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🎶 𝓓𝓸𝓷'𝓽 | 𝓨𝓸𝓸𝓷𝓚𝓸𝓸𝓴𝓖𝓲

Contenido +18
(lean bajo su propia responsabilidad)

🎼

🎵 YoonKookGi
(Yoongi versátil, Jungkook versátil)

Por favor, no digas nada todavía
Sé lo que estás a punto de decir
No evites mis ojos
Por favor, no seas así

— No, Yoongi.

— ¿Por qué no? Lo que te pido es difícil pe-pero lo podemos lograr si seguimos juntos.

Ya no pudo retener las lágrimas, estás se deslizaron libremente por ambas mejillas y siguieron su húmedo camino hasta la barbilla para perderse en el cuello de su playera. Jungkook aún se mantenía fuerte, con los labios apretados y ojos mas que brillosos pero no se permitió comenzar a llorar. Aunque si evitaba encontrarse con su mirada suplicante.

— Kokie, por favor.

Su voz ya estaba temblorosa y era poco entendible por el nudo formándose en su garganta. Su omega aullaba totalmente dolido en su interior, ya había entendido que estaban por perder a su amado pelinegro y se preguntaba porque el menor frente a él no pensaba de la misma manera.

— No Yoongi. Ya… Ya me cansé, de todo. Sólo aceptaré lo que mis padres estan imponiendo y me i-ire lejos, lejos de los problemas, de ti y de lo que implica e-estar contigo.

Muy en el fondo de su mente sabía que esas palabras estaban mal, que el menor no las quería decir, pero eso no evitó que llorara aún más y sintiera su corazón apretado en el pecho, latiendo muy dolorosamente.

— ¡Mírame a los ojos y dime que realmente permitirás que nos separen! ¡Por favor dímelo Jungkook!

Estaba temblando con todas esas emociones que golpeaban su cuerpo al mismo tiempo, y la sola idea de ver a Jungkook, a su Jungkookie partir.

Era el mayor en esa relación, solo por dos años, pero aún así era el mayor y necesitaba encontrar una solución, necesitaba hacer algo para evitar que se lo llevaran lejos, pero su lluvia de sentimientos encontrados y su corazón destrozado no le permitían pensar correctamente.

Incluso sus músculos no respondieron cuando vió como su novio se dirigía a la puerta de salida, no alzó la mano para evitar que girara la manija, no dijo absolutamente nada cuando escuchó ese “Adiós Yoongi”, y no corrió tras él cuando la puerta volvió a cerrarse y su departamento quedo en un aplastante silencio que solo era brevemente interrumpido por el sorber de su nariz.

Acababa de perder a su amado, al ser que lo completo como nunca antes y ahora se sentía roto.

🎼

Nosotros somos los que creamos este lugar, ¿no es así?
Hemos liado con tiempos más difíciles que estos, ¿no es así?
Este tipo de cosas no puede ser nuestro final, ¿verdad?
Todavía hay mucho que no hemos podido hacer.

Ya estaba un poco cansado de estar sentado, con su ruidoso amigo yendo de un lado para el otro como si se tratase de un pequeño cachorro.

Bueno estaba jugando con algunos cachorros bichon maltes de tan solo cuatro meses, pero no tenía que comportarse como uno, podía solo arrojarles el juguete y ya.

— Hoseok, estás siendo muy ruidoso, de nuevo.

— Yo sólo se que me estoy diviertiendo mucho, deberías de intentar eso de vez en cuando, quizás aprendas a sonreír.

El alfa castaño le regalo una de esas sonrisas en forma de corazon que siempre parecía estar pegada a su rostro y que los dueños y dueñas de sus peludos pacientes amaban.

— Prefiero comportarme como un adulto, muchas gracias.

— Yo no me comporto como un niño.

Rodó los ojos, pues que su amigo y compañero de trabajo le dijera eso mientras mostraba un pronunciado puchero, no ayudaba mucho a su argumento.

— ¿Cuándo vendrán a recoger a los cachorros?

Los cuatro pequeños y peludos cachorros blancos ahora peleaban por un oso de peluche, que a su lado parecía enorme, y verdaderamente se veían tan tiernos que sonrió cuando uno de ellos se acomodó encima para que sus hermanos no se lo ganaran.

— La alfa que vino a traerlos dijo que el dueño pasaría por ellos en su hora de comida, ya no debería de tardar mucho. ¿Por qué?

— Anoche no pude dormir y hoy no hemos tenido muchos pacientes a parte de los cachorros, me estoy durmiendo.

La actividad que había realizado esa mañana con los cachorros no era suficiente para mantenerlo activo, necesitaba una dosis grande de cafeína, chocolate o ambas.

— Entonces ve por un café y a caminar un poco al parque, te llamaré a tu celular si viene algún paciente.

— ¿Estás seguro?

— ¡Claro! Estos pequeños ya están desparacitados, vacunados y bañados, ya hicimos todo el trabajo yo me encargo de entregarlos. Vete, vete — terminó de decir el menor con un gesto de las manos y volviendo a posar su absoluta atención sobre los peludos que seguían peleando entre ellos.

Dejó su bata blanca en uno de los ganchos que tenían ahí y salió después de asegurarse de tener su celular en uno de los bolsillos.

Ese caluroso día de Julio, con vientos leves y densas nubes interponiendose con algunos rayos del sol, era un clima ideal para que las familias, amigos y parejas pasearan por los parques, por ello no se sorprendió de ver tanta gente caminando o sentada conversando y a niños jugando y dejando que sus risas felices se escucharan fuertemente.

Todo contrastaba terriblemente con su humor.

Cinco años. Ese dia se cumplian exactamente cinco años desde que Jungkook salió de su vida, pero no de su mente y corazón.

El día anterior había vuelto a ver las fotografías que tenía del menor, aquellas donde le daba esas bonitas sonrisas de conejito y las otras tantas que había tomado a escondidas cuando esté se quedaba dormido o cuando simplemente hacía un gesto tierno.

Cada año se había jurado que borraría todas esas memorias para poder seguir adelante, pero el omega aullando de tristeza en su interior siempre se aseguraba de recordarle cuanto seguían queriendo al menor de ojos grandes y adorables gestos.

En lugar de terminar eliminando esas tantas fotografías de la memoria de su computadora, cada vez terminaba con algunas botellas de soju vacías y lágrimas derramadas.

Conocer a su nuevo amigo Hoseok, enfocarse en su carrera de veterinaria y tener algunas citas, no había ayudado para nada en su tarea de olvidar. Ya estaba un poco cansado de que su corazón siguiera latiendo lenta y dolorosamente, como si necesitara de la precencia de Jungkook para volver a su ritmo normal.

Su mente tampoco ayudaba, relacionaba cualquier cosa de su entorno con el pelinegro que lo había abandonado. Como en ese momento que estaba pidiendo su habitual café y recordaba que a Jungkook no le gustaba el amargo sabor, por eso siempre pedía el capucchino mas dulce o alguna bebida con mucha azúcar.

Con su bebida en la mano y un trozo de pastel para su amigo en la otra, regresó con pasos lentos hasta su lugar de trabajo, Hoseok le había dicho que podía ir a caminar por el extenso parque, pero no estaba de humor para estar cerca de gente que parecía tan feliz. Además el camino hacia la cafetería era un poco largo e incluyendo su regreso debería de ser tiempo suficiente para despejar su mente.

Aunque tal vez no el tiempo suficiente para prepararse para los renovados gritos de su castaño compañero.

— ¡Yoongi!

— No grites Hoseok, estoy como a un metro y medio de distancia.

— ¿Acaso no puedes ver lo feliz que estoy?

— Tu siempre estas feliz — respondió ignorándolo y avanzando hacia la pequeña sala de descanso que tenían atrás del mostrador.

El alfa no tardó ni un segundo en caminar tras él y seguir llamándolo por su nombre una y otra vez durante el corto tiempo que tardo en soltar sus compras y poner la bata blanca en su lugar.

— Ya Hobi, me vas a volver loco.

— Pero te quiero decir algo.

Otra vez su amigo presumía un puchero grande en sus labios.

— Está bien, dime.

— Creo que acabo de conocer a mi futuro novio.

— Dejame adivinar, él que vino por los cachorros.

— ¡Sí!

Realmente tuvo que tapar sus oídos cuando los chillidos del menor comenzaron. Se veía feliz y él sonrió sinceramente.

— ¿Le pediste su número?

La sonrisa de corazón que el castaño había tenido hasta ese momento se transformó en una mueca de labios apretados que remarcaron sus hoyuelos y después su cara se movio en negación.

— ¿Entonces le propusiste una cita?

— N-No.

— ¿Sabes su nombre?

— No tampoco… Pe-Pero dijo que le recomendaría a su amigo este lugar y que vendría a acompañarlo la siguiente semana.

Negó divertido ante la torpeza de su amigo. Era un alfa alegre, divertido y sumamente bueno en su trabajo, pero realmente tímido y algo torpe cuando se interesaba en alguien. Por eso se encargaría de ayudarlo cuando volviera aquel que habia llamado su atención, quizas su vida amorosa era nula después de Jungkook, pero era capaz de ayudar a su amigo.

O más bien, eso esperaba.

🎼

¿Por lo general, de qué color son las olas?
¿Son de un blanco puro cuando se rompen?
¿Fueron buenos esos tiempos pasados a la deriva para ti?
¿No puedes quedarte aquí como un guijarro?


No podía hacer que su corazón dejara de latir tan rápidamente.

Volvió a mirar hacía ambos lados de la calle pero nada, no lo encontró, no encontró su rostro y ya no pudo oler ese aroma que tanto había amado en el pasado y que al parecer aún recordaba a la perfección.

Aún no estaba seguro de si realmente había visto a Jungkook o si sólo se trataba de una ilusión de su lobo locamente enamorado.

Cuando entro a la cafetería unos minutos atrás no pudo evitar salir corriendo al ver el bonito rostro del menor cruzar frente a la ventana, con la hermosa sonrisa de conejito que le causaba una sensación de cosquilleo en la boca de su estómago.

Dejó hablando sólo al beta que le acababa de entregar su pedido en ese momento y cruzó la calle con dirección al parque dónde pudo encontrar un pequeño rastro del aroma único de su Jungkookie, aunque eso también lo pudo haber imaginado su desesperada mente enamorada.

El omega viviendo en su interior también estaba en estado de alerta para encontrar al menor pero ninguno de los dos logró localizarlo en ese amplio parque y sus alrededores.

Con el ánimo bajo al igual que su mirada, entró por las puertas del establecimiento donde era su lugar de trabajo, encontrando vacía el área donde se suponía que debía de estar su amigo y compañero Hoseok. Trató de olfatear para buscar el paradero del menor, pero el olor fuerte del limpiador y desinfectante que usaban en las dos áreas de revisiones, era demasiado reciente como para oler más allá de su propio aroma.

