Capítulo 2
Dedicado a nosoynadie_Rayis y a BadGirl_3022
Baje del avión y me fui a la sala de espera, me senté en un lugar apartado y saque mi teléfono. Lo prendí y fui a notas. Ahí había anotado todo lo que debía hacer apenas llegara.
Conseguir un taxi y pedirle ir a la torre departamental Misty Forest
Encontrar a la gerente y pedirle mi habitación
Dejar mis maletas e ir a la universidad a matricularme
Desempacar
Salir un rato a la ciudad y explorar
Guardé mi teléfono en mi chaqueta, tomé mis maletas y salí del aeropuerto. Fui a la zona de taxis, escogí el primero de la fila, metí mis maletas en su cajuela y me subí.
-¿A dónde la llevo señorita? -preguntó el chófer mirándome desde el retrovisor.
-Torre departamental Misty Forest, cerca de la universidad Connecticut -pedí.
El asintió y encendió el carro comenzando a conducir. Baje la ventana un poco para dejar que el aire me golpeara en la cara, saqué mi teléfono y mire la hora; el horario iba una hora adelantada. Eran las cuatro y media.
-Y dígame señorita ¿Que la trae a Connecticut? -me llamó y yo le preste atención-. Digo usted no es de por aquí ¿O sí?
-¿Tanto se nota? -pregunté.
El asintió y yo solté una risita.
-Pues no, de hecho no. Vengo a estudiar enfermería y psicología a Connecticut, además de que sería un buen lugar donde quedarme a vivir -respondí sonriente.
-¿Problemas familiares? -preguntó.
-Pues de hecho no. Llamele, querer dejar el nido y volar lejos -sonreí de lado-, volar muy lejos -murmure.
-Bueno, eligió el mejor estado. Connecticut es muy tranquilo y encantador. Parece sacado de una película, a veces de terror -bromeó.
-¿Por qué dice eso? -pregunte intrigada.
-Porque varias películas se rodaron aquí señorita, la mayoría de terror y unas pocas de amor -explicó-. Además la semana pasada comenzaron a haber asesinatos "peculiares" en el estado. Y aunque sean muy pocos se cree que puedan aumentar.
-No cree que sean coincidencia ¿o si? -pregunté yo.
-Nah, yo solo creo que es normal. En todos lados debe pasar ¿no lo cree? -me pregunto.
Sonreí
-Si, creo que sí.
Finalmente llegue a la torre departamental. Cuando la vi por la ventana debo confesar que era ancha y no tan alta como imagine.
Con ayuda del taxista baje mis maletas.
-Gracias y conserve el cambio -dije dándole el dinero.
-No hay problema señorita -me dijo subiendo nuevamente a su taxi-. Ah, y bienvenida a Connecticut -me dijo antes de marcharse.
Sonreí por eso y con mis maletas me dirigí hacia la entrada. Mientras caminaba con mis maletas a la mano, pude ver a muchos estudiantes parecidos a mi.
Entre a la recepción, muy moderno y simple a la vez. Mis ojos viajaban por toda la habitación, examinando todo, y mire a una mujer en el mostrador. No pasaba de los 50, se veía maquillada, aunque no tanto, pues mostraba su edad con honra. Rubia, piel blanca y ojos miel, pero desprendía un aura amable.
-Disculpe -la llame y ella alzó la mirada hacia mí-. Hola, mi nombre es _____, y reserve hace un par de semanas un departamento.
-Ah, si _____, nos avisaron que llegarías hoy -me dijo sonriente y miró a la computadora-. Sip, aquí estas, y tienes pagados tres meses de renta, pero como cortesía de la casa por pagar anticipado te damos un mes gratis.
-Wow gracias ahhh...
-Angelica querida, pero todos me dicen Ángel -abrió un cajón de su escritorio-. Dime ¿Qué se te hace más fácil? ¿Tarjeta o código?
-Uh el código supongo, ese solo yo lo sabré -respondí algo confundida.
Saco de sus cajones una tarjeta, un papel y una llave
-La tarjeta es para el elevador y para entrar a tu departamento, en el papel está la clave de tu departamento para entrar en caso de no tener la tarjeta -me explico entregándome el papel y la tarjeta-; y la llave, bueno, esa es en caso de no traer la tarjeta y olvidar el código, y tener que hacerlo a la antigua. Sin la tarjeta no podrás acceder al elevador y tendrás que subir por las escaleras.
-Wow, cuanta seguridad -dije tomando la llave y guardandola en mi bolsillo.
-Es para evitar accidentes y eso, estamos cerca de la clínica de rehabilitación Nayden y bueno, gente loca se atiende ahí. La última vez uno de sus pacientes entró a la torre e intentó atacar a un estudiante -me explicó.
Sentí un escalofrío recorrer mi pecho y mi estómago.
