"Perdónate por lo que eres, por lo que puedes ganar. Solo tienes que saber que si te escondes no va a desaparecer"

Raegan regreso donde el resto, al primero que vio fue a Daryl desesperado mientras caminaba de un lado a otro.

— ¿Estas bien? — preguntó acercándose al castaño para sostenerlo del rostro — ¿Que paso?

— Nada bueno — respondió Raegan encogiéndose de hombros — Y dijo solo mierda aburrida.

Con ello continuaron avanzando hasta que encontraron a Siddiq herido recargado en un árbol, este apunto hacia el norte haciendo que los demás avanzaran a esa dirección mientras le ayudaban a caminar.

Mientras más avanzaban por el campo despejado podían ver unas picas de varias cabezas formando una hilera, poco a poco se acercaron para visualizar con claridad los rostros.

Ozzy, Alek, DJ, Frankie, Tammy Rose, Rodney, Addy, Enid, Tara, Henry.

Raegan alzo ambas cejas con sorpresa viendo una por una las cabezas transformadas, entonces sus ojos vieron la última pica.

— No.. — susurró Daryl para si mismo.

La sensación que Raegan había sentido fue impactante, esa misma sensación había sentido cuando perdió a su madre, ahora la sentía mientras veía a su pequeño hijo ahi.

Aegan, el pequeño Aegan.

Sus ojos se llenaron de lagrimas sin derramar, las ganas de gritar y golpear algo le invadieron, a pesar de la tristeza y vacío que sentía había una emoción más fuerte que todas. Enojo y ganas de venganza.

— Raegan — murmuró Daryl tocándole el hombro.

Los ojos verdes de Raegan estaban furiosos en dolor, había exhalado aire como si fuera un toro, sus puños se habían apretado.

— Que no se sorprendan cuando el cielo les caiga encima — repitió Raegan lo mismo que había dicho años atrás. Ahora no eran palabras vacías, ahora hablaba en serio.

Los ojos de Daryl picaban en lagrimas, Alpha había matado a su pequeño de una horrible forma, de sus dos hijos, Aegan era el más cercano a el y ahora se lo habían arrebatado.

No iba a dejar que le arrebataran a Daegan también y estaba de acuerdo en lo que sea que Raegan fuera a planear.

Si su esposo quería matar a miles de personas en venganza por Aegan entonces el lo ayudaría.

La muerte de un hijo era, realmente, una de las peores sensaciones que podrían haber y Daryl estaba dispuesto a vengarlo.

Habían hecho un funeral para los perdidos en Hiltop.

Dos meses habían transcurrido donde Raegan se la había pasado encerrado en su habitación comenzando a ser consumido por la depresión.

No quería a ver a nadie que no fuera Daegan o Daryl, fuera de ellos no quería saber nada.

Daryl estaba igual de triste y actuaba de manera automática, se mantenía ocupado con los problemas que habían en Hiltop, a pesar de ello el vacío en su pecho era asfixiante.

Daegan se había calmado en sus travesuras, para el niño no tenían sentido sin su hermano ahi para ayudarlo, la conexión entre gemelos era incluso mas fuerte que en hermanos comunes de manera que Daegan se la pasaba tranquilo y desanimado la mayoría del tiempo.

— ¿Ha comido algo? — preguntó Daryl cuando observo una de las chicas de Hiltop bajar las escaleras de la mansion con una bandeja en manos.

— No, la comida esta intacta.

Daryl soltó un suspiro preocupado, Raegan se estaba matando lentamente, sin comer, encerrado ahi sin que la luz le pegara siquiera.

El castaño se encaminó a la habitación y la abrió, su esposo estaba de pie viendo por la ventana, su cabello ya comenzaba a ser un poco mas largo.

— Raegan.

— ¿Daegan? — preguntó el castaño con voz ronca.

— Esta bien — respondió el mayor — Hemos pisado terreno de Alpha.

— Lo sé — dijo Raegan —.. las paredes hablan.

Daryl no comprendió al instante, finalmente Raegan se dio la vuelta para mostrar su rostro, la luz de luna lo iluminaba levemente, su aspecto no era el mejor.

Era horrible ver lo delgado que se veía, lo opaco en lo que su cabello se había convertido y su rostro siempre atractivo adquiriendo un tono pálido con grandes ojeras bajo sus hinchados y rojizos ojos, sus ojos siempre brillantes como dos esmeraldas ahora eran opacos y sin brillo alguno, sus labios estaban resecos y partidos.

Se veía enfermo.

Raegan clavo sus vacíos ojos verdes en los de Daryl en silencio.

—.. Espero que estes listo — murmuro Raegan.

— ¿Para qué?

Raegan le lanzo una mirada obvia, el castaño asintió con la cabeza.

