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~Capítulo 1


La vida es un regalo que se nos ha obsequiado a todos de maneras muy distintas, algunos son desdichados y otros son felices, otros simplemente viven en desdicha pero logran ser felices con lo que tienen, con lo que la vida les ofrece. Otros ni lo uno ni lo otro; sólo se dejan llevar a donde el camino de la vida los lleve. A otros  no tan afortunados la vida les es arrebataba por el ángel de la muerte a temprana edad sin la oportunidad de recorrer un poco de ese camino.

Algunos como a Min Yoongi de 20  años  la vida les da segundas oportunidades, es ahí justo en ese punto en donde debes detenerte y tomar un respiro y luego pensar... ¿Cómo debo continuar? ¿Qué hago ahora?

Algunos deciden Rendirse y aceptar que ya no son los mismos después de quedar incapacitados físicamente, y seguramente ese hubiese sido el caso de él si aquel ángel de la guarda no hubiese entrado a su vida.

Jimin su tierno pollito quien le alegraba los días y le llenaba la vida de felicidad. Luego de aquel accidente Yoongi se había enclaustrado en su habitación y nadie lo hacía salir ¿A que saldría? Si no podía ver.

Pero su lindo Jimin logró sacarlo de esa habitación después de casi dos años de luchar por ganarse toda su confianza. Jimin no se rindió, y  después de nueve años el Min Yoongi que podía apreciarse era totalmente diferente. El chico de la voz dulce era su apoyo en todo, desde hacerle compañía hasta ayudarle en sus cosas como vestirse, bañarse, comer y seguir estudiando, ahora que había logrado entrar en la universidad especial para personas discapacitadas a la que a Jimin le costó convencerlo de entrar Min Yoongi se sentía totalmente otra persona. Tanto que en su mente rondaba una grandiosa idea...  Casarse algún día con su bello chico Park Jimin, ese bello chico  de voz preciosa.

Hacía dos años que habían comenzado una relación a escondidas, un noviazgo peculiar ya que nadie sabía nada y sólo eran novios adentro de la habitación de Yoongi, afuera solo eran amigos y nada más que eso. ¿Cómo había iniciado ese tórrido romance?

Pues...


≫────°❅•❀•❅°────≪

Park Jimin siempre era felicidad, música para los oídos de Min Yoongi quien sus ojos ahora eran Park Jimin.

     —El día está muy bonito hoy Yoon, el sol está un poco fuerte pero es tolerable, espera te pondré el bloqueador solar.

Yoongi solo podía percibir los movimientos a su alrededor, solían salir todos los días un rato al gran jardín de la Mansión Min, en donde Jimin lo ayudaba a tenderse en el césped bajo un gran cedro y pasaban ahí horas, escuchando a Jimin leerle, practicando el Braille la lectura para invidentes el cual ya manejaba bastante bien.

     —No es necesario que hagas todo por mi Jiminie ya sabes puedes ponerme El bloqueador en las manos y lo puedo poner yo. Me haces más inútil de lo que soy...

     —¡Un momento Min Yoongi! —Interrumpió el chico de 17 años. —Deja de llamarte a ti mismo inútil, no lo eres y lo que yo hago lo hago porque me nace hacerlo no porque crea que no puedas hacerlo. —Espetó Jimin colocando la crema  en el rostro de Yoongi y esparciendo.

Yoongi ya no dijo nada y sus labios se volvieron una línea recta e incluso había arrugado un poco la nariz pero a pesar de todo disfrutaba el tacto de las manos suaves de su amigo y compañía.  Aunque no lo dijera amaba esos detalles que Jiminie tenía con él.

Cuando la mano de Jimin terminó de esparcir la crema e iba a alejarse de su rostro el Joven Yoongi de 18 años lo sujetó con suavidad y un poco de determinación a la vez. Jimin solo pudo arrugar su ceño ante ese inesperado acto de parte de su Hyung. 

     —Jiminie tus manos son tan suaves, ¿Asi es el resto de tu piel?

Las mejillas de Jimin se tornaron rojas en ese instante por la atrevida pregunta de Yoongi, aún así apretó más su mano contra la de él.

     —No lo se... no podría decirte  veo mi piel como cualquier otra pero la tuya si que es muy blanca casi como en nácar, delicada pues si está mucho tiempo bajo el sol o el frío se afecta, tersa y suave como el toque de un bebé, eres hermoso Min Yoongi. 

El mayor sonrió un poco estirándo su mano para encontrar el rosto de Jimin quien siempre le dejaba hacer eso, era un acto tan íntimo entre ellos.

     —Desearía poder ver Jiminie, y no precisamente para apreciar el dia que dices que esta muy bonito... yo quisiera poder verte, ver tu rostro y ver lo delicado que eres, ver tus ojos... de tantas veces que me dices que son azules como el cielo en una tarde fresca ya me los imagino así de bonitos. —Su mano delineó despacio el perfil de Jimin quien había cerrado los ojos ante el tacto del mayor. —Jimin...

     —¿Si Yoon?

Su voz salió tan suave y cantarína como una brisa de iré fresco.

     —¿Puedo pedirte un favor?

El silencio llenó el ambiente relajado un momento,  uno donde la mano de Yoongi seguía repasando las facciones de Jimin con sus dedos imaginando el rostro de su chico de voz dulce y otro donde era Park Jimin quien  cerraba sus ojos sintiendo con el alma aquellas suaves y delicadas caricias dadas con torpeza por el otro.

