
𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑋𝐼𝐼𝐼 : 𝐿𝑎 𝑠𝑒𝑚𝑖𝑙𝑙𝑎 𝑑𝑒𝑙 𝑓𝑖𝑛𝑎𝑙
❈•···················•❈•···················•❈
˗ˏˋ ♞ 𝐶𝐻𝐴𝑃𝑇𝐸𝑅 𝑇𝐻𝐼𝑅𝑇𝐸𝐸𝑁 ˎˊ˗ ━━━━━ ♛
𝔒𝔫𝔠𝔢 𝔲𝔭𝔬𝔫 𝔞 𝔱𝔦𝔪𝔢... ❛ 𝔗𝔥𝔢 𝔰𝔢𝔢𝔡 𝔬𝔣 𝔱𝔥𝔢 𝔢𝔫𝔡 ❜
❛ 𝔖𝔬𝔩𝔬 𝔲𝔫𝔞 𝔪𝔦𝔯𝔞𝔡𝔞 𝔯𝔢𝔣𝔩𝔢𝔧𝔞𝔯𝔞́
𝔩𝔞 𝔦𝔯𝔞 𝔡𝔢 𝔱𝔲 𝔠𝔬𝔯𝔞𝔷𝔬́𝔫 ❜
︿︿︿︿︿ 🖋️• • ♚ .
✠ ⎯⎯ 𝖂𝖗𝖎𝖙𝖙𝖊𝖓 𝖇𝖞 𝕭𝖗𝖎𝖓𝖆 ⎯⎯ ✠
━ 📜 «𝄞» ¡Cuando veáis el símbolo de la
Clave de Sol
poned la música del vídeo!
—𝖃𝕴𝕴𝕴—
[ 𝕻𝖔𝖎𝖓𝖙 𝖔𝖋 𝖛𝖎𝖊𝖜 | 𝕲𝖆𝖉𝖊𝖆]
«𝄞»━𝑽𝑰𝑽𝑰𝑬𝑵𝑵𝑬. —Pude oír una voz juvenil y susurros en mi cabeza que cada vez se hacían más intensos, sabía que estaba soñando pero no era un simple sueño, este era distinto por lo que reaccioné y mis ojos se abrieron, me desperté en un prado, a las orillas de un inmenso lago, las aguas cercanas se oían haciendo un sonido armónico mientras que el tintineo de las gotas de los pequeños arroyos daban a aquel lugar algo mágico por no hablar de la paz que transmitía. Las colinas nevadas a lo lejos adornaban el cielo que ahora se tornaba a un rojo claro, dando la bienvenida a la gran oscura noche.
Pero de repente, pude apreciar detrás del tronco de un gran árbol la figura de un niño y este al saber que le había visto se incorporó hacia delante, haciendo que lo pueda ver con total claridad. Sus ojos de esmeralda me recordaron mucho a los de Morgana, pequeñas perlas de color esperanza que brillaban incluso en una noche fría de invierno, tenía una capa larga y verde que le cubría todo el cuerpo menos la cara, no obstante, se podía ver como su cabello era negro y sus ondulaciones se movían al son de la pequeña brisa del atardecer pues como las hojas de los árboles parecía que formaba parte de aquel espectacular y bello lugar.
—Vivienne, Vivienne, por aquí.
No sabía que hacer, ni siquiera sabía si aquella voz era real o si era de aquel misterioso chico, por lo que tan solo me mantuve quieta incorporándome nuevamente en el cálido sendero que estaba al lado de las orillas del lago, en los alrededores se podía ver como había varias flores, de muchos tipos y puestas meticulosamente por todos los lados. Una vez de pie, volví a mirar al chico que no paraba de observarme, manteniendo el contacto de sus ojos en los míos.
—No necesitamos palabras para comunicarnos. Sé que estás confundida pero crearemos un fuerte vínculo, sé que eres hechicera —hizo una pausa—. Yo soy uno de los últimos druidas que quedan en este lugar.
Tenía tantas preguntas que ni siquiera yo misma sabía por dónde empezar, ¿es una visión cómo las que he tenido antes? ¿Realmente yo era esa tal "Vivienne"? Y sobre todo, ¿quién era ese chico?
Tan pronto como lo pensé, él me siguió hablando a través de la mente.
—Sé que tienes muchas dudas, pero se resolverán, ahora sígueme, te enseñare tu destino. —Continuó mientras se alejaba—. No tengas miedo.
Yo le seguí, por alguna extraña razón no tenía recelo, era como si todas mis sospechas o mis incertidumbres desaparecieran al oír aquellas palabras. El niño se volvió hacía atrás y con un paso ligero recorrió el inmenso y espeso bosque, haciendo que su capa y la túnica revoloteara como mariposas en una tarde de primavera, yo por mi parte, sentía fresco, aire libre y puro, honradez por todas partes, mi cabello ondulado jugaba con las brisas del atardecer y por sorpresa llevaba el vestido blanco que me había regalado Morgana, reconfortante y cálido a la vez, perdida en la atmósfera de aquel espléndido lugar, el chico se giró hacía mí otra vez y en lo alto de una colina pude ver como se alzaba un castillo, su inmensa arquitectura me dejaba sin palabras, sus paredes talladas a la perfección hacía que un monumento creado por los mismísimos dioses resplandeciera aún más aquel lugar por lo que no pude evitar acercarme y subir la colina, al llegar hacia ella, sentía mucha tranquilidad y paz, no se oía nada, era como un monasterio donde el silencio es el don de la palabra por lo que entré aún más, buscando al niño que en cuestión de segundos se había perdido.