-Pero tranquila -adhirió sonriente-. Desde aquel incidente tenemos más seguridad y la clínica es vigilada por la policía.
-Bueno, menos mal -dije aliviada-. ¿Aquí solo viven estudiantes?
-Oh, no querida -respondió sonriente-. Los primeros pisos y la planta baja son para parejas o familias y de la tercera planta para arriba son estudiantes e individuales.
-Bueno, gracias por todo Ángel -le agradecí sonriente tomando mis maletas.
-Tu habitación está en el tercer piso, número 6 linda -me dijo mientras me dirigía al ascensor.
-Gracias de nuevo -alcé la voz para que me pudiera escuchar antes de que la puerta se cerrara.
Puse la tarjeta en la cerradura al lado de los botones del elevador, este emitió una luz morada y los botones se encendieron. Presione el botón del tercer piso. Espere un rato y las puertas se abrieron. Asomé la cabeza y mire lo largo que era el pasillo, además de la enorme distancia que había entre cada puerta.
Tomé mis maletas y busque el departamento número 6. Finalmente lo encontré, estaba en el rincón, enfrente del número 5, le reste importancia. Pasé la tarjeta por la cerradura y esta también tomó un color morado. Se oyó un "click" y abrí la puerta de mi nuevo apartamento.
-Wow -fue lo único que pude articular.
Para ser residencia normalmente para estudiantes estaba muy bien. Hasta balcón tenía, era genial. Ya luego la explorará a fondo.
Rápidamente deje las maletas en la sala, saqué mi teléfono y mire la hora, las cinco en punto, y en una hora cerraban el registro.
Abrí una de mis maletas, donde ya tenía un sobre con todos los papeles necesarios para matricularme rápidamente.
Saque también un bolso donde metí el sobre, mi teléfono y mi cartera. Papá me había dado algo de dólares, así que podría pagar un taxi o irme caminando.
Caminando, será mejor y así ahorro y no contamino.
Tomé mi bolso y abrí la puerta para salir del apartamento. Oprimí el botón del ascensor y este se abrió. Me metí en él, pase la tarjeta por la cerradura nuevamente y oprimí el botón de la planta baja. No tarde mucho y luego salí de ahí. Caminando por la recepción en dirección a la salida.
-¿Vas a matricularte? -preguntó Ángel alzando la mirada.
-Si así es -respondí abriendo la puerta para salir-. Adiós, volveré al rato.
Salí de ahí, saqué mi teléfono y mire el mapa en dirección a la universidad. Estaba a una dos cuadras y media. Decidí emprender paso hacia la universidad. Mientras caminaba pude observar que cerca de la universidad había cafeterías, antros y bares. Me moría de ganas por explorar la ciudad. Pero eso tendría que esperar hasta la noche o incluso mañana.
Finalmente llegue. Me pare enfrente de la universidad.
-Asombroso -dije en voz alta mirando la entrada de la universidad.
Parecía más bien un castillo que una institución. Creía que estaba entrando a Hogwarts. Me encantan a su arquitectura, antigua, elegante y combinaba lo moderno.
Decidí guiarme hacia la oficina de registro con las flechas, mirando a mi alrededor a un montón de personas en el campus. Eran casas de fraternidad, pues, o todos usaban la misma prenda con un escudo, o estaban en un puesto con banderines que decían el nombre de su fraternidad.
Invitaban a todos los que pasaban inscribirse en su fraternidad, o sus clubes. Lo hacían con ánimos y entusiasmo.
Los ignore y seguí mi camino, por ahora no quiero una fraternidad, solo matricularme.
Entre al edificio principal, subiendo escaleras y caminando entre pasillos que parecían más bien laberintos. Pensé que no necesitaría ayuda, pero me rendí. No tenía ni puta idea de donde estaba. Me había perdido como era mi costumbre.
Risas estrepitosas seguidas de pequeños sollozos comencé a escuchar repentinamente. El sonido me atrajo y decidí seguirlo preparando mis puños para lo que fuera a pasar.
El sonido se intensificó, estaba a la vuelta de la esquina. Con sigilo asomé la cabeza y mire una escena no muy agradable que digamos.
Dos chicos, habían arrinconado a una chica rubia, esta intentaba defenderse intentando zafarse de ellos, pero la habian arrinconado contra los casilleros. Susurraba por ayuda, pero estos eran callados por las risas de los chicos. Comencé a enojarme por ellos, mientras más veía más furia me hacía sentir, y no puedo controlar bien mis acciones o todo cuando estoy enojada. Apreté mis puños con fuerza y decidí salir de mi escondite.
Camine con paso fuerte y resonante hacia ellos, ellos al verme alzaron la mirada y la dejaron por un momento. No les deje articular ni una sola palabra cuando me acerqué a uno de ellos, y con toda mi ira cargada y lista en mis puños lo golpeé en parte de la mandíbula y boca, tirándole contra los casilleros.
