Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

06

YoonGi entrelazo su mano con la de JiMin y lo arrastró por el pasillo del cine hacia los baños, el menor estaba confundido porque se imaginaba que ya iban a ir a casa.

—¿Tienes ganas de hacer chis? — cuestionó, dejándose llevar.

—No, pero necesito follarte y castigarte, este es el lugar más cercano.— respondió simplemente el mayor, abriendo una de las puertas y empujándolo hacia dentro para cerrar detrás de él.

JiMin abrió los ojos en grande por la sorpresa, sonrió de medio lado, encontrándose realmente divertido con la situación y observó el espacio reducido del cubículo. Obviamente le agradaba la idea de ser tomado en esta clase de sitios públicos, pero YoonGi no lo aprobaba tanto y que estuviera trayéndolo aquí para hacerlo le provocaba sobremanera.

Afortunadamente nadie los vio entrar en el baño de caballeros, lo cual sería un grave problema porque en ese momento parecía una chica y agradecía que no había nadie porque todas las películas estaban en plena función.

—Tenemos diez minutos antes de que toda la gente salga de las salas y venga a los baños, así que abre tus piernas, Minnie.— ordenó YoonGi, haciéndolo sentarse sobre la taza del baño y quitándose el cubrebocas.

JiMin no dudó ni un solo segundo, abrió sus piernas y alzó su faldita de tablones para mostrarle su ropa interior manchada de semen. YoonGi gruño al notar que llevaba puesta un calzoncito de encaje rosa con lazos y holanes, que mantenía su gordito miembro apresado.

—¿Realmente anduviste con eso puesto todo este tiempo? — cuestionó incrédulo, en cualquier momento alguien pudo haberlo visto.

—Mju~.— canturreo JiMin, pestañeando repetidamente con inocencia.

YoonGi estaba en parte encendido, pero también furioso, se puso de rodillas frente a él y tomó por la parte interior de sus rodillas para alzarlas. Lo acomodo mejor en el asiento y admiro su bonito culo adornado con ese encaje, en esa área apenas era un hilo, así que solo lo deslizó hacia un lado.

—Joder, me vuelves loco.— gruñó el mayor, dándose cuenta de que tenía colocado un juguete dentro, lo cual llamó su atención porque tenía un arito para tirar de el.

JiMin jadeo cuando la cadena de bolas chinas en su interior fueron retiradas de una sola vez, eran cinco bolitas que medían dos centímetros de grueso cada una y el largo solo eran diez. Se las había colocado cuando se cambió y las tuvo dentro suyo todo el tiempo, en el auto de camino, durante la fila para comprar los boletos y a lo largo de la función de cine.

YoonGi admiro el juguete completamente húmedo y lo guardó en uno de sus bolsillos, aprecio el anillo rosado de su pequeño novio y la forma en que un montón de lubricante salía. Tentado por la imagen, dirigió dos de sus dedos para insertarlos de golpe y comenzó a prepararlo un poco más, hasta lograr introducir un tercero.

—Mgh~ Yoon.— gimoteo JiMin virando sus ojos por el placer, desesperado por recibir la enorme verga del mayor.

Ambos guardaron silencio cuando varios pares de pasos resonaron en el baño, al parecer la función de algunas películas había acabado ya y la gente vendría a hacer sus necesidades. Aunque eso a YoonGi ya no le importaba, en este momento solo quería y necesitaba castigar a JiMin, realmente no planeaba tener piedad con él luego de haber hecho tantas cosas.

—¿Papi? — dudó el menor por lo bajo, sin comprender por qué lo ponía de pie, le daba la vuelta y lo colocaba contra la pared de la taza.

—Ahora quien tiene que guardar silencio si no quiere que nos atrapen eres tú ¿Entiendes? — siseó YoonGi, levantándole la falda para acariciarle el culo y apretarlo con sus grandes manos hasta dejarlas marcadas.

JiMin asintió, cerrando sus ojos fuertemente y meneando sus caderas para tentarlo, lo cual consiguió porque lo escucho desabrocharse el pantalón.

YoonGi apuntó la cabeza de su miembro y se introdujo tortuosamente lento, disfrutando de cómo el menor se retorcía complacido de ser llenado por él. Una vez completamente dentro, inicio con estocadas lentas y duras que hacían a JiMin morderse los labios y lloriquear por el placer de sentir su próstata ser golpeada.

—Oh, Minnie~— jadeo el mayor contra su oído, apegándose contra su cuerpo para llevar sus manos hacia la camisa de botones y desabrocharlos, quería jugar con sus pezoncitos.

Sin embargo, YoonGi se llevó una sorpresa al sentir una tela cubriéndolos y deslizó el cárdigan por un hombro junto a la camisa para ver que obstruía en sus planes. JiMin llevaba puesto un sujetador de encaje rosa, igual a los calzoncitos que se había colocado, y sus duros botoncitos rozaban contra los hilos en cada movimiento.

