─ 𝐼 ─
《𝐸𝑙 𝐵𝑎𝑖𝑙𝑎𝑟𝑖𝑛 𝐸𝑛𝑚𝑎𝑠𝑐𝑎𝑟𝑎𝑑𝑜》

⚠ᴄʀᴇᴏ ǫᴜᴇ ᴀʟɢᴜɴᴏs ᴄᴇʟᴜʟᴀʀᴇs ɴᴏ ᴘᴜᴇᴅᴇɴ ᴇɴᴛᴇɴᴅᴇʀ ʟᴀs ᴛɪᴘᴏɢʀᴀғíᴀs, ᴀsí ǫᴜᴇ ʀᴇᴄᴏᴍɪᴇɴᴅᴏ ʟᴇᴇʀ ᴇɴ ᴄᴏᴍᴘᴜᴛᴀᴅᴏʀᴀ/ʟᴀᴘᴛᴏᴘ⚠

─ Buenas noches, joven de las flores ─

Una voz proveniente de un chico con máscara y ropas de color café se escuchó en un campo de flores, esto venía para un joven de su edad, que se encontraba sentado en el suelo.

Joven de las flores, es el apodo que se le dio a ese chico sentado en el campo nocturno por muchas personas, esto al siempre cargar con varias flores, recorriendo todo un pequeño pueblo del sur de Alemania.

La flor se quedó mirando por unos segundos al chico, el cómo su mirada penetraba la suya con esos ojos de color azul y piel morena.

Había algo en el que lo atrapaba de inmediato en esa magia que emanaba el enmascarado, tan profunda e hipnotizante al punto de dejar rojas las pálidas mejillas de la flor.

Al parpadear no lo vio por ningún lado, haciendo que mire de izquierda a derecha, aquel enmascarado ha de haber desaparecido del campo, o simplemente fue una clase de ilusión suya.

─ Estoy detrás de ti ─

El chico de asustó al ver al enmascarado detrás suyo, pegando un suave grito y yéndose de espalda, haciendo que quede acostado en el suelo, causando una risita en el otro.

─ Tampoco es para asustarte ─ Le dijo, levantando a la flor y ayudándolo a limpiar sus ropas ─ Solo quiero invitarte ─

─ ¿A qué?

─ A un baile ─

Las mejillas de la flor se pusieron bastante rojas, viendo como ese chico lo invitaba a bailar.

Siguió sacudiendo sus ropas con un poco de duda, así como para verse más presentable, antes de que el enmascarado tomara su mano y lo llevara casi arrastrando al baile.

Solo dejo que este lo arrastrará a una mansión, ahora propiedad de 𝐷𝑢𝑛𝑐𝑒 𝑃𝑒𝑛𝑔𝑒, un autoproclamado duque muy conocido como desconocido por los demás.

La mansión se encontraba repleta de gente, con música saliendo de violines y pianos en un ritmo suave que daba la sensación para todos de bailar al ritmo de un compás.

Y para ambos chicos, no era una excepción.

El enmascarado tomó la cintura de la flor, lo hizo aferrarse a él para así dar pasos lentos en aquel vals que se proporcionaba.

─ No eres de por aquí ¿O sí? ─ Preguntó el chico.

─ No, no soy de aquí ─ Respondió el de máscara, pero miro a otro lado y se corrigió ─ Bueno, sí nací aquí, pero me fui a Italia hace mucho tiempo ─

La flor continúo mirando al refinado chico, aún en un compás del baile.

Dejo darse una la vuelta aun estando en silencio, ese chico le resultaba un misterio.

Sus ropas finas, su máscara de un color crema que cubría parte de su cara y el apenas conocerlo que ni siquiera sabía su nombre.

Solo podía preguntar ¿Quién era ese chico misterioso?

─ Respóndeme una duda, joven de las flores ¿Reconoces tu belleza? ─

─ ¿Qué? ─ La flor se puso nerviosa y un poco confundida por la pregunta.

─ Nunca pensaste en ello, lo veo ─ Dijo el enmascarado, aún con la mirada fría, para luego dar una sonrisa ─ ¿Qué me diría si le digo que es una persona muy hermosa? ─

Sus mejillas continuaron enrojeciendo, el enmascarado acercó el rostro del chico, admirando el jade de sus ojos, así como la porcelana de su rostro.

La flor se dejaba llevar por sus impulsos, moviéndose lentamente con el sonido del violín, se acurrucaba levemente en el pecho del enmascarado.

El color cielo de su cabello, su piel pálida y el jade de sus ojos se reflejaban en la flor, a comparación del verdoso cabello del de máscara, así como el azul de sus ojos y su tez morena.

Se sentía un tanto somnoliento por el cumplido del chico, sus pasos eran más lentos conforme continuaban el baile. Como si entrara a la tierra de los sueños.

─ Eres una persona muy hermosa, puedo verlo... Tanto en tu interior como en tu exterior ─ Le decía el enmascarado, acariciando su mejilla ─ Casémonos ─

─ ¿Qué dices? ─ Preguntó desconcertado, separándose.

─ Quiero que unamos nuestros corazones, quiero que la pasemos juntos hasta el fin de los tiempos, quiero estar frente a ti en el sagrado matrimonio ─ Respondía el enmascarado ─ ¿Qué dices, corazón? ─

─ No, no lo sé... No nos conocemos... Ni siquiera sé tú nombre ─

El enmascarado miro a otro lado, bastante pensativo de ello, asintió con una sonrisa, tomó la mano de la flor, llevándolo a otro salón para mayor privacidad.

