♡𝓵𝓸𝓿𝓮𝓻𝓼♡
— ¡Muy bien, corte! — Kim Seokjin y Han Yurim escucharon la orden del directo y de inmediato pudieron relajarse.
Ambos respiraron profundo agradeciendo que la escena había logrado quedar bien grabada en una sola toma, pues nadie más que ellos sabía el esfuerzo y trabajo que llevaba retomar una escena, incluso por el más mínimo detalle.
Ambos empezaron a actuar cuando eran unos adolescentes, empezaron de a poco con papeles de una sola línea, a veces y solo su imagen aparecía en cámara sin ellos decir una sola palabra. A pesar de que se conocieron en su primer trabajo, después de más de diez años no habían vuelto a compartir cámara hasta ahora.
Ambos tenían una amistad duradera, se conocían casi desde que estaban en preescolar, su química era increíble pero eran solamente amigos, nada más. Compartían sus secretos, salían a cenar juntos, se acompañaban mutuamente a eventos y casi siempre se mencionaban mutuamente en entrevistas individuales, eran la pareja soñada para el público pero ellos se habían encargado de que entendieran que de verdad eran solo amigos.
Luego de años en la industria, luego de que ambos hubieran construido una reputación respetable en el mundo del cine, un directos muy famoso había contactado personalmente a sus agencias para que fueran parte del proyecto, los quería en escena, quería llevar la química que él sabía que tenían a otro nivel, jugar un poco sucio porque en el fondo sabía o creía que ambos compartían algo más que amistad.
Ellos, sin dudarlo, porque se trataba de una gran oportunidad dijeron que sí, ni siquiera preguntaron sobre quién sería su compañero, no sé enteraron hasta que esa misma noche que aceptaron el papel, Seokjin le hizo una llamada a Yurim hablando del papel, emocionado porque era un espacio que no había probado. Seokjin jamás había remado en las aguas de lo erotico y la película tenía mucho de ello.
Yurim casi se congela al escuchar lo que Seokjin le decía, se le hizo un nudo en la garganta y cara se le cubrió de vergüenza pues no era lo que esperaba. Había trabajado con Seokjin, sabía que era un actor increíble y que estaría a la altura en cada escena, pero también se trataba de su amigo más íntimo, de la persona que miraba como a un hermano. Así que, mientras Seokjin hablaba emocionado por el teléfono, ella escuchaba atentamente y recordaba lo que había leído en el guión. Escenas de desnudos frente a su co-estrella, besos apasionados y una escena de cama. Ella sentía que podía hacer eso con cualquier otra persona pero no con Seokjin, no con su amigo de toda la vida, sin embargo, no podía rechazar el papel, lo único que podía hacer era hacer uso de su profesión y actuar como si nada pasaba.
Cuando Seokjin se enteró que compartiría pantalla con ella sintió alivio, todo lo contrario a lo que Yurim sintió, era su amiga, la persona con la que se sentía más cómoda, la conocía de toda la vida, era divertida y sabrían mantenerse entretenidos durante las grabaciones, a él no le importaba la gravedad de las escenas, lo veía como trabajo y sabía muy en el fondo que Yurim también. Tristemente toda y perspectiva cambió luego del primer dia de rodaje. El ambiente se tornó tenso, Yurim lo evitaba después de cada corte, cada escena que requería contacto físico tenían que grabarla al menos cinco veces para que quedara perfecta.
Seokjin incluso se había molestado por la actitud de ella y a pesar de que él me había dicho que nada pasaba, ella no parecía entender. Apenas y hablaban y cuando lo hacían ella no le miraba la cara. Había mucha tensión, casi espantosa, todos lo notaban pero parecian incluso más encantados con la idea.
— Pueden tomar un descanso de diez minutos. Luego regresamos a la escena cien. — el director dio la orden y todos fueron a sus posiciones de descanso. Yurim se alejó rápido de Seokjin pues ella sabía que la escena que venía no era fácil de hacer.
Seokjin suspiró cansado al ver como ella huía seguramente a su trailer, no iba a descansar y lo sabía bien, solo quería esconderse de él y eso le dolía. Molesto por su actitud decidió seguirla y enfrentarla, no podía tratarlo de esa manera.
