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25. Blame It On The Kids

Un nuevo problema. Un nuevo grupo acechándolos. Raegan podia deducir sencillamente lo que ocurriría.

Algunos morirían y al final abría solo un ganador.

La cosa ya comenzaba a ser repetitiva, esta vez no se iba a preocupar ni involucrar, iba a dejar que los demás lo hicieran. Aunque nunca se preocupaba, simplemente actuaba.

Resultaba ser que él era Raegan Greene, se había ganado su fama entre las comunidades como el diablillo o engendro.

Por lo cual, las cosas comenzaban a salirse de control con los susurradores de manera que, ¿quien mejor que Raegan para encargarse? Su nivel de manipulación iba mas allá de lo común de forma que sencillamente podría intentar algo, las personas ya comenzaban a especular al respecto pidiendo que hiciera algo.

Maggie y Hershel Jr habían partido quedando Jesus a cargo mismo que murió a causa de esos susurradores.

Ahora Daryl y los demás parecían llevar la batuta del asunto.

— Toco trabajar — murmuró Raegan con enfado.

Habían llevado a Lydia a Hiltop, aquella chica que pertenecía a los salvadores, era una rehén.

— Ya era hora — soltó Tara en voz baja.

— Quien mejor que yo para este trabajo — se rio Raegan — De verdad necesito un monumento aquí.

Raegan se estiro y avanzó a donde tenían a Lydia en la celda, abrió la puerta con cautela y la cerro con fuerza haciendo que la chica diera un respingo.

Raegan se fue acercando con sus ojos verdes inspeccionando a la chica quien llevaba esa mirada asustadiza que el castaño detesto.

— Tú debes ser Lydia — señaló Raegan con sus manos detrás de su espalda mientras la veía.

— ¡No me mates! ¡Por favor! ¡Por favor! ¡Puedo cooperar!

— Cállate — espetó Raegan — Así es como vas a cooperar.

Lydia asintió con la cabeza entre lagrimas, tenia un aspecto sucio y Raegan se pregunto porque se veía tan asustada o si eso era falso.

— ¿Por qué piensas que te hare daño? — inquirió Raegan curioso.

— He escuchado cosas — respondió Lydia — de ti siendo llamado engendro. Todo lo que has hecho.

— Ajá.

— Y.. y tu esposo lo confirmo — añadió Lydia — Lo llame Mr. Engendro por accidente y enfureció. No lo hice con intenciones de ofender, las personas los llaman así aquí. Lo he escuchado. Todo se escucha desde aquí.

Raegan soltó una carcajada ocasionando un respingo nervioso en Lydia.

— Mr. Engendro — repitió el castaño — Es bueno ese apodo.

— No entiendo — dijo Lydia — ¿No me vas a matar?

— Si, lo hare — aseguró Raegan — Solo que no aún.

— ¿Me dejaran irme?

— Imagino que la tonta de tu mamá vendrá por ti.

— No lo hará. Pierden su tiempo — dijo Lydia en voz baja.

— Lo hará — aseguró Raegan con firmeza — Es lo que las madres hacen.

— La mía no. Ella no vendrá.

— Lo hará — repitió Raegan — Y cuando venga imagino que haremos un trato, lo lógico seria que te dejamos ir a cambio de paz. La paz esta sobrevalorada, esa mierda no existe y nunca existirá.

— No entiendo..

— ¿Eres tonta? — inquirió Raegan — Le dirás a tu mami que se mantenga alejada de nosotros y que no intente nada idiota o entonces sacare a la bestia.

— ¿La bestia?

— Eso dije — señaló Raegan — Hace años no lo veo pero sé que si suelto a la bestia va a atacar.

— ¿Por qué? ¿Que es la bestia? — preguntó Lydia asustada.

Raegan soltó una risa.

— Solo dile eso a tu madre. Que se aleje o la bestia irá por ella — canturreó Raegan — Y deja de llorar, tan solo haces que quiera asesinarte con más ganas.

Aegan y Daegan vaciaban orina por el suelo bajo la atenta mirada de Lydia puesta en ellos.

— ¿Qué? — inquirió Daegan rodando los ojos mientras veía a Lydia — ¿El olor te molesta?

— ¿De dónde sacaron la orina? — preguntó Lydia.

— Mejor no preguntes — respondió Daegan sonriendo.

— ¡Listo! — soltó Aegan con una sonrisita — Huele horrible.

Lydia sabia de quien eran hijos, era sencillo deducirlo por el parecido que había entre ellos y Raegan. Esos niños se llevaban molestando en su estadía ahi, se escabullían y hacían travesuras, eran como pequeños duendes traviesos.

La puerta se abrió por Henry, que se veía nervioso, se resbalo en la entrada de las escaleras alcanzando a sostenerse de la pared. Su nariz se frunció con asco cuando el olor impacto con fuerza.

— ¿Que es ese olor? — inquirió el chico viendo el par de ojos verdes brillantes que le veían — No importa. Tienen que salir de aquí.

— ¿Por qué? — preguntó Daegan sonriendo con maldad.

— No tienen permitido estar aquí — señaló Henry con semblante duro — Ahora salgan o entonces Daryl va a molestarse con ambos.

— Esta bien — aceptó Aegan ganándose una mirada incrédula de su hermano — Vámonos.

— No, ¿por qué? — se quejó Raegan apartándose los rizos del rostro — Aquí le hacemos compañía a Lydia, ¿verdad?

— Tienen que irse — insistió Henry. No tenia mucho tiempo para sacar a Lydia de ahi pero esos pequeños diablillos le comenzaban a complicar la cosa — Raegan los esta buscando.

Mentira, Raegan estaba dormido y los niños lo sabían, le habían puesto píldoras para dormir en su comida sin que su papá se diera cuenta o entonces no iban a poder salir de la habitación.

— Papá esta dormido — indicó Aegan — ¿Por qué mientes?

— ¿Para qué quieres que te dejemos a solas con esa mugrosa? — inquirió Daegan con el ceño fruncido.

— ¡Daegan! No seas grosero — señaló Henry con el ceño fruncido.

— Esta bien, son niños — opino Lydia quien estaba en silencio.

— Salgan de aquí o las cucarachas saldrán por el olor y vendrán por ustedes.

— ¿Cucarachas? Odio las cucarachas — murmuró Aegan con ojos brillantes.

— Que asco — coincidió Daegan — Vámonos, Eg.

Ambos niños se fueron con rapidez corriendo.

Los ojos de Daryl le miraron con duda cuando los niños causaron pequeño revuelo, no deberían estar ahi por lo cual asumió que Raegan los había dejado salir.

Iban a hacer un trato con Alpha, uno donde le regresarían a Lydia y a cambio ella le regresaría a dos de los suyos. Un trato "justo" pero Daryl no lo consideraba de esa forma, no quería que la niña regresara con su madre porque ahora sabia que la golpeaba y eso le hizo sentir un horrible deja vu.

Él mismo tenia hijos y jamás les había puesto una mano encima, intentaba ser el padre que no tuvo y no sabia si lo hacia bien porque los niños se habían ganado una mala fama entre las comunidades, una donde les llamaban pequeños diablillos.

Daryl se encamino por donde los vio correr, Tara y Yumiko habían ido por la chica.

Daegan y Aegan chocaron con las piernas de su padre por lo cual tuvieron que levantar la mirada para verlo.

— Hola, papi — saludó Daegan mostrando todos sus pequeños dientes en una sonrisa. Utilizando un tono tierno.

— Nada de "hola, papi" — gruñó Daryl con el ceño fruncido — No deben estar aquí afuera, ¿Raegan los dejo salir?

— Algo así — murmuró Aegan viendo el suelo.

— Esta dormido — intervino Daegan empujando a su hermano disimuladamente para que no dijera nada.

Aegan siempre los terminaba delatando cuando Daryl comenzaba a hacer preguntas, era más cercano a él de manera que la culpa le terminaba ganando y confesaba.

La respuesta de ambos no tenia sentido, Raegan raramente dormía de día.

— Regresen a casa, vamos — ordenó Daryl — Luego hablamos.

—.. pero, papi — se quejó Daegan con los ojos brillantes de cachorro abandonado. A Daryl no le funcionaban ya.

— Nada — dijo Daryl cargándolo pese a sus quejidos y haciendo lo mismo con Aegan.

Aegan recargo su cabeza en el hombro de su padre mientras que Daryl cargaba a Dargan como si fuera un costal, sosteniéndolo solo de la cintura mientras que al chiquillo le colgaban las piernas y cabeza.

Mientras Daryl avanzaba con ambos revoltosos entre sus brazos vio a Tara y Yumiko acercarse corriendo en su dirección.

— No esta.

— ¿Cómo que no esta?

— Henry tampoco — añadió Magna al acercarse.

— Se fueron juntos — dijo Daegan ganándose la atención de los adultos. Daryl entonces lo dejo en el suelo para que hablara.

— ¿A que te refieres? — preguntó Enid viéndole dudosa.

— Bueno, nosotros estábamos en la celda haciéndole compañía a Lydia — comentó Daegan haciendo que su hermano soltara un suspiró — Y Henry nos corrió de ahi, dijo que algo importante tenia que hacer y ya.

Una vez que finalizo, los brazos de Daegan abrazaron las piernas de Enid a la espera que su padre no lo regañara.

— Divídanse, busquen a Henry y a Lydia — dijo Daryl, luego su atención se dirigió a Daegan para proceder a dejar a Aegan en el suelo al lado de su hermano — Y ustedes dos más les vale regresar con su padre.

— Si, papi — respondieron ambos al mismo tiempo notando que lo habían hecho molestar.

— Vayan.

Y entonces ambos hermanos mellizos se fueron corriendo al interior de la mansion.

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