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☄️ Nɪɢʜᴛ Sᴇᴠᴇɴ ☄️

Nota: Lean el capítulo, con la canción al menos a mí mientras escribía me hizo sentir más sobre todo cierta escena que creo que sabrán cuando la lean. Sin más que decir, disfruten el capitulo.

Killua se encontraba sentado en su silla con la espalda recargada en el respaldo de la misma pensando en aquel suceso de hace una semana.

El chico de la cafetería, se había sentido tan atraído a él, como un imán. El haber escuchado como narraba aquella historia a esos niños fue un deleite. Lo único que pudo conseguir de él fue su nombre: Gon, no podía creer lo fuerte que le había pegado el solo hecho de saber aquello.

Aquella sensación inexplicable en su pecho, no la conocía, y no sabía si volver a aquella cafetería para encontrarlo. En todo caso quería saber más de él; algo en si mismo le gritaba a gritos que fuera a esa cafetería además tenía como ayuda que su hermana y mejor amiga conocían al moreno, cosa que lo ayudaría. El sonido de la puerta abrirse lo hizo salir de sus pensamientos viendo al lindo joven de cabellos negros que entro con una sonrisa.

- Yoshio -saludo el albino -. ¿Cómo estás?

- Bien, bien -el chico sonrió emocionado, eso hizo a Killua sentirse curioso, en los meses que trabajaba en este lugar podía decir que Yoshio era un buen tipo, se sentía cómodo estar a su lado e inesperadamente ambos se habían hecho buenos amigos. Sabía los problemas que acarreaba en su familia el hecho de que fuera doncel, puesto que su amigo le contaba ciertas cosas el hecho de verlo feliz y emocionado le hizo sentir bien -. ¡Ya está!

- ¿De verdad? -el ojiazul abrió los ojos con sorpresa.

- ¡Ya está el contrato!, ¡Aceptaron el borrador! -el chico gritó con emoción para después voltear asustado por el gritó al ver por los vidrios de la oficina que nadie lo escucho sonrió. El albino se levantó y lo abrazo con fuerza.

- Te dije que lo aceptarían, es una historia brillante -el pálido se alejo para verlo, sus ojos brillaban llenos de lágrimas retenidas pero aún así la emoción en ellos seguía ahí.

- Killua estoy tan feliz, ¡debemos festejar! -gritó una vez -. Lo siento, es solo que estoy tan feliz.

- No te preocupes, entiendo tu felicidad -el ojiazul sonrió -. Y si, debemos festejar, yo invito. Así me cuentas todo con más detalle.

- Oh claro que lo haré Killua, nos vemos al rato entonces -el chico camino a la puerta pero antes de abrirla giro sobre su propio eje hablando -. De veras, tienes que firmar esto, hubiera mandado a mi secretaria pero quería venir a darte la noticia, nos vemos al rato Killua.

El albino tomo la carpeta viendo que el joven salía de la habitación, fuera de esta una peliroja caminaba hacia la oficina del Zoldyck viendo cómo el azabache salía de esta con una sonrisa. La peliroja alzó la ceja, no ese chico era un doncel.

Vaya mierda, a veces no entendía porque decían existir tipos así, daban asco.

Ella no estaba en contra de la homosexualidad, de hecho la apoyaba demasiado su mejor amiga era parte de ella, ¿cómo no la apoyaría?, pero, de eso a apoyar el embarazo masculino... Era raro, simplemente repugnante.

Camino con confianza y entro en el despacho de Killua quien alzó la vista pensando que tal vez era Bisky o Yushio eran los únicos que no tocaban al entrar a su despacho sin saber que irían. Los demás pasaban una vez que Bisky les daba el paso que Killua ya habría aceptado anteriormente. Así de simple.

La chica le sonrió con con coquetería, camino al escritorio y se sentó en la esquina de este. Killua miró sus acciones con la ceja alzada.

- ¿No estaba afuera Bisky? -preguntó.

