03
Jisung salió corriendo mientras apretaba la caja en sus manos, de casualidad empujó un poco a una enfermera, se disculpó y escuchó como ella estaba intentando preguntarle si todo está bien pero no, nada se encontraba bien. El rubio fue hasta su habitación cerrando la puerta, lamentaba mucho que no tuviera llave pero agradecía también que el personal del lugar solía preguntar siempre antes de entrar.
Se desvaneció en el suelo y dejó caer la cajita mientras miraba como sus manos temblaban. Había pasado tanto tiempo, hizo tanto esfuerzo, estaba comenzando a notar una mejora en su vida de a pocos y ahora estaba volviendo otra vez.
Cerrar los ojos significa volver a visualizar a aquel alfa sentado, siendo el mismo de siempre, con el mismo porte y el mismo estilo. Su corazón se agitó levantándose del suelo para tomar algo de agua y escuchar la puerta sonar.
-¿Esta todo bien Jisung?- preguntó una enfermera -¿Deseas que ingrese?.
El rubio bebió algo de agua respirando hondo y pensando bien en que debía responder.
-Yo... pensé que había dejado el hervidor encendido- mintió mientras veía la jarra sin enchufar.
-Estare aquí por si necesitas algo ¿si? De todas formas estaré dando rondas por aquí.
Sabía que no podía ocultar mucho, las personas que trabajaban en esa casa habían pasado por algunos casos algo graves que quizás sabían lo que es tratar con alguien que prefiere vivir encerrado en un cuarto. Jisung no los podía engañar fácilmente.
Observó el suelo para ver la caja brillante y observar como la pulcera estaba en el sueño, fuera de su recipiente. No sabía cómo iba a explicarle esto a Minjoon, fue muy rudo de su parte salir de esa forma.
"No temas de tu pasado Jisung, si fueron momentos felices no deberías escapar de ellos"
La palabra de Jihyo hizo eco en su mente, las palabras de aquella vez en una terapia de confesión personal donde le ayudó a perdonar muchas cosas y sacarlas de su vida.
"No tengas miedo de amar otra vez, el pasado doloroso quedo atrás, si quieres volver a empezar y estar seguro que no estás dispuesto a iniciar aún algo, no creo que la mejor forma sea alejarte de esa forma"
Jisung se mordió el labio inferior mientras apretaba sus manos pensando en si esto era una señal para ver si podía dar el primer paso y confirmar que definitivamente su tratamiento estaba haciendo efecto.
Se levantó de la cama para tomar la caja del suelo y luego caminó de un lado a otro pensando muy bien en salir o no, y si salía ¿qué podría hacer si se lo encontrara? ¿Que iba a decir?, ¿Como debía reaccionar si Minho no esté interesado en verlo?
Fueron muchas cosas que estaba dando vueltas sobre su cabeza y a veces decidido a abrir esa puerta pero a la vez no. Tenía que sacar valor de algún lado, no sabía cómo pero debía. Así que solo respiró hondo mientras tomaba la manija y contaba hasta 10 para abrirla de a pocos.
Probablemente los encontraron o no, si pasaba lo ultimo sería mejor. Apretó la caja en su pecho y caminó mirando a todos lados, ingresando a la sala de ancianos un poco nervioso pero calmandose al no verlos.
-¿Necesitas algo?- preguntó un enfermero pero Jisung solo negó con la cabeza y se fue a otro ambiente.
Había una ventana que daba al jardín trasero y no era evidente su presencia por lo que camino lento y oculto asomándose de a pocos para intentar mirar a esa área verde, especialmente a la mesa pero se dio cuenta que esta estaba vacía.
Estaba algo decepcionado y aliviado quizás, sonrió un poco dándose la vuelta mientras intentaba meter la caja en el bolsillo de su camiseta.
-Aquí estas- la voz conocida lo alertó.
A sus ojos una anciana en silla de ruedas siendo empujada por una persona conocida, demasiado, el mundo parecía detenerse mientras observaba al alfa de cabellos castaños, sin ninguna expresión en el rostro.
-¿Qué te hizo correr? Esta bien que mi nieto sea muy guapo pero no era para tanto.
-Abuela- Minho mencionó un poco avergonzado.
-Es que yo...- el olfato de Jisung captó el aroma ligero a coco y leche, observando a una bebé que estaba recostada en los brazos de la anciana felizmente sin mostrar mucho el rostro.
El abdomen del rubio se comprimio un instante pero trató de no correr por segunda vez.
-De todas formas, él es Minho, mi nieto y ella mi bisnieta de quien te hable.
