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Con las armaduras reparadas totalmente. Los caballeros de bronce estaban listos para continuar con la travesía por las doce casas del Santuario custodiadas por un caballero dorado.
—¡Fantástico! —exclama sorprendido Shun.
—Esto es increíble, la armadura parece que tuviera vida.
—Ahora nuestras defensas están reparadas. Gracias Mu. —agradece Seiya mirando al caballero dorado de Aries.
—No tienen mucho tiempo. —advierte el caballero de Aries. —Pero recuerden que no deben juzgar el poder de los caballeros dorados con el sentido de una batalla común. Esto no es como cuando enfrentaron a los caballeros de plata. Tampoco tienen que temerles. Aquel que haga arder su cosmo será invencible.
—Los caballeros dorados conocen el alma de su cosmo ¿cierto? —pregunto y Mu asiente. —Es algo que oí hablar de ustedes los caballeros, eso es algo que cada uno debe hacer para ser alguien fuerte y poderoso.
—Así es. —responde Mu. —El cosmo proviene de su mente y habilidades, pero también de su séptimo sentido.
—¿Séptimo sentido? —pregunto confundida. —¿Existe eso en verdad?
—El sétimo sentido es algo que está más allá de lo que conocemos. —dice Shiryu. —Mi maestro me lo explicó en algunas ocasiones.
—Entonces, si no despertamos el séptimo sentido no lograremos vencer a los caballeros dorados para vencer a los caballeros dorados. ¿Cómo hacemos eso Mu? —pregunta Seiya.
—Tienen que encontrarlo ustedes mismos. —responde Mu. —Tienen que superar sus límites.
—Ya entiendo. —dice Seiya. —No importa solo con nuestro espíritu de batalla, necesitamos despertar el séptimo sentido si queremos salir victoriosos y salvar a ___________.
—Dense prisa, les quedan once horas.
—No te preocupes Seiya. —dice Kiki. —Mu y yo cuidaremos a ___________ e iremos detrás de ustedes muy pronto.
—Si Kiki. Te lo agradecemos. —agradece Hyoga. —¡En marcha amigos!
—¡Esperen! —los detengo antes de que se vayan. —No mueran. Prometo que iré detrás de ustedes lo más antes posible.
Ellos asintieron y corrieron hacia la salida de la casa de Aries hasta que no pude escuchar sus pisadas hacer ruido en todo el lugar. Miré a Kiki y luego a Mu, ambos habían cambiado su expresión tranquila y motivadora a una de preocupación. No podía negar que yo también estaba preocupada por ello.
De pronto siento otra vez aquel dolor en mi pecho, pero esta vez pareciera más fuerte que la vez anterior. Eran como miles de punzadas por segundo en el mismo lugar y no pararían hasta caer muerta o quién sabe. Llevé la mano a mi pecho con la intención de hacer presión para que el dolor disminuyera, pero nada funcionaba.
—¡¿__________?! —pregunta alarmado Kiki y se acerca a mí rápidamente.
—El dolor... no para... —respondo con dificultad. Pasaron unos cuantos segundos y el dolor comenzó a disminuir. —Y pasó... ya pasó.
—¿Qué es lo que le pasa? —pregunta Kiki a su maestro.
El caballero de Aries se acerca a nosotros y me ofrece su mano, yo sentía mi cuerpo temblar así que agradezco su apoyo. Ahora que estaba más cerca, no cabía alguna duda de que era la misma persona con la que choqué aquella vez. ¿Puedo admitir que no me sentí algo nerviosa al estar cerca de ese hombre?
—Ellos regresarán para salvarte. —dice. —Mientras tanto permanecerá a tu lado. —se separa de mí y se arrodilla. —Diosa Atenea.
Esto ya se puso raro, si me incomodaba al inicio con que mis amigos me llamaran Atenea, ahora tengo que ver como los caballeros dorados hacen reverencia o se arrodillan por respeto.
—Perdona que no reaccione de otra manera. —el caballero de Aries se pone de pie otra vez. —Esto es nuevo para mí y no sé cómo comportarme ante ustedes. De un momento a otro te enteras que nunca debiste salir de aquí y que en verdad eres la reencarnación de una diosa y la familia que te cuidó no eran lo que creías. —Kiki se coloca al lado de su maestro. —De seguro tú ya sabías que tu maestro era un caballero dorado.
—Para mí también fue una sorpresa. —responde mirando a su maestro.
—De seguro que sí. —bromeo. —Porque yo tampoco puedo creer que la persona con la que choqué aquella vez fuera un caballero dorado.
—¿Qué? —pregunta sorprendido. —¿Ustedes dos ya se habían topado antes?
—Kiki... —mirada a su alumno como si le estuviera advirtiendo que no diga nada más.
—Entonces fue aquella vez, donde el anciano maestro te mandó a buscar a alguien... ¿ese día fue? —pregunta mirando a su maestro.