- Nop, no estaba -dijo con un puchero inocente.

- ¿Y, que te trae por aquí? -preguntó, vio que la chica sonrió, sin embargo bajo la mirada a dónde estaba sentada, esos papeles se iban a doblar, ¿por qué se sentó ahí?, ¿acaso no vio las sillas?

- Cenemos Killua, invitó yo -dijo con una sonrisa. En su bello rostro se formaron dos hoyuelos en cada mejilla que era decorada por un color coral bastante natural.

Y, por mucho tiempo le agradeció a los dioses y a Yoshio por haber venido tiempo antes.

- Lo siento -dijo con un tono arrepentido, que era obviamente fingido -. Pero ya tengo planes para esta noche, Dios, Alessandra siéntate en la silla arrugaras el papeleo.

La chica se mordió el labio inferior con frustración, se levantó haciendo que su cabello ondulado y rojo se moviera a su compaz, sentándose en la silla de enfrente. Tenía planes... Podría... Ser... ¿Yoshio?

El chico había salido con una sonrisa de la habitación, pero... No creía que Killua fuera el tipo de hombre que jodiera con otros hombres mucho menos con raritos como los donceles.

- ¿Alguna junta? -preguntó con una sonrisa dulce.

Killua casi rodaba los ojos, el que tuviera planes no era información que debiera decirle a esta chica. Eran cosas personales que a ella no le importaba y si hubiera sido otra persona él contestaría, pero simplemente no, era una mujer a la que ya conocía y que sabía sus intenciones.

- ¿De verdad no estaba Bisky afuera?, necesito unos papeles con urgencia -dijo cambiando el tema.

- No estaba -dijo la chica.

- Bueno, tendré que ir yo, Ale, como ves tengo mucho trabajo -el chico señaló al escritorio donde habían varias carpetas abiertas -. Me encantaría seguir hablando contigo pero no puedo.

- Claro cariño -le dió una sonrisa dulce -. Será la próxima, entonces.

-Por supuesto -el chico se levantó acompañando a la joven italiana y saliendo él también de la habitación.

Sin duda alguna, la mente de la italiana ya había comenzando a trabajar y no había otra explicación que Yoshio. No entendía porque personas tan repugnantes como ellos debían existir, los odiaba porque sabía cómo eran. Sabía que engatuzar a los hombres era lo que más hacían.

Ella no era tonta, muchas veces había escuchado los rumores de los donceles y de como el sexo con ellos era mucho mejor que con un hombre o mujer, era una experiencia buena el tener a uno de ellos en su cama y era por eso que ella los odiaba. Eran solo eso, hombres que daban a la luz y que solo servían como juguete sexual; no le sorprendería que ese chiquillo haya tenido algo con Killua, pues era uno de los chismes que más azotaban la empresa. Siempre estaban juntos o Yoshio siempre iba personalmente a la oficina del albino.

Alessandra no creía que Killua pudiera tener esos gustos pero, dejaría que se divertierá con el japonés. Al final de cuentas eso era, diversión; él podría ser un idiota con complejo de mujer, porque conocía el porqué ese chico se había acercado al Zoldyck y era por la misma razón por la que ella estaba ahí.

Porque en este mundo corrupto lo único importante era el dinero y poder.

Y ella los obtendría, porque claro, Killua era el hombre más ardiente, respetuoso y todo eso lo complementaba a la hora abrir su boca y escuchar todo lo que tenía que decir porque era un chico tan inteligente que con solo escucharlo podría enamorarse (claro si esa palabra existiera en su diccionario), sin embargo, la cereza del pastel y lo que lo hacía aún más atractivo era: su dinero y poder.

Oh, esos dulces tesoros que le pertenecían a ella y solo a ella. Yoshio no eran nadie alado de ella.

Yoshio se encontraba haciendo un café en la cafetería de la empresa. Mezclaba con una cucharilla la bebida con el azúcar que había echado.