No cruzaron las miradas por mucho tiempo, la niña en los brazos de Minjoon se comenzó a inquietar, lo suficiente para que Minho la tomara en sus brazos y pueda calmarla.
-Mucho gusto- mencionó el alfa arrullando a su hija en brazos.
Jisung dio una reverencia ligera y luego se acercó un poco a la anciana entregándole la caja en sus manos.
-Yo... había realizado esto para ti, lo terminé en mi taller y por eso te busqué.
La mujer se emocionó demasiado abriendo la cajita para encontrar una bonita pulcera.
-Está muy hermoso- dijo admirando los detalles -Creeme que lo voy a usar, esta muy lindo ¿verdad Minho?.
Los dos jóvenes se miraron otra vez esquivandose luego mientras Minho sonreía y asentía.
-No sé porqué ustedes están demasiado tímidos- se río la anciana guardando la pulcera en su lugar -Estaba a punto de despedirme de mi nieto ¿crees que me puedas llevar hasta recepción?.
El rubio se señaló y buscó alguna forma de decir que no pero la palabra nunca salió de sus labios y al contrario de eso solo atinó a decir.
-Esta bien.
Y sabía que no estaba bien. Caminó con algo de timidez hasta atrás de la silla de ruedas de la mujer y al lado de Minho, nuevamente sin contacto visual alguno.
-Eres muy amable, oh por cierto Minho sabías que Jisung también tiene un lunar similar al de Yuna, solo que él lo tiene cerca de la cien. Esos lunares son muy únicos, yo también quiero uno.
El castaño envolvió a Yuna con la tela de algodón.
-¿Que coincidencia no?- preguntó él viendo de reojo a Jisung -¿Desde cuándo estas aquí?.
Jisung volteó a verlo y esquivar otra vez la mirada automáticamente.
-Ahh... semanas, no hace mucho.
-Uhmm, ¿Y te está ayudando?.
-Sí, voy en buen camino ¿y tú?.
Minho suspiró dando palmaditas en la espalda de su hija.
-Bien, intentando balancear mi vida con ella.
La recepción estaba a solo unos pasos de ellos, Jisung se detuvo cerca para permitir que Minjoon pueda despedirse mientras miraba algo incómodo la escena.
-Es el mejor regalo que me hayas traído a mi bisnieta.
El alfa sonrió agachandose un poco para que la anciana pueda dar una caricia a la niña.
-Espero que mi Alzheimer no avance más y pueda verla otros años más.
-Toma tus medicinas y sé buena con el personal.
Ella asintió.
-Les reclamare mis dulces.
-Si pero recuerda que eso te debe durar 1 mes exacto, es un dulce por día.
Minho se enderezó para ver al rubio otra vez volviendo a su expresión seria.
-Fue un gusto verte- mencionó cubriendo el rostro de la niña.
El omega lo observó momentáneamente y solo dió una reverencia hasta que ve como se alejaba caminando hacia la puerta y volteando para agitar su mano. Y otra vez había un vacío que no podía explicar.
-¿Es guapo no?.
La voz de aquella mujer sacó a Jisung de sus pensamiento para observarla.
-Mi muchacho es un buen tipo, me alegro que mi hijo y mi nuera lo hayan criado bien, es un padre amoroso.
-Me alegro por ti- Jisung sonrió ampliamente llevándola de vuelta a las instalaciones del lugar -No dudo que sea buen padre.
-Espero que pueda encontrar a la pareja correcta, se merece lo mejor.
Ante ese mensaje, no pudo haber contestado, solo empujó por todo el pasillo mientras aún sentía en el aire el aroma del cual pensó que podía olvidar.
Ese mismo día en la tarde, Jisung estaba tocando la puerta de la oficina principal, después de haberlo pensando demasiado en si era necesario ir pero tampoco podía dejar que todos lo que estaba en su mente lo carcoma.
Jihyo le había dicho que cualquier consulta estaba en las posibilidades de ayudarlo y así fue.
Ingresó a la oficina encontrando a la joven mujer que lo recibía con una sonrisa.
-Hola Jisung siéntate.
Con la misma timidez y nerviosismo de lo que pueda decirle, él caminó hasta el sillón de siempre. Acomodándose para recibir el mismo vaso de agua.
-¿Qué es lo que te hace venir? ¿Está todo bien?.
El rubio hizo una señal de más o menos y bebió agua antes de volver a hablar.
-Es...- lo pensó un poco mientras miraba lo liso del escritorio -Hoy puse a prueba muchas cosas.
Jihyo lo observó un poco sorprendida y confundida.
-¿Sucedió algo?.
No sabía en realidad como podía comenzar contandolo y ahora estaba pensando en si era buena idea haber venido o no.
