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Capítulo 14

Musica recomendada para este capítulo

Don't threaten me with a good time - Panic! At the disco

Here - Alessia Cara

Bury a friend - Billie Eilish

Ustedes sabrán en que escena ponerlos

Me encontraba en las alcantarillas, las cloacas o como quiera uno llamarle; pero estas, no eran las cloacas de Derry, si no de aquella ciudad donde se quedaba esa chica _____. 

De alguna manera, pude conseguir comida, ya sea porque alguno de los Slasher asesinos no ocupa sus cadáveres para algo más, o bien Bubba y Thomas me dan unos pocos; aunque estos suelen decir que si quiero ellos me lo cocinan y preparan. 

¡Iu! ¡No! Eso solo le quita el encanto y el sabor del miedo; además, no me gusta convivir de más con ellos, aún no me acostumbro. Recuerdo que la primera vez, intenté comerme al amigo del enano y al enano porque lo confundí con un niño; ¿qué puedo decir? Me confundió su estatura y su voz de Good Guy. 

Además, se me hacía algo raro el convivir de más con ellos, el solo pensarlo me daba un enfermo escalofrío. 

Acababa de comer, y algo que había desarrollado era el limpiarme los dientes con un mondadientes, un palillo o algo, tenía comida atascada que no quería desperdiciar. 

—¿Y bien? –preguntó Georgi apareciendo flotando alrededor mío. 

—¿Y bien, qué? –le pregunté sin entender. 

—Te he visto muy extraño desde que la fuiste a ver a su departamento hace unos días. Por ejemplo, has estado callado desde ese momento –me comentó el alma y volteo a verme–. ¿Qué pasó?

Me quedé un momento congelado. Recordando lo que encontré al llegar a su apartamento. Ella se estaba cambiando en su habitación, eso parecía, estaba en solo sujetador y lencería, ¿en serio eso hay debajo de su ropa? 

Antes de hacer mi aparición, mire su cuerpo; un muy buen producto de carne. Su piel, se veía suave, no me gusta la piel rasposa, razones por las cual como niños; su piel se parecía a la de estos. No tenía mucha grasa en su cuerpo se veía que se cuidaba y por eso su cuerpo se veía en forma; tal vez si tenía algo de grasa en ella, pero no como otras cosas que he comido antes, esos hasta tenían colesterol, era una bola de grasa. 

Tenía mucho musculo en ella, eso sabía rico, mientras más carne tenga el animal, más se disfruta; pero debe ser equilibrado, es mejor a que casi estarte comiendo un mondadientes debido a lo flaco y desnutrido que esta el cuerpo, eso hacer perder el apetito. 

En mi parecer, prefiero la carne que la grasa a la hora de comer esta. 

Ella lograba desprender un hedor apetitoso, dulce, olía bien. El hedor de una persona dice mucho de sí misma, es como una probadita de su sabor. 

Se veía sana. De seguro y sus ojos y sus órganos serían frescos. Me daría un festín si llegara a comérmela, pero debería aprovecharla; probablemente no pueda comer algo como ella en mucho tiempo, debería seguir uno de los consejos de mi padre e írmela comiendo poco a poco, torturándola en el proceso. Sería algo divertido

La piel y la carne siendo arrancada con mis dientes, tragarme los huesos más pequeños; succionar su intestino delgado cual espagueti, comer su intestino grueso como una gigantesca barra de carne y comer sus riñones como si fueran pan. 

Que festín. 

Admire que en su cuerpo habían unas marcas que me llamaron la atención. Marcas con tonos morados, rojizos casi negros; incluso había algunos como si parecieran mordidas, en tonos rojos. 

Se veían algo brutales y dolorosas. 

¿Cómo se hizo eso? ¿Acaso son marcas de nacimiento? ¿Tuvo un accidente y eso se le quedó? ¿Son heridas? ¿Peleó con alguien y la lastimó? 

Fuera lo que fuera, me gustaba; era algo, bonito y atractivo en la carne. Fue por eso que se lo comenté

—Mmm~ ese rojo se ve encantador en tu piel. 

