03
"Estoy listo, pero tú no lo estás niño, muéstrame lo que tienes"
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Un mes había pasado de aquella extraña confesión y un mes tenían de mantener oculta su relación, una que habían comenzado luego de aquel día tan inesperado. Pero no es como que ellos fueran tan normales que digamos, JiMin estaba realmente contento con su logro de ser correspondido y YoonGi, aunque estaba inseguro, no podía evitar quererlo.
No habían vuelto a tener nada sexual luego de esa primera vez, esto a pedido de YoonGi para poder iniciar de una manera un poco más correcta y que no cupieran dudas de que esto era amor y no solo deseo.
JiMin estaba de acuerdo, no tenía ningún problema con realizar algunas citas, como las que tenían años atrás. Volvieron a visitar algunos lugares que ya habían conocido antes y rememoraron muchas cosas, agregando los detalles que dejaron pasar.
Un ejemplo fue cuando fueron al cine y una chica que estaba en el asiento alado de YoonGi le coqueteaba y JiMin lleno de celos le tiró "sin querer" el refresco a la desconocida. YoonGi lo recordaba bien porque había sido muy gracioso, él pretendía rechazar a la chica porque era demasiado insistente, pero JiMin le había ahorrado la incomodidad de hacerlo.
Por su parte, YoonGi confesó que una vez que fueron a la playa, unos chicos le pidieron ayuda para acercarse a JiMin porque ellos se habían imaginado que era su hermano mayor y no su padre. YoonGi les mintió diciéndoles que ya tenía pareja, pero JiMin no tenía a nadie y el menor no pudo evitar burlarse por sus evidentes celos.
De esa manera llevaron a cabo varias citas donde dejaron bien en claro las innumerables veces que se cuidaron el uno al otro sin saber y la forma en que intentaban ocultar sus sentimientos.
YoonGi recurría al desquite y el entretenimiento sexual con otras personas.
JiMin en su caso prefería observarlo, mantenerse a su lado y masturbarse en secreto, algunas veces mientras observaba.
Cada uno sobrellevo el miedo a lo prohibido a su manera y no se juzgaban entre ellos. Sabían que también había mucha diferencia de edad, pero eso tampoco era un impedimento ahora que sabían que eran correspondidos.
El único conocido que sabía sobre su relación era NamJoon y como era amigo de YoonGi desde la adolescencia sabía que JiMin no era realmente su hijo, así que los apoyaba.
—Ya se habían tardado.— fue lo que dijo mientras miraba a los dos con reproche porque realmente todos parecían notarlo menos ellos.
Ahora enfrentaban un dilema y es que JiMin no paraba de coquetearle a YoonGi en todos lados, ya fuera en su casa o en la empresa. El mayor no podía hacer nada más que autocontrolarse y esperar que el menor se detuviera en algún momento, pero no parecía que fuese a pasar.
JiMin en casa solía andar casi desnudo, solamente usando su camisa blanca de vestir que utilizaba para el trabajo junto a unos bonitos bóxer blancos y arneses con calcetas negras. YoonGi tenía múltiples erecciones a lo largo del día, pero no quería tocar a su pequeño aún, creía que era demasiado rápido y prefería darse una ducha fría para quitarse las ganas.
JiMin al ver que no lograba su cometido, llevó su coqueteo hasta la empresa y decidió remodelar su básico uniforme de practicante. Empezó a utilizar pantalones de vestir más ajustados y sus camisas más transparentes, así YoonGi tenía una perfecta vista de su respingón culo y bonitos pezones.
Todos habían notado los cambios del futuro heredero y muchos hablaban sobre su forma tan descarada de vestir, esto andaba mayormente en la boca de las mujeres. No obstante, en el caso de los hombres, había muchos deseando obtener una cita con JiMin y YoonGi llegó a escucharlos hablar en los baños sobre invitarlo a beber o cosas así.
Los celos eran algo nuevo para el mayor, no sabía mantenerse al margen y les dejó bien en claro a sus empleados que NADIE podía acercarse a su hijo con esas asquerosas intenciones.
JiMin se enteró rápidamente y supo que su padre no tardaba en caer, por eso le pidió ayuda a NamJoon para que luego de la junta que tenían planificada para la tarde los encerrara.
YoonGi no estaba ni por asomo enterado de los planes que tenían, así que llevo la junta con normalidad. Estuvieron alrededor de dos horas discutiendo y planteando las nuevas tácticas de venta para la empresa.
Cuando finalizaron, JiMin entretuvo a YoonGi haciéndole preguntas sobre el tema para que NamJoon hiciera su parte y una vez confirmó que no había nadie más que ellos dos, se lanzó a sus brazos.
