🎶 𝓦𝓱𝓪𝓽 𝓒𝓪𝓷 𝓘 𝓓𝓸? | 𝓨𝓸𝓸𝓷𝓢𝓮𝓸𝓴
Contenido +18
(Lean bajo su propia responsabilidad)
🎼
🎵 YoonSeok
(Yoongi top, Hoseok bottom)
⚠︎ Mención de JinNam ⚠︎
(La mención es al final y muy breve, favor de respetar y no dejar comentarios ofensivos, estos se eliminarán)
¿Qué soy para ti?
¿Incluso piensas en mi?
Eres diferente cada vez que te veo.
No puedo darme cuenta que es.
— Yoongi, es el segundo día de clases, no tenemos porque estresarnos por las tareas eso se hace hasta después del fin de semana. Mejor vamos a comer, ¿si?
Le sorprendía que Jin se hubiera esperado veinte minutos en silencio antes de interrumpir la tranquilidad de la biblioteca para empezar a hablar de comida.
— Ese eres tu, que siempre dejas todo para el final, pero a mi me gusta tener libre mi fin de semana así que me quedaré aquí hasta que termine la tarea que ya nos encargaron. Vete tú a comer a la cafetería.. y me traes algo cuando vuelvas — agregó queriendo sonar desinteresado en la comida.
— De ninguna manera. Si tienes hambre tendrás que ir tú.
La voz del mayor salió en su tono normal de voz, es decir un tono muy alto, por lo que no le sorprendió ver como la señora que cuidaba la biblioteca se acercaba con el ceño fruncido y mirada asesina hacia el castaño sentado a su lado.
— Joven, no puede hacer ruido aquí — decretó la enojada mujer.
— Lo siento. — Jin ofreció una reverencia como disculpa y la mantuvo hasta que la bibliotecaria estaba nuevamente fuera del alcance de su vista, se enderezó y se giró hacia él al mismo tiempo que levantaba su mochila de una de las sillas de madera. — Si me acuerdo y si me dan ganas te traeré algo. O mejor aún, mandaré a Namjoon, con lo que ama leer lo estaría mandando como a su hogar y mientras ustedes dos meten sus narices en los libros yo puedo disfrutar de las horas libres de clases.
El castaño se fue con pasos rápidos, como si estuviera huyendo de su lugar menos favorito en el mundo y el solo negó divertido ante la personalidad de uno de sus dos locos amigos.
Con un poco de esfuerzo volvió a reunir la concentración necesaria para leer el documento que se mostraba en la pantalla de su laptop pero a los pocos minutos sus ojos ya empezaban a doler por la luz de la misma y no importaba cuantas veces leyera un documento tras otro, no lograba conseguir extraer algo que fuera lo suficientemente bueno para su investigación.
Su estómago comenzó a hacer ruidos recordándole su plática con Jin, deseo haber bajado con el mayor para comprar algo que calmara su hambre durante el tiempo que tenía que estar ahí, pero era lo suficientemente orgulloso como para cambiar su decisión por lo que trato de ignorar el ruido y paso a la siguiente tarea pendiente esperando tener más éxito con esta.
— Él es de quien te hable, Yoongi-hyung.
La voz de Namjoon fue casi un susurro, pero con el silencio que reinaba el lugar pudo ubicarlo fácilmente esperanzado a que llevara algo de comida para él, pero en lugar de que su estómago reaccionara ante la posibilidad de alimentarse, su corazón fue el que reaccionó ante la persona que acompañaba a su alto y pelirrosa amigo.
No importaba que su cabello fuera ahora de un color rojo intenso, ni que sus facciones se mostraran más maduras que hace cinco años atrás cuando fue la última vez que lo vio, él lo reconocía.
Jung Hoseok.
— Mira Yoongi-hyung, te presento Hoseok-hyung. Fuimos amigos y vecinos por años hasta que se tuvo que mudar, pero ahora estamos en la misma carrera ¿no es genial?
No, porque eso significa que lo estaré viendo a diario.
— Emm si, supongo.
Esperaba que su respuesta realmente hubiera sonado neutra y desinteresada como quería, no podía mostrar su nerviosismo o eso significaba explicar el por qué frente a su amigo y no quería hacer eso frente al pelirrojo que ahora lo miraba con una extraña mirada que no podía descifrar.
El aparto su mirada tratando de enfocarse en Namjoon, pero la mirada de Hoseok se sentía tan pesada sobre su persona que pudo sentir como su cara se sonrojaba. No pasó mucho tiempo antes de que el más alto preguntara sobre el tono rojo que estaba tiñendo sus mejillas.
Mentir no era su fuerte, afortunadamente a su amigo le bastó la explicación que le dio acerca de lo calurosas que eran sus ropas.
La plática de parte del pelirrosa siguió sin darse cuenta de la tensión que se formaba entre él y el pelirrojo y al final los dos menores se despidieron cuando su clase estaba por comenzar.
Sólo fueron quince minutos los que transcurrieron desde que llegaron hasta que salieron por la misma puerta, pero le parecieron interminables.
Unicamente escucho la voz de Hoseok cuando dio un simple "si" para que su amigo continuara con el relato y esa solitaria sílaba pareció mandar una corriente por toda su columna vertebral cuando su vista se enfoco en los delgados labios por un par de segundos.
