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✿𝕷𝖆 𝖋𝖑𝖔𝖗 𝖖𝖚𝖊 𝖘𝖊 𝖈𝖔𝖓𝖛𝖎𝖗𝖙𝖎ó 𝖊𝖓 𝖒𝖆𝖗𝖎𝖕𝖔𝖘𝖆.✿

Multimedia: Rhaenyra Luck, defensa de las Supa Strikas.

Escenario: Uno de los pasados de las Strikas será revelado. Al fin se podrá ver todo el gran proceso que ha tenido que pasar para llegar hasta donde está y ser la persona quien es actualmente.

°Hoy presentamos: La flor que se convirtió en mariposa.°

⚠️ADVERTENCIA: Este capítulo se hará mención sobre la presión familiar, manipulación psicológica, homofobia, leve maltrato infantil y mención de una amenaza matrimonial.⚠️

Se recomienda discreción.

NO AFECTA EN LA HISTORIA ORIGINAL, SOLO ES EL PASADO DE UNO DE LOS PERSONAJES. SI GUSTAN SE LA PUEDEN SALTAR Y SEGUIR CON EL SIGUIENTE CAPÍTULO.

⚠️[Cantidad de palabras en el capítulo: 23,387.]⚠️

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NARRADOR OMNISCIENTE.

[20 de Abril del 2000; 1:30 pm.]

En una ciudad del país del sol naciente: Japón, se encontraba una joven pareja que iba directo a su cita con el ginecólogo, la causa de eso era que la mujer ya había cumplido los 3 meses de embarazo para poder saber si iban a tener un niño o una niña.

Pero antes, un resumen de lo que pasó hace 2 meses.

En Enero de ese mismo año, la mujer se había sentido mal del estómago en una linda tarde donde esta cocinaba, aparte de sus constantes ganas de ir al sanitario.

Al ver que no mejoraba con el medicamento que ella misma se tomaba decidió averiguar lo que tanto anhelaba, dando por hecho que así era.

Compró una prueba de embarazo, leyó las instrucciones y esperó lo acordado para por fin saber si era lo que pensaba.

Escuchó un leve sonido proveniente del aparato, corrió a verlo y ahogó un grito con su mano al ver el resultado.

Positivo.

La mujer estaba embarazada.

Decidió esperar a su esposo que no tardaba en volver de su trabajo junto al aparato en mano.

Una vez que ella lo vio cruzar la puerta no tardó en decirle lo que pasó en su día para después entregarle la prueba.

El hombre no se lo podía creer. Iba a ser padre.

¡Iba a ser padre!

Abrazó a su esposa para darle vueltas en el aire y luego besarla de lo feliz que estaba.

—Me haces el hombre más feliz del mundo. —exclamó el hombre lleno de felicidad hacia su mujer.

Esta solo rió de ternura al oírlo.

Fueron a hacerle unas pruebas de sangre solo para confirmar y le volvieron a decir que, efectivamente, iban a ser padres y que la señora deberá de cuidarse a partir de ahora.

Y ahora mismo se dirigían hacia su cita programada.

Al llegar al centro, le dieron su nombre a la recepcionista y esta le pidió amablemente a la señora que se colocara en la báscula para registrar sus actuales datos en su cartilla, una vez hecho eso les dijo que esperaran hasta que llegase su turno, estos obedecieron ansiosos.

Solo estuvieron sentados alrededor de 10 minutos.

—Familia Itoshi. —llamó la recepcionista. —Ya pueden pasar.

Estos agradecieron y fueron a donde se encontraba la doctora quien los recibió gustosamente.

—Bienvenidos, pasen por aquí. —les dice a ambos y estos la siguen. A la mujer le entrega una bata. —Por favor, colóquese esto. Hay un baño atrás de usted.

La señora acató la orden y besó a su esposo que la esperaría pacientemente.

Una vez ya cambiada le pidieron que se recostara en una camilla, esta con la ayuda de su esposo, logró su cometido.

La doctora le colocó el gel frío para poder ver en el ultrasonido, buscó por unos momentos y cuando tuvo la imagen completa se las mostró a sus padres.

—¿Ven esto de aquí? Esa es la cabeza. —siguió observando en el monitos hasta dar con la respuesta.

—¿Es niño o niña? —preguntó entusiasmada la señora queriendo saber que iba a tener.

La doctora le sonrió a ambos para después decir lo que tanto anhelaban.

—Felicidades, es una niña.

Ambos futuros padres estaban más que felices, sobretodo la mujer, quien besó a su esposo entre leves lágrimas de euforia deseando por fin conocer a su futura hija.

O mejor dicho, a su futura heredera.

[6 meses después; 18 de Octubre del 2000.]

En los pasillos de aquel hospital se escuchaban los pasos apresurados de los médicos y enfermeras ir de un lado a otro.

Llevando pacientes de trauma y cardio a sus respectivos lugares para una operación de última hora, pero en este caso había uno especial en su recinto.

—Mujer de mediana edad con 37 semanas de embarazo, su dilatación es de alrededor de 6 centímetros junto con las contracciones cada 10 minutos por poco más de una hora. —informó una enfermera al doctor quien llevaba a la mujer en camilla y esta ya sentía dolor.

—A este paso su dilatación será de 10 centímetros. —dice al ver el estado d ella mujer. —Preparen todo, esta mujer no tardará en dar a luz.

Su esposo que no dejaba de seguirlos desde que la colocaron en una camilla, estaba con una gran preocupación y cuando se disponía a acompañarlos unas enfermeras lo detienen.

—¡No, esperen! Mi esposa dará a luz, necesito estar con ella. —les explicó a ambas enfermeras a lo que estas lo prepararon para que la acompañara a la mujer.

Le dieron lo necesario y lo desinfectaron para que este pudiese entrar sin problema alguno. Al estar cerca de ella le tomó la mano para que no se sintiera sola.

Ya estaba todo listo y el doctor tomó cartas en el asunto, explicándole todo lo que debería de hacer para que no hubiese complicaciones en el parto.

Las contracciones eran más intensas y su dilatación llegó a su punto máximo. Le pusieron la anestesia epidural. Era momento de recibir al pequeño ser humano.

—¿Lista? ¡Ahora, puja! —le dijo aquel doctor a la mujer y esta hizo caso. —¡Eso, así! ¡Hace un muy buen trabajo!

La mujer hacia todo lo que podía para que su hija naciera sana y salva, su esposo le animaba y apretaba su mano para intentar disminuir su dolor dejando su mano roja en el proceso.

—¡Enfermera, traiga más toallas! ¡Veo una segunda en cefálica! —eso tomó desprevenidos a ambos padres.

¿¡Son dos?!

La enfermera acató la orden mientras que las demás ayudaban al doctor a seguir con el trabajo.

Se sabe que en un parto de gemelos el intervalo de tiempo entre el primer hijo y el segundo no deben de durar más de 30 minutos.

Sin embargo, la señora Itoshi no pudo dar a luz a su primer bebé dentro de ese límite, por lo que el obstetra recurrió a una segunda opción.

La cesárea.

Esto con el fin de disminuir el sufrimiento.

Durante 1 hora los profesionales hicieron todo lo posible para que ambos niños nacieran con bien, afortunadamente no pasó nada grave en la madre y en los niños.

La niña había nacido primero y entregada a los enfermeras para checar sus signos, momentos después sale el niño e hicieron el mismo procedimiento.

—Felicidades, sus hijos están sanos. Los dejaremos en la incubadora para más estudios. —les dice con una leve sonrisa el doctor a ambos padres.

La señora respiraba agitadamente pero feliz de que nacieran sanos y salvos, por otro lado el señor no esperaba nada de eso.

Había tenido dos bebés cuando solo le dijeron que tendría una.

Le explicaron eso al doctor y este lo pensó un poco antes de dar su punto de vista profesional.

—Tal parece que la niña logró tapar lo suficiente al niño que en el ultrasonido no se vio reflejado, suele suceder y cuando están en labor de parto muchos padres se sorprenden al  ver que fueron dos. Créanme, es algo habitual hoy en día. —eso explica muchas cosas.

El señor escuchó todo lo necesario para poder saber que hacer en el futuro.

—Señora Itoshi. —le llamó a la mujer. —Deberá de reposar de 8 a 10 horas por la cesárea, después de eso se le harán exámenes y pronto podrá irse a casa con su nueva familia. Permiso y felicidades.

Se retiró de ahí dejando a solas a los padres primerizos.

El señor todavía no salía de su impresión, dos hijos en uno, eso jamás le pasó por la mente. Fue directo hacia la incubadora donde se encontraban sus hijos y vio al niño qué se encontraba durmiendo.

Lo pensó por un momento sobre su nombre, ya después llenaría los papeles para su acta de nacimiento.

La señora, aún estando recostada, veía con mirada esperanzadora a su hija, por fin había llegado con ellos su adorable criatura.

Su linda niña en lugar de llamarla un angelito, para ella era su tallo sin florecer.

Su florecita encantadora.

Su futura flor más hermosa.

Cada uno pensaba distinto en como iban a verlos crecer a ambos bebés.

—Ran. —susurró la mujer casi al borde del desmayo. Su esposo la escuchó. —La niña se llamará Ran.

El señor lo pensó un poco, era mejor que el otro nombre que le quería poner.

Incluso él había pensado en un nombre distinto en caso de que fuese varón.

—En ese caso, el niño le pondremos Sae, ¿te parece bien? —no obtuvo respuesta de ella. —¿Querida?

Se giró y la vio dormida, traer a dos niños no era tarea fácil. Suspiró y se acercó a ella para taparla mejor y posteriormente regresar a donde estaban sus hijos.

—Ran y Sae. —dijo ahora los nombres de sus bebés. —Me acaban de hacer el hombre más feliz del mundo.

Tomó una silla cerca y se quedó observando a los recién nacidos que hacían leves movimientos.

Nadie sabía que cada uno tendría un estilo de vida diferente.

[13 de Febrero del 2002; 8:45 pm.]

Ya habían pasado casi dos años desde el nacimiento de los gemelos quien con el pasar de ese tiempo vieron que ambos heredaron el cabello castaño rojizo de su madre.

También vieron que con 1 año y casi 4 meses de vida cada uno era muy distinto al otro.

Ran era algo inquieta y quería estar en todos lados, por otro lado Sae prefería estar en un solo lugar mirando sus alrededores.

Su madre estaba ocupada lavando los platos y su esposo estaba comprando las cosas para la cena.

La señora veía de reojo a sus hijos y cuando iba a sacar algo del refrigerador le dio algo de asco al ver toda la comida que se encontraba guardada.

Salió casi disparada hacia el baño con una tremendas ganas de vomitar. Los niños no sabía lo que pasaba.

Cuándo jaló la palanca escuchó un sonido que provenía de la sala, se limpió rápidamente y fue a recibir a su esposo que estaba cargando a ambos niños para llevarlos a su corral.

El señor la vio algo pálida a lo que se acercó y le examinó el rostro.

—Cariño, creo que necesito otra prueba de embarazo. —aquello lo desconcertó. —Solo para estar seguros.

El hombre fue directo a la farmacia, una vez que ya lo tenía en su mano corrió directo a su casa y se lo entregó a su esposa, quien rápidamente fue al baño y procedió a hacer lo mismo que cuando estaba esperando a sus dos primeros hijos.

Pasando los minutos que les parecían ser eternos escucharon un sonido del aparato y entre los dos verificaron cual fue el resultado.

Positivo. Otra vez.

—Pero esta vez, iremos a otro lugar en donde nos digan bien qué va a ser. —le dice la mujer a lo que el hombre solo asintió. —Si es niña tu le pondrás el nombre, si es niño yo le pondré el nombre, ¿estás de acuerdo?

El hombre lo pensó un momento, antes de decirle su respuesta.

—Esperaremos a que tengas más semanas. —toma la prueba para luego voltearla hacia ella. —Aquí dice que tienes aproximadamente 6-7 semanas.

Su esposa estuvo de acuerdo. Esperaron lo suficiente para después agendar una cita con una nueva ginecóloga.

[20 de Junio del 2002; 12:25 pm.]

Ahora con 6 meses de embarazo los señores Itoshis estaban esperando su turno para ser atendidos junto con sus otros dos hijos ya que por el momento no tenían a nadie quien los cuidara.

1 año y 8 meses era lo que ambos tenían actualmente y de paso quisieron hacerle unas revisiones para su cartilla de salud.

La impaciencia era lo que tenía a la señora que no paraba de mover su pierna para ser atendida de una buena vez. Y su esposo tuvo que calmarla un poco.

Fueron atendidos, realizaron el mismo procedimiento que la vez anterior y finalmente pudieron saber que era lo que sería su tercer hijo.

—Felicidades, es un niño. —les dice con una sonrisa la doctora.

Un niño, es decir que la mujer iba a elegir su nombre.

Lástima, ella quería una niña para tener asegurado su plan de vida.

Una vez que terminaron con el chequeo, fueron a buscar a sus niños y salieron de ahí.

Ya no iba a tardar mucho en que llegara a su vida su lindo bebé.

[3 meses después; 9 de Septiembre del 2002; Hospital de la ciudad.]

Esta vez, el señor no iba a poder acompañar a su esposa en su embarazo. No quería separarse de sus hijos por lo que optó en esperar a que los doctores hicieran lo que era necesario.

Vaya que fue rápido ya que no tardaron más de 2 horas y ya le habían dicho que su esposa estaba bien y que su hijo nació sano.

Agradeció y entró a la habitación para ver a su esposa que estaba descansando con su hijo en brazos.

Se acercó a ellos para verlo mejor.

Era precioso.

—Mira quien está aquí, papá vino a visitarnos junto a tus hermanos mayores. —dice la señora a su recién nacido. —Dile hola a papá, Rin.

—¿Rin? ¿Ese será su nombre? —preguntó con una sonrisa al ver a su tercer hijo, a lo que ella asintió. —Hola Rin, aquí están tus hermanos que vinieron a conocerte.

Los gemelos de casi 2 años ven a su nuevo hermano. Ran al verlo no tardó en decir lo que pensó.

—Bonito. —fue la palabra que dijo al ver a Rin.

Sae asintió a lo que su hermana dijo.

Ambos sonrieron enternecidos al ver la reacción positiva en ambos.

Todo iba bien en su familia, pero eso si, ya no iban a tener más hijos.

[10 de Octubre del 2004; 6:27 pm; Residencia de los Itoshis.]

Hoy era un día muy especial en la familia, los gemelos cumplían sus 4 años de vida.

Los padres estaban más que felices por ellos junto con su hermano Rin de 2 años de edad.

Nii-tan, Nee-tan. —decía casi balbuceando el más joven de la casa, causando gracia en los mayores al verlo tan emocionado por la fiesta de sus hermanos mayores.

Frente a ellos ya se encontraba el pastel con 4 velas en el centro encendidas, apagaron la luz y les cantaron la canción de feliz cumpleaños. Una vez hecho eso, volvieron a encender la luz.

—Bien, pidan un deseo. —les animó su padre para que soplaran las velas.

Se miraron y la mayor le sonrió a su hermano quien solo le siguió el juego, ambos cerraron sus ojos y en un momento ya habían soplado las velas. Sus padres y su hermano aplaudieron al terminar.

—¿Cuáles fueron sus deseos? —les pregunta su padre.

—Secreto papi. —le dice su hija mayor y Sae solo asintió a lo que ella dijo.

El padre río enternecido por la acción. La madre se dedicaba a repartir el pastel en la mesa y cuando le estaba dejando su pedazo correspondiente a su hija la miró con anhelo.

—Disfruta mucho de tu pastel querida, ya no se volverá a repetir en este año. —le dijo con una sonrisa mientras le acariciaba su barbilla.

La niña no entendió lo que dijo pero la parte de disfrutar el pastel si, por lo que con una sonrisa en el rostro asintió a lo que dijo su madre y comió de su delicia enfrente de ella.

La familia era feliz en ese momento, no había nada que arruinara el agradable ambiente familiar.

La señora era la más feliz en esa casa y su esposo estaba más que alegre por su buen humor ya que contagia a los niños.

Al llegar a los regalos a Sae le dieron un balón de fútbol y a Ran un pequeño leotardo de color rosa pastel.

Cada uno iba a disfrutar de su regalo, y cada uno iba a forjar su propia vida.

O eso es lo que ambos pensaron en ese momento.

[11 de Octubre del 2004; 4:00 pm.]

RAN's POV.

—Mami, ¿a donde vamos? —le pregunté mientras ella me seguía tomando de la mano y no dejábamos de caminar.

—Pronto lo sabrás linda. —fue lo único que me dijo.

Eso mismo me dijo cuando salimos de la casa. Llevábamos un tiempo caminando por lo que ya me estaba desesperando al no ver nada interesante.

Excepto la tienda donde venden el helado favorito de Sae.

Mamá había insistido en que la acompañara a un lugar, jamás dijo cuál, por lo que no me negué pero se me hizo extraño que me dijera que guardara el regalo que me dio ayer.

No sé cuántos minutos pasaron pero ya nos habíamos detenido frente a una puerta de vidrio corrediza, como las que hay en casa.

Mamá la deslizó y entramos, ahí se encontraba una señorita muy bonita con otras niñas con la misma ropa que mi mami me regaló.