—¿Penny? Penny... ¡Penny! –Georgi me saco de mi mente y finalmente le puse atención–. Ah, ya era hora. Estuviste así un largo rato, ¡mirando a la nada! –me dijo. 

—Cálmate niño –fui capaz de tocarlo y lo empujé algo lejos de mi–. Solo recordaba lo que vi. 

—¿Qué viste? 

Me quedé un momento en silencio. 

—A ella en ropa interior –respondí no muy seguro de sí decirlo. 

Georgi inmediatamente se cubrió los ojos con las manos, y soltó quejidos de lo que yo creía era vergüenza. 

—Agh no puede ser Penny, eres un pervertido. 

—¡Yo que iba a saber! –me defendí. 

Finalmente se calmó. 

— ¿Y qué pasó? 

—Es ruda, fue capaz de insultarme, hacerme frente y no sentir miedo –comencé a platicarle mientras volvía a mi trabajo con el mondadientes–. Más bien ella sentía enojo, se ve que me odia... Y tiene un artefacto que me hizo sentir... raro. 

—¿Quieres decir que ella es una criatura mágica? ¿Cómo un ángel o esos cuentos de hadas? 

—No, Georgi. Ella es cien porciento humana, común y corriente. De seguro Maturín o algún ser angelical le dio esos artefactos para defenderse de mi –chiste la lengua mientras terminaba de limpiar mis dientes–. Eso ralentizara mi plan. 

—¿Cuál plan? –pregunto el chico. 

—El plan de matarla y comérmela obviamente. 

—¿Aún quieres matarla y comértela? ¿Después de saber que tiene con que protegerse? ¿Después de saber lo importante que es para Chucky? –me pregunto de brazos cruzados. 

Tenía razón, el enano la protegía las 24 horas, debía ser listo y buscar un momento en el que ella no esté bajo su ojo y se quitara ese brazalete y ese collar. 

—¿Por qué te interesas tanto en ella ahora? ¿Por qué no mejor vas con todos los perdedores y no sólo ella? –hizo una mueca de sorpresa–. ¿O será que te interesa? –me miró sonriendo ladino. 

—¿De qué otra manera me va a atraer si no fuera como comida? –pregunté sin entender al mocoso y ladeando la cabeza. 

Soltó un suspiro. 

—Ay Penny, tienes tanto que aprender –me dijo burlón. 

—No te hagas el señor experimentado. Te comí cuando tenías 8 años –le reproché. 

—¡Casi tenía nueve! —se defendió inflando los mofletes. 

—Sí sí aja. Lo que tu digas niño –respondí sonriendo victorioso. 

De repente, a las cloacas se escucho el sonido retumbante de unas risas femeninas; captaron mi atención y la de Georgi. 

—¡____! –hablaron dos voces femeninas.

Eso despertó mi interés. Nos hacer amos a él túnel que conectaba con los ductos de ventilación de aquel lugar para escuchar mejor. 

—Kelly, Jenna, mi pareja favorita ¿qué hacen aquí? –reconocí de inmediato la voz de ____.

—¿Recuerdas que hace mucho Kelly y yo nos hicimos pareja?

—Aja

—¿Y te preguntamos por una torre departamental cerca del campus y tu nos sugeriste el tuyo?

—Por supuesto.

—Pues Kelly y yo decidimos vivir juntas, ¡aquí! 

Escuche gritos y chillidos de emoción, eso me hizo sobresaltar. Que ruidosas.

—¿Pero como? –pregunto ____.

—Acabamos de pasar nuestras cosas a la habitación 4

—¡Somos vecinas!

—Wow genial –en la voz de ____ pude sentir algo de nervios en incomodidad-. Son recién llegadas, ¿qué quieren hacer?

—Bueno, teníamos planes de ir al Beast club, queríamos ir al Candy of Muriatic Acid, pero es muy exclusivo

—Y que lo digas –oí a ____ responder-. Yo solo puedo ir si Madie va.

