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Needed kiss.
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Lily estaba muy enojada, demasiado para ser verdad. Podía observar claramente a Haewon y Bae compartiendo risas, mientras comían las dos juntas.
Siempre se había sentido algo celosa de Bae, ya que se llevaba demasiado bien con Haewon y eran muy unidas, algo que Lily sin duda no podría lograr, o al menos eso creía.
Podía ver la cara de Haewon, estaba realmente feliz y se notaba que disfrutaba pasar tiempo con su mejor amiga. Lily quería ir con Haewon, quitársela a Bae e ir a encerrarse las dos juntas para pasar tiempo a solas. Pero no podía, lamentablemente.
Desde su rincón, Lily no podía apartar la mirada de Haewon y Bae. Cada risa compartida, cada toque casual entre ellas, hacía que un ardor de celos creciera en su interior.
Apretó los puños, intentando controlar la mezcla de ira y deseo que la invadía. El contraste entre la felicidad de Haewon y la tormenta en su corazón era abrumador.
Bae se inclinó hacia Haewon, susurrándole algo al oído que provocó una carcajada en ella.
Haewon inclinó la cabeza hacia atrás, dejando que su cabello cayera sobre sus hombros, y Lily sintió un nudo en el estómago al ver cómo Bae tocaba suavemente el brazo de Haewon, aparentemente de manera casual, pero con una intimidad que la hizo arder de celos.
—Vamos, Haewon, quiero enseñarte algo-dijo Bae, levantándose y tirando suavemente del brazo de Haewon. Ambas se dirigieron a una esquina más tranquila de la sala, donde Bae sacó su teléfono y comenzó a mostrarle fotos de un reciente viaje que había hecho.
Haewon se inclinó hacia Bae para ver mejor las fotos, y Lily notó cómo su hombro rozaba el de Bae. La cercanía entre ellas, el hecho de que compartían esos pequeños momentos tan fácilmente, hacía que Lily se sintiera excluida y furiosa.
Bae, notando la mirada de Lily, sonrió con picardía y se acercó aún más a Haewon.
—¿Recuerdas esa vez que fuimos a la playa y te enseñé a surfear?—preguntó Bae, su voz baja y sugerente. Haewon rió, recordando la anécdota, y Lily sintió un ardor en su pecho al ver cómo Haewon respondía con tanta calidez.
—Sí, cómo olvidarlo. Creo que fue la primera vez que realmente me divertí en el agua—espondió Haewon, sus ojos brillando con una mezcla de nostalgia y afecto hacia Bae.
Bae aprovechó la oportunidad para acercarse más, rozando suavemente el brazo de Haewon con el suyo.
—Tendremos que repetirlo alguna vez. Quizás podríamos planear otro viaje juntas—sugirió Bae, su voz cargada de una insinuación que no pasó desapercibida para Lily.
Lily no podía soportarlo más. El ver a Bae y Haewon tan cerca, riendo y compartiendo esos momentos íntimos, la estaba volviendo loca. Quería intervenir, hacer algo para reclamar a Haewon, pero no sabía cómo sin parecer desesperada.
La situación se volvió aún más insostenible cuando llegó el momento de la sesión de fotos conjunta de Haewon y Bae. Oculta tras una esquina, las observaba mientras se preparaban. Las luces brillantes del set iluminaban a Haewon y Bae, que se reían y charlaban mientras los maquilladores hacían su trabajo.
Durante la sesión, el fotógrafo les pidió que se acercaran más, que mostraran la complicidad y la amistad que compartían. Haewon y Bae no dudaron en abrazarse, en posar con sus rostros muy cerca el uno del otro, sonriendo y mostrando una química palpable.
En un momento, Bae puso una mano en la cintura de Haewon y la atrajo hacia sí, sus rostros a apenas centímetros de distancia. Haewon no pudo evitar reír y apoyar su frente contra la de Bae, susurrándole algo que hizo que Bae estallara en carcajadas.
Lily sintió cómo la ira y los celos la consumían. Cada gesto, cada mirada compartida entre Haewon y Bae era una tortura. El deseo de intervenir, de reclamar a Haewon para sí, se volvía casi insoportable. Finalmente, la sesión terminó y Haewon y Bae se dirigieron al área de descanso, aún riendo y conversando animadamente.
Lily sabía que no podía seguir observando pasivamente. Necesitaba encontrar una manera de hacerle saber a Haewon lo que sentía, de reclamar su lugar y mostrarle a Bae que no era la única que podía hacerla reír y sentir especial.
Lily decidió que no permitiría que esos celos la consumieran sin hacer algo al respecto. Observó a Haewon una vez más, su mente trabajando rápidamente en un plan para acercarse a ella y dejar claro que no estaba dispuesta a rendirse sin luchar.
