ℭ𝔞𝔭𝔦́𝔱𝔲𝔩𝔬 𝟷6
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Bebí un vaso de agua mientras miraba el Santuario desde el balcón. No había imaginado encontrarme en esta situación otra vez, me hizo tener recuerdos sobre aquellos oscuros momentos durante la guerra contra Hades.
De pronto siento una presencia que me hace temblar. Aquella sensación aumenta y el vaso cae de mis manos rompiéndose, los trozos se esparcen por el suelo mientras yo me quedo mirando. No sé por qué mi mano comenzó a temblar, me pareció algo fuera de lugar, jamás había sentido esto. Así que sujeté mi mano con la otra y logré calmarme.
—¡Kanon! —Le llamé y fui a paso apresurado a la Sala del Patriarca.
—Atenea. —Llegó y me miró con preocupación—. Dígame, ¿se encuentra bien?
—Está aquí, él está aquí, pero no viene solo —digo y en eso entra Afrodita.
—Atenea, han encontrado cuerpos sin vida de los guardias que custodiaban el cementerio. —Llevo mis manos hacia mis sienes—. Parecen... cadáveres secos. Atenea, debe quedarse aquí, mis compañeros y yo no permitiremos que se acerquen a usted.
—No. —Me giro hacia ellos—. Eso es lo que quiere, quiere ocasionar mucho caos alrededor del Santuario para sacarme de aquí. Quisiera saber cuántos enemigos vienen con él y quiénes son, tenemos que conocer sus técnicas antes de que las usen contra ustedes.
Afrodita deja el Salón del Patriarca y en eso entra Shion.
—Shion.
—Atenea, estaré en el Santuario protegiendo a los guardias, no podemos permitir más bajas —dice y sé que tiene razón, aunque esa podría ser una jugada muy peligrosa—. ¿Hay algo que pueda hacer por usted antes de irme?
—Sí... Diles a los caballeros dorados que dejen sus puestos y se dispersen por el Santuario junto a Seiya, Shiryu, Hyoga y Shun para enfrentar a los enemigos que se han atrevido a profanar este lugar.
—Pero usted...
—Yo me encargaré de proteger las doce casas. —Los dos intenta hablar, pero interrumpo—. No permitiré que crucen las doce casas, hay muchas cosas en juego y algo... —No podía decir exactamente qué era— que debo proteger.
Kanon y Shion estaban dudando en dejarme sola, pero los miré con firmeza y eso significaba que no podían ir en contra de mis órdenes.
—Manténgase a salvo —dijo Shion y abandonó el salón.
—Atenea, no quiero dejarla sola a merced de sus enemigos, pero si es una orden suya, le serviré hasta que muera —dice y la palabra relacionada con la muerte solo me trae malos recuerdos—. Iré con el Patriarca.
Me quedé sola en el salón y mediante mi cosmos intenté encontrar a Shaina y Marín.
"Están aquí, manténganse alerta. Aunque estén en una zona donde nadie lo conoce, excepto ustedes. Nos estamos enfrentando a fuerzas mayores"
"No se preocupe diosa Atenea, nadie les hará daño" Respondió Marín.
Estuve por dejar la casa de Piscis para ir a la casa de Aries, pero vi un camino lleno de rosas y espinas hasta donde me encontraba. No era necesario decir quien era el responsable, sabía que no se iba a ir sin dejarme con las medidas de protección necesarias.
¿Qué era lo que buscaban? La presencia de ese poder oscuro la siento en diferentes lugares del Santuario, dispersados. Mi hermano no vino solo y parece que Ikki no es su blanco principal. Miro al cielo.
—Si el destino lo desea, que los caballeros se mantengan a salvo.
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En el camino de Tántalo, los cuerpos de los guardias y de algunos caballeros de plata caían sin vida y totalmente secos, pero la sed de aquel hombre no se saciaba. Era como si la muerte misma era la única opción de saciarla, pero confiaba en las palabras de su señor y que, una vez cumplida la misión, se les otorgaría aquello que tanto deseaban.
—Tan débiles —dijo mientras ponía su pie sobre la cabeza de un caballero caído.
Estaba por aquella zona del cementerio, pero en eso una flecha dorada pasó a su lado, había logrado esquivarla. Observó la flecha incrustada en uno de los muros y esta desapareció, sonrió de forma maliciosa, no se giraba a ver a su enemigo.
—Así que por fin vino un caballero dorado, ya me estaba hartando de estos débiles que se hacen llamar caballeros. No son más que simples humanos que juegan a ser los defensores del Santuario y de Atenea. Sin embargo, no creí que fueran cobardes para atacar por la espalda —Miró de reojo y pudo reconocer al caballero dorado, había oído hablar de él—. Dime caballero dorado, ¿qué tipo de humano eres?