Los minutos que le siguieron su mente dejó de prestar atención a lo demás solo siguió estancada en el último recuerdo que tenía de esos labios y eso no ayudó para nada a deshacerse de la manera en que el pelirrojo lo miraba.
Sin lugar a dudas lo reconoció y lo recordaba, así que ahora tendría que buscar una oportunidad para hablar con él, disculparse y tratar de quedar en buenos términos o alejarse de Namjoon para no verse obligado a convivir con Hoseok.
Con un largo suspiro se rindió ante sus tareas pendientes y comenzó a viajar entre sus recuerdos, pero eso solo le sirvió para ponerse más nervioso ante la futura conversación con el pelirrojo.
Definitivamente le debía una disculpa y una explicación.
🎼
Te haces un tiempo para todos los demás
Pero no tienes tiempo para mi
No es justo, porque tienes que
Hacerme ser impaciente
Siete días después de tomar una decisión, seguía sin poder llevarla a cabo.
Lo intentó, varias veces, pero justo como en el pasado no había un momento en que Hoseok no se encontrara solo. Incluso había intentado seguirlo al baño pero al igual que las chicas, alguno de sus grupos de amigos siempre lo acompañaban hasta los servicios.
En ese momento no podía dejar de ver cómo el pelirrojo regalaba sus sonrisas a todo el mundo mientras el picoteaba la comida frente a él y eso lo molestaba.
Claro que no le molestaba ni un poco que esas bonitas sonrisas en forma de corazón desaparecían en cuanto sus miradas se cruzaban, él solo estaba enojado porque no había tenido oportunidad de disculparse y así ya no tenerlo rondando en su pensamiento.
— Yoongi, estás asesinando cruelmente a tu comida.
Jin ya había limpiado lo que sea que haya ocupado su bandeja anteriormente y ahora lo miraba con lo que parecía ser aburrimiento en el rostro.
— Creo que no tengo hambre — declaró apartando un poco la comida fría y esparcida por todo el plato.
— Como vas a tener hambre, cuando tus ojos no le prestan atención a la comida. Deja tus celos un momento y concéntrate en terminar.
Fijo su vista en la mesa pretendiendo que la declaración del mayor no lo afectó de ninguna manera, pero su corazón estaba latiendo rápidamente en su pecho por el hecho de ser descubierto.
— ¿De qué estás hablando?
— Yoongi no eres ningún misterio, se notan mucho tus celos.
— Eso es ridículo. Para empezar, ¿por qué estaría yo celoso? — Trataría de negarlo tanto como le fuera posible.
— Obviamente por Hoseok.
Demonios, si lo sabe.
Realmente no sabía cómo responder a eso. No tenía ni idea de como Jin había descubierto que era gay si él nunca se los mencionó, solo sus padres lo sabían... y Hoseok.
— Y-Yo..
— No lo expliques, a mi también me causa un poco de celos que Namie esté allá con Hoseok, pero él no nos dejará aparte mucho tiempo, también es nuestro amigo y después de que se ponga al día con Hobi volveremos a nuestras raras rutinas.
— S-Si... Creo que será mejor que empecemos a caminar hacia la siguiente clase, porque es en el otro edificio.
El castaño asintió y se levantó lentamente para caminar de igual manera a su lado.
Se sentía aliviado de que el mayor confundiera la situación de esa manera, pero tenía que admitir que por un momento creyó que a uno de sus amigos no le importaba que a él le gustaran los hombres y que por fin tendría a alguien que le ayudará a disculparse con Hoseok.
Conocía a Jin y a Namjoon de poco tiempo, nunca algo en su personalidad o conversaciones le habían alertado acerca de que tuvieran o apoyaran la homofobia que parecía tener más de la mitad del país pero ya una vez se arriesgo a confesárselo a alguien y terminó asustando al pobre chico tanto que tres días después los padres de este lo habían cambiado de escuela.
Si Jung Hoseok todavía le tenía miedo no lo demostraba. Las veces que se cruzaron esos últimos siete días el menor no había mirado con miedo en su dirección y tampoco se había escondido detrás de una de las tantas personas que siempre lo acompañaban, pero claro que también podría haber aprendido a ocultarlo de mejor manera.
La culpa lo golpeó nuevamente cuando recuerdos del ahora pelirrojo invadieron su mente. Realmente esperaba poder disculparse lo antes posible y si tenía oportunidad, también quería preguntarle porque no lo delató en aquel entonces.
Todos parecían enterados de que algo le sucedía al siempre animado Hoseok durante esos días, pero el menor ni una sola vez explicó el porqué de su comportamiento, más importante aún, no confesó a nadie que él, Min Yoongi, era el causante.
Estaba agradecido por ello porque siempre le gustó pasar desapercibido, pero también estaba confundido porque él nunca había sido alguien violento y le molestaba un poco la idea de que el pelirrojo pensara lo contrario y que por ello no confesara ante nadie a quien era a quien parecía tenerle miedo.
Las siguientes clases y pláticas con Jin no quedaron registradas para nada en su mente, su pensamiento solo estuvo dedicado a una sola persona por el resto del día y tenía el presentimiento de que sería así hasta que lograra explicarse ante el pelirrojo.
