New York 1958.

El crudo invierno se había instalado en las ramas de los árboles y en el pavimento de la gran ciudad de New York.
Era una fria mañana de enero cuando
él omega ayudaba a sus padres con la tienda de antigüedades.

La familia Kim se había mudado a los Estados Unidos hace más de un año, debido a la guerra en su país natal Corea.
Sus padres con mucho esfuerzo alquilaban un pequeño departamento en Manhattan, habian instalado una tienda de antigüedades, y un pequeño restaurante de comida asiática.

Esa tarde, sus padres debían hacer un pequeño viaje dejando a cargo de la tienda a su hijo adolescente.
No era una noche cualquiera, ya que era más fria de lo normal, el omega puso agua a hervir en una tetera para prepararse una taza de cocoa caliente con malvaviscos que tanto le gustaban.

El día había estado más tranquilo de lo habitual y pocos clientes habían llegado a buscar algún artículo, ya que recién habían pasado las vísperas de navidad,
la mayoría de los negocios se encontraban desiertos.

Mientas tanto un joven alfa se encontraba buscando un obsequio para
él cumpleaños de su madre.
Había recorrido muchas tiendas y no había encontrado nada de su gusto, eso sin contar que recién se había mudado a New York y había terminado perdiendose en la gran ciudad, se hallaba con hambre y cansado de manejar varias calles en su auto convertible.

Estaba a punto de marcharse y regresar a su hogar, cuando algo de repente le llamo la atención.
Al final de la cuadra donde iba manejando se encontro con una tienda de antigüedades, iluminada con unas pequeñas luces blancas y algo en su corazón le dijo que debía detenerse.
Estacionó su automóvil y se bajo rumbo al local, y lo que más le llamo la atención fue un pequeño adorno de bronce con la forma de una 'flor de cerezo'.
El alfa no supo porque razón le recordaba algo o a alguien en especial.

Se detuvo en la puerta unos segundos contemplando el adorno y luego entró saludando pero no obtuvo respuesta alguna.
Al entrar noto que sobre el mostrador había una caja de cartón y había un pequeño letrero que decía " fotos a veinticinco centavos'.

Siguió curioseando el lugar y noto que habían muchos artículos interesantes,
un hermoso jarrón azul de la época Joseon, unos cuadros de hermosos paisajes, una vieja rueda de una carreta colgada en la pared, y en una vitrina unas hermosas joyas antiguas, unos anillos y una gargantilla con un corazón de amatista.

Al seguir recorriendo el lugar, se encontró con unas antiguas fotografías en blanco y negro.

<< Vio una a novia de unos treinta años y unos amantes escolares riéndose en el porche de su primera casa.
Ese tipo de amor que solo se puede encontrar una vez en la vida,
del tipo que no bajas..>>

El alfa sonrió al observar aquellas fotografías, le recordó a sus padres, cuando le relataban en varias ocasiones de como se habían conocido
y se habían enamorado.

Fue en el año 1944 cuando los padres del alfa se vieron por primera vez en una calle abarrotada de personas, y se sintieron atraídos el uno al otro.
Un sentimiento difícil de explicar que solo quienes lo han experimentado a flor de piel lo podían comprender.
Y fue allí que no se separaron, viviendo un hermoso romance aún en tiempos de guerra.
Porque el tiempo tal vez olvide muchas cosas pero el corazón jamás olvida aquella boca que beso, y aquella alma a la cuál se entregó.

El alfa estaba distraído observando las fotografías cuando una dulce y peculiar  brisa con un toque a flores de cerezo acarició su rostro sutilmente, como si la primavera inundara aquel lugar, haciéndole sentir un cosquilleo en la piel y una calidez en su corazón como si no existiera el invierno haciendo un caos allá afuera.

Y fue en ese momento que el alfa se quedó prendado de la belleza del hermoso omega que estaba enfrente suyo sosteniendo una taza de cocoa  humeante, abrumado por un torbellino de emociones que no supo cómo reaccionar el alfa apenas y pudo fórmular palabra.

—Buenas tardes— hablo con un poco de esfuerzo, observando aquellos hermosos ojos avellana del omega, y su tersa piel como la seda, quién al parecer tenía la misma edad que él.

El omega le correspondio el saludo, con una cálida sonrisa, él también se había quedado sin habla al contemplar aquel chico tan atractivo y vestido elegantemente.
Y a pesar que el omega era alguien muy extrovertido, de pronto se sintió tímido y cohibido ante la presencia del alfa.

—Entre y saludé, pero no había nadie, perdón si te sorprendi— hablo el alfa amablemente al notar que el chico le temblaban un poco las manos mientras sostenía la bebida.

El omega negó con la cabeza, y le pregunto gentilmente en que podía ayudarle.
El alfa le dijo que buscaba un regalo de cumpleaños para su madre, y que le había llamado la atención una gargantilla con un bello corazón púrpura de amatista.

