☄️ Nɪɢʜᴛ Fɪᴠᴇ ☄️
"Desde aquel breve sueño
cuando ví a quien amo,
efímeras y vagas
visiones en la noche
son lo que me sostiene."
~ Ono No Komachi ~
El color azul se mostraba en el cielo, las nubes decoraban aquel espacio con miles de figuras, la leve ventisca sobre su rostro le hacía sentir vivo.
Frente a él, un arroyo se encontraba, la corriente era leve, pequeños lirios de agua se encontraban flotando en esta, y ahí sentando estaba él.
- ¿Mi señor? -su voz, era tan cálida, tan delicada. No podía hablar ni moverse. ¿Señor? - Creí que no vendría.
El joven se levantaba, se veía que su cabello había sido cortado hace poco, era un chico hermoso. Se levantó sacudió el Kimono miro los árboles de sakura que se veían a lo lejos.
- Ya se -lo volvió a mirar - Pero es extraño que no le llame así, perdón -hizo una pausa mientras sonreía - Que no te llame así.
Camino hacía él, con una sonrisa. Sus pasos eran elegantes, la sonrisa que sostenía era la más linda que había visto y su mirada. Esos ojos que mostraban total amor y cariño que jamás había visto.
- Ya, ya -el chico se rió, era como si tuviera una conversación con él pero sin que pudiera hablar - No te diré así, Killua.
Escuchar su nombre de esos labios, con esa voz, con esa mirada; solo hacía a su corazón latir como loco, trato de moverse de hablar quería preguntar quién diablos era y cuando sintió que pudo moverse un sonido molesto a lo lejos le hizo abrir los ojos.
- Fue un sueño -se dijo así mismo, tallo sus ojos pensando en aquella mirada, esperaba no olvidar su voz como siempre lo hacía; aunque, podía jurar que ya la había escuchado antes.
Se levantó, con la intención de irse a su trabajo.
Pasaron unas cuantas horas hasta que llegó a su oficina, Bisky ya había dejado los papeles que tenía que revisar en su escritorio, un toque en la puerta hizo que la viera y dejara entrar a quien sea que fuera.
- ¿Yoshio?, ¿Qué pasa? -preguntó con sorpresa al verlo.
- Vine a entregar unos papeles -el chico sonrió entregando una carpeta negra, la cual el albino miro con curiosidad - Es una nueva oportunidad para una alianza entre empresas.
- Ya veo -el albino la abrió mostrando exactamente lo que decía.
- Por cierto, habrá una pequeña reunión con los ejecutivos -el chico sonrió, emocionado.
- ¿Qué festejamos?, He estado tanto tiempo encerrado aquí para ver cómo trabajan que ni siquiera he puesto atención a lo que celebran, lo siento -el albino sonrió, haciendo que el chico frente a él riera un poco negando la cabeza.
- Aceptaron nuestra intervención en Corea del Sur -hablo emocionado - Como sabe no teníamos muy buena relación con ellos, pero, hace poco dejaron que una de nuestras tiendas de licores se incorpore en el país.
- Eso, es una muy buena noticia -el albino compartió la emoción con el azabache.
- ¡Lo sé! -sonrió, que linda sonrisa pensó Killua - Pero, bueno, solo venía a entregar esto y a avisarles de la reunión. Debe asistir vicepresidente.
- ¿Acaso me está ordenando Yoshio? -el chico pregunto con diversión, recargandose en su silla.
- Bueno, ordenar es una palabra muy fuerte, le estoy avisando que debe asistir -mientras hablaba camino a la entrada del despacho, antes de tocar la perilla la puerta se abrió dejando ver a Bisky con varias carpetas.
- Oh, Yoshio -san -hablo haciendo una reverencia.
- Oh, no, no, llámame solo Yoshio y sin reverencias -el chico sonrió - Tengan lindo día.
La puerta se cerró, y Bisky entrego todas las carpetas viendo que Killua ya había empezado a revisarlas.
- ¿A qué vino? -preguntó curiosa.
- Me dijo que habíamos logrado entrar a Corea del Sur y que además habrá una reunión de celebración -hablo con una sonrisa mientras sacaba una paleta de uno de los cajones de su escritorio.
- Ya veo -la chica borro la sonrisa que sostenía - Te tengo una noticia.
- Dime -hablo el albino sin dejar de mirar los papeles.
- Alessandra está trabajando como embajadora -el chico frunció el ceño, Bisky comenzó a buscar algo de su mochila - Y, te traje esto.
El chico miro con atención la bolsa verde pastel que tenía enfrente de él, cuando la abrió reconoció el olor rápidamente, como un niño pequeño metió una mano sacando uno de esos chocolates que tanto le encantaron.
- Eres la mejor, ¿Cuándo fuiste?, ¿Y por qué no me dijiste?, Te hubiera acompañado -el chico la miro alzando una ceja.
- Bueno, fui ayer de rápido, pase por el lugar y decidí comprarlos -la chica tomó uno de los chocolates y se lo llevó a la boca - Son deliciosos.
- Lo sé, debería ir a felicitar a la persona que los hace -sonrió cuando el sabor del chocolate invadió sus papilas gustativas.
- Pues apúrate y te llevo -camino hacía la puerta para salir e ir a su propio despacho.
- Ja, ja -rió sarcástico - ¿Sabes que tengo muchas cosas que hacer?
- Por eso lo dije -la chica rió burlona, mientras abría la puerta - Por eso apúrate, jefe.
Con el ánimo regenerado, comenzó a trabajar, de vez en cuando comía un chocolate. Era tan extraño porque cuando los comía recordaba como loco aquel sueño que tuvo y como lo pensó; había olvidado su voz.