-Minjoon es abuela del último alfa con el que trabajé.
-Oh...- ella comenzó a entender y se acomodó mejor en su silla escuchando ahora con mucho interés e intentando conectar cosas importantes -¿Hoy lo viste o algo así?.
Jisung asintió sin mirar a la mujer que estaba a su al frente y respirando hondo antes de quizás volver a hablar.
-¿Fue difícil?- pregunto Jihyo.
Y el rubio volvió a suspirar.
-Muchas cosas sentí que no se cómo explicarlo.
-Pero ¿lograste que tú y él se vieran?.
La pregunta hizo que el rubio se recostara en la silla mirando el techo mientras buscaba los recuerdos.
-Hablamos, no mucho pero lo suficiente- bajó la miraba para ver a la mujer que estaba frente a él -Recordé que dijiste que el primer paso es afrontar mis malas decisiones y lo hice, ahora... me siento un poco liviano.
Jihyo sonrió terminando de anotar algunas cosas.
-Eso es bueno Jisung, diste un paso muy importante hoy pero supongo que aún te quedan cosas por aclarar, especialmente tus sentimientos.
Y quizás era cierto, Jisung asintió con la cabeza mientras se frotaba el rostro con ambas manos.
-¿Me recuperaré?.
-Pues...- ella observó la ficha que tenía en sus manos -Hay algo de trabajo aún pero si vamos así creo que podrás salir recuperado.
-Tengo miedo a veces, supongo que me sentía más seguro aquí y no se cómo pueda manejar las cosas afuera.
-Lo sé, pero siempre puedes contactar conmigo o un especialista, ese es un paso importante que muchas personas olvidan hacer. Tu salud mental es prioridad.
El mensaje hizo que el rubio sonriera también, levantándose de la silla y dando una reverencia.
-Muchas gracias Jihyo.
-De nada, seguiremos trabajando contigo.
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.
.
Minho no estaba seguro del porqué había aceptado asistir, rodeado de muchas personas con quien no deseaba interactuar mucho mientras tenía a su hija en brazos y veía como los demás le daban halagos o tocaban las mejillas de Yuna.
-Es preciosa, va a ser una modelo de grande o quizás actriz.
-O esas cantantes kpop.
El alfa intentó sonreír y luego sintió como alguien lo tomaba de los hombres.
-Bueno, me llevaré a mi hijo unos instantes.
Y ahora Minho estaba caminando en otra dirección mientras su padre sonreía a todos los invitados.
-Debo trabajar mañana.
-Haz estado muy raro hoy hijo, desde que regresaste de ver a tu abuela ¿seguro que ella está bien?.
La pregunta se la hizo su madre y padre 4 veces en lo que va del día. Era su culpa por no poder disimular el hecho de volver a encontrar su pasado y hacerlo sentir perdido, pero no podía decírselo.
-La abuela esta bien.
Su padre iba a decir algo más cuando vió a dos personas ingresar y solo decidió llevar a su hijo. Minho entonces observó a Jisu, quien lucía tímida y bastante simpática, saludando a ambos.
-Ahhh, Junseo, no me podía perder este evento- dijo el señor mayor saludando -Y ese debe ser tu hijo, muchacho eres muy apuesto.
Minho hizo una reverencia ligera y también a la chica que estaba al frente.
-Ya debes conocer a mi hija, estaba emocionada de venir hoy- dijo mientras movía las cejas.
-Sí, mi hijo y Jisu ya se han conocido pero creo que no han presentado a la princesa de nuestra familia.
El castaño miró a su padre y luego a los demás.
-Ah... ella es Yuna, mi hija.
La niña a su corto mes no podía distinguir rostros pero si distinguía cuando algo la tocaba y la mano de Jisu hizo contacto con sus pequeños deditos haciendo que ella lo tomara.
-Los dejaremos solos un instante- dijo el padre de Minho.
Jisu no apartó su mirada de la pequeña mientras movía sus mano sintiendo el fuerte agarre de la niña.
-Es muy bonita- mencionó -¿Puedo...?- ella alzó un poco los brazos y Minho entendió al instante.
-Oh... ella, es un poco quisquillosa cuando alguien ajeno la carga al inicio- dijo dándole a la niña de todos modos.
Pero lo contrario de lo que dijo sucedió, observó a la omega sonreír mientras tenía a la niña en brazos y le sonreía, un espectáculo bastante dulce para los ojos de Minho que solo parecía ver destellos alrededor. Yuna jamás lloro y parecía sentirse cómoda en los brazos de aquella mujer.
-Parece que le gusto- dijo Jisu sonriendo dulcemente
-Sí... eso parece.
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