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🎶 𝓟𝓵𝓮𝓪𝓼𝓮 𝓭𝓸𝓷'𝓽 | 𝓙𝓲𝓷𝓢𝓾

Contenido +18
(Lean bajo su propia responsabilidad)

🎼

🎵 JinSu
(Jin top, Yoongi bottom)

Nos sentamos uno junto al otro en el auto,
pero no hay música.
Yo siempre he sostenido tu mano izquierda,
pero ahora tú estás eligiendo sus labios.

Sé lo que quieres decir, por favor, no lo digas.
No sé por qué, no sé por qué.
Quiero alargar cada minuto, cada segundo.
Pero el camino vacío se abalanza sobre mí.


Siguió caminando tan lento como le fue posible, tal vez realmente se había cansado de esperar y finalmente se había marchado en el autobús o en el auto de uno de sus tantos amigos que había hecho ahora que estaba estudiando una maestría.

Sacó las llaves de su desgastada mochila y se dirigió hacia el estacionamiento de estudiantes, rogando a los dioses por que se hicieran realidad sus pensamientos y que el rubio no estuviera esperando como siempre.

Lamentablemente esta vez tampoco se cumplieron sus desesperados ruegos, estaba empezando a creer que los dioses tenían algo en su contra, quizás debería de dejar de culparlos en voz alta por todas sus desgracias así cuando él pidiera un simple favor se lo darían.

Continuó su andar lento hacia su blanco auto, ignorando, o pretendiendo que lo hacía, a Jin.

— Yoongi-ah, si un anciano pasa a tu lado parecerá que va corriendo, deja de ser un perezoso y camina a una velocidad humana por favor, siento que me estoy quedando sin trasero de estar tanto tiempo aquí sentado — se quejó el mayor en cuanto él estuvo a solo unos pasos.

— Pudiste ir a la parada de autobuses, ya estarías en tu casa — respondió fingiendo indiferencia ante el formal atuendo que portaba el más alto y que como siempre lucía tan bien.

— Porque desperdiciaré dinero si tengo un viaje gratis asegurado contigo, además no voy a mi casa voy a la tuya así que ya vámonos.

En cuanto el mando en su mano desbloqueó las puertas, Jin fue el primero en subir asegurándose de que él no lo fuera a dejar abandonado ahí.

Como si él pudiera dejarlo.

Aventó su mochila en el asiento trasero y se tomó su tiempo para acomodarse detrás del volante, todo mientras escuchaba los bufidos del mayor.

— Te digo que nos vayamos rápido y tu te mueves mucho más lento, lo haces a propósito.

La voz infantil y el enorme puchero del rubio por fin provocaron una sonrisa de su parte y la primera en toda su molesta mañana. Deseaba no haber escuchado ese maldito rumor que corría en torno a quien ahora iba sentado a su lado izquierdo, pero deseaba aún más que no fuera cierto.

— Yoongi, antes de que arranques el auto te quiero pedir opinión acerca de algo.

Sus manos se apretaron más en torno al volante y el ácido en su estómago subió peligrosamente por su esófago.

No lo dejes hablar, tal vez confirme el rumor.

— Te ves ridículo peinado de esa manera por cierto — interrumpió pretendiendo que no lo había escuchado y tratando de desviar el tema.

— ¿En serio?

No, te ves aun mas hermoso.

— Si. — Arranco el auto después de esa corta respuesta y viendo de reojo como un preocupado Jin se miraba al espejo tratando de cubrir su frente descubierta con una expresión triste.

Quería arrepentirse de sus palabras y confesarle al mayor lo bien que se veía, pero uno de los tantos defectos que tenía era que es bueno para decir palabras que hieren a la gente no para decir palabras reconfortantes.

Para el resto del camino logró su objetivo de evitar que Jin hablara con él, sin embargo el costo fue la triste mirada en el rostro contrario y eso solo hizo que su estómago se revolviera más.

Odiaba lastimar los sentimientos del mayor, pero siempre se justificaba a sí mismo pensando en que solo así era capaz de proteger los suyos.