Entró directamente hacía la habitación que funcionaba como una pequeña sala de descanso y coloco los cafés y postres en la mesa pegada a la pared para poder buscar al castaño y sonriente alfa que tenía por compañero. No tardó ni siquiera un minuto en ubicar la estridente risa en el área del fondo, donde tenían unas cuantas jaulas y corrales para los peludos pacientes que necesitaban quedarse ahí en revisión.

Abrió la puerta confiando en que el menor estaría solo, pues no tenían ninguna cita programada y no había recibido ningún mensaje de Hoseok avisándole de algún paciente. De un empujón, quitó de su camino la puerta de madera gruesa quedando el castaño alfa en su campo de visión, pero escuchando un golpe seco a su derecha.

Se sorprendió cuando observo que estuvo a punto de golpear a alguien con la pesada puerta. Al menos el individuo tenía fuerza suficiente para detener a tiempo la plana superficie que el había aventado descuidadamente.

— Lo siento tanto. — Su cara debía de ser de un color rojo intenso mientras se mantenía en esa inclinación de casi noventa grados para disculparse por su casi golpe. — Disculpe, creí que mi compañero se encontraba solo… y-yo no-

— No pasa nada… Yoongi-hyung.

Su corazón pareció detenerse por al menos dos latidos antes de descontrolrse completamente. El aroma a limón y lavanda golpeó sus sentidos un segundo antes de que los ojos que había mantenido cerrados hasta ese momento se abrieron de golpe para encontrarse con los contrarios, esos que seguían preciendole igual de redondos, grandes y hermosos a pesar de los años pasados.

— Ju-Jungkook…

Su respiración se cortó cuando apareció la bonita sonrisa que había memorizado de sus tantas fotos. Su Jungkookie estaba frente a él después de cinco años, después de lo que le pareció una insufrible eternidad tenía de frente a ese ser al que ya le había entregado su alma y su amor.

Pudo haberse lanzado a los brazos del ahora pelirrosa, sin importarle que Hoseok se encontrara ahí, de no ser por el alfa de sonrisa geométrica que se interpuso entre su mirada y su Jungkook.

— ¡Oh! ¿Yoongi? ¡¿Tu eres el Yoongi del que tanto me habló Kookie?!

Parpadeó un par de veces mientras las palabras se asentaban en su cabeza para darle lugar a un nuevo sonrojo en sus mejillas.

— Tae…

— ¡Kookie, se encontraron nuevamente! ¡Y justo dos semanas antes de tu boda!

— ¡Tae!

El alfa llamado Tae, detuvo de inmediato su feliz parloteo en cuanto se dio cuenta de que Jungkook lo miraba de mala manera, pero eso no borraba lo que había escuchado.

Boda.

Jungkook iba a casarse, ya había logrado avanzar y hacer una vida y él aún no podía olvidar el recuerdo de lo que habían tenido.

Una opresión en su pecho le dificultó respirar, sus piernas estaban amenazando con ceder bajo su peso y su vista se volvió borrosa por unas cuantas lágrimas acumulándose.

— Felicidades… por tu bo-boda. — No pudo evitar que su voz saliera temblorosa y ahogada, pero como fingir cuando le dolía tanto el corazón. — Hobi, voy a-a la sala… de descanso.

En todo momento evito el contacto con alguno de los tres presentes. Salió tan rápido como su inestable caminar se lo permitió, incluso tuvo que detenerse de la pared dos veces antes de llegar a la pequeña habitación que usaban para descansar y dejarse caer en uno de los dos pequeños sofás de dos plazas.

Dejó que sus lágrimas salieran libremente y rodarán por sus mejillas, si se vei bien o no dejó de importarle, simplemente lloro con todas sus fuerzas mientras su omega aullaba con dolor en su interior. La primera vez que había perdido a su Jungkookie había dolido, pero aunque se lo hubiera negado a él mismo cientos de veces, aún había una pequeña llama de esperanza en su interior, esperanza en que volvería a encontrar a su amado y que podrían continuar desde donde lo habían dejado la última vez. Incluso el primer pensamiento que pasó por su mente había sido lanzarse a los brazos del menor esperando que este lo recibiera gustoso.

Pero la realidad era dolorosa. Había una boda de por medio, Jungkook había olvidado o enterrado el pasado que compartieron y había seguido adelante cuando el se estanco en el mismo sentimiento por años.

Fue un idiota. Un idiota que entregó su corazón sin ninguna reserva y que no lo pidió devuelta aún cuando se marchaba lejos aquel a quien se lo había entregado.

¿Realmente era imposible que ellos dos estuvieran juntos?

¿La diosa Luna realmente aborrecía el amor que habían tenido?

Por años mantuvo la creencia de que ellos no estaban haciendo nada malo o incorrecto, pero quizás solo se había cegado ante la verdad por su miedo de perder a Jungkook, quizás solo era él quien estaba equivocado, quien no era normal.

Si ese era el caso y su menor ya había entrado en razón, entonces debería de sentirse feliz por él, debería de dejar de retener esos recuerdos que lo lastimaba y tratar de volverse normal como su padre había dicho antes de dejarlos a su madre y a él. Tenía que alegrarse de que no había afectado al su influenciable menor en el pasado y que ahora este podía continuar con una buena vida y una bonita familia.

