Capítulo 20
“Preguntas y Respuestas”
Para la escritora: ¿Cuál es el personaje que más te gusta en la historia?
No me sabría decidir, a todos los quiero porque bueno, los estoy formando y les pongo todo mi empeño.
Pero si fuera de mis oc's sería probablemente mi adorada Maddie porque es un personaje con quien quiero hacer conciencia a futuras escritoras para que cambien la receta e intenten algo "verdaderamente" nuevo. Y de los slashers (porque son los únicos personajes no creados por mí) sería Pennywise.
━━Chucky: ¿Y yo que mierda estoy pintado o qué?!
B-Bueno, corrigo, primero está él y luego Pennywise, el payaso sería el primer lugar porque fue hecho por el todopoderoso Stephen King... Pero ya vieron como se pone alguien y bueno... Estoy a su merced gente
Fui débil
Para Freddy: ¿Consideras a Chucky tu mejor amigo o al menos lo consideras un amigo?
El enano y yo al principio no nos llevábamos bien, de hecho cuando no nos considerábamos ni amigos intente “matar” a su hija más pequeña, Lottie. ¡Pero resulta la niña no por nada es hija de Lee Ray y me hizo mierda!
━━Pfff, eso te pasa por meterte con mi pequeña. Aún me acuerdo de la escena, ¡me muero de la risa!
¡Chuck acordamos no te reirias otra vez!... El punto es, que después de eso nos hicimos más amigos, conocí a su en ese entonces esposa, a los niños y aunque aún somos rivales al asesinar, digo de hecho entre casi todos los slashers tenemos ese sentimiento, le ayudo en lo que necesite porque es como mi hermano, y le apoyaría en lo indispensable.
━━Freddy... Eso sono tan gay cara de pizza
¡Oh arruinas el momento Charles!
Para Georgi: ¿Extrañas a Bill?
*Sigh* Creeme, cada segundo de minuto de cada hora desde que me volví una alma sin cascarón. Recuerdo los viejos y buenos momentos antes de ser como soy ahora.
Sin embargo, ahora como alma en pena, si estoy al lado de Penny puedo ver que es de él y vigilarlo, quisiera hacerla de ángel guardián pero soy limitado; nadie puede verme ni oírme a menos que tenga un artefacto "mágico", estemos en las cloacas o Penny se lo permita.
Para Carrie: ¿Qué opinas sobre el Crush que tiene Michael por T/N?
La verdad me alegra mucho! Es sorprendente ver como alguien como Michael puede sentir amor por ______.
Y él dice que no siente nada, o que más bien no sabe. Pero yo no le creo, seré slasher pero no olvido los sentimientos humanos como el amor.
No veo la hora para que sean pareja ^^
Porque ______ no sale con nadie, ¿verdad?
Para Maddie: ¿Qué es lo que piensas respecto a la persona que esta con T/N?
¿La verdad? No lo conozco, no se quien es, no se si va a la universidad, si es de la clase o de otro año.
No se nada de él y eso me preocupa. Digo, ______ sabe que tipo de chicos me gustan e incluso a veces se lo cuento, pero ella no me dice nada.
No se que debería opinar de ese sujeto.
Vi a Glenn irse tan rápido como se había acercado a mí. Curve los labios para hacer una sonrisa, mientras aún sostenía mi café, ese chico era gracioso y agradable.
—Vaya, tal parece que lo que sea que Glenn te dijo te subió el ánimo –habló Richie acercándose a mí junto con los demás.
—¿Ya te sientes mejor ______? –me preguntó Beverly sentándose a mí lado.
—Si un poco –hablé con suavidad y lentitud mirando la tapa del café.
—Necesitas que tus amigos perdedores te animen _____ –me llamó Richie por mí apodo–. Necesitas que pasemos rato contigo.
—No queremos ver a una perdedora decaída por unos bastardos _____ –se acercó Eddie hacia mí.
—Los perdedores siempre estamos juntos –Bill me tomó del hombro–, en las buenas y en las malas.
—Y en las de Penny –agregó Richie haciéndonos soltar una risa a todos.
—De acuerdo, creo que estudiar un poco para las últimas pruebas del semestre antes de entrar a vacaciones me distraería –respondí ante mis amigos–. Y pasar rato con ustedes sería genial.
