XV
CHAPTER FIFTEEN
═════"The sun"═════
El no se consideraba una persona detallista, pero verla tan destrozada por su soledad; le estrujo el corazón.
Ella seguía durmiendo plácidamente después de su conversación en la terraza. La forma en que ella se rompió ante él, le hizo sentir cosas que no debería sentir viéndola llorar.
Podría romperla de muchas otras formas...
Su cabeza se sacudió, mandando a las profundidades de su mente aquellas depravadas fantasías que solía tener seguido. Un suspiro pesado salió de su boca.
Era pasada la medianoche y en unas horas el sol comenzaría a asomarse entre las montañas. Tendría que darse prisa si quería sorprenderla en la mañana. Las plantas de sus pies se despegaron del piso cuando alzo el vuelo hacia las tierras mortales.
La temperatura del aire subía y bajaba conforme atravesaba las siete cortes de Prythian para llegar a las tierras mortales. Era algo que agradecía poder hacer; transportarse como los fae, le daba una libertad que muchos envidiaban tener. Pero muchas veces no se sentía así.
Cuando sus pies tocaron los verdes suelos primaverales, una sensación de deja vú lo golpeo. Hacia unos meses se encontraba en aquella misma posición, en camino a vigilarla cada vez que su trabajo se lo permitía.
Aquel deja vú se convirtió en un horrible sentimiento de culpa que lo abrazo de una fría manera. El solía vigilarla y cuidarla por las noches; pero no había podido protegerla de los comandantes de Hybern y de la forma tan macabra en que la habían tratado. La habían encerrado por quien sabe cuántos días, y él no había sentido absolutamente nada. Pero ahora se encargaría de sentir cada ola de tristeza y temor que la arrollara y la protegería de aquello que la atormentara.
Sus alas se pegaron a su cuerpo y sus pies comenzaron a acercarse a la casa. Esta seguía exactamente igual que antes; tanto por dentro, como por fuera. Pero había algo en el aire, era terror puro impregnado en las paredes de aquella propiedad perteneciente a los Archeron. Su piel se erizo.
Venía con un objetivo. Encontrar a Castor y llevárselo a Rochelle.
Simple.
El sonido de sus pasos subiendo las escaleras hacia eco entre las paredes. El pasillo de las habitaciones olía a puro terror, no podía imaginarse lo horrible que había sido para las hermanas lo sucedido. Mientras sus pasos se acercaban, pudo detectar el ligero olor a sangre seca que le inundo las fosas nasales, no cualquier sangre; era la de Rochelle.
Un respingo en su corazón lo hizo acercarse a la pared de la que provenía aquel olor. La sangre había tomado un color ennegrecido y se encontraba impregnada a las paredes. Sus parpados se cerraron con fuerza tratando de ignorar la escena.
Sus pies se dirigieron al ya tan conocido cuarto de Rochelle. Se sentía tan extraño sin ella ahí. Sus ojos recorrieron toda la habitación en busca del animal, pero este no parecía estar ahí. La sabía perfectamente que probablemente escapo en busca de comida; pero no perdía nada buscándolo ahí.
Las alas en su espalda se contrajeron en el momento que salió de la habitación y se tomo la tarea de buscar a Castor por toda la casa.
Las horas pasaron, incluso el sol había empezado a salir; pero el maldito gato no aparecía. Una idea apareció en su mente.
El recuerdo de Rochelle dormida en los establos de la casa le invadió la memoria. Lo único que se podía escuchar en el aire eran sus acelerados pasos hacia las caballerizas de la propiedad, dirigiéndose a esa caballeriza que recordaba.
Un suspiro de alivio salió de sus labios.
Castor se encontraba dormido en una paca de paja y Othello descansaba en el piso.
Originalmente había venido solo por Castor; pero haría muy feliz a Rochelle tener a sus preciados animales.
Ya se las arreglaría en el viaje.
》✧《
Los parpados de sus ojos se abrieron con lentitud al signo del alba apareciendo en su ventana.
Sus ojos habían comenzado a percibir las luces hacia unos cuantos días; no era mucho, pero era un avance significante. Ese día la luz le molesto mas de lo normal.
Esa mañana había despertado con los ánimos un poco mas elevados de lo normal. Dormir le había sentado de maravilla. Sus pies tocaron el suelo frio de la habitación cuando su estómago se removió en un fuerte rugido.
Aun con el camisón puesto, y solo una bata de seda cubriéndola; se dirigió hacia el comedor de la sala. La casa había sido muy amable con ella hasta ahora; le brindaba comida y le dejaba la ropa a su alcance. Le hacia la vida más fácil.
Su conversación nocturna con Azriel le había regresado parte del ánimo que había perdido desde que llego a Velaris. Esperaba que la visitara mas seguido. No pedía que viniera a verla todos los días, sabia que tenia trabajo y deberes en la corte, pero incluso una visita semanal bastaba.
Su estomago disfrutaba de la deliciosa comida que la casa le brindaba. Rhys tenía razón acerca de la comida fae. No sabia cuanto tiempo llevaba comiendo tranquilamente, pero la sensación de una mirada penetrante y una escurridiza sombra acariciando su tobillo y subiendo a través de su cuerpo hasta llegar a su rostro.
Una risita se escapo de sus labios.
—No creí que fueras a venir—. Su espalda se giró lentamente en dirección al cantor de sombras.
