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El fin de semana después de la reunión de planificación del festival amaneció tranquilo y neblinoso, cubriendo los campos de Sweet Apple Acres con una luz suave. Applejack salió más temprano de lo habitual, con el aire aún fresco y crujiente, y el zumbido suave de la vida matutina rodeándola. El peso familiar de la cesta en su hombro y el rocío matinal bajo sus botas le trajeron una calma reconfortante que necesitaba desesperadamente después del día emocional que había tenido con Rainbow Dash en la escuela.

Mientras avanzaba entre las hileras de manzanos, su mente volvía una y otra vez a los rumores que había escuchado: que Rainbow estaba considerando dejar Ponyville después de graduarse. La idea la había golpeado con fuerza, dejándola ansiosa y algo perdida. Sabía que Rainbow era ambiciosa, siempre en busca de nuevos horizontes y desafíos más grandes, pero la posibilidad de que se fuera era casi demasiado para soportar. Después de todo, Rainbow era su mejor amiga. Pero... ¿era eso todo lo que sentía?

Applejack sacudió la cabeza, como si tratara de dispersar ese pensamiento. Estaba allí para trabajar, no para perderse en el "qué pasaría si...".

A media mañana, Applejack estaba inclinada sobre una pila de cajas junto al granero, organizando las manzanas, cuando escuchó el familiar susurro de unas alas sobre ella. Se giró justo a tiempo para ver a Rainbow Dash aterrizar rápidamente. Rainbow, con su traje de entrenamiento azul, parecía una atleta lista para cualquier cosa.

"¡Hey, AJ! Sabía que te encontraría aquí," dijo Rainbow, ligeramente sin aliento.

Applejack se enderezó, entrecerrando los ojos mientras el sol matutino la cegaba un poco. "Pensé que estarías practicando para la gran competencia, Dash."

Rainbow mostró una sonrisa orgullosa, pasándose la mano por su vibrante cabello. "Ya lo hice, pero quería ver si todavía estás dispuesta a ayudarme a entrenar. Tengo que asegurarme de estar en plena forma, ¿verdad?"

"Claro," respondió Applejack, tratando de sonar animada aunque sus pensamientos seguían enredados. "Solo déjame terminar aquí, y nos vamos."

Rainbow se sentó en una cerca cercana, hablando de su mañana, aparentemente sin darse cuenta de las respuestas distraídas de Applejack. AJ notó cómo el entusiasmo de Rainbow llenaba el aire, haciendo que todo pareciera más brillante. Su energía era contagiosa, pero Applejack sentía una inquietud que no lograba comprender.

"Entonces," la voz de Rainbow la sacó de sus pensamientos, "¿qué te tiene tan pensativa, AJ? Has estado... como apagada desde ayer."

Applejack tragó saliva, sintiendo cómo sus mejillas se calentaban. "Solo tengo muchas cosas en la cabeza, eso es todo. Pensando en el futuro, supongo."

"¡Sí, yo también!" respondió Rainbow, sus ojos iluminándose. "Quiero decir, estamos casi al final de la escuela. Después de la graduación, hay tantas cosas que quiero hacer."

Applejack sintió que la inquietud volvía con más fuerza. Miró hacia otro lado, enfocándose en un manzano cercano. "Sí... entonces, ¿qué planeas hacer, Dash?"

Rainbow se encogió de hombros y luego se recostó con los brazos detrás de su cabeza. "No sé... tal vez unirme a un campamento de deportes, conocer a verdaderos atletas. Salir y ver de lo que soy capaz."

Applejack sentía cómo su corazón se hundía, pero se obligó a mantener su voz firme. "¿Y eso... significa que te irías de Ponyville?"

Rainbow vaciló, frunciendo el ceño ligeramente. "Quiero decir, tal vez. No es que esté haciendo las maletas mañana. Además, solo es una idea."

Applejack respiró hondo, pero el peso en su pecho no desapareció. "Entiendo. Tienes grandes sueños, y Ponyville te parece pequeño."

Rainbow la miró, algo desconcertada. "Oye, no es como si te estuviera abandonando. Es solo que... quiero ser la mejor. ¿No entiendes eso?"

Applejack la miró directamente, con voz suave. "Sí lo entiendo, Rainbow. Más de lo que imaginas."

Se quedaron en silencio un momento, la tensión entre ellas era palpable. Rainbow miró hacia otro lado, su expresión era difícil de leer. Applejack sintió una distancia extraña crecer entre ellas, el tipo de distancia que las palabras no pueden resolver.

Mientras caminaban hacia la pista de la escuela más tarde ese día, el silencio entre ellas se sentía pesado. Rainbow iba un paso adelante, su andar confiado ahora parecía más contenido. La mente de Applejack corría, repasando la conversación que habían tenido antes. Quería decirle a Rainbow todo lo que tenía en el corazón, que no solo valoraba su amistad, que la idea de que se fuera le hacía sentir que una parte de sí misma se perdería también. Pero las palabras nunca salieron.

Finalmente, llegaron a la pista, y Rainbow se estiró rápidamente, como si sacudiera la tensión de sus hombros. También parecía que se sacudía la tensión anterior, regresando su natural confianza.

"¿Lista para verme romper algunos récords, AJ?" bromeó, su sonrisa era demasiado brillante.

Applejack logró sonreír. "Muéstrame lo que tienes, Dash."