—¡Genial! Aprovechemos los minutos que quedan del almuerzo, vaya, incluso Glenn olvido su café –tomo la bebida caliente entre sus manos–. Meh, solo tengo que pedir una dona y no se desperdiciara.
—Richie deja de comer tanto o engordaras –un Eddie cruzado de brazos le regaño–. ¿Sabes cuántas calorías tiene una dona? Estarás rompiendo tu dieta.
—Ya me prohibiste comer frituras en el departamento e incluso descubriste mi lugar secreto, ¡dame un respiro! –exclamó–. Además, si llegara a engordar me seguirías amando aún así –todos le vimos extrañados, alzando una ceja o sonriendo divertidos ante ello–. ¿Lo dije en voz alta verdad?
—¡Ya confiésense!
—¡______! –me gritaron eufóricos ambos y rojos hasta el copete.
—¿Siempre han sido así? –pregunté en voz baja a Beverly.
—Desde que puedo recordar.
—¿Tienes un 8?
—Ve a pescar.
Cuando Glenn abrió la puerta para entrar a una sala del castillo, encontró a su padre y a su tío Freddy jugando a las cartas.
Definitivamente eso no se lo esperaba. ¿Enserio tan mal era su matrimonio que al divorciarse se volvió una especie de abuelita? Solo ellas jugaban a las cartas.
—Hola –saludo con un tono animado.
—Hola campeón, ¿cómo te fue? –Chucky alzó la mirada hacia su hijo.
—¿Por qué tan de buenas enano?
Estuvo a punto de responderle a Freddy cuando su madre se acercó a él.
—Oh carita dulce, ya llegaste. ¿Cómo te fue? ¿Hablaste con esa chica? –preguntó la rubia teniendo el rostro de su niño entre sus manos.
Ante la pregunta Glenn asintió con una sonrisa.
—Verás… hoy no se veía muy animada, _____ estaba deprimida, algo pasó –ante esas palabras Charles afinó el oído.
—¿Intentaste animarla? –Glenn asintió–. ¿Y qué tal? ¿Le preguntaste si tenía planes para navidad?
Ahí el muchacho apretó los labios e infló las mejillas, comenzando a sudar en frio y desvió la mirada hacia su padre.
—No… -articulo con voz casi inaudible para después soltar aire rendido-, ok no, no pude, su sonrisa es tan bonita, y yo me pongo nervioso estando cerca de ella, viendo sus ojos, su cara, su- ¡Aghhh! –comenzó a quejarse robándole una risilla a su madre.
—Owww cielo, eres tan dulce –alago Tiffany dándole un par de mimos a su hijo.
Sentó a Glenn con ella en un sofá de la sala, tomándolo de sus manos.
—Creo que la muerte de Calvin y Binx le afectó mamá –sentenció cabizbajo y Chucky lo oía atentamente todo–. No parece ser lo correcto para ella.
—Bueno, para algunos el procesar cosas como los asesinatos no es tan sencillo, una cosa es ver las noticias, otra es sentirlo cerca.
—Me dijo que eso no era lo que quería, ¿quizá habría otras maneras? ¿Llamar a la policía quizá y denunciarlos?
—Oh mi vida no importa que país los policías son idiotas, aunque ellos fueran encarcelados saldrían y volverían por ella –explicó la rubia–. Te lo digo yo, se como piensan, y lo mejor fue arrancar el problema de raíz.
—¿Aunque eso la haya hecho sentir mal?
—A pesar de eso, el tiempo la hará olvidar y recapacitar, y si alguien la anima –colocó su mano en su hombro–, y le hace olvidar aquello, quizá eso le haga sentir bien.
—¿Ya sabes que hacer? –murmuró Freddy hacia el muñeco.
—Si, se que hacer, esperare el momento perfecto –respondió–. ¿Tienes un 6 o un 9?
—Oh viejo ve a pescar ese 69 con tu chica –Freddy entendió ese chiste soltando una risilla contagiosa.
—El período de evaluación se acabo _____, lo lograste, descansa un poco y espera los resultados –la pareja de Kelly y Jenna intentaban animarle tras llegar a casa juntas.
Ella simplemente se limitó a dejar la mejor de sus sonrisas, para no preocuparlas antes de que cerraran la puerta.
Y una vez estando totalmente sola, en su departamento, toda su fuerza y fortaleza que había formado en tan poco tiempo, se derrumbó, así como sin más.
