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7 ᴍᴇꜱᴇꜱ 3 ꜱᴇᴍᴀɴᴀꜱ

Sentado sobre aquel sofá, Jisung estaba mordiendo su dedo pulgar mientras miraba un punto fijo en aquella alfombra. Estaba a una semana de que los 8 meses se acerquen, el penúltimo mes, no había pensado mucho en eso, intentó por mucho tiempo alejar pensamientos raros de su mente diciéndose a sí mismo que esto era solo cosas del embarazo pero esos "pensamientos raros" estaban de vuelta y con fuerza.

El rubio sabía que estaba en el momento más hormonal de su embarazo y el momento donde su sentido le decía que debía armar un bellísimo nido en su cuarto.

Durante su primer embarazo esto fue una angustia, nunca tuvo un contacto tan cercano con el alfa de la pareja que pidió sus servicios así que padecía un poco de sentirse cómodo armando un nido solo. Definitivamente la primera vez fueron momentos terribles de apego pero los superó con el segundo embarazo por lo que pensó que esto sería mejor y no.

Tenía a Minho con él desde el comienzo, quien le había permitido visitarlo, intercambiar conversaciones largas y algunas salidas juntos. Sin querer había dejado al alfa adentrarse demasiado a su espacio personal y eso iba a traer consecuencias.

Estaba golpeándose mentalmente luego de haber terminado su nido hace solo unos minutos. Un nido donde se sentía muy cómodo, un lugar elaborado con un cojín y la cobija que Minho usó la vez que durmió en el sofá.
No creía que sería un problema hasta solo unos días donde el olor impregnado en el cojin y la cobija era una necesidad en él. Intentó meterlos a lavar pero una fuerza mayor solo hizo que termine llevándolo a su cuarto, colocándolo en el piso, cerca a su armario; junto con sus propia ropa y edredones que había usado antes.

Su nido ahora tenía un olor que no era el suyo, era el olor a madera y algo herbal que se impregnada en las demás telas. Fue satisfactorio y adictivo, tanto que el miedo invadió a Jisung y tuvo que salir de su habitación para ahora estar sentado en el sofá intentando controlarse.

La niña dentro de él se movió, pateando tan fuerte que podía ver los movimientos por encima de su camiseta. El omega llegó una mano hasta el pequeño bultito que se formada en su abdomen y acarició esa parte, no sabía si era codo o rodilla de la pequeña pero era gracioso sentir como poco a poco desaparecía para aparecer en otro lado.

Jisung se mordió el labio inferior suspirando mientras terminada de acariciar todo su abdomen con una mano. Odiaba ser tan hormonal como ahora, sin querer una lágrima se filtró por sus ojos, amenazando con empapar sus mejillas, intentó impedirlo pero, como el inicio de una lluvia, una a una las lágrimas caían.
Si siquiera sabía bien por que lloraba, nunca pudo comprender la razón de su llanto durante sus otros embarazos también era lo mismo.

Recordó que el médico le dijo que era la soledad, diciéndole las consecuencias que podía tener a veces un omega que nunca antes tuvo hijos propios. Su situación era más complicada al entregar a un primer cachorro pero el rostro feliz de aquella pareja y el dinero compensaba un poco aquel dolor.

El pequeño timbre de su departamento sonó, el rubio se sorprendió mirando hacia la puerta aún sentado en el sofá.

-¿Jisung?... soy Minho.

La voz hizo al omega levantarse abruptamente sin saber cómo reaccionar, se limpió las lágrimas respirando hondo y luego recordo ir a su habitación para cerrar la puerta.

-Voy a ingresar ¿si?.

La pregunta hizo preguntarse si debería cambiar la contraseña de su puerta. No pudo decir que se fuera, solo cerró su habitación y caminó hasta la entrada pero antes de llegar el alfa ya estaba ingresando con una bolsa de, probablemente comida.

El menor se quitó los zapatos mientras sonreía al ver a Jisung.

-¿Estabas durmiendo?, disculpa, hice tu platillo favorito.

Y por alguna extraña razón el omega no pudo evitar sentir un nudo en la garganta al ver la imagen de Minho sonriendo y adentrándose a su departamento. Miles de emociones que no sentía antes aparecieron solo con esa vista.
Jisung se cruzó de brazos e intentó mirar a otro lado.

-¿uh? ¿Te sientes bien?- Minho caminó preocupado hasta el rubio pero el mayor solo bajó la cabeza intentando que el alfa no lo viera así.

-No me lavé la cara- mintió intentando no sonar constipado por el llanto.

-Bueno, te he visto en peores condiciones- El menor se río dejando la bolsa en el suelo y tomando los hombros de Jisung -Dime qué sucede.

Y solo ese toque hizo que el cuerpo de Jisung sintiera una ligera corriente, sus lágrimas cayeron con fuerza y levantó el rostro.
Minho lo miró asustado tomando su rostro de manera instintiva.

-¿Que pasa? ¿Te duele algo.

-Soy un tonto- El omega pronunció entre lágrimas.