🎼
La sonrisa que me mostraste a veces
Me sigue inquietando
Una vez más, una vez más
Quiero ver tu sonrisa de nuevo
¿Por qué demonios tenia que asistir como juez a un concurso de composición en fin de semana?
Gracias a Jin y Namjoon, se recordó mentalmente.
Sus dos amigos lo habían sugerido como juez del concurso que se llevaría a cabo entre los novatos en su carrera y el profesor no lo pensó dos veces. Era bueno en su carrera y no tenía ningún problema con sus notas, pero nunca habían sido de los que destacaran entre sus compañeros por ser "inteligente" o "bueno en todo", él simplemente pasaba desapercibido, a menos claro que sus dos tontos amigos se les ocurriera hacerlo notar.
Los días sábado podía seguir durmiendo hasta medio día para despertarse con la asombrosa noticia de un desayuno preparado por su padre, en su lugar estaba bajando de su coche a las ocho y diez de la mañana para ir al auditorio que se usaba para la mayoría de los concursos de la universidad.
Abrió la puerta rogando que lo reprendieran por su retraso de quince minutos y lo quitaran como juez, pero, a excepción de que todos se giraron para darle un vistazo a su llegada, su entrada pasó como si no fuera la gran cosa.
Namjoon si lo saludó con entusiasmo desde su lugar en el piso rodeado de varias hojas de partituras y aunque reconoció a otros cuantos que compartían la clase con su amigo ninguno parecía reconocerlo a él.
Su profesor se acercó para entregarle una lista y le indico cuales eran los estudiantes que conformarían el grupo que él tenía que guiar. Tal vez dijo unas cuantas cosas más pero no podía asegurarlo ya que su mente detuvo todo pensamiento cuando leyó el nombre del pelirrojo en la hoja que él tenía.
Su mirada se levantó en automático tratando de localizar al menor y ubicándolo a los pocos segundos en una de las esquinas junto a otros tres estudiantes, todos tenían la mirada baja y se notaban inmersos cada uno en su propio mundo, excepto el pelirrojo que lanzaba miradas discretas hacia el chico que tenía delante de él.
— ... y Jung Hoseok.
— ¿Eh? — pregunto ahora más interesado en las palabras del mayor que tenía a su lado.
— Parece que aún estás un poco dormido Min. — El profesor negó levemente con la cabeza, parecía que ya estaba acostumbrado a su constante distracción. — Te decía que en tu grupo están dos alumnos que me han impresionado con sus composiciones, Lee Jihoon y Jung Hoseok. No se si los conozcas pero creo que encajaran bien con los estilos que sueles desarrollar, esperare mucho por sus trabajos.
Con esa última declaración, el docente se alejó hacia otro pequeño grupo de estudiantes dejándolo solo. Era obvio que tenía que empezar a moverse pero parecía que su cerebro todavía estaba digiriendo la noticia de que estaría cuatro fines de semana viendo a Hoseok con solo un pequeño grupo de cinco personas contándolo a él mismo.
Eso reducía drásticamente la manada que parecía acompañar siempre al pelirrojo, y tal vez eso significaba que podría volver a hablar de manera casual con el menor y que por fin podría disculparse como era debido.
Respiro profundamente para obligar a sus piernas moverse una delante de la otra hasta que se encontraba a un paso de distancia de los menores. Cuatro pares de ojos se posaron en su persona, pero él solo pudo poner atención a dos; los que lo miraron con un poco de nerviosismo y que dejaron de observarle en un instante y los que eran tan parecidos a los suyos.
Era a quien Hoseok había estado mirando antes, a excepción del cabello rubio el menor se parecía mucho a él en cuanto rasgos de la cara. Los dos chicos restantes también lo notaron, porque pasaban su mirada del uno al otro sin ningún tipo de disimulo, pero eso no le importo aun necesitaba saber porque el pelirrojo miraba tanto a ese chico antes de que sus celos crecieran más.
¿Celos?
Rápidamente descartó ese pensamiento, él no podía estar celoso solo estaba intrigado del repentino interés del pelirrojo.
Trató de convencerse de esa idea durante la siguiente hora mientras respondía preguntas de tres de los cuatro estudiantes. Ni una sola vez escucho la voz de Hoseok y tampoco pudo encontrarse con la mirada de este, pues mantuvo la vista en cualquier punto del suelo que estuviera lo suficientemente alejado de él.
Cuando faltaban solo diez minutos para que la asesoría se acabara, el enojo ya empezaba a llenar su cabeza. No esperaba que el pelirrojo mantuviera una de sus enormes sonrisas en forma de corazón, pero al menos merecía que lo mirara una vez aunque sea por cortesía para demostrar que lo estaba escuchando.
Cuando se dio la indicación de que podían retirarse Hoseok fue el primero en salir de la edificación dejando que el sentimiento amargo en su corazón creciera.
Trato de ser paciente sabiendo que él fue el que cometió un error con el menor, pero esa paciencia terminó en el momento que vio lo feliz que parecía el pelirrojo en cuanto se liberó de su presencia.
Camino con pasos rápidos y firmes hasta donde estaban Namjoon y Hosoek riendo de alguna tontería y sostuvo un agarre firme en el hombro del pelirrojo en cuanto estuvo a su alcance.