No era fuerte como quería, siempre intentaba aguantar y eso le daba un horrible dolor en la garganta y el pecho.
Las lagrimas comenzaron a caer al igual que ella lo hizo, se arrodilló al suelo y ahí soltó todo lo que tanto contenía. La culpa.
¿Debió siquiera haber venido aquí? ¿Por qué de todos los lugares, Connecticut?
Lo recordó, porque de todos los intercambios para lo que hizo examen y se rompió la cabeza como nunca, ahí fue donde la aceptaron.
Rusia la había visto como poco, Inglaterra exigía un burdo certificado de inglés de entre las mas prestigiosas academias, España simplemente le faltaron puntos y no le dejaron aplicar el examen de nuevo.
Connecticut la vio suficiente y sobresaliente, perfecta y excelente para sus estándares.
De haber sabido que las cosas serían así. Debió haberse quedado en casa, en su país, con su familia.
—No debí venir aquí –susurro entre llanto–. Fue mi culpa, yo los mate.
Ahora estaba ahí, causando muerte y problemas por su mera existencia. Un payaso asesino mágico de otra dimensión la odia, y ella a él, y lo qué sea que tenía de relación con Chuck.
Ahí, en aquel lugar donde ella de vez en cuando se sentía abrumada, él la hacía calmarse; una especie de refugio, consuelo.
Y actualmente era lo que necesitaba.
No dejaba que muchos la vieran llorar, pero aquel estado de “debilidad” y vulnerabilidad de ella, quería que sólo lo conociera él. Sus ojos azules como zafiros sabrían como hacerla sentir bien, sus labios sabrían que decir y donde posarse para que mejorarse.
Lo necesitaba, había adquirido una especie de necesidad por él, Charles Lee Ray, alias Chucky, un muñeco vudú asesino.
—Chuck… Chuck –salía un llamado de su boca entre su llanto y suspiros de dolor.
—______ –respondió él.
Su salvador estaba ahí, había llegado tras llorar por él.
Se acercó a ella y acuno entre sus manos su rostro, notando como las lágrimas seguían cayendo a mares; la voz de su chica estaba entre cortada, y al mirarlo soltó:
—Es mi culpa… yo los mate.
Decidió soltar frente a él todo su dolor, abrir hasta la más recóndita de sus cicatrices y sus secretos. Esos ojos azules cual mar o cielo azul evangélico le hacían querer decirle todo.
Hacerse su confidente si con eso lo hace quedarse con ella y para ella.
Él jamás pensó que aquello la pondría tan mal, no creyó verla tan dolida, su linda ______, sufriendo por la culpa de unos hijos de puta. Su nena solo debía soltar lágrimas de placer, nunca de otra cosa.
Acerco sus labios suavemente a el camino que formó su llanto, y con sus besos limpió aquello, de una manera muy especial. Sus lágrimas saladas eran eliminadas y limpiadas por aquel asesino, era consolada por el villano de la película de terror.
¿Cómo lo logró? Fácil, logró atraparlo con pequeños detalles de si misma como esos. Las lágrimas lograron mover y conmover algo de él, sus lágrimas eran dulces para él; no le molestaba besarlas y saborearlas si era ella.
No podía perderla, ya no podía aguantar aquello que se propuso él mismo de distanciarse por unos días mientras calmaba a la bestia llamada Tiffany Valentine. Ella estaba metido en su vida cual garrapata, a pesar de ser una pareja divorciada; estaba seguro de algo, quería descubrir a ______.
Pero donde lo hiciera, estaba seguro la acabaría de inmediato.
Aun así, era imposible aguantar tanto para el mismísimo Charles Lee Ray, cuando recientemente desarrollo una adicción por una chica menor que él, un deseo, una afición.
¿Podría aplicar la palabra “querer” a aquello que sentía?
—No lo fue –decía entre besos para consolarla–, no lo es muñeca, te lo aseguro.
—Hazme olvidar, por favor tómame y hazme olvidar –rogó mirándole a los ojos posando una mano en su mejilla con cicatrices.
De inmediato la tomó entre sus brazos y la cargo como la reina que era a sus ojos, para después besarla mostrando el hambre de ambos por aquella acción. ¿Cómo negársele? Había pasado tanto tiempo, al menos para ellos.
