Capítulo único
—¡Todo debe quedar más qué perfecto!
Señaló seriamente a su mejor amigo el cual solo rodó los ojos con fastidio y abrazó la cintura de su novio. Jimin podía llegar a ser un grano en el trasero cuando se lo proponía. Desde hace dos semanas lo está escuchando hablar acerca de lo perfecto que debía ser ese San Valentín con su novio, Min Yoongi, un chico algo serio y reservado pero bastante cariñoso cuando de su pareja se trataba.
Park estaba preparando una gran cena mientras sus otros amigos, Seokjin y Hoseok, se encargaban de entretener a Yoongi para que no llegara tan temprano a casa. Incluso habló con Namjoon, el jefe del pelimenta, para que ese día le diera más trabajo y pudiera terminar de preparar todo lo que tenía planeado antes de que Yoongi saliera de la empresa.
Ya había pasado toda la mañana en un spa y se había arreglado el cabello, dándose un tinte rubio que sabía que Min adoraría pues varias veces le había dicho que el rubio de seguro le quedaría hermoso y pues él, él solo quería verse bonito para su novio.
—Que fastidioso eres —se quejó el castaño haciendo un puchero.
—No seas así Kookie —le reprendió su novio.
—Pero es que de verdad es un fastidioso Tae —reprochó acercándose al ahora rubio—. Todo saldrá bien Jimin, ya lo verás.
Palmeó su hombro un par de veces y se pusieron manos a la obra. Debían adornar la casa y preparar todos los ingredientes que necesitaban para realizar los platillos que Jimin había encontrado mirando tutoriales de cocina en YouTube. Porque cuando hablabamos de cocinar, Park Jimin era la fuente de las desgracias. De por sí ya era bastante torpe en general, pero cuando se trataba de la cocina decir que era más desastroso que la propia palabra sería solo un chiste.
Miró la hora en su celular viendo que casi eran las 3:30 de la tarde, Yoongi se supone que debía salir en media hora del trabajo. Su teléfono comenzó a vibrar y miró el nombre de Seokjin en la pantalla.
—Flamenco rosa a Nomo de jardín —escuchó a Seokjin susurrar con la respiración algo agitada.
—Nomo de jardín a flamen...¿qué mierda Seokjin? ¿Cómo qué Nomo de jardín? —contestó ofendido mientras sus dos amigos seguían decorando la casa, poniendo rosas, luces de colores y velas por doquier.
—El Gato verde ya salió de la jaula —informó, y se escuchaban sus rápidos pasos a través de la línea—, Flamenco rosa inicia persecución.
—¿Puedes hablar bien? —cuestionó llevando una mano a su sien y frotándola.
—Ay, le quitas la diversión a todo —se quejó el mayor—. Yoongi ya salió del trabajo, está llendo hacia su auto, lo estoy siguiendo.
—¡¿Qué?! —gritó llamando la atención de sus acompañantes—. ¡Tienes qué hacer algo Jin, no tengo nada listo aún!
—¿Pero qué has estado haciendo?
—¡Entretenlo, invéntate algo pero no dejes qué venga aún a casa!
—Bien, yo me encargo —aseguró con confianza—, pero más te vale que te apures.
—Te debo una hyung.
Colgó mirando a los otros dos observarlo confundidos.
—¡Debemos apurarnos, ya Yoongi salió del trabajo! —exclamó corriendo hacia la cocina y poniendo la carne en el horno—. ¡No me dará tiempo! ¡Arruinaré todo!
—Jimin cálmate —Taehyung lo tomó de los hombros mirándolo a los ojos—. Vamos a lograrlo, ahora pongámonos manos a la obra.
Comenzaron a mirar los videos y seguir las instrucciones, Jimin estaba más que nervioso pero quería que todo quedara bien por lo que puso su máximo esfuerzo.
Por otro lado...
El pelimenta estaba ansioso por llegar a casa y besar a su lindo novio. Desde la mañana no había podido verlo y ni siquiera pudo hablar con él por mensajes porque ese día Namjoon estaba empeñado en darle más y más trabajo. Cuando finalmente terminó, bastante rápido teniendo en cuenta que pensaba que terminaría toda la tarde atascado es aquella oficina, salió del edificio solo para encontrarse a Seokjin quien le había insistido muchísimo para que le acompañara al centro comercial. Así que allí estaban.
—Buenas tardes ¿puedo ayudarlos en algo? —una de las trabajadoras se acercó a ellos.
—No gracias —contestó Jin amablemente pero Yoongi lo miró con el ceño fruncido.