—Hija, ¿tendrás problemas en vestirte tu sola? Necesito hablar con la señorita. —me pregunta mamá mientras que la otra mujer solo me sonríe.

—No mami, yo puedo solita. —le dije con sinceridad.

—Al fondo hay un sanitario, puedes cambiarte sin problema alguno. —me dijo la señorita bonita a lo que yo asentí y corrí hasta donde me dijo.

Para ser sincera no me era difícil vestirme con esto, mamá ya me había explicado como ponérmelo como si fuese una falda pero con más tela que cubre mi cuerpo.

Ya tenía un mallón de tela negra por lo que con eso me basé para colocármelo. Un pie primero y luego el otro. Si, demasiado fácil.

Una vez estando lista me vi en el espejo grande que estaba en la habitación.

Qué bonita me veía con el conjunto.

Recogí todo y salí para ir directo con mi mamá y la señorita que hablaban muy contentas.

—¡Ya estoy lista! —dije en cuanto llegué con ellas. Mamá me miraba con una gran sonrisa.

—¡Excelente! —me dice encantada. —Ran, quiero presentarte a Fujisaki-san, ella será tu maestra a partir de hoy. —me toma de los hombros para poder estar delante de la señorita bonita.

—Mucho gusto Ran-chan, espero y nos podamos llevar bien. —me dice con una sonrisa amigable. Que buena persona.

Yo le extendí la mano para saludarla, ella algo sorprendida de mi acción la acepta con gusto.

—Es un placer, Fujisaki-san.

—Bien, ahora deja tus cosas con mami y ve hacia donde están las demás niñas, ¿te parece? —a lo que yo asentí e hice lo que me dijo.

Mamá me dio un beso en la frente y fui hacia donde estaban las demás niñas.

Qué divertido será hacer nuevas amigas.

[28 de Octubre del 2006; 5:50 pm.]

—¡Tienes que dar más giros, Ran-chan! —me dice Fujisaki-san, a lo que aumento el número de los giros en las barras asimétricas. —¡Eso, muy bien! Ahora iremos al trampolín para su rutina aérea.

Llevábamos así desde que iniciamos, Fujisaki-san dijo que debo de entrenar mi cuerpo debidamente para poder alcanzar una mejor fuerza en mis brazos y piernas.

Pero eso de estar de un lado a otro si era algo cansado.

Mamá estaba viéndome desde el palco en donde las demás madres veían a sus hijas, podía sentir su mirada en mi en todo momento.

—¿Lista? —Fujisaki-san me miró cuando ya tenía la colcha en sus manos cuando vaya a pararme de saltar.

Yo asentí e inicié con leves saltos para poder tomar vuelo, seguí así hasta tomar una buena altura e inicié a dar giros en mi propio eje de forma acrobática, tengo que quedarme en un mismo lugar y así que únicamente se enfoquen en mi rutina.

Mortal en el aire, tanto hacia adelante como hacia atrás, también me habían enseñado hacer un flip, pero eso solo se usa en patinaje.

—¡Cuidado con las puntas! —me dice Fujisaki-san, eso siempre me fue un problema.

Mis pies deben de estar en punta para el porte de "elegancia", ya que los jueces estarán encima de eso y me restarán puntos.

—Lo último, Ran-chan. —me avisa Fujisaki-san a lo que yo doy mi último giro de cuerpo completo y que ella ponga la concha, así deteniéndome de saltar en el trampolín. —Bien, lo dejaremos hasta aquí el día de hoy. Buen trabajo.

A lo que yo sonreí en medio de mi cansancio, lo había hecho bien. Eso me da puntos a mi favor.

Recuperé un poco el aire y me dirigí hacia donde estaban mis cosas para después ir hasta donde se encontraba mi madre y de ahí nos dirigimos a casa.

Mientras caminábamos mamá me mencionaba los "errores" que había cometido el día de hoy, y claro se fue con el tema de las puntas.

—¡Te he dicho un sin fin de veces que tengas cuidado con tus puntas de los pies, Ran! —me venía reclamando desde que salimos del lugar. —¿Acaso quieres mostrar toda la pata a los jueces y digan "que niña tan vulgar" en tu hoja de evaluación?

Yo negué ante eso, no sería bueno que me vieran de esa manera, más bien sería un desastre si eso pasara.

—Pues entonces esfuérzate más, no me importa si la tal Fujisaki-san te dice que hiciste un buen trabajo, para mi no fue así. —me sentencia. —Y pobre de ti si en el evento demostrativo no complaces a todos.

El evento demostrativo era algo que se hacía cada año en este deporte, al menos en esta ciudad, en donde varios niños de entre 6 a 10 años debían de mostrar una pequeña rutina de no menos de 2 minutos en donde hacía acrobacias ya sea con un aro, un listón, unos pinos, o sin nada, ya era por gusto del que se iba a presentar.

Acabo de cumplir 6 años, por lo que entré en la categoría casi al instante. El evento se realizaría dentro de un mes.

—Pero si lo hice bien, mami. —intenté excusarme.

—Bien mal, querrás decir. —me mira de forma desaprobada. —Luego trabajaremos con eso en otro momento.

Ya no dije nada por no verla molesta, así que estuvimos en silencio hasta que llegamos a la casa donde papá estaba esperándonos. El me recibió con una sonrisa a lo que yo intenté corresponder de la misma manera pero al ver su cara de preocupación supuse que hice una mueca y no una sonrisa.

Me fui de ahí antes de que me preguntara delante de mamá, ingresé a mi cuarto y solo me tiré a mi cama.

Lo hice bien, a mi me gustó. Pero si a mamá no le había gustado mi rutina no tengo nada de lo que enorgullecerme.

Eran las 6:14 pm y escucho como tocan la puerta, solté un "adelante" ahogado entre mi cara y mi almohada para luego percibir el sonido de la puerta abriéndose sin saber quien era.

—¿Cómo te fue linda? —debí de saber que era mi papá. —La cara que me pusiste no me dio a entender que fue un buen día. —sentía que me acariciaba mi cabeza.

Me tuve que levantar para poder hablar bien.

—Me fue bien, aunque tuve problemas con mis puntas, otra vez. —me llevé una mano a mi frente, causando un sonido duro. —Pero a pesar de que a Fujisaki-san dijo que hice un buen trabajo... Mamá no pensó lo mismo.

Él solo me daba palmadas en la espalda para animarme mientras escuchaba.

—No te preocupes por eso, ya verás que con el tiempo mejorarás.

—La demostración es en un mes...

—Tiempo suficiente solo para mejorar en ese detalle, no te encasilles en solo eso. —hace que lo mire. —¿Te parece que sea yo quien vaya a verte en tus prácticas en lugar de tu madre?

Yo asentí frenéticamente, si papá iba en lugar de mamá no me sentiría tan hostigada.

—Entonces deja se lo comento.

Yo estaba más que feliz, si él viera lo que hacía tal vez no me sentiría mal después de acabar cada práctica.

—¡La cena está lista! —escuchamos a mamá desde la cocina y fuimos para allá.

Solo espero que no haya hecho ese feo pollo.

Vi a Sae y a Rin ya sentados por lo que me senté en medio de ambos, Rin me saluda contento.

Mamá estaba sirviendo la cena a cada uno, excepto por un detalle.

A mi me tocó el pollo hervido que sirve para no subir tanto de peso.

—¿Pollo, otra vez? —le reclama mi papá. —¿Si sabes que tiene 6, verdad? —frunce el ceño ante lo que ve.

—Es para que no tenga problemas para su demostración. —dice y se va a la cocina.

Mi papá suspira frustrado y me cambia mi plato por el suyo. Yo le sonrío agradecida, a veces no comía como un niño de mi edad hace.

—Nee-chan, ¿vas a participar en algo? —me pregunta Rin emocionado a lo que yo le sonrío y asiento. —¿Vas a volar por los aires?

No pude evitar soltar una risita por su pregunta.

—Rin, Ran no es un pájaro. —le dice Sae. —¿Pero si das vueltas en el aire, no?

Uno salió peor que el otro, no pude evitar reír por las ocurrencias de estos dos inexpertos en el tema.

Papá nos miraba desde su asiento. No estaba mal tener estos momentos.

Ya había pasado un mes y hoy era la demostración. Las gradas estaban llenas de familiares de cada niña que iba a presentarse, y por supuesto mi familia estaba allí.

Las pruebas se dividían en tres etapas: Salto de caballete, Barra Fija y por último la rutina que se prepara ya sea con algún accesorio o solo un baile con acrobacia.

Éramos alrededor de 15 niñas de 6 años en donde cada una se debía de destacar en este evento, si todo salía bien podrías estar en la mira de un caza talentos.

Esa era la razón por la que mamá quería que practicara más, pero como esta vez fue papá a mis prácticas me siento con la motivación suficiente en completar con éxito este día.

Había tres jueces que se encargarían de vernos a todas, no era una competencia en si, pero es mejor dejar una buena impresión.

Ya se había sorteado el orden de pase, y cada una de las que estaban presente iban a realizar la primera etapa.

—Número 5, Itoshi Ran. —escuché mi nombre junto a los aplausos en las gradas por lo que salí lista para completar mi primera prueba: El salto de caballete.

Como aún soy pequeña no me forzaron a crear un salto arriesgado, aunque a mamá no estuvo de acuerdo.

Fui corriendo en cuanto me dieron la señal y salté sobre el taburete que ayudaba a tomar más vuelo en el aire, toqué el caballete para dar una vuelta completa de cuerpo entero para caer en la colchoneta parada, sin flexionar las piernas para que fuese un aterrizaje más "limpio" como me habían dicho.

Ante eso recibí ovaciones de la gente aunque pude escuchar más los gritos de papá y de Rin por alguna razón.

Después fue la segunda prueba: La barra fija, era una de las más difíciles en si.

Consistía en que tus brazos tenía que ejercer la fuerza suficiente para aguantar tu propio peso en la barra alta y girar en ella ya sea cambiando de mano o que tu cuerpo gire mientras tus manos no se separen de la barra, soportando que el estómago se endurezca para mantener el equilibrio.

En mi turno hice lo que ya había estado practicando en este mes, sin descuidar mis puntas, girando en la barra, doblando mi cuerpo para hacer una forma, o intento de forma. Cuando tomé el suficiente impulso para que mis piernas estén arriba mientras que mis manos se aferraban a la barra, giré todo mi cuerpo estando al aire mientras escuchaba los jadeos de espanto de la gente, no era normal que una niña hiciera esas acrobacias arriesgadas.

Estuve así por un minuto a lo mucho para poder concluir con una salida limpia, donde no me caí ni mis piernas se movieron.

Nuevamente recibí el mismo afecto por parte de las gradas y vi que mis hermanos me aplaudían por ello, aunque pude ver de reojo que Sae tenía una cara pálida. Me tuve que morder la lengua para no reírme ahí mismo.

Y por último la rutina o baile con o sin accesorio.

Algunas iban con listones, una pelota o un aro, en mi caso fue una rutina gimnastica.

Una en donde la música y el baile se juntaban aquí y te expresas con movimientos acrobaticos.

La pista fue entregada al del sonido y me coloqué en mi posición de inicio.

La música comenzó a sonar y yo movía mi cuerpo mientras disfrutaba la canción.

Me movía de un lado a otro y en su debido momento hacia una acrobacia en donde implicaba saltos de pierna en pierna o una vuelta de carro con mortal incluido. Miraba al público de ves en cuando, como si fuese un entretenimiento.

Disfrutaba de esto porque era algo que podía llamar mío. Con la ayuda de Fujisaki-san pude completar esta rutina.

Un salto aquí, un salto allá, con una vuelta en el aire de por medio y finalmente una rodada para terminar con un split y mi pierna de atrás de doblaba para poder alcanzar mi cabeza mientras apuntaba al público.

Los aplausos no se hicieron esperar y en cuanto me levanté agradecí y salí de ahí para poder abrazar a Fujisaki-san quien me recibió con los brazos abiertos muy contenta de mi desempeño.

—¡Lo hiciste de maravilla! —me dice contenta y me suelta. —Estoy segura que a todos les gustaste.

Eso esperaba.

Al terminar los turnos de todas, nos formamos quedando en línea frente a la mesa donde los jueces ya tenían los reconocimientos.

A cada una nos fue nombrando para entregar los sobres y en cuanto fue mi turno uno de ellos se me acercó.

—No debería de decir esto ya que no es muy profesional de mi parte. —me dice cuando me da mi sobre y mi papel con mi nombre. —Pero el tuyo fue uno de los mejores bailes que he visto para tu edad jovencita. Muchas felicidades.

Me da la mano para estrecharla a lo que yo no me niego. Estaba muy sorprendida, uno de ellos dijo que fui una de las mejores que vio hasta ahora.

Mamá se irá de espaldas de la alegría cuando le diga.

Todo terminó y vi de lejos que Rin corría deprisa a lo que yo extendí mis brazos para recibirlo con gusto.

—¡Nee-chan, eres la mejor! —me dice Rin con los ojos brillantes. —¿Ves Nii-chan? Te dije que Nee-chan vuela.

Solté una carcajada con lo que dijo, Sae solo frunció el ceño ante ello.

—Ella no vuela Rin, toma vuelo. No es lo mismo. —hizo una cara graciosa y se cruzó de brazos mientras intentaba excusarse.

—Déjame ver eso. —dice mamá mientras abre el sobre que me dieron. —"Buen manejo del control del cuerpo", "Buen equilibrio en barra", "Rutina acrobatica con buen desempeño de la participante". En conclusión: "El resultado final para la joven Itoshi Ran es altamente recomendable para una mejor formación en su temprana carrera, por lo que se me tomará en cuenta para futuros proyectos".

Terminó de leer y me mira por fin, yo solo esperaba a que dijera algo estando un poco nerviosa.

—No cabe duda que naciste para ser una estrella, mi linda niña. —me abraza feliz por lo que leyó y yo feliz de que ella esté feliz.

Por fin pude cumplir sus expectativas. Al fin pude dar mi primer paso a que ella se sintiera mejor con lo que yo hacía.

Sae y Rin me abrazaron y mi papá no se quedó atrás.

—Estoy tan feliz por ti Ran. —me dice mi papá y yo no evitó sonreír.

Eso era lo mejor que me había pasado en mi corta vida.

[16 de Octubre del 2007; 6:50 pm.]

Después de mi gran éxito en mi demostración de hace un año, me cambiaron a otra localidad en donde al lado había un gimnasio de artes marciales pero su establecimiento era más grande que mi anterior lugar de entretenimiento.

Ya no tenía a Fujisaki-san conmigo sino a otro entrenador que se llamaba Honjou-san, era igual de agradable que Fujisaki-san, pero él era un poco mayor.

Fujisaki-san tiene 32 años y Honjou-san tiene 44 años.

Pero me entristeció un poco ya no poder estar más con ella. Pero me dijo en donde puedo encontrarla siempre a lo que yo me puse algo feliz por eso, pero no era lo mismo.

Guardé todo para irme después con papá a casa, desde que le dijo a mi mamá que él sería quien me acompañase en mis prácticas y de irnos juntos a casa me ha estado dando un golpe positivo.

Ella no se opuso y menos cuando mi cambio de lugar a uno mejor por mis resultados de hace un año era una buena señal.

Aunque desde ese día no me ha vuelto a decir nada, en el sentido de que si he estado mejorando o de si está orgullosa de mi. De hecho eso no me lo ha dicho nunca.

Digo, si me dijo que nací para brillar pero eso para mi no me dice nada. Puedo brillar en otra cosa pero eso a ella no le interesaría.

De camino a casa papá me iba tomando de la mano y cargaba mi mochila, mientras que yo estaba en mis pensamientos.

No pude evitar hacerle la pregunta.

—Papi. —le llamé y este hizo un sonido con su boca cerrada diciendo que mi me escuchó. —¿Estás orgulloso de mi?

Eso causó que nos detuviéramos y me mirara de forma extraña.

—¿De donde sacaste eso? ¡Claro que estoy orgulloso de ti, Ran! —me dice a lo que yo me sentí bien con eso. —Pero...

Se pone en cuclillas y mueve un poco mi fleco rebelde de mi rostro.

—¿Tu estás orgullosa de ti misma? —esa pregunta resonó en mi cabeza un tiempo para poder meditarlo.

¿Yo, orgullosa de mi? Jamás me lo había planteado.

Estaba tan enfocada en complacer a mamá que nunca me detuve en pensar en mi tan siquiera un momento.

Para empezar, ¿Me gusta la gimnasia? Pues es un deporte muy bonito y me gusta jugar con el listón que usan, pero yo lo empecé a practicar porque mi mamá me llevó ahí al cumplir 4 años.

Nunca me preguntó solo... Esperó a que cumpliera una edad adecuada para que me formaran.

El día anterior mamá me preguntó si todavía quería seguir con esto, pero por su forma de verme hizo que yo dijera "si" al momento.

Sentía que si decía "no" haría que ella se sintiera triste.

—Pues... —medité un poco mi respuesta. —Si mamá está feliz de lo que yo hago, entonces yo también soy feliz papi.

No sabía que esas 15 palabras harían más difícil mi situación.

Al llegar a casa fui recibida por un abrazo de Rin y un bienvenida por parte de Sae. Nos mandaron a lavar ya que la cena casi estaba lista.

—Nee-chan, ¿cómo te fue hoy? —me pregunta Rin.

Le conté sobre lo nuevo que aprendí hoy y que aún seguía mejorando en mi rutina, Rin solo escuchaba atentamente.

—¿Y no te rompes algo o qué se yo? —la pregunta de Sae no se hace esperar.

—¡Nii-chan no le eches mala suerte a Nee-chan!

Me carcajee con la escena.

Rin miraba con un puchero a Sae por lo que dijo a lo que Sae responde salpicándolo con agua. Yo le tuve que limpiar su rostro por la mala acción de su hermano.

—¡Nee-chan! ¡Nii-chan me mojó! —acusó al mayor.

—No es cierto. —mentiroso.

—Basta ambos. —los callé. —Sae no salpiques a Rin. —Rin le sacó la lengua. —Y Rin respeta a tu hermano. —ahora fue Sae el que le sacó la lengua.

Por Dios Santo, ¿qué haré con ellos? Pero me alegro que al estar junto a mis hermanos me distraigan un poco.

Bajamos para ir a la cocina pero nos detuvimos al escuchar una discusión por parte de nuestros padres.

*Anexo: En el capítulo 10 sucede.*

Le tuve que decir a Rin que fingiera que bajaba solo él y así poder interrumpir su pelea.

Sentía la mirada de Sae en mi, sabía lo que pensaba por lo que tuve que distraerlo.

Le di la mano para que ambos bajaramos sin que sospechen.

Ahora la cena fue un poco mejor para mi suerte.

Después de cenar mamá me citó en la sala y a mis hermanos los mandó a sus cuartos. Papá estaba al lado suyo.

—Ran, tu padre me dijo que tu hacías gimnasia solo por mi. Pero ayer te hice misma pregunta y me respondiste que te gustaba. ¿A quién le mentiste?

Papá me miraba apenado, bueno no podía culparlo. A fin de cuentas son marido y mujer.

—Contéstame ahora mismo. —exigió mi madre.

No podía echarme para atrás ahora, así que tuve que decir lo primero que se me vino a la mente con tal de salir de esta situación.

—Perdón mamá. —ella me mira expectante. —No debí de haberle hecho eso a papá. —miré a mi papá que solo me dedicó una mirada de soslayo. —Lo siento papá, nunca quise mentirte.

No me atreví a decir otra cosa, me sentí una cobarde en ese momento.

Mamá lo mira como si ella siempre tuvo razón.

—¿Lo ves? Ella si quiere hacerlo. —ahora me mira a mi. —Que sea la última vez que le mientes a tu padre con esto, ¿me oíste? Y tu. —ahora le dice a mi papá. —Vuelves a meterle basura a la cabeza y me aseguraré de que su custodia sea mía y que nunca la vuelvas a ver.

Sale de la sala y yo solo miré el suelo, avergonzada.

Nunca quise que mi papá pasara por esto. Y para protegerlo, ya no debía de contarle más cosas sobre como me siento.

Papá se paró del sofá y solo me abrazó, disculpándose por no poder haber hecho nada.

Yo solo le devolví el abrazo y lloré en su pecho, disculpándome con él también.

Esto debía de hacerlo sola, sin hundir a nadie más.

[Otoño, 2008; 6:30 pm.]

Una nueva edad, una nueva etapa.

Al ya tener 8 años, al fin me dan permiso de hacer una rutina más pesada, con movimientos más difíciles y más elegantes.

Honjou-san dice que al paso que voy estaré entre los primeros lugares de la clasificatoria juvenil.

La práctica terminó, gracias al cielo, debía de apresurarme a llegar a casa ya que esta vez papá no pudo estar conmigo por asuntos de trabajo.

Me disponía abandonar el lugar hasta que unos gritos llamaron mi atención.

Provenían del gimnasio de al lado, el de artes marciales. No sé de que trataba en si pero por al ver por la ventanilla vi un cartel que decía "Karate" en kanji.

Vi a varios niños, tanto varones como a niñas, como yo, practicando a dar golpes en el aire o de romper tablas.

¿No les dolía hacer eso?

Vi que su sensei les dijo que ya podían retirar y se despidieron de él con una reverencia y un grito.

Tuve que irme de ahí para poder verlos mejor. Había de todas las edades, algunos más jóvenes que yo y otros de mi edad. Incluso alcancé ver adultos salir de ahí.

Eso era algo nuevo para mi ya que solo había niñas de mi edad y algunas más grandes que yo pero Honjou-san nos separaba por edades por lo que no solía convivir mucho, y eso que quería hacer amigas pero no pude, decían que no se querían juntar conmigo porque siempre le caía bien al entrenador.

Pero el es amable con todos, no solo conmigo.

Mamá me dijo que iba a encontrar a gente que me envidiase, pero yo no quería eso.

Y aquí veía que todos se llevaban bien con todos.

¿Alguna vez tendré eso en mi vida?

Vi como dos niñas, una de cabellos negros y la otra de cabellos rojos reían y se medio empujaban de los hombros para después sacar de una bolsa un balón de fútbol.

¿Un balón? ¿Qué? ¿Pero que ellas no practican karate?

Se dirigieron a un pequeño parque qué tenía una cancha de fútbol que no se encontraba lejos de ahí.

Mi curiosidad fue más fuerte y las seguí para ver que jugaban con aquella esfera de color blanco y negro. Se veían felices pateándola de un lado a otro, una de ellas incluso la pateó hacia la red gritando "gol".

Eso mismo hacen los compañeros de mi hermano cuando hace eso.

Nunca me había interesado el fútbol ya que Sae se encargaba de eso y porque mamá me prohibió no distraerme con otras cosas "sin importancia".

Esa y muchas otras restricciones más, por ejemplo: No teñirme el cabello ya que mi color natural era lo más destacable además de mis ojos y no tatuarme ya que debo de mantener mi cuerpo "sin manchas feas", como ella les dice y que solo eso lo hace la gente proveniente de pandillas o que estuvieron en la cárcel.

Si... Mi madre era algo "especial" en ese sentido.

Estaba muy metida en mis pensamientos que no me di cuenta que el balón iba directo a mi hasta que me gritaron "¡cuidado!" y actué en consecuencia haciendo que mi pierna se alzara muy alto, que el balón tuviese contacto conmigo y este regresaba hasta la cancha siendo observada por las otras dos niñas.

Al darme cuenta de eso me sonrojé y cubrí mi rostro con mis manos. ¡Ay no, qué vergüenza!

—Oye, ¿juegas al fútbol? —me preguntó una niña y me sorprendió de que ella llegase hasta donde estaba en cuestión de segundos.

Me destapé el rostro y vi que era la niña de cabellos rojos que me miraba con una sonrisa. Se veía que era mayor que yo.

Yo negué a su pregunta sin dejar de sentir vergüenza.

—¿Estás segura? Esa patada fue muy buena. —me seguía insistiendo a lo que yo nuevamente negué.

—Oye Hime, creo que ella es de las que entrenan al lado. —le dice la pelinegra a su amiga y esta le mira sin entender. —Ella es de gimnasia.

Ahora ya logra entender y me vuelve a mirar, yo quería salir de ahí a como diera lugar.

—Lamento el susto no fue nuestra intención, ¿no le lastimaste? —me examina con su mirada oscura y vuelvo a negar. —Menos mal. —me ofrece su mano. —Me llamo Yamada Torahime y ella es Lita Cheng. —su amiga me saluda con la mano a lo que yo le correspondí tímidamente. —¿Y tu eres?

Le miro la mano que sigue esperando a que la tome, no debía de ser descortés así que le devolví el saludo.

—Soy Ran... Itoshi Ran. —nos soltamos al presentarnos.

—¡Oh vaya! Si hablas, pensé que te habían comido la lengua los ratones. —me dice sonriente y yo frunzo el ceño. —¿Quieres jugar con nosotras? —me muestra el balón en sus manos.

—No puedo, debo volver a casa antes de que se haga tarde. —y no era mentira, ya casi se ponía el sol.

—Entiendo, en ese caso te acompañaremos. —me propone ella.

—Eh... Lo siento Hime, yo también debo de irme rápido, el hermano de mamá está de visita así que debe de atenderlo. Ya sabes, tradición. —le dice la pelinegra de nombre Lita a ka pelirroja y luego me mira. —Fue un gusto conocerte Ran-chan.

—Si... Fue un gusto también. —veo que ella se va alejando mientras grita un "te veo mañana" mientras se despide agitando el brazo.

Que simpática.

—En ese caso, yo te acompaño ¿qué dices? —me pregunta con la misma sonrisa de siempre.

Yo estaba algo desconfiada, me dijeron que no debo de llevar extraños a la casa y parece que ella notó mi preocupación por lo que rió.

—No te preocupes, no soy una extraña, ya sabes mi nombre y yo sé el tuyo por lo que somos amigas, ¿verdad?

Amigas... Que bien se escuchaba eso.

Lo medité un poco sobre su propuesta, no sonaba mal que alguien casi de mi edad caminara a mi lado.

—Esta bien, tener algo de compañía no me haría mal. —accedí y ella estuvo encantada.

Conforme íbamos caminando contábamos algo de nosotras como por ejemplo que ella estaba acostumbrada a que su familia se mudara mucho por asuntos de comodidad y por trabajo de su madre.

Su padre es maestro de kendo y que pronto se iba a retirar de ello y dejar su dojou en manos de su ayudante.

Hime-chan, como ella me dijo que la llamase, es la mayor de 3 hijas, igual que yo pero en mi caso tengo hermanos.

—¿También eres hermana mayor? Chócalas. —alza su mano abierta a la espera de que yo haga algo. —¿Qué? ¿Nunca las has chocado? —yo negué. —Pues... Hay una primera vez para todo ¿no? Anda, es divertido.

Alcé mi mano a su altura y ella golpeó mi mano contra la mía. Se sintió genial.

¿Así se sentía chocar las manos con una amiga? Se siente muy bien.

—Y dime, ¿qué hay de ti? —me pregunta Hime-chan.

Yo le conté un poco de mi, que practicaba gimnasia al lado de ellos, que tengo dos hermanos menores y que tengo a mis dos padres. Ah y que uno de mis hermanos si juega fútbol.

—¡Genial! Quiero jugar con él, ¿me lo presentas? —me dice emocionada.

Yo no tuve problema con eso, ya que mucha gente siempre se acercaba a él por lo mismo.

—Oye, pero solo jugaré con el para ver quien es mejor. Tu eres mi amiga, ¿no? Yo no cambio a las amigas por sus hermanos. —me da una gran sonrisa mientras me abraza por los hombros.

Le devolví la sonrisa de manera tímida, me sentí mejor con eso. Llegamos a mi casa y al abrirla puerta vi a papá esperándome. Vio a Hime-chan y ella lo saluda.

—¡Buenas noches! Vine a dejar a su hija. —le dice a mi papá y el se acerca para poder hablar mejor.

—Gracias por acompañarla pero, ¿tú quién eres, pequeña? —se pone a su altura mientras la miraba curioso.

Yo solo veía como interactuaban esos dos.

—¡Hola! Mi nombre es Yamada Torahime, soy amiga de su hija. —se presenta ante mi padre. —O bueno, me acabo de hacer amiga de ella.

Mi padre la mira algo sorprendido, era normal no tengo amigas en la gimnasia y que una se presente a mi casa de solo habernos presentado hace menos de una hora no era algo que se catalogara como "normal".

—¡Oh! Mucho gusto. —le da su mano y ella la acepta. —Soy el padre de Ran, ¿te gustaría quedarte a cenar? —la invita pero luego su cara cambia. —¡Oh, rayos! ¿Tus padres saben que estás aquí? No me gustaría que se preocuparan.

Hime-chan trató de calmarlo y yo tuve que intervenir también.

—No se preocupe señor, puedo llamarlos desde su casa y avisar. —le propone como opción.

Papá aún estando algo preocupado accedió y le preguntó si ella vivía lejos, a lo que ella le dijo que vivía cerca de donde practicábamos.

Al entrar nuevamente Rin me recibe con un abrazo y luego ve a mi nueva amiga y este se oculta detrás de mi. Rin era algo tímido con los extraños.

Luego aparece Sae que iba a saludarme como de costumbre pero no dijo nada cuando vio a Hime-chan, él por su parte frunció el ceño.

Que educado mi gemelo.

Hime-chan estaba al teléfono mientras papá estaba a su lado para después hablar él con el que supongo era el padre de Hime-chan, o madre.

Al regresar ella vio a mis hermanos mirándola sospechosamente, Hime-chan parpadea de confusión y ella acude a mi sin saber que hacer.

—¡Oh! Eh... Ellos son mis hermanos, ya te hablé de ellos en el camino. —le digo al ver que nadie decía nada. —Sae es mi hermano gemelo y Rin es el más joven. —miro a ambos. —Vamos, preséntense.

Rin, quien seguía estando aferrado a mis espaldas, es el primero en acercarse y solo suelta un hola y luego vuelve conmigo. Sae solo saluda desde lejos. Hime-chan les devuelve el saludo.

Mamá sale de la cocina secando sus manos con un trapo y al ver a mi nueva amiga se sorprende y la ve como si no creía que fuese real. La pelirroja solo la miraba con una sonrisa amigable, esperando a que ella diga algo.

—Querido, ¿volviste a adoptar niños en la calle? —le pregunta a mi papá y yo solo me avergüenzo de lo que dijo.

Ahora ya sé de donde sacó lo grosero mi hermano.

Papá quiso arreglar el desastre que causó mamá pero Hime-chan solo rió por la situación.

—No soy de la calle señora. —le aclara. —Soy Yamada Torahime, amiga de su hija. —le da la mano para que se la apretara.

Mamá se sorprende aún más, y ahora me tocó a mi ser la sorprendida cuando ella se la acepta.

¿Qué acabo de ver?

¿Mamá saludando de mano a una niña que acababa de insultar?

Por otro lado Hime-chan parece tener mejor control que cualquier otro niño de su edad, pero luego recuerdo como es su padre y entiendo su manera de manejar los problemas.

Como este, por ejemplo.

—Y ella se queda a cenar, querida. —le avisa papá para poder cambiar de objetivo. —Sus padres ya están enterados y yo me ofrecí a llevarla, su casa no está tan lejos.

—Esplendido. —dijo mamá con una sonrisa algo seca. —Voy a agregar otro plato a la mesa. —y se fue directo a la cocina.

Me acerqué a la pelirroja para ver si estaba bien.

—Lamento eso. —me disculpé en su lugar. —Mamá normalmente no es así, ella es buena. —dije en un intento de excusarla.

Papá me veía desde su lugar y quiso agregar algo.

—Mi esposa es una persona algo difícil de manejar, si te sentiste extrañada por su actitud te pido que la disculpes, a veces no sabe lo que dice. —aclara hacia ella.

Hime-chan solo asintió, sin problema alguno.

—No se preocupe señor, yo entiendo muy bien. —nos dice. —Mamá tiene un hermano parecido a su esposa, se como lidiar con esto. —le sonríe para que no nos preocupáramos.

¡Oh, cielos! Yo quiero ser así algún día.

Hime-chan y mi papá se fueron al comedor para seguir platicando y en eso Sae aprovecha para acercarse a mi.

—¿Quién es? Y ¿Por qué pudo enfrentarse a nuestra madre? —intenté no reírme por lo que dijo.

—Es mi nueva amiga Hime-chan, la acabo de conocer hoy.

—¡Oh genial! —dice sarcástico. —Traes a desconocidas a la casa. ¿Qué pasaría si llega a decir algo?

Fruncí el ceño ante eso. Sabía a qué se refería.

—¿Sabes hermano? No todos quieren saber sobre el pequeño futbolista prodigio, además ella quiso venir y saber si podrían tener un 1 vs 1, pero dejó en claro que no cambia amigas por hermanos. —me fui de ahí para que no dijese nada. —Vámonos Rin, la cena casi está lista.

—Si, Nee-chan. —me sigue a la mesa.

Vemos que ya estaban sentados papá y Hime-chan que aún no dejaban de platicar. Nosotros hicimos lo mismo. Sae apareció tiempo después con su mala cara.

Se fue sirviendo la mesa y todos estábamos en un buen ambiente, ahora me tocó carne y vegetales con arroz.

—Y dime Torahime. —mamá empezó su interrogatorio en la mesa. —¿Tu cabello es natural?

—Querida... —le dice en tono de advertencia mi padre y esta no hace caso.

Hime-chan solo suelta una leve risa.

—No se preocupe señor. —lo calma ella. —Y respondiendo su pregunta señora, si. Es natural, aunque mucha gente no me cree cuando lo digo.

—No me sorprende querida, es un color muy llamativo. —como si el nuestro no lo fuese mamá.

Sae y yo lo heredamos de ti y Rin lo heredó de papá. Se podría decir que es el único que tiene un color "normal".

—Eso es cierto. —le responde ella. —Mi madre es pelirroja así que lo saqué de ella.

—Ah, interesante. —dice mi madre en tono de sorpresa fingida. —Y dime, ¿estás en la gimnasia con Ran?

Ahí tuve que intervenir antes de que todo se vuelva un caos.

—¡Si mamá! —dije rápidamente, Hime-chan me mira algo sorprendida con un toque de confusión. —Ella es mayor que yo por lo que está en otro grupo.

Eso llamó su atención.

—¿Qué edad tienes?

—Tengo 10 años, señora. —sabía que era mayor que yo.