Despacio fue tras ella, a pesar de estar enojado no quería hacerle sentir incómoda, no si apenas iniciaban grabaciones.
Ella se encerró en su trailer y él muy bien sabía que no había seguro, asi que sin dudarlo o pedir permiso, entró. Ella se sorprendió al instante y la cara se le encendió de color rojo al ver a Seokjin parado frente a ella. Verlo le mortificaba, no porque le odiara era por la idea de tener que trascender un poco más con él, no era fácil, nunca iba a serlo. Tenia que besarlo, desnudarse y gemir frente a él. Jamas iba a procesarlo.
— Estoy cansado, Yurim — dijo Seokjin con las manos puestas en la cintura — Huyes de mi como la peste y apenas y me miras. Me tratas como si hubiera cometido un crimen. ¿Qué diablos te pasa? — preguntó exasperado por no saber.
— Estoy incómoda — respondió ella siendo sincera.
— ¿Por qué diablos? — Seokjin empezó a andar de un lado a otro por el trailer.
— No es fácil para mi saber que tengo que denudarme frente a un amigo que he conocido durante casi toda mi vida — dijo ella rápidamente casi ahogándose con sus palabras — No puedo hacerlo.
— ¿Prefieres hacer eso con un extraño? — preguntó Seokjin. Ella asintió. Al instante Seokjin se sintió dolido por la manera en la que ella lo había admitido sin dudar — Eso me duele, Yurim. Yo no preferiría hacerlo con otra persona más que tú — Seokjin se acercó a ella, haciendo que él corazón de Yurim latiera a un ritmo récord.
— Siento que si lo hago, marcará una línea entre nosotros — Yurim empezó a compartir sus preocupaciones, perturbada con la presencia cercana de Seokjin — No puedo dejar que eso se vuelva una incomodidad en el futuro. Entiéndeme.
— No va a cambiar nada, seguiremos siendo amigos — dijo él risueño. Ya había observado el comportamiento de ella. Se sonrojaba cada segundo que estaban cerca — A menos que tú no lo desees — Yurim negó, convencida en que para ella no sería tan fácil — Imagina que no soy yo, piensa que es tu ex novio quien te está besando, imagina que son otras manos las que te tocan. Es trabajo.
— Yo no lo veo tan fácil — ella suspiró, aturdida por el perfume que él llevaba. Seokjin usaba la misma esencia desde que eran jóvenes, siempre le había gustado el aroma — Siento que al segundo de iniciar a grabar, voy a morir.
Seokjin ya no sabia qué más decirle para hacerle entender que no pasaba nada, que ellos no eran más que platónico, amigos veteranos que podían hacer lo que quisieran, sí, a veces no ayudaba en morbo de la gente pero aún así, ambos sabían que los comentarios no eran más que eso. El deseo de que ellos se convirtieran en una pareja no iba a ir más allá.
— Pues prepárate para la siguiente escena, ya es la última, no tendrás que verme o actuar más después de eso — dijo él molesto con su terca actitud — No tenemos que volver a hablar nunca más si eso es lo que deseas.
Seokjin dejó el trailer, casi dejando a Yurim ahogada en decepción. No parecía ser la profesional de siempre al dejar que algo como eso le afectara, no parecía ser una actriz de más de diez años que habia trabajado en distintos campos y que nunca se había dejado achicar. Parecía una novata.
Escuchó el silbato de llamado y supo que todo lo que habia querido evitar estaba a nada de ocurrir. Debía besar a Seokjin y pretender que todo estaría bien después de eso.
Salió de su trailer y al instante tenía a las maquillistas retocando su cara y ayudando con su cabello, no podían fallas porque el más mínimo error costaría muy caro.
Llegó al set, todo estaba listo, había una cama inmensa, Seokjin estaba acostado al centro con un paño blanco en la cabeza, sin camisa y cubierto de sangre falsa. Las luces de la sala eran tenues, las cortinas negras al igual que las sábanas de la cama y los muebles, habían pocas personas dentro, de hecho, solamente tres camarografos y uno de sonido. Ella fue a su posición, recostada sobre la cama sosteniendo con una de sus manos su rostro mientras que con la otra tocaba el paño que tenía Seokjin en la cabeza.