—¿Acaso no venías a ver la nueva colección de verano? —preguntó alzando una ceja.
—¡Oh! Sí, quiero ver la colección de verano —cruzó los dedos rogando porque en verdad hubiera llegado una nueva colección.
—¡Ohh! De seguro es un regalo para su novia —asintió la trabajadora y comenzó a caminar, Jin solo suspiró no creyendo la suerte que tenía.
—¿Qué? No, es para mí.
La chica les dió una mirada extraña pero él solo la ignoró. Minutos después Yoongi estaba sentado frente al probador esperando a que Jin saliera. Entre más rápido terminara más rápido podría ver a Jimin y darle su regalo.
Segundos después Seokjin salió del probador y Min juraba que si su mandíbula no estuviera pegada a su cara ahora mismo estaría en el suelo. Miró a Seokjin de arriba a abajo sin poder creerlo aún. El mayor llevaba puesto un vestido amarillo floreado con un cinto fino en su cintura y un par de zapatos de tacón corrido bastante altos.
¡Pues sí! Resulta ser que la colección de verano era para chicas.
—¿Cómo me veo? —preguntó a un, todavía, atónito Yoongi, que solo pudo negar levemente llevando una mano a su cara debido a la vergüenza que sentía en ese momento por su compañía.
—¡Dios! Jamás pensé que podías llegar a ser más ridículo.
—¿Ridículo? ¿Me dijiste ridículo? —abrió la boca ofendido llevando una mano a su pecho
—. ¿Has visto esta cara mocoso? ¡A mí todo me queda bien!
—Tienes razón, te queda perfecto —espetó poniéndose de pie, observando a algunas personas cuchichear mirándolos a ambos—. ¡Cómpralo de una vez y vámonos!
—¿Ehh? —Yoongi no podía estar hablando en serio. ¿En verdad lo iba a hacer comprarse ese horrible vestido de mujer cuarentona?
—La verdad es que no me gustó mu...
—¡Oh no! ¡Vas a comprarte el maldito vestido! —exclamó con el ceño fruncido señalándolo con su dedo índice—. Trabajé todas mis horas corridas para poder llegar a casa temprano y pasar San Valentín con mi lindo Minnie, pero no, el señor quería comprar su colección de verano y me arrastró hasta aquí.
Jin observaba como Yoongi le reclamaba gesticulando con sus brazos, su cara se estaba poniendo roja y parecía que de lo rápido que hablaba no podía respirar. En verdad se enojó, y sabía que no podría seguir reteniéndolo por lo que mandó un mensaje a Hoseok, era hora de que entrara en acción.
"Flamenco rosa a J-Esperanza, plan B en marcha"
—¡Y no solo es San Valentín, también es nuestro maldito aniversario! ¡No lo he visto desde hace horas y no he podido entregarle su jodido regalo! —sacó de su bolso una caja envuelta en papel de regalo rosa—. ¡Así qué si no quieres verme verdaderamente enojado compra el maldito vestido Seokjin!
—Bien, bien —levantó ambas manos a la altura de su pecho—, lo voy a comprar.
Sacó su billetera dispuesto a ir a la caja para pagar por el horrible vestido pero un chico de ropa negra con gorra y mascarilla pasó corriendo a su lado y le arrebató la billetera de la mano.
—¡Mi billetera! —gritó señalando al chico—. ¡Vamos Yoongi!
El pelimenta rodó los ojos y corrió siguiendo a Seokjin, quien perseguía al ladrón por todo el Centro Comercial. Salieron del lugar y vieron al chico subir a un taxi así que el mayor lo arrastró hacia otro mientras una trabajadora les gritaba porque Seokjin se había marchado con el vestido puesto aún.
—Siga a ese auto— exclamó Kim y volteó a ver a Yoongi que lo miraba con una ceja enarcada
—. ¿Qué? Siempre quise decir eso.
—Ridículo —masculló entre dientes mientras el taxi arrancaba.
Observó con una sonrisa la sala de su casa. Todo estaba hermoso. Todos los pétalos regados por el piso junto con pequeñas velas, las lucecitas de colores y la mesa con un bonito mantel y un costoso candelabro encima hacían ver todo de ensueño. Jungkook y Taehyung se habían esforzado bastante para que todo quedara muy bonito.
—Muchas gracias por ayudarme —abrazó a su mejor amigo quien solo negó levemente.
—No es nada, Jiminie —el castaño lo abrazó también.
—Claro que sí, podían haber salido juntos y no ayudarme, a fin de cuentas es San Valentín y...
