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Habían pasado días desde la llegada de ________ y las cosas en el Santuario volvían a la normalidad. Argus fue muy bien recibido y ya todos los caballeros y aspirantes conocían al hijo de Atenea. El menor ya tenía las mismas medidas de seguridad que tenía su madre —a petición de ella misma—.

________ quería hablar con cada uno de los caballeros dorados, pero aún estaban aquellos que eran perseguidos por los actos que cometieron en el pasado y no eran capaces de mirarla a los ojos, más aún cuando se enteraron lo que hizo por ellos.

Pero no todo era tranquilidad ya que mientras Seiya, Shiryu, Hyoga y Shun ayudaban a entrenar a los más jóvenes, Shun no podía evitar pensar en su hermano mayor Ikki.

Ya eran varios días que no hablaba con él. Aunque era típico de Ikki no estar rodeado de los demás, dejaba mensajes para Shun, así de alguna forma sabría que estaba a salvo.

—¿Qué sucede Shun? —Le pregunta Seiya al ver preocupado a su amigo.

—Mi hermano no ha mandado algún mensaje.

—De seguro demorará de nuevo como la última vez. —Intenta tranquilizarlo, pero Shun seguía igual de pensativo—. Mira, sabes cómo es Ikki. Debo admitir que creí que, finalizando la guerra contra Hades, después de todo lo vivido, se quedaría con nosotros —Apoya su brazo en los hombros del peliverde—, incluso cuando te transformaste en Hades, creí que Ikki dejaría de ser un lobo solitario, pero ves que no es así.

—Creo que volvió a ser así cuando _________ se fue para salvarnos.

—De seguro no pudo desatar su ira o mostrar lo que sentía en ese momento —dijo Hyoga—. Yo también estaba muy enojado cuando ocurrió, creí que había fallado en la misión de proteger a Atenea de cualquier cosa.

—Yo igual —intervino Shiryu—, pero ella está de regreso y no podemos fallar de nuevo.

—Tienen razón, no podemos fallar otra vez —dijo Seiya haciendo formando un puño—. Pero hay algo de lo que no podemos proteger a ________ —sus amigos lo miraron con curiosidad—, de ella misma.

Los cuatro rieron y tal escena no pasó desapercibido para ________, quien estaba ahí.

—Y tienes razón en eso Seiya, no pueden detenerme cuando algo se me ocurre.

Por un instante, no vio a los cuatro adultos frente a ella, sino a los jóvenes que solían jugarse bromas e incluso pelear por las ocurrencias de alguno de ellos.

Pero sabía que ya no era los jóvenes de antes, aquellos niños que la hicieron reír en los momentos más difíciles eran adultos y con muchas responsabilidades en sus hombros, estaban casi a la altura de los caballeros dorados.

—Vaya, la diosa Atenea vino aquí a ver a sus humildes caballeros —bromea Seiya y todos ríen.

—Sí, a sus humildes caballeros —_______ le sigue la broma y luego mete las manos en los bolsillos de su abrigo—. Vengo a ver a mis amigos después de un largo día de trabajo.

—La Fundación ¿cierto? —Pregunta Shiryu.

—Así es. Tantos años fuera de Grecia y sin alguien de la familia Kido al mando, muchos de los socios de mi familia han querido meter sus narices y le han dado batalla a Tatsumi a pesar de que le dejé el mando. —Mira hacia el sol que estaba ocultándose poco a poco en el mar—. Pero puedo con ello, estoy poniendo poco a poco las cosas en orden. —Regresa la mirada a sus amigos y sonríe—. Y bien, ¿ustedes qué hacen?

—Ayudamos a mejorar las técnicas de peleas de los jóvenes aspirantes.

—Así esos chicos cuando obtengan su armadura podrán hablar muy bien de quienes les dieron excelentes consejos. —Seiya sonríe con orgullo.

Se quedaron conversando un poco más sobre cómo ayudan a los nuevos aspirantes, les dan consejos sobre las batallas que ellos han tenido, el honor de un caballero sobre proteger a Atenea y al mundo. Fue así que pasaron unos minutos en los que _______ se quedó a ver los combates que ellos supervisaban hasta que decidió ir a caminar hacia las casas custodiadas por los caballeros dorados, era el momento de enfrentarlos cara a cara.