— Muy bien, empezamos en diez, nueve, ocho... — ella relajó su respiración, Seokjin cerró los ojos — ... siete, seis, cinco... — empezó a controlar su respiración mientras recitaba en su mente las líneas — ... cuatro, tres, dos... — la voz del director se volvió baja — ... uno. ¡Acción!
Escena...
Él temblaba por fiebre debido a las heridas que tenía en su cuerpo gracias a las últimas peleas en las que habia estado, ella sabía más que nadie lo difícil que era su vida. Lo miraba con ternura y preocupación por su estado, no entendía cómo alguien podía soportar tantos golpes y no morir de una sola vez, pero él parecía simplemente estar acostumbrado a ello.
Ella observó al hombre por el que había caído perdidamente, no le convenía pero poco le importaba, estaba segura de que él pensaba lo mismo. Sus padres lo pensaban y ya le habían amenazado, pero nada de eso podía impedir amarlo de la manera en que lo hacía, cada latido de su corazón lo amaba, si suspiraba era por él, entonces, no tenía remedio, ya había intentado correr lejos y había resultado ser peor, entonces se rindió a la evidencia.
Un poco embobada por la vista de Él adormilado, le dio un pequeño beso en las mejillas dispuesta a salir de la habitación para dejarle descansar. Cuando hizo amago en ponerse de pie, sintió que una mano la sujetó.
— No te vayas — dijo Él con la voz ronca — Pasa la noche conmigo.
— Debes descansar — respondió ella sonriendo — Estaré en mi habitación.
— Esta es tu habitación. Donde sea que esté yo es tu habitación — Él en un instante se encontraba sentado en la cama. Ella abrió los ojos como plato pues sabía que tenía algunas heridas que él no podía ignorar tan vagamente.
— ¿Qué haces, cariño? es peligroso.
— Peligroso es que me dejes aquí — dijo él acariciando el rostro de ella — Quédate conmigo — pidió de nuevo — Déjame quedarme contigo — pidió con la voz baja — Te necesito, siento que si pasa un día más en donde no esté contigo voy a morir — ella asintió, el corazón se le derretía y la idea de estar con él se volvía atractiva con cada segundo que pasaba.
— No puedes... — dijo ella al notar como él llevaba una de las manos de ella hasta su entrepierna.
— Sí puedo y lo sabes — Él se puso de rodillas en la cama y pego su rostro al de ella — No puedo esperar otro segundo más — como si sus palabras no eran claras, lentamente empezó a besar el rostro de Ella. Besos mojados encontraron su camino hasta los labios de ella.
El beso fue tan apasionado, tan pleno que a ambos se les escapo un pequeño suspiro de anhelo, los labios de él se movían sobre los de ella como si fuera un camino que ya había recorrido, como si siempre habian estado destinados a tocarse así. Se mordieron, se lamieron, hicieron de todo para que sus labios se conocieran de nuevo.
— Déjame quitarte la ropa — pidió Él apenas despegando la boca de ella. Ella asintió casi con necesidad, pues si antes tenía alguna duda, ahora ya no.
Levantó los brazos y dejó que él deslizara su vestido lejos de su cuerpo, expuso sus pechos plenos y grandes, su respiración se volvió más pesada y supo que no había marcha atrás. Él, con suma lentitud, puso sus manos grandes sobre cada uno de sus pechos y los apretó, arrancado de los labios de ella el sonidos delicioso que había escuchado. Se volvió loco. La atrajo a él y la besó de nuevo con más deseo, el aire que tomaban era casi poco, porque el desespero de tener sus labios unidos podía más.
— Te amo... — dijo él a medida que la recostaba sobre el suave colchón — Te amo más de lo que puedes imaginar — ella lo miró con los ojos llenos de lágrimas y sonrió.
Él se desprendió de su pantalón dejando al descubierto su ropa interior de color negro, después, procedió a romper la pequeña tenga que ella llevaba puesta. La dejó desnuda y sin pensarlo, llevo una de sus manos hasta esa parte de ella que sabía que se iba a convertir en su favorita a partir de ese momento. Esa parte que pensaba besar y lamer.