🎼

Después de dar vueltas y vueltas,
llegó a su casa que es tan familiar y las lágrimas caen
Después de pasar un largo día para encontrar este lugar,
me siento como si estuviera perdido.


Para el momento en que entró por la puerta principal de la casa de sus padres, tuvo que apresurar el paso hacia su habitación y encerrarse antes de golpear el suave colchón de la cama con su puño.

Le frustraba demasiado tener que controlar sus sentimientos y que Jin saliera herido en el proceso debido a su forma de hablar y de decir cosas crueles.

Sabía muy bien acerca del problema de autoestima que tenía el mayor. Así como él escondía sus sentimientos detrás de palabras hirientes, Jin escondía su inseguridad detrás de una máscara de confianza y vanidad.

Él había observado cómo la luz escapaba de los ojos contrarios cuando alguien más, o él mismo, le criticaba algo de su apariencia o sus habilidades, también podía jactarse de ser al único a quien le mostraba real tristeza cuando recibía tales críticas pero casi siempre estas eran de su parte.

Yoonie, baja vamos a comer.

La voz de su madre se escuchaba bastante emocionada por alguna razón, siempre se ponía contenta cuando Jin pasaba por la casa pero podría jurar que había algo más y nuevamente el molesto rumor que escuchó en la universidad volvía a su mente.

— Ya voy, mamá.

Tomo el pomo de la puerta casi temeroso de salir de su conocido refugio, un leve temblor en sus dedos y lágrimas picando detrás de sus párpados se sumaron y tuvo que tomar un par de respiraciones profundas para calmarse y salir como si dentro de él no estuvieran sus emociones descontroladas.

Bajo lentamente cada uno de los peñaldos de la escalera y se adentro en el comedor donde su familia y Jin ya estaban acomodados.

Siempre que llegaba a casa la comida de su madre era bien recibida en su estómago, pero al parecer en esa ocasión este se puso de acuerdo con su corazón porque al entrar y ver la escena que se desarrollaba frente a él definitivamente le quitó el apetito aún cuando el aroma a comida llenaba la habitación.

Su hermano mayor ya estaba en casa y tenía una boba sonrisa cuando se separó del rápido beso con el rubio, quien ahora tenía sus mejillas sonrosadas por la muestra de cariño.

— Porque tienen que mostrar cosas así de asquerosas, ahora ya no tengo hambre — dijo en cuanto tomó asiento, dejando que su molestia se notara.

— Amargado soltero. — Su hyung, Geumjae, se estaba burlando de él con una de esas tontas sonrisas de superioridad que tanto le enojaba.

— Yoongi, no seas grosero. No es asqueroso que dos novios que se quieren tanto se muestren afecto ante las personas que les importan — le reprendió su padre.

— Además se ven tan lindos juntos — agregó su mamá haciendo que su corazón se sintiera como si estuviera siendo estrujado con fuerza.

— Como sea. Mejor comamos antes de que se les ocurra darse más afecto y mi estómago quiera volverse en mi contra.

Llenó su plato ignorando los nuevos regaños dirigidos hacia su persona y empezó a fingir que comía la comida más deliciosa del mundo aun cuando su verdadera atención estaba en dar furtivas miradas a la pareja de enfrente.

Durante varios minutos escuchaba las voces de las cuatro personas sentadas en la mesa pero nunca podría decir que es lo que estaban diciendo, sus oídos parecían tener un zumbido permanente mientras trataba de captar el tono de voz de la única persona que le importaba en ese momento.

Aunque le gustaba el sonido de las palabras que salían de los gruesos labios que tantas veces deseó besar esos últimos seis años, realmente no podía conectarlas para entender qué es lo que estaba diciendo, por lo menos no hasta que la comida de todos los platos había desaparecido.

— Antes de que me retire, quisiera decir una última cosa señores Min. — Su vista subió velozmente hasta que de nuevo estaba mirando el hermoso rostro que tanto le gustaba. — Bueno, lo que voy a hacer realmente es una pregunta a Jae, pero me gustaría que fuera frente a las personas que él quiere tanto.

Sus manos se cerraron en apretados puños a la vista de todos pero nadie parecía prestarle atención, su corazón empezó a latir más rápido en anticipación a las siguientes palabras y lágrimas volvieron a picar en sus ojos.

