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Jimin reía a carcajadas junto a su hermana en un lindo restaurante, se habían reunido pues Yong sun necesitaba hacer compras para su nueva casa y le había pedido ayuda para elegir todos los artículos, sin embargo antes de siquiera comenzar a comprar habían sentido hambre y decidieron ir a comer algo delicioso antes.

—Realmente no quería saber eso —comentó Jimin entre risas—. Es grotesco

—Oh vamos —soltó una pequeña carcajada—. Te cuento todo esto por una razón

—¿Ah si? ¿Y que razón? —puso una mano en su barbilla, fingiendo pensar—. ¿Tal vez traumarme al contarme tu vida sexual? –levantó una de sus cejas de forma graciosa, haciendo reír una vez más a su hermana.

—No, no claro que no —respondió entre risas, al calmarse busco algo entre su bolso y al dar con el objeto sonrió nerviosa—. Cierra los ojos —pidió.

Tras suspirar de forma dramática obedecido.

—Si es una broma o algo parecido me voy a enojar demasiado —amenazó con desconfianza.

—Claro que no lo es, jamás te he hecho una broma hermanito —dijo, mientras acomodaba un par de objetos frente a Jimin–. Listo, los puedes abrir

Al hacerlo Jimin observó los objetos, permaneciendo en shock por un par de segundos hasta que reaccionó soltando un chillido de emoción.

—¡Estás embarazada!—casi grito, cubriendo su boca de impresión.

—Tengo un mes y medio, estaba esperando la ocasión perfecta para decírtelo pero habías estado demasiado ocupado —Comentó y tomó sus manos–. Vas a ser tío

Sus ojos se llenaron de lágrimas en instantes ante lo dicho, sería tío. Sonaba irreal, él recordaba a su hermana diferente. Para él se sentía como si ella hasta ahora comenzará su relación y ver que la realidad era tan diferente le causaba un gran conflicto interno. Habían pasado tantas cosas pero a causa de su perdida de memoria sentía que todo era falso.

—No lo puedo creer Yong su —murmuró con la voz repentinamente quebrada.

—¿Estás bien? —Cuestionó con un gesto de preocupación–. Ahora no pareces muy alegre por la noticia —No quería pensar cosas malas pero el rostro de su hermano había cambiado y reflejaba miles de emociones menos felicidad.

—Si, si —se soltó de su agarre, haciendo un gesto con las manos para restarle importancia al asunto—. Estoy feliz por ti, solo que aún me cuesta asimilar el paso del tiempo, es demasiado confuso para mi y ver que realmente han sucedido tantas cosas que olvidé y me perdí es doloroso

—Entiendo Jiminie, pero no te has perdido lo más importante. Estuviste en mi boda y ahora en mi embarazo –acarició su hombro—. Pronto te vas a acostumbrar y vivirás nuevas experiencias con tus seres amados

—Tienes razón —limpió rápidamente una lagrima que descendía por su mejilla. ¿Por qué sonaba tan mal la idea de comenzar a crear nuevos recuerdos? No lo podía comprender—. Me alegra mucho saber que voy a ser tío, ahora tendré a quien mimar

Su hermana sonrió de oreja a oreja y se acercó más a él, acariciando su cabello con suavidad.

—Me alegra escuchar eso, se que las cosas no han sido fáciles pero estoy segura que vas a lograr acomodar tu vida muy pronto

—Eso espero —sonrió de lado—. Pero no es momento de pensar en ello, ahora cuéntame como le vas a decir a los demás

Y así pasaron el resto de la cena, platicando de diversos temas y riendo, olvidándose por un momento de las cosas negativas.

Al terminar su comida ambos comenzaron a caminar por el gran centro comercial, buscando las tiendas a las que irían.

—Tengo que ir al baño, mi bebé comienza a apretar mi vejiga —Bromeó—. No tardó

—Eres una dramática, seguramente en este momento tiene el tamaño de un frijol  —dijo con diversión—. Adelante, estaré allí viendo esas pinturas —señaló.

Avanzó cerca de la vitrina, observando con fascinación cada pieza de arte. Eran realmente preciosas las pinturas que vendían allí, al levantar la mirada para ver más lienzos algo captó su atención. A un par de metros se encontraban Yeji y Ryujin, sus amigas de secundaria. sonrió de lado y decidió acercarse a ellas para saludarlas, le parecía extraño no haberlas vuelto a ver en tantos meses.

—Hola chicas —saludo alegremente al estar cerca.

Ambas lo observaron con una mueca extraña, parecían indiferentes y ligeramente nerviosas por su repentina presencia.

—Hola Jimin —saludaron al unísono.

—Que sorpresa encontrarlas, hace mucho no nos vemos creí que estaban viajando o algo parecido

Ryujin aclaró su garganta e hizo una mueca de incomodidad, mirando a Yeji sin saber que responder.

—No hemos viajado —Yeji rasco su nuca y desvío la mirada.

