XXII
CHAPTER TWENTY-TWO
═════"sighs"═════
Los pensamientos de Rochelle no paraban de rondar alrededor de Azriel después de aquella noche.
Sentía una corriente de excitación cada que su memoria regresaba a aquel fogoso momento que había tenido con el cantor de sombras.
Su sorpresa llego a la mañana siguiente, cuando recibió una visita inesperada de su hermana.
Se encontraba en la sala principal de la casa del viento, cuando pudo escuchar un aleteo en el techo que la cubría. Cassian se había encargado de llevar a su hermana hasta la casa del viento; probablemente quería hablar con ella.
—¡Feyre! —. La voz de Rochelle rompió el hilo silencioso del salón —No sabía que vendrías...—dijo la menor mientras se levantaba del sofá y dejaba su libro a un lado.
Su hermana simplemente sonrió y se acerco a ella para envolverla en sus brazos.
—Si te digo no es sorpresa —. Feyre encorvo su espalda ligeramente para abrazar a su hermana, enterrando su nariz en su pelo.
El ceño de Feyre se frunció cuando noto un peculiar olor en su hermana...
No era un qué.
Era un quién.
Oh y sabia perfectamente de quien se trataba.
Hoy alguien perdería sus alas.
Un tic nervioso le cruzo por el ojo al momento de separarse de su hermana.
—Quería hablar contigo de algo...—dijo Feyre sentándose en el sofá en el que previamente estaba su hermana estaba.
Feyre pudo notar como la cara de su hermana se ponía pálida, y le tomo todo el autocontrol posible no entrar en su mente y ver algo que la traumaría de por vida.
Rochelle tomo rápidamente asiento junto a ella.
—Es acerca...—hizo una pausa de lo que el menor juro que fueron horas. —...del muro —. Las palabras de Feyre fueron lentas y Rochelle pudo jurar que le regresaba el color al rostro.
Al menos su hermana no lo sabía.
O eso creía.
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—Nesta y Amren hacen su propia investigación —. Ella y su hermana se habían trasladado a la biblioteca de la casa —. Así que me gustaría que tu y yo hagamos la nuestra —dijo su hermana mayor con entusiasmo.
No le hacia feliz la guerra que se avecinaba, pero le alegraba pasar el rato con su hermana.
—El muro es como una protección para los mortales...—. Explico su hermana sacando los libros del morral que había traído con ella — Y si ese muro cae... cientos de personas estarían en riesgo de caer en la esclavitud del Rey Hybern. —dijo terminando de colocar los libros en la mesa.
El corazón de Rochelle dio un salto al escuchar las palabras de su hermana.
Su padre, Ruby, sus amigos...
Todos ellos estaban en riesgo, mientras ella estaba en la comodidad de la casa del viento.
Sin una maldita preocupación.
Un sentimiento de rabia hacia sí misma la invadió por un largo momento.
Era un pinchazo en su corazón, como si alguien le clavara mil agujas remojadas en veneno. Mientras su hermana había pasado por un infierno, había muerto y se había sacrificado... y ella se preocupaba por los sueños estúpidos que tenía.
—Basta.
La voz de su hermana corto los pensamientos intrusivos que había comenzado a tener.
—Deja de martirizarte por algo que no es tu culpa...—. Los dedos de Feyre limpiaron una pequeña lagrima del rostro de su pequeña hermana.
Ni siquiera ella se había dado cuenta en qué momento había comenzado a llorar.
—No había nada que pudieras hacer... —dijo envolviéndola en un abrazo.
Su rostro se empapo en lágrimas; y por un momento, se sintió como una niña indefensa de nuevo.
Tal vez aun lo era.
—Creo que es mejor dejar la investigación a un lado, y empezar construyendo tus barreras mentales —. Feyre se separó de ella tomándola de la cara —Tu mente es un libro abierto —una pequeña sonrisa se extendió en el rostro de la mayor, contagiando a Rochelle.
—Y tu una chismosa —dijo la menor aun con los ojos rojizos y una pequeña sonrisa juguetona.
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—Imagina una gran barrera... de lo que quieras—. Las dos se encontraban hincadas en la alfombra de la biblioteca— ¿Lo tienes? —pregunto Feyre después de unos segundos.
En la mente de Rochelle apareció un gran muro de piedra cristalina de un tono azul electrizante, y justo en medio, había unas grandes puertas talladas en este, acompañado de hermosos detalles tallados a los costados.
—Si...—susurro con los ojos cerrados.
Feyre abrió sus ojos y miro a su hermana
—Sacame.
—¿Qué?
—Invado tu mente —Feyre se deslizo con facilidad entre la mente de su hermana —. Sácame— dijo presionando nuevamente a Rochelle.
La menor pudo sentir a una sombra escurridiza invadir cada uno de sus recuerdos. Era como sentir una corriente de aguan helada recorrerle en medio de su cerebro. Aquella sombra se metió en los rincones mas profundos de su mente.