— Jae, cinco años de novios tal vez a mucha gente le parezca poco y a otros demasiado, pero se que son los suficientes para que me decidirá, ¿te quieres casar conmigo?

El sonido alrededor desapareció y su vista se inundó de lágrimas no derramadas en cuanto noto la pequeña cajita de terciopelo que contenía los anillos plateados de compromiso, esa de la que había escuchado toda esa mañana en la universidad.

Antes de que la primera de sus lágrimas se derramaran, subió lo más rápido que pudo de vuelta a su habitación, aseguro la puerta por dentro y se deslizó por ella hasta quedar sentado en el frío suelo.

Jin, su amigo y la persona a la que había aprendido a amar ahora se iba a casar con su hermano mayor. Aún no podía asimilarlo, no quería asimilar que sus esperanzas de que esa relación se rompiera ahora no eran posibles.

Yoongi. — Después de dos golpes en la puerta, estaba escuchando como la conocida voz del rubio pronunciaba su nombre, pero había algo diferente, una inseguridad que no debería de estar ahí. — ¿Puedo pasar?

— No. — No quiero que me veas llorando.

¿Por qué te fuiste tan rápido y sin felicitarnos?.. ¿Te molesta que me case con tu hermano?

Si, me molesta mucho. Yo te quiero para mi.

— Me molestan sus ridículas muestras de cariño, quien quiere ver como se emocionan por un asunto tan insignificante.

Eso suena mucho a ti. — Una pequeña risita acompaño las palabras y el junto sus labios en una apretada linea para no rogarle al mayor que no se casara. — Yo ya me voy, pero quería que supieras que estoy agradecido contigo, primero por haberte acercado a mi y convertirte en mi gruñón amigo y segundo porque gracias a ti conocí a Geumjae, tu tienes mucho que ver con el rumbo que esta tomando mi vida ahora... Gracias.

Su corazón dolía tanto.

— Si, como sea. Ahora vete para que yo pueda dormir y descansar de tantas cursilerias.

Adiós Yoongi.

Ahí estaba de nuevo el extraño tono en la voz Jin que le indicaba que algo no andaba bien, pero fue lo suficientemente cobarde para no dejar que el mayor viera sus lágrimas y se quedó en silencio escuchando como los pasos se arrastraban y se alejaban cada vez más.

Para él, ese adiós significó más de lo que el mayor quería decir, no podía quedarse tan cerca para ver como su hermano mayor era feliz con Jin y viceversa, no podía hacer eso cuando él se acercó hace seis años a ese extrovertido chico de gruesos labios porque podía asegurar que su corazón casi sale de su pecho la primera vez que lo vio.

Aprendió a conocer a Jin a través de los meses, el tímido y sensible chico que se escondía debajo solo lo cautivó más, pero cuando por fin se decidió a ser valiente ya era demasiado tarde. Ahora la persona que tenía cautivo su corazón le pertenecería a alguien más y él solo podía observar desde la distancia mientras su dolor salía en forma de lágrimas.

Su relación con su amigo y su hermano podría permanecer como hasta ese momento, pero sabía que ya no iba a ser igual, realmente sería difícil, o imposible, que su triste corazón sanara.


🎼

Dejarte ir no es tan fácil como parece.
Me alejo, al no ser capaz de verte dejarme.
Las lágrimas eventualmente caen y necesito limpiarlas ahora.
No sé si debo usar el pañuelo que me diste,
o tirarlo ahora a la basura.
¿Por qué este temblor no desaparece?


La última caja fue dejada dentro del pequeño departamento y después de pagar a quienes manejaban el camión de la mudanza, suspiro fuertemente al ver el trabajo que tenía por delante.

Vivir solo era algo que ya no podía esperar más tiempo. Durante tres meses completos tuvo que poner las mejores de sus falsas sonrisas cuando cualquier tema de la próxima boda salía en casa de sus padres, y esas habían sido muchas veces.

Era doloroso para él ver a la feliz pareja y escucharlos solo añadía una grieta a su corazón ya lastimado.

Solo faltaba un mes para que el evento se llevará a cabo y a él ya se le estaban acabando las excusas para no ver a ninguno de los dos prometidos. Era muy difícil mentirle a su hermano mayor y a su amigo, pero últimamente se estaba volviendo un buen actor a la hora de fingir cansancio, felicidad e indiferencia cuando alguno de los dos hablaba con él.

Aun así, las cosas llegaron al punto de que tuviera que mudarse, la casa de sus padres estaba siendo constantemente utilizada para planear el "gran evento" y posteriormente se extendió hacia el único lugar que le parecía tranquilo y un muy buen escape, su habitación.

Ahora tenía un lugar propio en el que podía llorar tranquilamente a su amor perdido, donde podía viajar por todos y cada uno de los recuerdos que compartía con Jin, las buenas y malas memorias que compartía al lado de la hermosa persona que había robado su corazón completamente.

No tendría que retener el dolor que comprimía su pecho y pedía por ser expulsado en forma de lágrimas que parecían ser interminables. En ese lugar haría un nuevo refugio libre del dulce aroma a pastelillos de Jin, libre de las alegres risas, las penosas confesiones y las largas conversaciones que solo causaron que se enamorara aún más con cada segundo que pasaba al lado del mayor.

Estaba dividido entre atesorar cada uno de esos valiosos segundos o tratar de dejarlos atrás, no quería seguir viviendo de por vida con la tortura de pensar en lo que pudo haber sido pero tampoco quería olvidar lo maravilloso de ese sentimiento que aceleraba su ritmo cardíaco al punto del dolor.

Ya no sabia que hacer con sus recuerdos y sus emociones, estaba cansado de estar en el fondo del pozo sin encontrar una salida a parte de la obvia, quería dejar atrás el insistente temblor en su cuerpo y el grueso nudo en su garganta que lo acompañaban desde aquella cena.

Tengo que dejarlo ir, nunca fue mio.

No importaba si esas palabras se repetían constantemente en su cabeza o si las gritaba una y otra vez a un vacío departamento hasta desgarrarse la garganta y quedar sin voz, al final del día su terco corazón seguía anhelando que su amor fuera correspondido y su piel seguía picando y suplicando ser tocada por los dedos cálidos de Jin.

Quizás en otra vida te pueda tener para mi. En esta, ya te he perdido.


🎼

Por favor no (por favor) por favor no me abandones (por favor)
Regresa (regresa), regresa (regresa)
En el asiento vacío que dejaste,
Sólo tu fría esencia permanece


Decepcionar a sus padres, a su hermano y a su amado Jin, era lo siguiente en su lista de "Por hacer...".

Mañana sería el gran día y mucha gente contaba con que él fuera uno de los que estarían parados detrás de su hermano para ver como le jura amor eterno a su próximo esposo, pero no importaban los cuatro meses que se preparó para dicho acontecimiento él simplemente no podía ver como la persona que amaba se casaba con su hermano.

Era demasiado cobarde retractarse un día antes y simplemente decidir no ir, pero nunca había lidiado bien con el enojo dirigido hacia su persona. Por ello esa misma tarde compró un boleto hacia Seúl para la misma hora que se supone que sería la recepción, se quedaría por un tiempo allá en el departamento de su amigo de la infancia, Namjoon, y tal vez regresaría unos meses más tarde cuando el enojo de su familia y de Jin hubieran disminuido un poco.

No esperaba ser perdonado ni tampoco esperaba que lo recibieran de buena manera, sabía que irse de esa manera iba a herir los sentimientos de su familia y su amigo pero él siempre había sido egoísta en cuanto a salvarse de situaciones dolorosas cuando le era posible y esta vez no sería de manera diferente.

Cerró la maleta de tamaño mediano que contenía la muy poca ropa que se llevaría y la colocó cerca de la puerta de entrada, con esto ya estaba todo absolutamente listo para salir huyendo en cuanto se acercara la hora en la que el tren partiría.

Dejó que un suspiro nostálgico escapara de su garganta y se dejó caer en el sofá justo después de tomar la botella de cerveza que ya estaba por la mitad.

