YoonGi estratégicamente tomó a JiMin por los hombros y le colocó un pie tras los suyos para hacerlo caer, siendo cuidadoso lo hizo recostarse sobre la paja. Se colocó encima de él y le acarició los labios con su pulgar, deslizando su mano desde el marcado mentón hasta sus pezones cafecitos.

—Eres tan hermoso.— halagó, dando un casto beso sobre la protuberancia y escucho a JiMin suspirar, por lo que se atrevió a lamerlo como un gatito.

JiMin enredó una de sus manitas en su cabello para mantenerlo ahí, disfrutando de la húmeda y caliente lengua sobre su pecho. Estaba observando por debajo de sus pestañas como YoonGi lo mordía y marcaba, atendiendo su otro pezón.

—También quiero probarte.— comento JiMin, estirándolo bruscamente de su pelo negro para alejarlo y hacer que lo viera al rostro.

YoonGi gimió y asintió, dejó que su vaquerito le diera la vuelta y se acomodará sobre él. Observó cómo lo miraba y empezó a quitarle la camisa que llevaba puesta, dejándolo expuesto a sus ojos grisáceos.

JiMin se relamió los labios, su miembro dio un brinco y pudo sentir que el de YoonGi también lo hizo, pero contra su trasero. Decidió agacharse para degustar la extensión del torso rojizo y sudado con su larga y puntiaguda lengua, mientras mecía sus caderas para crear fricción.

YoonGi podía sentir como limpiaba las gotas saladas de su six pack ligeramente marcado y bajaba hundiendo su nariz hacia su entrepierna. Pudo ver como JiMin olfateaba sobre la tela y desabrochaba su cinturón con manos ágiles, luego alzó su cuerpo para que le bajara el pantalón con la ropa interior.

—Ayer pude sentirlo y supuse que eras grande, pero ahora al verlo es más sorprendente.— jadeo JiMin, mordiendo su labio inferior al ver tremenda verga.

YoonGi se rió entre dientes y su rostro se sintió arder, sabía que era grande, aunque no solían decirle esas cosas en el acto, quizás por temor a lo que trabaja. Las personas con las que solía acostarse sabían que era un narco, así que se centraban en complacerlo adecuadamente y ni siquiera reconocía si actuaban.

Con JiMin eso también sería distinto porque era un deseo y hambre mutuo, muy real y sin amenazas o miedo, por lo que estaba siendo sincero con sus acciones. Eso era lo que tenía a YoonGi tan extasiado, que cada acción y roce venían exclusivamente gracias a lo que provocaba en su vaquerito.

JiMin se deleitó con el sonido de su risa y aprovechó ese momento para introducirse el pene en la boca, pero era tan gordo y grande que no lo abarcaba. Tuvo que recurrir a sus manitas para masturbarlo mientras succionaba y lamía vigorosamente, se atragantaba con solamente la mitad de la extensión.

YoonGi echó su cabeza hacia atrás e intentó detener su ritmo frenético poniendo sus manos sobre la cabeza de mechones castaños, pero JiMin no lo soltó. En cambio, su vaquerito le dio una vista increíble de su rostro en un leve tono morado por la asfixia y los ojos llenos de lágrimas, las cuales se deslizaban por sus hermosas mejillas ahuecadas.

—JiMin~— siseo YoonGi, disfrutando de verlo tan entretenido a pesar de que seguramente necesitaba respirar y su garganta estaba maltratada.

No esperaba que JiMin fuera un masoquista, pero estaba bien, eso podía darle la libertad de ser él mismo y tratarlo bruscamente como le gustaba. Sin más demoras, le aplano las mejillas con una de sus manos y lo obligó a abrir la boca para salir.

—Me encanta la idea de follarte hasta dejarte sin habla, aunque no de esta manera.— aclaro, dándole unas palmaditas en el rostro para que reaccionara.

JiMin estaba luchando por recuperar la respiración y lloriqueo por ser alejado, estaba por quejarse cuando YoonGi lo tomó por el cuello para ahorcarlo. Llevó sus manos hacia la que lo asfixiaba y lo miró sorprendido, pero no se asustó porque sintió el pene contra su culo y empezó a sentir el pre semen saliendo.

YoonGi estaba moviéndose entre ambas mejillas, adorando la forma en que era aprisionado a pesar de que había una capa de tela separándolos. Soltó a JiMin para dejarlo respirar y lo atrajo para limpiarle las lágrimas con castos besos.

—Puedo ser rudo si así lo quieres, JiMin, pero no necesitas hacerlo todo solo.— aclaró YoonGi, tomándolo por las caderas para girarlo y dejarlo debajo suyo.

Esto ya parecía una maldita pelea por ver quien montaba a quien y YoonGi estaba demasiado tentado a dejar que JiMin rebotara en su verga. Sin embargo, quería ser el primero en satisfacerlo, darle una follada tan buena que no se sintiera complacido con solo una y se lamentara de querer ser solo casual.

JiMin estaba duramente aprisionado en sus pantalones, no considero que YoonGi quisiera llevar el control porque todas sus parejas solían dejarle todo. Se sentía bien que fuera al revés y no tuviera que buscar su placer, sino que se lo dieran. Además, esa manera tan tierna y a la vez violenta de tratarlo estaba haciéndolo tan urgido de que lo penetrara y llenará.

Por eso mismo se quitó las prendas de la parte inferior de su cuerpo para quedar desnudo por completo, tomando sus propias piernas para abrirlas y mostrarle su necesitado culo. Su miembro estaba liberado y contra su mata de vello púbico, no le gustaba la idea de depilarse y estaba algo avergonzado porque a su diferencia YoonGi era lampiño.

—Vaya, puedo ver que estás preparado ¿Acaso esperabas que lo hiciéramos?— preguntó YoonGi, dándose cuenta de que tenía el culo un poco abierto y con curiosidad metió dos dedos para confirmar que estaba suelto.

JiMin negó —No, ayer...— balbuceo y se perdió al sentir los dedos haciendo movimientos de tijera contra sus paredes anales —me masturbé.— confesó.

YoonGi frunció el entrecejo y le soltó una nalgada, la mejilla se tornó rojiza y volvió a repetir el golpe una segunda, tercera, cuarta y quinta vez. JiMin estaba disfrutando esto de ser follado y maltratado, solo podía apretar sus piernas para contenerse.

—¿Pensaste en mí?— cuestionó YoonGi, amasando la piel maltratada y luego deslizó otros dos dedos dentro de su intimidad.

JiMin no podía responder por lo bien que se sentía y vitoreo sus ojos, sacando su lengua para respirar bien. Con eso YoonGi tuvo una imagen de lo que hizo y gruño fascinado, agacho su rostro y lo enterró entre sus piernas para chuparlo.

—S-sí~— respondió finalmente JiMin, sintiéndose desfallecer por el hecho de tenerlo saboreando sus huevos y no parecía odiar su exceso de vello.

YoonGi estaba jugando con los testículos, absorbiéndolos y escupiéndolos, mientras continuaba follando su culo con cuatro dedos. Luego de unos instantes, se entretuvo mordiendo suavemente el pequeño miembro gordito con sus dientitos y se separó.

—Esto es tan lindo.— insistió YoonGi, acariciando el pubis y el montón de vello.

—¿No te da asco que sean así de abundantes?— preguntó JiMin entre jadeos.

YoonGi negó —Para nada, eres perfecto tal como eres y me encantas por completo.

Sus palabras fueron tan sinceras que ambos se dieron cuenta de algo y es que esto no parecía ser solo sexo, quisieran o no, ellos estaban haciendo el amor.

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