—Ni Tae ni yo somos tan románticos como para armar algo así —movió su mano restando importancia—, con pasar el día juntos bastaba.
—Jungkookie tiene razón —Tae se acercó y abrazó su cintura dejando un beso en su sien.
Ahora solo quedaba esperar a que la carne asada estuviera lista para sacarla del horno y prender todas las velas, el sol se había escondido hace varios minutos ya y estaba seguro de que Jin no podría entretener más a Yoongi para que no fuera a la casa.
Desde la entrada hasta donde se encontraba la mesa adornada habían formado un camino de velas y pétalos de rosas por lo que debían encender bastantes velas. Los tres comenzaron a encenderlas pero, Park "torpeza" Jimin tropezó con sus propios pies justo después de haber encendido las velas del candelabro que estaba en el centro de la mesa. El candelabro cayó justo encima del mantel y este se prendió en fuego rápidamente.
El rubio comenzó a gritar para llamar la atención de los otros dos que corrieron a ver lo que sucedía. Taehung y Jungkook lo miraron con los ojos exageradamente abiertos no pudiendo creer que Jimin haya incendiado la mesa.
—¡Hay que apagarlo!— chilló buscando varias vasijas con agua.
Al final todo el piso quedó lleno de agua. Jimin llevó sus manos a la cara —las cuales cabe aclarar, tenía llenas de curitas por los pequeños cortes o quemaduras que se hizo mientras cocinaba— frustrado por haber arruinado todo. ¡Se había esforzado tanto para qué ahora solo quedara tal desastre!
—No te angusties Minnie —intentó consolarlo Jungkook—, Yoongi hyung aún no llega por lo que podemos secar esto rápido y poner un nuevo mantel, la mesa no se dañó mucho.
—¡Tienes razón! —exclamó sonriendo, aún tenían una oportunidad para que todo saliera bien—. Mientras la comida esté intacta todo funcionará.
—¿Sienten ese olor? —cuestionó Tae olfateando—. Huele como a quemado.
—¡La carne! —vociferó llevando ambas manos a su cabeza.
Corrieron a la cocina y al abrir el horno un montón de humo negro comenzó a salir haciéndolo toser varias veces. Soltó la bandeja con la carne encima en la encimera y se sentó sollozando con su cara escondida entre sus manos. Taehyung fue rápido a abrazarlo pidiéndole que no llorara, pero eso solo hizo llorar más fuerte a Park.
—¡Lo arruiné, soy un desastre! —exclamó con pequeños hipidos.
—No seas pesimista Jiminie, aún queda el pastel —profirió el castaño probando un poco de la masa sobrante.
De pronto comenzó a toser y escupió lo que se había llevado a la boca. Fue hacia la pluma y echó agua en su boca para enjuagarla.
—¡Jimin no le echaste azúcar! —dijo una vez pudo quitarse el horrible sabor que le quedó en la boca.
—¡Por supuesto que sí, recuerdo qué le eché tres tazas!
—Le echaste sal, no azúcar —se quejó cruzándose de brazos—. ¡Sabe horrible! No le puedes dar eso a Yoongi hyung.
—¡Ni siquiera sirvo para hacer un maldito pastel!
Jeon iba a rerpochar lo dicho por Jimin, pero varios gritos fuera de la casa llamaron su atención. Salió seguido de los otros dos hacia el jardín delantero de la casa viendo a Yoongi perseguir a un chico, y a Jin tras él gritándole que se detuviera. Era bastante cómico de ver, ya que el mayor llevaba un vestido de flores y zapatos de tacón.
—¿Yoonie? —Jimin ladeó la cabeza confundido, viendo a su novio corretear tras un chico vestido de negro—. ¡Yoongi detente!
—Te tengo —el chico fue empujado por Min al suelo, se subió encima de él y levantó su brazo dispuesto a atestar un fuerte golpe en su rostro pero Jin lo detuvo.
—¡No! —lo sujetó por ambos brazos separándolo de un aterrado Hoseok—. ¡Es Hobi!
Min le arrebató la gorra y la mascarilla de su rostro viendo a Hoseok mirarlo con una sonrisa inocente.
—¿Qué mierda Seokjin? ¡¿Me has hecho ir toda la tarde tras Hoseok?!
—¡Todo fue idea de Jimin! —señaló al rubio con su dedo índice.
—Yo...perdón Yoonie —sollozó abrazando a su novio, escondiendo su rostro en su pecho debido a la vergüenza que sentía—. Hice que pasaras el día fuera para poder preparar una cena sorpresa para ti, pero arruiné todo.