—¿Y tienes pensado ir a las Olimpiadas?

—¿Por qué no dejamos que los niños cenen tranquilamente? —interviene papá nuevamente. —¿De donde dices que vienes, linda?

La plática se volvió más tranquila y había veces que Rin y Sae participaban, más Rin que le hacía a Hime-chan algunas preguntas como si ella también podía volar como yo, lo que nos causó risa a todos.

Después de la cena papá iba a dejarla a su casa y yo quise acompañarlos, sería bueno conocer donde vive.

—Por cierto. —me dice ella, ya sabía a donde iría. —¿Por qué dijiste que también hacía gimnasia? Digo no me molesta pero me tomó por sorpresa.

Me llevé mis manos a mi rostro.

—Lo siento. —me disculpé. —No quise meterte en esto pero mamá no le agrada que me involucre con personas que no estén en mi mismo "terreno". —hice comillas en la última palabra, ella alzó la ceja.

—En pocas palabras, no tolera a otras deportistas que no sean gimnastas. Entiendo. —dice ella suspirando.

—Oye, no quiero que ella te haga sentir mal, solo ignora lo que dice. —no quería perder su amistad.

—Está bien, me das tiempo para inventarme una historia. —me pone su mano en mi hombro. —Me agradas y no quiero perder mi reciente amistad contigo. Claro si tu papá me lo permite.

Miramos a mi padre que se mantenía al margen de nuestra joven plática, este solo asintió y simuló cerrar su boca como un cierre y cerrarlo con llave. Teníamos un cómplice con nosotras y reímos por ello.

Dejamos a Hime-chan en su casa y de paso saludamos a sus padres y pude conocer a su hermana menor de nombre Renka de 6 años y la otra de nombre Mizuki de 4 años. Eran muy tiernas a decir verdad y vi que, en efecto, su madre era pelirroja y su padre tiene una expresión seria, digna de un maestro de espada.

Se ve que son una bonita familia. Nos tuvimos que despedir ya que se hacía tarde pero me fui feliz de conocerla mejor, y todo en un mismo día.

[Invierno, 2008.]

—¡Nee-chan, mira! Nii-chan es tan genial. —me dijo Rin que no paraba de ver a Sae jugando.

—Así es Rin, tu Nii-chan es genial. —le acaricié sus cabellos oscuros, iguales a los de papá.

Sae estaba en un partido de nuestra escuela en donde ya había anotado otro gol. Desde que empezó a jugar, ha obtenido muchos premios y medallas por este deporte. Me sorprende que en cuanto papá le dio ese balón Sae ya se había ganado la atención de todos.

Terminó el juego como ganador el equipo de mi hermano, algo que no me sorprende. Vi a una mujer bonita con un micrófono y un hombre con una cámara a entrevistar a Sae y este les dijo algo grosero y se fue de ahí llamándonos para irnos a casa, pero no sin antes sacarle la lengua a los adultos y Rin lo imita.

Yo tuve que disculparme en su nombre por lo grosero que fue y corrí hasta donde estaban ellos.

—¡Sae, no seas grosero! —le regañé. Y luego miré a Rin. —¡Rin, no imites todo lo que hace tu hermano! No es precisamente un buen ejemplo que debes de ver. —miro nuevamente a Sae. —¿Ves lo que haces con el niño?

Este solo se encoge de hombros.

—Rin, ¿quieres helado? —este asintió y ahora Sae me pregunta a mi. —¿Qué helado quieres, Ran?

—De fresa, claro. —Sae se fue a comprarlos y yo me quedé con Rin. —Rin, más te vale que hayas terminado tu tarea.

El niño solo se me quedó mirando y luego la desvió. Osea que no la había terminado, suspiro ante ese hecho.

—Después de cenar te ayudaré. ¿Qué es? ¿Matemáticas? —este asiente a lo que yo asiento para saber a qué me voy a enfrentar.

Sae vuelve y los tres comemos nuestros respectivos helados, viendo que nuevamente Sae le tocó el palito de perdiste y a Rin el de ganaste.

—Ah, mira Nee-chan, gané un premio. —se dirige a Sae. —¿Qué hay de ti, Nii-chan? —Sae solo hace crujir su palito con sus dientes a lo que yo me río por ello. —Nee-chan, ¿tú que sacaste?

—También un premio. —miré a Sae que desvió su mirada a otro lado. —Creo que ya sabemos quien es el salado de la familia.

—¡Alguien que gasta su suerte en cosas estúpidas como estas no podría convertirse en el mejor del mundo! —que excusa la suya.

—¿En serio? ¿Así es como funciona? —pregunta Rin.

—Rin, no le hagas mucho caso.

—Seré el mejor delantero en el mundo. Cualquier otra cosa es inútil. —dijo Sae mientras jugaba con su palito.

—A tu hermano si que odia perder, Rin. —el niño solo asiente y retomamos el camino a casa.

Hime-chan cenaría hoy con nosotros por lo que debíamos de apresurarnos.

Hace algunos meses que nos conocemos y ahora me alegro mucho de que haya aparecido en mi vida. Y veo que ahora a mis hermanos también les agrada.

Afortunadamente hoy tenía descanso por lo que pude ver jugar a Sae y cuidar de Rin.

Al llegar papá nos recibe y mamá nos dice que nos lavemos, yo ayudo a Rin a que alcance el lavabo y Sae lo ayuda a secarse.

Por esta vez, mamá no fue tan hostigosa con ella, Hime-chan se había inventado una buena historia de como nos conocimos omitiendo el hecho de que la seguí para ver como jugaba fútbol con otra niña.

Había veces en que nos cruzábamos miradas y solo sonreíamos.

Yo creo que nadie notó eso.

Todo salió bien, hasta ahora. Y quería que siguiera así por un buen tiempo.

Había tenido otro día de descanso, que suerte.

Hoy era partido de Sae y mientras eso sucedía y yo lo animaba no me di cuenta que Rin se había metido a la cancha hasta que lo vi patear la pelota y esta entrara a la red.

Me llevé mis manos a mi boca. ¡Mi bebé!

Salí en su dirección para poder llevármelo pero Sae fue más rápido que yo y le dijo algo que me desconcertó.

—Rin, tu eres increíble. —le acaricia su cabeza. —Juega fútbol conmigo.

Eso solo sorprendió a Rin y a mi también.

—Si eres tú... Puedes ser el mejor después de mi. —a lo que Rin estuvo de acuerdo.

Pero yo no.

Me lo tuve que llevar a otro lado.

—Sae, deja que él escoja lo que le gusta.

—¿No lo acabas de ver? Tiene talento para esto. —su forma de decirlo no era precisamente algo que me gustara. —Si entrena conmigo podrá alcanzar a tener un buen nivel y será de los mejores de aquí.

Pero eso significaría perder otro hermano por el deporte. Aún así no dije nada.

Respeté su decisión, de igual forma Rin ya había dicho que si.

Pero no quería que se fuera lejos como lo hará Sae, ya había llamado la atención de un equipo en Europa, más preciso en España.

*Anexo: En el capítulo 13 se menciona esta disconformidad.*

[2009. 2:09 pm.]

—¡Sae-kun! —escucho de lejos cuando salgo del salón y tuve que voltearme para que vieran que no era Sae. —¡Oh lo siento! Pensé que eras tu hermano.

Si, como no. Ese truco ya me lo sé.

—Si lo estás buscando no está aquí. —le dije antes de irme de ahí pero la otra niña me detiene.

—¡Oye, espera! —me sujeta del brazo y la miro para que me suelte, ella lo hace. —Perdón pero ¿vas con él ahora? Quisiera poder preguntarle algo a los dos.

—No, Sae prefiere estar a solas, yo voy a otro lado. —tenía que quitármela de encima de alguna forma.

—¡Vamos! No seas mala, solo será un momento. —insistió. —Además quiero ser tu amiga, Ran-chan.

—Ella ya te dijo que iría a otro lado, ¿o es que eres tan tonta que no lo entiendes, fea? —se escuchó una voz al fondo y volteamos para ver quien lo dijo. Era mi hermano.

La otra niña lo miró con ojos llorosos y se fue corriendo mientras soltaba algunas lágrimas.

—No debiste de decirle eso. —le regañé un poco.

—Ella no dejaba de molestarte, ya le dijiste que me gusta estar solo pero jamás creí que te insistiría tanto y que iba a fingir ser tu amiga solo por mi. —me dice con el ceño fruncido. —Deben de ser amigas tuyas por ti, no por mi. Eso es lo que me molesta. Con ella ya van 8 en la semana.

Solo le sonreí un poco y le tomé la mano.

—Vamos, en la cafetería sirvieron tu comida favorita.

—Mientras no sean patatas fritas, por mi bien. —a Sae no le gustan de esas.

[2011; 6:45 pm.]

Hime-chan me volvió a acompañar de la práctica a mi casa, papá dijo que iba a ver como jugaban mis hermanos ya que dijo que mamá se sentía algo mal por lo que tocaba irme sola, o antes era así.

Entre las dos nos íbamos pasando el balón que siempre llevaba consigo por el camino.

Gracias a ella he podido comprender mejor el por qué Rin se animó a jugar, eso y porque Sae se lo pidió.

No me agradaba mucho desde aquel momento en donde Sae le pidió a Rin ser su compañero de equipo, pero si el lo disfrutaba supongo que estaba bien.

¿Qué tenía de especial el fútbol? No lo sabía. Hasta ahora.

En estos 3 años junto a ella he aprendido algunos trucos con el balón, Hime-chan dice que no se me da mal y que tengo buen juego de pies.

No sé a que se refería pero si dice que mis pies son buenos, le creo.

Al estar frente de mi casa la detuve para poder hablar con ella más tranquila.

—Hime-chan. —la llamé. —Quiero darte algo, por nuestro aniversario de amistad. —de mi bolsa saqué un papel doblado y luego se lo entregué. —Espero y te guste.

Ella lo tomó y lo desdobló ahí mismo, cuando lo vio mejor me miró y me sonrió para después abrazarme con fuerza.

—¡Me encanta! —me suelta y lo vuelve a ver. —Gracias, Ran.

El papel era un dibujo de ella mientras jugaba en la cancha, a veces veía sus partidos por lo que se me hizo más fácil de hacerlo.

—Oye pero... —se detiene un poco. —Yo no tengo nada que darte por hoy. —me dice triste.

—Oh, no hay problema. —le resto importancia. —Yo quería darte eso de corazón.

—Pero, puedo darte otra cosa, solo si me dejas, claro. —a lo que yo asentí. —Pero tienes que cerrar lo ojos. —a lo que yo le hice caso.

Escuché sus leves pasos aproximándose y estaba algo emocionada por saber que sería. Hasta que sentí algo en mi mejilla. Abrí mis ojos de la sorpresa y vi que Hime-chan me estaba dando un beso en mi mejilla.

Yo me sonrojé por ello pero no la separé. Hasta que escuché un ruido brusco.

—¡Aleja tus sucias manos de mi hija, bastarda! —escuché los gritos de mamá aproximándose y esta me separa de ella y la empuja. —¡No la manches de tus enfermas costumbres raras! ¡Maldita fenómeno! ¡Sabía que había algo malo en ti cuando te vi compartiendo miradas con ella! ¡No vuelvas a pasarte por aquí el resto de tu vida! ¿¡Me oíste!? —me llevó con ella hacia la casa.

Al cerrar la puerta de la casa a mi me tomó del antebrazo y me arrastró al ático de la casa.

Al llegar abrió la pequeña puerta y me lanzó para después cerrar con llave.

—¡No permitiré que mi hija se infecte por una cualquiera en mi presencia! —grita del otro lado de la puerta. —¡Te quedarás ahí para que estés más segura! ¡No te preocupes hija mía! ¡Mami te protegerá de todo mal para que tu carrera no se vea afectada! —escuché que sus pasos se iban alejando.

Me arrastré hacia la puerta para ver si había cerrado mal, pero que ilusa fui.

El ático era algo pequeño y estaba muy frío aquí. No me gustaba nada aquí, sin mencionar que casi no puedo ver nada.

—¿Mamá? ¿Estás ahí? —pregunté inútilmente creyendo que seguía ahí solo para probarme. —Mami lo siento, solo le hice un dibujo a mi amiga. No era malo. Y su regalo tampoco lo era.

Todo estaba en silencio.

Me puse de espaldas a la puerta, que esta tuviera contacto con esta y me abracé mis piernas por el frío que sentía.

No supe cuanto tiempo estuve ahí, pero sabía que lo suficiente porque parece que me desmayé y a lo lejos que pude escuchar por mi estado débil fue a mi papá regañando a mi madre y la puerta siendo abierta por mis hermanos.

Entre ambos me sacaron de ahí y me llevaron a mi habitación.

Mamá jamás volvió a permitir que Hime-chan pisase nuevamente esa casa, todo por sus absurdos prejuicios.

Tiempo después me enteré que Hime-chan se había mudado, otra vez.

Mamá acababa de perder un poco de su cordura y yo acababa de perder a una amiga.

[2012. Aeropuerto de Japón; 11: 30 am.]

—Ve allá y tráele a mamá una gran medalla. —me dice mamá feliz mientras me acomodaba mi saco y mi cabello. Eso era algo molesto.

Estábamos en el aeropuerto a punto de ir a una competencia en Europa, más preciso a Londres, Inglaterra. Honjou-san y yo solo esperábamos a nuestro vuelo.

Mamá, papá, Sae y Rin están también aquí para despedirse. Rin me abrazaba como queriendo que no me fuera.

Yo tampoco quería irme pero no podía hacer nada, no me gustaba dejarlo solo por mucho tiempo.

—No me olvides, ¿si? —me dice Rin a lo que yo me enternecí, hice que me mirara.

—Yo jamás me olvidaré de ti, ¿me escuchaste? —le acaricié sus cabellos oscuros. —Tendrás noticias de mi cada que pueda. —este asintió y no queriendo, me soltó.

Vi que de su bolsillo estaba sacando una cajita y me la entregó.

—Esto es para ti, Nee-chan. —me la dio y lo abrí revelando así un pequeño anillo de color verde azulado brillante, como el de nuestros ojos.

—Gracias Rin, lo cuidaré muy bien. —le di un beso en su frente.

Sae se acercó y yo tuve que abrazarlo, no era de mucho contacto físico y este me lo devuelve.

—Cuidate mucho, ¿si? No me quiero quedar sin mi otra mitad. —me dice en un leve susurro.

—Claro que no, no te librarás de mi tan fácil. —le dije para luego separarme y buscar algo en mi saco para después entregárselo. —Toma, para ti.

Sae lo toma y lo abre, ve que era una pulsera con una pequeña cuenta oscura.

—Espero y te guste. —le dije y veo que se la pone.

—Me gusta, combina conmigo. —me dice a lo que yo sonrío más.

—Me alegra mucho oír eso. —le dije contenta.

Sae también me da algo, yo levanto la ceja impresionada por su gesto.

—No me mires así y solo ábrelo. —le hice caso mientras reprimía una sonrisa.

Su paquete era pequeño y al abrirlo vi que era un collar con una piedra incrustada pequeña en ella, era de color rojo castaño. Igual a nuestro cabello.

Tenía dos cosas que me hacían recordar a mis hermanos, ya sea por nuestros ojos y nuestro cabello.

Papá se nos acerca y él también me entrega algo, tiene forma de cuadro y estaba envuelto con un papel de color turquesa.

—Ábrelo cuando estés en el avión. —al decir eso no tarda en abrazarme y le correspondo. —Te extrañaré hija.

—Y yo a ti, papá.

"Vuelo número B426 con destino a Londres, favor de pasar a chequeo de equipaje."

Ese era el mío.

—Rin. —este vino hacia mi. —Quiero que tengas esto. —le di mi cuaderno donde estaban sus retratos y algunos míos. —Para que una parte de mi se quede contigo, al menos.

Rin lo abraza con fuerza mientras asiente. Mamá viene hacia nosotros y me apresura para ir hacia donde dejaban el equipaje.

—Vamos, Ran. No quiero que te retrases. —me empuja levemente para avanzar. —¡Niños! ¡Despídanse de su hermana! —les avisa a ambos y estos solo se despiden con la mano.

—¡Cuídate mucho, Nee-chan! —se despide Rin alzando su brazo.

Yo le correspondí y en menos de lo que esperaba ya no los veía al cruzar la puerta.

[2012. Londres, Inglaterra.]

Era mi turno al fin, por lo que tuve que prepararme debidamente.

En esta prueba era el salto al caballete, como lo que hice hace tiempo en mi demostración.

—Bien, aquí voy... —me digo a mí misma. Y empiezo a correr.

Caí de forma exitosa y eso me emocionó, eso me sumaría puntos a mi favor. Honjou-san me abraza para felicitarme.

Después de un tiempo los resultados salieron y había conseguido casi puntaje perfecto, excepto por el juez alemán que me dio un 9.4, pero de ahí en fuera todo bien.

Gracias a eso obtuve mi primera medalla de oro.

Esto debía de saberlo papá, Sae y Rin, tendré que poner mucho en mi carta.

Ellos claro se ponían en contacto conmigo y mamá me mandaba cartas a parte ya que papá dijo que no le deja ver las suyas para que no sospechara nada.

Rin por su parte me decía el como le iba en su día a día.

Tenía que mandarle un regalo por su cumpleaños, le mandaré un llavero del Big Ben y una foto mía cerca de ella. Oh y un dibujo de él jugando, lo mismo le iba a mandar a Sae.

A papá y a mamá sería un suéter. Debía de ver si había algunos en las tiendas.

No estaba tan mal estar en esta bonita ciudad.

[2013. Pekín, China.]

Ahora tocó estar en China, donde la mayoría de mis adversarias eran más competitivas que los de mi país.

Además de que debía de mantener distancia, creo que algunas de ellas no les agrado.

Tuve que esforzarme más en las barras paralelas y en mi rutina de piso. Solo por eso agregué a mi baile el listón y más movimientos de piernas alzadas.

Afortunadamente todo salió bien y los resultados salieron en la pantalla grande mostrándome que estoy en el primer puesto de entre 12 participantes.

Otra medalla en la bolsa, a mamá le gustará saber esto.

Finalizó la competencia y regresé al hotel junto con Honjou-san, que no paraba de alardear que gracias a él yo estoy teniendo éxito. Al llegar a mi habitación y estando lejos de él vi que había unas cartas en mi cama, deben de ser de Rin.

En las cartas que me mandaba, me mencionó que Sae había ido a España para poder jugar en el equipo juvenil de Real Madrid.

Me alegraba por él, pero sentía que Rin se sentiría solo así que le mandaba recuerdos de los países que iría.

Por otro lado, si le mandaba textos a Sae pero este casi no me los respondía. Aunque sabía que los miraba.

Mi paquete tendría fotos de mi con la medalla, una postal para Rin y un recuerdo de este país. Para Sae era más de ropa, solo espero que si los haya recibido.

Así era la mayoría de las veces, al igual que las de mis padres.

Por mientras, iré a ver como se veía la ciudad de noche, a papá le gustará ver como es China.

[2014. Ottawa, Canadá.]

—Está frío aquí. —dije mientras me abrazaba más para entrar mejor en calor.

—Se te pasará, ahora ve ya es tu turno. —me dice Honjou-san y me quito mi abrigo para poder ejercer mi rutina.

Quise hacerla con un aro, lanzándolo por los aires mientras que en el piso yo hacía acrobacias para estar en el punto exacto donde caería el aro y lo atrapo.

Eso me daría algunos puntos, o al menos la mayoría. Los jueces no siempre se pueden complacer y te ponen una calificación algo menor.

Y quien paga por ello soy yo.

10.0    10.0    10.0    10.0    9.7

¡Rayos!

¿Por qué siempre me dan un 9 en Alemania? Como si ellos no conocieran otro número.

Pero a pesar de eso, mis resultados seguían siendo mejores que las de cualquiera.

En el salto de caballete me fue bien, en la rutina igual, barra asimétrica y barra de equilibrio.

Esta vez pusieron más cosas para mayor dificultad, y a causa de eso casi me doblo el tobillo.

Así era en la rama femenil.

La mayoría hacia rutina de grupo pero en mi caso lo hacía individual.

Era para mejor formación y no depender de nadie, pero jamás me gustó esa idea.

[2015. Washington D. C., Estados Unidos.]

—Lo siento pero... Ya no quiero continuar más. —le dije a Honjou-san cuando me dieron mi medalla de oro en esta competición. Él se me quedó viendo estupefacto.

—¿Qué? —fue lo único que dijo a mi declaración.

—Lo que dije Honjou-san. Me quiero retirar de este mundo. —creo que se lo tomó a broma porque soltó una risa. —No es un asunto de gracia, esto es serio, Honjou-san.

Había ganado 4 medallas en estos 4 años que he estado fuera. Cumplí con el pedido de mamá: Una medalla de oro.

Bueno, ahora fueron 4 por lo que tengo derecho a renunciar ahora que soy joven.

—¿De qué estas hablando? ¡Mírate! ¡Estás en la cúspide de tu carrera de gimnasta! —me señala con ambas palmas abiertas. —¡No dejes que un mero capricho te detenga!

¿Capricho?, ¿¡Capricho?!

¿¡Mi libertad de querer salir de esto y disfrutar mi vida era un mero capricho?!

Ahora entiendo porqué mamá le agradó tanto Honjou-san, era igual a ella.

Esto fue el colmo para mi.

—Te despido... —susurré mirándolo con asco. Me miró sin entenderme.

—¿Cómo dijiste, mocosa?

—Dije... ¡Que te despido! —le grité en la cara. —¡Ya no tienes nada que hacer aquí! ¡Estás fuera! ¡Largo! ¡No quiero volver a verte en mi vida nunca! —le estiré mi brazo señalando la salida.

Se quedó sin palabras, como que no creyendo que una mocosa, como me acababa de decir, de 15 años lo estuviera echando a patadas.

—¡Y no te preocupes por avisarle a mi madre! —le aclaro. —¡Yo misma me encargaré de hacerlo por ti! Estás despedido, por lo que ya no tienes asuntos con ella ni conmigo.

Descubrí hace 3 meses que se mantenía en contacto con ella, vi que le mandaba fotos de mi con mis medallas, en mis entrenamientos y de todo lo que tenía que ver con la gimnasia. Borré su chat, eliminé su número de su celular sin que se diera cuenta. Todo eso lo hice antes de este momento.

—¡Bien! —me grita enojado. —¡Si quieres ser una perdedora, hazlo! ¡Yo no entreno a perdedoras! —se va de ahí dejándome sola con mi ramo, mi peluche y mi medalla.

Yo hago mi cabeza hacia atrás suspirando de alivio. Ya pude deshacerme de uno al fin.

Tomé mis cosas junto a mi uniforme para poder cambiarme, tenía hambre así que fui a un lugar donde vendían barato y pude ver un puesto de hot dogs.

Me compré uno junto a un refresco.

Comí como nunca había comido en estos 4 años, las dietas estrictas, las estúpidas ensaladas que no llenaban para nada, las proteínas que debía de consumir para soportar los entrenamientos. Todo eso, al fin acabó.

Esa noche lloré como nunca había llorado en mi vida.

Lloré porque pude comer algo de grasa y de alto en calorías, sin que el chocolate contase.

Esa noche pude recuperar algo de mi libertad juvenil.

Volví al hotel en un taxi cuando terminé de limpiarme y la recepcionista me dijo que Honjou-san se había ido.

Bueno, al menos se largó de ahí, eso me puso de mejor humor. Volví a mi habitación y empaqué todo excepto una ropa de cambio. Mañana mismo me iría de ahí porque no podía pagarlo.

Vi la foto familiar y la tomé antes de guardarla también. El regalo que me dio papá antes de irme de subir al avión.

—Perdónenme, les fallé. —susurré acariciando con mi yema del dedo cada rostro de ellos.

Tenía que ir a un albergue para poder quedarme en algún sitio.

O eso era mi plan hasta que recibí un mensaje de un número desconocido.

"Felicidades por tu medalla."

¿Qué demonios...? Hasta estaba en japonés el mensaje que fue lo que más me llamó la atención.

Le tuve que contestar, no me iba a quedar con la duda.

"¿Quién eres? Y ¿Cómo sabes de eso?"

Me respondió.

"Alguien que conoces desde hace tiempo, y tu logro lo vi por una noticia en internet."

Bueno eso responde a mi segunda pregunta, pero la primera no.

"Eso dice mucho, pero quiero un nombre."

Me manda una imagen de un relámpago amarillo.

"¿Quieres unirtenos? Estamos buscando nuevos miembros. Un pajarito me contó que renunciaste a la gimnasia. Felicidades por recuperar tu libertad."

¿Cómo supo de...?

"Okay, eso ya me está asustando. ¿Cómo sabes de eso? ¿Acaso eres un acosador o algo así?"

Me mandó un emoji de risa.

"Jajajaja, no. Pero si quieres averiguarlo tendrás que venir a este lugar en esta fecha y hora."

Me mandó una ubicación, pero es en otro país.

"No te preocupes por el dinero, pásame tu cuenta y te depositaré, te aseguro que no soy nadie peligrosa. Bueno, al menos no fuera de mi zona."

Bueno, ahora sé que es mujer. Pero eso no me quita mi desconfianza. Pero como dijo que me iba a pagar el vuelo supongo que no es algo que deba de desaprovechar.

"Iré pero si me haces un favor."

"¿Así? Pues, lo que pidas."

"Te mandaré mi cuenta, a cambio, me deberás de ayudarme en gastos para un hotel más barato. En el que me encuentro ya no puedo pagarlo ya que mi entrenador se fue, o mejor dicho lo despedí."

Pasó algunos minutos y nuevamente me respondió.

"Acepto el trato, pero te seguirás quedando ahí hasta el día de tu vuelo, yo pago todo. Cualquier cosa, me avisas. Por cierto, registrame como Tigresa."

¿Tigresa? Que apodo tan curioso. ¿Le gustarán los gatos también?

"Bien, lo haré. Supongo que ya sabes quien soy, así que no hay problema."

Bloqueé mi celular y me dejé caer en mi cama, al menos no estaría en la calle y luego mandaré mi cuenta a esa persona.

Solo espero que no me guíe a un lugar de mala muerte, pobre de mi papá y mis hermanos si no se enteran de mi por un tiempo.

Apagué la luz y dejé que mi mente se desconectara.

[Abril de 2016. Pretoria, Sudáfrica.]

—Supongo que debe de ser aquí. —me dije a mi misma cuando vi había llegado al lugar.

Era un estadio, de fútbol para ser mas exacta. Jamás creí que volvería a ver este deporte en mi vida desde que dejé mi país.

Entré y me dirigí hasta donde estaba la cancha con césped cortado. El olor me llegó hasta mis fosas nasales y varios recuerdos me llegaron a la mente.

Al llegar vi que no había nadie más, lo cual se me hizo extraño ya que la chica con la que me he estado mensajeando dijo que necesitaban reclutas.

—¿Me tengo que asustar? —me dije a mí misma mientras apretaba la agarradera de mi bolsa.

Escuché pasos detrás de mi y no quise voltearme por miedo a que fuesen posibles secuestradores, que la chica esa me engañó y ahora iban a vender mis órganos por el mercado negro y mi cuerpo yacería en quien sabe donde y mi familia jamás me volvería a ver.

Si, mi final se acerca.

Sentí una mano en mi hombro y no pude evitar gritar para espantar a mi secuestrador aunque escuché varios gritos detrás de mi pero lo curioso fue que no eran hombres, sino mujeres.

Me giré rápidamente para encararlas y veo que eran 3 mujeres vestidas de rojo. La primera era una mujer adulta de piel oscura y de cabellos negros agarrados en una cola de caballo, la segunda también tenía una cola de caballo pero tenía como unos googles de armazón amarillo y era de piel clara y la última era una pelirroja de baja estatura, a comparación de las demás, que me resultaba extrañamente familiar.

¡Oye, Tigresa! —le grita la de los googles, el idioma que usaba era el inglés. —¡No nos dijiste que la que ibas a traer era una gritona!

¿Cómo que gritona?

Matadora, tu también estás gritando. —le contesta la pelirroja. Con que ella era Tigresa.

Eso es un tema completamente diferente.

Ignóralas. —me dice la mujer más alta. —Lamentamos haberte asustado, no era nuestra intención. —se disculpa y me extiende la mano, yo por inercia la tomo. —Me llamo Ashley Skhosana, soy la capitana de este equipo. Tu debes de ser el contacto que nos dijo Tigresa, ¿no es así?

Yo solo asentí, me estaba distrayendo su bonito rostro. Nunca había visto a una mujer, con todo respeto, negra con una bonita sonrisa y unos ojos brillantes.

Yo era plenamente consciente de cuales eran mis gustos, y me alegro haber escogido bien.

Como me estaban hablando en inglés me vi en la obligación de hacer lo mismo.

Bueno, si no te molesta nos gustaría ver un poco de lo que puedes hacer en la cancha. —me dice la capitana a lo que yo solo la miro de confusión.

¿Que quiere que haga qué?

¡Matadora, dale un balón! —le ordena a la de googles. —¡El resto! ¡Coloquen los obstáculos!

Vi que había un grupo de mujeres de diversas edades, etnias y de todo, vestidas del mismo color que las demás bajaban desde las gradas y cargaban cosas de forma humanoide para después ponerlas en la cancha, junto con varios obstáculos abarcando la mayoría del espacio.

La mujer de googles me dio el balón y me deseó suerte, mientras que la pelirroja me sonreía y me alzaba sus pulgares en forma aprobatoria.

Sospechoso.

Bien, este es lo que harás. —se me acerca la capitana. —Pasarás por encima de las barras bajas, rodearás la pared de mediana estatura de madera, esquivarás a esos muñecos que se mueven con la rueda como si fuesen jugadores y por último darás tu mejor tiro hacia la portería. —me explica con cada cosa señalándome para poder ubicarme mejor y me mira nuevamente. —¿Alguna pregunta?

Qué bonitos ojos tiene.

¡Maldición! ¡Concéntrate!

Yo negué a lo que ella me sonríe. Ay no, su sonrisa no, por favor.

Bien. —se aleja para poder estar cerca de las gradas. —Puedes empezar cuando tu quieras.

Miro los obstáculos nuevamente y suspiro mientras dejo el balón a mis pies. Hace tiempo que no practicaba esto. Después aquel incidente y por no tener tiempo por la gimnasia.

Pero creo que recuerdo como se hace. Gracias Hime-chan, donde quiera que estés.

Inicié trotando y de ahí pasé a un dribleo para poder tomar velocidad, lo primero eran las barras así que era un pequeño salto junto con el balón, cuidando que no se me desviara el balón de mi control, pero vaya mi sorpresa fue cuando vi que esas cosas subían y bajaban.

¿A poco existen de esas?

Me forcé un poco para poder saltar más alto de lo que llegaban las barras sin perder el balón, pero no solo subían y bajaban, sino que también se dirigían a ti con intenciones de romperte el tobillo.

¡Si me quieren matar!

Al pasar por todas ellas, sin daño para mi suerte, llegué a a segunda prueba.

La pared de madera medía alrededor de 3 metros, dijo que la podía rodear así que lancé el balón a la altura suficiente con mi pie y este pasó rozando la pared y yo la tuve que rodear para poder recibir la esfera y seguir corriendo hasta la tercera fase.

Los muñecos se movían de un lado a otro mientras que se desplazaban igual de un lado a otro, es como verlos bailar si los miro bien. Se supone que simulan ser jugadores por lo que debería tener cuidado de que no se me acercaran y poder llegar a la portería.

Eran demasiados y casi no me dejaban pasar. ¿Cómo rayos podría pasar por ahí?

¡No te preocupes, chica! —escuché desde las gradas, miré que era la capitana. —¡Solo diviértete! ¡Muévete como a ti te plazca!

¿Cómo yo quiera?

Pues le haré caso a la mujer bonita.

Levanté el balón y con mi pie le daba toques para que siguiera así y no tocase el suelo, miraba a los muñecos moviéndose, el plan es pasarlos pero nunca dijo el cómo.

Por lo que me atreví a hacer algo que en gimnasia no tenía derecho.

Improvisar a mi manera.

Cuando vi que había una abertura entre dos muñecos, me dirigí rápidamente hacia allí mientras que con el balón lo empujaba con mi empeine para no perder la velocidad. Pasé el balón por encima de una que otra cabeza de esos muñecos y hasta me atreví a dar vueltas a su alrededor para que estos chocasen y tener más libertad para movilizarme y llegar más rápido.

Escuché que me aplaudían e incluso me animaban a dar más de mi.

¿Les gustó eso?

Me faltaban algunos más, por lo que continué haciendo más cosas de ese estilo. Hacía que mis pies pasasen el balón entre ellos y luego di una ruleta, como los que me enseñó Hime-chan, y pase por 3 muñecos más.

Ya solo me quedaban 2 más y solo me faltaría la portería. Así que decidí arriesgarme solo por esta vez.

Estaba como unos 8 metros de la portería y 2 muñecos eran lo único que me impedía mi camino de anotación.

Así que se me ocurrió una idea. Había visto algunos partidos de mis hermanos, así que me lo pensé un momento.

Si ellos pueden hacerlo, ¿por qué yo no?

Aunque dudaba que me saliera a la primera pero debía de hacerlo. Hay una primera vez para todo, ¿no?

Me fui directo en diagonal, quedando así en la mira de la red. Los muñecos bloqueaban esos puntos al desplazarse a los lados así que debía de calcular la trayectoria hacia donde iría la parábola en el punto exacto.

Bendito sea mi cerebro al ser buena con los números.

Una vez que esos datos ya estaban en mi mente más que claros, pateé la pelota como si fuese un tiro recto. Escuché que jadearon de sorpresa al ver mi tiro pero este tomó una ligera curva que hizo que se fuese al lado contrario, pero para mi sorpresa el balón rozó la cabeza de uno de los muñecos.

Se suponía que esa cosa no debería de estar ahí cuando pasase el balón a esa altura.

El balón tomó un ligero curso de lado, haciendo que chocase con el poste.

No sé que pasa el día de hoy que parece que está de mi lado, el balón rueda lo suficiente para poder cruzar la línea blanca del arco, contando como un gol.

Un gol...¡UN GOL!

¡Había hecho mi primer gol!

