☄️ Nɪɢʜᴛ Eʟᴇᴠᴇɴ ☄️
Killua entro al hospital, se dirigió al piso en dónde estaba Gon y Bisky. Al llegar vio que el moreno estaba sentado en una de las sillas con la cabeza baja y con un café en sus manos, su pierna se movían de arriba hacia abajo en nerviosismo.
Vio a un hombre parado de brazos cruzados, viendo hacia el pasillo con la mirada ida. Como si aún le costará creer lo que pasó.
Bisky se acercó a él, explicando lo que pasó y que Gon no había hablado mucho, entonces decidió dejarlo así.
— ¿Ya avisaste a sus amigos? —
— Si, le mandé mensaje a Kurapika y a Palm, ella dijo que vendría lo más rápido posible —
— ¿Ya dijeron algo de su madre? —
— Le están haciendo un lavado gástrico, de no haber llegado más rápido hubiera sido imposible salvarla —hablo la joven con una mueca triste.
Miro de nuevo al moreno, verlo así de roto le dolía, por lo que sin pensarlo mucho se acercó a él agachándose frente al chico que instantaneamente alzó la mirada encontrándose con los ojos azules que solía ver en sus sueños.
Por un momento creyó que realmente estaba en un sueño, y que de nuevo aquella misteriosa persona iba a salvarlo de aquellas horribles pesadillas, las lágrimas que hace rato había retenido salieron y sin poder evitarlo abrazo a Killua.
Por un momento el albino se quedó quieto, sin entender mucho, todo fue muy rápido. Aún así dejo que el moreno llorara hasta que se calmo; el hombre quería acercarse al muchacho; sin embargo se quedó ahí parado en silencio viendo al moreno llorar.
Fue cuando por fin las lágrimas dejaron de caer, que Gon soltó al cuerpo que lo estaba abrazando. Lo miro, sorprendido y con un poco de vergüenza, aún así hablo.
— Perdón Killua —fue lo único que sus labios pudieron decir.
— No te preocupes, ¿te sientes mejor? —preguntó preocupado.
— Si, gracias —
— ¿Ya comiste algo? —nego con la cabeza —. Iré a comprarte algo, ¿bien?
Se levantó y camino con Bisky.
— Ve con él, vuelvo rápido —
Ella asintio se sentó a su lado, pasando su mano en su espalda haciendo movimientos de arriba a abajo.
A los minutos llegó con comida, haciendo que el chico comiera. Una media hora después; la chica de cabellos negros hasta la cintura llegó con preocupación abrazando a su amigo, de igual forma Gon volvió a llorar en brazos de Palm quien no paraba de susurrarle que todo estaría bien.
Horas después, y con un Gon cansado mentalmente, por fin uno de los médicos salió. El hombre llamo a los familiares de Valle Freecss, aquel hombre se acercó junto al moreno esperando las mejores noticias.
— Por fortuna la paciente está estable, llegaron justo a tiempo —contesto con tacto, ambos dieron un suspiro de alivio.
— ¿Puedo verla ahora? —preguntó con esperanza en los ojos.
— Aún no, pero en una hora podrán hacerlo —contesto el médico mirando a ambos —. Si me disculpan.
Ambos se miraron había mucho que tenía que preguntarle a ese hombre, ¿quién era?, ¿cómo fue que encontró a su madre?, claro que todo eso no podía preguntárselo horas atrás por estar demasiado ocupado pidiendo que su madre no se fuera y lo abandonara otra vez.
El procedimiento había durado unas 9 horas, por lo que viendo a Bisky descansar su cabeza en el hombro de Killua sintió culpa, aún así agradecía que estuvieran con él. Se acercó a Killua quien lo miro con curiosidad y preocupación.
— ¿Cómo está tu madre? —preguntó.
— Bien, el procedimiento fue un éxito, ahora mismo está descansando, la podré ver en unas horas —contesto sentandose en la silla de alado —. De verdad muchas gracias, lo aprecio mucho.
Killua miro al moreno, su rostro llevaba una expresión más calmada, aliviada y eso también lo alivio a él.