El otro, que parecía ser la cabeza de todo se acercó a mí amenazante y furioso.
-¿Qué te pasa maldita? -me amenazó intentando tomarme del cuello de la chaqueta.
Cuando intento hacerlo, con mis manos, tome sus muñecas, puse mi cuerpo contra el suyo y lo arrincone en contra de los casilleros.
-Más te vale dejarla en paz, o te meteré mis dedos en tu vagina -le amenace.
-L-los hombres no tenemos vaginas, perra loca -me respondió algo temeroso pero luego me escupió en la cara.
-No, pero me encargare de hacerte una artificial -le dije nuevamente.
Lo azote contra los casilleros fuertemente, para luego aventarlo al suelo.
-¡Ahora corre! Antes de que te alcance y me arrepienta de no habértelo hecho antes -ordene y este temeroso tomó a su amigo del hombro y corrieron lejos.
Me limpie la saliva que el me había escupido, para luego acercarme a la chica e incarme frente a ella.
-¿Estas bien? -pregunté llamando su atención y recogiendo un mechón de su rubio cabello.
-E-estoy bien -me respondió temerosa.
-¿Te hicieron algo? -pregunté.
Ella negó con la cabeza, mientras se limpiaba sus lágrimas con las mangas de su suéter color rojo pálido.
-Ven, déjame ayudarte -le dije tomando sus manos y levantandola.
-Gracias -me dijo ella sonriendo levemente.
-No hay por qué -respondí sonriente y dejé de tomar sus manos para poner las mías en los bolsillos de mi pantalón-. Soy ____ ______, ¿Y tu?
-Soy Car -pauso un momento y gimoteo-, ly, Carly White.
-¿White? ¿Como Carrie de aquella película de terror de los 70's? -pregunté algo bromista.
Un brillo apareció en sus ojos.
-¿Conoces esa película? -preguntó ella.
-Pues si, mis papás me la enseñaron cuando era niña, es un clásico -explique divertida.
-¡Carly! -gritó alguien y nosotras volteamos a ver.
Un chico de cabellos azabache, piel blanca y ojos heterocromáticos, uno azul oscuro y otro celeste, con dos cicatrices: una en el ojo celeste que le atravesaba el ojo de manera vertical y otra en su labio de igual manera, venía corriendo hacia nosotros, preocupado y como alma que lleva el diablo.
-Carly, ¿Estas bien? ¿Esos idiotas no te hicieron algo? -le preguntó preocupado.
Ella negó dulcemente.
-Estoy bien Michael, esos idiotas estuvieron a punto de hacer algo -me miró y me sonrió-, pero alguien vino a salvarme antes.
El se acercó a mí, se puso frente a mí y me sonrió.
-De verdad te lo agradezco -me dijo.
-No hay de que -respondí-. Soy ____, ____ _______ -saludé extendiendo mi mano.
-Michael, Michael Mylers -respondió estrechando manos.
-Sabes, tu nombre me recuerda a Michael Myers, el asesino de Halloween -le dije animada.
Tosió un momento y después tragó saliva. Como si hubiera dicho algo extraño.
-P-pues ¿que te digo? Mis padres amaron esas películas -dijo algo nervioso.
-Apropósito ¿Quienes eran ellos? -pregunté.
-Calvin y Binx, molestan a Carly desde el año pasado -me respondió Michael frunciendo el ceño y después chistando-. ¿Por qué no hiciste algo Carly? -le reclamó-. Si tan sólo yo hubiera estado ahí.
-M-Michael, no te lamentes, después de todo _____ vino a ayudarme -le respondió sonriéndome.
Sonreí de misma manera. Entonces saqué mi teléfono y mire la hora, 5:20.
-Mierda, olvidé matricularme -dije en voz alta y ellos me miraron.
-¿Matricularte? ¿Eres nueva? -repitió Carly.
-Eso explica porque fuiste lo suficientemente fuerte y valiente como para enfrentarte a esos dos -me elogió Michael.
-Te acompañaremos, nosotros lo hicimos en la mañana -dijo Carly más animada y tomándome de la muñeca.
Me acompañaron hasta la secretaria y durante el camino hicimos una platica.
-¿Y sobre qué vas a matricularte? -preguntó Carly.
-El principal es psicología, pero como secundario está enfermería -respondí-. ¿Y ustedes?
-Michael esta comenzando a dar pruebas y servicios en criminología y forense, y yo estudio ciencias -respondió Carly.
Me esperaron afuera de la secretaria, entre y di los papeles necesarios para matricularme. Cuando terminaron las formalidades, salí y los chicos seguían afuera. Ellos me llevaron hasta afuera del campus y allí nos sentamos debajo de un árbol, algo apartado de las fraternidades y los clubes.
