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•Capítulo 3•

Lisa se levantó en medio de la noche, revisó su celular y eran las 3:40 a.m., se talló los ojos y cuando al fin, pudo ver su al rededor, vio a Jennie parada justo en frente de ella, al pie de la cama.

— ¡Dios! — Lisa se levantó de golpe —¿Qué haces? — Preguntó colocándose sus gafas y encendiendo la pequeña lámpara de noche en su mesita.

Jennie tomó la pequeña libreta y comenzó a escribir, cuando terminó se lo mostró a Lisa.

"Hueles bien". Leyó en voz alta.

Sus mejillas se tornaron de un ligero carmesí, ¿Por qué le decía eso?.

— Gracias — Murmuró, estaba muy avergonzada — Por cierto, ¿Qué haces despierta a esta hora? — Preguntó tratando de desviar el tema.

Jennie escribió nuevamente.

"Tenía hambre, no podía dormir. Tú olor me atrajo".  Nuevamente leyó en voz alta y sintió como sus mejillas ardían una vez más.

— Amm... Vuelve a dormir, yo... Mañana tengo clases y tengo que levantarme temprano — Se excusó tapándose de nuevo con su edredón, tratando de ocultar su sonrojo.

Jennie agradeció que Lisa no notara las manchas de sangre en su boca, gracias a qué había poca luz.
Tenía hambre y simplemente salió a buscar su cena, dos hombres habían sido suficiente.

Siempre sabía ser cautelosa, así que cuando salió por la ventana del cuarto de Lisa, no causó ni el mínimo ruido.

Cuando llegó, la adrenalina seguía en sus venas, vio a Lisa indefensa, durmiendo profundamente. Se acercó a ella y su instinto le decía que succionara toda su sangre, que clavara sus colmillos en ese cuello que se veía tan apetitoso.

Ese olor se hizo presente, ese olor dulce que llenaba sus fosas nasales, le recordaba a su primer amor, esa chica que amó y que las personas le arrebataron por el echo de que ambas eran mujeres.

El corazón frío de Jennie comenzó a latir rápido, se acercó a Lisa y le dio un beso en la frente, quería hablar y decirle que era muy hermosa, pero no podía hacerlo, no recordaba cómo.

Después de que Lisa despertara y le dijera que volviera a dormir, así lo hizo, por hoy estaba satisfecha, no necesitaba más sangre, pero en unos días si.

....

Jennie despertó, la cama de Lisa estaba tendida y arreglada, al igual que el resto de su habitación, lo único que hacía lucir el cierto algo feo, era aquella colchoneta donde durmió Jennie, que por cierto era muy incómoda, tanto tiempo encerrada en ese ataúd, la habían acostumbrado a dormir en pésimas condiciones.

Se levantó y dudosa caminó hasta la cocina dónde se escuchaban risas y voces, también podía oírse los utensilios chocar con los platos, era un ruido rechinante que ponía de mal humor a Jennie.

Ella no podía verse al espejo, por lo tanto, no notó que su cabello estaba echo un desastre, sus ojos estaban ligeramente inflamados y esas ojeras aún no se quitaban, al igual que su color pálido.

— Buenos días — Saludó Lisa, invitando a Jennie a sentarse en una de las sillas de la barra.

— Lindo peinado — Rió Rosé, seguida de Jisoo.

Jennie se sentó y les dedicó una mirada que causó un gran miedo y temor en las chicas, Lisa no lo notó.

— Dejen de molestarla chicas — Regañó la tailandesa poniendo un plato con huevos y tocino en el lugar de Jennie.

Ella tomó un trozo de esa carne, la saboreo y no pudo creer lo que su boca probaba, era tan delicioso, era la primera vez que su boca saboreaba algo que no era sangre y ese sabor a hierro.

Hizo una mueca al probarlo, una sonrisa fue más que suficiente para alegrar a Lisa.

— ¿Te gustó? — Preguntó Lisa, esbozando una sonrisa.

Jennie asintió volviendo a comer de su plato.

— Muy bien, que lindo es todo esto pero tenemos un problema Lisa, ¿Qué haremos con ella?, ¿La dejaremos aquí? — Preguntó está vez Rosé, recargando sus codos en la barra.

Lisa miró a Jennie, ella estaba concentrada en su comida y no en la conversación.

— Ella se quedará aquí, nosotras iremos a la universidad como siempre — Explicó, llevando los platos vacíos al lavavajillas.

— ¡Cada vez pierdes más la cabeza Manoban!¡No la podemos dejar sola aquí, ni siquiera la conocemos!— Rosé estaba histérica, Jisoo solo escuchaba.