— Oh dios, ¿No debes ir a tu trabajo?, ¿tu y Bisky? —preguntó alarmado viendo su reloj.
— Entramos a las 9, no te preocupes —
— Pero, no quiero causar problemas con su trabajo —
— No los causas —le sonrió con calma para tranquilizarlo —. ¿Olvidas que soy el vicepresidente?, puedo entrar a la hora que quiera.
Gon sonrió, aliviado.
— Bueno, si lo dices así —contesto
Había algo tan raro en sus interacciones, porque sentía que lo conocía aún si fuera un simple conocido con el que solo había cruzado palabra pocas veces. Se sentía nervioso pero también amaba ese sentimiento.
Sin embargo, ahora mismo tenía problemas serios... ¿Cómo iba a pagar el hospital?
Su madre no pensó las cosas, no la culpaba; aún así dejo otra gran deuda que el no podía pagar. No tenía dinero, Killua notó la expresión apagada por lo que preocupado iba a hablar cuando se acercó aquel hombre que suponía era su padre.
— ¿Podemos hablar? —el moreno alzó la mirada asintiendo, le dió una última mirada al albino y camino alado del hombre yendo a un pasillo donde no había tanta gente pasando, así podrían tener una conversación más íntima —. Soy Tanaka Fuji, un amigo de tu madre.
— ¿Amigo? —
— Trabajamos juntos en la misma empresa, ella es mi secretaria —
— Oh —lo miro, no desconfiaba pero sentía que era más que una simple relación de trabajo —. Mi nombre, ¿lo conoce?
— Claro que lo sé, Gon —respondió.
— Gracias, por traerla a tiempo —
— Ella estaba realmente mal con lo que sucedió con tu difunto padre —el moreno abrió los ojos, este hombre incluso sabía eso —. La veía más cansada de lo normal, así que le pedí que se fuera a casa antes de que comenzará su siguiente turno.
¿Su madre tenía dos trabajos?
— Ella nunca apaga el celular, siempre dice que puedes marcarle y no quería perderse una llamada de ti, así que cuando comencé a mandarle mensajes y no contestaba me preocupe... La llamé varias veces jamás contesto —suspiro —. Así que fui a su casa, pude abrir la puerta y la encontré en el baño.
Imaginarse a su madre de esa forma era espantoso. Porque él había visto como ella caía cada vez más en un dolor infinito, la vio mil veces derrumbada; que verla una última vez y en las peores condiciones ya no podría soportarlo, simplemente no se imaginaba a él encontrandola tirada en el baño sin saber que hacer.
— Gracias —susurro.
— Gon, sé cómo están las cosas con el dinero, no te preocupes yo pagaré el hospital y lo que ella necesite después, no te preocupes —el moreno lo miro sorprendido.
— No como cree, conseguiré el dinero para pagarle —
— Déjalo, no hago esto porque ella sea mi empleada, realmente me importa así como también tu. Eres su hijo, eres parte de ella —
Gon sabía a qué se refería, tal vez eran pareja o tal vez él se había enamorado de su madre. Pobre hombre, su madre tenía muchos problemas emocionales lidiar con una persona así era un reto; era difícil y aunque no conozca a este hombre realmente lo admiraba.
Él no pudo hacerlo, se salió de su casa porque ya no quería lidiar con los problemas de su madre y tampoco quería que ella lidiara con los suyos. Era injusto.
— Gracias —respondio una vez más.
— Tranquilo, ahora ve a desayunar algo; después iremos a ver a tu madre —
Asintió obediente, yendo a la cafetería del hospital a comprar una galletas y un café.
No le gustaban los hospitales, el ambiente siempre era pesado, habían muchas personas sufriendo, familias enteras llorando por las tragedias que sucedían día con día.
No le gustaba. Para nada.
Prefirió comer en una de las mesas que estaban ahí para luego regresar, Palm le miraba con una sonrisa, durante esos minutos recibió una llamada de Kurapika diciendo que llegaría más tarde para verlo.