-Claro que no ¿Por qué piensas así?, ¿es Karina? ¿Te hizo sentir mal?.

-¡No!- Jisung gritó apretando los puños aguantando las ganas de hacer algún movimiento del cual podía arrepentirse.

-¿Quieres comer primero? O quizás quieres que me vaya y...

No pudo terminar la frase porque los brazos del rubio estaban ahora rodeandolo. Una acción instintiva del cual iba a arrepentirse después pero que milagrosamente le traía calma.

Minho sorprendido al inicio, solo apretó ligeramente el cuerpo de Jisung y acarició su espalda lentamente, sin decir una palabra. Fue así por unos largos minutos, ambos en aquel espacio semi oscuro, sintiendo sus corazones palpitar hasta que fue el mayor quien lentamente se separó en lo que limpiaba el rostro.

-Lo siento mucho, creo que moje su ropa- mencionó Jisung sin poder mirarlo a los ojos.

-No importa mucho, ¿te sientes mejor?.

-Supongo- se frotó el brazo y luego miró la bolsa -¿Es para mi verdad? Lo comeré- se agachó tomando el plástico para ingresar a la cocina.

El alfa se quedó algo confundido y siguió a Jisung viendo como colocaba los recipientes en la mesa.

-¿Comiste? ¿Por qué trajiste tanto?.

-Oh... pensaba... cenar contigo.

Los palillos cayeron de la mano del rubio quien solo con esa simple oración estaba otra vez haciendo el ridículo llorando. Minho se volvió a sorprender y corrió a él tomándolo por los hombros.

-Lo siento ¿dije algo malo? ¿quieres que me vaya?- preguntó apresurado mirando a Jisung con preocupación.

-Es...toy bien.

-¿Creo que vine en mal momento verdad? ¿Son las hormonas? ¿Puedo hacer algo por ti?.

Jisung negó con la cabeza e intentó darse aire con las manos mientras respiraba hondo.

-Minho callate.

-Ok- el alfa bajó la cabeza esta vez.

La situación se volvió nuevamente incómoda, el mayor volvió a su tarea de abrir los envases de comida. Fue por los cubiertos tomándolos bruscamente mientras cerraba la caja y sintiendo el dolor de la madera cerrarse en una parte de su dedo índice.

-¡Rayos!- exclamó soltando el cubierto para tomarse el dedo en su otra mano.

Minho muy hábil fue hasta él estando asustado -¿Ahora qué pasó?.

-Me pellizque el dedo con el cajón.

El menor tomó el dedo automáticamente revisando el daño en la piel mientras Jisung solo se quedó quieto por la cercanía y observandolo desde esa distancia.

-Felizmente no fue todo el dedo, sanará- Minho se metió la mano al bolsillo -Siempre llevo curitas porque soy propenso a cortarme los dedos a veces- sonrió despegando la curita y viendo donde ponerla mejor.

El corazón de Jisung latía muy rápido, entre mirar como la vendita era puesta delicadamente sobre su piel y como Minho sonreía. Se mordió el labio inferior intentando tomar aire antes de hacer cosas inesperadas.

-¿Ves? Ya está- el menor miró los ojos del rubio -Si lloras la piel alrededor de tus ojos se enrojece.

Los dos de pie en medio de la cocina, Minho tomando una mano de Jisung, con mucha cercanía de por medio. Se miraron ambos perdidos en pensamientos reflejados en aquellos ojos cafés, la tensión en el ambiente era densa al punto de que sus aromas estaban mezclándose.
El olor era fuerte pero agradable, Jisung no sabía cómo reaccionar, sabía que tenía que retroceder pero sus piernas estaban fallando.

-La comida se est...- el castaño no terminó su oración, sus ojos se agradaron de sorpresa al sentir una suave textura sobre sus labios.

Algo parecido al terciopelo estaba tocando sus labios de forma inesperada, sin poder procesar lo que sucedía. Fue tan repentino, miles de fuegos artificiales parecían aparecer en el pecho de ambos.

Jisung cerró los ojos pero tan pronto sus sentidos volvieron entre sí, se alejó con miedo llevándose una mano a los labios. Totalmente confundidos, casi estáticos mirándose, el rubio sentía otro nudo en la garganta y la vergüenza llegando a su rostro.
Su cerebro solo decía que debía escapar , intento comunicar algo pero solo salió de la cocina rumbo a su cuarto cerrando la puerta con fuerza.

Minho por su parte, no sabía exactamente qué hacer, solo observó al omega irse, con ganas de tomar su brazo pero consciente de que no podía lidiar con ello.
Suspiró en medio de esa cocina, se relamio los labios para después guardar los alimentos sobre la mesa. Tomó asiento mientras se frotaba el rostro con las dos manos.

El teléfono en su bolsillo vibró para ver un mensaje que estuvo esperando por meses.

"Tengo las evidencias" decía el texto en la pantalla.

Minho frunció el ceño, se puso de pie apresurado y abandonó el lugar aún con la memoria de este sorprendido día.

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