—Si van a hablar de asuntos que tienen que ver con el Santuario, será mejor que me haga a un lado porque estoy segura que no entenderé. —digo mirando a ambos, pero luego se quedan callados y me pareció ver que el caballero dorado se había puesto nervioso por lo que dijo Kiki. —¿Estarán bien verdad? —pregunto refiriéndome a mis amigos que ahora estarían en camino a la casa de Tauro.
—Ellos tienen un espíritu de batalla admirable. —responde Mu. —Junto al séptimo sentido, que tendrán que despertar, lograrán vencer a los Caballeros dorados y llegar hasta el Patriarca. Lo que necesita usted ahora es no esforzarse demasiado porque el poder de la flecha está consumiendo su poder así como su fuerza vital.
—Tal vez tengas razón. —murmuro. —Pero tenemos que ir detrás de ellos.
—¿Estas segura que quieres continuar? —pregunta Kiki y asiento. —Mu...
—No podemos ir en contra de las órdenes de Atenea Kiki. —responde Mu. —Si Atenea quiere continuar, es nuestro deber ir con ella. Estoy seguro de que a estas alturas, Seiya y los demás ya deben estar en la casa de Tauro empezando una batalla. Conociendo a Aldebarán...
Debe referirse al caballero dorado de Tauro. Pero parecía que Mu tenía razón respecto a una posible batalla en estos momentos en la casa de Tauro, porque pareciera que el cosmo de mis amigos estaba hablando conmigo de alguna forma. No podía sentir por completo el cosmo, pero pareciera que ellos estaban esforzándome al máximo para continuar por las doce casas.
No quiero que mueran chicos, los estaré apoyando con mi cosmo, no importa si eso disminuye mis fuerzas o adelanta mi camino hacia la muerte.
"A pesar de no ser tan poderoso, puedo sentir el cosmo de __________"
Ese era el cosmo de Seiya, apenas podía sentirlo. Pero ese era una señal de que estaban peleando contra alguien muy poderoso. Debe ser el caballero de Tauro llamado Aldebarán.
—Kiki, Mu. —los llamo a ambos. —Tenemos que ir a la casa de Tauro ahora mismo. Los caballeros de bronce están peleando. Pero sé que no durarán por mucho tiempo si no detenemos al caballero que intenta asesinarlos.
Solo bastaba la preocupación y la insistencia de mi parte para que los tres salgamos rápidamente de la casa de Aries y nos apresuráramos hasta la casa de Tauro, donde se encontraba solo el caballero dorado de Tauro y pude notar que le faltaba un cuerno en el casco que llevaba.
—Cuanto tiempo sin vernos, Aldebarán. —saluda Mu.
—Ah, eres tú Mu. —responde. —Supe que estuviste fuera del Santuario por un tiempo.
Mu sonríe. —¿Cómo te sientes con un solo cuerno? —pregunta.
—Qué tonterías dices. —toca lo que quedaba de su cuerno. —Seiya me venció completamente. Gracias a él todos los demás lograron pasar a la casa de Géminis.
—No puedo creer que Seiya le haya roto un cuerno a Aldebarán. —me dice sorprendido Kiki.
—¿En serio?
—Sí. —responde. —Aldebarán es el caballero más fuerte y muy orgulloso cuando se refiere a pelear, no deja pasar a nadie fácilmente por la casa de Tauro.
—Pero Seiya y los demás lograron pasar por la casa de Tauro, eso es porque después de todo, ellos tienen mucha confianza en sí mismos. Eso les ayudará a llegar hasta el Patriarca.
—No te sientas mal Aldebarán. Pudiste haberlos matado con tu enorme poder. —dice Mu. —¿Por qué dejaste pasar fácilmente a los cuatro caballeros de bronce?
—Te lo diré. —se queda pensativo unos instantes como si estuviera recordando algo. —Mientras luchaba contra ellos, dudé en que eran unos traidores como todos en el Santuario decían. —responde. —Eran muy valientes y llenos de esperanza, tenía un motivo mayor para seguir adelante. —hace una pausa. —Y cuando Seiya hizo arder su cosmo en nuestra feroz batalla, sentí el cosmo de alguien más, alguien muy poderoso protegió a los cuatro cabaleros de bronce de la pelea.
—¡Oh no! —exclama Mu preocupado y siento su mirada en mí. —Seguro fue Atenea.
Kiki y yo aún estábamos ocultos de Aldebarán ya que no sabíamos si estaría de nuestro lado o no, pero creo que ya no habrá alguna necesidad de seguir ocultándose aquí.
—¿Qué dices Mu? —pregunta Aldebarán. —¿Quieres decir que Seiya y los demás vinieron hasta aquí guiados por Atenea? Pero eso es imposible Mu, estás actuando raro como Aioria cuando pasó por aquí. Solo hay una Atenea en este mundo y vive en el Santuario, protegida por el Patriarca y nosotros los caballeros dorados.