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Antes de hablar con los caballeros dorados, el Patriarca, quien era Shion, quiso hablar con ella para hablar sobre la actitud de los guardianes de las doce casas, actitud que había afectado a algo más que su espíritu.

—Gracias por aceptar hablar conmigo diosa Atenea —agradeció Shion y ambos se sientan en el balcón principal de la sala del Patriarca.

—Tenía que hacerlo tarde o temprano —responde _______—. Creo que soy yo la que debería agradecerte por haber cuidado el Santuario y haber seguido con las órdenes que di antes de... desaparecer de aquí.

—Es lo mínimo que pude hacer diosa Atenea, primero que nada, quisiera pedirle perdón por mis acciones y las de Saga y los demás cuando atravesamos las doce casas. —_______ al ver que Shion intenta arrodillarse, ella lo detiene.

—No es necesario, entendí al final que hicieron todo eso para que pueda llegar a Hades sin estar adherida a las leyes del Inframundo, sé que, aunque sea una diosa, así como los otros, no podíamos atravesar el reino de Hades si estábamos vivos —responde _______—. Es bueno saber que, a pesar de mi ausencia, pudiste hacer que el Santuario volviera a ser el de antes.

—Y también es gracias a usted Atenea, las remodelaciones que mandó a hacer aquí en el Santuario... era como si estuviera en aquellos años en los que aún era el caballero dorado de Aries. —Desde donde ellos estaban observaban las zonas de entrenamiento y algunas estatuas—. Pero no todo fue sencillo.

—¿A qué te refieres?

—Su ausencia afectó a muchos, Atenea, pero no solo eso, algunos caballeros dorados. Créame que aún siento culpa por lo ocurrido y no solo yo, eso también pasa con Saga, Shura, Camus, Afrodita, Máscara de Muerte, ellos aún no olvidan lo que pasó y creen que no merecen lo que usted hizo por ellos, ya saben cómo son.

—Tienen su orgullo, lo sé —sonrío recordando lo fieles que eran a su misión—. Estoy pensando en hablar con ellos para hacerles entender, aunque sé que no será fácil, cada uno de ellos tiene aún sus propios demonios con los que lidiar.

—Recordará que hace años cuando los caballeros de bronce pelearon contra Saga, estoy al tanto de todo, no se preocupe; la armadura abandonó a Saga por todo lo que había cometido. Ocurrió de nuevo. —Lo miro con curiosidad—. Máscara de Muerte, su armadura lo abandonó y ha permanecido en la casa de Cáncer.

No era la primera vez que la armadura abandonaba el cuerpo del caballero de Cáncer, ya había ocurrido cuando peleó contra Shiryu. Sin embargo... parece que, a pesar de su sacrificio, lo sigue rechazando.

________ al final tendría que hablar con todos, esperaba que cambiara la situación un poco.

Llegó primero a la casa de Aries y Mu estaba sentado como algo pensativo, al verla, se puso de pie rápidamente.

—Atenea, es un honor verla aquí de nuevo... después de tanto tiempo.

—Es la primera vez que haré el recorrido por las doce casas después de doce años —responde mostrando una leve sonrisa, algo que pareció iluminar los ojos afligidos del caballero de Aries—. He decidido hablar con todos ustedes, especialmente Máscara de Muerte, Saga, Afrodita, Shura, Camus y Kanon.

—¿Es por los actos que cometieron en el pasado?

—Más que nada es porque quiero que dejen de atormentarse con lo ocurrido, quiero a mis caballeros dorados de vuelta. —Mu la miró con sorpresa—. El Santuario se ha ido recuperando de las heridas poco a poco, pero ¿Cómo el Santuario va a estar bien si sus propios caballeros, los más poderosos, no están en paz consigo mismos?

El caballero de Aries intentaba no mirar fijamente a _______, tan solo lo había hecho unos segundos y sentía paz en su interior, también algo más que no se atrevía a imaginarlo ya que era algo totalmente prohibido.