-¿Te gustaría ir con nosotros a un bar cerca del instituto en la noche? -me animo Carly-, te presentaré a un par de amigos ahí, algunos incluso estudian lo mismo que tu.
Me quedé pensativa un rato. No sería mala idea, además, la idea del bar era tentadora, las clases empezaban el lunes, tenía todo el fin de semana para disfrutarlo y teniendo nuevos amigos.
-Si claro -acepte y ella soltó un gritillo.
Intercambiamos números y después decidí irme a alistarme o al menos pintarme los labios. Quedamos a las 8:15 ellos pasarían por mi, así lo quisieron.
Cuando llegue al edificio, mi sonrisa no pudo salir desapercibida hacia Angel.
-Alguien está muy de buenas~ -musito ella cuando me miró.
Voltee a verla y me apoye en su escritorio.
-Ángel, todavía no empiezan las clases y ya conocí a dos amigos -le explique sonriente-. Me invitaron a tomar algo.
-Que bien pequeña, diviértete -me dijo último y yo me dirigí hacia el elevador.
Al llegar a mi apartamento finalmente decidí echarle un ojo. Era espaciosa, linda y cómoda, tenía un televisor y la cocina era algo amplia, no tenía mesas pero eso no importaba solo viviría yo. Tomé mis maletas hacia mi cuarto y vi lo grande que era la cama. Me lancé hacia ella y solté un suspiro. Mi teléfono sonó y lo revisé, era el número de Carly.
Hola ____!
Recuerda, pasaremos por ti 8:15
No lo he olvidado
Los veré ahí
Cerré mi teléfono y abrí mis maletas, tenía tiempo para acomodar mis maletas y ponerlos en el armario de mi cuarto, era muy grande, más que el mío, eso me disgustó e incomodo un poco. Acomodé parte de mi ropa, solo ropa interior y parte de mis blusas, mañana acomodaría todo.
Decidí mirarme en el espejo al lado de mi cama. Me veía bien segun yo y me gustaba esa ropa, solo debía lavarme la cara, peinarme y maquillarme un poco. Eso hice, además de ir al baño y hacer lo que debía. Me deje el pelo suelto y solo me puse labial y unas sombras, nada de base ni alguna crema rara. Y aunque tenía de esas no lo veía necesario.
Mire mi teléfono, ya era la hora acordada, tomé un bolso y mi chaqueta, metí mi tarjeta y dejé mis llaves en la mesita de noche de mi cuarto, no lo creía necesario, ni que me fuera a emborrachar.
Cerré la puerta y luego me dirigí hacia el elevador. Después salí hacia la recepción y me despedí nuevamente de Ángel.
-Diviértete -me animo.
Le sonreí y le guiñe el ojo. La salir del edificio, vi a Michael apoyado en un auto plateado.
-Bonito auto -dije antes de subir.
-Es un regalo de mis padres -me miró-, te ves bien.
Le sonreí y me metí en la parte de atrás, Carly me saludó y yo a ella, Michael arrancó el coche y fuimos a un bar cerca de la facultad, medí las calles, podía irme caminando si algo pasaba.
Al entrar el olor a hamburguesas, alitas de pollo y cerveza se olía, además de que parecía ser una gran fiesta. Dejamos nuestras chaquetas y suéteres en un perchero. Pero antes de hacerlo alguien chocó conmigo y me tiro sus papas fritas.
-¡Ten más cuidado idiota! -le grito Michael enojado.
El chico, pelirrojo y de cabellos lacios, ojos azul con gris, pálido, con pecas y algo flaco, corrió de nosotros y se alejó, temeroso.
-¿Estas bien _____? ¿No te manchó? -preguntó Carly revisando mi ropa.
-No, estoy bien -solté un suspiro-. Es mi chaqueta favorita, pero se lavara -le anime-. A propósito ¿Quién era él?
-El idiota de Glenn -chisto Michael.
-¿Qué?
-Glenn, es compañero de Michael desde el curso pasado, también estudia para médico forense -me explicó Carly-. Pero es totalmente opuesto de su hermana gemela Glenda, es grosera, mimada y para nada amable.
Mire por donde se fue el chico, intente seguirle con la mirada pero no lo encontré. Frunci el ceño, esperaba hablar con él y disculparme.
-Vengan, vamos a la barra -me animo entrelazando brazos.
Mientras caminábamos pude divisar a alguien que me miraba, estaba en una mesa apartado de todos, se parecía a Glenn, pero no era él. Pues cuando volteo su cara fue algo extraña para mí, me recordó a él. Incluso sentí miedo y sentí un escarmiento, mire hacia otro lado
A quien le guste este Glenn levante la mano
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