— Oh, Yoongi-hyung, Hobi-
— Nam, necesito hablar de algo con Hoseok. Te puedes ir primero.
No le dio tiempo a su amigo para que contestara cuando ya estaba jalando al pelirrojo por la muñeca hacia el primer salón que encontró disponible.
Cerró la puerta y se mantuvo frente a ella para evitar que hubiera una salida disponible y encaró al nervioso Hoseok que se abrazaba a sí mismo.
Ver la expresión nerviosa solo lo hizo enojar más.
— ¿Por qué demonios me tienes tanto miedo? — Bueno no era la mejor forma de empezar una disculpa, pero al menos tenía su atención. — Bueno esa fue una mala pregunta, se porque. Mira, lo siento... Realmente siento haber hecho.. eso en aquella ocasión y también lamento haberte empujado, lamento si eso te asustó pero me molesta que te comportes como si yo te fuera a golpear o forzar en cualquier momento.
— ¿No me besaras de nuevo?
Sus mejillas se calentaron ante la mención de aquel beso y su molestia rápidamente se esfumó para darle paso a la vergüenza.
— L-Lo siento... Te aseguro que lo único que pretendía aquella vez era confesarte que me gu-gustabas, pero.. no se porque force aquel b-beso, yo no soy así y no pensé en hacer algo como forzarte a un beso cuando sabia que tu no eres g-gay... Realmente no se porque lo hice y lamento que hubieras estado tan asustado como para pedir que te cambiaran de escuela.
Después de varios segundos el silencio siguió reinando en el vació salón, Hoseok no dijo ninguna palabra solo seguía mirando hacia él con una expresión que no lograba comprender y eso solo estaba erizando los vellos de su nuca.
Quizás ahora se siente más seguro de que no lo golpearas y está pensando decirle por fin a alguien sobre lo que pasó hace años.
Sacudió la idea formándose en su mente porque Hoseok no era así, al menos no lo era el chico castaño con una hermosa sonrisa en forma de corazón que conoció años atrás y del cual quedó enamorado en un instante cuando lo notó entre la multitud y le sonrió.
Solo que habían pasado cinco años desde que no veía al menor y la gente podía cambiar con el tiempo, rogaba en silencio para que el corazón bondadoso siguiera latiendo en el pelirrojo.
— ¿Podrías por favor decir si aceptas mis disculpas?
— ¿Por qué es tan importante que te disculpe?
— Porque ambos somos amigos de Namjoon y no quiero que uno de los dos siempre tenga que abandonar el lugar cuando el otro está presente. Esperaba conseguir que al menos seas capaz de tolerar mi presencia y no que huyas como lo hiciste en aquel entonces.
— ¿Él sabe que eres gay?
— N-No.
Los ojos del menor parecieron entrecerrarse un poco más cuando su respuesta salió titubeante, parecía analizarlo.
— ¿Te gusta Namjoonie?
— ¡¿Que?! ¡No! Él y Jin son solo mis amigos.
Le indignó un poco que Hoseok pensara que defendía su amistad con Namjoon porque le gustaba, al parecer alguien gay no podía ser amigo de un hombre porque eso significaba que le gustaba.
¿Por qué la sociedad era tan idiota?
— ¿Te sigo gustando yo?
Mordió parcialmente su labio inferior antes de que un rotundo "si" escapara. Obviamente se había dicho a sí mismo que había superado a aquel inocente y lindo chico al que le había robado su primer beso en un almacén, pero en cuanto sus ojos se volvieron a posar en el ahora pelirrojo se había dado cuenta de que los mismos sentimientos de ese entonces seguían ahí.
Pero no podía decirle eso, no podía confesar sus sentimientos nuevamente y asustarlo de nuevo.
— No — respondió finalmente después de castigar su labio un par de segundos.
Durante al menos cinco de sus respiraciones el silencio se mantuvo entre ellos. El menor no hizo más preguntas y supuso que solo estaba repasando su conversación para darle una respuesta al fin, sobre su muy mala disculpa.
Solo que cuando los finos labios volvieron a abrirse no dijeron nada de lo que esperaba.
— Me tengo que ir, mi padre está esperando por mí.
Su aturdida mente no logró procesar las palabras hasta después de que fue movido de su lugar delante de la puerta y la cabellera roja ya no estaba en aquel salón.
Se apresuró a asomarse y localizó al menor justo antes de que diera la vuelta por el pasillo.
— ¡Espera! ¡No me respondiste! — Avanzó unos cuantos pasos más, acercándose lo suficiente para no tener que gritar pero quedando lo suficientemente lejos para no invadir el espacio personal contrario. — Acerca de mi disculpa, no me respondiste.
— Lo pensaré, yo te buscaré cuando tenga una respuesta. Nos vemos Yoonie-hyung.
Con una sonrisa y ese mote cariñoso con el que tenía años de no llamarlo, Hoseok se fue dejándolo con sus mejillas calientes y sin la capacidad de pensar por lo que le pareció una eternidad.
Cuando logró que su mente funcionara correctamente de nuevo, se dio cuenta de que no solo no había podido disculparse, sino que no obtuvo ninguna respuesta a las dudas que lo persiguieron por cinco años.
Resopló cuando notó que el menor fue en realidad el que dirigió la conversación para evitar contestar a su disculpa. Ahora tendría que volver a encontrar otro momento para hablar con él y esta vez se aseguraría de tener respuestas.
🎼
Me gustas, no puedo evitarlo.
Ya me gustas.
Estás jugando conmigoy me gusta.
No puedo evitarlo, es lo que soy.
Cuando unos brazos rodearon su cintura y su espalda quedó pegada al torso de alguien, ni siquiera tuvo que voltear para adivinar quién era.
Durante cuatro días Hoseok había estado teniendo todo tipo de contacto con él. Se sentaba en cualquier asiento disponible que estuviera a su lado o en sus piernas si no había uno, lo tomaba de la mano, lo abrazaba por la cintura y empezó un tipo bromance con él para hacer reír a Jin y Namjoon.
¡Pero únicamente cuando estaban frente a la gente!
Si él intentaba hablar con el pelirrojo para preguntarle acerca de ese cambio de actitud casualmente había una multitud acompañándolo o él se iba sin darle una segunda mirada.
¿Qué es lo que había cambiado seis días atrás después de su conversación?
No tenia ni idea.
— Ya llegó tu otra mitad Yoongi.
Fulmino con la mirada a Jin cuando su comentario hizo que Hoseok apoyara el mentón en su hombro para asentir.
Namjoon se reía discretamente ocultando la mitad de su cara con el libro que les estaba mostrando hasta que llegó el pelirrojo y Jin solo amplió su sonrisa cuando noto su mirada.
Sus dos amigos sabían que él no era fan de los abrazos, aunque los del pelirrojo se sentían muy bien tenía que admitir. En realidad ese tipo de contacto con Hoseok no le molestaría si fuera en otras circunstancias; primero que lo hiciera cuando la situación entre ellos dos se aclarara por completo, segundo que no lo hiciera para hacer reír a los dos burlones que tenía por amigos y tercero que no fuera en medio de la cafetería donde todos los conocidos del pelirrojo pasaban y silbaban cuando notaban el abrazo.
No le gustaba la atención, eso se lo había dicho al menor años atrás, pero en ese momento parecía haberlo olvidado porque solo seguía más animado con ello en cuanto sus mejillas parecían calentarse aún más.
O lo hacia a propósito.
Parecía que lo que más quería en ese momento era que se sintiera lo suficientemente incómodo como para salir corriendo.
¿Y si eso es en realidad lo que esta tramando?
Tal vez quería hacerle saber que no lo dejaría estar tranquilo cerca de sus dos únicos amigos, quizás esperaba que él volviera a ser el solitario chico que fue cuando comenzaron a hablar.
Se reprendió mentalmente cuando su mente empezó a descontrolarse creando teorías que no podían ser ciertas. Jung Hoseok era un ser sonriente y lleno de luz, no el vengativo ser que sus propios miedos estaban creando.
Obviamente algo sucedía, pero tenía que haber una explicación.
Quizás le gustas.
Volvió a negar mentalmente ante ese nuevo hilo de pensamientos. Tenía que haber una explicación lógica para el comportamiento del pelirrojo.
— Yoongi me encanta burlarme de ti y todo eso, pero tu cara de tonto ya no es tan graciosa.
A pesar de sus palabras el mayor mantenía una sonrisa en su rostro.
— ¿Eh?
— Que Hoseok ya se fue, puedes dejar de parecer un tonto.
Abrió su boca para debatir con Jin, y tal vez decirle unos cuantos insultos en el camino, pero fue silenciado con un gesto de la mano del mayor.
— No te preocupes, no tienes por que tratar de defenderte. Namjoon y yo ya sabemos que te gusta Hoseok, pero por favor haz algo con ello y no solo te sonrojes y te quedes mudo.
— Yo n-no... a-a mi no me gu-gusta Hoseok.
— Hobi-hyung ya nos contó.
Sus ojos sorprendidos se encontraron con los de Namjoon pero este al igual que el mayor solo sonreía.
El nerviosismo empezó a apoderarse de su cuerpo mientras se preguntaba que era exactamente lo que les había contado Hoseok.
— ¿Q-Qué les contó?
— Pues que le confesaste tus sentimientos hace cinco años y le robaste su primer beso... ¡Ah! Y también que saliste corriendo después de hacer eso y cerraste la puerta del cuarto de equipos del gimnasio y estuvo encerrado por tres horas hasta que un profesor fue a buscar un balón.
La sonora risa de Jin atrajo varias miradas que en otro momento le molestarían mucho pero su mente estaba ocupada con dos preguntas que surgieron de la breve explicación que recibió del mayor.
— ¿Yo lo dejé encerrado?
— Vaya, ni siquiera te enteraste. Tu le debes una disculpa amigo mio. — Su mochila le fue arrebatada por el mayor y recibió un pequeño empujoncito del mismo para que comenzara a caminar. — Ve y discúlpate, el pobre se veía asustado cuando nos contó, al parecer le da miedo estar encerrado.
— ¡Espera! — Jin dejó de incitarlo a caminar pero seguía sosteniéndolo del hombro listo para volver a empujarlo. — Ustedes saben... No,quiero decir.. ¿a ustedes no les molesta?
— ¿Qué nos tiene que molestar hyung?
— Pues que soy... que me gusta un hombre — respondió tímidamente al más alto.
— Yoongi-hyung, lo sabemos desde hace tiempo, tu madre nos lo contó la tercera vez que fuimos a tu casa — explicó el menor con calma y una sonrisa en los labios —. Jin-hyung y yo no dijimos nada porque creíamos que era mejor que nos lo dijeras tú mismo cuando te sintieras confiado.
— Entonces..
— Entonces, deja de perder el tiempo, después nos pides explicaciones o te quejas. Ahora ve por Hoseok y discúlpate por dejarlo encerrado y le vuelves a decir cuanto te gusta — interrumpió el mayor.
— Él no es g-gay.
— Yo solo estoy diciendo que debes decir tus sentimientos en lugar de encerrarlos, la respuesta que te dará Hobi solo él la sabe. Ahora vete.
Otro empujón más y las sonrisas de apoyo en los rostros de sus amigos hicieron que sus pies empezaran a moverse uno delante del otro para ir a buscar al pelirrojo.
Cuando perdió la cuenta de los lugares en los que había buscado al menor, se enojó consigo mismo por no preguntarle antes a Namjoon sobre el horario de Hoseok. Camino unos cuantos pasos más revisando el último salón de ese largo pasillo y si no se encontraba ahí estaba dispuesto a esperarlo en la entrada de la escuela, aun si no sabía el horario del contrario y eso implicara perderse sus últimas clases.
La puerta entreabierta le permitió ver que no había ninguna clase desarrollándose dentro de esa aula, las sillas se encontraban vacías excepto por una donde el pelirrojo que había estado buscando se encontraba sentado cómodamente y viendo en su dirección como si lo hubiera estado esperando.
Entró con nerviosismo llenando sus movimientos por alguna razón y al mismo tiempo un poco alerta por si el menor pensaba huir de nuevo. Cerró la puerta tras él esperando ganar algo de tiempo si sucedía esto último.
— Hoseok, ¿podemos hablar?
— Si, por eso te he estado esperando. — Una bella sonrisa de corazón acompañó las palabras pero eso en lugar de calmarlo lo confundió. — Te ves confundido. — Asintió lentamente mientras sujetaba su labio inferior con fuerza y sintiéndose en alguna especie de trampa. — Hyung, te dije que pensaría acerca de aceptar tu disculpa y que te buscaría en cuanto tuviera una respuesta.
— Pero no me buscaste.. ni siquiera me pediste que viniera aquí, he estado buscándote porque Jin-hyung y Namjoonie me dijeron que lo hiciera.
— Así es, porque ellos aceptaron ayudarme — declaró el menor luciendo totalmente feliz.
— Ahora entiendo menos.
Una risita comenzó a salir de los delgados labios, una que mandó un escalofrío por toda su columna vertebral, pero aun no podía determinar si era una buena sensación o una mala.
— Yo les conté acerca de lo que pasó entre nosotros hace cinco años, lo hice solo porque ellos notaron unas cuantas cosas y prácticamente me interrogaron. Cuando les dije acerca de nuestra última conversación y lo había decidido ellos me ayudaron a crear un tipo de plan.
— Lo único que quedó pendiente de nuestra plática fue tu respuesta. ¿P-Por qué necesitabas u-un plan?
En lugar de responder de inmediato, el menor avanzó lentamente hacia él con movimientos gráciles hasta que, sin darse cuenta, la puerta estaba pegada a su propia espalda.
— Para confesarme.
¡Dios! Ahora alucino aun cuando estoy despierto.
¿O me quede dormido y estoy soñando?
— ¿Q-Qué di-dijiste?
Su voz había salido tan baja y ronca que ni siquiera la reconoció.
— Yoongi-hyung, me gustas.
Su pulso se aceleró a un nivel peligroso,incluso sus oídos podían escuchar el fuerte latir en su pecho. Su mente parecía haber explotado ante esas palabras dejándola totalmente perdida y los dedos de sus manos cosquilleaban por la necesidad de extenderse y tocar la mejilla contraria para asegurarse de que el pelirrojo frente a él no desapareciera de pronto.
Cuando su brazo iba a medio camino para hacer precisamente eso, su lado racional volvió de su pequeño descanso.
— Espera. ¿Que está pasando?
— Me acabo de confesar — dijo Hoseok resaltando lo obvio.
— ¡No! No puedes evitarme después de un beso, cambiarte de escuela, tratarme como si fuera a golpearte cuando nos volvimos a encontrar después de cinco años y después decir que te gusto. — Estaba confundido, mucho. — Eso no tiene sentido para mi y la última vez que hablamos llevaste la conversación a tu favor, yo terminé siendo interrogado mientras tu te largaste sin darme ni una respuesta.
— Bueno entonces ahora pregúntame, te contestare lo que quieras.
¿Por qué seguia sonriendo de esa manera? ¡No podía concentrarse!
— Cuando me confesé, hace cinco años, ¿por qué no respondiste?