Finalmente, Bae se levantó para ir a buscar algo más de comida. Lily no perdió ni un segundo. Se acercó rápidamente a Haewon, su corazón latiendo con fuerza mientras intentaba mantener la calma. Haewon estaba revisando algunas fotos en su teléfono cuando Lily llegó hasta ella.
Lily entró al camerino donde estaba Haewon y, sin decir una palabra, cerró la puerta con fuerza y puso el seguro. Haewon levantó la mirada, sorprendida por la repentina interrupción.
-Lily, ¿qué...?-empezó Haewon, pero antes de que pudiera terminar la frase, Lily la tomó por la cintura y la atrajo hacia sí con fuerza.
Haewon no tuvo tiempo de reaccionar antes de sentir los labios de Lily presionándose contra los suyos en un beso apasionado, cargado de la tensión acumulada y el deseo reprimido.
El beso fue intenso, lleno de urgencia y necesidad. Lily la besaba con una mezcla de furia y pasión, como si quisiera demostrarle a Haewon todo lo que había estado conteniendo. Haewon, sorprendida al principio, se dejó llevar por la intensidad del momento, respondiendo al beso con igual fervor.
Lily la apretó aún más contra su cuerpo, sus manos recorriendo la espalda de Haewon, sintiendo cada curva y cada contorno. El deseo que había estado ardiendo dentro de ella finalmente encontró una salida, y no pensaba detenerse.
Haewon trató de recobrar el aliento, separándose apenas un milímetro para murmurar-Lily, espera...-
Pero Lily no dejó que terminara.-No puedo seguir viendo cómo te diviertes con Bae-susurró contra sus labios antes de volver a besarla con la misma pasión avasalladora. La tensión de días acumulada entre ellas explotó en ese momento, haciendo que el beso se volviera más profundo, más desesperado.
Las manos de Haewon, que inicialmente habían intentado empujar a Lily, ahora se aferraban a su cabello, tirando suavemente mientras sus labios respondían con la misma intensidad. El aire a su alrededor parecía cargarse de electricidad, y cada roce, cada contacto, enviaba chispas a través de sus cuerpos.
Finalmente, Lily se apartó un poco, respirando con dificultad. Sus ojos se encontraron con los de Haewon, y el deseo ardiente en la mirada de Lily hizo que Haewon sintiera un escalofrío recorrer su columna.-No sabes cuánto he querido hacer esto-murmuró Lily, su voz algo ronca de emoción.
Haewon abrió la boca para responder, pero las palabras se quedaron atrapadas en su garganta. Todo lo que podía hacer era mirar a Lily, su mente aún aturdida por la intensidad del momento. La había deseado, sí, pero nunca se había atrevido a imaginar que Lily pudiera sentir lo mismo con tanta fuerza.
Lily no le dio tiempo a procesar nada más. Volvió a besarla, esta vez más suavemente, pero con igual fervor.
Haewon, sintiendo una oleada de energía y necesidad, tomó el control. Empujó a Lily hacia la puerta, sin separarse del beso.
La pasión entre ellas crecía con cada segundo, y Haewon, guiada por un deseo incontrolable, acorraló a Lily contra la puerta, sus cuerpos presionados juntos.
Sin dejar de besarla, Haewon levantó a Lily, haciendo que sus piernas se envolvieran alrededor de su cintura. La intensidad del momento las envolvía, sus besos cada vez más desesperados y ardientes. Lily, sorprendida por el cambio de dinámica, se aferró a Haewon, sus manos agarrando su espalda con fuerza.
La pasión que compartían en ese momento era abrumadora. Sus cuerpos se movían al unísono, cada caricia, cada beso intensificando el deseo entre ellas.
Las chicas se separaron del beso, ambas con una sonrisa en los labios y los corazones latiendo con fuerza. La intensidad del momento aún colgaba en el aire, pero ahora había una sensación de alivio y complicidad entre ellas.
Haewon rodeó la cintura de Lily con un suave abrazo, sintiendo la calidez de su cuerpo contra el suyo. No necesitaban palabras para expresar lo que sentían en ese momento. Sabían que este era un punto de inflexión en su relación, un momento que cambiaría todo.
Aferradas la una a la otra, compartieron una mirada cargada de entendimiento y deseo. Aunque no hablaban, sus ojos transmitían todo lo que necesitaban decir el uno al otro. Era como si estuvieran leyendo el alma del otro en ese momento de conexión íntima.
Afuera, en el pasillo, Bae se encontraba cerca de la puerta, habiendo escuchado los sonidos apagados de la conversación y lo que había ocurrido dentro. Aunque no pudo estar presente debido al seguro de la puerta, una sonrisa satisfecha se dibujó en su rostro.
Mientras se alejaba, Bae no pudo evitar sonreír aún más. Había sido difícil ver a sus dos amigas luchar con sus sentimientos, pero ahora, con ese primer paso dado, estaba segura de que lo demás seguiría su curso natural. Y ella, siempre la amiga entrometida pero bien intencionada, no podría estar más feliz por ellas.
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