❄️☆𝓢𝓸𝓻𝓹𝓻𝓮𝓼𝓪 𝓷𝓪𝓿𝓲𝓭𝓮𝓷̃𝓪☆❄️
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Blancos copos de nieve caían sobre la ventana de la recamara del rubio. Este mismo se encontraba observandolos con detenimiento, apreciando la belleza de estos.
Ningún copo de nieve es igual al otro, cada uno tiene algo especial; así no se note a simplemente vista cada uno es un mundo completamente único y diferente.
Park se consideraba un gran fan de estas vísperas, en Navidad siempre se reunía con su familia y seres queridos. con estos pasaba agradables momentos; Desde que era un niño se emocionaba porque llegase diciembre pero a medida que pasaba el tiempo aquella emoción comenzó a disminuir, y no porqué haya crecido.
La razón por la cual no disfrutaba la navidad era una en especifico.
no estaba junto al amor de su vida...
Y se preguntaran, ¿por qué?...
La respuesta es la siguiente, él hombre que ama desde que tenía tan solo quince años tuvo que alejarse de su lado para poder cumplir con su servicio militar.
Los días se convirtieron en semanas y las semanas en meses. Jimin pensó que tan solo estaría lejos de él por dos años, por desgracia se equivocó.
Jungkook decidió continuar con su carrera como soldado y viajar a Estados Unidos para seguir entrenando y formarse como un gran coronel.
Park no negaría que le había dolido demasiado recibir aquella noticia de parte del pelinegro. Se sintió realmente mal, por un momento llegó a pensar que Jungkook nunca lo amo y por esa misma razón se iba más tiempo.
Pero luego comprendió que no podía ser egoísta. Debía dejarlo ir...
Así doliera, así su corazón se partiera en miles de pedazos debía dar por terminada su bella relación y dejarlo seguir sus sueños.
Lo único que él deseaba era que Jeon siempre fuera feliz e hiciera lo que amaba, kook desde niño había querido ser un gran soldado. Por eso decidió hacerse a un lado y dejarlo hacer realidad sus sueños.
Las cosas no habían sido para nada sencillas cuando Jimin tomó aquella decisión. Su relación había durado siete largos años, dos de amistad y cinco de ser novios. terminarla les costó demasiado; ellos jamás imaginaron que su amor llegaría a su fin.
Habían prometido numerosas veces casarse, tener una bella familia y vivir juntos. Pero solo se quedo en eso...
En promesas vacías.
Olvidar su historia juntos era algo imposible. Se habían conocido en el colegio, Jeon atrajo su atención desde el primer momento en el que lo vio.
Se podría decir que fue amor a primera vista. El rubio recordaba a la perfección aquel día.
Era 24 de diciembre, noche buena. Había una obra de navidad en su colegio en la cual ambos iban a participar como simples duendes ayudantes de santa.
Park se sentía muy nervioso. amaba todo el tema de actuar, cantar, y bailar; Pero a la hora de subir al escenario le entraba un pánico horrendo. Sus manos sudaban al igual que su frente, su corazón latía como si hubiera corrido una maratón y sentía que el aire se agotaba poco a poco.
Ese día se encontraba en ese estado, escondido en su camerino y dando vueltas de un lado a otro con la intención de calmarse. Pero aquello resultaba en vano ya que no lo conseguía.
Se sentía desesperado y en parte patético. Hasta llegó a creer que no podría presentarse y arruinaría la obra.
Por suerte eso no sucedió; un chico de cabello castaño abrió la puerta y asomó su cabeza. Enfocó la vista en Jimin y sonrió.
Seguido abrió la boca y con solo unas simples palabras logró calmarlo en cuestión de segundos.
—¿Estás bien?... —aclaró su garganta con timidez— Pensé que era el único que se ponía de ese modo cuando estaba nervioso —soltó una suave risita y se adentro a la habitación—. Por cierto, soy Jeon Jungkook —hizo una pequeña reverencia.
Jimin el cual tenia el cabello castaño en ese entonces sonrió con pena e imitó su acción.
—E-estoy bien, Solo que me da pánico escénico —murmuró sintiendo sus mejillas colorearse de un suave color rosa—. Soy Park Jimin —al decir esto estiro su pequeña y regordeta mano la cual fue estrechada por Jeon.
Y así fue como se conocieron. Desde aquel día se hicieron inseparables, siempre estaban juntos divirtiéndose y Hasta pasaban las navidades juntos. ambos se gustaban demasiado pero por miedo se lo guardaron dos largos años.
Hasta que Jungkook no aguanto más y lo besó la noche de año nuevo, ese día fue el más feliz de toda sus vidas.
Tiempo después ambos cumplieron veintiún años, cada uno tenía muchos planes para sus futuros. Jimin se encontraba estudiando para ser un gran profesor de danza contemporánea y artes escénicas, por otro lado Jungkook había decidido que era tiempo de prestar servicio militar y empezar su carrera como soldado.