Había visto que dos chicas hablaban en voz baja cerca de él, frunció el ceño y torció los labios; era obvio que hablaban de él. Ambas chicas se acercaron a él con una sonrisa.

- ¡Wow! Yoshio, eres increíble -dijo una de ellas con una sonrisa emocionada.

- ¿Así?, pues gracias -el chico se llevó el vaso a sus labios bebiendo aquel café.

- ¡Si!, apenas llegando el subdirector de la empresa y tú ya estás en una relación con él -dijo la otra chica con una sonrisa sugerente. El chico no pudo evitar toser con el café al haber escuchado esa afirmación tan audaz.

- ¿Relación?, ¿con Killua -san? -hablo con sorpresa.

- Pues claro, ¿no? -una de las chicas que usaba una falda roja lo miro curiosa.

- Pues no, somos amigos -el azabache menciono algo incómodo.

- Creíamos que ya eran pareja, digo tu eres muy bonito además puedes darle un heredero, eres muy afortunado -la chica mencionó aquella como si fuera un cumplido.

Un cumplido, eso era una grosería. Antes de contestar escucho la voz de Bisky.

- Oh, Yoshio -san, me permite un momento -el chico de ojos verdes sonrió aliviado asintiendo con la cabeza.

- Lo siento mucho, me necesitan -hizo una leve reverencia alejándose de ambas mujeres y acercándose a Bisky -. Muchas gracias Bisky.

- Se te veía lo incómodo que estabas, era mejor sacarte de ahí, ¿que te decían? -preguntó la chica negando con la cabeza.

- Tonterías de ser la pareja de Killua, y de que soy afortunado por poderle dar un heredero -porque todo se iba en eso... En dar un heredero, ¿acaso sus demás cualidades no valían la pena?

- Vaya mierda, normalicemos las amistades entre hombres y donceles, dioooos de verdad que me hartan, además ¿qué es esa mierda de ser afortunado por dar hijos? -la chica miraba al frente con una mueca de asco -. Ay no, créeme que tienes más que esas tonterías.

El chico sonrió.

- Gracias Bisky, por cierto, Killua y yo iremos a festejar. Ven con nosotros, me encantaría que estuvieras ahí -el chico sonrió bebiendo su café.

- ¿Festejar? -preguntó.

- Te lo contaré en... -el chico paro en seco, ¿a dónde irían? -. Creo que debo pensar a dónde ir.

- ¿Es comida o copas? -preguntó con una sonrisa la rubia.

- Ambas, definitivamente necesito un poco de alcohol en mi sistema -el chico sonrió.

- Conozco un buen lugar, pero no es tan ya sabes... Caro ni esas cosas, ¿sirve? -

- Claro, es mejor la calidad, confió en ti, me tengo que ir Bisky, nos vemos al rato -el chico se despidió con una sonrisa y camino hacía su oficina.

El reloj marcaba las 10:00 de la noche y un moreno caminaba alado de sus amigos muestras las risas eran protagonistas de esa caminata.

- Debieron haber visto su cara, parecía haber encontrado el amor verdadero -Leorio, era un alto que hace unas semanas había entrado al círculo de amigos.

- ¡No es mi culpa! -chillaba Palm con gracia -. Debieron haberlo visto, era simplemente guapo, soy débil ante tal imagen.

- ¿A dónde iremos? -la voz de Kurapika hizo que el moreno lo viera.

- No lo sé, Palm y Zushi son los que conocen el lugar -dijo con una sonrisa.

- Me muero de hambre -el castaño hablo con emoción -. ¡Por fin viene con nosotros Gon!

- ¡Lo mismo pensaba! -se escucho el gritó de Palm desde atrás puesto que iba platicando con Leorio.

- No es para tanto -mencionó el chico.

- ¡Claro que lo es! -dijo el castaño con una sonrisa, abrazando a su amigo por el cuello.