—Oh...entiendo —Jimin las analizó por un momento, frunciendo el ceño ante la extraña actitud de ambas–. ¿Sucede algo? Actúan extraño, creí que estábamos bien

Ambas volvieron a mirarlo fijamente y finalmente Ryujin negó.

—Parece que tu familia aprovecho tu accidente para tenerte de regreso, ¿no es así?

—Ryujin —Yeji la observó con molestia, murmurando bajo "cállate".

—¿Disculpa? ¿Por qué dices eso? —cruzó sus brazos, borrando por completo cualquier gesto amable. ¿Que les pasaba? Se suponía que ellas eran grandes amigas suyas.

—Es momento de que lo sepa —le respondió en voz baja a Yeji–. Claramente tu familia te está ocultando cosas Jimin, tú nos dejaste de hablar hace más de cinco años por un problema que tuvimos

—¿Problema? ¿Que tipo de problema?

Yeji rodó los ojos con molestia y tomó el brazo de su amiga jalandola.

—Nada importante, es algo que ya quedo en el pasado Jimin. Olvídalo —soltó y continuó intentando alejar a su amiga sin éxito alguno.

—Déjame, creo que ya le hicimos mucho daño. Al menos podremos compensarlo un poco si le contamos las cosas

—Bien, pero díselo tú —Aceptó a regañadientes.

—No estoy entendiendo de qué hablan —murmuró serio.

—Tu familia te ha mentido mucho desde que tuviste aquel accidente Jimin, han usado tu pérdida de memoria para que los perdones y vuelvas a tener un vínculo con ellos —Ryujin al ver el rostro confuso de su ex amigo, suspiró fuertemente y se armo de valor para continuar—. Nuestra amistad se fue al demonio cuando te enteraste que tu padre tenía un amorío con nosotras dos

No supo como reaccionar ante lo dicho, su rostro se deformó en una mueca confusa al tiempo que sus ojos viajaban entre ambas mujeres, buscando algún indicio que delatará que estaban haciéndole una mala broma.

—¿Qué? –negó varias veces—. Ustedes están bromeando, ¿de que diablos hablan?

—Ella dice la verdad Jimin, sabemos que estuvo mal usarte para llegar a tu padre pero éramos muy jóvenes en ese entonces

—Hace cinco años nos descubriste en una situación comprometedora con tu padre, no tuvimos tiempo siquiera de decir una palabra  cuando tú ya le habías contado a tu madre y hermana todo lo sucedido —confesó—. En ese momento no nos importó y lo sentimos Jimin

—Nosotras aceptamos que estuvo muy mal lo que hicimos, pero lo hecho, hecho esta y no se puede cambiar el pasado

Su mirada decayó y comenzó a negar.

—Ustedes están bromeando, si fuera así ¿por qué estaban en aquella reunión que organizo mi hermana? —interrogó—. No tiene sentido, mi hermana también las odiaría

—Y lo hace, solo que nos pidió el favor que fueramos para que no sospecharas nada. Ella sabia que preguntarías por nosotras y que eventualmente nos topariamos en algún lugar y seria más fácil que te enterarás

Sintió un horrible escalofrío recorrer su cuerpo al comprender que ellas realmente no mentían, tiempo atrás las había descubierto haciendo algo con su padre y por esa razón habían discutido. Sus padres le mintieron y ocultaron dicha información para tenerlo nuevamente en casa, bajo su manto de mentiras y manipulaciones. Ellos solo se estaban aprovechando de su condición para cambiar el pasado.

—Tengo que irme —susurro con voz débil, dando un paso atrás.

—Solo queremos que sepas que lo sentimos, realmente nos gustaría haber hecho las cosas diferentes pero así fue como sucedió todo

Ambas mujeres quisieron acercarse, sin embargo rápidamente se giró y comenzó a caminar con prisa en dirección contraria, teniendo que frenarse de inmediato cuando su hermana salió del baño y se atravesó en su camino.

—Hey ¿a donde vas con tanta prisa? —miro sobre su hombro y se torno pálida al ver a las ex amigas de Jimin yéndose con apuro.

—Me mentiste —siseo con enojó—. ¡Sabias lo que ellas y mi padre hicieron y no me lo dijiste! ¡Las invitaste a la reunión solo para que no sospechara, que te sucede! —enojado se apartó de su hermana y volvió a caminar.

—Jimin, ¡Jimin espera, escúchame! —Grito, intentando detener su andar–. Por favor —suplicó, pero por más que rogó Jimin no se detuvo.

Con un remolino de emociones abandonó el centro comercial y tomó un taxi rumbo a su casa. Necesitaba que su madre le dijera de frente todo lo que le habían estado ocultando, necesitaba saber la verdad y dejar de vivir engañado o si no se volvería loco.

Dejo caer su cabeza en el vidrio y cerró los ojos, tenía que ser fuerte para lo que venía y afrontar la realidad de una vez por todas, solo esperaba que esta no fuera tan dolorosa como empezaba a creer que lo era.

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