Solo se preguntaba…

¿Sería siempre tan doloroso para él? ¿En algún momento su corazón sanaría?

🎼

¿Todavía no me amas?
Porque entonces, significa que todavía no es el final.
Por favor, no digas palabras que no quieras decir,
Sé que tú también quieres que te retenga.

— ¿Yoongi-hyung? ¿Necesitas que te escuche?

El castaño alfa que trabajaba con él, parecía preocupado. Sostenía con suavidad su antebrazo pero firmemente para evitar que se dirigiera a su casa en esa tarde.

Hoseok era un excelente amigo para hablar, desde el momento en que lo conoció. Nunca le había contado sobre Jungkook, pero después de reencontrarse con subamor pasado y estar por dos días ahogándose en alcohol, tal vez era momento de eliminar de su pecho esa historia que le dolía en el alma, puede que decirlo en voz alta también le ayudará a aceptar la verdad de su situación.

— Lamento haber sido un inútil estos últimos dos días y… gracias por comprenderme, aunque no tengas ni la más mínima idea de porque me encuentro así.

Su pequeña y pobre risa fue contestada con una sincera sonrisa en forma de corazón.

— Dado el tiempo que llevo de conocerte, me preocuparía si aún no llego a comprenderte tan siquiera un poco. Siempre has sido de los que oculta como se siente con sus acciones, pero tus ojos no pueden mentir hyung. Y puedo presumir de que ahora se interpretar tus miradas… Ese chico, Jungkook, es alguien importante para ti, ¿cierto?

— Es… En realidad, fuimos el complemento del otro, se podría decir. Ahora… creo que solo… yo sigo pensando de esa manera, él ya está avanzando hacia adelante.

Se acomodó en una de las sillas de espera para los dueños de sus pacientes que estaban cerca de la puerta de salida, hablar de Jungkook siempre parecía debilitar su energía para sostenerse.

— Parece ser alguien que te gustaría tener cerca.

— Si, él simplemente es alguien que necesitas en tu vida en cuanto lo conoces. Incluso tu querías que fuera tu novio en cuanto lo viste por primera vez.

El rostro de su amigo se volvió de color rojo en un segundo.

— Adivinaste que era él. — Su afirmación fue acompañada con una pequeña sonrisa nerviosa.

— Jungkook venía cargando con la madre de los cachorros que atendimos la voz pasada, además su amigo es alfa, la conclusión salio sola.

Volvió a sonreír tratando de que el menor lo acompañará, pero en su lugar, el alfa frente a él lo observó con curiosidad.

— ¿Puedo saber que relación… tenían?

— Fuimos amigos por un año, después… comenzamos a salir en secreto. — Si pudo observar la sorpresa en la expresión de Hoseok, pero también algo que le decía que eso ya lo había sospechado. — Aunque los dos somos omegas.., nuestra relación funcionó muy bien por un año.

— ¿Qué es lo que pasó? ¿Por qué se separaron?

— Los padres de Jungkook — contestó con un suspiro —. Creímos que era el momento de revelar nuestra relación a su familia, pero no lo tomaron nada bien. Dijeron que eso no era natural, que todos mirarían mal una relación de débiles y se aprovecharían de ello… Qué no era natural lo que nosotros teníamos. Por semanas se dedicaron a dejarnos claro cuan en contra estaban de nuestra relación, incluso le dijeron a Jungkook que lo dejarían estudiar cualquier carrera que eligiera en lugar de finanzas si aceptaba dejarme y ser enviado a Seúl.

— Lo lograron por lo visto.

— Si… — Se habían separado y él había sufrido, los padres de Jungkook realmente lograron hacerlo sufrir tal y como prometieron. — Un día Kookie llegó al departamento dónde vivía y dijo que teníamos que terminar con nuestra relación.  Dijo que estaba cansado de tener que fingir que éramos amigos solo para que nadie nos mirara hacia abajo y de mala manera, que estaba harto de las exigencias de su padre… e incluso dijo que se quería alejar de los otros tantos problemas que surgirían por estar conmigo.

— Cedió ante la presión.

— Si. Pero es entendible, tenía solo diecinueve años en ese momento y yo solo soy dos años mayor, tampoco supe que hacer para evitar que se lo llevaran lejos.

El brazo de su amigo, rodeó sus hombros en un gesto reconfortante.

— ¿Y ahora?

— ¿A qué te refieres? — preguntó desconcertado.

— ¿No harás nada? ¿ No iras por él para decirle que aún lo sigues queriendo? ¿No le pedirás una oportunidad para volver a lo que tenían?

— Se va a casar Hoseok, en menos de dos semanas. Es obvio que él está continuando con su vida normal.

Se levantó de la silla en la que había estado y acomodó sus ropas para poder salir de allí, no quería enojarse con su amigo, pero si seguían hablando del compromiso de Jungkook terminaría haciendo eso pprecisamente.

Se aseguró de llevar todo antes de empujar la puerta que daba hacia la vacía calle y logrando escuchar apenas las palabras del castaño alfa.

Pero eso no significa que ya sea el final.

No detuvo su caminar hasta que finalmente estuvo en la parada de autobús y pudo dejarse caer en la incomoda banca.

Hoseok tenía razón, aún no era el final, pero no podía pelear por algo que de cualquier manera no tenía futuro. Habían pasado dos días desde que se había reencontrado con Jungkook y el pelirrosa no había vuelto a poner un pie en su trabajo. Él tampoco lo había buscado, pero de los dos el menor era el único que sabía donde encontrarlo.

