Dedicado a nosoynadie_Rayis
BadGirl_3022

El insomnio de la noche anterior debido a los nervios realmente me impidió dormir.

Incluso me desperté temprano, eran aproximadamente las 6 la mañana cuando decidí levantarme de la cama y aprovechar el insomnio para salir y hacer ejercicio.

Mientras trotaba cerca de la entrada al bosque, comencé a notar una mirada incómoda y punzante, cazadora; que más de una vez me hizo voltear, para después encontrarme sola entre tanta niebla.

Sin embargo, en mi mente y con los nervios creciendo, comencé a pensar en un montón de excusas y justificaciones para eso.

Apenas son las 6 de la mañana, aquí amanece hasta 7:30, debió haber sido algún animal del bosque, nunca había venido a correr aquí, sólo alrededor del edificio, son solo los nervios de entrar a la universidad.

Pero mis excusas no lograron calmarme, más y más el miedo hacia poner mis nervios a flor de piel; así que decidí volver al edificio y terminar de trotar y correr allá.

Acabada la rutina veo a Ángel llegar al mostrador de la entrada.

—____, ¿fuiste a hacer ejercicio? –preguntó mientras caminaba hacia el ascensor.

—Si así es –respondí–. Quería calmar los nervios del primer día. Pero tal parece hice lo contrario.

—Toma un baño caliente, respira y desayuna algo con frutas y yogurt –me aconsejo sonriente.

—Gracias Ángel –respondí sonriendo de la misma manera.

Subí hasta mi departamento y fui directo a la ducha para aprovechar el tiempo en ella. El agua caliente relajaba mis músculos y aparentaba era mágica, pues con cada gota que caía, parecía que se llevaba mis nervios con ella; para cuando salí me sentía menos tensa.

Ahora iba mi delirio infinito.

¿Qué iba a ponerme para el primer día?

¿Falda de tubo o a cuadros? ¿Short? ¿Pantalón de mezclilla o cuero ajustado? ¿Playera de tirantes, top, una sola manga o manga larga? ¿Suéter, sudadera o chaqueta? ¿Blanco, negro, amarillo, vino o morado?

Diablos estaba en una crisis. Quería lucir cool, pero también que se viera amigable, quería resaltar pero no por verme ridícula.

Mentirosa la mujer que nunca ha pasado por esto, y si lo dice, su madre aún le escoge la ropa y/o es una niña.

Pero me puse a pensar y a respirar profundo. Solo calmate y encontrarás el atuendo.

Mire el pantalón negro que antes había colgado junto con las faldas y los pantalones, me tentaba bastante, llamándome la atención. Eso iba a usar.

Le puse un cinturón en el pantalón, luego, una blusa azul en cuello halter, ¿cómo se especificamente como se llama? Si no especificas lo que pides, cosas horribles recibes.

Mi mamá bien me lo dijo.

Me puse algo de maquillaje, le di color a mis labios, rimel para volumen a mis pestañas y me puse ligeras sombras, me coloque mis botas y me apresure a desayunar.

Le hice caso a Ángel, desayune cereal y me hice un mix de frutas con yogurt, además de prepararme café para que me calmara los nervios.

Y vaya que le hace honor a su nombre, sus consejos funcionaron, olvide los nervios de hoy y lo que pasó en la mañana.

Termine de desayunar, limpie los platos, limpie mis dientes, tome mi mochila portafolio con mis cosas y salí de mi apartamento.

Al salir del ascensor, fui directamente donde Ángel y la sorprendí con un abrazo.

—Woah. Vaya. ¿Hice algo bueno? –preguntó ella divertida mirándome caminar a la salida.

—Tus consejos de la mañana funcionaron. Eres grande –abrí la puerta–. Adiós.

—Buena suerte en tu primer día _____ –me dijo antes de irme.

Me dirigí a la parada de autobús, por suerte había uno ahí. Corrí como pude para alcanzarlo y al final me subí.

Pagué y me senté en uno de los asientos, con varios chicos de mi edad también dentro del autobús.

Después mi celular comenzó a sonar, me llovían notificaciones. Era mi familia, que me mandaba mensajes deseándome buena suerte.

Papá:
Éxito hoy hija, yo se que puedes

Mamá:
Muy buena suerte hija, te quiero 😘🤗

Verónica:
Tu puedes mamona!!! 😆

Rachel:
_____!
Buena suerte hoy!! 