—Los caballeros no tenemos piedad contra aquellos que Atentan contra Atenea y su hogar —dijo Aioros tomando otra flecha—. Protegeré a Atenea y lo haré hasta que muera.
—Claro, como las dos últimas veces ¿cierto? —Pregunta con tono de burla y Aioros se sorprendió de que aquel enemigo esté al tanto de todo—. La primera vez moriste protegiendo a una indefensa e inútil Atenea —Aioros apretó su arco con fuerza—, la siguiente fue para derribar el muro de los lamentos, debo decir que estoy agradecido por lo que hicieron.
—¿De qué estás hablando?
—Cuando rompieron una parte importante del Inframundo que era como una brecha entre dos poderes, digamos que rompieron ese equilibrio y ocasionaron más que la destrucción de un muro. Nuestra presencia en el Santuario se la debemos a ustedes —respondió Tántalo, haciendo que Aioros comprendiera todo y se quedara sin palabras.
—¿Sorprendido caballero? El poder que se me fue otorgado fue gracias a mi señor y él conoce a cada uno de ustedes, sus temores e incluso los pecados que alguna vez cometieron. —Retrocedió para empezar a pelear—. Demuéstrame que tipo de caballero eres, si eres de esos que con solo tener la armadura ya se creen poderosos.
—No manches el honor de un caballero —dijo Aioros—. Atenea nos dio la oportunidad de protegerla otra vez y no fallaremos. A pesar de nuestros errores, ella nos dio la confianza de nuevo.
—Veremos cuanto dura esa confianza, Aioros de Sagitario.
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Agradecía que Tántalo haya llamado la atención suficiente como para que los caballeros vayan hacia él, confiaba en su fuerza y los caballeros dorados no serían un problema, aún así recordaba las palabras de Adelphos, no confiarse del poder de los caballeros.
Gracias a que Akiyama había visitado el Santuario con _______ en muchas ocasiones, otorgó dicha información de ciertos lugares a sus hombres, pero justo el que necesitaban encontrar jamás había sido visitado por Akiyama, así que tendría que recorrer todo el Santuario mientras sus otros compañeros distraían a los caballeros.
Se detuvo al sentir la presencia de dos caballeros.
—Parece que el espectáculo de Tántalo no fue suficiente para atraparlos. —Se giro hacia Dohko y Shiryu—. Un caballero dorado y uno de bronce, Dohko de Libra y Shiryu de dragón, maestro y alumno, interesante.
—¿Quién eres? —Pregunta Shiryu—. ¿Y por qué estás aquí?
—¿Yo? Pues.... Vine para matar a Atenea —responde Ixión y ambos caballeros intentan mantener su enojo ante las palabras de su enemigo, quien luego comenzó a reír—. Hubieran visto sus rostros, se notan que no son más que sirvientes de Atenea, ¿en serio no les importa sacrificar sus vidas por alguien que al final no les recompensa como debe ser?
—No necesitamos ninguna recompensa —responde Shiryu—. _______ ha peleado con nosotros, a pesar de que su deber era mantenerse aquí, ella nunca nos dejó ni tampoco a los caballeros dorados. No solo peleo por Atenea, sino también por ________, por aquella persona que desde la infancia siempre se preocupó por nosotros.
—Vaya, vaya caballero, tus sentimientos siempre te van a jugar en contra, sé lo que se siente.
—No compares los sentimientos de un caballero con los tuyos que no fueron más que egoístas y traicioneros —dijo Dohko—. Nuestros sentimientos siempre serán fieles a Atenea, jamás nos atreveríamos a traicionarla, nunca. A contrario de ti; Ixión, rey de Tesalia.
—Así que sabes quién soy, era de esperarse de uno de los sobrevivientes de la guerra santa contra Hades —respondió Ixión—. Me hubiera gustado que ustedes llevaran la guerra al Inframundo en la era anterior, mi señor esperó mucho para tener la fuerza que actualmente posee. Por eso, les doy las gracias caballeros.
—Jamás tendríamos algo que ver con ustedes —respondió Dohko.
—¿Seguros? Gracias a todo el caos que provocaron en el Inframundo, liberaron un poder muy peligroso incluso para su querida Atenea a la que tanto adoran. —El rostro de ambos caballeros cambió por completo.
—Es mentira —dijo Shiryu—. ¡Los caballeros protegemos a Atenea!
—Pues parece que se equivocaron de nuevo.
—¡No es así! —Dijo Aioria de Leo apareciendo al lado opuesto donde estaban Dohko y Shiryu.
—¿Aioria? Deberías estar protegiendo otras zonas.
—Sabemos cuantos enemigos son, cinco muy poderosos, fue Shaka quien lo confirmó —dijo Aioria.