YoonGi creía que explotaría en cualquier segundo, tomó ambos y los pellizco violentamente, los estiro y torció, maltratándolos al punto de ver a JiMin llorar. Escucho las múltiples voces en los demás sanitarios, los hombres platicaban sobre las películas que acababan de ver, todo estaba yendo bien, o por lo menos así fue hasta que tocaron la puerta de ellos.

—¿Qué pasaría si te vieran vestido así? — preguntó en un susurro grave contra el oído del menor —¿Te gustaría que te vieran con esta ropa interior femenina, Minnie? — insistió con picardía.

JiMin negó silenciosamente, avergonzado y sonrojado hasta las orejas, en realidad no quería que alguien lo viera, solo quería que YoonGi lo hiciera.

Los toques en la puerta no cesaron y ambos estaban demasiado excitados para procesar que en cualquier momento los atraparían haciendo algo indecente en un lugar público.

—Si no quieres que abra... Contesta.— amenazó YoonGi, cargándolo y empujándolo esta vez contra el frío metal de la puerta.

El mayor no tenía miedo porque el cubículo no dejaba a la vista ni un solo hueco, no había espacio para que miraran sus pies o algo parecido. Tampoco planeaba exponer a su pequeño novio, solo quería someterlo y doblegarlo como un castigo por hacerle un oral en la sala de cine, andar por la calle con esa ropa y por qué le encendía, razones sobraban.

—¿Está ocupado? — volvió a preguntar el hombre tras la puerta.

YoonGi sonrió con malicia y comenzó a penetrar a JiMin rudamente, sabiendo que el menor tenía que contestar o podría venir algún empleado a revisar porque no salía del cubículo.

—Hazlo.— ordenó, apartando la melena gris hacia un lado para morderle el cuello y dejarle varios chupetones y marcas.

JiMin gimió sonoramente y el hombre tras la puerta comenzó a preocuparse, pensando que quizás estaba mal o que le ocurrió algo. Las demás personas también alcanzaron a escuchar el sonido agudo y se miraban entre sí sin saber qué hacer o si interferir.

—¿Se encuentra bien?

—Te hablan, Minnie, no seas maleducado.— reprendió YoonGi bajito, deslizando su mano por el torso del menor hasta llegar a su entrepierna y masturbarlo para entorpecerlo.

JiMin no podía respirar correctamente, el sudor se le deslizaba por la frente y sus piernas temblaban por el extremo placer de ser follado de esa manera. Empuño sus panitas y respiro profundo, intentando regular su voz para contestar y evitar que los descubrieran, él había provocado demasiado a su mayor, así que se haría responsable.

—S-sí...— balbuceo —E-estoy... mal del estómago.— se excusó como pudo.

El hombre tras la puerta dejó de insistir, creyendo en sus palabras y entrando a otro cubículo para hacer del baño.

—Que buen niño, mi bebé es el mejor.— halagó YoonGi, acariciándole el rostro con la mano libre sin dejar de penetrarlo y masturbarlo.

JiMin no soportó mucho más y se corrió, llenando la puerta de semen, mientras que el mayor salía de su interior.

YoonGi rebusco en su bolsillo la cadena de bolas chinas y se las introdujo nuevamente, lo ayudó a sentarse en la taza del baño y le abrió las piernas. Se masturbó a sí mismo mientras admiraba a JiMin con su ropa desacomodada y finalmente se vino sobre su calzoncito de encaje rosa.

—No pienses en limpiarlo, regresaremos a casa tal como estás.— señaló al ver como el menor pretendía tomar un poco de rollo.

—Pero...

—Pero nada.— silencio YoonGi, acomodándose la ropa —Quiero que todos los que te vieron al llegar sepan lo sucio y travieso que eres.

JiMin negó —Papi, por favor.— suplico apenado.

YoonGi se agachó a su nivel y le tomó bruscamente por el mentón, le dio un casto beso en los labios, uno más en la nariz y el último en la frente. Su pequeño novio era condenadamente lindo, pero también un maldito pervertido y él no se quedaba atrás.

—Vamos a salir de este baño juntos, los hombres de afuera te verán salir conmigo y caminarás a mi lado hasta el automóvil con tu ropa en este estado.— señaló, apuntando a la camisa con los dos primeros botones abiertos, mostrando una parte de su sujetador rosa y luego la falda algo húmeda —En cada paso que des sentirás mi semen recorrer tus preciosas piernas y tu culo se va a apretar alrededor de tu juguetito.

JiMin jadeo sintiéndose indefenso y sus ojitos grisáceos brillaron de satisfacción ante la idea, nunca había visto a YoonGi tan posesivo.

—Te amo, Yoon.— confesó poniéndose de pie, sus piernas temblaron y se sostuvo como pudo.

—También te amo, Minnie.— aseguró, abriendo la puerta para irse a su casa.




La inocencia y la cordura son dos cosas que se pierden cuando encuentras a la persona correcta.

Muchas gracias por leer!

Este JiMin es una cosa bárbara, tan sassy, me encanta que sea tan travieso y desvergonzado 🥵❤

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro