ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 2
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En mi habitación todo estaba como lo había dejado el día que me fui. Todo esto sospechaba que era obra de Tatsumi, conociéndolo hubiera dicho: Limpien todo, pero manténganlo en su lugar.
Respiro aliviada y me lanzo a mi cama sonriendo al sentir de nuevo el suave colchón al que estaba acostumbrada. Por más que durmiera en cualquier lugar o en la cama más costosa, nada se comparaba a mi cama.
Me quedo ahí durante unos minutos hasta que veo hacia la mesa de noche, donde habían dos cuadros: Uno donde estaba con mis padres y mi abuelo; en el otro con mis amigos del orfanato. Tomo el primer cuadro y paso mis dedos por encima de los rostros de mis padres y luego por la de mi abuelo. La tristeza me invade al vernos felices en esa foto sin imaginar lo que pasaría después.
La foto tomada se iba a poner en un cuadro para una cena benéfica que iba a realizar la Fundación. Quién diría que esa sería la último foto en la que los tres apareceríamos antes de que mis padres perdieran la vida en el regreso de un viaje de negocios.
—Listo, eso ha sido todo señores —dijo el fotógrafo mientras sus ayudantes guardaban las lámparas de iluminación—. Ha sido un honor haber fotografiado a una de las familias más importantes de Japón.
—Muchas gracias. —El padre de _______ se acerca a estrechar su mano en agradecimiento—. Gracias a usted por haber aceptado, imaginamos que debe tener su agenda ocupada.
El fotógrafo se retira, no sin antes pedir que escriban una buena opinión de su trabajo para que puedan ver su profesionalismo y así que más gente lo contrate. Así sucedían con las personas que eran contratadas por las familias ricas, sobre todo aquellos que tenían gran influencia.
El padre de _______ se acerca a ella y le da una pequeña versión de la foto.
—Con esto, no nos vas a extrañar tanto. —Se arrodilla a su altura—. Tu madre y yo estaremos aquí también. —Señala el corazón y la abraza para luego dar un beso en sus mejillas—. Yo estoy orgulloso de ti, confía en tu instinto.
—Papá, estás hablando raro —responde riendo.
Mi inocencia en ese entonces...
—Es solo que... no puedo evitar imaginarme a ti ya toda una señorita dando órdenes. —El hombre miraba con orgullo a su hija, pero también con algo de tristeza.
—Aún falta para eso, tienes que enseñarme todavía —responde la niña.
—El tiempo pasa rápido, recuerda que tienes a Akiyama, ese niño no dejará que nada te pase, te considera como una hermana pequeña. —Dirige la mirada hacia su esposa que terminaba de hablar con Mitsumasa Kido—. ¡Cariño, tienes que despedirte de ______! —La mujer asintió y mientras se acercaba a su esposo e hija, _______ seguía escuchando a su padre—. No tardaremos mucho, pero escucha, recuerda que confiamos en ti, eres inteligente, valiente y con determinación, no permitas que nadie ni nada te derrote.
—Por supuesto —respondió la niña alzando la mirada y su padre no puedo evitar reír.
—Muy bien, es turno de despedirme de mi querida hija —dice la madre de ______. Se arrodilla al igual que su marido y toma las manos de su hija, ante tal acción las risas de la niña se borraron para dar paso a la tristeza en su rostro—. Cariño, no vayas a llorar.
—¿No tardarán mucho cierto? —Pregunta ______ mirando a sus padres.
—No pasará de una semana —responde su padre—. Solo estaremos pocos días, este trato es algo que será beneficioso para la Fundación. Cuando regresemos, iremos a la playa y verás la casa que mandé a construir por tu cumpleaños. Te lo prometo. —Levanta su dedo meñique para cruzarlo con el de su hija.
—Pórtate bien y no le des mucho trabajo al abuelo. Disfruta tu tiempo jugando con los niños del orfanato porque recuerda que solo es cuestión de tiempo para que se vayan lejos. —Las palabras de la mujer confundieron a la niña—. Escucha, cada vez que nos vamos te damos consejos y sé que tu padre ya lo hizo, pero debes tener esto en mente: Eres muy importante para nosotros y tú... has sido un regalo.
______ solo abrazó a sus padres, era así cada vez que se iban de viaje. Confiaba en que sus padres regresarían para cumplir la promesa que le habían hecho. Eran pocos días que estarían separados así que los esperaría.
Mitsumasa Kido se despidió de su hijo y su esposa. Los tres compartieron unas cuantas palabras que ______ ya no pudo escuchar pues ellos es alejaron.
La familia tras despedirse vieron a dos de sus miembros partir hacia el aeropuerto.
No entendía mucho en ese momento, las palabras de mis padres sonaban a despedida, pero... sabía que algo pasaba, tal vez por ser una niña en ese entonces no sabía lo que era hasta que a medida que fui creciendo pude entender muchas cosas.
Dicen que las cosas pasan por algo, quizás por eso en cada viaje se despedían de esa forma.
_______ estaba estudiando para un examen en el que planeaba sacar la mejor nota y dársela a sus padres como regalo de bienvenida. Quería que se sintieran orgullosos de ella a pesar de que ya lo estaban. De repente, alguien toca la puerta de su habitación y después de permitirle entrar, estaba Tatsumi, totalmente triste e intentando no llorar.
—¿Qué sucede Tatsumi? —El hombre se acerca a la niña mientras ella lo miraba con preocupación—. ¿Por qué estás así?
—Señorita _______, tiene que ser fuerte.
Tal vez _______ sea una niña pequeña, pero era más inteligente para alguien de su edad y sabía que algo muy malo había ocurrido. El mayordomo de su familia nunca había tenido esa expresión, ni siquiera en los momentos más difíciles que ha tenido la familia.
—Sus padres... fallecieron... en un accidente de auto cuando se dirigían al aeropuerto —responde el mayordomo intentando no quebrarse al ver a la niña sufrir. Esperaba que el señor Mitsumasa le diera la noticia, pero el dueño de toda la fortuna de los Kido estaba abatido y no había salido de su despacho.
________ no quería creer lo que había escuchado, pero Tatsumi jamás mentiría con algo como eso, ni tampoco comunicaría algo no sin antes haber investigado.
El llanto de la niña inundó toda la habitación y Tatsumi tuvo que abrazar a la niña mientras murmuraba el nombre de sus padres y las lágrimas mojaban el elegante uniforme del mayordomo, que también estaba sufriendo la pérdida de la pareja Kido. Personas amables que habían perdido la vida y que no tendrán la oportunidad de ver a la hija, que tanto había anhelado, crecer.
Ese día lloré como no lo había hecho en años. Parece que el día también lloraba conmigo porque durante dos días solo había lluvia, ni un rayo de sol.
A pesar de que el señor Mitsumasa había perdido a su hijo y nuera en un solo día y estuvo encerrada en su despacho por unas horas después de haber recibido la terrible noticia, tenía que velar ahora por su nieta, la única familia que le quedaba. Fue así que entró a la habitación de su nieta.
—Tranquila ________ —le dijo su abuelo mientras la abrazaba—. Debemos seguir adelante, sabes que es lo que tus padres hubieran querido. A ellos no les hubiera gustado ver sufrir a la hija que tanto amaron, su regalo, la luz de sus vidas.
—Pero ya no estarán conmigo, no volverán nunca y jamás los podré volver —susurra _______.
—No digas eso, tú bien sabes que ellos siempre estarán contigo, estén donde estén, ellos mismos te lo dijeron. —Toma la foto enmarcado que fue tomada el mismo día que la pareja se fue de viaje—. Recordemos los mejores momentos con ellos. El amor que sientes por ellos hará que los tengas presente en tu corazón. —_______ agarra la foto con mano temblorosa, había estado abrazada a ella después de que Tatsumi se fuera—. Este momento de dolor pasará, seguiremos adelante. Debes ser fuerte porque nunca sabes cuándo tendrás que pasar por lo mismo otra vez.
Cuando se llevó a cabo el entierro, asistió los otros parientes lejanos que tenían, así como gente importante y que había entablado una buena amistad con los difuntos, entre ellos estaba Saori, la prima lejana de ______ a la cual no veía desde hacía meses. No se dirigieron la palabra, más que nada fue ______ quien no lo hizo debido a que tuvieron una pequeña discusión, el orgullo de ambas era grande como para que una de ellas empezara a hablar.
________ perdió a sus padres.
Mitsumasa Kido perdió a su hijo y nuera.
Akiyama perdió a quienes consideró como los padres que siempre quiso.
¿Quién lo diría? Aquel día que nos habíamos tomado la foto parecía que ellos sabían lo que iba a pasar por la forma en la que se despidieron y también mi abuelo parece que sabía algo. Después que murió mi abuelo, otro momento que volví a pasar lleno de tristeza, pero esta vez fue diferente en una parte: fui fuerte, tal parece que mi abuelo me hubiera preparado para esto.
