...etta... Vegetta... ¡Vegetta!

- ¡Despierta!

Vegetta abrió los ojos lentamente, poco a poco tomando conciencia de sus alrededores, incluyendo el nuevo hoyo creado gracias a la explosión que lo mando volando. Lolito estaba a su lado, ayudándolo a sentarse.

- Tío, tremenda explosión te comiste. Tienes suerte de que estaba cerca. Esa explosión casi te mata...

- Lo sé... hacía mucho que no veía una explosión por el estilo- dijo Vegetta mirándolo antes de ponerse de pie mientras el pelirrojo le ayudaba.

Vegetta le sonrió momentáneamente antes de levantar la mirada al pueblo. Una buena parte del mismo estaba en llamas, había sido explotada o tenía algún tipo de destrozo, ya fuera por parte de los monstruos que ahora rondaban libres por las calles de Karmaland, o por culpa de la lucha que estaban librando contra los invasores.

- ¡Necesitamos ayuda aquí! - grito Rubius. Ambos notaron que había un grupo muy grande de monstruos acechando una de las casas.

- ¡Estamos rodeados! ¡No puedo volar...! - Fargan dijo sonando dolido.

- ¡Iré por ellos! ¡Me alcanzas allá! - Lolito dijo mientras tomaba una de las pociones de invisibilidad y la bebía.

Vegetta simplemente veía las pisadas en el suelo ir hacia donde estaban dos de sus amigos. Sabía que el efecto no le duraría mucho, y solo le quedaba esperar a que durara lo suficiente para llegar con los chicos.

Suspiró viendo como todo lo que alguna vez habían creado se estaba cayendo a pedazos. En el pasado, hubiera simplemente acabado con eso con un simple movimiento de su mano. Destruir, crear y construir.

Pero antes solo eran Willy y él; y ahora, a pesar de haber 7 personas ese mundo, Vegetta se sentía más solo que nunca. Y no los podría culpar, Vegetta sin desearlo los había arrastrado con él a ese hoyo. 

Él solo deseaba crear un mundo donde divertirse en compañía de sus amigos, como ya había hecho en el pasado. Y ahora ese mundo estaba ardiendo por su culpa.

Joder, tío... ¿cómo me metí en esto?