—¿Vienes con nosotras? –sugirió una de las chicas-. Jenna tiene auto, así que podemos ir juntas.

Escuche silencio durante un rato, hasta que por fin, ____ les contestó.

—Seguro. Sera divertido ir –respondió ella.

Nuevamente una soltó un gritillo. ¡Diablos! ¿Qué no saben mantener postura y discreción? Mujeres locas.

—Te vemos a las 8 ____, adiós. 

Y no escuchamos nada más que pasos y puertas cerrándose.

—Conozco esa mirada, Penny, si haces una locura esta vez no te voy a defender ni a consolar si Elvira te regaña –hablo Georgi mirando la sonrisa y la mirada que se acababa de formar en mi. 

—¿Sabes? –comencé a hablar volteando a ver a Georgi–. Hace mucho tiempo mi padre me enseñó cómo se vería él en versión humana –me levanté de mi lugar–. Me contó las veces en las que uso su forma humana para comer niños, el adoptaba el nombre de Bob Gray y devoraba tanto que sería considerado genocidio –me quedé un momento en silencio–. ¿Y si lo intento yo? 

—¿Vas a convertirte en un humano, para seguir a _____ hasta ese club? –preguntó Georgi incrédulo–. ¿Por qué tanta obsesión por matarla y asustarla? –me gritó. 

Quedé un momento en silencio. 

—Porque está vez, es personal. La odio por meterse en mis asuntos, se supone tu hermano debió haber muerto o al menos quedar traumado en aquella casa de los espejos, pero ella lo salvó, es una metiche; quiero que vea como todos sus amigos y gente querida muere por su culpa. Y ella no puede hacer nada. 

Concentré mi mente en la imagen de mi versión humana, hace mucho mi padre me dijo como sería. Después, centre a mi cuerpo en transformarse totalmente, mi piel menos moribunda, mi cabeza no tan grande y arregle mi cabello con mis manos para darme una apariencia juvenil. 

Lo único que me costó quitar de mi cuerpo eran mis marcas, ya que, mientras más practique más iré mejorando en mi transformación. Finalmente mis ropas, tras haber comido a ya varios jóvenes en esta ciudad de universitarios, me he dado una idea de lo que usan; hay varios tipos de ropa que me llaman la atención y son de mi agrado. 

—Penny, por favor piénsalo bien –me pidió con tono nervioso–. No sabemos qué pase después de esto. 

—Solo tengo una pregunta que hacerte –me relamí los labios–. Georgi... ¿Qué tal estoy? 

El ambiente de el Beast bar era totalmente diferente al Candy of Muriatic Acid. El Candy of Muriatic Acid es más bien un antro, casi ni había un asiento o sillón, había muy escasos; pero tenía una pista de baile gigante, enorme, un escenario para dj gigante y un pequeño bar, ya que las bebidas pasaban ofreciéndotelas. 

Beast era una combinación cómoda de ambos. Una amplia barra con luces cálidas, asientos separados por si solo quieres estar tu y tu grupo, combinaba perfectamente las luces de tonos fríos de neón con los focos cálidos; además, era un poco más calmado que el Candy of Muriatic Acid, solo una de diez parejas se está comiendo a besos. 

Decidí comprarme un nuevo vestido para salir, también era de lentejuelas, pero era combinado con tela satinada roja; me había encantado. 

Las chicas y yo habíamos bebido un par de cervezas y comenzamos a hablar de nosotros, conociéndonos más a fondo. 

Descubrí que las chicas se conocían desde preparatoria. Kelly es hija de un doctor, por eso quería ser enfermera, para ayudar a su padre; la hermana de Jenna y ella fueron maltratadas por su madrastra tras la muerte de su padre, ellas escaparon de casa y le pidieron a los padres de Kelly las alojara hasta que Jenna entrara a la universidad. 

Ella desea ser policía para poder llevar a su madrastra tras las rejas, demandarla por el maltrato y darle el dinero a su hermana menor para que ella viva su adolescencia bien y feliz. 

