Capitulo tres: Amigos.

Solo faltaban 5 largos días para que John pueda ver a Holly. Y Holly a John.

Ambos estaban nerviosos, querían que los días pasaran, pero a la vez, no querían que el viernes llegara.

Bridgit le daba uno que otro consejo a su mejor amiga, habían visto toda la semana atuendos que le quedarían para la cita.

-Este hace ver tu piel mas clara -Dijo la rubia mostrando un vestido rosa pastel.

-¿No puedo llevar mi vestido vino? -Pregunto Holly mirando el vestido rosa.

Bridgit bajo el vestido y abrió su boca en forma de espanto mirando a su amiga, la castaña la miro raro.

-¿¡Que es lo que te pasa Holly Margaret de la rosa Nápoli!? -Dijo exagerada la rubia.

Era cierto que siempre aumentaba el nombre de su mejor amiga solo para molestarla.

-¿Que pasa? -Pregunto -Y no soy de "la rosa"

-No te puedes volver a llevar ese vestido -Dijo levantándose de la cama y dirigiéndose a su pequeña amiga -Ya lo vio.

Holly formo una mueca.

-En realidad no es tan importante -Hablo la castaña -No se si de verdad le gusto para preocuparme tanto.

-Claro que si le gustas -Dijo con seguridad su amiga. Camino hacia el vestido rosa y se lo entrego -Y llevaras el vestido rosa.

Claro que lo llevaría, era lindo.

John no se preocupaba tanto, no ensayo lo que iba a decir ni mucho menos su atuendo. Era una chica más, no le tenia miedo. Aunque a decir verdad se veía demasiado inocente, lo que hizo que le diera miedo no quería sobrepasarse con ella. De todos modos no estaba tan seguro de salir otras veces con ella, pensaba que con una sola bastaría. Igual como todas las demás chicas.

John fue a la escuela, pero en todo el dia no pudo pensar en otra cosa mas que en su cita con la pequeña Holly ¿Estaba enamorado? ¡No! El ya había salido con varias y solo las veía como un juego, como una diversión tanto así que se metió en varios problemas aquel joven. Unos problemas de los cuales no queremos hablar.

Era jueves por la noche, Holly llego de la casa de su mejor amigas después de platicar sobre John. La madre de Holly llegaba tarde a casa algunas veces ya que su trabajo era limpiar algunas casas. La pequeña justo cuando iba a entrar a su propiedad alguien la llamo.

-¡Hey Holly! -Dijo una vos varonil.

-Richard -Ella sonrió quito las llaves de la puerta y se acercó a el, aunque había una gran barda que se interponía en ambas casas.

-¿Como has estado ? -Pregunto el con brillo en los ojos -Hace semanas que no te veo.

-Bien, hace semanas que tampoco te veo -Contesto la chica con una sonrisa.

Se quedaron un momentos callados. La castaña miraba a otra parte y el la miraba a ella.

Richard era su vecino desde hace ya cinco años y desde que la vio a ella se enamoro. Richard era dos años mayor que ella, como John o como su mejor amiga. Tenia unos hermosos ojos azules celestes el peinado de moda que estaba entre los jóvenes.

-Em... ¿Holly? -llamo la atención de ella -Yo, yo queria saber si tu... Ya sabes ¿Quieres salir conmigo mañana?

Una tristeza grande se mostraba en la pequeña, estaba apenada porque siempre rechazo sus invitaciones debido a que su madre pensaba que no era la edad y ahora que tenia total permiso, no lo veía o alguien mas ya la había invitado.

-Richard... -La joven dio dos pasos mas hacia el -No puedo, alguien mas me invito a salir. Yo acepte.

Richard borro la sonrisa de su rostro y la miro con una mueca acompañada. Pero esta continuó

-¿Sabes? El domingo yo no haré nada -Comento -Podríamos salir, si tu quieres. Como amigos, sera divertido.

A Richard le pareció la idea de salir el domingo, por lo cual acepto. Pero, no le agrado nada el hecho de que ella mencionara las palabra "amigos" para el, lo hacia sentir que no tenia ninguna oportunidad.

Al despedirse, la joven le dio un beso en la mejilla a su vecino y los dos se despidieron.

-Descansa Richard -Despidió Holly.

-Igual, nos vemos el domingo.

Ella entro a su casa con una sonrisa, su agenda estaba ocupada. Cuando se adentro mas a la casa prendió las luces observando todo a su alrededor. Su madre no había llegado como era de costumbre y ella paso toda la tarde en la casa de su amiga.

Holly se acostumbro a el estilo de vida que su madre y ella tenían, la castaña solo la veía por las mañanas y si tenía suerte podía desearle buenas noches. Su madre trabajaba muy temprano, por obvias razones también trabajaba hasta tarde.

Mientras Richard en la otra casa, miraba de ves en cuando en la ventana para ver si la pequeña Nápoli se asomaba, pero ella no lo hizo. A si que se rindió y fue a darse una ducha rápida, memorizando todo lo que paso hace ya unos minutos con las chica a la que mas deseaba.