—¡Oh Minnie! —besó sus cabellos con cariño—. Me comeré todo lo que preparaste.
—No te lo recomiendo —intervino el castaño, recordando aún el horrible sabor que tenía ese pastel que hizo Jimin.
Min lo ignoró y entrelazó sus manos con las de Park, sonriéndole de una forma tan bonita que los demás parecían sobrar allí, y la verdad es que si sobraban.
—¡Ay Minnie, mira tus manitos! Están toda lastimadas —acarició con delicadeza el dorso de las manos contrarias.
Todos suspiraron mirando la tierna escena. No era normal ver a Yoongi así de cariñoso en público, mucho menos delante de todos sus amigos. Yoongi era serio y bastante amargado, a opinión de Jin, pero cuando se trataba de Jimin se volvía el ser más dulce y amoroso del planeta.
Sabían que el amor que sentían esos dos por el contrario era algo de otro mundo. De primera mano sabían lo difícil que había sido la relación de ellos al inicio. La personalidad dulce y vivaracha de Jimin no contrastaba en nada con la actitud reservada y reticente de Yoongi, pero tal vez eso mismo era lo que hacía que ambos se amaran con tanta intensidad, dicen que polos opuestos se atraen ¿no?
—Bebé sabes que no tenías que hacer nada de esto —el pelimenta acarició el rostro de su novio mirándolo con adoración.
Todos los presentes se miraron unos a otros. Sí, definitivamente sobraban allí. Taehyung y Jungkook fueron los primeros en marcharse, no sin antes mirar raro a Seokjin por el vestido que llevaba puesto.
—Ni siquiera voy a preguntar porqué razón estás vestido de ese modo —fue lo único que dijo Jeon antes de salir de allí de la mano con su novio.
Hoseok los siguió dispuesto a marcharse de allí también, y Seokjin...Seokjin hallaría la forma de no ir preso por haberse marchado sin pagar ese maldito vestido de aquel centro comercial.
La pareja se adentró a la casa, apenas dándose cuenta de que sus amigos se habían marchado para darles un poco de privacidad. Yoongi al entrar miró asombrado el caos que era su casa en aquel momento. El piso lleno de agua, un mantel quemado, una carne achicharrada, y un bonito pastel. Bueno, al menos eso si le había quedado bien. Se acercó para probar un pedazo pero Jimin se lo impidió sonriéndole exageradamente.
—Mejor no lo pruebes, está...un poco salado.
—No tenías que esforzarte tanto, sabes que te amo de todos modos —dejó un suave beso en sus labios.
—Yo también te amo, Yoonie.
Se besaron nuevamente, entrelazando sus labios de forma afable y amorosa, demostrándose todo su amor en un gesto tan simple como ese.
—Bueno...creo que hay una sorpresa que no arruiné —dijo sacando de uno de sus bolsillos una pequeña foto—. Feliz San Valentín, Yoonie.
Yoongi tomó entre sus manos la pequeña foto en blanco y negro, y luego miró a Jimin con los ojos exageradamente abiertos, bastante sorprendido.
—¿No es una broma, cierto? —preguntó con emoción, sosteniendo fuertemente aquella foto entre sus manos, temiendo que todo fuera un sueño—. Es una ecografía...tú...
—¡Estoy embarazado, vamos a ser padres mi amor!
Yoongi con una enorme sonrisa en su rostro alzó a Jimin en sus brazos dando vueltas en el lugar, riendo a carcajadas por la excelente noticia que le acababan de dar. No podía siquiera expresar todo el revoltijo de sentimientos que tenía en ese momento, solo sabía que uno reinaba y era la felicidad de saber que finalmente formaría una bonita familia junto a la persona que ama.
—Muchas gracias por llegar a mi vida, Minnie, eres lo mejor que me ha pasado —profirió regando besos por todo su rostro.
—Gracias a ti por seguir a mi lado —expresó sinceramente, con una sonrisa que corroboraba que estaba siendo honesto con sus sentimientos—. Feliz aniversario.
—Feliz aniversario, Minnie.
A decir verdad no me gusta para nada el Yoonmin, sin embargo hice este OS como parte de un intercambio de regalos de una de las editoriales a la que pertenezco. Me animé a publicarlo porque sería un desperdicio dejarlo en borradores y tal vez a algunxs de ustedes si disfruten las historias de este Shipp así que aquí está.
Espero que les haya gustado y se hayan reído con las locuras de Jinnie XD
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro