Con qué claridad venía todo a mi memoria ahora. El domingo era también el día de escribir cartas.

"Queridos papá y mamá:
Muchas gracias por su carta. Espero que los dos estén bien. Me encuentro perfectamente, excepto que estoy resfriado, porque me sorprendió la lluvia, pero pronto estaré bien. Ayer jugamos contra park y les ganamos por 4-2. Yo miraba y Minho que como ya sabén es él director de nuestra casa, metió uno de los goles. Muchas gracias por el pastel"

Cariñosamente H. Hyunjin

Generalmente iba al lavabo o al cuarto de baño a escribir la carta; cualquier lugar fuera del camino de Minho era bueno, pero, tenía que cronometrar el tiempo. El té era a las cuatro y media y las tostadas de Minho tenían que estar preparadas. Todos los días tenía que hacerles las tostadas a Minho y como en los días de entre semana no se permitía fuego en el estudio, todos los chicos tenían que tostar el pan a sus prefectos en el pequeño hornillo de la biblioteca, buscando un hueco por donde colarse, en estas condiciones tenía que procurar que las tostadas estuvieran 1º,crujientes; 2º,sin quemar,y 3º,calientes y listas a tiempo. La falta de alguno de estos requisitos era castigada con golpes.

"Oye, bonito, ¿Qué es eso?"

Minho llegó abrazándome poniendo sus manos en mi cintura.

"Una tostada"

"¿Es ésa la idea que tú tienes de las tostadas?" - soltó una risa, palmeándome el hombro.

"Pues..."

"Eres demasiado estúpido para hacerlo bien" - otra vez esa sonrisa.

"Intento hacerlo"

"Bueno, de todas maneras eres un idiota. No olvides que estas en la clasificación. Te veré luego, Hyunnie.

Se fue, no sin antes despedirse con un beso. Dejandome ahí solo con las mejillas sonrojadas y enojado conmigo mismo por todo.

Que angustia la de aquellos días, quemar las tostadas de Minho significaban golpes y sus castigos. Desde el punto de vista de Minho, yo era una permanente ofensa.

Mire por la ventana. ¡Ya estábamos llegando! Debí de haber soñado mucho tiempo, ni si quiera había abierto el times; Minho todavía estaba recostado frente a mi leyendo Diaily Mail.

Mirarle ahora después de tanto tiempo era una experiencia peculiar y sorprendente. Sabía que ya no era peligroso pero los recuerdos todavía subsistían y no me sentía muy a gusto en su presencia. Era algo así como estar en una jaula con un tigre manso.

"¿Qué tontería es ésta?" - me dije a mi mismo -, "No seas tan estúpido. Si quisieras podrías decirle lo que pensabas de él y no tendría derecho a tocarte ni un dedo. ¡Era una idea fantástica!"

Sólo que... bueno,después de todo no valía la pena. En realidad no lo odiaba, nunca pudo llegar a odiarlo.

Entonces, ¿Qué iba a hacer? No iba a quedarse mirando como un idiota.

Lo que me gustaría hacer, me dije a mi mismo, sería inclinarme hacia él, darle unos golpecitos y decirle quien era. Luego observaría su cara. Después empezaría a hablar de nuestros días de colegio, hablando lo suficiente alto, para que la gente del vagón lo oyera. Le recordaría como en broma algunas de las cosas que me hacía y hasta quizá describiera los golpes que me daba en el vestuario para que se sintiera molesto. No le vendría mal.

De repente, levantó la vista y nos miramos los dos. Era ya la segunda vez que sucedía y vi un relámpago de irritación en sus ojos.

Bien, me dije a mi mismo, adelante, pero sé agradable, sociable y adecuado. De esta forma será más efectivo.

Le sonreí y le hice una ligera inclinación de cabeza. Luego,levanté la voz y dije.

"Disculpa,me gustaría presentarme"

Me incliné mirándolo atentamente para no perder su reacción.

"Me llamó Hyunjin,Hwang Hyunjin"