No lo buscó, eso lo hizo desistir de inmediato.

— Hola. ¿Tu eres Min Yoongi?

Una alta, pelinegra y muy hermosa alfa estaba de pie frente a él, observándolo. Tenía una sonrisa pegada a su rostro y vestía ropa elegante, definitivamente no era nadie que conociera.

— ¿Quién pregunta? — respondió con desconfianza.

—  Lo siento. Supongo que no puedes confiar así de simple en alguien que llega sabiendo tu nombre. — Una sonrisa pequeña se dibujo en el rostro de la alta alfa al mismo tiempo que la mano se extendía en su dirección. — Mi nombre es Park Soo-young, soy la prometida de Jungkook.

Su desconfianza pasó a sorpresa y después a desconcierto que definitivamente debió de haber transformado su rostro con muecas muy cómicas, o quería creer que era por ello que la alfa se reía por lo bajo con diversión en sus ojos.

— Fui a tu trabajo pero tu amigo me dijo que te podía encontrar aquí y realmente no quería perder la oportunidad de hablar contigo lo antes posible. Lamento si esto te causa alguna incomodidad, pero ¿es posible que me concedas unos minutos para hablar?

Asintió antes de que procesará correctamente el movimiento de sus músculos, su curiosidad había ganado.

Siguió a la más alta volviendo sobre sus pasos y terminando en aquella cafetería que tanto visitaba. Ocuparon una de las mesas más lejadas y dejaron que uno de los meseros tomará su pedido antes de que dejara de contener su curiosidad.

— ¿Qué es lo que quieres hablar conmigo?

— En realidad creo que es un favor lo que tengo que pedirte.

Por supuesto.

Le pediría que se alejara de Jungkook.

Apretó sus manos en dos puños por debajo de la mesa y bajo su mirada hacia la plana superficie de madera.

— Me gustaría que hicieras feliz a Kookie.

— ¿Q-Qué? No e-entiendo.

Otra sonrisa más se mostró en el rostro pequeño de la alfa.

— Conocí a Jungkookie en Seúl, ambos fuimos enviados ahí por amar a alguien equivocado, según nuestras familias. Ambos nos volvimos muy amigos y nos prometimos ayudarnos a poder regresar al lado de quien realmente queríamos estar. Así que por eso te pido este favor, no te prometo que se fácil porque sus padres seguirán interponiendose, pero valdrá la pena para que puedan estar juntos y-

— Espera. — Tuvo que cubrir su cara con las palmas de sus manos, esa conversación le estaba resultando un poco irreal y agobiante. — ¿Por qué tú me estás pidiendo algo así? Jungkook… ¿Él te esta impidiendo-

— No no no. Kookie nunca haría algo así, es el mejor amigo que pude pedir. En realidad él esta dispuesto a seguir con la boda planeada por nuestros padres, solo por mi bien. Yo ya perdí mi oportunidad de estar con mi amada, pero aún no es tarde para que ustedes estén juntos y puedan amarse libremente.

El mesero interrumpió en ese instante, dándole unos segundos para pensar en lo que iba a decir después de ese pequeño trozo de información.

— ¿Cómo puedes estar tan segura de que Jungkook quiere una vida conmigo? Desde que lo vi hace dos días, ni siquiera se ha aparecido nuevamente en mi trabajo.

— Él ha estado tratando de pensar. No quiere romper nuestro compromiso porque sabe que mis padres solo me buscarán otro omega para que yo me pueda casar, pero tampoco quiere perderte por segunda vez.

— Él no me perdió la primera vez, él se fue.

Esa alfa al parecer sonreía tanto como Hoseok, porque de nuevo estaba mostrando sus blancos y perfectos dientes.

— Jungkookie tenía razón cuando dijo que eres lindo. Tu puchero es adorable. — Como podía evitar sonrojarse a pesar de lo confundio que se sentía. — Yoongi, yo conozco la historia que tuviste con Kookie tan bien como él conoce la mía con… mi persona amada. — Observó como el dolor llenaba los ojos oscuros de la alfa y no pudo evitar cubrir la mano contraria con la suya, recibiendo una pequeña sonrisa como respuesta. — Cuando volvimos aquí nos prometimos buscar y luchar por quienes queríamos tener a nuestro lado, pero yo me enteré de que ella ya había sido marcada y ahora tiene una buena vida al lado de su esposa y sus dos niños. A mi ya no me queda nadie por quien luchar y por ello accedí a que mis padres organizarán mi boda, nunca imagine que esta sería con Kookie.

》Me haría feliz poder casarme con mi amigo porque él realmente me conoce y se que nosotros viviríamos como los amigos que hemos sido hasta ahora, pero ahora que te encontró yo no puedo permitirlo. Kookie no me debe absolutamente nada porque ambos nos apoyamos cuando estuvimos lejos de quienes amamos, así que te pudo que lo saques de su debate. A pesar de alejarse de ti, el estudio finanzas tal y como su familia quería, aprendió perfectamente el negocio de la empresa Jeon y ahora a sustituido a su padre en la presidencia, el ya no le rinde cuentas a nadie, se volvió más fuerte física y mentalmente para que ya no fueras solamente tu quien tuviera que ser el soporte en la relación. Si está continuando con nuestra boda es porque no quiere que mis padresbme casen con alguien más, algún desconocido o desconocida.

¿Ahora como podía ir a luchar por su relación cuando conocía un poquito más a la prometida de Jungkook?