— Para ese entonces ni una sola vez me había preguntado si yo era o no gay, pero después de que te confesaste me di cuenta de que yo te prestaba más atención que a cualquiera de mis amigos y ansiaba verte en la escuela más que a cualquier chica. Tu confesión me dejó mudo no asustado, después me besaste, mi primer beso en realidad, y tu solo te separaste diciendo que lo sentías y que había sido un error. Quise seguirte para preguntarte porque era un error si a mi me había gustado el beso pero la puerta no se movió, me quedé encerrado por tres horas.
— ¿P-Por qué te escondías de mi entonces?... ¿Y por qué te cambiaste de escuela?
Las mejillas de Hoseok comenzaron a tomar un rubor que las pintó de un rojo suave.
— Eh... bueno, yo era un adolescente que no le había gustado nadie y después del beso yo... comencé a desear emm... co-cosas cada vez que te veía. — Su garganta se sintió repentinamente seca y su cara acalorada ante las palabras. — En cuanto a lo de cambiarme de escuela no fue mi elección, a papá lo cambiaron a Gwangju de su trabajo y yo no me podía quedar solo aquí en Seúl.
— Y cuando nos volvimos a ver en la biblioteca-
— Me quede callado observandote preguntándome si todavía me gustabas — dijo Hoseok contestando su pregunta no realizada —. Y creo que la respuesta ya la sabes.
— ¿Y ahora... podemos..? Quiero decir.., ¿por qué me lo dices ahora?
Pasó la punta de su lengua por sus secos labios, ansioso de escuchar la respuesta del menor. Su corazón se descontroló en su pecho cuando una de las bonitas sonrisas del pelirrojo fue dirigida para él y sus dedos comenzaron a cosquillear anhelantes de tomar la mano del contrario.
— Porque ahora sé que yo también te sigo gustando.
— L-La u-ultima vez dije que n-no-
— Porque pensabas que me asustaria de nuevo.
Asintió lentamente, evitando la mirada de Hoseok y moviendo nerviosamente sus dedos.
¿Estaba nervioso?, ¿confundido?
¡Si!
Toda la situación se había vuelto confusa para él, aunque el menor le había explicado, aún existían dudas en su mente.
Temía que todo ese momento se tratara de algún tipo de venganza pero al mismo tiempo no podía dejar de pensar en la posibilidad de ser más que un amigo para el lindo pelirrojo que aun robaba sus suspiros.
— Veo que no dirás nada más. — En un parpadeo el menor estaba a solo unos, ¡muy!, pocos centímetros de distancia y los dedos de su mano izquierda se estaban entrelazando con los contrarios imitando la acción que estos hicieron primero. — Entonces me toca a mi hacer la pregunta. ¿Podemos comenzar a salir Yoonie-hyung, como algo más que amigos?
— ¡S-Si-si!
Su rápida y muy nerviosa respuesta puso otra enorme sonrisa en forma de corazón en los labios delgados del pelirrojo un segundo antes de que estos se unieran a los suyos.
Sus dudas anteriores quedaron olvidadas en un rincón de su mente. Quien lo besaba en ese momento no podía ser menos que un hermoso ángel y de cualquier modo él estaba dispuesto a dejar que Hoseok se vengara si eso era lo que quería y solo si a cambio recibía otro de esos besos.
🎼
Me gustas, no puedo evitarlo
Aunque se que es una tontería
Solo me gusta estar contigo
Que tonto soy, estoy indefenso
Tres meses de novio con Hoseok le bastaron para contradecir su propio pensamiento.
Hoseok era demonio.
Un pequeño y travieso demonio que se disfrazaba de un hermoso ángel.
Si en el pasado creyó que el ahora pelirrojo era inocente y puro, era porque probablemente fue lo que el menor quiso que viera.
Su Hoseok era hermoso, pervertido y provocador. Amaba eso de él, pero no cuando estaban en medio de la cafetería sentados frente a Jin y Namjoon y rodeados por muchos, muchos alumnos que se tomaban un descanso entre clases.
— Yoongi, necesitamos volver a revisar la letra para la pista que hiciste, tengo menos de un mes para ensayarla si quieres que la cante a final del curso.
Una gota de sudor se resbaló por el lado derecho de su sien mientras asentía lentamente hacia Jin. Pero realmente no podía poner atención a la conversación cuando toda su concentración estaba en no tener un orgasmo ahí mismo, pero la mano de Hoseok dentro de su boxer se lo dificulta demasiado.
Su novio pelirrojo lo provocaba constantemente sin importar el lugar o las personas de las que estaban rodeados y lo peor es que ese no era el mayor problema. El verdadero problema para él era que el angelical rostro de su novio siempre lo hacía quedar a él como el pervertido frente a sus amigos.
Justo en ese momento empezaban las miradas acusadoras del mayor de los cuatro y el trato de empujar la mano fuera de su ropa interior, sin mucho éxito a decir verdad.
— No puedo creerlo. Yo me voy de este lugar antes de que me metan en problemas con algún docente. Y ustedes es mejor que vayan al baño.
Jin se alejó mientras jaloneaba a un confundido Namjoon y susurraba un "Eres un pervertido Yoongi", lo suficientemente alto para que él y Hoseok lo escucharan.