Agradecía tener tan bueno amigos que se quedarán con él. Por ejemplo Killua y Bisky aunque no se conocían del todo se quedaron ahí, hasta saber que su madre estaba bien.
— Nos vamos Gon, suerte con tu mami, todo saldrá bien —la rubia abrazo al chico con fuerza.
— Gracias por haberme traído, yo me quedé totalmente pasmado —
— No agradezcas, somos amigos —
Sip, amaba a sus amigos, le agradecía a la vida por haber puesto a personas maravillosas en su camino.
— Vendremos en la tarde, ¿está bien? —el albino hablo viendo al chico con una leve sonrisa, haciendo que el moreno se la regresará.
— Lo está, gracias de nuevo Killua —
El albino nego con la cabeza, despidiéndose una vez más vio salir a ambos del hospital.
Al pasar las horas, por fin les dieron luz verde para entrar a la habitación donde su madre estaba.
Se veía mal, más pálida de lo normal, su cabello negro y largo estaba desordenado, tenía los labios partidos, las ojeras se notaban más y tenía una expresión de culpabilidad en el rostro al ver a ambos hombres entrar.
Pensó lo peor, pensó que Fuji le regañaría por ser una cobarde, pensó que Gon le vería con desprecio porque una vez más lo lastimaba, lo decepcionaba. Sin embargo, y contrario a sus pensamientos.
Gon la abrazo con lágrimas en los ojos repitiendo una y mil veces lo mucho que tuvo miedo de perderla de nuevo, vio aún más cariño en los ojos de aquel ángel que la salvó. Había sido una idiota cobarde que no esperaba más que desprecio y aún así ellos solo la perdonaron y llenaron de cariño.
Como si realmente lo mereciera.
Las lágrimas salieron de sus ojos, porque por fin, y después de tantos años se sentía amada. Por lo más valioso que tenía, dos hombres que simplemente amaba con locura.
Creía que este era el momento de pasar página de perdonarse, de ser esa madre que Gon necesitaba, de ser esa mujer de la cual Fuji se había enamorado. Era una nueva oportunidad; debía olvidar a Ging así como él lo hizo aún en vida.
Aquel día Velle presento a su pareja, Gon la entendió y por lo que pudo observar ambos se llevaron bien; era lo único que necesitaba.
Estar ahí con ellos.
Dos semanas habían pasado, su madre estaba quedándose en el departamento de Fuji, por lo que tenía que ir a este para poder verla y saber que todo iba bien, que se cuidaba, tomaba sus medicinas.
Fuji era un buen hombre, como siempre tuvo sus dudas pero simplemente viendo cómo la trataba, como la miraba; era un hombre que realmente la amaba. Así que si, confiaba en él. Además jamás le faltó el respeto por ser doncel, cosa que facilito bastante las cosas con las interacciones que ambos tenían.
Además... Gracias a todo esto, hablaba más seguido con Killua. Estaba bien con eso, porque todos los días sin falta hablaba con él por mensajes. Era lindo tener una notificación de él, poder hablar durante todo el día; conocerlo.
Porque su corazón no dejaba de gritarle que no lo perdiera. No lo entendía y aunque había decidido no volver a creer en su corazón y hacerle caso a su mente. Está vez decidió por el primero, quería saber de dónde venía esa extraña conexión que sentía al hablar con él.
Killua 💙
¿Ya estás en la universidad?
Cuídate mucho
Gon 🌻
Ya estoy en mi salón, aún no llega el profesor -_-
Killua 💙
Espero que no llegue jaja :)
Por cierto, ¿tienen tiempo el fin de semana?
Gon 🌻
Gracias por tus lindos deseos, no quiero que llegue jaja.
¿Tenemos?
Killua 💙
;)
Palm, Kurapika, Leorio, Zushi, obviamente tu.
Será el cumpleaños de Yoshio, queremos salir con él y luego ir a comer ya sabes.
Gon 🌻
Oh sí, supongo que sí. Yo me apunto jaja, me verás ahí, supongo que Palm también está más que confirmada el problema es Leorio y Kurapika
Yo les aviso si irán
Killua 💙
¡Bien!
Me tengo que ir, tengo junta :), cuídate mucho.
Gon sonrió al ver el último mensaje, era realmente lindo hablar con él. Cuando las clases terminaron y pudo tener unas cuantas horas libres, vio su celular que no tenía mensajes, fue cuando Palm llegó con una sonrisa.
— Desde que hablas con Killua te la pasas en el celular —la chica se sentó saco unas papas de su mochila y comenzó a comer.
— Claro que no —
— Claro que si, aunque lo entiendo, el vicepresidente de una empresa muy millonaria te está ¿cortejando? —
— No me está cortejando —el moreno rodó los ojos.
— Oh por dios. Será a lo 50 sombras de Grey —la chica le guiño el ojo a un asqueado Gon que nego con la cabeza.
— Esa película es una basura —
— No puedo argumentar nada con ese comentario, pero si parece —la chica lo miro de nuevo —. O sea tipo estás quedando con un millonario, soltero, y que además está más bueno que el pan, solo falta que tenga fetiche por el bsdm y listo.
— Dios mío no —el moreno nego con la cabeza —. Amigos, somos amigos, a penas nos estamos conociendo.
— Ajá —sonrió con burla —. Tu ya tienes la vida ganada. Es injusto.
— Pero que no somos nada, somos amigos —
— Muy buenos diría yo —
— Sabes que no quiero una relación, me estoy enfocando en terminar la carrera, recuperar tiempo perdido con mi madre y —la pelinegra rodó los ojos tomando una papa y metiendola a la boca contraria el cual comenzó a morder callandose.
— Si si, amigos, ya entendí. Pero ya verás que ese estúpido título te dolerá después —la chica rió triunfante.
— Ja, Ja, Ja —termino de comer la papa —. Eso no pasará.
— Si ajá, yo tendré razón —el moreno rodó los ojos arrebatandole la bolsa de papas para seguir comiendo.
— En todo caso, dijo que fuéramos todos —enfatizando la palabra todos viendo la ceja alzada de su amiga —. Al cumpleaños de Yoshio este fin de semana.
— Oh, jalo —tomo una de las ligas que siempre llevaba en la muñeca haciéndose una coleta alta.
— Lo sabía, entonces solo será decirle a la parejita que aún no es parejita —
— Esos dos me sacarán canas verdes, se gustan pero no quieren dar un paso, ni uno de los dos —la chica frunció el ceño.
— Sus razones tendrá Kurapika —no lo decía porque Leorio fuera un mal partido. Pero, él entendía lo difícil que era confiar en un hombre siendo un doncel. Era difícil saber que intenciones tenían.
— Me tengo que ir —la peligra se levantó —. Nos vemos al rato Gon Zoldyck.
La chica rió al ver el ceño fruncido de su amigo caminando de buen humor, haciendo que el moreno rodara los ojos. Joder, su amiga aveces era tan idiota y aferrada; miro su celular; la hora de su siguiente clase estaba por comenzar por lo que tomo su mochila y camino con los audífonos puestos al edificio donde estaba el salón de su siguiente clase.
Todo ese día estuvo hablando como de costumbre con Killua, hasta que el albino ya no contesto y él tuvo que cerrar los ojos para dormir.
— ¡Hermano! —la azabache grito con el ceño fruncido.
— Oh, ¿si, qué me decías? —el albino la miro mostrando una mueca de interés algo fingida para la pobre adolescente.
— ¿Con quién hablas? —preguntó olvidando un poco lo que le decía para darle una sonrisa pícara.
— De la oficina —respondio sin titubear.
— Wow, no sabía que la oficina te ponía a sonreír como un idiota —la chica rió al ver la mueca de su hermano.
— Ja ja ja —el chico rió con sarcasmo, viendo a su hermanita reír —. Te voy acusar con mamá.
Al decir eso, la mujer de cabellos morados entro al comedor viendo cómo ambos chicos se miraban.
— ¿Qué pasó? —preguntó sentandose.
— Nada, solo decía que Killua le rie como idiota al celular —respondió con burla.
