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Capitulo 2; Solo fue un encuentro del destino

Capitulo 2; Solo fue un encuentro del destino.

Los personajes son de Kishimoto.


Antes de empezar, este capitulo seré yo la que lo este contando, la narrativa la cambiare con los capítulos, algunas veces será con el presente, otros son recuerdos y eso.

 Una pequeña niña se encontraba en posición fetal en medio de un bosque, sus lagrimas mojaban su yukata.

Ella no entendía el porque a su tierna edad probo aquella cucharada de crueldad, la vida con solo 5 años había golpeado su alma.

Pensaba en su madre, la niña se aferraba en los recuerdos, unas de las pocas cosas que le dejo. 

Recuerda la ternura de sus abrazos, sus besos y su dulce voz, recuerda lo bello de su rostro y su aroma cual miel, y la cálida sonrisa que le brindaba siempre; Recuerda cada vez que le contaba sus cuentos de princesas y príncipes gallardos, como ella las creía con una inocencia e ingenuidad que solo le pertenece a los niños, recuerda cada vez que siempre estaba con ella, y como la cuidaba y la ayudaba en sus necesidades, todos esos dulces recuerdos que ahora le partían el alma y la herían.

Ella ya no tenía sus abrazos que le sanaban las penas, en cambio solo tenía golpes e insultos del hombre que le dio la vida, no tenía los besos llenos de amor, la única sonrisa que ahora le daban eran de parte de las pequeña Hanabi, pero todo fue remplazado, y en ella había una especie de rencor, mas cuando miraba al niño de bigotes que ella gustaba, Hanabi se superaba pero con el odio, no tenía su "debilidad", y le dolía ver aun mas como el odio era dirigido a ella . Ya no cree en los cuentos, poco a poco le habían probado que eso no existe, nada era justo, no se merecía nada eso, pero nadie mas lo hacía. Su madre ahora estaba en un cajón bajo tierra, tuvo que aprender a cuidarse ella sola, por que incluso los que debían cuidarla, la miraban con rencor, con un odio que viene desde generaciones, el miedo de que le hicieran algo la dominaban, su madre y Hanabi la ayudaban a superar eso, pero ella no tenía mas ese apoyo. Su primo y padre la odiaba por la muerte de su tío, ella era la culpable de eso, se odiaba. Ella era fea, rara y tartamuda. La gente se acercaba con falsas sonrisa para sacar algo de ella, y cuando lo tenían, desaparecían. Su miedo, su amabilidad, y su ignorancia en varias ocasiones, exasperaban a la gente, la persona que solía ser su luz no la conocía de verdad, la trataban como un adulto y la gente tenía expectativas que no podría cumplir, ella odia pelear, ella ama ver a la gente feliz, ama cocinar, pero ella era una Hyuga, debía impartir daño, debía heredar un clan que no la quiere, su corazón estaba lleno de cargas, responsabilidades, culpas, dolos y heridas que una niña no debería tener, la flor se había marchitado y en este mundo, no tenía a nadie, ella estaba sola.

Hinata se desahogaba cuando podía y debía. Su corazón tenía muchas penas, y para seguir siendo dulce, amable y con una sonrisa como la que tenía su madre, y no derrumbarse, su frágil corazón debía llorar.

—«Eres un fracaso.»— Recuerda como exclamó su padre comparándola con su hermana menor, y no se equivocaba, ella hacía todo mal ante sus ojos y los de ella misma, no era una gran heredera, no era una gran hermana, no era lo que la gente quería y eso dolía, probablemente se merecía cada golpe que le daban, cada insulto que salía de la boca de su padre.

 Se sentía decepcionada de cada cosa que hacía, quería dormir para no despertar más, quería soñar y hacer como si aun fuese feliz y poder sonreír sin falsedad cada momento de su vida y no solo en momentos escasos, era una tristeza que lo único que la hacía sonreír era alguien más, alguien que no la veía porque era , estaba harta, su corazón estaba casi muerto, era tan frágil el pobre, le dolía, pero le dolía mas su sonrisa vacía, sus recuerdos felices era pocos comparados donde sufría, pero lo mejor era seguir a flote y recta, tenía la esperanza de que todo iba a mejores y la esperanza es lo último que se pierde ¿No?

—Oye...— Escucho una voz sacándola de su mundo, se suponía que ella era una Hyuga y no se dio cuenta de la presencia de alguien más —«Eres un fracaso.»— La voz de su padre retumbaba en su mente. Hinata al subir la vista se encontró con Uchiha Sasuke, el segundo hijo del matrimonio Uchiha, era un niño bien parecido, ella lo admitía, pero no se volví loca como las otras niñas de Konoha, de nariz fina, piel clara, ojos negros, cabello azabache con suaves tonos azules, a Hinata le parecía una niña, ''Luce como una princesa'' pensó. 