Lance:
_____ te irá bien en tu primer día
Después de todo somos familia.

Sonreí de lado, con las palabras de mis padres y las frases de mis primas y mi primo. En especial Verónica, después de todo ella y mis tíos eran mexicanos.

Después otro mensaje llegó a mi, era Carly.

Nos vemos en la entrada?

Seguro
Los veo allá

Guarde mi teléfono y espere a que llegáramos.

Al llegar, baje del autobús con mis cosas y una emoción que comenzó cuando estaba en la entrada de la universidad.

—¡_____! –gritaron mi nombre y yo mire quien era.

Carly y Michael me saludaban desde uno de los jardines de la entrada.

—Hey chicos –salude.

—Que bien te ves –alago Carly, quien estaba vestida con botas marrones, mallones negros y un vestido de mezclilla.

—¿Yo? Tu te vez adorable –mencioné y reímos al unísono.

—Oigan ya ustedes dos, ¿se la va a pasar así todo el día? Perderemos la primera clase –habló Michael casi como un quejido.

—Faltan diez minutos para eso –intentó excusarse Carly.

—Pues deberíamos irnos ya –respondió Michael nuevamente.

Carly soltó una risita.

—Sera mejor hacerle caso a este gruñón, ya nos veremos luego –hablo por última vez Carly antes de acompañarme a mi edificio.

Me fueron a dejar a mi edificio y allí me dirigí a la sala de mi primera clase, antropología.

Me dirigí hacia un asiento en la segunda fila y allí dejé mis cosas.

—Buen día clase, soy su profesora la señorita Jill –habló la maestra empezando a escribir en la pizarra–. Esto es antropología damas y caballeros. Nos encargamos de estudiar al ser humano desde un punto de vista integral. Y no solamente tomamos en cuenta los hechos históricos –suspiro y prosiguió–. Alguien más podría decirme que otra cosa tomamos en cuenta.

Levante la mano.

—¿Si?

—Se toma en cuenta también la evolución biológica, el entorno ecológico, las costumbres de la época, el comportamiento y la influencia de otros grupos humanos, para determinar a un humano promedio en sí –respondí.

Todos murmuraban cosas en aprobación o que concordaban conmigo y mi respuesta.

—Exacto señorita, muy bien respondido –me hablo ella.

Sonreí con confianza. Definitivamente iba a ser como pez en el agua en esta carrera.

—_____ –me habló Carly desde el otro lado de la cafetería y arrastrando a Michael con ella.

—Hey chicos, ¿cómo les fue? –pregunté.

—Me enamoré de las nuevas materias que tomaré este año –respondió Carly sonriendo tiernamente–. Vamos a sentarnos, tengo antojo de un postre.

Le hice caso y nos sentamos en una mesa cerca del mostrador y los postres.

—La cafetería es gigantesca –dije mirando los otros dos pisos que había encima de nosotros con mesas y gente.

—Todo el campus es gigante –habló una persona detrás de nosotros.

Debía reconocer era muy bonita - después de todo soy bisexual-, su físico era como el de esas influencers o modelos amateurs que ves en Instagram, Twitter o Facebook. Su ropa y maquillaje eran dignos de una chica popular en cualquier película de temática high school.

Toda su apariencia decía que ella en preparatoria fue la chica popular y consentida de sus padres. Una Regina George o Heather Chandler con fino cabello castaño, que sobrevivió a la preparatoria y llegó a la universidad.

Hice una ligera mueca ante ello. ¿Será realmente una castrosa popular?

—Maddie –habló Carly con una sonrisa–. _____, ella es Maddie Powell. Maddie, ella es ____ _______. También estudiará enfermería.

—Oh por Dios ¿enserio? –preguntó emocionada y yo asentí.

Ella soltó un gritillo.

—Ayy que alegría, espero que nos llevemos super bien –dijo.

Alguien llamó a Maddie y ella alzó la cabeza, para despues suspirar pesado.

—Discúlpenme me tengo que ir, aun me faltan ver detalles para lo de al rato –habló levantándose de la mesa–. Pero hey, a ti te veré más tarde en la primera clase de bioquímica –se dirigió a mi y se fue.

—¿Al rato? –pregunté yo.

—Es una sorpresa –habló Carly con voz dulce.

Después de el descanso, me fui a mi clase de bioquímica, la primera que tendría de enfermería.