El corazón de Jimin latía con mucha fuerza ya que cada vez que Yoongi hacia eso unas mariposas se instalaban en su estómago y en su pecho brotaba algo cálido  acogedor. Él sabía que estaba enamorado totalmente de Yoongi Hyung, pero creía  que no podía ser correspondido por él. Además no quería romper la confianza dada por la señora Min Shinji.

De pronto los dedos de Min Yoongi encontraron el camino hacia los labios se Jimin que estaban ligeramente abiertos. Se los imaginaba bonitos, por su tacto podía reconocer que eran gruesos y esponjosos pero él quería conocerlo de otra manera.

     —¿Me das un beso?

     —¿Qué...

El corazón de Jimin parecía querer escapar, huir lejos de ese lugar porque tenía miedo, miedo de caer tan profundo y no encontrar salida después.

Tragó saliva pesadamente viendo como los dedos de Yoongi acariciaban sus labios, sus ojos claros como la miel lo veian pero no veian realmente, Jimin deseaba que lo hicieran por un momento. 

     —Quiero un beso Jiminie... ¿Sabes que posiblemente un día moriré sin haber dado mi primer beso?

     —No digas eso Hyung, un día conocerá a una chica que va a amarlo mucho, que cuidará de ti y se casarán y eso...

Lo último lo Susurró, como siendo acallado por sus sentimientos que afloraban cada vez más, y peligrosamente más fuerte.

     —No, yo no quiero una novia Jiminie, porque... porque nadie va a cuidarme tan bien como tú lo haces, ¿Qué mujer va a querer a un esposo así? Tú me conoces muy bien, sabes como ayudarme en todo, mis gustos, mis manías, no quiero una novia quiero un beso, un beso tuyo.

No podía negarse ante tal pedido y más si era hecho con aquella gentileza que caracterizaba a Yoongi. 

Se acercó un poco más asegurándose que no haya nadie a los alrededores y cuando estuvo seguro tomó las dos manos de Yoongi para colocarlas en sus mejillas, donde el mayor acarició haciendo unos círculos, tocando sus labios y su nariz y Jimin se acercó lo suficiente para poder sentir el aliento de Yoongi sobre su rostroy sus manos se habían apoyado en los hombros de Yoongi.

     —¿Estas seguro Hyung?

     —Muy seguro Jiminie,  vamos... quiero sentir tus labios.

Jimin sonrió con sus mejillas rojas y de apoco fue cerrando el espacio que había entre los dos cerró sus ojos cuando finalmente sus labios chocaron con los de Yoongi, y en ese instante fue como si explotaran fuegos artificiales en su interior.

Los labios de Yoongi Hyung eran muy suaves, tratando de besarlo torpemente movía sus labios sobre los de Jimin, era el primer beso para ambos pero a diferencia de Yoongi,  Jimin podía ver películas románticas donde veía a las parejas besarse, sólo Repetía la acción que veía entre los personajes. Se sentía gratificante, como algo que necesitaba en la vida y que no lo sabía hasta ahora.

Permitió a su lengua rozar ligeramente el labio superior de Yoongi y el mayor también había apresado el labio inferior de Jimin entre sus dientes suavemente.

Ahí fue el momento justo para detenerse.

Jimin estaba muy acalorado con su respiración agitada y su corazón saltando por todos lados.

     —Yoongi Hyung...

     —Cálla Jimin, déjame imaginarte por favor. Tus mejillas redondas de color carmesí muy encendidas y bonitas. Tímido y hermoso.

Y así era, exactamente así se encontraba Park Jimin. 

     —¿Me dejas hacerlo de nuevo?

Jimin jadeo de sopresa, ¿Más besos?

De lo que le habían enseñado a Jimin,  besarse con otro chico no estaba bien visto, era algo aberrante un pecado mortal... pero ¿Por qué? Si era la sensación más linda del mundo. No le veía lo malo a que dos personas iguales compartieran mucho más que una amistad.

     —S-si Yoon está bien.

     —Sólo si quieres Jiminie... ¿Quieres?

Jimin sonrió un poco acercándose de nuevo y volvió a unír sus labios.

Min Yoongi estaba tan eufórico en ese momento, sentía los labios de su chico de la voz dulce tocar los suyos con tal delicadeza, suaves, atrayentes que le removían todo su ser en ese momento, y su corazón se sentía dichoso.

Solo así pudo asegurarse bien que lo que sentía por su amigo Park Jimin era real, tan real como la segunda oportunidad que le había dado la vida. Amaba a ese niño, con locura con pasión. Finalmente el contacto volvió a cortarse y echó de menos esa cercanía, esos labios esponjosos y dulces como la miel.

     —Park Jimin quiero que seas mi novio.

El mundo donde giraba Jimin en ese momento se detuvo un instante, su pecho quería explotar de la felicidad. 

     —¡Hyung!

     —Jiminie, me gustas... te amo. Nunca te he visto pero en mi corazón te conozco de toda la vida... si dices que no me moriré ¡Jimin te amo! Me has enseñado a ver con los ojos del alma, eres perfecto para mi... prefiero saltar al abismo desconocido si tú no estas conmigo siempre.  ¡Por favor no dejes que salte!

La mano temblorosa de Jimin se cerró en la de Yoongi, como si así se estuviera sellando un pacto, una promesa no dicha pero que si estaba presente ahí.

     —También te amo Yoon, con todo mi corazón.  Y si, quiero ser tu novio.

Yoongi sonrió feliz, y esa era una de las cosas que más amaba Jimin verlo sonreír.

A partir de ahí se unieron más, era un noviazgo a escondidas pero el más puro y tierno que podía existir.  Que nada podía dañar. Porque ellos serían más fuertes que todo ¿cierto?

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