— ¿Realmente no te importaría que Jungkook no se case contigo?

— Yo estaré muy bien, te lo puedo asegurar. Y seré feliz si puedo ver como mi mejor amigo es amado. — Ambas manos de la alfa tomaron la suya en un firme agarre. — Por favor, habla con Jungkook, convencerlo de la sinceridad de mis palabras cuando digo que puede romper nuestro compromiso y vivan muy felices con todo ese amor que se tienen. Ese es el gran favor que te estoy pidiendo.

Con una lágrima resbalando por su mejilla, asintió a la amiga de su Kookie.

Su lobo ya estaba ansioso por ir a encontrarse con su otra mitad, brindaba en su interior meneando la cola enérgicamente y no podia culparlo pues ahora podrían amar a Kookie libremente, ya no le tendría miedo a los obstáculos porque los enfrentarían juntos.

🎼

Por favor, no te vayas de este lugar
No hay lugar como este en ninguna otra parte del mundo.
Por favor, no nos rompas
Porque nuestro único corazón se dividirá
Por favor, no te vayas
No tires todo lo nuestro por la borda.
Por favor no hagas esto.

Una respiración profunda más y ahora si tocaría el timbre.

Cuando su plática con Soo-young terminó, ella le entregó una pequeña nota con la dirección y el número del teléfono celular de Jungkook.

Él se había dirigido de inmediato a su propio departamento para ducharse y calmarse un poco antes de ir a tener su primera platica con el menor después de años. Y considerando que la última que habían tenido terminó con él llorando solo ante la partida de su amado, nadie lo podía culpar por estar dudando un poco de llamar a la puerta frente a él.

En un rápido movimiento, cerró sus ojos y presionó el redondo botón con su dedo índice. No le sorprendería si el largo pasillo ya estuviera lleno de su aroma de durazno y mousse de limon junto al espeso olor de la anticipación que estaba invadiendo su cuerpo.

— Yoongi-hyung… ¿Cómo supiste donde vivo?

Los ojos llenos de sorpresa del menor transformaron el rostro maduro de veintitrés años en ese rostro redondeado, infantil y tierno que él recordaba con tanto cariño.

Una sonrisa estiró un poco las esquinas de sus labios cuando vio los redondeados ojos.

— Ah… yo co-conocí a Soo-young, e-ella me dio tu dirección.

Los labios de Jungkook se movieron un par de veces pero ningún sonido salió de ellos, al final solo se hizo a un lado en una silenciosa invitación a que pasara.

Esperaba ver el costoso departamento con una decoración fría e impersonal, pero su Jungkookie podía estar mas alto y ser más apuesto, tener ese cuerpo y esos muslos más gruesos… lo que quería decir, es que el departamento era amplio pero con tonos cálidos y con cuadros coloridos adornando las paredes, iguales a aquellos que el Jungkook de diecinueve años pintaba para él.

Tomó asiento en el cómodo sofá de colo azul rey, con sus dedos entrelazandose entre sí cuando el otro omega se sentó a su lado, tan cerca que el aroma de lavanda y limón lo envolvió de la mejor manera.

— Hyung… ¿hablaste con noona?

— Si, ella pidió hablar conmigo. Me pidió in favor.

— ¿Q-Qué te pidió?

Con sus dedos temblorosos tomó las manos del menor, ese solo toque ya tenía su corazón latiendo rápido y a su lobo emocionado.

— Ella me pidió que te convenciera de lo segura que esta de romper su compromiso. — Trabó su mirada con las dos pequeñas galaxias que se escondían detrás de los lindos ojos de ciervo que poseía Jungkook. — También me pidió que te hiciera muy feliz, amándote… tanto como ya lo hago.

Los bonitos ojos grandes se llenaron de lagrimas inmediatamente y las mejillas se tornaron de color rojo al igual que la punta de la nariz.

En un rápido movimiento del pelirrosa, su torso fue jalado entre los brazos largos y su mandíbula quedó contra el hombro que se había vuelto más amplio durante el tiempo que no había visto a su menor.

— Lamento tanto haberme ido y haberte dicho esas palabras hyung. Todos los días veía como tú soportabas todo por los dos, como tú te mantenías fuerte mientras yo no hacía más que llorar por cada pequeña cosa… Por eso decidí alejarme, hacerme más fuerte y convertirme en eso que mi padre quería. Creí que si lograba todo eso rápidamente podría volver contigo y vivir sin que nadie nos dijera absolutamente nada por amarnos. Pero tarde demasiado y las cosas cambiaron cuando llegue aquí… perdón por haber tardado en volver a encontrarte.

— Yo lamento haber creído en las palabras que me dijiste cuando te fuiste, debí de haber sabido que mi hermoso mocoso no me abandonaría tan fácilmente.

— ¿Crees que soy hermoso?

— También te dije mocoso, ¿por qué solo preguntas por esa parte?

— Porque aprendí del mejor.

La risa de Jungkook retumbó contra la curva de su cuello, era el mejor sonido que había escuchado en años.

— Jungkook.

— Dime hyung.

— Se mi novio, déjame entregarte de nuevo este amor que siempre te perteneció.

— Yoongi… si quiero, s-si.

Con lágrimas de felicidad rodando por sus mejillas, separó un poco el cuerpo mas grande para poder ver el rostro que tanto había extrañado. Los años habían pasado en los rasgos de su Kookie, aunque el rostro aún se veía joven ya no era infantil, a Jungkook aún se le podía catalogar como lindo pero ahora la primer palabra que llegaba a su mente era apuesto.