No daba crédito a lo que hice hasta que sentí un peso extra en mi. La pelirroja me estaba abrazando y felicitando por mi atrevido tiro mientras que algunas nos rodeaban y hasta sentí palmadas en mi cabeza, hombros y espalda.

¡Fue un buen tiro! —me dice una chica de cabello algo corto y negro con piel también de color. —Se puede ejecutar bien como pase, no tanto como los míos pero servirán para distraer al oponente.

Nada mal chica, aunque creímos que no ibas a anotar pero nos alegra mucho que fallaramos esta vez, ¿no es así, Brook? —le pregunta una rubia de cabello largo a otra alta, muy alta, de cabello corto con flequillo que hacía que no se le vieran los ojos.

Ella asintió y dijo palabras que no entendí, no creo que fuera inglés eso.

¿Lo ven? Les dije que era buena. —dijo la pelirroja qué ahora me abrazaba por los hombros.

Ahora que la veía bien, se parece a...

—¿Hime-chan...? —me dije más para mi misma pero creo que logró escucharme, ya que ella se giró para verme y solo me sonrió mostrando sus dientes y cerrando los ojos.

¡Oh por Dios!

¿¡En verdad era ella?! ¿¡La niña que mamá me prohibió ver hace tanto tiempo?!

No lo pensé dos veces y me abracé a ella que por poco y nos caíamos, ella me soba la espalda mientras me susurra que si era ella. No me importaba si nos miraban raro o no, al fin había podido reunirme con mi primera amiga de mi infancia y no la iba a soltar.

O al menos eso era lo que pensaba hasta que una voz nos interrumpió.

¿Y bien? ¿Qué piensa, entrenador? —la voz de la capitana se hace presente y me separo de Hime-chan para ver hacia mi costado.

Vi a un hombre que vestía un traje gris con corbata roja y zapatos negros lustrados. Su piel era de color también pero era menos intenso, como canela, era alto cerca del metro ochenta, usaba lentes algo oscuros pero podía ver el color de sus ojos que también eran de un color claro y cabello negro, al lado de él había otro hombre pero se veía más joven que el anterior.

Tenía el cabello castaño corto claro, alto también, su piel era clara y sus ojos eran de un color ámbar muy bonito. El tenía una tabla en sus manos con algunos papeles en este.

El hombre de traje, quien yo supuse que era el entrenador, me analizaba de arriba a abajo, me tensé un poco por su analítica mirada pero una mano tomó la mía y vi que era Hime-chan quien solo me dio una leve sonrisa de que todo estaba bien.

Pues más le vale porque no me siento segura ahora.

Solo entrecerró los ojos para después dar media vuelta y caminar hacía la salida.

Empezarás mañana temprano como recoge balones. No llegues tarde. —eso fue lo único que dijo para ya no verlo más.

¿Recoge balones?

Fue entonces que escuché respuestas positivas de las otras jugadoras, la capitana se me acercó para después alzar su mano a la altura adecuada para estrecharla.

¡Felicidades! —me dice contenta y yo aún en confusión le estrecho la mano. —Bienvenida al equipo, eh... —pausó un momento. —Disculpa, no sé tú nombre linda.

Había recordado que no me presenté como debía. ¿¡Cómo pude olvidarlo?!

Iba a decirlo pero alguien más nos interrumpió nuevamente cuando sentí que su rostro estaba muy junto del mio.

¿Te he visto en algún lado? —me pregunta la pelinegra con googles. —Tengo la sensación de que así es.

Oh bueno... He estado en unas competencias de gimnasia y...

No, no, eso no. —me corta cuando no le convenció lo que dije. —Te he visto jugar, yo lo sé.

Matadora deja que molestar a la nueva. —le dice una mujer de color también pero con una bandana blanca en la cabeza y cabello corto castaño claro.

No le hagas caso a Matadora, siempre dice cosas sin sentido. —me dice la rubia de cabello largo y luego me da la mano para presentarse. —Hola, soy Summer y la grandota atrás mio es Brook. Nos alegra mucho tenerte en el equipo.

El gusto es mío. —le estreché la mano. —Soy Ran Itoshi, pero pueden llamarme Itoshi solamente. La verdad es que no me agrada mucho mi nombre.

Desde que me enteré que mamá me lo puso lo odié en ese momento.

Iba a decirme otra cosa pero el grito de la pelinegra qué hace rato se hizo presente.

¿¡Eres pariente de ese jugador extranjero que anda arrasando en el Real Madrid?! —me apunta acusadoramente mientras se me acerca a una velocidad rápida.

Yo por la sorpresa retrocedo, pero ella es detenida por la otra de cabello corto.

¿Jugador en el Real Madrid? Ah...

Debes de estar hablando de Sae Itoshi. —le dije a lo que ella asintió freneticamente. —Es mi hermano gemelo.

Nadie dijo nada respecto a eso, pero si exclamaron un "ah" de haber comprendido ahora.

Matadora solo tienes que verle el rostro. —le dijo la chica rubia que se me presentó como Summer. —Son prácticamente iguales.

Hime-chan sacó su celular y colocó una foto de Sae para después ponerla al lado de mi cara frente a la mujer de nombre Matadora.

Esta al verlos mejor asentía como si ya hubiera comprendido todo.

Qué raro, casi siempre es al revés.

Pero no negaré que me sentí bien cuando no me identificaron casi al instante, o al menos no esa mujer.

Pues si, se parecen. —mencionó ella. —Pero dime niña, quiero que seas sincera. —me abraza por los hombros y me encamina unos pocos pasos para estar lejos del resto. —¿Sabes coser?

Su pregunta me descolocó un pococ, pero solo me limité a asentir.

Los leotardos con lentejuela no siempre iban a quedarse en la tela, así que tuve que arreglarlos casi todo el tiempo. E incluso había dibujado algunos modelos que me hubiera gustado usar.

¿Y sabes dibujar? —me vuelve a preguntar a lo que yo asentí. Se gira hacia las demás que estaban atentas hacia nosotras y exclamó de alegría. —¡Si sabe coser y dibujar!

¿Qué?

Hubiera dicho algo al respecto pero un balón pasó al lado de mi cara golpeando a la mujer de cabellos negros, causando que sus googles se descolocaran.

Matadora, deja a la chica en paz. No la convertirás en tu modista personal. —se escuchó otra voz, pero esta se escuchaba algo más joven.

Miré hacia donde venía y me encontré a una mujer, supongo yo, de cabellos algo cortos ya que estaban a la altura de sus orejas, de color blanco pero lo que me llamó la atención fue la máscara que estaba utilizando.

Era completa, le alcanzaba a cubrir hasta la barbilla, de color negra y toques rojos, era del estilo kitsune junto con unos adornos a los costados y en ellos había cascabeles. No vi nungún orificio en donde se alcanzen a ver los ojos.

¿De verdad podía ver así?

Ah, Valkyrie, justo a tiempo. —mencionó la capitana para acercarse a ella y abrazarla de los hombros. —Ella es Iron Valkyrie, una de nuestras delanteras y tu maestra a partir de mañana. Ella te dará el tour por el estadio y te dirá todo lo que necesites saber.

La chica de máscara se me acerca lo suficiente y extiende su mano hacia mi. Creo que aquí todas son muy educadas.

—Espero que nos podamos llevar bien. —exclamó ella en japonés. Gracias al cielo somos tres. Tomé su mano en consecuencia.

—Lo mismo digo.

¡Bien! Ahora que ya está todo resuelto te presentaré al equipo completo. —me dice la capitana entusiasmada agarrándome de los hombros y llevándome hacia el grupo.

Raro, pero me gusta como está ambientado este entorno.

—Aquí será donde te quedarás, espero y sea de tu agrado. —me dice la peliblanca abriendo una puerta y dejándome pasar.

Me habían dicho que me quedaría a vivir en su departamento ya que les dije que venía de otro lugar y que no tenía dinero para rentar. La enmascarada se ofreció a hospedarme junto a ella y henos aquí.

No estaba tan mal, había luz, agua, gas, todas las necesidades que el ser humano requería para sobrevivir.

—Tu cuarto está a tres puertas del baño. —iba a decirle gracias pero escuché unos pasitos.

A un costado veo a un pastor alemán muy quieto en el marco de la puerta, temí por mi vida por tercera vez creyendo que me iba a atacar pero vaya mi sorpresa fue que este fuese al lado de su dueña y se sentara tranquilamente.

—Él es Cerberus, cuida de la casa mientras no estoy. —ahora fue un graznido que oí al fondo y una cosa negra pasó sobre mi. —Él es Kree, aún es joven pero es algo travieso. —era un cuervo alo pequeño que se posó en su hombro.

No sabía que la versión japonesa de Blanca Nieves estaba en el equipo. Y por si fuera poco un bulto se hizo presente en su pecho, bueno otro bulto pero este se movía.

Vi a un pequeño roedor y yo me sorprendí porque ella estaba muy calmada ante ello. A menos que era suyo, claro.

—Y él es Tochumaru. Un pequeño bribón. —dice sin decir más. —Ellos te dan la bienvenida y yo también, tanto a esta humilde morada como al equipo.

—Muchas gracias por tu hospitalidad. —hice una pequeña reverencia y ella solo hizo un ademán con la mano restándole importancia.

—No necesitas ser tan formal. Sé que soy mayor que tu pero somos del mismo bando ahora. —me avergoncé un poco y retomé mi postura original.

—¿Cúantos años tienes?

—18. —si es mayor que yo. —Ve a dejar tus cosas en tu nueva habitación. Calentaré la cena.

Se fue a la que supongo yo es la cocina y sus mascotas la siguieron, yo por mi parte le hice caso y caminé hasta donde sería mi nuevo refugio, osea mi cuarto.

Al abrir la puerta había lo básico, una cama, un pequeño tocador al lado y en este había una lámpara, también tenía espejo de cuerpo completo algo que sinceramente me encantó. Puse mi maleta en la cama y fui inspeccionando el cuarto, hasta tenía mi propia ventana que daba hacia la escalera de emergencia.

Y yo que creí que eso solo lo tenían en Ámerica.

Salí para ver más de la casa así que fui a ver primero la cocina que de lejos se veía asombrosa pero mis ojos captaron otra cosa igual de asombrosa.

Ella se había quitado la máscara y la había dejado en la mesa mientras estaba recalentando lo que parece ser un estofado en una estufa muy bonita pero lo que capturó mi atención fueron sus ojos al voltearse para servir un plato.

¿Este es el verdadero "deja de mirarme con esos ojos"?

Siempre me han dicho que los míos tenían bonito color, pero los de ella fácilmente me ganaban ya que eran de un tono muy claro.

¡Cuidado con el balón! —escuché avisarme Lisa a lo que yo estaba atenta a este y lo bajé con una pierna. —¡Muy bien, Rhae!

Ah si, ya no me iba a llamar Itoshi Ran mientras estaba en el equipo, he incluso en la cancha si llegase a pasar. El nombre que me dieron fue Rhaenyra. Cortesía de dos miembros del equipo.

No sé que significa pero me gustó así que acepté con gusto, siempre y cuando no fuese Ran.

Llevaba alrededor de un mes y medio desde que me integré a Supa Strikas, nombre del equipo, y me ha ido bien sinceramente.

Kyrie, como ella me dejó llamarla, dijo que si me esforzaba no duraría mucho como recoge balones, además de que es un puesto que todas han tenido que pasar como una tradición y que es un método analítico del entrenador para ver mis capacidades más allá de la cancha.

Ese hombre si que piensa en todo y es más agradable que Honjou-san. Pero no deja de ser estricto.

Gresa, como también me dejó llamarla ya que Hime-chan sonaba algo raro a esas alturas, me dijo que la razón por la que me recomendó fue que si necesitaban más miembros y que hubo audiciones pero que todas fallaron cuando el entrenador fue quien las evaluó.

No sé si tuve suerte o algo por el estilo de que fuese la capitana quien me recibió en su lugar.

En el tiempo que llevo aprendí mucho del equipo, tenían un lugar secreto de entrenamiento y hace no mucho fui y era impresionante. Era como en esos programas de espías donde tenían todo oculto bajo tierra y en este caso era igual. Estaba como 30 metros bajo tierra para evitar que otros equipos vean nuestros entrenamientos.

¿Cúanto gana uno aquí? No lo sé. Pero yo creo que mucho si están bien patrocinados.

Y hablando de patrocinadores, terminaron por despedir al que les daba los uniformes ya que estaban algo defectuosos. No soportaban el agua y hacía que estos se transparentaban demasiado y el entrenador se enfureció por ello y terminó cancelando el contrato con ellos.

Fue entonces que Matadora le dijo que sabía dibujar y coser y me dijo que si podía hacer un prototipo y como no tenía otra cosa más que hacer, acepté.

Por fin podía hacer un poco de mi pasatiempo, no me tardé mucho ya que solo hice la camiseta roja con una tela más tolerante al agua y que tuviese fondo. Quien diría que eso les gustaría y acabaría siendo la responsable de los uniformes cuando tuviera tiempo.

De día recoge balones y de noche diseñadora de uniformes buscando fábricas en donde podían aportarnos algunos rollos de tela para nuestro beneficio con la ayuda de algunas llamadas por parte de las chicas que tienen dinero para facilitar la carga.

Me gusta mucho esto.

—Creo que me gusta Kyrie.

Eso fue lo que le dije a Gresa a la hora del almuezo, ella por su parte casi se ahoga con el suyo y tuve que darle agua para que pudiera pasárselo.

Tosió un poco y cuando se recuperó me miró sin creerme.

—¿Qué? —fue lo único que me dijo. Solo me limité a asentir.

Me tomó del antebrazo y me llevó lejos del comedor mientras corríamos, bueno solo yo ya que ella iba a un paso veloz pero no podía igualarla en velocidad.

Una vez que estábamos lo suficientemente lejos me soltó y suspiró para voltearse a verme seriamente.

—No puede gustarte Ichika. —me dice tajantemente.

—¿Quién?

—Iron Valkyrie.

—Ah.

—Como sea, no te puede gustar.

—¿Por qué no? —fruncí el ceño mientras me cruzaba los brazos. No era una mala persona, ¿o si?

—No te puede gustar porque... —bajó el tono de su voz y no la pude escuchar.

—¿Por qué que? —ella solo suspiró y me sujetó de los hombros de manera comprensiva.

—Primero no quiero que te pongas mal por esto. —me mira fijamente a lo que y asentí confusa. —Veras... Hace algún tiempo Ichika y yo... No tuvimos algo formal pero si hubo cariño de parte de ambas. —me confiesa algo apenada.

—¿Se besaron? —a lo que ella asintió. Pues tuvimos un pequeño accidente y sin querer terminé encima de ella y la besé. Pero Kyrie no me dijo nada y solo me preguntó si no me había lastimado, a lo que yo negué.

Han pasado 2 semanas de eso.

Y como ella la conoce más que yo quería saber su opinión, pero también estaba mla yo porque seguía queriendo a Gresa y no me decidía por lo que necesitaba orientación de su parte.

—Además ella y yo solo somos buenas amigas. —me aclara. —Yo ya amo a alguien más.

Bien, admito que eso no me agradó pero no soy quien para decir algo.

—¿Y esa persona lo sabe? —le pregunté como que no me afectó lo otro.

—Pues supongo que no, porque ella me está preguntando de otra chica. —me quedé helada con lo que dijo, hasta me le quedé mirando como queriendo que lo repitiese. —Si, tal como escuchaste.

Y yo creyendo que no le gustaba.

—Escucha, no te culpo por sentir algo hacia Ichika, es más hasta yo me sentía igual que tu pero al final descubrí que solo tenía un girl crush hacia ella. La admiro porque ha superado muchas cosas de su vida y compartimos gustos pero cuando casi lo hacíamos ella me detuvo ya que presintió que yo no estaba del todo segura. —me confiesa mientras se rasca la mano con vendas que costumbrada a usar. —Al final quedó en eso pero no afectó la amistad que nos tenemos y hasta bromeamos sobre eso a veces.

¿Entonces tengo un girl crush hacia Kyrie?

—Por eso no me sorprende lo que te pasa, pero quería que supieras que he tenido sentimientos por ti desde que somos niñas. Pero jamás tuve oportunidad, y menos cuando tu madre no me quiso ver por su casa desde aquel día.

Y como no, se puso como loca y hasta pensé que ya no tenía amiga.

—Sobre eso, lamento tanto que te haya hecho eso. No debió de decirte todas esas cosas.

—Esta bien, sabía que algo malo tenía pero no me atrevía decírtelo. Se veía que la querías.

"Querías", sonó en tiempo pasado. Claro que la quería, es solo que las cosas son diferentes.

Tuve que pedir ayuda al equipo para evitar que mamá descubriese que renuncié a la gimnasia y me dijeron que debía de cambiar de apariencia, junto a que harían fotoshop para que se viese que gané una medalla en Sudáfrica, no sé si iba a funcionar pero era mejor que nada.

Hasta ahora, papá era el único que sabía la verdad y este aceptó guardarme el secreto. Hasta ya había visto por videollamada a las integrantes del equipo y hasta el entrenador junto con Rony, el mánager.

Pero volviendo al tema principal.

—Entonces... ¿Yo te gusto? —le pregunté finalmente.

—Si y mucho. —lo dijo sin pena alguna. —Pero si quieres estar con Ichika lo respetaré y...