—Era de esperarse del hombre más cercano a Dios, pero dicha información no hubiera llegado a él si no fuera por Prometeo, siempre tendrá una pizca de piedad por la humanidad, pero aquellos que rechazan su oferta terminan muriendo —dijo Ixión—, pero se olvidaron de alguien muy importante y no saben dónde se encuentra o, mejor dicho, no será fácil de localizar porque está a un nivel superior al de ustedes.
—No puede ser... —dijo Dohko—. Su hermano...
Aunque Dohko fuera uno de los caballeros dorados más poderosos y tuviera conocimientos gracias a las anteriores guerras santas, era consciente del poder de un dios y que solo un dios podía matar a otro, no importa cuantos caballeros sean, no podrán vencer a una deidad.
—Mientras nosotros estamos aquí, su querida Atenea será el objetivo de su hermano.
Los tres caballeros querían dejar al enemigo e ir en busca de _______ para mantenerla a salvo, aquel sentimiento era aún mayor en Dohko y Aioria, quienes no querían fallarle sobre todo después de lo que hizo por ellos, pero fue Shiryu quien habló.
—_______ nos pidió proteger el Santuario mientras ella custodiaba las doce casas, así como ella confía en nosotros, tenemos que hacer lo mismo, confiar en que ella podrá contra cualquier enemigo. No es la primera vez que lo hace. —Shiryu sonríe levemente recordando las veces en que ________ les pedía que confiaran en ella mientras ellos no querían dejarla a merced de sus enemigos—. Te enfrentaremos como quieres, Ixión y te aseguro que venceremos.
—La confianza fue la derrota de todos los que se enfrentaron a Atenea, les aconsejaría no hacer lo mismo.
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Todos sabían que aquel poder oscuro les pertenecía a los cinco individuos que estaban por todo el Santuario, Shaka se comunicó con sus compañeros por medio del cosmos; pero tal y como dijo Ixión, todo fue gracias a Prometeo.
—¿Por qué me dijiste sobre tus otros secuaces? —Pregunta Shaka, tenía los ojos abiertos porque sabía que no era un enemigo cualquiera.
—Porque quisiera darte una oportunidad Shaka, has visto la crueldad de este mundo y ningún dios fue a ayudarte, ni siquiera Buda con quien has hablado por años —dijo Prometeo—. Admite que los dioses solo piensan en ellos mismos y castigan a otros cuando ellos cometen peores cosas, asesinato, traición y Atenea no es la excepción.
—No menciones a Atenea, no sabes nada sobre ella. —Aunque Shaka mencionara el nombre de Atenea, a quien se refería en verdad era a su reencarnación, a ________.
—Entiendo que has sido educado para serle leal sin importar qué, pero ¿no te has puesto a pensar en las cosas malas que pudo haber hecho? Ningún dios es bueno toda la vida, Shaka. Tal vez Atenea haya apoyado y bendecido a muchos héroes, pero también castigó a humanos e incluso abandonó a aquellos que pidieron su ayuda —dijo Prometeo, sus palabras estaban llenas de odio. Tal vez la humana en la que reencarnó sea diferente, pero sigue siendo Atenea, los pecados cometidos por sus antecesoras y por la misma diosa, siempre estarán en aquella mujer que se llama ______.
—Te equivocas, ella es diferente, cada reencarnación es diferente porque crecieron como humanas, el hecho de que sean Atenea no quiere decir que sean iguales —respondió Shaka—. Te derrotaré y te arrepentirás de haber hablado mal de Atenea.
—Los hemos observado por mucho tiempo y mi señor conoce los sentimientos de cada uno de ustedes y te diré algo: puede que _______ te aprecie, así como a tus otros compañeros, puede que incluso llegue a desarrollar otros sentimientos, pero para Atenea siempre seguirás siendo un caballero que pueda usar.
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Camus, Saga y Hyoga se habían topado con otro del grupo, un tipo que tenía una cicatriz, sin que ellos lo supieran, era aquel que había dejado a Ikki al borde de la muerte. Eresictón, un hombre con un odio y desprecio hacia los dioses especialmente hacia Deméter.
—No pasarás de aquí —dijo Saga—, tu sola presencia y la de tus compañeros manchan este lugar.
—Bonito discurso, un hombre tan leal, pero al mismo tiempo, un perro faldero de la diosa Atenea —al mencionar el nombre de Atenea, Saga se enfureció y estaba por atacar—. Es raro ver de ti tanta devoción y fidelidad hacia Atenea después de todo lo que le hiciste ¿no es cierto Saga? Durante dieciséis años la estuviste buscando para matarla y luego... atraviesas las doce casas, matas a uno de tus compañeros junto al caballero que estoy viendo.