El omega le mostró el artículo, y el alfa
se sintio complacido, le había gustado mucho y le pidió al chico que se lo empacara para regalo.

El alfa no pudo evitar sentir curiosidad por el omega, no solo porque le atraia muchísimo, si no porque le inspiraba un sentimiento de paz y nostalgia.

— ¿Como es tu nombre?— él alfa soltó la interrogante sin vacilar sintiendose ansioso por la respuesta

—Mi nombre es Kim Taehyung— sonriendo nerviosamente—¿puedo saber el tuyo?— mordiéndose el labio inferior, mientras empacaba el obsequio.

—Me llamo Jeon Jungkook— sonrió.

Ambos continuaron charlando un poco más, el alfa le contó al joven omega que recientemente se habían mudado a los Estados Unidos debido a la guerra.

Que en Corea sus padres tenías unos negocios textiles y hoteleros y que habían decidido hacer una nueva vida en la gran ciudad de New York.

Cuando Jungkook se despidio del omega sintio un vacío en su corazón, por alguna extraña razón que aún no comprendia, no queria alejarse de aquel hermoso chico.
Y cuando encendio su automóvil rumbo a su casa, se maldijo internamente por no haberlo invitado a salir.
Estaba dispuesto hacerlo, pero sabia que sería muy atrevido de su parte, el omega lo podria interpretar mal.

Esa noche el alfa no pudo conciliar el sueño, tendido en su habitación observando el techo, no hizo más que pensar en el omega y de como había logrado robarle su corazón con apenas pocas horas de haberlo conocido.
Recordó sus gruesos labios y de como desaba besarlos y acariciar su espalda.
Y sonrio nervioso al tener esos pensamientos pecaminosos, pues Jungkook aún era virgen, pero no podía evitar pensar en ese hermoso omega, algo muy en su interior le decía que lo había conocido desde más antes, tal vez en otra dimensión alterna o en otra vida
sentía que él omega era suyo y que le pertenecía.

Y lo que no se imaginaba el joven alfa con apenas diecinueve años recién cumplidos un par de semanas atrás,
era que a varias calles de donde él se residía, el omega también se encontraba despierto pensando en él.
Y de como había deseado que lo invitará a salir, y había tenido el impulso de dar el primer paso, pero recordó que es él alfa quién debía tomar la iniciativa y cortejar al omega, que si el lo hacia de su parte sería muy atrevido, y que el alfa posiblemente se burlaria de él por su insolencia.
Además tampoco sabía si aquel atractivo alfa tenía pareja.
Pero de una cosa estaba seguro,
Jeon Jungkook le había gustado muchísimo, no solo por su físico de adonis, si no también por qué se sentía protegido y en paz con tan solo pocas horas de conocerlo.
Y le rogaba al cielo que le diera la oportunidad de volver a verlo de nuevo.

Y como el destino siempre termina juntando a las almas destinadas, como dos caudales de un mismo río.
Allí se encontraba el alfa al día siguiente en la tienda de antigüedades, con la esperanza de volver a ver aquel hermoso omega que le había robado el sueño y también su corazón.

—Hola— hablo el alfa nerviosamente enfrente del omega, sosteniendo un hermoso ramo de rosas rosadas.

—Hola— correspondio el omega, nerviosamente observando el ramo que el alfa sostenia en sus manos.

—Se que es muy prematuro lo que voy a decirte— carraspeo el alfa, tratando de mantenerse sereno, pero le era muy díficil, se sentía un manojo de nervios en esos momentos.

—¿Dime?—exclamo el omega con una leve sonrisa.

—Se que nos hemos conocido apenas ayer, pero yo siento que que te conozco de toda la vida, y quiza te parecerá muy cliché, pero siento que te he amado en otras vidas, y yo he sido tuyo y tú has sido mío, y lo que quiero decir es..

El alfa respiro profundo tratando de continuar con su discurso que había ensayado en el camino, pero teniendo enfrente al hermoso omega se le hacía muy díficil.

—Lo que quiero decir, es que me gustas muchísimo Kim Taehyung, y quiero que me des la oportunidad de cortejarte, iremos paso a paso, sin prisa, al ritmo que tú gustes conociéndonos mutuamente.
Y te pido disculpas anticipadas si estoy siendo muy atrevido con lo que te estoy pidiendo.

El omega se quedó en silencio por varios segundos, sin decir una tan sola palabra mientras se mordía los labios.

Y el alfa al ver que el omega, no respondía nada, se sintió rechazado— que tonto soy, a lo mejor tienes pareja y yo aquí hablándote de mis sentimientos, disculpa si te he faltado el respeto con mis sentimientos..

Pero Taehyung lo interrumpio tomando las hermosas flores—no tengo pareja Jungkook, me siento muy halagado con tus palabras en estos momentos, y claro que me gustaria muchísimo que me cortejaras, por favor hazlo alfa—mordiendose los labios con nerviosismo.