Ella soltó otra melodía y supo que estaba perdida. Sin gastar más tiempo él recorrió cada parte de su cuerpo cubriéndolo de besos, mordiscos y apretones. Se desnudo por completo y tomando la mano de ella, extendió sus piernas y le besó, no la boca.
Ella se retorcio, gimió casi al punto de soltar lágrimas, intentaba cerrar las piernas pero el se lo impedía. La llevó hasta el borde y cuando menos lo esperó, se detuvo, se puso a la altura de ella y de un solo movimiento, ambos quedaron unidos.
...
— ¡Corte! — escucharon al director gritar y de inmediato ambos se cubrieron con una manta que los asistentes les proporcionaron — ¡Fue perfecto! — en el set todos empezaron a aplaudir menos ellos, estaban atónitos por lo que acababa de pasar.
Seokjin, en ese instante comprendió que nada podía ser igual, que los miedos de ella eran ciertos. Algo cambió y él lo sabía mejor que nadie.
Se puso de pie sin voltear a ver a Yurim y huyó como un cobarde, su corazón no le permitía estar un segundo más en esa sala. No sabiendo que la había besado por todo el cuerpo, había acariciado sus pechos y se había mostrado denudo frente a ella. Fue un tonto al pensar que todo podía ser normal al final del día. Ingenuo de su parte.
Un mes después...
Las grabaciones de la película habían terminado, ambos tuvieron que pretender que todo estaba bien. Frente a las cámaras de la prensa ellos seguían siendo los mejores amigos que existían en la industria, sin saber qué, luego de aquella terrorífica y mortificadora escena, ambos no habian podido cruzar palabra. La incomodidad y otro sentimiento que no podían descifrar no los dejaba tranquilo.
— Una última pregunta — dijo uno de los periodistas de su última conferencia antes del estreno oficial de la película — En esta película en particular se menciona mucho el hecho de que hay escenas muy fuertes en cuanto a lo explícito... — Seokjin se removió en su asiento — ¿Fue incómodo grabarlas o pretender que no pasaron luego que los focos de las cámaras se apagaron? — Yurim se removió inquieta, no sabía cómo responder, mentir no era su fuerte.
— No ha cambiado nada. Nuestra amistad sigue más fuerte que nunca — dijo ella dejando con un sabor de desilusión al periodista.
— ¿Ni una sola chispa? — preguntó com decepción.
— En absoluto — respondió Seokjin.
Después de esa incómoda pregunta dieron por terminado el evento, sacaron a los periodistas y todos empezaron a levantarse para marcharse a casa.
El manager de Yurim llegó por ella dejando a Seokjin sin la posibilidad de tener una palabra con su amiga, no creía que la solución fuera actuar de esa manera, no veía cómo era justo que se alejaran, al final, había sido solo ficción y sí, no iba a negar que aún tenía el tacto de su suave piel en sus manos y sí, soñaba con ella desnuda de vez en cuando, y sí, deseaba volver a besarla pero eso no implicaba tener que renunciar a ella. Era su amiga y no podían perderse tan fácilmente.
Después de estar a solas por unos minutos el manager de Seokjin se hizo presente.
— ¿Todo bien? — preguntó Namjoon. Él sabía que nada estaba bien pero no quería hacer ni un solo comentario al respecto.
— ¿Quieres ir a bebé conmigo? — preguntó dolido.
— No vas a beber. Vas a ir a tu casa y dormir — dijo con voz de mando. A pesar de ser menor, no temía darle órdenes, al final del día era su manager y le importaba un bledo si él se enojaba.
— Creo que me gusta Yurim — dijo Seokjin con la cabeza gacha. Namjoon sonriendo le dio unas palmaditas en el hombro — ¿Qué hago?
— ¿De verdad hasta ahora lo notas? Era obvio, Seokjin. Solo ustedes se engañan mutuamente con esa relación disfrazada de amistad. Lo vi en ti, lo vi en ella desde el primer momento — dijo recordando la primera vez que los había visto juntos — No tienes que temer por eso.
— No se que hacer — dijo con un suspiro de cansancio.