Sin embargo la prisa me hizo no ver por donde iba y choque cabeza con una chica tirando sus cosas.

—Lo lamento mucho no vi por donde iba –dijo la chica con la que choqué.

Por mi parte solté un quejido y me sobe la frente donde me di el cabezazo.

—No hay problema. También fue mi culpa, tenía prisa –finalmente mi conciencia volvió a la tierra después del golpe–. Ven, deja te ayudo –me arrodillé para junto con ella recojer sus cosas.

—Muchas gracias –agradeció ella después de levantarnos–. Mi nombre es Kelly.

—______ –me presente–. ____ para corto.

—¿También eres nueva? –preguntó mientras caminábamos por el pasillo hasta el salón.

—Sip, primer año –respondí.

—¡____!~ –oi una voz gritarme y voltee la mirada.

Era Maddie, quien desde lejos alzaba la mano y se dirigía hacia mí.

—¿Lista para tu clase de bioquímica? –preguntó después de pegarse a mi brazo.

—Amm, si, supongo –dije no muy segura.

—Hola Maddie –saludo Kelly llamando la atención de Maddie y mía.

—¡Kelly! –saludo Maddie–. Veo que al final sí te convencí de entrar aquí a estudiar enfermería.

Finalmente llegamos al salón, y fue ahí donde Maddie se separó de nosotras, ella sentándose un poco más al fondo y nosotras en medio.

—¿De dónde es que le conoces? –pregunté cuando nos sentábamos.

—Cuando miraba mis opciones sobre en qué universidad estudiar enfermería, ella y un grupo con porristas vinieron a promocionar la universidad –me explicó cuando nos sentamos.

Algo que realmente me sorprendió de Maddie y que realmente no me creí a la primera, era lo inteligente.

Fue muy lista en la clase teorica de bioquímica. Honestamente habían cosas que se me llegaron a olvidar y ella lo respondió sin problemas.

—¿Cómo pudo responder que el tiempo en que el cuerpo humano recambia todos sus átomos es de 5 años, y decir todo el proceso? –pregunté hacia Kelly asombrada.

—Sin duda alguna es muy lista –me respondió con sus libros entre sus brazos.

Mientras caminabamos por el pasillo, alguien me lanzó algo, lo que me dio un fuerte impacto.

—Arghh por una mierda hijos de su puta madre –maldije en español sobandome la cabeza.

—A-ah lo siento. De verdad perdón –me habló alguien detrás de mí.

Mientras me sobaba el golpe voltee la mirada hacia aquella persona. Cual fue mi sorpresa al ver una cabellera pelirroja casi carmesí.

Era Glenn.

—¿Te lastimaste? Te juro que no fui yo –hablaba acercándose a mi.

—Oh, nos volvemos a ver –dije mirándole el rostro y mostrando una sonrisa.

—¿E-eres tu la de aquella vez en el bar? –preguntó nerviosos y yo asentí–. Ohhh... Lo siento mucho, de verdad te pido perdón por lo de tu chaqueta.

—Tranquilo, tranquilo –intente calmarlo tomándole del hombro–. Si era mi chaqueta favorita pero se lavó. Nada grave –hablé sonriente.

—O-oh, bueno, eso me alegra –se rasco la nuca e intento sonreírme.

—Tu eres Glenn, ¿cierto? –pregunté tomando mi mochila del suelo.

—Ammm sí. Glenn Tilly, mucho gusto –extendió su mano.

—____ _______, es gusto es mío Glenn –sonreí ante el saludo.

Nos quedamos un momento viéndonos, yo le sonreia y en el pude notar nerviosismo y un rubor. Más no me di ideas.

—Emm _____ –me llamó Kelly y yo voltee a mirarla–. Maddie dice que algo pasa, y tenemos que ir urgentemente.

Mi cara cambió a una de extrañeza y preocupación. Voltee a ver a Glenn.

—Lo siento, ya oiste me tengo que ir –camine hacia Kelly.

—No hay problema, lo entiendo –me respondió sonriendo y se despidió haciendo un movimiento de mano.

Camine con Kelly preocupada por los pasillos hasta salir del edificio de enfermería.

Entramos al edificio principal donde estaba la cafetería y me había matriculado. Allí en la entrada encontramos a Maddie.

—¿Que pasó? –pregunté mirándola.

—Me dijeron que algo le pasó a Carly –habló sería y entró al edificio.

Preocupada le seguí el paso y Kelly iba detrás de nosotras.

—¿Quién te dijo eso? –pregunté frunciendo el ceño.

—Varias chicas vieron a Carly entrar con alguien al baño y dicen que no quieren entrar por miedo –me habló doblando la esquina.

—¿Calvin y Binx? –pregunté.

Ella negó.

—Una chica está haciendo esto –me habló.

Llegamos al baño de chicas y sin miedo o temor, yo abrí la puerta del baño. Entre con Maddie y Kelly, encontrando a Carly como la vi por primera vez.

Estaba tirada en un rincón abrazando sus rodillas. Y a metros de ella estaba un espécimen bastante asombroso.

Labial púrpura y sombras negras. Cabello azabache y en corte de hongo. Botas negras tipo militar y con correas o cadenas, medias a rayas, falda a cuadros negra y púrpura, playera de nirvana y accesorios de cuero negro.

Me recordaba a Sam Manson de Danny Phantom.

—¿Una emo, una gótica? –preguntaba Kelly extrañada.

—Única y detergente –murmure en español.

—Ambas –respondió Maddie con manos en la cintura.

—Vaya Maddie, veo que finalmente encontraste unas con el cerebro tan seco como para seguirte –habló con tono seco y flojo–. ¿Te crees ahora la popular de la escuela y ellas tu séquito?

—Esta es una universidad estúpida ya madura –hablaba Maddie sin inmutarse–. ¿Qué le hiciste a Carly?

Camine hacia Carly y me incline a su altura.

—Carly –le toque el hombro y ella alzó la mirada.

Aparte sus rubios cabellos de su cara de una manera delicada y gentil, mirándole con un maquillaje mal hecho. Labios exageradamente rojos y sombras negras mal hechas que por las lágrimas se veían peor, además de un rubor ridículo.

Levante a Carly abrazándola, temblaba mucho, tenía lágrimas en los ojos y ocultaba su rostro en mi pecho.

—¿Qué le hiciste a mi amiga? –pregunté enojada con Carly entre mis brazos, a manera de protección.

—Las rubias de ojos azules son unas putas sin cerebro –me hablo–. Solo la maquille como tal –miró mi ropa y mi rostro–. Además mira quien habla puta zorra inmigrante, no creas que no oi que hablaste en español.

—Será mejor que no la ofendas emo gótica con playera de Nirvana –me defendía Kelly.

—¿Qué no estaban extintas esas cosas? –hablé hacia la chica con cara de burla–. ¿Qué no tu especie se murió? Intento de llamar la atención.

—Aww pobre de mi –comenzó a burlarse Maddie–. Nadie me entiende, soy la oveja negra, no soy como las demás, no hablo con nadie, finjo depresión y sufro problemas.

Entregue a Carly en los brazos de Kelly para que la cuidara y me pusiera al lado de Maddie.

Ella se veía enojada y se veía que quería aventarse hacia Maddie.

—Noticias para ti puta gótica de preparatoria –hablé frunciendo el ceño–. Todos tenemos problemas, todos tenemos un lado no bonito de la vida –sonreí ladina–. Pero yo no creo que la uni es una película de preparatoria cliché.

—Ya madura Greta –decía Maddie con manos en la cintura.

Enojada finalmente se intentó lanzar hacia Maddie, pero yo rápidamente tome una de sus manos y le hice una llave, dejándola inmóvil, sin poder moverse o zafarse.

—Los tuyos me castran tanto –hable poniendo su cara contra el azulejo del baño–. Que ganas me sobran de estampar tu cara contra la pared y romperla –rápidamente la empuje hacia un baño y ahí la deje, con su cabello oliendo a inodoro–. Esto, es por lo que le hiciste a Carly. Agradece que no te cobro el insulto que me diste, ya te hubiera puesto en coma por tanto golpe.

—Le diré a la Decana de esto Greta –amenazó Maddie.

—¿Quién te crees maldita prostituta? –preguntaba la gótica levantándose.

—La presidenta del Consejo Universitario por supuesto –respondió gélida.

Ella se fue del baño rápidamente cuando trone mis nudillos en amenaza de que no intentara algo.

Cerro la puerta y nos dejó solas.

Maddie suspiro pesado y se acercó a Carly, para darle una abrazo.

—¿No te hizo nada más? –preguntó preocupada hacia la rubia revisándola.

Ella negó temblorosa.