Y Jungkook se sintio tan feliz en ese preciado instante como hace mucho no lo habia sido.
Y se sintio dichoso al saber que el omega también había correspondido a sus sentimientos.
Y todo estaba tan a favor de los jóvenes adolescentes que para su sorpresa, Jungkook se había inscrito en la misma preparatoria que el omega y terminaron siendo compañeros de clase.

Al cabo de varios meses siendo novios Jungkook le pidió al omega que fuera su pareja en el baile de graduación, obviamente el omega acepto gustoso.
Se tomaron un par de fotos en la entrada del baile.
Disfrutaron y se divieron mucho ese día,
siendo un par de adolescentes muy enamorados, viviendo los más bellos momentos de su adolescencia, esos que jamás regresan y quedan atesorados en los las profundo del corazón.

Estaban abrazados perdidos en su burbuja de amor cuando una nueva balada empezó a sonar y el alfa le extendió la mano al omega, invitándolo
a bailar nuevamente, y al fondo entre las luces de colores la canción empezó a sonar..

<< El tiempo rompe tu mente y tu cuerpo.
No dejes que toque tu alma.
Era como un clásico de la antigüedad La primera vez que me viste
La historia comenzó cuando dijiste "hola".>> 🎶

Jungkook acercó más al omega hacía su pecho, acariciando suavemente su espalda, poniendo la barbilla en el hombro del contrario mientras la canción seguía sonado en el fondo.

<<En una habitación llena de gente hace unos pocos años.
Y a veces no hay pruebas, solo lo sabes.
Siempre vas hacer mío, vamos hacer eternos.>> 🎶

Al cabo de cuatro años de relación cuando ambos estaban a punto de culminar sus carreras universitarias.
Jungkook llevo al omega de regreso a su ciudad natal Corea.
Taehyung no lo sabía, pero al día siguiente que arribaron al país y después de hospedarse en un lujoso hotel, el alfa le tenía preparado una hermosa sorpresa.

Primero fueron almorzar a un restaurante con ambiente romántico exclusivo para parejas.
Luego de comer, el alfa llevo al omega a pasear por hermoso parque de cerezos,
era un limpio cielo azul de abril, y las flores se encontraban en su máximo apogeo adornando el suelo con su alfombra rosácea.

Estaban sentados en una banca, cuando de pronto Jungkook se arrodilló enfrente del omega, y saco un cajita de gamuza de su bolsillo que contenía un anillo.
El alfa estaba muy nervioso, y sería mentir al decir que las manos no le temblaban sacando el anillo de la cajita con un poco de dificultad y su respiración se había vuelto pesada.

— Kim Taehyung, ¿quieres casarte conmigo y ser el dueño de mi vida, de mis noches y mis lunas menguantes por el resto de mi vida?.

La emoción embargo al omega en esos momentos, se sentia sumamente feliz y al mismo tiempo unas enormes ganas de llorar, un remolino de emociones lo embargaban y con su voz quebrada y un poco de dificultad termino diciendo la frase que el alfa tanto anhelaba escuchar.

— Si Jungkook, acepto ser tú esposo.

Jeon tomo a Taehyung entre sus brazos y lo beso apasionadamente, con toda aquella intensidad que el momento ameritaba, degustando los dulces y carnosos labios de su futuro esposo, el amor de su vida y el omega que siempre había sido suyo desde vidas pasadas.
Porque lo que es eterno es indestructible y tarde o temprano las almas terminan encontrandose aún medio de la oscuridad, volviéndose una sola como una llama que jamás se extingue.

Después de ese emotivo momento, y que fueran aplaudidos y felicitados por los presentes que allí se encontraban, ambos enamorados regresaron a la suite del hotel, donde terminaron haciendo el amor por vez primera, reconociéndose en cada beso, en cada caricia, en cada porción de piel, como dos locos desquiciados embriagados de amor y deseo.

Y fue al cabo de unos cinco meses que ambos enamorados terminaron casándose, compartiendo su felicidad al lado de sus familiares y sus amigos más cercanos.
Y luego de un año, Taehyung recibió la noticia que serian padres.

En la actualidad...

El omega suspiro profundo, rodeado por los brazos de su amado alfa.

— ¿Que sucede amor?, te perdiste quién sabe adonde por unos momentos— solto una risa el alfa, mientras le besaba el cuello amorosamente a su pareja.

— Recordaba el maravilloso momento cuando nos conocimos alfa, y todos los nuevos que llegaron a nuestras vidas, como el nacimiento de nuestra hija Jeon Nayeon— dijo el omega sonriendo.

El alfa sento al omega en su regazo en el viejo sofá de aquella tienda de antigüedades, mientras le daba un corto beso en los labios.

— Si amor, hemos vivido muchos años maravillosos y vendrán muchos más en el futuro ¿y sabes porque?.

Taehyung negó con la cabeza, mientras acariciaba los cabellos de su alfa.

— Porque nuestro amor es y siempre será eterno mi hermoso omega,

                        🎶  Fin  🎶💓

💓 Inspirado en la canción TIMELESS de Taylor Swift.