— Ya durmió ésta noche aquí ¿Y acaso estás muerta?, Ella es inofensiva, es un poco rara pero eso es todo, no es una asesina serial — Dijo con enfado.

— Cada vez me molestas más- Murmuró Rosé entre dientes — Y tú, ¿No piensas decir nada? — Miró molesta a Jisoo, quién solo tomaba un sorbo de su jugo de naranja.

— Yo no diré nada, es decisión de Lisa, te recuerdo que ella paga este departamento — Le dió otro sorbo a su jugo.

— ¡Dios!, ¡Esta casa está llena de dementes! — Se levantó molesta y tomó su mochila para después irse.

Jisoo y Lisa se vieron entre sí, sabían que Rosé era así, por lo tanto no le tomaron importancia, le invitarían el almuerzo y con eso ya estaría feliz.

La mirada de ambas se centró en Jennie, quién comía felizmente, sus mejillas estaban llenas de comida, la hacían parecer una tierna ardilla al igual que Rosé.

— Muy bien, tú te quedarás aquí, puedes comer todo lo que quieras de la nevera, puedes ver televisión o una película, lo que quieras, solo ¡No entres a nuestra habitación! ¿De acuerdo? — Indicó Jisoo, viendo a Jennie fijamente con los brazos cruzados, ella solo asintió.

— No hagas desastre por favor Jennie, volveremos en unas horas — Lisa tomó su mochila y se dispuso a caminar hasta la puerta, junto con Jisoo.

Cuando Lisa estaba a punto de salir, Jisoo le dio una gran nalgada que hizo que saltara, Jennie lo notó y rió por lo bajo.

— ¿Se llama Jennie? — Preguntó Jisoo encendiendo el auto de Lisa.

— Mhm, me lo dijo ayer —  Colocó su cinturón de seguridad.

— Creí que no hablaba — Jisoo hizo lo mismo.

— Me lo escribió, no dijo ni una palabra. Cuando llegue le enseñaré a hablar — Sonrió.

— Pues muy bien maestra, eso será después, debemos irnos — Bromeó Jisoo, arrancando el auto.

En ese momento, el teléfono de Lisa empezó a sonar, vio el número de su madre.

Lisa:
¿Hola?

Mamá💜
Hola Lili, ¿Cómo va todo?

Lisa:
Bien mamá, eso creo. ¿A qué se debe tu llamada?

Mamá💜
Hace mucho tiempo que no vamos a comer a tu casa, los padres de Jisoo y la madre de Rosé quieren visitarlas, vi una oportunidad perfecta para ir a comer esta tarde, ¿Que te parece?

Lisa:
Amm... Esta bien, a mi me parece bien pero no sé a Jisoo y Rosé. Jisoo viene conmigo, ¿Que tal si tú le preguntas?

Mamá💜
Muy bien, ponme en altavoz

Lisa lo dudó, sabía que si sus padres se enteraban que tenía a una desconocida en su casa, se enojarían y no la dejarían en paz hasta que la sacarán y la llevarán a un refugio, cosa que Lisa no quería hacer.

Mamá💜
Hola Jisoo, ¿Cómo estás cariño?

Jisoo:
Muy bien señora, gracias por preguntar

Mamá💜
La razón por la que Lisa me puso en altavoz, es porque mi esposo y yo, tú familia y la mamá de Rosé queremos ir a comer a su casa, ya sabes, para ponernos al día y ver cómo viven nuestras querida hijas, ¿Que dices?

Jisoo:
Me parece muy bien señora, son bienvenidos, creo que hablo por Rosie también.

Mamá💜
Perfecto, entonces nos vemos ahí después de la escuela, cuídate Jisoo y cuida de mi Lisa

Jisoo:
No se preocupe señora, lo haré. Nos vemos.

La llamada terminó y Jisoo volteó a ver a Lisa, quién estaba con el ceño fruncido, viéndola fijamente con cara de enojo.

— ¿Qué pasa? — Preguntó Jisoo sin dejar de ver el frente.

— ¡Te hice mil señas para que dijeras que no maldito pollo! — Reclamó.

— ¿Por qué?, ¿No quieres ver a tus padres? — Su tono de voz era intrigante, ¿Por qué Lisa diría que no?.

— Da la casualidad de que tenemos una chica desconocida en nuestra casa, sabes cómo son nuestros padres, sí la descubren ¡La echarán! — Exclamó.

— Mierda — Susurró Jisoo, Lisa tenía razón.

— Gracias por todo, genia — Lisa cruzó sus brazos e hizo un puchero.

— Tranquila, solo hay que decirle a Jennie que se esconda y ya está, problema resuelto — Dijo segura.

Lisa no dijo nada, esperaba que su plan funcionara.

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