- ¿Oigan, ya vieron el nuevo libro que va a salir en venta? -preguntó Palm.

- ¿Cuál? -preguntó.

- Pues según los rumores de trata de dos personas -paro un poco al haber tropezado.

- No me digas -se burló el alto.

- Cállate -la chica de cabellos largos le dió un golpe en el brazo -. Es de dos amantes que se conocieron hace millones de años pero que no pudieron estar juntos y... Digamos que reencarnan en nuevas personas en otra era donde se reencuentran y tratan de ser felices en esa nueva oportunidad.

- Suena interesante -dijo el rubio volteando a ver a los chicos que caminaban detrás de él, vio que la azabache engancho su brazo en el brazo de Leorio. Kurapika sonrió, esos dos eran como pareja.

- ¿De eso va a tratar? -preguntó Gon interesado.

- Se supone, son rumores de la editorial, muchos creen que sea el nuevo éxito -dijo la chica -. ¡Llegamos!

El lugar era un... Restaurante de dos pisos, aunque el segundo piso era al aire y se veían luces de colores, la música se escuchaba hasta abajo además de que siluetas de personas se podían ver. Al entrar vieron que abajo era más de comer, cosa que harían inmediatamente.

- ¡A disfrutar de la noche! -gritó una emocionada Palm metiendo a todos los chicos.

En una de las mesas más alejadas, tres chicos comían divertidos, deleitándose por lo buena que era la comida.

- ¿Entonces, serás un escritor en anonimato? -preguntó la rubia llevándose a la boca un pedazo de su sushi.

- Sip, mi padre no aceptaría que su hijo escribiera y haría todo lo posible por hacer que deje lo me gusta -hablo con tristeza.

- Perdón por decirlo Yoshio, pero tu papá es una mierda -el albino se atragantó con la bebida al escuchar a su amiga. El chico comenzó a reír.

- Yo también lo creo -sonrió.

- Y..., ¿de qué tratara? -preguntó el albino, pues, a pesar de que sabía algo no lo sabía a ciencia cierta.

- Dos amantes, que se conocieron hace miles de años, en esa época no pudieron estar juntos así que el hilo rojo amarro sus destinos. Ambos listones unidos pero, sin realmente encontrarse. Hasta que llegaron a esta era, dónde ambos se encontrarán y podrán ser felices lo que años atrás nunca pudieron serlo -el chico sonrió orgulloso.

- Espera, estás diciendo que antes de que se encontraran nunca lo hicieron pero era destinados -la rubia abrió los ojos -. Entonces... Ambos terminaban, ¿Solos?

- Mmm nop -el albino escuchaba atento aquellas palabras -. Eran destinados, almas gemelas pero podían querer a alguien más.

- Pero... ¿no estaban enamorados? -esta vez el albino hablo.

- Exacto, ambos pensaban estar enamorados de las personas con quienes decidieron permanecer, sin embargo siempre estaba ese hueco en sus corazones que les decía que debían esperar por algo o alguien -el chico llevo a su boca los palillos que tenían su comida.

- Suena... Muy trágico -dijo la rubia con un hueco en el corazón.

- No los hagas sufrir mucho, por favor -la voz divertida del albino hizo que Yoshio lo miraba.

- Creo que eso es lo que más me pesa, son almas destinadas a encontrase, sin embargo, nunca se sabe cuándo y ni siquiera ellos son conscientes de ello -dijo el chico.

- Suena muy triste y a mí me encanta el drama me lo leeré en cuanto salga, ¿de dónde te vino la idea? -preguntó con curiosidad comiendo el postre que ya estaba a la mitad.