—Probablemente sea mentira lo que el Patriarca nos dijo todo este tiempo Aldebarán. Podrías dudar del maestro con todo lo que ha sucedido, no es la persona que conocíamos antes. —responde Mu intentando hacer entrar en razón a su compañero.
—No. —niega Aldebarán. —Tú sabes que el maestro es respetado por todos aquí. Como si fuera el representante de Atenea en la Tierra, no es posible que él nos haya estado mintiendo todo este tiempo.
—Existe un rumor, de que los ayudantes que fueron encontrados sin vida fueron asesinados por el mismo Patriarca. Y eso fue porque ellos se dieron cuenta quien era en realidad.
—Si ese rumor es cierto... Entonces Atenea es la joven a la que quiere matar el Patriarca.
—Así es Aldebarán. —responde Mu. —Y ella está aquí con nosotros en estos momentos.
Cuando Mu dijo aquello, ya no podía seguir ocultándome aquí. Aldebarán ya estaba dudando sobre el Patriarca y confió en los caballeros de bronce al verlos pelear y sentir el cosmo de mis amigos al pelear.
—Atenea... —Aldebarán hace una reverencia. —Es un gran honor tenerla aquí, durante años... nos dijeron que usted estaría protegida en el Santuario y nunca saldría.
—No hay problema. —lo tranquilizo. —Las mentiras del Patriarca ocasionaron muchas muertes de los caballeros, entre ellos la gran mayoría de los caballeros de plata. Lamentablemente estuvieron peleando por algo que creyeron que era cierto. Pero es bueno saber que no han tenido que pelear contra ustedes dos.
—Por eso los caballeros de bronce pelean, lo hacen para encontrar la verdad. Están dispuestos a morir por esa causa justa. —dice Aldebarán.
—Así es. —respondo.
—Pero hay algo... Los caballeros de bronce no lograrán sobrevivir a la casa de Géminis. —dice Aldebarán.
—Pero es posible que no haya nadie protegiendo esa casa.
—No puede ser cierto. —dice Mu y como nos encontrábamos en la salida de la casa de Tauro, podíamos ver la casa de Géminis y de ahí emanaba un gran cosmo. —El caballero de Géminis ha llegado.
—Es imposible... —murmuro.
—¿Por qué sería imposible _________? —pregunta Kiki.
—Mientras los caballeros de bronce yo veníamos en camino a Grecia, comencé a hacerme la idea sobre quién estaría detrás de todo esto. —respondo. —Estaba segura de que sería el caballero de Géminis.
—¿Por qué?
—Tuve que hablar con Seiya porque él estuvo aquí entrenando por años. Me dijo que el Patriarca que le había entregado la armadura de Pegaso era alguien diferente al Patriarca de ahora. Es como si tuviera dos caras como personalidad. Llegué a la conclusión de que el caballero dorado de Géminis estaba detrás de esto. —explico y miro nuevamente la casa de Géminis. —Hace unos instantes, Mu dijo que no había algún caballero dorado protegiendo aquella casa, hasta ahora. Extraño, ¿no crees?
—Ahora que lo dices puede que sea verdad. —responde Kiki. —Pero eso sería algo muy grave viniendo por parte de un caballero dorado.
—En el fondo espero estar equivocada respecto a lo que te expliqué, pero solo podremos saber la verdad cuando Seiya, Shiryu, Hyoga y Shun, logren llegar hasta el Patriarca. Será mejor que no toquemos este tema otra vez hasta estar seguros. —me acerco a ambos caballeros dorados junto a Kiki. —Hay que continuar a la siguiente casa, estoy segura que Seiya y los demás lograron pasar.
—Será mejor que esperemos aquí unos minutos. —responde Mu. —Con una batalla así, el caballero de Géminis es uno de los más crueles del Santuario junto al caballero de Cáncer.
—De acuerdo. —miro a Aldebarán. —Caballero dorado de Tauro, ¿estarás de nuestro lado?
—He visto la pelea y la decisión de los caballeros de bronce cuando me enfrentaron, ellos pelean por algo verdadero y tienen mucha esperanza en ello. No son unos traidores como dijeron y sé que usted es la diosa Atenea que debemos proteger.
Otro aliado más de nuestra parte. Ahora tenemos que seguir adelante y alcanzar a Seiya y a los demás. Confío en que lograrán pasar todos los retos que haya en el camino.
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Publicado: 13/09/19
Editado: 12/05/21
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◎Iba a publicar eso un día antes, pero estoy con muchos trabajos y exámenes en estos días. Pero logré organizarme a tiempo y tuve tiempo para publicar otro capítulo editado.
◎Este capítulo lo escribí mientras escuchaba "Homura" de Lisa. Desde que vi la película de Kimetsu no Yaiba no paro de escucharla. También estuve leyendo el manga de Jujutsu Kaisen y el ending "Lost in paradise" es buenísimo.
◎Saludos a todos y cuídense mucho, gracias por seguir apoyando este fanfic.
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