— Ojo por Ojo — asintió Daryl.

— No — respondió Raegan— Hijo por hijo.

Raegan salió de Hiltop después de dos largos meses, no le gusto para nada las miradas que le lanzaban, pero no tenia tiempo para detenerse a cuestionarse sobre ello.

Había aceptado salir cuando se entero que partirían a Alexandria, tenia que hacer algo si lo que quería era venganza.

A pesar de que Daryl entendía perfectamente el dolor, se preguntaba si lo que Raegan sugería era lo correcto, muy dentro de él sabia que no era así, no debían asesinar a Lydia, la chica lo estaba intentando ahi en Alexandria.

De forma que por precaución dio el aviso de que la mantuvieran alejada de Raegan.

Estaba claro que habían llevado a Daegan con ellos, solo así Daryl y Raegan se iban a mantener tranquilos, sabiendo que el niño estaba bien y con ellos. No pensaban arriesgarse dejándolo solo.

Daegan ingresó curioso a una de las casas construidas en Alexandria, sus ojos persiguieron una pelota hasta que la alcanzo.

Negan entonces alzo la vista y sonrió ladino cuando vio el rostro del niño.

— Hey — saludó Negan ocasionando que el niño diera un respingo — ¿Que tal?

— Hola — devolvió el saludó Daegan.

— Hey pequeño, ¿que haces aquí? — preguntó Negan — ¿Tus papás saben que estas aquí?

— Si — respondió el pequeño rizado.

— ¡Vaya! — soltó Negan con una sonrisa — Eres idéntico a tu papá.

— Me lo dicen seguido — respondió Daegan, los ojos de Negan inspeccionaron el arco en la espalda del chiquillo.

— ¿Eres bueno con el arco?

— Si — respondió Daegan descolgándose su arma y sacando una flecha para apuntar en dirección de Negan — ¿Puedo mostrarte?

— Adelante — indicó Negan tomando una manzana de un frutero y mostrándosela a Daegan — La lanzare y disparas.

— Fácil — murmuró el niño tensando la cuerda del arco.

Negan soltó una pequeña risa, aventó la manzana y cuando iba a mitad de camino una flecha certera se encajo en esta, las cejas del hombre se alzaron con impresión.

— ¡Vaya! Realmente eres bueno — comentó Negan con una sonrisa — Hey.. , ¿cómo esta tu papá Raegan?

— Triste — respondió Daegan aceptando la flecha de regreso.

— ¡Daegan! — se escuchó la voz de Daryl llamándole preocupado.

— Debo irme — dijo el niño — Adiós.

Negan le dio un asentimiento con la cabeza viendo lo rápido que el niño era al salir por la puerta e ir a los llamados de su padre.

Ese pequeño era una version chica de Raegan.

La puerta se abrió nuevamente solo que de esta entro la version adulta de ese niño, la sonrisa en el rostro de Negan fue inevitable al verlo.

— Haces que la depresión se vea atractiva — comentó el hombre sin poder evitarlo.

Raegan no respondió a su comentario, ni bromeo al respecto, en cambio mojo sus labios secos y vio a los ojos de Negan.

—.. perdí a mi hijo — dijo — tenia ocho, era muy parecido a Daegan, y se parecía a mi también solo que su cabello era distinto.

— Eso escuche.

— Pusieron su cabeza en una estaca — mencionó Raegan con ojos llorosos — se convirtió y..

— No necesitas decirlo — dijo Negan mientras se acercaba y lo tomaba de los hombros — ¿A que viniste?

— No puedo dejar que las cosas se queden así — respondió Raegan — Necesito tu ayuda.

— ¿Mi ayuda? — se rió Negan — Tienes que recordar quien eres, cariño. Recuerda lo manipulador que eres, el como te cargaste a mi gente y me jodiste a mi.

Raegan asintió con la cabeza, sabia como era el mismo pero estaba el hecho de que ahora no tenia ánimos de manipular o hacer un plan como antes. Negan lo entendió.

— ¿Que me darías a cambio?

— ¿Que es lo que quieres?

— Sabes que es lo que quiero — señaló Negan.

Raegan cerro los ojos soltando el aire que retenía. Si, sabia lo que Negan quería.

— Me quieres a mi — dijo Raegan finalmente.

— Lo hago — respondió el hombre — A pesar de que han transcurrido años. Sigo queriéndote a ti, diablillo.

— Esta bien — dijo el castaño finalmente, lo que sea con tal de obtener lo que quería.

Hubo un momento de silencio donde Negan solo le miro a la espera de que concluyera la conversación.

— Pondré la cabeza de su hija en una pica mientras la obligo a ver.. y así sabra que la deuda esta saldada.

— Anotado — dijo Negan asintiendo con la cabeza en su dirección — Realmente te había extrañado, Raegan.