Rainbow se preparó, con los ojos fijos en la meta, y salió corriendo. Applejack la observó, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza mientras veía la determinación feroz y la energía cruda de su amiga. No lo admitiría, pero admiraba la tenacidad de Rainbow tanto como su lealtad. Pero claro, no era solo admiración lo que le hacía sentir ese nudo en el pecho.

Cuando Rainbow terminó sus vueltas, se acercó trotando, algo jadeante pero sonriendo ampliamente.

"¡Uf! ¿Crees que eso será suficiente para la competencia?"

"Más que suficiente," respondió Applejack, sonriendo. "Vas a ser imbatible."

Rainbow rió, apoyando sus manos en sus rodillas. "¡Ese es el plan!"

Applejack vio una pizca de duda cruzar el rostro de Rainbow, algo que ella rara vez dejaba ver. Rainbow siempre había sido orgullosa y segura de sí misma, pero en ese momento, AJ captó un atisbo de algo más profundo.

"Sabes, ya eres increíble tal como eres," murmuró Applejack, sintiendo cómo sus mejillas se calentaban. "No tienes que irte lejos para demostrarlo."

La expresión de Rainbow se suavizó, mostrando una vulnerabilidad rara. "Gracias, AJ. Eso... significa mucho."

Sostuvieron la mirada, sintiendo que algo no dicho pasaba entre ellas. Era un momento que Applejack guardaría, sin saber realmente qué significaba pero sabiendo que era importante.

La semana siguiente fue un torbellino. Con la competencia deportiva y el festival por venir, Applejack apenas vio a Rainbow excepto en momentos fugaces. Cuando se cruzaban, la tensión parecía crecer, cada una evitando las palabras no dichas entre ellas.

Una tarde, mientras Applejack terminaba sus tareas en la granja, vio a su hermana menor, Apple Bloom, observándola atentamente.

"¿Apple Bloom? ¿Tienes algo en mente?" preguntó AJ, dejando la cesta en el suelo.

"Solo me pregunto por qué has estado tan callada últimamente," respondió Apple Bloom, con curiosidad en sus ojos. "¿Es por Rainbow Dash?"

Applejack se quedó con la boca abierta, tomada por sorpresa. "¿Qué te hace decir eso?"

Apple Bloom se encogió de hombros y sonrió levemente. "Solo una intuición. Has estado actuando diferente desde que pasas más tiempo con ella."

Applejack sintió cómo sus mejillas se calentaban, pero forzó una risa. "No sé de qué hablas, hermanita. Rainbow es solo una amiga."

Pero incluso mientras lo decía, sentía el peso de esas palabras. ¿Era eso todo lo que Rainbow significaba para ella? ¿Y estaría satisfecha con eso si Rainbow se iba?

El día del festival finalmente llegó, trayendo consigo una ráfaga de emoción y color. Los puestos alineaban la plaza del pueblo, cada uno decorado para mostrar diferentes talentos y juegos. El dulce aroma del algodón de azúcar se mezclaba con el de las palomitas de maíz, y las risas llenaban el aire mientras los amigos se saludaban. Applejack y Rainbow habían decidido ayudar a Rarity con su puesto, exhibiendo algunos de los eventos que habían planeado durante la semana.

"Ahora, queridas," dijo Rarity, mirándolas cuidadosamente mientras armaban las decoraciones. "¡Intentad mostrar más entusiasmo! Es un festival, no un funeral."

Applejack forzó una sonrisa, pero Rainbow la empujó con el codo, riendo. "Oye, estamos emocionadas. Solo hemos tenido mucho que hacer."

A medida que el día avanzaba, AJ y Rainbow trabajaron juntas, cada momento acercándolas pero sintiendo al mismo tiempo que estaban a kilómetros de distancia. Sus espíritus competitivos se encendían durante los juegos y reían juntas, pero de vez en cuando, AJ sentía que Rainbow se alejaba, volviéndose distante.

Cuando el atardecer comenzó y las linternas iluminaron cálidamente el festival, Rainbow finalmente apartó a AJ.

"AJ, ¿podemos hablar?" La voz de Rainbow era seria, sin su ligereza habitual.

El corazón de Applejack dio un vuelco, regresando los nervios de su última conversación. "Claro, Dash. ¿Qué pasa?"

Rainbow miró hacia abajo, pateando el suelo con su zapatilla. "Te escuché hablando con tu hermana el otro día. Sobre nosotras."

Applejack contuvo la respiración, pero asintió, tratando de mantener la compostura. "Sí, supongo que he estado pensando en muchas cosas últimamente."

Rainbow miró hacia otro lado, su rostro tenso. "No quiero dejarte atrás, AJ. No quiero que pienses eso, pero... tampoco puedo ignorar este sentimiento de que tengo que salir ahí y hacer algo grande."

Applejack sintió que la garganta se le apretaba, pero logró esbozar una pequeña sonrisa. "Lo entiendo, Dash. Y quiero que persigas tus sueños. En serio."

Los ojos de Rainbow se suavizaron y dio un paso más cerca, poniendo su mano en el hombro de Applejack. "No sé a dónde va esto, pero... me alegra que estemos en esto juntas. Pase lo que pase."

Se quedaron allí, rodeadas por el resplandor de las linternas y el murmullo distante del festival, ambas sintiendo el tirón de algo más profundo entre ellas, pero sin poder ponerlo en palabras. Por ahora, era suficiente saber que ambas compartían la misma esperanza: que de alguna manera, sin importar a dónde las llevara la vida, encontrarían el camino de regreso la una a la otra.

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