—Ay por dios, quiero llorar –dije haciendo aire con mi mano–. Se me va a caer el rímel. 

—¿Y qué hay de ti ____? –preguntó Kelly. 

—¿Yo? Bueno, saben de que país vengo, no hay necesidad de volver a decir eso –comencé a hablar y le di un trago a mi cerveza–. Mi familia es grande, e internacional. Se los prometo, las fiestas como navidad y año nuevo son un desastre –solté una carcajada. 

—¿Cómo es que sabes defenderte tan bien? –preguntó Jenna y yo le preste atención–. No creas que no sabemos las veces en las que te metes con Calvin y Binx, antes de ti, Michael era el único que cuidaba a Carly de esos bastardos.

—Mi papá –comencé a hablar–. Mi papá me decía que debía saber defenderme, jugaba a las peleas conmigo y me dio libros de tácticas de pelea; aunque mi mamá era muy pacifista, decía que no era de una niña de bien pelearse. 

—Cambiando de tema, al ser vecinas, ¿no te gustaría que vayamos juntas a la universidad? –me sugirió Jenna siendo apoyada por Kelly. 

—B-bueno... –comencé a actuar algo nerviosa–. De verdad lo apreciaría mucho, ¡p-pero que sea de vez en cuando! No quiero que sea diario ni ser una carga. 

Ellas asintieron y brindamos con una ronda de cervezas, para después, comenzar a bailar divertidas. El ambiente no era lujurioso ni vicioso, era más bien una disco. 

Por un momento perdimos a Jenna de vista, la buscamos por un momento hasta que la escuchamos gritar entre tanta música. Su grito nos alertó y la vimos ser arrastrada por alguien a un rincón oscuro del club/bar. 

Obviamente los seguimos, entre la multitud de las personas bailando alegres; hasta divisar mi dolor de ovarios desde que entre a la universidad. 

Calvin y Binx. 

—Oye Jenna –el tono de Calvin se oía ebria, y aprisionaba a Jenna–. ¿Por qué eres lesbiana si eres bonita? ¿Acaso ningún chico te ha hecho sentir bien? ¿Eh? 

—Déjanos hacerte cambiar de parecer~ –musito Binx en el mismo tono. 

Al igual que la primera vez que los vi, no pensé las cosas, me dirigí hacia ellos me quite mi zapato de tacón, tome a Calvin del cuello y lo golpee en la cara con el filoso tacón. 

—Siempre serán el dolor de cualquiera –dije victoriosa con tacón en mano–. Por eso amo a los zapatos de tacón. 

—Arghh ¿otra vez tu? –Binx me dio atención y se acercó a mí–. Vas a necesitar más que un zapato para tirarme _____. 

Se acercó a mí pero Jenna me ayudó a aprisionar sus brazos para que yo pudiera darle una patada en la entrepierna y golpearlo a él también con el tacón. 

—Nunca subestimes a los zapatos de tacón –dije arreglando mi cabello y poniéndome nuevamente el zapato. 

Jenna corrió hacia Kelly y se abrazaron fuertemente. 

—¿Estas bien? ¿Te hicieron daño? –preguntó Kelly revisando cada facción del rostro de su pareja. 

Jenna tomó su mano y besó su palma. 

—Estoy bien, no lograron nada. 

Las mire sonriendo enternecida. ¡Mi Jelly! 

Pero ese momento se rompió debido a que esos idiotas se iban levantando. 

—Kelly busca a seguridad y llámalos –le ordene dándole mi chaqueta negra y con la sangre hirviendo. 

—¿Pero y si tardo? –preguntó ella asustada.

—Vamos a darte tiempo –dijo Jenna tomando su cabeza entre sus manos y besando su frente–. Ahora ve. 

Kelly se alejó y sonó tras preparamos puños. 

—Me pido a Calvin –dijo Jenna jugando con sus puños. 

—Todo tuyo –respondí con sonrisa sorna. 

Nos defendimos como pudimos, entiéndanlo, usábamos tacones y vestidos algo cortos. O díganme ustedes, ¿llevarían un vestido largo a un club o un antro? 

Madie era experta en patadas, y se desquitaba con Calvin todo lo que quería, se veía que estaba enojada con él; yo daba puños a Binx. 

Sin embargo, hubo uno que otro golpe certero que nos llegaron a dar, a mi Binx me golpeó entre la mejilla y el labio. 

Nos lograron derribar y estaban a punto de desquitarse, cuando Kelly llegó con los guardias de seguridad. 

—¿Qué está pasando aquí? –preguntó uno de aquellos hombres altos y de traje. 

—Ellos nos comenzaron a acosar –fingí lo mejor que pude una cara de inocencia–. Nos golpearon –le enseñe mi herida–. Nosotras solo no quisimos dejarlos y nos defendimos. 

Nos ayudaron a levantarnos y a ellos se los llevaron. Pero mostraban resistencia, y se veía que en cualquier momento se iban a zafar de los guardias. 

—Será mejor irnos –sugirió Jenna. 

—Vayan por el auto, yo las alcanzo, iré por mis cosas –les dije y ellas asintieron. 

Fui hasta nuestros asientos, donde lo único que había eran mis cosas; mi bolso y mi chaqueta. 

Tome mis cosas y decidí salir por la parte de atrás. Pero Calvin y Binx otra vez me alcanzaron y no intentaban dejarme salir, intentaban detenerme y cerrarme la puerta. 

—Esta vez no te escapas maldita –decía Calvin con el alcohol al tope.

Un último derechazo y un cabezazo que me desoriento por un momento fue lo necesario para escapar, que me dejaran en paz y esta vez seguridad los detuviera bien.

Sali de ahi por la puerta trasera, que a mi derecha daba a la entrada del bar/club, y a mi izquierda había un rincón algo oscuro.

—Señorita –oí a alguien decir alzando la voz y voltee la mirada

Aquel muchacho, apenas y podía divisarlo bien en la oscuridad de aquel callejón, por la poca luz que había, reconoci su atractivo y su buen vestir, intrigaba; pero algo, algo en mi interior me hizo negarme a el, una especie de voz interior.

Alejate e ignoralo

Obedecí, comencé a caminar del lado contrario, acomodandome la chaqueta negra que usaba.

—Oye, ¿que no te han dicho, que si alguien te pregunta por tu bienestar debes ser amable? –su tono de voz se había alzado de manera hostigada.

—Tambien me habian dicho no hablarle ni responderle a extraños –respondí intentando no mirar a atrás.

—Oye disculpa por ser amable –su voz tenía algo que me atraía y logró hacerme voltear–. ¿Que te paso en el rostro?

Sentía el pequeño ardor y baje la mirada en aquel lugar donde Binx había logrado golpearme con un puñetazos, de seguro y estaba morado o rojo, ha de parecer raspón.

—No es de tu incumbencia así que déjame en paz –su apariencia ahora había cambiado, y sorprendentemente logró sacarme un escarmiento.

—Maldito acosador hijo de perra ¡ya dejame en paz! –le grite enojada e intentando salir de ahi lo mas rapido posible ahora que sabía que era el.

Me tomo de la muñeca y me arrincono contra la pared.

—¡Déjame! –reclame casi ladrando cual perro.

—¡Tu no te vas de aquí hasta que me digas quién diablos te hizo eso! –me respondió con voz enojada y casi gritándome.

El collar nuevamente volvió a brillar, cegandolo por un momento. Y por un momento, cogí valor, fuerza e ira para darle un puñetazo en la cara, logrando salir de ahí.

Kelly y Jenna había traído el auto y me silbaban para salir de ahí.

—¿Complicaciones? –preguntó Jenna.

—No reaccionaba mi aleja idiotas –respondí subiendo con rapidez al auto y saliendo de allí.

Después de haber caído rendida a mi cama. A mitad de la noche, sentí como algo se acurrucaba entre mis brazos; era algo incomodo y no se dejaba de remover entre mi cuerpo, como una señal de que quería que despertara, así que abrí los ojos para ver que era. 