—Me volvió a llamar monstruo y anormal –habló con voz trémula.

Todas juntas la abrazamos.

—Ya te he dicho que no eres un monstruo, no se porque te llaman así –le dijo Maddie.

—Y si lo intenta hacer otra vez deberá vestir de negro en su funeral –hablé sonriendo de lado para ella.

—Ven. Vamos a quitarte ese maquillaje –hablaba Maddie y sacó un bolso.

Sacó toallas humedas para limpiarle la cara totalmente, quitándole todo el maquillaje exagerado que Greta le puso. Le colocó base en su rostro, rubor leve casi invisible, brillo rosa en sus labios, rimel y unas sombras en el mismo tono rosa.

—Yyy te ves bonita –habló Maddie sonriendole al reflejo de Carly en el espejo y tomándola de los hombros–. Será mejor que nos vayamos, debo reportar esto de inmediato –tomó la mano de Kelly y Carly–. Ustedes vienen conmigo como testigos –me miró a mí y me sonrió–. Tú paseate un rato por el campus, ve con Michael y distraete. Me asegurare de que no te pase nada.

—Confía ____, yo estaré ahí para negar todo lo que la emo diga –me dijo Kelly sonriendome.

—¿Y eso pasó? –preguntó Michael sentado a mi lado.

Yo asentí mientras bebía una malteada de mi sabor favorito que Michael me invitó cuando le conté todo.

—Te agradezco defendieras a Carly, no me gusta entrar al baño de chicas por varias razones –me habló sonriendo de lado.

—Y yo que pensé que los emos y góticos estaban muertos –hablé mirándolo–. Por su culpa uno ya no puede usar negro, ni shorts o faldas de ese color porque lo relacionan con ellos –chiste la lengua–. Le quitan lo divertido a todo.

El timbre de la cafetería sonó y luego una voz.

«Hola muchachos. Aquí la decana Geldof. Por favor presentense en los jardines del campus para una sorpresa. Tienen 5 minutos»

Todos se levantaban y yo miraba a mi alrededor extrañada.

—Vamos ____, es de la sorpresa de más al rato que hablamos –me animo y yo le seguí.

Confundida le seguí hasta unos jardines que no había visto. Estos contaban con carpas y un gran letrero que decía "Bienvenidos nuevos estudiantes".

En la entrada a las carpas había un grupo de chicos que les daban la bienvenida a todos y entregaban un cupcake.

Más al fondo veía a la banda instrumental, a porristas y las fraternidades.

En la entrada encontré a Maddie, Kelly y Carly juntas. Kelly se acercó a mí.

—¿No es grandioso? –preguntaba emocionada.

—Esta era la sorpresa –hablaba Carly sonriendo.

—Se hace un pequeño evento de bienvenida el primer día de clases para los de nuevo ingreso –hablaba Maddie acercándose–. Bueno, desde que lo propuse yo.

—Ven –me animaba Michael–. Después de esto, la celebración de bienvenida la seguimos en el bar.

El evento de bienvenida fue realmente magnifico. Daban alguna que otra bebida, se oyó a la banda instrumental tocar, una rutina de las porristas y unas palabras de algunas fraternidades que invitaban a unirse a ellos.

La fiesta la seguimos en el bar Maddie, Michael, Carly y yo. Kelly se tuvo que ir y lo entendimos.

A la hora de irnos comenzó a llover. Se ofrecieron a dejarme pero yo me negué. Dije que tomaría un atajo entre varios callejones que probé antes para llegar a mi departamento ilesa.

Aferrada a mi mochila y mi chaqueta caminaba por aquellos callejones oscuros. La lluvia había bajado la temperatura de la atmósfera y sentía frío.

Mientras caminaba comencé a oír risitas y respiraciones de una voz ronca.

Volteaba a ver varias veces pero no se veía absolutamente nada.

Me ponía los nervios a flor de piel, pero todo desapareció cuando la misma lluvia lo hizo y me encontraba a dos cuadras de mi edificio, viéndolo a lo lejos.

Camine hasta el y al entrar encontré a Angel en el recibidor.

—¿Qué haces llegando a esta hora? –preguntó divertida.

—Fui a festejar con unos amigos –le dije sonriente.

—Veo que con eso te fue más que bien –me dijo sonriendo.

—Fue maravilloso. Me irá bien aquí –hablé antes de caminar hacia el ascensor y despedirme.

Maddie

Kelly