YoonGi llevaba un traje de vestir negro muy elegante y JiMin no perdió el tiempo para deshacerse de su corbata mientras le devoraba los labios con bastante habilidad.
—Minnie, estamos en la empresa.— le detuvo YoonGi al notar que comenzaba a desvestirlo.
—Pero, papi~.— puchereo haciéndole ojitos —A Minnie le gustaría hacerlo en este tipo de lugares, además te tengo una sorpresa.— agregó, guiñándole un ojo mientras se alejaba un poco para apoyarse en la mesa de reuniones.
YoonGi centró su mirada en su bonito trasero y estaba tentado a apretarlo, morderlo y nalguearlo, pero se abstuvo. Observó con detenimiento como su pequeño se desabrochaba el pantalón que llevaba puesto y lo bajaba junto a su ropa interior blanca para mostrarle su precioso culo.
—Minnie, pequeño~.— gruñó, ansioso al ver que había un pug anal colocado.
JiMin se retorció ante el tono de su voz, ah, amaba eso, deseaba demasiado ser llamado así, le ponía demasiado y emocionado, no dudo en ser más descarado. Tomó sus propias mejillas para abrirlas y expulsar el juguetito rosa, su entrada quedó abierta, expulsando la gran cantidad de lubricante que había usado para prepararse con anterioridad.
YoonGi sintió su pene duro ser asfixiado por sus propios pantalones, el rosadito anillo llamaba por él y mierda, no era nadie para negarse a tal tentación. Se puso de pie y con una mano hizo a JiMin recostarse sobre la mesa para luego colocarse de rodillas entre sus piernas y comenzar a comerle el culo con afán.
JiMin viro sus ojitos por el placer de sentir la lengua penetrándole, gimoteo fuerte cuando sintió dos largos dedos de su papi adentrarse y follarlo con rudeza. Observó hacia la puerta y la duda de que NamJoon hubiera cumplido con su parte lo excitó, si fueran descubiertos sería tan peligroso y esa idea rondando en su cabeza junto a las nuevas sensaciones lo aturdía.
—Mi pequeño ha sido muy travieso.— comentó YoonGi, alzándose para decírselo al oído a la vez que se deshacía de su cinturón para bajar un poco su ropa y sacar su erecto miembro —Mereces un castigo, Minnie.— señaló, colocando su glande sobre la necesitada entrada del pelirrojo.
JiMin asintió —Sí, papi.— afirmó, mordiendo su labio inferior por el deseo.
YoonGi se introdujo de una sola estocada, lo sostuvo de su fina cintura y comenzó a penetrarlo con rudeza, procurando darle unas cuantas nalgadas por su comportamiento obsceno.
JiMin estaba jadeando y con la respiración errática, empañando el vidrio de la mesa. Su culo se sentía completamente lleno y saber que era su padre quien lo tomaba lo ponía mucho más.
—No sabía que a mi pequeño le gustaba ser observado.— dijo YoonGi, saliendo de él para girarlo y mirarlo al rostro —¿Quieres que todos vean que eres un bebé sucio que quiere ser follado por su papi? — le preguntó con burla, admirando la exótica imagen que tenía delante.
JiMin tenía sus mechones rojos humedecidos y pegados a la frente, sus mejillas estaban sonrojadas. Tenía sus ojitos acuosos y labios maltratados con un hilo de saliva haciendo un tentador recorrido hasta sus primeros botones.
—Bebé lo quiere.— respondió, sosteniéndose sobre sus codos.
YoonGi le sonrió, pero lo hizo de una manera tan dominante y poderosa que sus piernas temblaron. Se deshizo completamente de sus pantalones y ropa interior, pateándola a un lado mientras que desabrochaba su camisa para también lanzarla.
—Déjate las calcetas, pequeño.— ordenó, mirando que se había colocado unas blancas con sus habituales arneses negros.
JiMin asintió, dejó que YoonGi lo tomara de las caderas y lo llevara contra la puerta de cristal para apoyarlo contra ella. Había varios empleados y empleadas pasando por el pasillo. Cualquiera podría verlos y la pura idea hizo que se corriera ensuciando el vidrio.
—Papi~.— gimoteo JiMin sollozante, apenado por venirse de esa manera.
—Oh, no, bebé realmente es desobediente. No debiste ensuciar la puerta y llegar antes que papi ¿Qué debería hacerte para que aprendas la lección? — cuestionó con picardía y maldad, estaba disfrutando demasiado esto.
JiMin giró un poco su rostro y lo miró fijamente, sus mejillas tenían algunas lágrimas recorriéndole por ser avergonzado de esa manera por YoonGi.
—Papi debería follarse a bebé duro, muy duro, hasta que no pueda caminar, así no olvidará que debe portarse bien.
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"Ven a mí, donde solo pienso en ti, porque hoy creo que debo castigarte"
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