La corté con un pequeño beso en los labios y ella no me rechazó. Seguimos así un rato e incluso me acercó a ella para poder abrazarme y yo puse mis brazos alrededor de su cuello.

Al separarnos vimos que nuestras mejillas estaban sonrojadas. Nos reímos de eso y volvimos a fundirnos en otro beso pero uno más intenso.

¿Entonces ya tengo novia?

—Y bien, ¿de qué querían hablar conmigo? —nos pregunta Kyrie al sentarse en el sillón del departamento. Cabe decir que no tenía la máscara.

Cerberus estaba dormido al igual que Kree, Tochumaru estaba en su cabeza.

Gresa y yo nos miramos un momento y la imitamos la acción pero del otro lado de la mesita de centro.

Lo hablamos y ambas llegamos a la misma conclusión: Decirle a Kyrie sobre lo nuestro.

No llevábamos mucho tiempo, 3 semanas, así que era mejor tener a alguien que supiera de esto y que nos ayudara cada que pudiera.

Y concordamos que sería ella. La que me da techo. Buenísima idea.

No negaré que tengo algo de miedo sobre lo que ella diga, es de un caracter fuerte además de que es la encargada de poner disciplina cuando el entrenador o cualquiera de las veteranas no están presentes. Y si alguien no le hacía caso le daba con una espada de bambi que usabn en el kendo.

Y no quiero que me de con esa cosa.

—Rhae y yo pensamos un poco concordamos que debes de ser tú. —le explica Gresa y Kyrie frunce un poco el ceño.

—¿Sobre qué? ¿Y porqué yo? —entrecerró sus ojitos como si nos juzgara mientras acariciaba la cabeza del ratón.

—Primero queremos informarte que Rhae y yo salimos pero de alguna manera quería que me dieras permiso. Ya sabes... —pausa un poco Gresa. —La dejas vivir en tu casa y eso. Y segundo porque tu eres la más apta para protegernos de lo que pase a partir de ahora. —asentí a todo lo que dijo.

Hubo un poco de silencio y ya me estaba preparando para ver al creador cuando lo que dijo me dejó sorprendida.

—Nyra, ¿tu quieres a Roja? —me miró seriamente. Yo solo pude asentir ya que los nervios no me permitían hablar.

—Roja a ti no te pregunto ya sabía que ibas a hacer de las tuyas. —le mira sin sorpresa a la otra a lo que ella solo alzó los hombros. —En ese caso no tengo nada más que decir, excepto felicidades por su noviazgo. —nos sonrió levemente y nosotras solo nos lanzamos hacia ella. —¡Pero no me aplasten, par de tontas!

—Aunque también vinimos a proponerte a ser nuestra tercera rueda. —le dije ya estando un poco alejada de ella. —No como la colada, sino que serías un apoyo en la relación.

—Eso tiene nombre, se llama poliamor.

—¿Entonces eso es un si? —le pregunta animada Gresa.

—No seré a la que llamen "sucia amante". —hizo cara de desagrado a lo que nosotras reímos con eso pero negamos.

—No será así. En mi caso tu y yo seguiremos igual. —le aclara Gresa. —Pero con Rhae ya sabes que es más sensible. —a lo que asiento a lo que dice.

—Eso no es una relación, quieres que sea la niñera de Nyra cuando no estés cerca. —juzgó a la pelirroja.

—Pero no te estás quejando ahora, ¿por qué no hacerlo aquí también? —le sonrió a la peliblanca.

Esta solo suspiró en rendición. Gresa y yo chocamos los cinco por lograr nuestro cometido.

—Nyra. —me llama a lo que la volteo a ver. —Solo quiero que recuerdes bien la frase que te dije hace tiempo pero te la volveré a decir: Naciste para ser real, no para ser perfecta.

Yo solo la miré con algunas lágrimas en mis ojos y me lancé hacia ella mientras me recargaba en su hombro y sentí que me sobaba la espalda.

Gresa me daba palmadas en la cabeza, a Kyrie le había contado un poco de mi pasado y ahora odia a mi madre.

Todo fluyó bien a raíz de eso.

[Octubre de 2016. Partido de eliminatorias: Iron Tank vs Supa Strikas.]

Muy bien chicas, hoy es el día. Nos jugaremos otro puesto para poder jugar en el siguiente partido. —nos dijo la capitana. —Todas a la cuenta de 3. 1 2 3...

SUPA STRIKAS. —salimos de ahí para colocarnos en nuestras posiciones mientras saltábamos para chocar el emblema que estaba encima de la puerta con la mano.

Era como un ritual.

El partido empezó y me dieron el pase de inicio, veía como todas se movían en la cancha para poder marcar a cada jugadora de Iron Tank.

Los minutos pasaban y entre Autómata, Matadora y yo marcábamos para poder incrementar el marcador.

En el primer tiempo íbamos 2 - 3, a nuestro favor. Y al iniciar el segundo tiempo Autómata fue reemplazada por Kyrie, según el entrenador era para meterles más presión y aumentar la ofensiva.

La capitana da el pase largo hacia Juliet y ella se encarga de esquivar a las otras centrocampista para tener más espacio en dar el pase hacia Kyrie.

Ella avanza por la lateral y yo también en la otra a la espera del pase. Nadie me marcaba y solo se enfocaban en Kyrie para quitarle el balón.

Si todo salía bien íbamos a pasar a la siguiente clasificación.

Kyrie da el pase por encima de ellas y yo lo intercepto con el pecho para acercarme al arco. Ya casi estaba cerca, el partido casi se acaba y solo nos faltaba 1 gol para terminar con todo.

Evadí a las defensas que estaban cerca y ya tenía el 1 vs 1 con la portera; Mangle.

Cuando iba a tirar en la esquina escuché un grito atrás mío. No le tomé mucha importancia hasta que supe de quién venía.

—¡Nyra, detrás de ti! —escuché a duras penas, era Kyrie la que me advirtió.

Momentos después fue cuando todo a mi alrededor pasaba lentamente. Miré por encima de mi hombro pero solo sentí como una mano se colocaba en este y me empujó hacia un costado sacándome de mi centro de gravedad, haciendo que lógicamente cayera al césped.

Lo que escuché a continuación fueron sonidos de sorpresa, pero no de asombro, sino de espanto. Cuando quise saber qué pasaba no daba crédito a lo que mis ojos captaban al momento.

Veía como poco a poco el cuerpo de Kyrie se desplomaba duramente al suelo de espaldas, iba a ir hacia ella pero una mano me lo impidió. Era Gresa.

Vi que la capitana fue hacia Kyrie y varias jugadoras iban para ver si se podía levantar, quise ir hacia donde estaba pero la pelirroja me lo negaba.

Forcé un poco para soltarme pero ella me lo impedía.

—¡No vayas, Rhaenyra! —me exclamó ella.

No quise escuchar y me solté para ir corriendo hacia ella, tuve que empujar a varias de ahí para pasar, y entonces la vi.

Semi inconsciente en el regazo de Ashley quien le estaba preguntando si aún la podía escuchar y sostenía su cabeza con una mano mientras que la otra estaba en su rostro donde al apartarla se veía un líquido carmesí goteando paulatinamente. Era sangre.

Sangre en el rostro de Kyrie.

Al verla mejor, vi que había una cicatriz que pasaba por su ojo derecho, un poco lejos de ella se encontraba el antifaz que usaba en los partidos para que sus ojos no se lastimaran, partido a la mitad.

No me di cuenta que me puse a gritar del horror, causando que algunas se espantaran y me jalaron para sacarme de ahí. Sentí unos brazos en mi cuerpo y vi que era Juliet que me hizo que mi cara estuviera en su pecho. Intentando calmarme, me estaba hiperventilando.

Varios médicos fueron a su auxilio, entre ellos Chiara, la cargaron en una camilla y se la llevaron en una ambulancia que no vi que había invadido el campo, llevándosela de la escena.

Mientras Juliet me susurraba que todo estaría bien, pude captar a la lejanía otra voz.

Si tan solo no se hubiera atravesado, no habría terminado así. Pero en lo personal no me desagradó el hacerlo. —esas palabras jamás se borrarían de mi mente.

Como pude quise verle la cara de la responsable y fue entonces cuando puse ver un cuerpo grande y de cabellera rubia con la cinta de capitana, riéndose de lo que había hecho sin importarle que le hayan dado una tarjeta roja y saliendo del campo sin pena alguna ni remordimiento.

La capitana de Iron Tank; Johanna Ursa.

La ira me consumió e iba a atacarla pero Juliet me lo impidió, de hecho, llamó a la mayoría para evitar que hiciera una locura.

No me importaba nada en ese momento, excepto querer borrarle esa sonrisa de la cara.

¡Suéltenme! —bramé. —¡Dije que me suelten!

¡Cálmate Rhaenyra! —me dice Summer.

¡No hasta que pague por lo que hizo!

Jaloneaba tanto como podía para que Juliet y Summer me soltaran de una vez hasta que sentí que me abrazaban por la espalda aprisionando mis brazos.

Gresa era la que lo estaba haciendo y no pude evitar desmoronarme. Caí de rodillas junto con ella maldiciendo a la rusa con cualquier deidad que me escuchara.

Poco a poco las gotas de lluvia de aquel día nublado se hicieron presentes mezclándose con mis lágrimas de desesperación, como si también el cielo estuviera triste por el suceso.

Grité de la impotencia mientras aún seguía retenida por la pelirroja.

Fui sustituida debido al estado en que me encontraba, Ashley me ayudó a ir a las bancas mientras que Gresa estaba a un costado mio viendo si no tenía otro arranque. En su lugar entró Lisa y en el mio entró Lanie.

Ese partido lo ganamos, pero a qué costo.

Ahora lo único que me importaba era saber noticias de Kyrie.

El entrenador ordenó estudios psicológicos por el suceso, llamándolo ese día como: The Bloody Black Day. (El día negro sangriento.)

*Anexo: En el capítulo 3 se menciona por primera vez este suceso.*

¿Rhae? ¿Estás? —tocan la puerta de mi habitación.

Sinceramente no tenía ganas de ver a nadie, no después de lo que pasó.

Por mi, Kyrie estará dos meses, a lo mucho, fuera de la cancha. No podía cargar con eso.

Solo entren y ya, total es mi casa. —escuché la voz de Kyrie y solo me hice más bolita en mis sábanas.

Escuché la puerta abrirse y varias pisadas, supuse que era todo el equipo después sentí un peso extra en mi cama.

¿Tía Rhae? —esa voz era de una niña, Wendy. La hija de la capitana.

¿No nos quieres ver? —y ese era su hermano, Jimmy.

Tuve que quitarme todo lo que traía encima para poder verlos bien.

Por supuesto que quería verlos niños. —tallo mis ojos para poder verlos mejor y los abracé. —Es solo que la tía Rhae no se siente muy bien el día de hoy.

Y por eso vinieron los refuerzos. —me dijo EagleEye.

Ashley se acerca a mi y se sienta al lado mio.

¿Cómo te sientes, linda? —la capitana me mira de forma pacífica pero con un toque de preocupación.

¿Cómo quieres que me sienta, capi? —le respondí con otra pregunta. —Me siento fatal.

Vamos, todas sabemos que no fue tu culpa. —me dice Lanie.

Si, es normal en Ursa querer lastimar a otras. —esa fue Matadora. —La mayoría de nosotras ha tenido problemas por su causa.

Exacto. —me dice Thrüd. —Por eso no debes de sentirte mal por ello.

Pero por mi culpa Kyrie... —no pude continuar más por lo mismo. Los niños solo se aferraron más a mi.

Oye, yo estoy bien. —me dice Kyrie ahora, no la miro por la pena. —Y mírame cuando te hablo niña.

Tuve que hacerle caso, aunque no quisiese. Ahí estaba ella, con una venda en los ojos siendo ayudaba por Brook. Pero me sorprendió más que ella supo que no la miraba.

¿Cómo es que...?

Sé cuando alguien siente pena por mi. —me aclara. —No me vuelvas a hacer eso, es repugnante. No soy tan débil como cree la gente de por ahí.

Suelto una risa sin ganas, eso es cierto.

Bueno, al menos te reíste, eso es algo. —dice Gresa.

Ya díganme porqué están aquí. —les pregunté. —No es que no me agrade, pero me sorprende que todas estén aquí. Excepto Autómata.

Ese nombre no se dice en esta casa, niña. No le faltes al respeto a este techo ni a la dueña. —me regaña Kyrie.

Te tenemos un regalo. —me dijo Summer y me da un pequeño estuche. —Para ti.

Como pude lo tomé, la verdad no estaba de ánimos para nada pero no podía decirle que no.

Abrí el pequeño estuche y vi que era un trozo de tela con algo en ella.

"SMART INITIATIVE."

¿Qué es esto? —les pregunté.

Eso Nyra, es un regalo de parte de todas para ti. —me dice Kyrie. —Es tu propia fundación para que jóvenes puedan cumplir sus sueños si sus padres no desean apoyarlas.

Tigresa nos contó algo de tu pasado, así que quisimos aportar algo en tu causa. —me confiesa Lisa.

Y decidimos que lo mejor para ti era que si ellas no tienen el apoyo de sus padres. —me comenta Thrüd.

Lo tendrán de ti. —completa Nia.

Yo estaba más que sorprendida, no podía aceptar eso, era demasiado.

Y pobre de ti si lo rechazas. —me amenazó Juliet. —Lo hicimos porque quisimos y porque lo necesitabas. A veces es bueno desconectarse de este mundo.

Y porque la fundación fue iniciada por Lanie, Matadora y Nia así que tienes muy buenas bases monetarias. —reveló Summer a lo que recibió un golpe en el hombro por parte de Ashley. —¿Qué? ¡Es cierto!

Reímos por eso.

Yo solo miré la tela con el nombre. Una fundación, ¿eh? No me molesta la idea.

Gracias chicas. Por todo.

¡Abrazo grupal! —dijo Matadora y todas se me echaron encima, con cuidado ya que aún tenía a los niños.

¡Tengan cuidado con mis hijos! —esa fue Ashley y no evitamos reírnos de eso.

[Septiembre de 2017; 8:30 pm.]

Todas salíamos del entrenamiento para poder ir a descansar, era algo pesado pero al menos no me exige tanto el entrenador como lo hacía Honjou-san.

Íbamos a cenar por ahí cerca del lugar de entrenamiento subterráneo, pero un sonido me llamó la atención.

—¿Sucede algo? —me pregunta, yo vuelvo a escuchar el mismo sonido. —¿Qué fue eso? —mira por todos lados hasta que yo vi algo que brillaba un poco.

—¡Mira! —le dije a Kyrie señalando en un rincón.

Me acerqué hasta donde vi una sombra había un gato de unos meses de nacido, es de raza cálico.

—¿Un gato? —me pregunta ella. —¿Por qué quieres un gato?

—¿Y por qué no? —vi que no dejaba de maullar y se trepó hasta a mi con sus garritas. —Si, decidido, lo voy a adoptar.

—¿Y cómo le pondrás? —dijo mientras se volvía a sentar en la moto.

Lo pensé un poco, vi que era macho así que tenía que pensar en un buen nombre.

—¡Ya sé! —voy con ella para sentarme detrás de su moto. —Lo llamaré Rae.

—Pues Rae será. Creo que nos hacía falta una mascota felina en el equipo. —se acomodó para poder irnos. —Y ponte el casco.

Hice lo que pidió y ella arrancó para poder comprar lo necesario para mi nuevo hijo. Papá se iría de espaldas cuando le diga que es abuelo.

Tuve que decirle por donde ir para conseguir todo.

[2018.]

¡Las Supa Strikas se ganan el derecho de ir a la Semi Final! —se escucharon en los altavoces los comentarios de Mac por todo el estadio.

Habíamos ganado el partido contra Nakama, el equipo que dirigía Lita, la amiga de hace años de Hime-chan, quien ahora se le conoce como Tigresa. Gresa le digo yo.

Nos formamos por orden de la capitana y agradecimos por el buen partido. Me sentía un poco mal por ellas ya que no eran malas jugadoras, pero queríamos ganar ese trofeo a como diera lugar.

—Fue un buen partido. —me dice Lita dándome la mano y yo la acepto con gusto. —Espero verlas ganas contra el siguiente oponente.

—Igual nosotras. —le dice Gresa en mi lugar. —Y espero que ustedes ganen un lugar también.

Cierto, ellas ahora tenían derecho a competir por el 3er lugar, sea quien sea su oponente.

Salimos de ahí para ir a vestidores, ya quería darme una ducha.

¡Muy bien, muchachas! Felicidades a todas. —nos dice el entrenador. —Ahora mismo quiero que se relajen y tomen en descanso que se merecen. Porque en una semana nos iremos a la sede de donde será la Semi Final.

¿Y a quién le tocó la sede, entrenador? —preguntó Klaudia, una de las delanteras.

Japón. —yo me quedé helada con lo que dijo. —Buenas noches niñas, se ganaron esto. —dijo y sale de ahí junto con Rony.

El próximo partido sería en Japón... La semifinal sería en el país que dejé hace años.

Lo que significa... Que tendré que ver a mamá.

Solo espero que nada salga mal cuando la vea otra vez.

*Anexo: En el capítulo 4 sucede.*

BONUS: El día que conoció a Okamoto Torakichi, alias Raiden.

—¡Vamos! ¡O llegaremos tarde! —me dice Gresa, mientras bajábamos de su auto.