— ¿Cómo es que te volviste aún más hermoso?

El sonrojo ante los cumplidos no había cambiado nada, ahora las mejillas delgadas podían competir con el color de su cabello.

Su tierno omega podría haber cambiado con los años al igual que él, pero se encargaría de descubrir y amar cada uno de esos nuevos aspectos, aprenderian a amarse nuevamente con el pasar de los días. En ese instante solo se encargó de volver a conocer cada facción del pequeño rostro con las puntas de sus dedos, la mandíbula más recta y fuerte, las mejillas más planas y los bellos labios que lo hicieron pasar saliva por su seca garganta.

— Kookie… déjame besarte.

— ¿Solo besarme hyung? — preguntó su menor con una sonrisa traviesa y la mirada muy fija en él.

— ¿Qué más quieres que haga?

Sus palabras fueron dichas con el mismo tono con el que su pelirrosa había cuestionado. Le gusto mucho la manera en que la punta de la rosada lengua salió para humedecer el labio inferior más grueso.

— Pues… yo he pasado muchos celos solo, extrañandote mucho… Tal vez hyung pueda ayudarme a ya no extrañarlo.

Una enorme sonrisa se instaló en su rostro. Estaba feliz de poder presenciar esa faceta de su Jungkookie y por supuesto era incapaz de negarle absolutamente nada.

Se abalanzó hacia enfrente para tomar ese grueso y rosa labio que brillaba con la saliva dejada atrás, una de sus manos se aferró firmemente a las hebras suaves de cabello y lo ancló en ese lugar para poder saborear a su gusto.

Tuvo que levantarse de su posición e hicarse en el suave material del sofá para poder sobrepasar la altura del alargado torso que ahora poseía el menor. La nueva postura le permitió sentir un poco de ventaja en el control del beso, la cual uso para introducir su lengua y saborear la cavidad bucal contraria. Solo que también le dio desventaja en cuanto a lo de poder tocar el nuevo cuerpo su hermoso omega.

Jungkook fue quien tuvo la oportunidad de meter los gruesos y cálidos dedos por debajo de su playera. Recorrieron la piel desnuda de su pecho y espalda, también jugaron un poco con sus pezones dejándolos totalmente duros y sensibles al igual que la erección que ya se formaba debajo de la cremallera de su pantalón.

— Yoongi… vamos a … la habitación.

Sonrió entre el beso desesperado que habían comenzado ambos. Él intentaba caminar hacia atrás con el ritmo con el que las largas piernas de su menor avanzaban al mismo tiempo que trataba de seguir aferrándose a los dulces labios mientras ambos querían arrancarse las ropas.

Había extrañado demasiado a su Jungkookie, los besos suaves y apasionados de los dulces labios. También extrañaba acariciar el cuerpo suave, pero cuando los marcados abdominales y el pecho amplio quedaron a la vista no pudo evitar que un gemido saliera del fondo de su garganta y su entrada se lubricara.

Estaba muy excitado por memorizar cada abultamiento y valle que creaban los duros y firmes músculos que ahora conformaban a su lindo omega.

— Yoongi… te necesito… por favor…

Otro gemido salió de su garganta para ir a mezclarse con el beso que ya estaba volviéndose salvaje, su erección estaba rozando con ese grueso muslo tonificado y su abdomen bajo estaba disfrutando de la dureza que se estaba frotando contra el.

— Hyung… por favor… ya.

Como podía negarse a apresurar las cosas si su lindo menor se lo pedía de esa forma. Se separó el tiempo necesario para quitar del camino su pantalón y sus bóxer, y por supuesto para admirar el cuerpo totalmente denudo del hermoso omega frente a él.

Jungkook definitivamente había crecido.

Se lamió los labios cuando vio el movimiento de los nuevos músculos que se agrupaban en la espalda. Sus músculos no eran enormes como los de un alfa pero si notorios y definidos en ese cuerpo delgado que y seductor.

Su pelirrosa tomó algo del cajón superior que estaba aún lado de la cama para después subirse al colchón y ponerse sobre sus manos y rodillas. Más lubricante se deslizó por el interior de sus muslos al ver la lubricada entrada que se contraria a la espera de ser llenada, tal y como se sentía la suya.

— Ayúdame a correrme hyung.

El que estaba a punto de correrse fuertemente era él, cuando se formó ese perfecto arco en la espalda baja de su Kookie.

Incluso sus pasos fueron temblorosos, una corriente eléctrica parecía estar recorriendo cada célula de su ser y su alborotado omega feliz tampoco ayudaba en esa excitacion que ya tenía a su vientre bajo cosquilleando.

— Kookie, co-condón… necesitamos-

— Aquí hyung.

El cuadrado envoltorio fue dejado entre el edredón ligero que cubría la cama, noto otro envoltorio cerca de una de las almohadas y mentalmente agradeció que el menor hubiera sacado dos porque estaba más que seguro de que quería saber cuandiferente se sentía Jungkook en su interior.

Estaba ansioso por estar envuelto alrededor de su hermoso mocoso tanto como deseaba enterrarse en esa calidez húmeda que lo estaba esperando.

Los juegos previos no eran absolutamente necesarios cuando sus cuerpos omegas se preparaban perfectamente para la penetración y aunque eran divertidos y excitantes, en ese momento ninguno de los dos parecía aguantar más tiempo.

