09
Cuando Jisung despertó, sintió su cabeza muy pesada, los ojos le dolían y sus oídos aún estaban un poco tapados. Miró a su alrededor identificando en el lugar sintiéndose aliviado de que haya terminado en su casa y no en cualquier otro lugar desnudo.
Los primeros pocos recuerdos de su noche lo golpearon mientras se sentaba en la cama y se pasaba la mano por su cabello. Se sentía un desastre de recordar a sus compañeros animandolo a bailar pero después de eso las escenas eran un poco confusas.
Caminó como si le pesaran los hombros, aliviado de no tener que trabajar ese día, la luz solo empeoró las cosas con él y bostezo mirando a todos lados. Su nariz captó un ligero olor agradable a comida y otro olor conocido cerca de su sala. Dió unos pasos hasta su sillón más grande encontrando una manta doblada y una almohada encima, miró confuso agachandose un poco para sentir ese aroma mentolado que hizo que sus mejillas se tiñeran de rojo y recordara la escena de él subiendo al taxi junto con Minho y Jisu.
-Ay nooo- Jisung se frotó la cara con las manos, probablemente hizo alguna tontería para que Minho lo haya traído hasta ese lugar.
Se fué a la cocina para notar la cafetera lista y algo de sopa en la olla. Había un papel en la mesa junto a un bolígrafo y se sentó en la silla mientras leía el mensaje.
"Me tomé el atrevimiento de hacerte algo para el desayuno, toma esa aspirina para que se pase tu resaca. También hay comida en tu refrigeradora. Cuando estés mejor háblame, necesitamos conversar.
Atte: Minho"
La última parte de la carta hizo que las cosas empeoren preguntándose que había hablado. Estaba casi seguro de decir algo serio, solía ser muy sincero ebrio, no es la primera vez que le ocurría.
Se levantó para volver a calentar su desayuno milagroso pensando en si debía o no llamar a Minho luego, pero ahora solo quería comer, tomar una aspirina e irse a dormir nuevamente.
Minho había estado muy decidido cuando envió un mensaje esa mañana antes de regresar a su casa, cambiarse y avisarle a su madre para que tenga a Yuna por unas horas más.
Necesitaba de ese tiempo para poder dejar algunas cosas claras.
Ahora se encontraba en la típica cafetería mientras observa a Jisu, tan amable y educada como lo fue los días que la conoció.
-¿Jisung llegó bien?- preguntó ella dejando la carta de comida a un lado después de hacer su pedido.
-Sí- respondió el castaño.
-¿Es algo grave?
Minho la observó confundido.
-No solemos venir aquí solos- ella sonrió un poco tímida.
-Ahh...- él intentó tomar algo de valor juntando sus manos sobre la mesa -Es que...
-¿Tiene que ver con Jisung verdad?- ella se adelantó mirándolo -Creo que yo también tengo algunas cosas que decir.
Un suspiro salió de los labios de Minho cuando vió sus bebidas llegar. Ambos habían pedido el mismo café, eran compatibles en algunos sentidos, el alfa ahora sentía algo de pena poder hablar.
-Me estuviste preguntando por la mamá o el otro papá de Yuna desde que nos conocimos e intenté esquivar la pregunta.
-Lo se, no quería incomodar, disculpa si te presione alguna vez.
Minho bebió su café sintiendo el agradable y amargo sabor.
-¿Es Jisung no?- nuevamente Jisu se adelantó para luego tomar su café -No tienes que molestarte en decírmelo, a él mismo se le escapó ayer.
Fue inesperado que ella se adelantara con pruebas de lo que él iba a decirle y no sabía si sentirse aliviado o más presionado.
-Cuando encontré la primera foto en tu casa noté el parecido porque Yuna tiene esa mirada- Jisu removió su café sonriendo -Es curioso como tú y él se mantuvieron en contacto aún cuando la niña nació.
-Es una larga historia.
El primer silencio entre ellos llegó mientras disfrutaban del café mirando a las personas pasar.
-Mi padre me dijo que tú habías pagado para tener un hijo porque tu ex esposa tenía problemas de fertilidad.
Minho asintió dejando su taza en la mesa.
-Conoci a Jisung en ese entonces y nos ayudó, incluso cuando estuve en proceso de separación decidió seguir con el embarazo y lo ayudé.
Jisu comenzaba a entender la historia que siempre hubiera querido escuchar y no sabía que tanto deseaba descubrir.