Suspiro, además no recordaba del todo su rostro, solo algunas cosas. Su celular sonó.
Allu ❤️
¿Tienes tiempo de comer con tu adorada hermana?
Killuaa 💙
Haré espacio para ti, te quiero lista a las 6 de la tarde.
Allu ❤️
Yeih! :D
Sonrió como un bobo al ver los mensajes. Tenía cierta adoración con esa niña, la primera vez que la vio sintió algo que nunca había sentido con alguien más, incluso ni con su hermano Kalluto.
- Gooon -la chica movía levemente el cuerpo de su amigo - Goooooooon
El adormilado moreno tallo sus ojos y se fue despertando, tenía todos sus libros de pedagogía regados por la mesa, las libretas con los apuntes y los lápices también.
- ¿Qué pasa? -preguntó
- Deberías ir a casa -la azabache hablo - Hoy no tienes turno y siempre estas aquí.
- Sabes que no me gusta mi casa, se siente muy sola, al menos aquí no me siento solo -el chico miro la taza que había dejado ahí Palm - Gracias, ¿Qué hora es?
- Las 6 de la tarde -hablo con una sonrisa.
- 30 minutos y me voy -dijo sonriendo.
La chica asintió pero pronto un dibujo le hizo preguntarle a su amigo.
- ¿Cuándo dibujaste eso? -preguntó la azabache con una sonrisa.
El dibujo era un castillo, debía decir que le recordaba al castillo Osaka, rodeado de árboles de cerezo así como también abetos Nikko, frente a todo ello una figura masculina se encontraba ahí, de espaldas.
- Mmm lo he estado dibujando desde hace ¿2 semanas?, Aunque ya falta poco para que lo termine -hablo con una sonrisa.
- ¿Te has guiado de algún lado? -la chica lo miro curiosa.
- La verdad no, ¿Por qué? -cuestiono.
- Bueno, en realidad creo a ver visto una pintura así -cerro los ojos pensando - En un museo.
- Pues no me he basado en ninguna -el chico comenzó a guardar los lápices de colores.
- Ya veo, bueno, seguiré con el trabajo que Feitan tiene cara de querer agarrar su sombrilla y romperla en mi cara -la chica se fue casi corriendo a seguir limpiando y de paso a pedir las órdenes. Gon rió por lo que dijo su amiga.
El moreno comenzó a guardar sus cosas tomando de la bebida que su linda mejor amiga había dejado para él. Dejo la taza en la mesa y tomando los cuadernos, pronto llegó a su dibujo.
Lo miro con tristeza. Hace 2 semanas que había tenido un sueño, uno que no alcanzaba a recordar del todo, uno que solo dejo una imagen en su cabeza y que solo podía recordar una palabra.
"Lo siento."
Eso le había dicho él, no recordaba su voz, pero recordaba esa palabra o al menos su mente le decía que eso era lo que aquel chico de cabellos blancos había dicho. Tan extraño, cuando recordaba aquellos sueños su corazón palpitaba de una forma terrible con solo pensarlo su corazón dolía y en ocasiones se emocionaba, desde hace mucho que se sentía así.
Aunque llegó un punto en el que simplemente lo olvido, en el que los sueños se habían vuelto pesadillas en dónde ni siquiera el lugar de los sueños podía ser un refugio; había odiado dormir. Pero con el tiempo la heridas se empezaban a sanar y de nuevo los sueños que anhelaba tener regresaron, como un abrazo que le decía que todo estaba bien, como un respiro a la vida horrible que tenía, a la muerte y engaño de su padre, al alcoholismo de su madre.
Esos sueños eran lo único que le traía paz y odiaba ser dependiente a algo que no existía.
Miro su celular 6:27, se levantó con la mochila en su hombro, se colocó los audífonos en sus oídos, se despidió de sus amigos y salió.
Afuera del lugar un auto negro se había estacionado, dos personas salieron del vehículo, la chica abrazaba el brazo de su hermano.
El moreno camino hacía enfrente para cruzar la calle, sin poner atención a quien caminaba a su lado.
La ventisca hizo que las tres personas temblaran, Gon se abrazo un poco comenzando a caminar para cruzar la calle.
Killua suspiro y se golpeó mentalmente al no traer unos guantes para sus frías manos, la azabache camino jalando a su hermano para la cafetería.
Pero antes de que ambos chicos siguieran, notaron las lágrimas que caían en su rostro. Killua tocó su rostro, las frías manos tocaron y limpiaron las lágrimas antes que su hermanita lo viera, entró a la cafetería. Su corazón inquieto le decía que estaba por perder algo que ni siquiera conocía.
Sin saber porque, Gon tocó sus mejillas, su corazón palpitaba con fuerza. No había tanta gente en la calle en la que ya se encontraba, volteo hacía atrás mirando las luces de la cafetería, siguió su camino. Con el corazón danzando en rápidas palpitaciones, con el sentimiento de perdida en su pecho y con el nudo en la garganta que cada vez se apretaba más.
- Ashikaga Killua, es un gusto tenerlo con nosotros.
- El gusto es mío.
- Como habíamos dicho, y, gracias a nuestro convenio la mano de nuestra hija es toda suya.
Holaaaaaa ❤️.
¿Cómo están?, Espero que bien :3
Ya tenía ganas de publicar pero no tenía tiempo :'(, espero poder sacar otro capítulo más al rato ❤️.
¿Les gustó?, ¿Tienen teorías?
Bueno, nos leemos la siguiente actualización.
Lxs amo ❤️
Bye bye.
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