Gresa dijo que quería presentarme a un amigo suyo y de Kyrie y que este ya me había visto competir antes, lo cual me generó curiosidad.

Al lugar donde llegamos era un tipo gimnasio, dentro había muchos tipos golpeando sacos de box con sus puños o piernas, también había un ring y unas cuantas colchas en el suelo.

Pesas por ahí, pesas por allá. También vi unas cadenas que estaban atadas a unas llantas como de camión grande.

En la pared estaba el nombre del gimnasio: Magnu's Drive, junto con la imagen de un rottweiler mientras en su hocico había unas cadenas que jalaban a un tractor.

Al llegar a un área específica vimos a un hombre de casi 2 metros a punto de romper una pila de ladrillos con su pie.

Dios mío, es casi tan alto como Brook y Thrüd.

Con la planta de su pie destrozó al menos una docena de los ladrillos de un solo golpe, los que estaban a su alrededor le aplaudieron y yo tuve que hacer lo mismo.

En verdad era impresionante.

—Nada mal, Rai. —le dijo Gresa al tipo que rompió todo.

¿Rai? ¡¿Ese era Raiden?!

¡No me dijo que medía casi el doble qué yo!

—¿Eh? —se voltea y nos ve. Yo me sorprendo más. No estaba feo, pero sus músculos estaban más que desarrollados. —¡Ah! ¡Hime! ¿Cómo estás? —se nos acerca y en cuanto me ve no duda en darme una sonrisa algo seductora. —Hola... Hime, ¿quién es tu amiga?

Gresa se ríe y yo frunzo el ceño hacia ella.

—Ella es la que viste competir en gimnasia, tarado. —su rostro cambia por completo cuando sabe quien soy.

—¡Oh! ¡Claro! —dice como si se hubiese acordado. —La campeona elástica. Si, ya te recuerdo. Es que te recuerdo de otro color, disculpa.

No lo culpo, ahora era rubia y de lentillas magentas para que nadie me reconociera, supongo que funciona.

—Le dije a Hime que tenía ganas de conocerte, pero viéndote bien eres más hermosa en persona. —me mira de arriba a abajo. —¿Te interesaría salir un rato a comer en un lindo restaurante de comida tailandesa?

¿Estaba... Coqueteando conmigo?

—¿Qué? —me río cuando escuché todo eso. —Oye no te quiero matar las ilusiones pero... —pausé un momento. —No creo que yo sea lo que buscas, amigo.

Él me mira sin entender y yo me río al ver su confusión.

—Además de mi padre, mis hermanos y mis entrenadores, durante toda mi vida he estado rodeada de mujeres. —le aclaré. —Piensa en eso.

Mi respuesta lo dejó helado, y no lo culpo.

Mi mirada se dirige en Gresa que estaba intentando contener la risa por el momento. Ya veo, así que quería que le dijese eso.

A veces olvido que ella puede tener maldad en su interior en esos 1,70 que tiene de altura.

—Fue un gusto conocer a tu amigo. Espero poder verlo pronto. —me giré para poder irme a su auto. —Nos vemos luego, Raiden.

Salí de ese lugar aguantándome la risa por tan curioso momento en mi vida.

BONUS #2: Bofetada a la intolerancia.

Kyrie, Gresa y yo decidimos salir un rato para aprovechar el día libre que se nos fue otrogado.

El centro de la ciudad no estaba nada mal, considerando que su población no era mínima para nada. Fuimos a visitar al Jardín zoológico nacional del país, muy bonito por cierto.

Era de alrededor de 85 hectáreas así que teníamos mucho con que distraernos.

Llevábamos tiempo caminando por lo que vimos una banca para poder descansar y Kyrie se ofreció a comprarnos algo de comer y beber.

Mientras la esperábamos Gresa y yo solo hablábamos pero ella en un momento de distracción me dio un piquito y yo se lo devolví mientras sonreíamos disfrutando el momento pero eso se fue al instante cuando una mujer de unos 45 años aproximadamente se acercó hacia nosotras y nos separó de golpe mientras nos miraba en forma de reproche y desaprobatorio diciendo que no debíamos de hacer eso en público ya que hay niños presentes.

Si hay algo que aprendí estando en este país, y poque Kyrie me dijo que leyera la Constitución de la República de Sudáfrica,  es que fue legalizado la unión de aquellos que sean del mismo género ya sea por relación o matrimonio en el 2006. Esa Constitución tiene modificaciones hasta la Ley de la Decimoséptima Enmienda de la Constitución de 2012.

Si, tuve que leer todo eso.

Y esa señora no parece saberlo por la forma en que nos replicaba en esos momentos. Ah ya, supongo que esta pertenece a aquellos que son muy aferrados a su religión.

No tengo nada en contra hacia ellos pero que respeten nuestra intimidad, luego saldaremos cuenta con el creador, con ella no.

Por si fuese poco ella se me acercó demasiado a tal punto que sentía su saliva en mi cara, yo tuve que pararme y Gresa también lo hizo pero la señora solo se fue contra mi.

¿Por qué? Quien sabe.

¡Están en un lugar familiar! ¡Hay niños presentes! —me gritó la señora, yo solo cerraba un ojo para evitar que su saliva entrase en este. —¡Dejen de llenar sus cabezas con sus tonterías inapropiadas y sin sentido! ¡Me repugnan! ¡Son asquerosas! —no sé en qué momento dejé de escucharla ni tampoco sé que pasó pero yo ya tenía mi mano estrellándose en su rostro.

Cuando vi el panorama vi que Gresa me miraba sin habla con la boca abierta, atrás de ella logré ver a Kyrie con cosas en ambas manos pero su gesto era de una de sorpresa y al final me mira con orgullo.

A mi alrededor estaban algunas personas que veían la escena y algunas ayudaron a levantarse a la señora, no me había dado cuenta que la golpeé demasiado fuerte que la pobre se cayó, y otras me aplaudían por mi osadía.

—Ay no puede ser... —dije y salí de ahí lo más rápido que pude junto con las otras dos.

Kyrie me felicitaba por mi gran acción y Gresa la regañaba. Yo solo sentía vergüenza en ese momento y quería que la tierra me tragase. Nunca había golpeado a alguien en mi vida.

[En el club de las Supa Strikas.]

Mi corazón palpitaba y había un ruido en mi cabeza. —estaba explicando como fue lo que pasó aquel suceso. —Y luego esa mujer se me acercaba a mí y fue como "Aaahh", y luego... Ouh ouh. —sentí un ardor en mi mano derecha por el alcohol que me estaba aplicando Kyrie. —Mi puño tenía mente propia porque yo no sabía que iba a golpearla hasta que la golpeé.

Después de decir todo eso me llegó una reflexión casi al instante y me horroricé.

¡Ay no puede ser! —exclamé asustada. —Perdí el control, soy un mosntruo.

Yo habría pagado mucho en efectivo como mil dólares, o mejor, euros. —me dice con una sonrisa Lanie.

Valió cada centavo. —me dijo Kyrie. —Fue precioso.

¿Qué pasó aquí? —escuchamos la voz de la capitana entrando a la habitación. Yo entré en pánico. —¿Qué te pasó, Rhaenyra? —me vio preocupada.

Lanie le contó lo que había hecho, ella se sorprendió de lo que hice. Y como no, yo no suelo golpear a la gente. Para eso estaba Kyrie. Ashley me dijo que esa no fue la mejor manera de haberla callado.

Lo merecía. —me defendió Kyrie. —Bofetada a la intolerancia, ella se lo buscó.

Eso no importa. —le dice Ashley a la peliblanca. —Hay una forma correcta y una forma errónea de comportarnos.

Mhm. ¿Sabes qué? Tiene razón. —me llama la atención Kyrie y yo la miro. —La próxima vez deja el pulgar afuera de tu puño al cerrarlo. —me muestra como hacerlo y lo estampa en su otra mano. —Así evitas dañar el hueso. —sigue con sus manos para la explicación demostrativa. —¿Ves?

Escuchamos más pisadas y al voltear vi que era el resto del equipo. Yo me quería morir en ese momento.

¿Una homofóbica? —preguntó al llegar Matadora.

Rhae golpeó a una homofóbica. —le confirmó Lanie y me sentí peor.

¡Oh! Inesperado. —exclamó con sorpresa. —Dame cinco. —me levantó su mano y yo negué porque si me sentí algo mal por eso.

¡Si! —Kyrie fue quien la chocó con Matadora y el resto hizo lo mismo con ella excepto Ashley quien la miró con reproche a la española.

¿Qué? Nadie estuvo ahí más que ellas tres y lo describen glorioso, déjame disfrutar. —le dijo ella a la mayor.

Llámame loca pero... —ahora habló Gresa. —Yo creo que no solo viste a la señora gritándote, sino a alguien más. ¿O me equivoco?

Miré hacia otro lado mientras terminaban de curarme la mano.

No sé de qué me hablas.

Yo si. —se ríe burlonamente Kyrie y la miré mal. —¡Oh vamos! No está mal que lo hayas pensado, de hecho eso te dio más fuerza para tumbarla al suelo.

¿¡La dejaste en el suelo?! —me preguntó de sorpresa Thrüd y ahora era ella quien se reía. —Yo hubiera querido ver eso.

Todas lo hubiéramos querido. —Lisa se suma al grupo que aprueban el haber golpeado a la señora.

No sé si ya no me permitirían ir al zoológico pero por si las dudas ya no volví ahí después de un tiempo.

Unos meses después de aquel incidente, Nia me mostró una noticia donde la misma señora volvió a molestar a otra pareja del mismo género y como fue más agresiva con ellos se la llevaron las autoridades, donde de seguro le dijeron que todo eso ya era legal.

TRIVIALIDADES.

►El nombre de Ran (蘭) significa "Orquídea" en japonés pero en hindú significa reina, dando a entender el por qué Sae y Rin únicamente respetan a Rhaenyra no solo por ser la mayor de los 3, sino porque para ellos es su bella flor y una mujer que debe ser tratada como reina.

►Rhaenyra se culpa así misma por lo que pasó entre sus hermanos al no estar presente en sus vidas y dejar que pasaran por un mal rato, diciéndose constantemente así misma que no es una buena hermana. Lo que no sabe es que ni Sae ni Rin la culpan de nada, ellos mismos fueron los responsables de su ahora mala relación fraternal.

►Rhaenyra fue campeona Nacional de gimnasia rítmica durante 4 años seguidos. Su país está orgullosa de sus logros.

►Rhaenyra es mayor que Sae por solo 1 minuto.

►Al principio, su madre quiso ponerle Kae (花依) ya que el padre le puso Sae (冴) al niño y querían que sus nombres se parecieran, pero el señor Itoshi descartó la idea.

►Rhaenyra odia su nombre de pila, por lo que decidió cambiarlo por el que lleva actualmente.

►Rhaenyra nació de un alter ego que la autora creó para una historia completamente diferente a la actual, pero luego lo combinó a este universo, dejando así a Rhaenyra como miembro del equipo Femenil.

►La base de su personalidad se inspiró en Kanroji Mitsuri de Kimetsu no Yaiba y su vida como gimnasta fue inspirado en la deportista japonesa Ashikawa Urara.

►El anime que veía en su infancia era: Arupusu no Shōjo Heidi.

►Rhaenyra es el nombre que le dieron Tigresa y Valkyrie en honor a una princesa, quien posteriormente se convirtió en reina de una saga de libros llamada: Juego de Tronos. En donde ella también era la mayor de su familia y tenía dos hermanos menores.

►Su apellido artístico: Luck; significa "suerte" en inglés. Dice que se le ocurrió cuando en su mente lo primero que le vino fue cuando a su hermano le tocó perder en el palito de su helado y a ella no.

►En la escuela no le iba mal y siempre destacaba en matemáticas.

►Su animal característico es el leopardo al estar en la cancha, pero fuera de esta la asocian con un gato.

►Las canciones que dan vibes, describen a Rhaenyra y a su capítulo son:

♪What is love? de TWICE.

♪Happier de Marshmello.

♪Born this way de Lady Gaga.

♪Human de Rag'n'Bone Man.

♪Mary On A Cross de Ghost.

♪Umbrella de Rihanna.

♪Diamonds de Rihanna.

♪Burning Love de Wynonna.

♪Vogue de Madonna.

♪The Feels de TWICE.

♪Bird Set Free de Sia.

♪Pray For Me de The Weeknd.

♪Dandelions de Ruth B.

♪Hey Brother de Avicii.

►Su pierna dominante es la derecha.

►Estuvo como delantera (usando el Dorsal 10) durante 1 año y 2 meses, después se cambió a defensa.

►Del trío relámpago (integrado por Tigresa, Iron Valkyrie y ella), es la más joven.

►Sus estudios en diseño de modas fueron pagados por el entrenador.

►El porqué cambió su aspecto fue porque no quería que su madre ni sus hermanos la reconocieran al jugar fútbol. Ella misma decidió tenirse de rubio y buscó un color de lentillas que combinasen con su nuevo cabello y al final vio unas de color magenta y se las puso.

►Su fundación: SMART INITIATIVE, significa: Iniciativa Specific (específico), Measurable (medible), Achievable (alcanzable), Relevant (relevante) y Timely (que tiene un periodo de tiempo o fecha límite asociado).

►Su comida favorita son las cosas dulces.

►Su comida menos favorita son las cosas saladas y picantes.

►No es alérgica a nada.

►Cosas que le gustan: Su familia, su gato, el baile, los pasteles de fresa, los sakuramochis, ir de compras, diseñar nuevos uniformes o dibujar, las Strikas, Tigresa y Iron Valkyrie.

►Cosas que no le gustan: Que molesten a sus seres queridos.

►El nombre de su gato: Rae; es una mezcla entre los nombres de Sae y de Rin.

►Matadora es su compañera de compras al compartir gustos similares de vestimenta.

►Su tipo de sangre es B.

►Su personalidad es ISFP.

►Usa el dorsal 13 porque no cree que ese número sea de mala suerte.

►Mide 1,72 cm, solo 7 cm menos que Sae. Dice que él le quitó esos centímetros.

►Los apodos que ha conseguido desde que entró al mundo del fútbol son:

•La Leopardo Amarillo.

•La mujer elástica.

•La experta en moda.

•La pariente de Edna Moda.

•Pestañas mayor mayor.

►En 2018 ganó un premio al final del Torneo de la Super Liga donde las Strikas se coronaron por sexto año consecutivo, en la categoría de las 11 mejores, en la posición de Lateral Derecho, que es de estilo defensivo.

►Samantha, alias Thrüd, les colocó a cada jugadora un nombre nórdico que las caracteriza ya sea por su personalidad o por sus habilidades en la cancha. El nombre nórdico de Rhaenyra es Hrist, que significa "La que tiembla de miedo e ira. Haciendo referencia a que su personalidad que es amable y algo tímida sea brutalmente reemplazada por una agresiva y lanzada. Se sospecha que fue a raíz del accidente en el partido contra Iron Tank donde surgió esa fuerza interna en ella.

►El Muro Geminiano, táctica que hace con Iron Valkyrie, es una representación a ambos rostros del signo zodiacal Géminis, que simbolizan la cara buena y la cara mala. Se dice que si Rhaenyra deja de sonreír y Valkyrie comienza a sonreír es una señal de que se verá el verdadero potencial de dicho muro.

►Tiene un tatuaje compartido con Tigresa y Valkyrie, que se ubica en su omóplato izquierdo. Su tatuaje es un leopardo amarillo.

►Además de los regalos que recibió por parte de sus hermanos que los usa únicamente en sus partidos, ella los honra a su modo:

•Rhaenyra se cambió de look para tener el fleco de la misma manera que lo tiene actualmente Rin, que le cae de un lado atravesando su rostro.

•El collar que le dio Sae lo usa en los partidos, al igual que el anillo que le dio Rin y lo esconde con el aguante.

•Rhaenyra dijo que no se teñiría a su color original a menos que Rin sea conocido como él mismo y no como el hermano del genio japonés: Itoshi Sae. Pero quería honrar a Sae de alguna forma por lo que decidió ya no usar las lentillas desde que se reunió con su gemelo por última vez.

•El tiro curvo que ella usa es diferente al de sus hermanos ya que el de ellos se vuelve curva automáticamente de ser pateado. El de Rhaenyra se vuelve curva cuando ya está a medio trayecto a la portería, engañando al arquero de que será un tiro directo.

►Su modo de matricularse en el equipo de las Supa Strikas fue por recomendación.

►4 meses antes de viajar a Japón por medio del sistema singular de nivel que creó el entrenador, ella fue ascendida a primera categoría.

►Sin darse cuenta, la autora esperó 13 capítulos para subir la historia de este personaje que coincide con su número de dorsal.

►La autora escribió este capítulo escuchando canciones de señora.

►La autora tardó aproximadamente 10 días en escribir este capítulo.

Capítulo dedicado a: lvlyhistory.

Muchas gracias por permitirme nombrarte en este capítulo ^^, soy una gran admiradora de tu trabajo.

Lectores, les presento al autor que hace que mi estabilidad emocional baje y sube en un solo capítulo :D.

Espero que le haya gustado este humilde segmento y es más que bienvenido para lo que se le ofrezca.

Próximo capítulo volveremos con la continuidad de este libro.

Pasado revelado: 1/15.

-Alessa.

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