-Por lo general esas personas desaparecen de la vida de su cliente, por eso me sorprendí mucho cuando él me dijo que era el otro padre de Yuna.
Era el momento oportuno para que él pudiera decir todo y no encontraba por donde empezar. Miró su taza de café unos instantes pensando en las palabras correctas pero ella fue más lista.
-¿Te gusta no?.
Era la pregunta que no esperaba y ante la necesidad de alguna respuesta Minho solo asintió tomando otro sorbo de café.
Jisu volvió a sonreír suspirando para también hacer lo mismo con su bebida.
-¿Él a ti?- volvió a preguntar.
-Aún no hemos tenido tiempo de hablar.
-No creo que me hayas citado para contarme esta historia y pedirme un consejo- se rió mientras se recogía el cabello a un lado.
-Bueno...- Minho junto sus manos sobre la mesa otra vez viendo como decir las cosas -Nuestros padres han estado empeñados en que estemos juntos.
-Oh sí, lo siento por eso también, supongo que no debí ser tan obvia.
-En una de nuestras reuniones te mencioné sobre mi situación y mis sentimientos.
-Y me dijiste que no estabas listo para comenzar una relación, creo que tenía esperanzas aún después de eso.
Minho sonrió de lado mirando la mesa unos instantes.
-Te mereces alguien que esté seguro de lo que siente y quiera comenzar una vida contigo, algo que no puedo darte.
Era obvio para Jisu, ella solo bajó la mirada tomando el poco café que quedaba en el vaso mientras miraba el líquido sobrante e intentaba asimilar todo.
Lo único que podía hacer ahora era intentar sonreír aún cuando tenía el corazón latiendole desesperado.
-No te culpo- dijo ella esta vez mirándolo a los ojos -No te culpo por esto, fuiste sincero desde un inicio y yo insistí mucho.
-Debi actuar diferente.
Ella se acomodó el cabello sin borrar su sonrisa.
-Cuando salimos ayer... tenía esperanzas de que por fin estaba teniendo una verdadera cita contigo.
-Yo no...
-No te preocupes, era mejor saberlo, Jisung estaba muy triste de saber que llegó tarde a tu vida y en realidad fui yo.
Esta vez fue Minho quien bajó la mirada para prestar atención a su café y beber lo último que quedaba en esa taza.
-Lo siento mucho.
Jisu también tomó el último sorbo de café de su taza mirándole un minuto antes de a mirar a Minho.
-Tienes que pagar mi café.
-¿Eh?.
-Como último favor- ella esbozó una última sonrisa.
Minho solo asintió sonriendo también alzando el brazo para llamar a la señorita que los atendió. Ambos tuvieron su última reunión, la despedida final y con mucho pesar para Jisu, tomó el camino contrario al del alfa para siempre.
Eran las 5 p.m. cuando Jisung estaba echado en el sillón mientras miraba el televisor, todavía tenía fatiga, algo de acidez y un poco de dolor de cabeza así que se pasó el mayor tiempo del día durmiendo. Justo ahora solo acaba de despertarse pero un bostezo salió mientras bebía algo de agua fría y comía las nueces azucaradas que su mamá le dejó.
Había estado atento a su teléfono desde la nota de la mañana, pero no mandó ni un mensaje ni le llegó alguno. Aún así no dejaba de mirar su celular de vez en cuando mientras se mantenía despierto.
Los recuerdos de aquella madrugada eran vagos pero algunos volvieron cuando decidió tomar una ducha y casi muere de vergüenza al recordar las palabras que mencionó. Si por él fuera, estaría cambiando de número en este mismo instante.
Cuando pensó que podía volver a dormir por tercera vez en el día, el teléfono mágicamente sonó. Jisung se levantó de golpe bajando el volumen de la TV y observando la pantalla para ver el nombre de Minho.
No sabía si debía contestar o no, se quedó inmóvil viendo como el nombre seguía en la pantalla y escuchando el sonido así como la vibración contra la mesa.
El primer intento se fue pero luego la llamada prosiguió y esta vez con algo de nervios, el rubio tomó el teléfono intentando picarle a la pantalla en la opción de contestar, respirando hondo y tosiendo un poco para no escucharse tan mal.
-¿Sí?- contestó.
-¿Ya estas mejor?.
Jisung se sonrojó un poco.
-Sí, un poco, solo dormí mucho.
-Me alegro, ¿puedes abrirme la puerta?.