El traje que había rentado para la ceremonia se encontraba pulcramente colgado y parecía burlarse de él cada vez que lo miraba. Era un claro recordatorio del porque estaba planeando salir de la ciudad lo antes posible y también de que estaba a unas cuantas horas de perder cualquier posibilidad con quien siempre sería su primer amor.

Quería volver a gritar y llorar hasta quedar dormido, pero ya había hecho suficiente de las dos cosas y ahora su cuerpo no cooperaba para hacer alguna. Su opción en ese momento era emborracharse, con suerte sería lo suficiente para caer desmayado y con una enorme resaca por la que preocuparse al día siguiente en lugar de que su mente viajara constantemente al evento que quería evitar a toda costa.

La tercera botella de la noche fue destapada unos minutos después y aun no tenía sus sentidos lo suficientemente dormidos como para olvidar el hermoso rostro de Jin. Incluso empezó a escuchar la voz del mayor gritando desde el otro lado de la puerta de entrada.

Sacudió la cabeza en señal de negación y comenzó a caminar hacia la entrada para demostrarle a su nublada mente que estaba creando alucinaciones, pero sus ojos se abrieron enormemente cuando el rubio apareció frente a él con un puchero abultando su grueso labio inferior.

— Yoongi, se supone que eres mi amigo, si te marcó tantas veces seguidas es porque necesito hablar contigo no por qué quiero que me ignores.

Jin pasó a su lado y se adentro en el pequeño departamento cuando él aún seguía recuperándose de la visita y del tono meloso en el que el mayor había pronunciado esas palabras.

Parpadeo un par de veces para tratar de despejar un poco su mente de la neblina que parecía volverse más espesa en cuanto los segundos pasaban y siguió lentamente los pasos del rubio.

— ¿No se supone que tienes que estar durmiendo?

— Si se supone, pero creo que las dudas de novio llegaron a mí — contestó el mayor sin dirigirle la mirada y moviendo nerviosamente los pulgares de las manos que descansaban en su regazo.

— ¿Por qué tendrías dudas?

Anhelaba que la respuesta a esa pregunta fueran las palabras que tanto tiempo espero escuchar de parte del hermoso hombre sentado en su gastado sofá, pero nada pasaba como él esperaba.

— Solo son mis inseguridades siempre acompañándome, pienso que no seré suficiente y en algún punto este matrimonio terminará por algo que yo cause.

Tal vez era el alcohol en su sistema, o los deseos acumulados de los meses anteriores, en ese punto ya no tenía fuerzas para pelear con sus propias acciones y se permitió rodear el cuerpo más grande con sus delgados brazos, dejando su cara escondida en el hueco que formaba el cuello contrario para inhalar el aroma dulce característico de su amigo.

— Si mi hyung piensa algún día que no eres suficiente, yo mismo lo golpeare por ser un idiota. Yo creo que nadie te merece Jin-hyung, nadie es lo suficientemente merecedor de tenerte exclusivamente.

— ¿Yoo-Yoongi? — Las manos ajenas trataron de apartarlo suavemente, pero él solo se aferró más. — ¿Qué te sucede?

Lleno lo más que pudo sus pulmones de la dulce esencia antes de que la primera lágrima se escapara por la esquina de su ojo.

Solo un minuto más, permíteme sostenerte por unos cuantos segundos más antes de que te tenga que dejar ir para siempre.

— Yoongi, creo que tomaste más de lo que parece, te llevaré a dormir o de lo contrario mañana no estarás listo a tiempo para la ceremonia. — Había un poco de nerviosismo en la voz de Jin que lo alertó y provocó que por fin se soltara del estrangulador abrazo para ver directamente los ojos contrarios.

— ¿Por qué estás nervioso?

— Ya te lo dije no se si-

— No. Me refiero a por qué estás nervioso en este momento, solo estamos tu y yo. — El color rojo empezó a escalar por el delgado cuello hasta instalarse en las mejillas contrarias y en un segundo los grandes ojos evitaron encontrarse con los suyos y se concentraron en la televisión.

— No lo estoy — dijo con un evidente temblor en la voz.