¿Quién lo diría? Aquel día que nos habíamos tomado la foto y esa fue la última vez que los vi. La forma en la que se despidieron, pareciera que sospechaban que algo podría pasarles. Sin embargo, nadie provocó el accidente. Tras días de investigación llegaron a la conclusión de que un problema en la carretera, no se dijo exactamente cual era.
Siempre sospeché de que alguien lo hizo a propósito, pero luego me puse a pensar ¿de qué serviría seguir con eso? nada me devolvería a mis padres y sé que ellos no hubiera querido que me quedara estancada en el pasado. Tal vez fue la misma naturaleza o el destino, nunca lo sabremos.
Observo el otro cuadro donde estaban los niños del orfanato, mi abuelo y yo. Mis amigos del orfanato estuvieron conmigo en esos días donde aún sufría por la pérdida de mis padres, pero años después se fueron y tuve que afrontar la muerte de mi abuelo con ayuda de Akiyama que a pesar de ser un trabajador como Tatsumi, yo lo consideraba a él como mi hermano mayor.
Dejo el cuadro en su lugar y no puedo evitar reírme recordando el día en que los conocí.
Mis padres y yo estábamos yendo hacia el nuevo orfanato que estaba cerca de nuestra casa, en el camino me estaban explicando sobre el nuevo trabajo que estaban haciendo: Se trataba de unos niños que habían traído, todos huérfanos, pero con habilidades que durante este tiempo desarrollarían para luego irse a diferentes lugares del mundo para entrenar más y volverse personas que ayudarían a este mundo.
Al principio tomé esa idea como algo imposible y me puse a pensar: ¿Cómo es que estos niños protegerían al mundo? La vida no es color rosa para tomarse todo a la ligera.
—El señor Mitsumasa los espera.
—Bien —responde mi padre.
El lugar donde estarían los niños en estos años era lo suficientemente espacioso para todos ellos. Cuando entramos, encontramos a los niños formados en fila, Tatsumi estaba gritándoles sobre cómo debían comportarse ante nosotros.
A pesar de que consideraba esta idea como algo totalmente innecesaria, eso no quería decir que iba a estar de acuerdo en la forma en como Tatsumi trataba a esos niños que parecían ser de mi edad. Algunos de ellos parecían estar confundidos y por ahí logré distinguir a uno algo asustado.
Me pregunto por qué fueron elegidos específicamente estos niños ¿qué tendrán de especial?
—¡Quiero que escuchen, hagan caso a los señores que gracias a ellos ustedes están aquí! —ordenó— ¡No les vayan a faltar el respeto o serán castigados!
—¡Sí! —responden todos los niños a la vez. Veía a cada uno de los niños y noté entre ellos a alguien que solo rodaba los ojos y hacía muecas.
Grosero.
—Gracias Tatsumi, por esa... presentación, ahora yo me encargaré. —Mi padre le da palmadas en la espalda—. Antes que nada quisiera presentarme, yo soy Dann Kido, ella es mi esposa Anne. —Señala a mamá y ella les da una sonrisa amable—. Y ella es mi hija __________. —Se acerca a mi oído y susurra—: Saluda, hija.
Yo miré a mi padre queriendo no hacerlo, podía pensar cualquier cosa y mil formas de hablar ante una situación, pero al momento de enfrentar la realidad, me ponía nerviosa, sobre todo ahora. Pero no tenía otra opción, me habían educado para mostrar mis buenos modales.
—Hola chicos —saludo intentando no sonar tan nerviosa—. Mi nombre es _________.
Mi padre pidió a los niños para que se acercaran al frente y así saludarlos. Uno de ellos dijo que se llamaba Jabu y estaba agradecido con la oportunidad que le está dando mi familia de haberlo traído aquí y como agradecimiento, besó mi mano. Al último quedaron cinco niños.
—Hola, mi nombre es Seiya —asiento—. Es bueno saber que no son tan malos como Tatsumi.
El siguiente es un chico rubio de ojos azules.
—Soy Hyoga —saluda y lo que me llamó la atención fue el rosario que tenía en su cuello.
Después se acercó un niño con cabello negro y largo.
—Me llamo Shiryu —saluda sonriendo.
Luego se acercó un chico de cabello verde, algo tímido.