Vi sus ojos, azules que con la luz de la luna brillaban. Apenas me sonrió de una manera macabra para mí, lo aparte de mis brazos y me pase hasta el otro extremo de la cama, con los ojos desgraciadamente bien abiertos; mirando todo de él, pero no tenía sus cicatrices, cosa que para mi lo hacia mas espantoso. 

Apenas movió su brazo para acercarse a mí, cerré los ojos firmemente y temblé de miedo. Más y más cerca podía sentirlo y sentía que podía morirme en ese mismo instante. 

Lo oí soltar una risita. Reconocí esa risa, no era de él. Era una espantosa, macabra, y que me hacía odiar. 

—Vamos ____~ –habló con una voz que no era él–. ¿Acaso no quieres venir conmigo? 

Negué repetidas veces y apreté la mandíbula y todo mi cuerpo. 

Pude sentir como se acercaba más a mí, abrí los ojos por un momento y pude verlo, aún con el físico de Chucky, y con esa sonrisa, mi cuerpo tembló y parecía iba a morirme en ese mismo instante. 

Sentí como me tomo de las muñecas, me atrajo hacia él y eso me obligó a abrir los ojos. Mala decisión, sus ojos ya no eran azules, era amarillos, un amarillo fogoso que reconocía; pero miedo era miedo, y mi miedo reaccionó como Chucky en su versión muñeco.

—Hola _____~ –musito con una sonrisa macabra y sus ojos brillando como el fuego. 

Solté un grito y me cubrí el rostro con las manos, cerrando los ojos fuertemente.

—¡Abre los ojos maldita sea!

Me negaba, me negaba rotundamente. Sus manos pequeñitas forzandome a destaparme el rostro y obligarme a verlo, me llenaban de terror, pavor; sentía que la muerte era una mejor opción en ese momento que sufrir eso.

—Abrelos. ¿Acaso no quieres verme? ¿Eh _____? ¿No me amas? –su voz llegaba casi a los gritos. 

La adrenalina aceleraba mi corazon y comenzaba a congelar cada nervio de mi cuerpo, casi paralizando mi cerebro.

—¡Tu no eres el! ¡Tu no eres el! -gritaba y repetía como niño pequeño totalmente asustado frente a un padre abusador.

Comencé a soltar lagrimas que se le unian al miedo. Tenía un nudo en la garganta horrible y doloroso, que anhelaba salir y una sensación dolorosa en mi vientre, la misma que sentía cuando tenía miedo, horror.

Quería que la pesadilla acabara, que alguien terminara con esto. Queria al verdadero Chucky, el unico que lograba calmarme. ¡Lo necesitaba a él!


Había entrado en un momento de shock, los oídos me zumbaban y no podia oir nada mas que eso; temblando, estaba encerrada en mi mundo, que en ese momento era un vacío negro, pero tranquilo y sin miedos.

Pero finalmente el zumbido cesó y regrese a la normalidad, regrese al mundo. Me sentí sola y con algo de frío seguía tiritando, hasta que oí algo.

  —____ –su voz. ¡Era su voz!

Pero yo aún seguía temblando, Penny me hizo pasar una mala experiencia y me negaba a abrir los ojos.

—_____ ya todo esta bien –me hablo intentando calmarme y tocarme.

Pero al sentir las pequeñas manitas de plastico nuevamente, me aleje temblorosa, negándome rotundamente y cerrando los ojos lo mas que pude. 

¿Quien me garantizaba que no era ese payaso hijo de puta gastandome otra broma para esta vez matarme del susto? 

—Abre los ojos y mírame –me ordenó.

Con sus pequeñas manos de plástico tomó las mías, y me espante más. ¡Eso no me calmaba para nada! 

Por obligación abrí mi ojos y mire lo que estaba enfrente mío. La razón de mis pesadillas, aquel muñeco estaba frente mio, pero esta vez, sus ojos azules y angelicales me veía con esa mirada que me volvía sumisa en un chasquido, además de tener el rostro lleno de cicatrices. 