Aquel salón donde lo llevo era un lugar muy grande, con varias sillas, un piano y lámparas, además de un mueble donde estaba un violín, y un escenario para que así los músicos pudieran tocar, aquel salón estaba completamente vacío, a diferencia del otro salón lleno.

La flor sintió un gran escalofrío en su cuerpo.

─ ¿Qué haces? ─

─ No tome en cuenta eso mi linda flor, te pido una enorme disculpa ─ Comentó, tomando ambas manos del chico ─ Me llamo 𝐵𝑜𝑡𝑐ℎ, aunque muchos me llaman por mi apellido o como "𝐴𝑙𝑐𝑒", tú tienes el honor de llamarme por mi nombre ─

─ ¿Y cuál es tú apellido? ─

─ 𝑀𝑜𝑜𝑠 ─ Respondió ─ 𝐵𝑜𝑡𝑐ℎ 𝑀𝑜𝑜𝑠 a tu servicio ─

"𝐵𝑜𝑡𝑐ℎ 𝑀𝑜𝑜𝑠" Pensó la flor, mirando al suelo.

El alce soltó al chico para analizarlo con suavidad. Daba vueltas mientras miraba detenidamente cada rasgo de la flor.

Admiraba cada parte del chico con cada vuelta que daba, incluso mareando un poco a la flor por tantas vueltas que daba el alce, la flor se movía en círculos con tal de seguirle el paso.

─ Y... ¿Me vas a decir tu nombre, bombón? ─ Le preguntó el alce en tono seductor, deteniéndose a estar frente al chico para tomar su mano.

─ 𝐿𝑎𝑥... 𝐿𝑎𝑥 𝐾𝑢𝑐ℎ𝑒𝑛 ─ Respondió.

─ Me gusta, suena lindo ─ Dijo, para agacharse, ponerse de rodillas ante él y sacar una cajita, mostrando un valioso anillo de plata ─ Entonces... Mi querido Lax Kuchen... ¿Qué otra cosa te impide casarte conmigo? ─

─ Sigo sin conocerte ─ Respondió muy apenado ─ ¿Cómo puedo confiar en ti para entregarme a algo tan complejo como un matrimonio contigo? ─

Botch quedo en silencio, mirando al chico con una mirada fija.

─ En verdad lo siento ─ Dijo Lax apenado, disculpándose una y otra vez con el enmascarado ─ Aprecio la invitación y las palabras lindas, pero no se tus intenciones conmigo ─

─ Te aseguro que mis intenciones contigo son buenas, seré alguien fiel y confiable, no me alejes, el verte me hace saber que eres el amor de mi vida ─

─ Lo siento... Siento que es muy rápido, necesito tomar mi tiempo para pensar ─

Botch sonrió, se mostraba conmovido por aquellas palabras un tanto apenadas, guardo la cajita, se levantó y beso por unos segundos los labios de la flor.

─ Si es así ¿Qué te parece si hacemos una prueba? ─ Preguntó Botch ─ Sabes a lo que me refiero, mantenernos en contacto, salir a donde queramos, los dos, juntos, para que así, sepas por qué quiero casarme contigo ─

La flor miro con duda, no sabía cómo reaccionar con ello, es decir, ¿Tendrá una oportunidad parecida en su vida?

─ Está bien, acepto la prueba ─ Contestó, manteniéndose rígido.

─ Bien ─ Respondió, poniéndose de pie ante Lax ─ La prueba comienza a partir de ahora ─

Se tomaron de ambas manos para mirarse mutuamente, ambos muchachos sonrieron.

El enmascarado acerco más a la flor con tal de darle un beso en los labios, podía sentirlos aun con el suave roce que se dieron antes de comenzar su acto.

Una de las tantas sillas que había en el salón se veía un tanto desacomodada, la flor vio de inmediato como la silla se ponía derecha, como las demás sillas que estaban rectas en el salón.

Pero había algo extraño, nadie más que ellos habían entrado en ese momento, algo era raro.

─ Oye... ¿¡Esa silla acaba de moverse sola!? ─ Preguntó Lax con pánico, el enmascarado se volteó para observar.

─ No sé, yo no estoy viendo... ─ Se detuvo al ver que, enfrente suyo, una silla se movía a la derecha ─ No te quiero asustar, pero, esa silla se movió ─

La flor pego un grito, aferrándose al alce, quien procedió a darle suaves palmadas en el hombro.

Ambos miraron a varios lados con confusión y miedo, buscando de dónde provenía aquella situación paranormal en el lugar.

─ Vaya, sí que es difícil acomodar este salón... Pero los invitados deben ver todo ordenado ─

Se escuchó una voz en algún lado, que tomaba un violín.

Un ser parecía materializarse como polvo, notándose un fantasma, que flotaba y agarraba el violín, aprovechando su supuesta soledad y contento de su logro.

Ambos bailarines se asustaron al ver el fantasma, salieron corriendo del lugar.

─ ¡Oigan, esperen, vuelvan! ─ Exclamó el fantasma, preocupado agitando los brazos ─ ¡No quería asustarlos! ─

Los dos no solo salieron del salón, sino que también de la mansión, dejando confundidos al resto de gente que los vio correr hasta la salida de la mansión.

Lax se soltó de inmediato de Botch, corriendo sin parar hasta volver a casa, completamente asustado de lo ocurrido.

─ ¡Lax, mi bella flor! ¡No te vayas, corazón! ─ Grito el enmascarado.