Rodó el látex por su longitud dura tan pronto como lo libero del empaque y subió a la cama manteniendo su peso sobre sus rodillas. La entrada de color rosa estaba brillando con el lubricante que olía tan dulce y tentador, su lengua probó un poco antes de conducir su pene en el interior.

Los anillos de músculos de inmediato se aferraron y apretaron al rededor, los movimientos espasmódicos aumentaron sus ganas de liberarse. Tuvo que mantenerse quieto y concentrarse para que eso no pasara.

Dio la primera estocada solo cuando su cuerpo dejó de temblar con la amenaza de un inminente orgasmo. Sus movimientos, aunque profundos, fueron siempre cuidadosos, las relaciones íntimas entre ellos siempre se habían caracterizado por carecer de esa fuerza y descontrol con la que muchos alfas y betas disfrutaban. Ellos siempre mantenían ritmos lentos y cuidadosos que no dejaban de ser excitantes.

A pesar de los años separados, ninguno parecía haber cambiado en ese aspecto. Ambos estaban disfrutando de ese momento donde hacían el amor lentamente y la prueba de ello eran sus gemidos y sus erecciones que cada vez parecían más duras.

— Yoongi… acariciame~

Mordió su labio inferior de nuevo cuando la melodiosa voz le suplico de esa manera dulce y casi lo envía a su culminación. Aún así cumplió con la petición de su lindo pelirrosa y paseo sus dedos largos y delgados por el exterior de esos muslos gruesos,  por la estrecha cintura y esa amplia espalda para finalizar  con besos en la base de la nuca que no era cubierta por los sedoso hilos de cabello rosa.

Sus manos se dividieron para que una atendiera los duros pezones y la otra masturbara el pene alargado. No tuvo que esforzarse mucho más para llegar a su liberación cuando escuchó el bello gemido de su Jungkookie.

Su cuerpo tembló encima del su menor mientras su semen salía disparado para terminar atrapado entre el látex.

Salió con cuidado de la apretada calidez con la que había sido envuelto y retiro el preservativo con la precaución debida antes de dejarse caer sobre su espalda en la blanda superficie.

— Kookie, tómame ahora, hazme sentir bien.

Coloco sus manos en la parte trasera de sus rodillas y abrió sus piernas tanto como podía, asegurándose de mostrarle a su bello omega como su entrada se lubricaba y palpitaba por la necesidad de sentirlo dentro.

Se sintió realmente bien la manera en que su entrada era estirada por la ereccion de su Jungkook, aún con el látex del condón de por medio, estar unido a su amado se sentía realmente bien. Le gusto aún más cuando pudo observar a pocos centímetros de distancia esos ojos grandes llenos de cariño y amor por él.

Si el placer no estuviera recorriendo su interior con cada embestida del omega menor, quizás podría haber estado llorando de felicidad por la verdad que pudo ver en esas dos pequeñas galaxias que brillaban con varias motitas de luz.

Fue su turno de arquear su espalda baja cuando su punto dulce fue tocado, primero suavemente y después una y otra vez con ese movimiento rítmico que mantenían las caderas de Jungkook.

— Mmgh~ Kookie… mi Jungkookie~

— Tuyo hyung… siempre seré de Yoongi-hyung, ah~

La liberación de Jungkook, el aroma intenso de ambos arremolinandose en la habitación cerrada, las facciones maduras de su omega transformadas por el placer y su lobo brincando feliz de un lado a otro por tener consigo a su otra mitad, todo eso provocó su segunda liberación.

El sonido pesado de las dos cansadas respiraciones y el latir frenético de sus corazones, fueron los únicos ruidos dentro de esas paredes por al menos unos segundos. Ninguno quería moverse de sus posiciones, pero finalmente Jungkook tuvo que hacerlo para deshacerse del condón. Volvió a acomodarse sobre él tan rápido como concluyó con ello y lo abrazo con fuerza, como si tuviera el mismo pequeño temor que él de que todo ese maravilloso momento pudiera ser un magnífico y hermoso sueño.

— Te amo Yoongi-hyung, tanto tanto.

— Y yo te amo a ti mi pequeño hermoso mocoso.

— Hyung, ahora si te puedo prometer que estaremos siempre juntos.

Sus ojos se llenaron de lágrimas cuando recordó aquella pasada conversación donde le prometió a su Jungkookie que estarían juntos y que nada los podría separar. En ese entonces, el menor no le había respondido y al día siguiente fue cuando todo acabó,  pero ahora esa promesa significaba todo lo que iba a ser su futuro.

— Entonces, siempre juntos.

Un beso suave y lento sello su promesa, con la diosa Luna y ellos siendo los únicos testigos, y solo los que bastaban para vivir como dos omegas felices con su otra mitad.

Otro conjunto de One Shot terminado, mucho mucho después pero terminado jeje.
Realmente espero que disfrutarán de cada canción que elegí y cada historia que escribí para ustedes mis lindxs Makis. Gracias por su apoyo como siempre y me despido por ahora esperando leerlos en alguna otra de mis historias.
I PURPLE YOU 💜

(P.D. Para quienes no se hayan enterado, mi laptop se descompuso y perdí [por el momento, espero 🤞🏻😞] los avances, la cronología y el "esqueleto" de algunas de mis historias, así que les pido paciencia para mis próximas actualizaciones, estaré llevando a mi hija al doctor de computadoras, manden muchos buenos deseos para mi bebé 🙏🏻)

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