacia abajo, dando ningún resultado.

— Parece que te quedaste sin alcohol — Habló una voz, el pelician lo reconoció.

Ash, Pico, ¿Otra vez?” Pensó quejándose completamente.

— ¿Nos esta acosando o qué? — Preguntó el demonio sabiendo que solo el pelician podía verlo y escucharlo.

El pelinaranja se agachó, lo miró por unos momentos, se le veía preocupado, que mal que el antifaz no le dejaba en claro al pelician los sentimientos del pelinaranja, pero no solo era el antifaz la barrera de la visión. El pelician sintió como el pelinaranja le tomó el brazo para ayudarlo a levantarse del frío suelo, el resultado fue que el pelician en verdad necesitaba ayuda para estar de pie y caminar.

— Te vez bastante jodido, Keith — Comentó el pelinaranja para comenzar a avanzar.

Recibido como respuesta un gruñido.

— Perdón, quise decir "Apocalypse" — Corrigió el pelinaranja, no quería hacer enojar el pelician.

Durante los próximos momentos, estuvieron caminaron para llegar al departamento, o dormitorio del pelician.

— Hey, ¿Me recuerdas cuál era el lugar? — Preguntó el pelinaranja mirando al pelician.

— No — Fue una fría respuesta de parte del contrarió.

— Entonces... ¿Quieres dormir en otro lado? — Pregunto nuevamente el pelinaranja.

— ¿Nos estas acosando? — Preguntó con ebriedad el pelician, solía usar el sinónimo "Nos" o "Nosotros" en si mismo por obra de tener un demonio en su cuerpo, solía hacerlo de vez en cuando.

— ¿¡Qué!? — Exclamó el pelinaranja mirando a su compañero — No, claro que no — Respondió con nervios.

— Pico... — Uso un tono de enojó el pelician, sabía cuándo el pelinaranja mentía o ocultaba algo.

— Bueno, quiza solo un poco o... — Trataba de excusarse el pelinaranja, se oía el nerviosismo en su tono.

— Di la verdad, zanahoria andante — Exclamó el pelician mientras le gruñía.

Era una ridícula situación, un ebrio pelician poniendo nervioso a un pelinaranja, siendo su superior. El pelinaranja se sentía más nervioso, no podía decir que lo empezó a seguir por todos lados, tanto de lejos como de cerca, no podía decirle que lo estaba cuidando, sabía que el pelician podía defenderse solo, pero se trataba de cosas muy riesgosas.

— Pico... Déjame un momento — Pidió el pelician, haciendo que el pelinaranja detenga el paso.

— ¿Pasó algo, llamo a alguien más para que te lleve a tu dormitorio? — Pregunto el pelinaranja, quería escapar de esa situación.

Vió como el pelician se tapaba la boca, iba a vomitar todo el alcohol que había tomado, el pelinaranja al notar eso, lo llevo a un basurero cercano para que el pelician pudiera vomitar. Le quitó la gorra y permitió que pudiera vomitar, busco un poco para conseguir unas toallas húmedas para poder limpiarle la boca al pelician. Cuando regreso, el pelician cayó al suelo, rápidamente fue con él, para su alivio, el mas bajo estaba respirando, probablemente se desmayo por todo ese alcohol.

— Supongo que pasarás la noche en mi dormitorio — Habló el pelinaranja, cargo con dificultad al pelician — Vaya, estás más pesado que antes — Agregó, estaba cargando al pelician en una forma delicada.

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¿Esperaban lo de siempre? En este capítulo no habrá especificaciones.

See ya soon

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