— Alluka, no molestes a tu hermano —la mujer tomo la tetera sirviéndose el té en su taza.
— Pero es verdad —se excuso.
— Bueno si, pero no lo molestes —la mujer hablo, haciendo que el albino la viera ofendido.
— ¿O sea que parezco un idiota? —el chico miro a su progenitora con una ceja alzada.
— Ay —su madre dió una ligera risa, para luego verlo —. Disculpa hijo, pero si has estado algo distraído. No idiota, distraído.
El albino sonrió, amaba ver reír a su madre.
— Solo, hablo con alguien —el joven hablo llevándose un bocado a la boca.
— ¿Alguien? —preguntó su hermana con interés.
— Un amigo —
— Oh, un amigo —su hermana parecía algo desanimada aún así sonrió —. Pues que buen amigo es para que te tenga bien pegado al celular.
— Alluka —el chico la miro con advertencia aunque en realidad no le haría nada.
— Ya, me callo —sonrió llevándose un bocado a su boca con una sonrisa burlona.
— Voy a salir, Yoshio cumple años estaremos con él, todo el día —hablo cambiando el tema.
— Felicita al chico de mi parte —su madre hablo.
Para cuándo la hora en dónde se vería con todos se dió, Killua estaba emocionado. Sería un buen día en el que estaría con uno de sus mejores amigos y que además sabía que disfrutaría del mismo.
Al llegar al lugar donde todos se verían, vio que Gon estaba sentado con Kurapika platicando acerca de algo, hace mucho que no se veían, tal vez se vieron unas dos veces más en el hospital pero, ya no lo habían hecho. A pesar de eso le sorprendía lo mucho que hablaban durante el día incluso un poco por la madrugada.
— Hola —hablo alzando una mano, ambos chicos lo miraron saludando también —. ¿Y lo demás?
— Ya vienen —respondió Gon, los tres comenzaron a hablar de lo que harían ese día y de lo mucho que seguramente le gustaría a Yoshio.
Cuando todos llegaron junto al festejado del día, se dirigieron a la primer parada; el museo Nacional de Tokio. El pelinegro estaba realmente feliz, nunca se había esperado verlos a todos para festejar su día de cumpleaños. Día el cual su padre le había hecho creer que no era importante; aún así y con una sonrisa se acercó a sus amigos quienes lo llevaron al museo.
Museo al cual no había ido nunca, era verdad que tenía dinero pero, no tenía oportunidad de ir y verlo. Toda su vida había vivido con las mismas palabras en su cabeza, "lo que te gusta, son idioteces"; siempre era lo mismo por eso casi no salía a los lugares que le gustaban. Odiaba empezar a salir con él pretexto de que estaría Killua en esa salida, no le gustaba utilizarlo de esa forma pero la única manera de que su padre no le cuestionara absolutamente nada.
— Estoy feliz de que estén aquí —hablo el chico con una sonrisa.
— Es tu cumpleaños, claro que estaríamos aquí —la rubia hablo enganchando su brazo al del doncel quien le sonrió —. Así que vamos allá dentro y disfrutemos del recorrido.
Debían decir que el lugar era precioso, Killua había escogido precisamente ese lugar ya que había escuchado varias veces a Yoshio hablar sobre este. Para el japonés, estar ahí significaba ver aquella pintura que alguna vez vio por redes sociales la cual no sabía su nombre ni su historia pero sabía que estaba en ese museo.
Caminaron por los pasillos del lugar viendo los diferentes objetos arqueológicos del lugar. El pelinegro parecía niño pequeño en dulceria iba de un lugar a otro leyendo los carteles y llenándose de nueva e interesante información.
— Está feliz —el moreno hablo acercándose a Killua quien miraba con una sonrisa a su amigo.
— Parece niño chiquito —hablo divertido.
— Es gracioso ver a Bisky correr a él como si fuera su hijo —el moreno rió al verlos una vez más, ya que el pálido jalaba a la joven rubia cada que veía algo interesante.
El albino lo miro, sonrió, tal vez y solo tal vez si parecía un idiota. No podían culparlo algo dentro de él se sentía feliz cada vez que hablaba con Gon o con solo mirarlo como ahora.