La pregunta repentina hizo que el omega sintiera como el corazón le saltara.
-¿La puerta?.
-Sí, estoy afuera, abreme.
Colgó el teléfono al instante y se puso de pie con miedo mientras iba hasta la puerta para ver por el visor pequeñito. Minho estaba de pie mientras sostenía en un cangurito a Yuna quien dormía.
Se llevó la mano al pecho respirando hondo un par de veces antes de tomar la perilla y abrir de a pocos.
-Hola- Minho saludo con una sonrisa y mostrando una bolsa de papel -Te traje comida.
Jisung lo observó sorprendido invitándolo a pasar luego de salir del trance.
-¿Tomaste la medicina?- preguntó el menor ingresando directo a la cocina para dejar las bolsas.
-Sí- respondió el rubio aún sorprendido.
-Hice un poco de sopa y algo que quizás te ayude a manejar mejor la resaca- Minho desempaco todo conociendo bien la cocina. Se movió por todos lados buscando algún plato y los cubiertos -Tienes que beber mucha agua.
Por su parte Jisung estaba sentado en la mesa observando al alfa pasear por el lugar dejando las cosas en la mesa, todo se sentía tan extraño. Vió un vaso con agua enfrente de él y lo tomó sin pensarlo mientras la comida era destapada.
-¿Quieres comer primero o prefieres que hablemos?.
El rubio casi vota algo de agua secándose las gotitas con la manga de su camiseta.
-¿Hablar?.
Minho asintió sentándose frente a él teniendo cuidado con la niña.
-Sobre ayer.
Un calor repentino se hizo notable en las mejillas de Jisung y éste solo bajó la mirada jalando despacio un plato con comida.
-No recuerdo mucho sobre ayer- se excusó mirando el plato y remiendolo un poco con los cubiertos.
Un suspiro salió de los labios de Minho quedando en silencio unos minutos mientras veía a Jisung comer.
-Disculpa- dijo él sin mirarlo esta vez.
-¿Que?.
-Que me disculpes, quizás debí hablar contigo desde un inicio pero nunca lo hice por miedo. Yo solo quería que estés tranquilo, se lo mucho que sufriste y no deseaba que lo vuelvas a repetir.
Jisung comió un poco más rápido sintiéndose avergonzado y con algo de culpa.
-Nunca te busqué porque entendí que no debía forzarte.
-No es tu culpa- él mencionó secándose los labios con una servilleta y mirándolo de vez en cuando -Estuve muy inestable, me lo merezco.
-Pero nunca consideré como te sentías. Cuando te vi en la casa de reposo... me culpe demasiado y pensé que mirar a la niña iba a ser como retroceder para ti.
Jisung removió su comida pensando unos segundos sobre esas palabras, toda su sinceridad fue soltada en la noche pero ahora simplemente sentía que las palabras no salían por si solas.
-¿Por eso la mantenias oculta?.
Minho asintió y se volvieron a quedar en silencio ambos, por un minuto hasta que el menor escuchó un sollozo y levantó la vista para ver a un rubio cabizbajo limpiándose un poco la nariz.
-Jisung...
-¡Debiste decírmelo!- exclamó llorando -¡Pero también soy yo el tonto que nunca fui sincero!.
-No...
-¡Pensé que me odiabas, que no querías que ella esté al lado de la persona que lo alejó desde que nació!.
Minho quiso hablar pero cuando iba a decir algo la niña se movió en su regazo y comenzó a llorar. Ahora no sabía si debía ir por Jisung a consolarlo o consolar primero a su hija.
-No debí hablar muy fuerte- mencionó el rubio tomando una servilleta para limpiarse las lágrimas que estaban mojando sus mejillas.
El sonido de la niña llorar se escuchó lo suficiente fuerte, Minho se levantó de la mesa quitándose el fular para poder cargar a la niña en sus brazos meciendola un poco para que pueda tranquilizarse. Luego observó a Jisung que estaba mirando un poco atento la escena y una idea pasó por su cabeza.
-¿Quieres sostenerla?.
Jisung se asustó un poco mirando dudoso la situación.
-No creo que...
-No, está bien- Minho se acercó mientras mantenía a Yuna con la cabeza en su hombro -No pesa mucho y es muy tranquila.