- Mmm, una vez, cuando iba en secundaria y vagando por internet encontré una artículo que hablaba de dos amantes -dijo el chico tratando de recordar -. Era un relato o una leyenda que hablaba de una mujer y un hombre que no pudieron ser felices, se supone que se casaron por conveniencia pero con el tiempo se enamoraron y tuvieron a un hijo, sin embargo algo sucedió, y ambos fueron asesinados, en aquel artículo decía que las últimas palabras de él hacía el amor de su vida fueron "te encontraré en donde sea que estés, te encontraré; por favor espérame. Es una promesa", la leyenda decía que aquellas palabras fueron recitadas por él abrazando el cuerpo inerte de su mujer mientras lloraba.

Killua escucho el relato, sus ojos comenzaron a picar, y sintió las lágrimas formándose en sus ojos, ¿qué mierda?

- No lo sé, solo cuando leí lloré tanto, y pensé que tal vez si se encontraron y fueron felices. Tomé la idea de aquella última promesa que le hizo a su mujer y comencé a escribir -el chico sonrió viendo a la rubia quien tenía ligeras lágrimas saliendo de sus ojos.

- Es tan trágico -dijo secando las leves lágrimas. En aquel momento fueron interrumpidos por un grito de una chica de cabellos negros.

- ¡A disfrutar de la noche! -se escucho haciendo que varias personas voltearan a verlos. Killua quien sentía un nudo en su garganta volteo por curiosidad viendo a... ¡Gon!

Era el chico de la cafetería, bueno, chicos puesto que Killua reconocía a la otra chica. Vió que Bisky levanto la mano agintandola de una lado a otro.

- ¡Gon, Palm! -gritó con una sonrisa, para después ver a Yoshio - Ay, lo siento, ¿importa si se unen?

- Para nada -sonrió emocionado -. Entre más mejor.

- ¡Bisky! -la exclamación había venido de aquel chico lindo con una sonrisa.

- ¿Se unen?, ¡Estamos festejando -pero antes de terminar pensó bien en lo que diría no podía ser tan tonta y arruinar todo por lo que Yoshio había estado trabajando -. ¡El ascenso de nuestro amigo!

- ¡Que genial! -dijo Gon, sin haber notado la mirada que tenía el albino sobre él, ni siquiera lo había visto -. Deja decirle a mis amigos.

El chico se movió y hablo con ellos, estos asintieron y se acercaron.

Se comenzaron a acomodar, fue así que Gon vió al albino que se excuso para contestar una llamada. Su corazón palpito con rapidez e incluso sintió que los colores se le subieran a las mejillas.

Era muy apuesto, eso sin duda alguna, y por alguna razón desconocida estaba emocionado.

- Deja de mirarlo, se va dar cuenta -hablo con diversión el rubio que se había sentado a su lado.

El sonrojo en la mejillas del moreno se hizo más fuerte y con la carta comenzó a echarse aire en el rostro.

- Hace calor, ¿verdad? -hablo con una sonrisa nerviosa.

- No, solo eres tú -habló con una sonrisa divertida el rubio con la mirada de reojo del más alto.

- Perdón -hablo el albino sentándose alado de Yoshio -. Ahora, si, ¿qué hablaban?

- Sobre lo pequeño que es el mundo, al encontrarlos aquí -rió Palm.

- Tienes razón, por ellos hay que disfrutar la noche -la rubia hablo con emoción alzado la cerveza que le habían traído. Todos alzaron la bebida que estaban tomando en ese momento.

En definitiva sería una noche larga y divertida.

Holaaaaa ❤️.

¿Les gustó?

AAAAAAAH tuve un bloqueo y ya no sabía que escribir JAJAJJA. Pero ya pasó y les traigo capitulo de esta historia a la que amo mucho.

Gracias por estar aún apoyándola me hace muy feliz saber que les gusta ❤️.

Por cierto...

¿Les gusta el Leopika?

A mí me gusta, incluso lo metí en Acuérdate de mi pero la neta no me gustó cómo lo trabaje. Entonces si veo que si lo quieren se volverá la pareja secundaria de este libro.

Ahora sí, sin más que decir. Nos leemos la siguiente actualización. Lxs quiero ❤️.

Bye bye.

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