—Mu, dejen de repetir que no merecían ser salvados —le dijo ______ y acercó su mano hacia el rostro de Mu sin tocarlo, este se puso nervioso—. Puedo sentir que ustedes aún sienten dolor, pero ya pasó, estoy de regreso y tenemos que fortalecer este Santuario, no solo por seguridad, sino por nosotros mismos.

________ le dio una última sonrisa a Mu antes de continuar su camino y salir de la casa de Aries.

Dejando a Mu sin palabras y con su pulso intentando volver a la normalidad.

________ llegó hasta la casa de Tauro y pudo ver a Aldebarán comiendo una manzana. Al menos el caballero de Tauro lograba mantener algo de su carisma y entusiasmo por pelear hasta que alguien lograra derrotarlo.

—Espero no estar interrumpiendo —dijo _______ tomando por sorpresa a Aldebarán y haciendo que este se pusiera de pie rápidamente.

—Discúlpeme diosa Atenea. —Intentó botar la manzana, pero _______ alzó su mano—. No sabría que vendría...

—No hay de que preocuparse, llevan casi todo el día protegiendo las doce casas, debes en cuando suelo verlos por los espacios del Santuario. Debo decir que me sorprendió saber que volviste a pelear con Seiya, quisiera saber si logró derrotarte —habló casi riendo para mantener la conversación—. ¿Logró quitarte más que un cuerno?

—Seiya y los demás se han fortalecido, no solo fue Seiya quien me enfrentó, también los otros tres caballeros, admiro la determinación que hay en cada uno, eso hace que sus cosmos se enciendan y sigan superando los límites. Les agradecemos por haberla protegido en nuestra ausencia.

—También estoy en deuda con ellos, es algo... que nunca podré pagar, porque nada se compararía con todo el sacrificio que hicieron, y eso también lo digo por ustedes. Así como Seiya, Shiryu, Hyoga, Shun, Ikki y los otros caballeros; ustedes también hicieron un gran sacrificio y les agradezco.

_______ dejó la casa de Tauro para dirigirse a la casa que era custodiada por el hombre que intentó acabar con su vida en varias ocasiones.

Aunque Saga y Kanon protegieron la casa de Géminis, era Saga quien ahora la custodiaba, luego tendía que hablar con el gemelo del guardián de Géminis.

—Saga.

El caballero de Géminis se sorprendió al ver a Atenea.

—Atenea. —Hizo una reverencia mirando al suelo.

—Saga, por favor, estoy aquí hablando contigo después de doce años, agregado también casi dos años desde la guerra contra Hades, mírame a los ojos. —El caballero de Géminis seguía arrodillado y no se atrevía a mirarla—. Saga —se inclinó a su altura y tomó su rostro con sus manos—, sé que hay cosas que no pueden olvidar y para mí también es difícil sobre todo lo ocurrido en el muro de los lamentos. Sin embargo, me he repetido siempre que tengo que seguir adelante para mantener este Santuario, pero es una carga que no puedo llevar sola, por eso los necesito a ustedes, a todos los caballeros de Atenea. Está en la naturaleza del hombre equivocarse, Saga y nadie es perfecto.

El caballero de Géminis había intentado mantenerse firme, pero había estado ocultando lo que sentía bajo una máscara. Atenea estaba delante de él, pidiendo que se sincere con ella y demostrando que lo había perdonado hace tiempo. De pronto las lágrimas comenzaron a caer por su rostro.

Tal reacción hizo que el corazón de _________ se encogiera.

Aunque si estuvieran en público y algunos vieran ese momento con incomodidad al ver al que había asesinado al anterior Patriarca, arrodillado con Atenea consolándolo después de lo que hizo, tal vez hubiera especulaciones, pero estaban solos en ese momento y nadie podría criticar al caballero de Géminis.

—Saga —_______ se puso de pie y ayudó a Saga a levantarse—, no siempre es bueno guardarse lo que sentimos en verdad. Cuando yo estuve sola durante mi exilio, los primeros días no soportaba... estar ahí, incluso llegué a querer arrepentirme sobre la decisión que tomé, pero... supe que hice lo correcto, darles a ti y a los demás la oportunidad de vivir en paz.