Al rubio no le había gustado para nada la idea de separarse de su novio por dos años, pero tiempo después lo aceptó ya que el pelinegro le aseguró que iba a regresar por él.
Con veintiún años ambos se despidieron. Para ser exactos el último día de diciembre, esa fue su última navidad juntos. La habían pasado de maravilla en una bella cabaña en el bosque; jamás olvidarían aquel momento...
O bueno, al menos Jimin jamás lo olvidaría.
Dos años pasaron. en estos habían mantenido una relación a distancia. Las cosas marchaban bien; Jimin lo visitaba dos veces al mes y Jeon iba a su casa quince días cuando tenía descansó. Esto pasaba solo una vez al año.
Un día Jimin fue a visitarlo, allí Jungkook le comentó que deseaba viajar América para poder seguir entrenando y subir de rango.
—¿Y...que piensas? —Preguntó el pelinegro mientras acariciaba la mano de su lindo novio.
—Jungkook...— el rubio suspiro y se Soltó del agarre de kook— Se suponía que ibas a salir del servicio este diciembre, tan solo faltan diez días —hizo una mueca y giró su rostro hacía la izquierda viendo una pared—. Había planeado muchas cosas para hacer contigo, pero ahora vienes y me dices que te iras a américa por un tiempo indefinido —negó con la cabeza molesto—. Hemos estado así por dos años, Y-yo... —volteó de nuevo la mirada para enfocar sus bellos ojos en su novio— yo creo que no podremos seguir así
—¿Que?... —sus oscuras cejas se juntaron al fruncir el ceño—. ¿A que te refieres con eso Jimin? —Cuestionó completamente confuso.
Jeon no entendía porqué no aceptaba que esos eran su sueños. Desde siempre supo que quería servir a su país y ser un gran soldado; sabia que era molesto estar separados por tanto tiempo pero también tenía muy claro que su amor era mucho más fuerte que cualquier cosa y por ende estarían siempre juntos a pesar de la distancia.
Pero al parecer se había equivocado.
Por un lado el pelinegro se sentía furioso de que Park le terminará por querer hacer sus sueños realidad.
Y por el otro Jimin se sentía muy triste al pensar que kook ya no lo quería a su lado. Y que prefería irse por mucho tiempo con tal de no seguir con él.
—Me refiero a que lo mejor será terminar con esta relación —soltó con tristeza—. Seamos sinceros, esto... — dejo escapar un fuerte suspiro—, esto ya no está funcionando, te quiero a mi lado. Deseo que estés siempre conmigo; quisiera despertar y que lo primero que vea sea a ti —sus ojos se tornaron brillantes a causa de las lágrimas—, pero ahora se que no pasará— su labio inferior temblaba como gelatina recién hecha. Sentía que en cualquier momento terminaría por quebrarse; Terminar con la persona que amas no es cosa fácil, pero lo haría por el bien de ambos. Jimin no quería que kook dejara atrás sus planes solo por complacerlo—. No te voy a detener. Se que es tu sueño ser un gran coronel y no por egoísmo haré que te quedes aquí y seas infeliz —paso saliva sintiendo su garganta demasiado seca—. Te amo, y...—un par de lágrimas escaparon de sus ojos y rodaron por sus mejillas— y quiero que lo hagas si te hace feliz, no quiero que pienses en mi solo...—limpio su rostro— sigue adelante y no mires atrás
Jeon abrió la boca sorprendido. No quería terminar con él, lo amaba con todo su corazón, pero entendía que estaba siendo un hijo de puta al hacerlo esperar por él tantos años. Jimin se merecía algo mucho mejor, alguien que estuviera para él cuando lo necesitará. Una persona que lo acompañará a diario y le diera el amor que él no fue capaz de darle por falta de tiempo.
Y así doliera como el infierno lo dejaría ir...
—Yo...—apretó sus puños— esta bien, si eso es lo que quieres —así entendiera no quería decir que aquello no le afectará. Le dolía como si tuviera una herida abierta, se sentía muy molesto y triste. Pero solo demostraba el primer sentimiento; nunca fue bueno expresando lo que sentía y esa no sería excepción—. Entonces terminamos —habló con seriedad y sin más dio media vuelta y se fue. Dejando completamente roto el corazón del rubio.
El suyo también estaba roto, pero el coraje no lo dejaría demostrarlo.
Y así fue la última vez que se vieron. Dejando dos corazones hechos trizas y miles de promesas sin cumplir.
Jimin no sabía nada de él, habían pasado dos largos años y aún así no podía olvidarlo. Por más que lo intentará nunca lo conseguía.
Y en vísperas de navidad él solía recordarlo aún más. Pues se había acostumbrado a pasar esas bellas fechas a su lado...
Un par de golpes en la puerta lo hicieron dar un brinco del susto, Separó la mirada de la ventana y se levantó corriendo para abrir la puerta de su habitación.