Antes que Jisung pudiera decir algo, el alfa estaba bajando a la bebé poco a poco y al rubio no le quedó opción de poner sus brazos en posición temblando un poco por el miedo de ser torpe. No es la primera vez que sostiene a un bebé, lo hizo con la hija de Felix así que esto puede ser pan comido.
-Su cabeza- Minho se la entregó y definitivamente fue torpe al inicio, estaban demorando demasiado en solo poner a una bebé en los brazos del otro pero la tarea se logró y Jisung ahora tenía a la pequeña de ojos grandes y brillantes.
El rubio sabía que los cachorros a esa edad no veían bien, pero era curioso como Yuna estaba mirándolo fijamente sin moverse demasiado.
Estuvo moviendo sus manitos un poco pero sin dejar de observar a Jisung.
Él por su parte, sintió el aroma que ya antes había conocido aquel día en el hospital. Su aroma y el de la niña hacían una combinación perfecta y agradable, así que era inevitable que el rubio soltara más lágrimas.
-Hola- mencionó sintiendo tan extraño mientras tocaba una de sus manos.
Era su hija a quien estaba hablando, oliendo, mirando y tocando. Después de varios años trayendo a otros cachorros a este mundo, estaba al fin conociendo ese lazo importante. Era extraño pero a la vez tan reconfortante, ni siquiera podía explicar bien todas las emociones que estaba sintiendo.
La pequeña Yuna era una copia idéntica a Jisung incluyendo el lunar de nacimiento.
-Me perdí muchas cosas de ti.
-No lo suficiente, hay muchas cosas que puedes vivir aún, si tu quieres claro.
-Si quiero- mencionó sin dejar de mirar a la bebé -Quiero estar cuando pueda reconocer mi rostro y voz, cuando pueda decir sus primeras palabras, gatear, caminar. Quiero poder ayudarla cuando más lo necesite.
Yuna sonrió un poco al escuchar la voz de Jisung y apretó el dedo pulgar de su padre con fuerza. Ambos adultos se miraron sonriendo y se quedaron observando a la pequeña por unos minutos.
-Podemos turnarnos los horarios de visita si quieres, tu me dices a qué hora tienes tiempo y puedo llevarla contigo a esa hora.
Jisung suspiró para mirar al tonto alfa que tenía al frente.
-¿Tengo que decirlo yo?- preguntó él y observó la cara de confusión que tenía Minho en ese momento -No voy a criar a una niña de esa forma.
-Ahhh... podemos pensar en otra cosa quizás.
-Sí, quizás si me pidieras que seamos novios esto sería más rápido- Jisung ladeo los ojos para luego volver a sonreír a Minho.
El menor en su lugar, se quedó inmóvil unos minutos intentando procesar lo que acaba de escuchar.
-¿Novios?.
-Sí- está vez el rubio lo observó -Tengo trabajo que hacer pero podría cambiarlo por estar en casa, aprovecharía al máximo los días con ella. No que Yuna crezca en una familia donde sus padres vivan separados.
Minho sonrió ampliamente emocionado por la noticia y sintiendo como si su corazón estaba por salirse de su pecho.
-¿Somos... algo entonces?.
-Solo si tú quieres- respondió Jisung ruborizandose un poco.
-¡Si quiero!- exclamó asustando a la niña que empezó a llorar.
Jisung se levantó arrullandola un poco para que se pueda tranquilizar y dio un ligero golpe en el hombro del alfa.
-No sabes cuánto he esperado por esto- mencionó el menor emocionado dándole un abrazo -Haré todo para que tú y ella sean felices siempre.
-Es la familia que querías- Jisung se acercó tocando una mejilla del muchacho -Créeme que yo también, debí intentar esto desde hace mucho.
-Pero nunca es tarde- Minho sonrió acariciando la mano de su ahora novio -Puedo...
La intención del alfa mirando los labios de Jisung fue tan obvio que el rubio solo se adelantó dejando un beso lento antes de separarse y abrir los ojos.
-Ven a mi casa- Minho habló -Te ayudaré a empacar lo necesario antes que puedas mudarte.
-Tus padres probablemente me estén odiando- respondió.
-Lo superarán.
El mayor suspiró mientras seguía sosteniendo a la niña y mirando los alrededores de su departamento.
-Nunca pensé que llegaría el día de abandonar este lugar.
-Si quieres podemos vivir aquí.
-Tengo malos recuerdos de todas formas, ahora vamos, necesito hacer una maleta- Jisung tomó la mano de Minho y ambos caminaron hasta el dormitorio del rubio.
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