Me acerque a él aun con miedo, pero este se iba calmando hasta un punto donde no iba a sobreaccionar; me acerco a el, y con una mirada en el sin ni una sola pizca de maldad, aura demoniaca o psicopatismo, me atreví a tocar su rostro de muñeco.

El plástico estaba algo frío, y cuando tocaba las partes de las cicatrices y las cortaduras, sentía un ligero rasguño. Mientras más tocaba y más exploraba más me calmaba, me sorprendía su paciencia conmigo. 

Toque su cabello, algo suave, sedoso, brillante, y lo cepillaba con mis dedos. Haciendo de este ejercicio un calmante para mi.

Finalmente me sentía lo suficientemente tranquila para tomarlo del rostro, acercarlo a mi lentamente, y besarlo.

Que imagen mas rara y enferma era esa.

Yo, en una playera de tirantes vino y short del mismo color, besando a un muñeco tomándolo del rostro; y no cualquier muñeco, sino Chucky, un asesino slasher, mi peor pesadilla y trauma.

¿Qué tan enferma he de estar para hacer eso?

Nos besamos un largo rato, intentando calmarme, y el tocando mi cuerpo con sus manos pequeñas de plástico; cosa que me estremecía por su toque, mi miedo y el hecho de que era un muñeco.

Metia su lengua dentro de mi boca haciendo un lento vaivén entre nosotros. Sin embargo, la cicatriz en su labio lograba cortarme el labio y sacarme algo de sangre de ahí.

Al dejar de besarnos, el lamió la sangre de mis labios y se volvió un humano, nuevamente mostrando su cuerpo que tanto me excitaba. 

Me acarició el rostro con sus grandes manos por completo, hasta notar, la herida en mi mejilla, tocándola con su pulgar y haciéndome soltar un quejido.

—¿Quien te hizo esto? -preguntó con un tono sereno, pero en el fondo, sabía que estaba molesto.

—No fue Penny –respondi rapidamente–. eso fue lo unico que no me hizo –murmure algo bajo–. Fueron unos chicos de la universidad, me defendí bien, lo prometo –intente excusarme.

Suspiro profundamente y me beso el cuello, dejando un beso húmedo. Me aprisiono entre sus brazos fuertemente y me acurruco en su pecho.

—Ya todo paso. Estas aqui, estas conmigo preciosa –me hablo para después, tomarme del rostro y darnos un último beso en la noche.


—¡Maldito hijo de perra! ¿Donde estas? ¡Voy a meterte tu puto globo rojo por tu jodido ano!

Gritaba eufórico por todo el castillo, soltando maldiciones, groserías e insultos que nadie debería repetir, buscando a ese payaso hijo de puta. Usaba mi forma humana, con mi cabello pelirrojo y mis cicatrices.

Estaba enojado, con la sangre hirviendo y el cólera más grande que se puedan imaginar. 

Finalmente lo encontré, sobándose la mejilla con su mano y soltando un quejido.

—Ahí estás –dije preparando mis puños.

Lo ataque de imprevisto y lo golpee en el rostro, para después, arrinconarlo contra la pared bruscamente.

—¡Aghh! ¡Demonios! Primero tu novia ¿y ahora tu? ¿Qué es esto? ¿El dia de golpear a Pennywise? –preguntó el payaso.

—No, sera el dia de matar a Pennywise –respondí–. Y ella no es mi novia maldito payaso –respondí bajo pero alistando otro golpe.

—Charles ¡basta! –Elvira nos llamo la atencion y nosotros le miramos.

—Chucky ¿que pasa? –Tiffany estaba ahí presente–. ¿Que es este escándalo? Estas llamando toda la atención.

No mentía, a nuestro alrededor estaban casi todos los slasher, con algunas excepciones, mis hijos por ejemplo, ellos tenían clases. Debía pensar bien en que iba a decir, y cómo darle sentido a mi enojo.

—¡Este hijo de perra uso mi forma de nuevo para asustar a alguien! -lo azote contra la pared-. Lo vi hacerlo, ¡se supone esa persona sería mi presa!