El tocarse y si quiera tenerse cerca. El deseo de ______ por abrazar y aferrarse a aquella espalda, y el de Chucky por querer hundir sus dedos en su desnuda piel.
¿Quizás a esta ocasión le agregarían un sentimiento nuevo además de los habituales necesidad, deseo, estimulante y sensual?
—Estas muy calmado últimamente, desde que dejaste a esos chicos a medias, ¿por qué no comes adultos recuérdame?
—Muy maduro y mucha carne si, pero los niños tienen ese sazón de miedo puro por ser tan pequeños y jóvenes –respondí limpiándome con un mondadientes.
Pero le daba la razón a Georgi, tanta calma no era habitual en mi, ese era mi padre, que a pesar de su calma y ser lento como un caracol, era una simple fachada. Y cuando uno menos lo esperaba, se lanzaba sobre sus presas cuál serpiente.
Pero yo no, yo no era como mi padre, yo lo sabía, él estaba consciente, y todos también. Por eso llegaron a compararme con él de vez en cuando.
Estúpidas charlas y conversaciones sobre qué Pennywise era mejor, él o yo, lo nuevo o lo clásico. A veces me daba igual como al mismo tiempo odiaba que alguien dijera que mi padre es mejor que yo.
Mientras eliminaba cualquier sobra de carne de mis dientes, más los frontales, comencé a oír unos sollozos. Gimoteos de llanto que resonaban entre las alcantarillas, los tubos que terminaban donde yo me encontraba, emitían todos juntos el mismo sonido.
Curiosidad, me dio curiosidad por saber de quien era.
Me acerque a una ventana de ventilación, siguiendo el ruido acompañado de Georgi. Y ciertamente quedé corto y sin habla al ver aquella escena.
—Es ______ –susurró Georgi.
Si, ciertamente era ella, no tenía una pizca de duda, su aroma me lo confirmaba.
Para mi las emociones tienen aromas, aromas que solo yo y mi padre podemos percibir tan finamente. En ella había una tristeza inmensa.
¿Por qué le había pasado eso? Fue el enano, ¿fue él?
—No debí venir aquí –la oí decir –. Fue mi culpa, yo los mate.
Y entonces pude ver sus finas lágrimas caer por su rostro, en un camino ya marcado anteriormente.
Era como en mi sueño, aquellas lágrimas se parecían a las de mi sueño.
Y un deseo por poder probar esas lágrimas nació. Aun así, estaba sufriendo, y quería probar esas lágrimas y hacerlas de un vino para mi.
Pero al mismo tiempo no me gustaba no ser el causante de ese dolor. ¿Lloraba por esos chicos que la lastimaron? ¿Qué persona hace eso?
Recuerdo que me lanzaron sus cuerpos moribundos al alcantarillado. Fue un slasher, lo supe bien, de seguro y fue el enano.
Y bueno, esos tipos tenían kilos de miedo a morir.
Bon Appétit para mi.
Pero no me gustó del todo, algunas cosas ya estaban en un mal estado, y devolví sus restos al mundo con mala gana.
A la próxima mándenme carne mas buena.
—Pobrecita, esta muy triste.
—Ay no me digas Georgi –respondí con sarcasmo.
—Hablo enserio, me recuerda a mi mamá cuando estaba triste.
—¿Y que quieres que haga? ¿Que YO la anime?
—______.
Y entonces oí la voz del enano, venía a su rescate, como caballero en armadura.
—Es mi culpa… yo los mate.
—No lo fue –decía besando sus lágrimas, quien lo viera–, no lo es muñeca, te lo aseguro.
—Hazme olvidar, por favor tómame y hazme olvidar.
Los vi besarse desesperados, él cargándola entre sus brazos como una princesa y ella enredando sus brazos en su cuello; mientras las lágrimas restantes de ______ caían.
—Yyy aquí nos vamos –me aparte inmediatamente de la escena, por alguna razón no quería verlos.
—¿Qué? Oye Penny ¿qué fue eso?
—¿Qué fue qué? –resople con mala gana.
—Eso, te enojaste por ellos.
—Pff, no lo hice –lo ignoré entrando a mi escenario.
—¿Qué te enoja de ______? ¿La odias por no poder asesinarla?
—La verdad si.
—Y odias a Chucky porque no te deja matarla –más que una suposición sonaba a un hecho, y lo era.