— Creo que Jin-hyung de nuevo supo lo que estábamos haciendo. — Giró para ver a su pelirrojo con el ceño evidentemente fruncido, pero el menor solo le sonrió encantadoramente y finalmente alejó la mano que estaba en su intimidad. — Entooonces~, ¿podemos ir al baño como sugirió Jin-hyung?
Su saliva bajó con dificultad por su garganta.
Cuando Hoseok pedía algo, él simplemente quedaba a su merced, era una simple polilla atraída hacia su brillante sol personal. La prueba de ello es que ni siquiera esperó a que su novio terminara la frase antes de que él ya se estuviera levantando y guiando el camino.
Al alcanzar su destino tuvieron que esperar unos cuantos segundos hasta que el baño quedó solo, en cuanto vieron su oportunidad entraron en el cubículo más alejado y no perdieron más tiempo en comenzar a ponerse las manos encima del otro.
Ambos se dedicaron a desnudar al contrario solo lo necesario para calmar el calor que los estaba dominando. Dejó que el beso que intercambiaban en ese instante llenará su mente para alejar sus momentáneas preocupaciones por ser atrapados y se dedicó a saborear los delgados labios a su disposición.
Cuando su bonito pelirrojo se dio media vuelta y le entregó dos sobrecitos, uno de lubricante y otro de un condón, supo que nuevamente había caído en un elaborado plan de su pequeño demonio en forma de ángel.
Con dos dedos llenos de lubricante se dedicó a preparar al menor lo más rápido posible y lo mejor que pudo cuando su propia erección ya palpitaba fuertemente reflejando su necesidad de liberarse.
Después de unos pocos minutos de estar tocando el punto dulce de su Hoseok, el aterciopelado interior se contraía fuertemente alrededor de sus dedos y tuvo que ajustar un poco más fuerte el agarre que mantenía en el par de labios contrarios para que los gemidos no escaparan.
Sin embargo sus propios gruñidos de placer y frustración estaban amenazando en la cima de su garganta.
— Hobi, ya no puedo.. esperar más..
Rodó el condón a lo largo de su erección y ya cubierta la tomó de la base para dirigirla hacia la entrada preparada de su novio.
El primer empuje lento le mando una descarga eléctrica por toda su columna vertebral, esos momentos donde se unía a su bonito pelirrojo siempre aceleraban su corazón y calmaban su alma, para él siempre eran especiales.
Dejó que su pecho se pegara totalmente a la espalda del menor y aun a través de las capas de ropa podía sentir la calidez que su Hoseok siempre tenía en su suave piel.
Las embestidas no tenian ningun ritmo, pero estaban totalmente sincronizadas con los gemiditos que que su pelirrojo trataba de evitar.
La necesidad de su caliente cuerpo ya estaba llegando a su punto máximo, el cosquilleo en su espalda baja le avisaba a gritos que estaba a punto de tener su orgasmo y su mente nublada de placer empezó a dar vueltas por la intensidad con la que su liberación amenazaba con llegar.
No pudo hacer mucho para contenerse cuando el interior de Hoseok se contrajo fuertemente a su alrededor, su semen llenó el condón y sus rodillas temblaron un poco pero aun en su estado de relajación no podía olvidarse de su bonito novio.
Bajo su mano para atrapar la ereccion que aun mantenia su Hobi y le brindo caricias hasta que el cuerpo frente a él estuvo tan laxo como el suyo.
— No quiero moverme.
Un lindo puchero se formó en los delgados labios cuando se separó para retirar el condón lleno y tratar de arreglar sus desordenadas ropas.
— Pero no podemos quedarnos aquí, hemos tenido suerte de que nadie entre pero tenemos que salir antes de que perdamos esa suerte. — Dejó un casto beso en la mejilla de su pelirrojo antes de tomar un poco de papel y comenzar a limpiar el lubricante de su entrada. — Deja que yo me encargue de arreglarte.
— Te he dicho que por eso te quiero tanto.
Una linda sonrisa y ojos brillosos le fueron regalados y robó un beso más de esos labios de corazón antes de continuar con su tarea.
Definitivamente estaba a merced de su pequeño demonio en forma de ángel, pero no deseaba que fuera de otra forma.
— 🎼 —
— Lo siento, lo están arreglando y está fuera de servicio por el momento... ¿Crees que les falte mucho hyung? — pregunto Namjoon a Jin mientras veía como el estudiante de antes se alejaba de los baños.
— Espero que no, si viene un profesor o alguien de mantenimiento estaremos acabados. Pero creeme que en unos días le cobraré pronto a esos dos el estar cubriendo sus espaldas cuando andan de calientes, será mi turno de hacerlos que cuiden aquí mismo.
— Oh, ¿estás interesado en alguien hyung?
— Claro que sí y sé que pronto lo convenceré de traerlo aquí.
— Entonces tienes posibilidades con él.
— Aun no lo sé, él ni cuenta se ha dado. Pero ahora que Yoongi y Hobi pasan tanto tiempo juntos, él solo me tiene a mi para convivir y lo aprovechare.
Las mejillas del menor quedaron completamente rojas cuando una sonrisa coqueta y un guiño le fueron dirigidos. Por alguna razón su respiración se aceleró y su nerviosismo creció.
"Los siguientes dias seran interesantes", pensó el mayor de los dos.
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