Pero ella no sabia donde estaba.
Era como buscar oscuridad en mas oscuridad.
Pero justo en ese momento, recordó que esa era su mente; y ella podía hacer lo que quería con ella.
La sombra comenzó a rodear sus pensamientos actuales y ahí fue cuando pudo tomar aquella oscuridad y empujarla fuera de su mente. Al menos por unos segundos.
—Eso fue...—dijo Feyre rompiendo el silencio entre las dos.
Rochelle abrió los ojos lentamente.
—¿Patético? —pregunto cautelosamente.
—¡No! —se apresuró a decir la mayor. —Fue bueno para ser la primera vez —. Una pequeña sonrisa se escapo de su boca.
Rochelle simplemente se desplomo en la alfombra mientras Feyre se acostaba junto a ella. Las dos estaban en silencio. Era ese silencio en el que simplemente disfrutaban la compañía de la otra. Hasta que la menor decidió romperlo.
—¿Que viste ahí adentro?
Aquella pregunta se quedo en el aire por unos segundos. Hasta que Feyre soltó un suspiro.
—Exactamente lo que no querías que viera —. Eso y muchas cosas que la hacían dudar acerca de la salud mental de su hermana —Pero no preguntare si no quieres.
Rochelle simplemente la miro a los ojos, y Feyre pudo ver como sus mejillas comenzaban a ponerse rojas.
Ni siquiera ella sabia que le pasaba.
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Hacia ya unas horas que Feyre había dejado la casa del viento y se había reunido con su pareja en la casa de la ciudad.
—Fui a visitar a Rochelle hoy —. Dijo la alta lady de la corte noche recostada en el pecho de Rhys.
La luna tenia un brillo peculiar en ella ese día.
—¿Como se encuentra? —dijo Rhys acariciando el pelo de Feyre.
Era notoria la preferencia que tenía el alto lord hacia la hermana menor de su pareja. Ella era tan parecida a sus hermanas mayores; pero a la vez tan diferente, y eso era lo que la hacia diferente a Elain y Nesta. Era esa nobleza y amor en su corazón que parecían no haberse visto afectadas después de todo lo que habían pasado; aun así, él era consciente de las cosas que podría estar pasando internamente, pero para el eso era un signo de fortaleza.
—Bien... —dijo Feyre dudosamente.
Eso no se escucha muy bien.
La voz de Rhys resonó en su mente.
¿Qué paso?
Hablar por el lazo ya se les había hecho costumbre.
Quería iniciar una investigación con ella acerca del muro, pero enterarse de la situación actual de Hybern no le sentó muy bien. Se siente culpable por muchas cosas.
Rhys suspiro pesadamente.
Esta perdida, Todas tus hermanas se sienten perdidas. Tu ya encontraste tu camino, y solamente es cuestión de tiempo para que ella encuentre el suyo.
Feyre lo miro a los ojos desde su pecho.
—Hay muchas cosas que necesita aprender. — termino hablado Rhys.
Su pareja soltó una risita burlona.
—Empezando por sus casi nulas barreras mentales —. Se arrepentía de haber entrado en la mente de su hermana.
Rhys la miro confundido. Sabia que la menor no tenia entrenamiento suficiente; pero hasta donde sabia, Feyre nunca había visto algo que le disgustara.
—Solo digamos que ella y cierto cantor de sombras se traen cosas entre manos...
Rhys sonrió felinamente.
No le sorprendía
》✧《
Las visitas de su hermana siempre se encargaban de levantarle el ánimo. Pero esta vez la había dejado preocupada.
La futura guerra contra Hybern era algo inminente. La posibilidad de perder a alguien que amaba estaba mas cerca de lo que le gustaría.
Era ese presentimiento acido en la boca del estomago que no le permitía pasar la comida cada vez que lo sentía.
Una pequeña ráfaga de viento le acaricio la cara. Enfriando aquellos pensamientos que comenzaban a atacarla. Su mirada se dirigió hacia el origen de aquella brisa, dirigiéndola a un pasillo que había querido evitar.
Justo al final del pasillo, se encontraba la sala de piano. Había días en los que simplemente se dedicaba a observarlo a lo lejos. Esperando a sentir algo por la música otra vez.
Pero ese día era diferente.
Parecía que aquella chispa volvía a encenderse en su corazón.
Hola vvs
Mil gracias por los mas de 900 votos y 6.4k de vistas!!!
De verdad los amo mucho
Es como si hubieran sabido que hace poco fue mi cumple jajaja
Antes despedirme, quería hacerles una pregunta.
¿Como describirían a Rochelle?
Los leo, byeeeee
22/11/24
Hola vvs, yo se que hace un ratito que no actualizo, pero ya estoy a fin de semestre y ando como loquita con los proyectos. La próxima semana ya salgo de vacaciones, y ya voy a poder actualizar. Bueno byeee
-MAGIKSM
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