—Ahora es una perdedora, y mis enemigos son los perdedores, yo como niños, me alimento de miedo, asusto y traumo gente, es lo que hago –recapitule–. Y ella lo que hace es meterse en mis asuntos protegiendo a niños de mi, una heroína de cuento –solté esas palabras con desagrado–. Solo espero que se vaya lejos y nunca la vuelva a ver…
Ok ______, tienes que decírselo, no debe ser tan difícil, es sencillo en realidad.
Suspiro levemente acomodándose en el pecho desnudo del pelirrojo.
Debes decírselo si no quieres malentendidos…
La mente de ______ revoloteaba en diferentes lugares ahora. ¿Chucky la ayudó? Vaya que si, él sabía como hacerla olvidar los problemas; pues le daba unos nuevos, como esconder las nuevas marcas en su piel por ejemplo.
Sus vacaciones de invierno llegaban, y con todo lo sucedido desde su ingreso a la universidad, pensó que quizá volver a su tierra natal con su muy diversa familia la haría olvidar los pesares y los malos ratos de Connecticut.
Liberar la mente y regresar mejor… solo esperaba él no se lo tomara a mal.
La abrazaba con un brazo, atrayéndola a su pecho, mientras fumaba un cigarrillo sacado del cajón de mesa de noche de ______. Nunca supo cuando o como pero el slasher dejó una cajetilla de cigarros y un encendedor en una de sus mesas de noche; se había tomado dicha libertad y por alguna razón, ______ no quería tirarlos.
¿Qué significaba aquello?
—Chucky… –lo llamó tanteando el terreno, se acercó mas a su pecho y lo rodeo con uno de sus brazos.
El respondió después de darle una calada a su cigarrillo.
—Ya te dije que me digas Chuck muñeca, es nuestro apodo ¿no?
Le gustaba como sonaba eso, nuestro apodo, especial, exclusivo, y solo ella podía decirle así. Al menos eso ella creía y sentía en sus adentros…
—Cierto, perdón –se disculpó de inmediato y él beso su cabello alborotado–. Yo emm… –los nervios le estaban llegando, pero no debía dejarse vencer ahora que tenía su atención–, bueno… mis vacaciones de invierno están por llegar, y yo… tengo que irme, regresar con mi familia. Prometo volver, después de todo solo son vacaciones pero eso no significa que deje aquí la beca.
Explicar aquello con rapidez, precisión y resumido le costó, se sentía nerviosa, un gigantesco nudo había en su estómago, evito su mirada durante toda la explicación, sabía que mirar sus ojos, y saber que expresión daba su rostro la desconcentraría.
Pero al terminar miro su ceño con totalmente atención en ella. ¿Qué pasaba por su cabeza? Ella, no lo sabía.
Charles tenía mucha información nueva sobre su chica, ¿tenía una beca? No lo sabía. Vaya chica inteligente.
Se iba a ir… claro, las vacaciones que todos los universitarios tienen, hasta sus hijos las tendrían, por eso debía pasar mas tiempo con ellos.
Y durante ese tiempo sería navidad en el castillo, aquella celebración que a petición de la consentida de Elvira, Carrie, y el bebé grandote de mamá, Jasón, se hace en el castillo. Eso y al bienhechor de Ash le hace buena idea y lo apoya.
Los slashers no celebran navidad, Halloween es la época, SU época. Aunque Michael ya se la haya apropiado.
Aunque bueno, lo que sea por algo de comida y alcohol gratis.
Se fue por las ramas, irse con su familia significaba distanciamiento, y un tiempo lejos entre ambos, lejos de ella, de él…
Quizá así pueda calmar las aguas de el huracán Tiffany. Bajar las sospechas y que ella vea que no hay nada; y cuando su nena vuelva pueda ser todo más calmado.
Oh quizá en ese tiempo sin verse se le ocurran unas cosas nuevas que intentar con ella a su regreso.
—Esta bien –esas palabras salieron de la boca del estrangulador de Lakeshore y ella sonrió aliviada, podría irse en paz suponía–. Pero –se preocupó ante su tono de voz.
Volteó a mirarla, un brillo hambriento y libidinoso invadió sus ojos azules, y mientras sonreía de lado le vio lamerse los labios al mirar su cuerpo.
—Pienso cobrar desde esta noche lo que no podré hacerte en todo ese tiempo princesa –apago de inmediato su cigarrillo y se lanzó encima de ella y sus labios.
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