—Y eso es algo con lo que estaremos eternamente agradecidos. Atenea, por más que lo haya hecho, no puedo evitar pedirle que me perdone nuevamente por el daño que le hice al Santuario y a usted. Las vidas de aquellos que se opusieron a mí, fueron tomadas por quienes me apoyaron. Nada los traerá de vuelta.

—Tienes razón, nada los traerá de vuelta, pero aún estás a tiempo de corregir. Que sus muertes no sean en vano, Saga. De alguna forma, aunque no lo creas, los caballeros que murieron saben que estás dispuesto a defender a la humanidad y protegerme.

Era la primera vez en tanto tiempo que ambos pudieron mantener una conversación normal, fue así que ________ se despidió de Saga y continuó a la casa del siguiente caballero, Máscara de Muerte, aquel que aún su armadura seguía rechazándolo.

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En alguna parte del mundo, el heredero de la familia Solo no había dejado de continuar con su labor de ayudar a las personas a pesar de haber regresado a los negocios. Tras haberse despedido de ________, una parte de él aún la recordaba con melancolía ya que a pesar de que se habían conocido por primera vez en su fiesta de cumpleaños, había logrado llamar su atención y no iba a negar que le hubiera gustado estar más tiempo con ella.

Sorrento siempre había estado acompañándolo desde hace doce años y se convirtió en una persona en la que podía confiar totalmente.

Ambos estaban visitando un pequeño pueblo. Los niños disfrutaban de las melodías de Sorrento mientras Julián estaba observando el mar. A pesar de estar viajando siempre se tomaba tiempo para observar el mar y podría hacerlo durante horas.

Fue así que ve algo en la orilla, se acercó, tal vez era algún pescador que se había alejado demasiado y había sucumbido ante la marea alta.

Sin embargo, no era quien imaginaba, dicho hombre parecía haber peleado con alguien y estaba muy malherido. De pronto Sorrento ya no era el que dominaba su cuerpo, sino el dios de los mares, Poseidón, había vuelto a tomar control.

—Caballero del Fénix —murmuró y quiso tocarlo para verificar sus heridas, pero se apartó rápidamente al sentir dolor en sus manos—. No puede ser... ¡Sorrento!

El hombre al oír su nombre dejó a los niños sin levantar sospecha y fue directo hacia el joven.

—Señor Julián ¿ocurre algo? —Preguntó con preocupación, pero luego notó la mirada diferente a la de Julián—. Señor Poseidón, ¿Cómo es posible que usted...?

—No es momento para eso Sorrento, mira. —Sorrento observa el cuerpo en la orilla y se sorprende al verlo—. Un caballero de Atenea.

—Fénix.

—Así es, intenta acercar tu mano hacia él. —Sorrento mira a Poseidón con confusión, pero luego realiza lo ordenado—. Quiero que me digas si sientes algo que te daña al acercarte a él o si sientes como repulsión.

Sorrento acerca su mano al cuerpo de Ikki y este pudo tocarlo, verificando así lo grave que estaba.

—Está muy grave señor Poseidón.

—Lo que me temía. —Poseidón observa sus manos—. Está ocurriendo algo muy malo... Sorrento, utiliza un poco de tu sangre para ralentizar lo que sea que tenga en su cuerpo, sea lo que sea con lo que le hayan atacado, es algo que no puedo curar ni tampoco acercarme a él.

—Pero señor...

—Solo hazlo, no sé si Atenea está en el Santuario, pero haré que las aguas lo lleven sin lastimarlo.

Sorrento obedeció e hizo lo que Poseidón le ordenó. Una vez terminado todo también se usó la sangre del anterior general para reparar la armadura de Ikki.

El cuerpo de Ikki volvió al mar y Poseidón sumergió sus manos en el mar dando la orden para que lo llevaran cerca de la prisión donde Kanon lo despertó, confiaba en que los caballeros lo encontrarían antes de que sea demasiado tarde.

—Emperador Poseidón —dijo Sorrento—. ¿Qué fue lo que le pasó?

—No lo sé, pero es algo que tendremos que averiguar. 

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Publicado: 11/04/22

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Dato curioso: En Sould of Gold dicen que la armadura del Caballero de Cáncer lo rechazaba, pues quise utilizar eso en este capítulo. De alguna forma intento rescatar varios datos de las películas y series de Saint Seiya para este fic.