Azriel esbozo una leve sonrisa mientras comenzaba a acercarse a la chica de espaldas a él. Él estaba justo detrás de la silla, su enorme figura se alzaba por encima de la de ella, bajando su vista hacia ella.
—Supuse que te vendría bien la compañía...—dijo con su típico tono serio. —Además, traje algo para ti. —dijo. Su mirada clavada en lo mas profundo del alma de Rochelle.
Sus ojos parpadearon en desconcierto.
Era un hecho que su relación con Azriel era más estrecha que con el resto de la familia de Feyre; pero nunca pensó que alguien además de Feyre se preocupará por ella.
Una calidez se instalo en su pecho.
—¿Enserio? —. Aquella pregunta se quedó en el aire cuando Azriel se dio la vuelta para sentarse en la silla junto a Rochelle.
Esta no se molesto en preguntar solo, solo espero.
El cantor se sombras extendió su mano para tomar la de ella. Sus manos estaban frías, pero le transmitían una sensación que no lograba explicar. Este dirigió su mano hacia el lentamente, hasta que sus dedos tocaron algo suave... No era "algo" suave. Era un pelaje. Uno que conocía a la perfección.
—¡Castor! —. Un pequeño grito agudo salió de su garganta cuando se paró de su asiento, y prácticamente arrebato al gato de las manos de Azriel.
Ella abrazo, beso y giro con el animal entre sus brazos. Su cuerpo transmitía alegría pura con cada movimiento que daba.
Azriel la observo desde su asiento con una sonrisa aun mas grande en su rostro.
Si solo ella pudiera ver la forma en la que el la veía.
Las risas de Rochelle le penetraron hasta el ultimo sentido de su alma. Sus risas y alegría solo pararon cuando se abalanzo a abrazarlo aun con el sentado en la silla. Los brazos de la chica se envolvieron alrededor del cuello del cantor de sombras en un abrazo, aun con Castor en medio de los dos.
Azriel ese sorprendió acerca de la acción de la chica y todo su cuerpo y sus sombras le pedían, pero se resistió tratando de no incomodar a Rochelle.
Cuando esta se separó, un gran sonrojo se había instalado en su rostro.
—Lo siento... —sus ojos enceguecidos miraron al piso. —No tenía intenciones de...
—Esta bien. —Azriel volvió a levantarse de la silla del comedor. — De hecho, tengo algo mas para ti. — un ligero tono de diversión acentuaba si voz. Le divertía la forma en la que Rochelle se sonrojaba a su alrededor.
Ella lo miro emocionada, dándose una idea de lo que podría ser.
—¿Y qué es eso? —pregunto con una sonrisa en su rostro.
La comisura de la boca de Azriel se alzo en una sonrisa traviesa.
—Cámbiate y te llevare.
》✧《
Nunca se había cambiado tan rápido en la vida.
Se había puesto un simple vestido color azul claro, como de esos que solía usar cuando visitaba el pueblo en las tierras humanas.
Azriel aún se encontraba en el salón, esperando a Rochelle. Cuando esta llego, el la guio hacia el techo de la casa.
El la tomo fuertemente en sus brazos y emprendió el vuelo hacia la casa de la ciudad. Desde el cielo podría transportarse hacia allí; pero quería hacerla disfrutar del viaje sobre Velaris.
Las manos de Azriel mantenían un fuerte agarre sobre sus muslos, tenia que controlarse a si mismo para no deslizar las manos mas hacia la deliciosa y suave piel de sus piernas. Su vestido era suave, y se moría de ganas de arrancarle las faldas y devorar la piel sensible entre ellas.
Tenia que parar. Las fantasías le estaban quemando las neuronas, pero el aliento de Rochelle en su cuello les enviaba escalofríos a las alas y a su miembro que comenzaba a presionar contra sus pantalones. Cuando emprendieron el vuelo, la chica había decidido esconder la cabeza entre el cuello del cantor de sombras para protegerse del viento.
Se iba a correr en sus pantalones si seguía respirando en su oído.
Para suerte de Azriel, la llegada a los establos de la casa de la ciudad fue rápida.
Su mano grandes manos se envolvían entre los de Rochelle, que parecían diminutos a su lado. Este la guio entre los jardines de la propiedad, hasta que llegaron a las caballerizas.
Lugar no solía albergar a muchos caballos. Pero había uno que esperaba pacientemente por su dueña.
Azriel poso sus manos en los hombros de la chica y lentamente comenzó a guiarla hacia aquel Clydesdale negro. Cada paso era una emoción nueva para Rochelle. Ella sabia perfectamente de que se trataba, pero la emoción nadie podría quitársela.
Su mano se extendió lentamente hacia adelante, hasta que logro tocar el suave hocico del hermoso caballo. Una sonrisa enorme se extendió en el rostro del cantor de sombras cuando la chica abrazo a el caballo por el cuello.
—¿Sabes? —dijo ella aun acariciando a Othello. — Una parte de mi sabía que lo habías traído. —hizo una larga pausa. —¿Cómo lo trajiste?
La pregunta de Rochelle quedo en el aire hasta que Azriel respondió cortamente:
—Tengo mis métodos.
Holu
Sorry por tardar, pero es q ando como loca en la uni 😭😭😭😭
Pero bueno aquí esta su dosis semanal de Roriel.
Les aviso que por un rato los caps vana a ser así cortitos, por que es necesario para la historia.
Pero bueno eso era todo...
Byyeeeeeeee
-MAGIKSM
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