Esa actitud no podía deberse al abrazo de antes, Jin muchas veces lo había abrazado y dejado besos en la mejilla, que se estuviera comportando de esa manera no era normal en su amigo.

Sus acciones parecían estar tomando valentía para convertirse en otras diferentes.

— Jin-hyung-

Trato de llamar la atención del mayor con un toque en el hombro, pero lo que obtuvo fue quedar atrapado entre el respaldo del sofá y el cuerpo más grande del mayor. Sus manos estaban siendo sostenidas a los lados de su cabeza y el hermoso rostro del rubio estaba a un par de centímetros.

El repentino silencio en el aire se sentía demasiado pesado y lo único que parecía escuchar era el frenético latido en su pecho.

— No me has preguntado por qué estoy aquí.

Su saliva bajó con dificultad por su garganta. No entendía qué estaba pasando y la cerveza en su sistema no ayudaba a que una respuesta coherente se formara en su mente.

La situación parecía uno más de sus tantos sueños, pero el firme agarre en sus muñecas le aseguraba que realmente solo tenía que moverse un poco para finalmente poder unir sus labios a los contrarios y probar el sabor que tantas veces deseo.

— Se que algo cambio en nuestra relación en el momento que le pedí a Geumjae que se casara conmigo, y no se porque siento que pronto ya no podremos llevarnos como antes. — Lagrimas empezaron a acumularse en sus ojos cuando la verdad de aquellas palabras lo golpearon y a pesar de que sabia que tenia que ser un buen amigo, simplemente no tuvo fuerzas para desmentirlas. — Lo sabia, te alejaras de mi, ¿cierto?

Cerró fuertemente los ojos cuando la primera lágrima salió, ya no podía ver la tristeza reflejada en los oscuros orbes que lo observaban, era igual de doloroso para Jin la eventual separación como para él, lamentablemente no podía ser de manera diferente, eso ya lo había decidido.

— Supongo que tu silencio significa que es verdad. — El cálido aliento dio directamente en su cara, el agarre se hizo más suave y podría jurar que la distancia entre sus rostros era menos. — Entonces déjame tener mi regalo de bodas.

Su labio inferior quedó atrapado en medio de algo suave y esponjoso, la comprensión llegó tarde a su cerebro cuando se dio cuenta de que estaba siendo besado por el mayor. El movimiento fue siempre gentil y suave, la lengua ajena se abrió paso para explorar el interior de su boca, pero no era necesidad lo que la guiaba, era una clase de sentimiento que no llegaba a comprender pero que tenía su corazón tan acelerado que parecía querer salir de su pecho.

Sus pulmones empezaron a exigir aire pero su lengua no quería apartarse del sabor dulce que se estaba adueñando de sus papilas gustativas.

El mareo aumentó, pero el alcohol en su sistema había desaparecido desde el primer roce de aquel beso. Cuando el toque hipnotizante desapareció, un temblor recorrió su columna vertebral.

— Te amo Yoongi, desearía volver atrás en el tiempo y decirte mis sentimientos en lugar de aceptar la cita con Geumjae. Ahora tengo que intentar olvidarte.

Un último y rápido beso fue dejado antes de que el calor del cuerpo más grande lo abandonara. No se atrevió a abrir sus ojos hasta que la puerta de entrada se cerró nuevamente.

Tal vez debió de haber revelado sus sentimientos y rogarle que no se casara, pero algo lo detuvo.

Su hermano.

No podía lastimar de esa manera a su amado hermano. No podía lastimar a sus padres y a los padres de Jin que armaron con tanto entusiasmo la boda, no podría enfrentar a nadie después de hacer algo así. Tal vez muchos le aconsejarían que pensara en su felicidad y no en la de los demás, pero él no era ese tipo de persona y no podía comenzar a serlo, al menos no sin alguien siendo su sustento en los momentos difíciles.

Al igual que en otras tantas ocasiones pasadas, resistiría lo que su instinto le pedía a gritos y dejaría que el dolor saliera en silencioso llanto mientras su mente se llenaba de la imagen de Jin y a su alrededor aun flotaba la dulce esencia de la persona que amaba.