— ¿Te gustan los museos? —preguntó caminando a otra sala con un poco de más luz.
— Si —respondió el moreno caminando alado del joven empresario.
Llegaron a una sala llena de pinturas antiguas, aquellas que habían sido hechas por tinta negra, habían paisajes de montañas, algunas eran de ríos y otras más de vegetación.
Vieron entrar a Yoshio, quien se dirigió casi corriendo a una en particular.
— La encontré —el moreno volteo curioso caminando a la pintura que el japonés miraba con emoción.
Al verla se quedó pasmado por un momento. Aquella pintura mostraba dos grandes árboles de Sakura, se podían ver los pétalos cayendo y debajo de ellos había la silueta de una persona, cabellos blancos y dando la espalda.
Gon retuvo la respiración. Era la misma imagen que en su cabeza habitaba desde hace tiempo y la misma que estaba pintando en casa.
Al verla sintió una conexión enorme, en ella, como si hace años la hubiera visto.
— Nadie sabe de quién es la pintura, el pintor es anónimo, mucho menos se sabe de la persona a la que pinto —
Yoshio, miro la pintura con nostalgia, como si el mismo se estuviera hablando. Killua al ver la pintura inmediatamente sintió el nudo en su garganta, era una pintura hermosa que estaba seguro haberla visto en otro lugar; jamás imagino volverla a ver.
Lo peor, no recordaba dónde demonios la había visto antes, miro de reojo a Gon quien aún veía con atención aquella pintura.
Pensando en una sola palabra perdóname aquella que como otras más que aparecían en sus sueños. ¿Perdonar?
¿Perdonar qué?
Aún así el sentimiento de terror albergaba su ser, una mujer que era guía en el lugar se acercó, comenzando a hablar de lugar.
— Está pintura no tiene nombre, no se sabe el pintor ni absolutamente nada de ella, sin embargo hay más pinturas que se creen, son del mismo autor. Utilizaban la misma técnica de pintura, aún así está es de las más hermosas —
Killua suspiro, quiso tomar la mano de Gon sin embargo no lo hizo, vio que el moreno camino a otra pintura, sin embargo sabía que estaba viendo sin ver; su mente estaba en otro lado como la suya.
Yoshio se sentía extraño, era diferente la sensación, verla en persona era diferente. La necesidad de escribir aquello que estaba en su mente solo le hizo pensar de más, aquella historia que escribía se sentía tan íntima, tan conocía para él.
Cómo esa pintura.
Gon miro con duda el lugar, fue cuando Killua se acercó él.
— ¿Pasa algo? —le preguntó.
— Nada... Es solo, ¿a veces no sientes que hay cosas que ya viste o escuchaste pero no sabes dónde fue? —el moreno cerro los ojos —. Lo siento, son solo tonterías.
— Lo siento —hablo, Gon lo miro —. Yo también me siento así, es raro.
— Y doloroso —el silencio goberno a ambos —. Pero que se le va a hacer, ¿cierto?, vamos a ver otra sola.
Dolor
Aquel sentimiento protagonista de sus sueños, de esas extrañas visiones.
Ese día fue divertido, hicieron todas las actividades que habían planeado para el festejado que se veía más que feliz por ello.
Antes de despedirse y después de haber comido fueron a un parque conocido por sus lindas fuentes de noche.
Bisky le comenzó a hacer una sesión de fotos a Yoshio que avergonzado había aceptado mientras los demás veían con emoción y comparaban alguna chuchería de los puestos.
Gon veía como el agua salía de abajo hacia arriba, la estatua de una mujer con kimono y sombrilla se encontraba en medio, siendo alumbrada por pequeñas farolas y luces que venían de abajo. Se veía realmente hermosa.
Killua no pudo evitar sacarle una foto, que al verla se veía a un Gon siendo alumbrado un poco por las luces, el moreno le miro con una sonrisa.
— Te tome una foto —dijo.
— ¿De verdad?, que vergüenza —hablo riendo.
— Te ves bien —respondio, parándose alado de él.