—No lo escuches Saga —intervino Hyoga y luego miró a su maestro—. Camus, lo que pasó hace años Shaka siempre lo supo al igual que ________, ninguno les guardó o culpó por lo que, ocurrido, nuestro enemigo solo busca debilitarlos.
Y no se refería a su poder, sino a su confianza.
—¿En serio caballero Hyoga? Solo digo la verdad, ¿en serio creen que Atenea los ha perdonado después de lo que hicieron? Usaron una técnica prohibida, aquel que la usaba era considerado un traidor. —Las palabras de Eresictón comenzaba a sembrar la duda en ambos caballeros dorados—. Más aún tú, Saga, cometiste pecados imperdonables, ningún dios te hubiera perdonado y ¿crees que Atenea lo hizo?
—Atenea nos salvó, nos trajo a la vida nuevamente —dijo Camus—. No hubiera hecho eso si en serio quería castigarnos, Hyoga tiene razón Saga, no tenemos por qué escucharlo, lo mejor es acabar con él.
—Él tiene razón —dijo Saga sorprendiendo a Camus y Hyoga—, asesiné gente inocente, cometí traición y atenté contra mi propia sangre; sin embargo, Atenea decidió perdonarme y darme una oportunidad y son consciente de que no me lo merecía, pero estoy en deuda con ella y pienso entregar mi vida por ella. Así que tus palabras no quebrantarán la confianza que le tengo.
—Caballeros tontos, la devoción que tienen hacia Atenea no les servirá cuando mueran. ¡Terminarán de la misma forma que su amigo Ikki de Fénix!
Raíces oscuras comenzaron a salir del suelo en dirección a los tres caballeros.
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Dánao había hecho su primer movimiento y aunque dañó un poco a los tres caballeros dorados, aún tenía varios trucos escondidos.
—¡Ríndete y dinos dónde se encuentra aquel que quiere matar a Atenea! —Exclamó Shura.
—Será mejor que hables pronto antes de que mis rosas venenosas te maten —amenazó Afrodita.
—Los dos caballeros que hicieron un pacto con Hades están amenazándome, que irónico. Dos caballeros que cometieron traición ahora se creen los portadores de la justicia. —Observó a Shura de Capricornio—. Decían que eras el caballero más fiel a Atenea desde la mitología, dime una cosa, ¿crees que ella te considera así después de que intentaste matarla cuando a penas era un bebé? Recuerda, tú a punto de usar tu técnica más poderosa contra una indefensa niña.
—¡Cállate! ¡Excalibur! —Shura atacó, pero Dánao esquivó el ataque con facilidad.
—Tal vez la humana ________ te haya perdonado, pero ¿crees que Atenea lo hizo?
—¡Será mejor que cierres la boca! —Exclamó Aldebarán—. Atenea no es como tú crees.
—¿En serio están seguros? Todos ustedes no son tan puros como algunos creen, de alguna forma han cometido algún contra la diosa que tanto protegen, aunque sea el más mínimo error. Verán, mis compañeros y yo cometimos actos que incluso ahora los humanos hacen cosas peores y ¿qué recibimos por parte de los dioses? Castigos eternos en el Tártaro, castigos que es mejor la muerte absoluta e incluso la destrucción de nuestras propias almas —dijo Dánao haciendo sus manos en puños—. Piénsenlo bien caballeros, puede que en esta vida sean recompensados, pero en la siguiente qué les garantiza la paz a ustedes.
Tal vez la pelea sea en diferentes lugares y con distintos compañeros, pero todos coincidían en que sus enemigos usaban algo que no era una técnica a base del cosmos: Intentar destruir la confianza en ellos mismos y en el perdón de Atenea.
Adelphos observaba todo desde lo lejos y sonrió, estaban jugando con los sentimientos y reviviendo los pecados cometidos por algunos caballeros dorados, pero también usaban el que si eran merecedores de la oportunidad que les dio Atenea. Sabían que lo mejor era destruir esa devoción hacia su diosa.
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Publicado: 11/07/23
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Algunas cosas que quisiera aclarar es que los caballeros pueden hacer mención del nombre de Atenea, pero lo hacen por respeto, ellos se refieren más que nada a rayita.
Con respecto a los cinco enemigos, ellos están intentando debilitarlos más que nada en su espíritu de caballeros, mencionando por ejemplo en el caso de Saga, Camus y los demás, lo que hicieron durante la rebelión en el Santuario y en lo ocurrido en la saga de Hades.
También intentan jugar con los caballeros como Mu, Aioria, Milo, Aldebarán, Dohko y Shaka, recordándoles si eran merecedores de volver a la vida a costa del sacrificio de Atenea. Usan también los castigos que Atenea impuso a otros mortales como... cof, cof... Medusa, Aracne.
Pero nosotros sabemos como son las cosas. Espero que les haya gustado el capítulo.
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