— Eres un hombre, maduro, con la cabeza amueblada. No es tiempo para indecisiones — dijo este casi convencido que al final Seokjin haría caso omiso a sus palabras pero aún así, debía darle un consejo — Toma al toro por los cuernos y dile lo que sientes. Punto.
— No es fácil...
— Ninguna mujer es fácil, es por eso que es mejor. La recompensa se siente más grande después de una larga pelee.
— Para ser un solteron sabes mucho — dijo Seokjin mirando a su amigo y su manager — Algo no está bien contigo.
— Hablamos de ti, no de mi — dijo rodando los ojos — No seas cobarde, agárrate las bolas y ve a su casa — le dio una palmada en el hombro y se alejó de él.
●●●
Una hora después Namjoon aparcaba el auto frente al apartamento de Yurim. Las luces estaban encendidas por lo cual era señal de que ella estaba ahí dentro.
— Recuerda, eres un hombre, hecho y derecho, tienes pelos en las bolas así que no flaquees — repitió Namjoon dándole ánimos a su amigo — Fuera del auto.
Seokjin salió a toda prisa y se adentró en el edificio, en el lobi le reconocieron de inmediato por lo que no hubo necesidad de anunciar su llegada, sabían que la señorita Yurim siempre lo recibía.
Subió el ascensor hasta el quinto piso y sin dudarlo tocó el timbre de la casa de Yurim. En su cabeza llevaba un discurso mencionado todas las razones por las cuales ellos debían estar juntos. Yurim abrió la puerta, estaba vestida con una bata color roja y el cabello lo llevaba en una moña.
— Tenemos que hablar — fue lo primero que dijo Seokjin — Ahora.
— Estoy cansada...
— No me voy de aquí hasta que hablemos — ella lo miró indecisa, sabía que todo sería incomodo pero no podían seguir ignorando las cosas, necesitaban hablar. Se hizo a un lado de la puerta para dejarlo pasar y después caminó tras él — Quiero que sepas que no hay manera en este mundo con la que pueda disculparme por toda la incomodidad por la que pasas ahora.
Ella lo miró sin decir nada, para ser sincera, ni siquiera sabía si tenía voz para responderle.
— Pero no podemos evitar los resultado — dijo pegándose a ella, sintió su aroma y se volvió loco — Creo que fui muy tonto para no darme cuenta antes, Yurim.
Acarició su mejilla suavemente y al sentir el tacto de su piel, toda su cordura se fue por la borda.
— ¿Qué quieres decir? — preguntó ella confundida pero complacida por las caricias que él le daba.
— Creo que lo sabes, incluso antes que yo — respondió seguro — Lo has sabido todo este tiempo.
— No podemos, no debemos... — debatió ella.
— ¿Por qué? Sabes bien que no vamos a poder seguir así, no cuando te deseo y me niego a perderte...
— ¿Qué quieres decir? — preguntó ella de nuevo.
— Déjame ser tu amante — pidió él, con el rostro relativamente cerca de ella — Déjame mostrarte que seremos tontos si dejamos perder una oportunidad como esta.
— Seokjin...
— Dime que sí — empezó a acariciar el rostro de lla con sus labios — No puedo perderte y no veo otra manera en la que podamos seguir juntos. No te veo como mi amiga nunca más...
— ¿Y si fallamos? — preguntó con dificultad pues las caricias de él la estaban poniendo en una posición complicada.
— No tenemos por qué. Solo acepta que estamos jodidamente destinados a estar juntos, que no hay nadie más para ti que yo — alcanzó los labios de Yurim y los mordió, con fuerza. Ella gimió pero no se apartó — Dilo. Dime que serás mía de esta manera — ella, sin dudarlo, asintió — Buena chica.
En un movimiento rápido él le abrió la bata y se dio cuenta de que iba desnuda, recordó cómo la había visto en el set y al instante supo que estaba perdido.
— Cierra los ojos y déjame mostrarte lo que un buen amante puede hacer — la condujo hasta su habitación entre besos desordenados, sonidos lascivos y caricias vulgares.
Tocaron la cama y de ahí en más, todo lo que escucharon fue sus corazones latiendo al unisono, sus cuerpos chocando de manera vulgar y unas cuantas promesas con respecto al amor que sabían que podían cumplir.
♡𝓯𝓲𝓷♡
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