—Soy... Shun —saluda nervioso y no puedo evitar sentir ternura.
Al último había un niño con cabello azul que no se había acercado, era el mismo que observé antes mientras todos prometían obedecer lo que Tatsumi dijo, aquel niño solo rodaba los ojos como si no le importara. Tal vez yo pueda soportarlo, pero gracias a mi padre, así como los demás, él estaba aquí. Este lugar fue preparado exclusivamente para ellos.
Iba a acercarme, pero en eso Tatsumi interviene.
—¡Oye tú, acércate y preséntate ante los dueños!
Él no hizo caso y solo se quedó de brazos cruzados. Era la hora de mi intervención, de todas formas no confiaba en la reacción de Tatsumi si ese niño no le obedecía.
—¿Por qué no actuaste como los demás? —Pregunto— ¿Acaso no tienes modales?
—Tal vez ahora finjan ser buenas personas, pero estoy seguro que más adelante nos tratarán peor que Tatsumi, las personas de su clase son así —responde desafiante—. Se creen superiores porque tiene todo a su disposición mientras nosotros... no tenemos nada.
—Cuidado con lo que dices, deberías estar agradecido de estar aquí porque gracias a mis padres estás en un mejor lugar y no en un orfanato cualquiera —respondo y no me importa si se arma una pelea acá entre dos niños— ¿Sabes algo? Siempre me han mencionado que a pesar de mi edad, puedo hablar y comportarme como alguien mayor y te lo digo porque hace unos instantes observé como te importaba poco lo que decíamos y puedo percatarme de muchas cosas, eso va para todos ustedes.
—Suficiente ________ —interviene mi padre—. No hemos venido aquí para ocasionar una pelea, además son niños no entiendo por qué no podrían llevarse bien. Además... —Se acerca a mí y susurra. —Nos estás haciendo quedar mal frente a esos niños, ya te conté el propósito que tendrán, lo mejor que puedes hacer es llevarte bien con ellos. —Alza la vista hacia los niños—. Ustedes sabrán el propósito por el que están aquí, solo les pido, esfuércense, que en poco tiempo estarán en lugares en el que tendrán que pasar por muchas pruebas.
Quería saber por qué fueron elegidos, pero mi padre no había entrado en detalles, tampoco mi abuelo. Solo sabía que ellos serían de gran ayuda para el mundo. Aún no entendía de qué forma.
Quien diría que ese niño con el que casi discuto era hermano del niño tímido.
Durante la cena mis padres y mi abuelo hablaban de los niños, se les iba a dar una buena alimentación y estarían en constante revisión por si tenían problemas de salud. Empezarían pronto a realizar ejercicios para fortalecer su cuerpo.
—¿Qué opinas de esos niños _______? —Pregunta mi madre.
Dejo de comer y me pongo a pensar en una buena respuesta.
—Aún por conocerlos más, pero ya sé que uno no es para nada agradecido, ni tiene modales. Papá, mamá, abuelo, aún no entiendo por qué escogieron a esos niños. De miles de niños alrededor del mundo, ¿por qué?
—Más adelante lo entenderás —responde mi abuelo—. Intenta mantener una buena relación con esos niños. No podría ver a mi única nieta estar peleando con esos niños, sé buena con ellos.
—Bien —respondo, no me querían decir todo, de nuevo—. ¿Cuánto tiempo se quedarán?
—Unos años —responde mamá— luego se irán.
—¿A dónde? —Pregunto.
—A lugares donde se decidirá el destino de cada uno.
Reí mientras veía la foto, esta la tomaron cuando los niños habían cumplido un año en el orfanato. Cuando podían, mis padres me mencionaban que esos niños tendrán un papel importante en el futuro, durante años me preguntaba a qué se referían con eso y hasta ahora me sigo preguntando eso y más aún que no he tenido alguna noticia de ellos.
Dejando ese asunto de lado empiezo a sacar las cosas de mi maleta, pero hay algo que me pareció extraño. En un espacio donde tenía guardadas fotos de mi familia, que siempre llevaba conmigo, ese lugar estaba desordenado como si alguien hubiera revisado. Pero ¿por qué?
Tengo una teoría pero puede ser descabellada. Tal vez durante el tiempo que mi maleta se quedó en Francia, puede que alguien la haya revisado. ¿Acaso intentó robarme? Pero no creo que eso sea posible ¿verdad?
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Publicado: 23/03/18
Editado: 21/02/21
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