🎼

Por favor no (por favor) por favor no me abandones (por favor)
Regresa (regresa), regresa (regresa)
Voy a retener la esencia restante
Así que ven otra vez a tu lugar.


Con su boleto en una mano y sus ojos inundados en lágrimas, empezó a salir de su habitación para dirigirse a la puerta de entrada y finalmente salir de la ciudad donde tenía tantos recuerdos con Jin.

Por la hora que era, suponía que la ceremonia estaba a punto de acabar y no podía quedarse ahí a esperar que alguien fuera a buscarlo antes de que la recepción empezará.

Su último acto de amor hacia su hermano había sido enviarle un mensaje de texto aclarándole que se encontraba bien y que no se preocupara por su ausencia, también pidiéndole que amara mucho a Jin y que tuviera un hermoso matrimonio. Apago el celular de inmediato en cuanto la primera llamada encendió la pantalla de su celular y ahora se disponía a alejarse por un tiempo y tratar de sanar su corazón.

Abrió la puerta de un tirón y casi cae de rodillas ante la imagen que lo recibió.

Jin estaba de pie al otro lado, un perfecto traje blanco resaltaba su figura, pero el hermoso rostro estaba rojo y cubierto por dos muy marcados y delgados ríos de lágrimas.

— Eres un idiota Yoongi. — Dio unos cuantos pasos atrás cuando el más alto se adentro en el espacio y cerró la puerta tras él, estaba siendo acorralado poco a poco por un enojado Jin pero no podía sentir miedo. — Te esperé durante toda la ceremonia, creí que en cualquier momento entrarías y le harías saber a todos los que se encontraban ahí que me amas tanto como yo te amo. Mantuve mis esperanzas hasta el momento en que tenía que decir acepto y me enfrente yo solo a las miradas decepcionadas cuando me negué a completar la unión con Geumjae.

Las palabras taladraron lentamente en su mente y fue apenas consciente de que ya no podía retroceder más y que se encontraba atrapado entre el cuerpo más grande y la puerta de su habitación.

Jin no se caso con mi hermano.

— Te odio por ser un cobarde y no decirme lo que sentías. —Un golpe fue a parar a un lado de su cabeza sobresaltandolo un poco. — Fuiste un cobarde antes cuando te pregunte que si podía salir en una cita con tu hermano mayor, fuiste un cobarde cuando dejaste que pasara el tiempo sin decirme tus sentimientos y eres un cobarde ahora que piensas huir en lugar de reclamarme. Y yo soy un tonto por dejar que mi inseguridad me detuviera para decirte lo que realmente siento por ti.

Después de unas cuantas horas volvía a probar los esponjosos labios del mayor, solo que esta vez el toque no se dio de manera gentil.

Cada segundo su boca fue reclamada con necesidad, cada choque de lenguas arrancó un sonoro gemido desde el fondo de su garganta y cada uno de los roces de las manos del más alto erizaban los poros de su piel y debilitaban sus piernas.

La puerta que sostenía su espalda desapareció y él se encontró siendo guiado por el pequeño espacio hasta que las corvas de sus rodillas se encontraron con el borde del colchón de su cama.

Su playera fue arrebatada de su cuerpo y su pantalón siguió el mismo camino antes de obtener un ligero empujón que lo dejó recostado viendo como Jin se apresuraba a deshacerse de las ropas propias.

Las manos del rubio comenzaron a explorar la ligera curva de sus costados y los pulgares se engancharon en el elástico de sus boxers para bajarlos y que su cuerpo quedara totalmente expuesto a la mirada hambrienta que parecía haber en los grandes ojos que lo observaban.

Un espasmo de placer arqueo su espalda baja cuando sus pieles desnudas se juntaron finalmente, la calidez y aroma que desprendía el cuerpo de Jin fue tan satisfactorio que liberó necesitadas súplicas para que el mayor lo marcara como suyo.

— Perdóname mi precioso Yoongi, pero esta vez no puedo ir lentamente, necesito hacerme uno contigo. Quiero pertenecerte y que me pertenezcas.