Se estaba quedando en la casa de sus padres ya que si pasaba navidad solo en su departamento se iba a terminar deprimiendo aun más de lo que ya estaba.
—Jiminie ya están llegando nuestros familiares —aviso su hermana con una sonrisa amable. Ella sabía que le sucedía, desde que Jeon se había ido Jimin nunca había vuelto a ser el chico alegre que amaba la navidad con todo su corazón— ¡Ven bajemos! —chilló y lo tomó del brazo intentando hacerlo sonreír.
—¿Es necesario Sunni?... — se Soltó con disimulo de su agarré y seguido se recostó en el
Marco de la puerta—. Quisiera estar aquí arriba un momento
—Si que lo es, mamá dijo que va a repartir los regalos después de la cena —hizo un puchero— ¡por favor hermanito! ¡Tu siempre solías repartir los regalos y hacer de santa!
—Pero ya no quiero hacerlo sunni —soltó un fuerte suspiro y pasó sus manos por su rostro. Realmente no quería hacer sentir mal a su hermanita pero justo ahora no tenía ganas de celebrar; así lo negara su corazón aún estaba hecho añicos y estas épocas lo ponían aún más sensible de lo que ya era.
Sunni suspiro y se aclaró la garganta.
—Se lo que tienes, extrañas a Jungkook —hizo una mueca de tristeza— él siempre hacia de tu ayudante duende... —al decir eso los bellos ojos del rubio se llenaron inmediatamente de lágrimas—. ¡Oh, no, no! No lo decía para que te pusieras de esa forma —abrazo rápidamente a su hermano—. Jiminie tienes que bajar, te vas a distraer y te juró que esta noche la vas a pasar de maravilla. No puedes permanecer en tu habitación deprimido, ¡Es navidad! —se separó de él sonriendo—, así que mueve el trasero y ponte la ropa que compramos —le dio un fuerte empujón haciéndolo caer—. Upsi —soltó una fuerte carcajada— ¡Te espero abajo!, si no llegas en diez minutos voy a volver por ti! — Grito y comenzó a bajar las escaleras.
—¡Uhg, esta bien enana del demonio! —grito y se levantó del sueño sobando su trasero.
En algo tenia razón su hermana, no podía estar triste todo el tiempo y menos en su época favorita. Debía disfrutar y pasar tiempo con sus padres, hermanos y familiares.
Así tal vez olvidaría aquel horrible dolor que sentía en el pecho todos los días.
Decidido a pasarla bien ese día, se dirigió al baño y se dio una buena ducha de agua caliente. Realizó toda su rutina de aseo y al estar listo se vistió.
Observó su reflejo y sonrió. Se sentía satisfecho con su aspecto, le gustaba verse bien. No para impresionar a alguien; realmente desde que terminó con Jeon no se había involucrado sentimentalmente con nadie. Solo amaba sentirse lindo.
Peino su cabello y sin más salió de su recamara. Al abrir la puerta fue recibido por el dulce aroma de la cena navideña.
Ese día volvería a ser el Jimin de antes.
Al llegar a la primera planta el rubio sonrió. Algo que amaba de la navidad eran las bellas luces, le encantaban sus colores y la magia que transmitían estas.
Su familia siempre tuvo la costumbre de decorar cada año distinto, se destacaban por ser la casa con más luces y adornos extravagantes.
Park comenzó a caminar por todo su hogar detallando cada rincón. El delicioso aroma a pavo y pastel de chocolate inmundo sus fosas nasales haciéndolo babear en segundos, así que sin siquiera pensarlo se dirigió al comedor.
Allí se encontraban todos ya sentados.
—¡Por un momento pensé que no bajarías cariño! —habló la señora Park—. Anda siéntate, estamos por servir —sonrió emocionada.
Jimin asintió y saludo a todos antes de tomar asiento.
Entre charlas, chistes y anécdotas todos cenaron encantados. Al finalizar se dirigieron a la gran sala de la casa y tomaron asiento en diferentes sillones.
Había llegado la hora de repartir los regalos.
—¿Nos harías el honor hijo? —habló sonriendo el señor Park.
—Pero papá...
—Nada de peros hijo —le dio un par de golpecitos en el hombro— andando
El rubio rodó los ojos y se levantó del sofá para dirigirse cerca del árbol. Miró a todos y aclaró su garganta, sentía que había olvidado como hacerlo. Después de todo ya habían pasado cuatro años desde la última vez que repartió los obsequios.
—Mm, bueno... —soltó una suave risa nerviosa— comenzaré repartiendo a los niños
—¡Oh espera Jimin!, ¡no puedes hacerlo sin un ayudante!
—¿Ah? —observó a su madre confundido. Estaba por preguntar cuando la puerta fue abierta, giró su cabeza y al verlo abrió los ojos como platos.
Esto no era posible. Como...
—Hola Jimin... —Jungkook sonrió con timidez como aquella primera vez.
¡Por todos los renos!
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Atte:roxyuwu
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