Elvira miro hacia el payaso.

—Penny, ¿eso es cierto? -preguntó ella cruzada de brazos.

Mire hacia Penny, y por un momento, logré divisar una especie de fantasma o ente; parecía un niño, que le estaba susurrando algo al oído para después responder.

—Si, lo hice -dijo con desgano.

—Tendrás que acompañarnos a mi, a Saw y a Pinhead a la oficina, tenemos mucho de que hablar -hablo la dueña de la casa.

Finalmente lo solté y lo vi irse, con los tres hacia otro pasillo. Tenia aun la atencion sobre mi, haci que lo ignore importandome una mierda y sali de ahi.

Esa mañana me negué a que me fueran a dejar, en la mañana les llame y les dije: "No gracias, hoy no". Me fui caminando, evitando a Ángel, no quería preocuparla; ella me recordaba a mi madre, me doleria el corazon verla preocupada, asi que me fui mientras ella estaba distraída.

Sin embargo, al bajar del autobús y comenzar a saludar a los que conocía o me caían bien, algo pasó.

—¡____! ¿Estas bien?

—¿No te duele?

—¿Con quien te peleaste? 

Esas eran las preguntas que varios me hacían. Solo me limitaba a decir cosas como: estoy bien, solo fue un rasguño, he tenido peores, no me dolio, valió la pena.

Intentando alejar a todos a los que le agradaba. Y yo que pensé que no le agradaba a muchos. 

—_____ ¿te sientes bien? ¿Qué es esto? –pregunto Bev tomando mi rostro entre sus manos y revisandome.

—¡Auch! Bev, estoy bien –le aparte levemente–. Solo es una pequeña herida, he tenido más severas.

—¿No fue Pennywise? –preguntó ella.

Negué rotundamente. Si tan solo supiera que logre darle un puñetazo.

Ya que los demás perdedores no estaban presentes, le pedí no les dijera, ella entendió y guardó silencio, cubriendome frente a ellos.

—Mi madre ____ ¿que te pasó? –preguntó Maddie–. ¿Acaso el te pego? -susurro lo ultimo.

—¿Que? No, no, el no me pegaría, el no es de esos –respondí.

Pero si es de los que asustan, pensé.

—____ ¿estas bien? –preguntó alguien, llamando mi atención.

Era Glenn, totalmente preocupado, acercándose a mi.

—Claro que esta bien hermano –intentó alejarlo su gemela tomándolo de su brazo–. Hierba mala nunca muere -me frunció el ceño-.

Logró zafarse del agarre de su gemela.

—¿Segura que no te duele? Se ve algo feo –dijo intentando acercarse a mi rostro, pero aleje su mano de mi herida.

—Estoy bien Glenn, solo no quiero que lo toquen, ahi si verdaderamente duele –intente excusarme mostrándole una sonrisa.

—¿Quien fue? –pregunto frunciendo el ceño levemente.

—Mi tipico dolor de cabeza –respondí mirando disimuladamente a Calvin y a Binx, quienes se alejaron de ahí a paso apresurado y ocultando sus rostros.

—Bueno, espero te recuperes –su hermana lo jalaba más y más lejos y ahí–. Adiós –finalmente se fue.

Suspire aliviada y me diriji con Maddie y Kelly al edificio de medicina.

Fuimos hacia nuestras primeras clases, teoría y bases de anatomía y medicina. Durante las clases no pude concentrarme bien, el idiota de Pennywise estaba en mi cabeza; genial, hasta me jodia en mis pensamientos. Así que tomé mi teléfono, abrí notas y escribí:

Razones para odiar a un hijo de puta como Pennywise.

Ojo, las imágenes usadas aquí pertenecen a sus respectivos dueños, yo no tengo nada que ver. Son de procedencia rusa, sus artistas son rusos por lo que yo se.

Yo lo único que hice fue ponerles uno que otro filtro y el texto que, OJO, no es la verdadera traducción.

De hecho las imágenes son de un comic Bill x Pennywise hasta donde yo se.

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