Entonces Hinata recordó que sus ojos seguramente estaban rojos y su rostro hinchado y de un mismo color por tanto llorar, decidía calmarse, haciendo que su rostro tomase un color menos tomate, que a Sasuke le gusto mucho el color de su rostro, le parecía divertido.

—D-dime.— Le dijo la pequeña -¿Por qué estabas llorando? Te vez fea- Dijo el niño. ''Ya lo sabía"  pensó Hinata — S-si t-te molesta, y-ya me v-voy.— Dijo Hinata sintiéndose humillada y muy avergonzada.

Se paró y se iba a ir, no fue hasta sintió como le agarraban la ropa, miró al niño, el cual apartaba la mirada sonrojado —¿Me podrías ayudar?— Le pregunto el niño con vergüenza —¿E-en qué?— Pregunto Hinata con curiosidad. 

Sasuke se sonrojó mas y dijo — Estoy perdido.—

—¿Eh?— Exclamo Hinata procesando lo que dijo el Uchiha, la niña no pudo evitar soltar una pequeña carcajada divertida.

—¡No te rías!— Exclamó el pequeño Sasuke con los cachetes inflados, claramente molesto, dándole una imagen tierna y graciosa. —L-lo siento.— Dijo la niña apartando la mirada para no reírse. 

—Esta bien.— Dijo Sasuke con aires de superioridad. — ¿Me ayudaras? — Pregunto nuevamente apartando la mirada sonrojado, pero esta vez cruzando sus brazos.

— O-okay— Dijo la Hyuga con una sonrisa, sintiéndose feliz de poder serle útil a alguien, después de todo, ella conocía ese bosque como la palma de su mano, al parecer llorar en cada rincón de este le había hecho aprenderse su geografía.

—S-sígueme— Dijo la ojiperla para comenzar a caminar a la salida de donde se encontraba con Sasuke detrás de ella siguiéndola.

El viaje era en silencio, ambos eran personas reservadas y no mucho de hablar, por eso apreciaron el silencio del otro.

''Gracias a los dioses Uchiha que no es como las otras niñas'' Pensó Sasuke, pero en su corazón inocente se sembró una duda.

—¿Por qué llorabas?— Le preguntó con curiosidad, el Uchiha notó como el cuerpo de la Hyuga se tensó por un momento —P-por nada— Respondió ella, el Uchiha no le creyó ni un poco. ''Si fuese por nada no te pondrías a llorar, baka'' Pensó Sasuke, pero no dijo nada por respeto a la Hyuga, eso no evitaba que el Uchiha sintiese curiosidad.

Sasuke se fijo en el contorno infantil de la Hyuga ''Eres como una ángel'' pensaba el Uchiha.

—¡¿Eh?!- Exclamó Hinata mirando sonrojada a Sasuke —¿Lo dije en voz alta?— Preguntó Sasuke sintiendo sus mejillas arder. Hinata asintió en respuesta.

Ambos ojos, negro y blanco, Luna y noche, Yin y Yang se miraron con un sonrojo en ambas mejillas, fueron minutos, pero para ellos dos niños, una eternidad.

Ambos apartaron la mirada con el rostro rojo.

Sasuke miro el rostro de Hinata que apartaba la mirada del rostro de él, ella tenía una nariz pequeña, unos labios pequeños con suave curvatura, ojos como perlas pero a diferencia de los otros Hyuga's estos tenían un tono lavanda, eran preciosos, su piel como la nieve se encontraba tan rojo como los tomates que el Uchiha le hacían suspirar, era tan tierna, un verdadero ángel.

Ambos niños siguieron caminando, el silencio ahora no era apreciado, era incomodo, pero aún así les gustaba la presencia del otro.

Al llegar en la entrada, Itachi que había presencia todo oculto, se había aparecido para llevarse a Sasuke y contarle el chisme a su madre.

Antes de irse Sasuke miró a la Hyuga, la cual le dio una sonrisa tímida, a Sasuke le parecía la sonrisa mas bonita del mundo, sintiendo sus mejillas ardes ''¿Qué este cosquilleo en mi pecho?'' pensó.

Hinata se quedo mirando donde Sasuke desaparecía, sin darse cuenta que desde que Sasuke apareció y estuvo con ella exceptuando cuando le pregunto la razón de su llanto, no pensó ni en una instancia en el Uzumaki, olvido sus penas y volvió a ser la niña que era y el mundo había matado, para hacerla madurar, pudo volver a sonreír sintiendo desaparecer sus penas, ¿Hace cuánto que la pequeña princesa de ojos blanco no sonreía de verdad?

Estas son cosas de la vida, hay cosas buenas y malas, pero el destino ya había unido a Hinata y a Sasuke.

Hola bonitos ¿Cómo están? Espero que bien, voten y comente, este proyecto se ha vuelto uno de mis favoritos, espero que les guste este capitulo, realmente a mi me gusto y me siento satisfecha con este capitulo, gracias por leer, como había dicho, este fic se lo dedico a 


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