— Es hermosa, cuando mi padre aún estaba vivo veníamos a esta estatua, le gustaba mucho —su expresión fue de nostalgia —. Supongo que jamás podré perdonar a mi padre pero, esos lindos recuerdos no los podré olvidar.
— Quedate con esos buenos recuerdos, yo también guardo los de mi padre con cariño —
— ¿Murió? —el moreno lo vio, el sonido del agua al caer y siendo iluminados por aquella fuente.
— No, nos dejó —hablo —. Mi padre se retiró de su trabajo dejando a mi medio hermano y a mi encargados de las empresas.
— Ya veo —el moreno no entendía del todo, sin embargo no quería obligar a Killua hablar de su familia si él no quería.
— Se fue con su amante, se podría decir —respondio, Gon abrió los ojos.
— Lo siento mucho —
— Aún respeto a mi padre, pero jamás le perdonaré haber lastimado a mi madre. Era horrible lo que mi padre quería hacerle a ella y a nosotros. Supongo que realmente se había enamorado para querer sacarnos de nuestra casa y traer consigo a sus otros hijos y a su amante —
Gon le miro sorprendido, no sabía que decir o que hacer. Optó por quedarse callado.
— Mi mamá no se dejó, de hecho jamás me dió el divorcio, aún recuerdo ese día, cuando ella le gritó "antes muerta que dejar que me arrebates lo que es mío", " a mí y a tu hijos", "lárgate, vete con él, pero aquí no vuelves a poner un pie" —su voz era rota —. Supongo que mi papá tuvo la culpa por haber puesto las escrituras de la casa al nombre de mi madre y al de nosotros. Cuando aún la amaba, mi madre nos dijo que ella no había aceptado que le pusiera su nombre sin embargo lo hizo aún así, eso fue lo que hizo que le ganará la casa. Mi madre siempre trabajo, es maestra en una escuela privada.
Rió con amargura. Gon pensaba, que tal vez Killua jamás había hablado de ello y que por eso se estaba desahogando con él.
— Mi madre no se dió por vencida, y ahora igual lidera una pequeña librería. Jamás se dejó caer, nunca la vi llorar cuando mi padre se marchó, siempre fue fuerte para nosotros. Pero el daño ahí está, siempre lo estuvo —sonrió con tristeza.
Gon podía entenderlo, sabía lo horrible que es como hijo saber que uno de tus padres está mal. Eso tenían como similitud.
Sin embargo le sorprendía lo diferentes que eran sus madres. La de él, se dejó caer, se dejó llevar, se lastimo y lo lastimo a él. Jamás fue fuerte ni mucho menos lo intento serlo.
Y la de Killua, lo fue, no se dejó caer, no dejo que sus hijos la vieran sufrir, estuvo fuerte ante cualquier cosa por ella y por ellos.
Esa era la diferencia entre ambas mujeres a pesar de sufrir el mismo dolor.
Gon era una persona empática por naturaleza, por lo que con una sonrisa pequeña pero cálida abrazo al albino que se sorprendido por ello.
Killua había hecho lo mismo en el hospital.
La luz de aquella estatua iluminaba a ambos chicos que habían dado el primer paso, el primer paso a esa fosa de la que ya no sabrían salir.
Iluminó dos corazones, aquellos que hace años también fueron iluminados por aquellas farolas de aquella calle llena de nieve, en aquel frío invierno.
Era una misma escena, con diferente contexto. Pero la intensidad era la misma.
Gon se separó viéndolo a los ojos.
— Tu madre debe estar orgullosa de ti, suena increíble —hablo con una sonrisa.
Killua pareció ver algo diferente, como si otra imagen en su cabeza se comenzará a presentar antes él.
— Gon, salgamos —
Holaaaaa
El capítulo ya estaba escrito solo faltaba escribir el final ajajjasj pero ya no me dió tiempo.
Pero ahorita claro que me dió :').
¿Les gustó?
Se nos adelantó mucho Killua ajajajajaj ;).
Les quierooo, nos seguimos leyendo.
Bye bye 💖
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