Las lágrimas dejaban borrosa su visión, pero cada poro de su sensible piel le narró los suaves toques que recorrían caminos invisibles y dejaban atrás dibujos que se convertían en placer.

Sus piernas fueron gentilmente separadas y su intimidad fue presentada sin barrera alguna a la pesada mirada que Jin mantenía sobre él, las caricias dejadas en el interior de sus muslos fueron constantes mientras la lengua de Jin se presionaba firmemente contra su perineo dejando un rastro de caliente saliva.

— Mmmgh~ Jin~ — La inesperada y rápida intromisión de dos húmedos dedos en su entrada casi lo envía al borde del orgasmo, no podía describir lo bien que se sentía ser tocado de esa manera por la persona que amas. — Te necesito~

— Y yo a ti, pero no me atrevería a hacerte ningún daño. — Las largas falanges siguieron preparando su canal y los esponjosos labios se dedicaron a limpiar los hilos de presemen que empezaban a escapar con velocidad y se deslizaban a lo largo de su erección. — Sabes como el mejor de los postres Yoongi.

Las palabras y las atenciones en su cuerpo aceleraron su clímax y un fuerte grito salió desde el fondo de su garganta.

La imagen de su esencia en los regordetes labios y la presión insistente en su próstata no hicieron más que enviar corrientes de placer en cada uno de sus nervios. Aunque solo un par de minutos atrás había gritado su liberación, ahora su cuerpo sobreestimulado temblaba rogando un segundo orgasmo.

Sus dedos se cerraron fuertemente en los amplios hombros y siguieron cada uno de los movimientos que estos hicieron mientras Jin escalaba por su cuerpo para quedar cara a cara.

— Yoongi, he soñado tantas veces con hacerte el amor que tengo miedo de que este momento solo se esté llevando a cabo en mi mente.

Lágrimas brillaron en los hermosos ojos contrarios y él intentó limpiarlas aun cuando sus dedos estaban temblorosos por las emociones que lo atravesaban en ese instante.

— Está pasando de verdad. — Una de sus manos acunó la mejilla de piel tersa. — Puedo sentir tu calor y tu corazón latiendo rápidamente aquí. — Deslizó el toque hasta el punto en el amplio pecho que mantenía un frenético y constante golpeteo. — Hazme el amor.

Las últimas palabras que dijo fueron seguidas por un profundo beso que le quitó la respiración y arqueo su espalda. Su pecho estaba totalmente pegado al de Jin, ambos se robaban el calor del otro y la temperatura rápidamente comenzó a aumentar.

Algunas gotas de sudor resbalaron por el nacimiento de su cabello cuando su entrada comenzó a ser invadida lentamente, sus manos se cerraron aún más fuerte en los hombros anchos y los dedos de sus pies se contrajeron cuando el dolor placentero atravesó su sistema nervioso después de la primera embestida.

Las palabras parecían no poder salir de sus labios y en cambio la habitación se llenó con sus gemidos y los pequeños gruñidos del mayor.

Su cuerpo recibió cada fuerte y gentil movimiento de caderas amando la sensación de hacerse uno con la persona que amaba.

Su corazón y su alma se entregaron sin ningún tipo de miedo, estar unido a Jin parecía correcto y aunque su hermano apareció fugazmente en su pensamiento, no pudo arrepentirse por la manera en que estaba haciendo el amor con el hombre al que le dedicó sus suspiros por varios años.

Cuando el clímax lo alcanzó y la cálida esencia llenó su canal, lágrimas de felicidad corrían por nuevos caminos en sus mejillas.

— Te amo, Yoongi.

— Yo también te amo.

Disfrutaron de la cercanía algunos minutos más en silencio, lamentablemente no pudieron retrasar lo inevitable y los golpes en la puerta de su departamento comenzaron.

Tendrían que enfrentarse a sus familias y amigos, pero se tenían para ser la fuerza del otro y con su amor curarían las heridas que llegaran.

No si las personitas que leen esta historia ya conocían esta canción de K.Will pero a mi me encanta y no pude evitar ponerla en este libro de Songfics.
Si es la primera vez que la escuchaba, espero que la hayan disfrutado.
I PURPLE YOU
💜

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