—Vivienne.
Volví a oírlo, continué avanzando a pesar de ir a ciegas, observaba como la túnica de aquel chico se asomaba a veces por las esquinas mientras paseaba a un ritmo rápido aquel misterioso pero pacificador territorio.
—¿Dónde estás? —le dije, mirando por todos lados. Sentía como mi vestido se movía con cada paso que daba en aquellos inmensos pasillos de aquel enorme castillo—. Mi nombre es Gadea, no Vivienne.
—Necesitas recordar. —Continuó él—. El gran dragón te responderá.
—¿Dragón? —agregué sin darme cuenta que por fin pude hablarle a través de mi mente, sin necesidad de palabras físicas, no sabía como lo había hecho.
—Lo has hecho al fin, poco a poco conseguirás más poder, el dragón te dará más respuestas y a lo largo de tu estancia en Camelot obtendrás más saberes.
—Pero...no entiendo. Nada de esto tiene sentido, ni siquiera sé que es este lugar, no sé como te llamas ni quien eres...
—Paciencia, Vivienne, obtendrás las respuestas a tus preguntas, pronto me verás en persona —pausó—. Este lugar es Dynas Emrys, tienes que impedir que se construya para Vortigern pues sino su poder será inalcanzable, reinará desde la cúspide y formará un ejército imparable.
De repente, todo se volvió oscuro, todos los pasillos se llenaron de una neblina fantasmal y pude escuchar como unos pequeños susurros espectrales.
—No te asustes, nada de esto pasará si lo detenemos —volvió a hablar en mi interior, el tono cada vez se podía oír más distante—, pero debes darte prisa puede que haya un trato con las sirenas para que tenga aún más poder de lo que ya tiene y para... —hizo una pausa—, matar a los dragones que dormitan en esta zona. Los sobrevivientes y los últimos, Vivienne. Yo te ayudaré.
—¿Pero cómo? ¿Cómo lo hago? —le pregunté a través de la mente aún sin saber como lo estaba haciendo.
—Todo a su debido tiempo, lo descubrirás. En cuanto a las voces es el vínculo lo que nos une. El don, nuestro don.
La niebla cada vez se hacía más espesa, hasta tal punto que ya llegaba a mi cuello, arrastrándome hacía el interior de ella, no quería hundirme, con todas las fuerzas subí pero fue en vano pues era fuerte, me consumía, no podía escapar.
—¿Qué está pasando? —dije en voz alta, esta vez.
—Déjate llevar, despertarás de la quimera. —Y con voz firme, volvió a dirigirse a mí, sus ojos verdes se clavaron nuevamente en los míos, ya no podía ver mucho más, tan solo su mirada, la única sensación que, por extraño que parezca, me daba tranquilidad.
—Mi nombre es Mordred.
Y tras esto, desapareció y me hundí en lo más profundo de aquella densa masa oscura, alzando la mano hacía arriba en busca de esperanzas en un último instante, aferrándome para poder continuar pero justo en ese momento pude ver como un pequeño borde se abría dentro de ella, en la parte más alta haciendo que un haz de luz iluminara mi cara, me cogió la mano y me alzó hacía arriba, ese tacto..., lo conocía, ese anillo..., inconfundible, era Arturo. Tan pronto como lo dije en mi mente y en cuestión de segundos ya estaba saliendo de aquella niebla para observar la cara del príncipe pero me dejó petrificada al ver que en su rostro se podía ver el horror, el miedo y más aún cuando le salía en gran cantidad sangre por la boca, lo único que pudo decirme mientras pequeñas gotas caían al suelo de su roja ansía, era—: Ayúdame.
—¡Arturo! —exclamé, estaba horrorizada, quería despertar, quería salir de aquella horrible pesadilla y así fue en cuestión de segundos volví a la realidad, gritando su nombre nuevamente mientras con un movimiento brusco me senté en la cama y me llevé la mano a mi frente, empapada de sudor. Morgana y Alistair se despertaron por aquel estruendo que provoqué.
━━━━━━ ✠ ━━━━━━
🤍¡Hola! He querido hacer este capítulo en primera persona porque creo que este momento va a tener mucha influencia en el futuro, ¡no diré más! Tan solo que sepáis que cuando veáis uno así es porque va a tener mucha carga emocional y porque para mí, como creadora de esta obra, es más personal. Así que bueno, si queréis decidme que tal os ha parecido, ¡os leeré en cuanto pueda! Perdón el retraso en subir uno nuevo pero apenas he tenido tiempo.
¡Os quiero!🤍
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro