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15 de diciembre - 2022

Los blancos copos de nieve caían sobre la ventana, acumulándose allí y creando una pequeña capa de nieve. Eran poco más de las once y media de la noche y estaba helando, provocando así que los habitantes de Seúl únicamente desearan estar en cama. Sin embargo ese no era el caso de una linda pareja.

Park Jimin se movía de un lado a otro en busca de materiales, al tiempo que bailaba de forma enérgica y al ritmo de la fuerte música. Estaba tan enfocado en terminar su obra de arte que no había siquiera notado la presencia de su esposo, el cual lo observaba desde una esquina del estudio con una sonrisa de oreja a oreja y dos grandes tazas de chocolate humeante.

Verlo tan alegre e inspirado era la cosa favorita de Jeon, le encantaba el brillo en aquellos preciosos ojos azul turquesa y esa hermosa sonrisa de emoción, los suaves cantos que soltaba y como balanceaba su cuerpo de un lado a otro de forma sensual y elegante.

Para él, Park Jimin era la mejor obra de arte.

Con pasos firmes el pelinegro se acercó a su pareja, dejó ambas tazas sobre la mesa de trabajo y lo tomó de la cintura haciéndolo chillar del susto por el repentino toque.

El rubio se giró, observándolo con vergüenza. Siempre se ponía tímido cuando su esposo presenciaba su locura.

—¡¿Llevas mucho aquí?! —grito, ya que la música sonaba muy fuerte.

—¡No mucho, unos cinco minutos tal vez! —respondió, sin borrar su sonrisa.

Las mejillas del más bajo se tornaron rojas y corrió para apagar su parlante, al cumplir con su tarea volvió acercarse a su pareja.

—¿Por qué no me avisas cuando entras? —susurro, llevando sus manos al cuello del más alto.

—Toque la puerta tres veces y no me respondiste, así que decidí entrar —respondió, con simpleza y una vez más se hizo dueño de la pequeña cintura de Park. A Jimin le apenaba que lo espiara en sus momentos de inspiración, ya que solía ser más enérgico y hacer locuras, bailar de forma "extraña" y hasta cantar canciones de rock pesado.

—Me avergüenza que me veas así, debiste tocar más

Jungkook soltó una suave risa y negó con la cabeza.

—Sabes que me fascina ver cuanto te apasiona tu carrera, es algo maravilloso y cada vez que tenga la oportunidad de verte, lo haré

Los ojos de Jimin brillaron ante dichas palabras y una sonrisita se dibujó en su rostro, provocando que sus ojos se cerraran creando una línea.

—También me encanta cuando sonríes así —dejo un beso en su mentón—, y cuando tu piel se eriza por mis besos

—Oh, ya basta —soltó una suave carcajada y tomó a Jungkook del mentón, acarició su tersa piel y se acercó a sus labios, besando estos con amor—. Te amo

—Te amo más príncipe —murmuró, dispuesto a seguirlo besandolo. Sin embargo Jimin se alejó y lo observó de pies a cabeza.

—¿Acaso planeas salir con este clima? —Cuestionó, seguido dio un brinco sentándose en la mesa y tomó la taza de chocolate.

—Tengo que hacerlo amor, llego un paquete importante al estudio y no hay nadie quien lo reciba —se acomodó entre las piernas del rubio, igualmente tomando su chocolate—, venía avisarte, no creo que me tarde demasiado

—Yo te acompaño

El pelinegro negó de inmediato, hacía demasiado frío y no quería que Jimin se resfriara.

—No, lo mejor será que continúes con tu obra y luego vuelvas a casa

Jungkook noto como el semblante de su pareja cambio por completó, cruzándose de brazos y frunciendo el ceño. Sabía de antemano que a Jimin no le gustaba quedarse y que odiaba cuando él lo "excluía" de sus salidas, sin embargo era necesario.

—No quiero que te enfermes —continuó— esta haciendo un mal tiempo y prometo no tardar

—No enfermare e igual iré —apretó sus piernas al rededor de la cintura de Jeon y lo observó con detenerminacion—. No me puedes decir que no amor

Su tono de voz melosa provocó que kook cediera. ¿Cómo podría decirle que no a un chico tan precioso como Jimin?  era una tarea simplemente imposible.

—Eres tan caprichoso cariño, solo iré por un aburrido paquete

—De todas maneras quiero ir, necesito un respiro. Llevo todo el día en el estudio y comienza a dolerme la espalda

Al decir esto último, Jimin apoyó una de sus manos en su espalda baja sobando la zona con una mueca de dolor.

—De acuerdo, de paso podríamos ir a comprar de esos pastelillos que tanto te gustan o... —luego de beber un gran trago de chocolate continuó— mirar si hay algún local abierto de Tteokbokki y pastel de pescado

—¿Crees que haya algo abierto a esta hora? Es media noche —sus pequeñas manos se deslizaron esta vez hasta la cabellera oscura de kook. Acariciándole de forma lenta y cariñosa.

—Espero que si, es nuestro plan favorito —recordó con una sonrisa. Desde que conoció a Jimin tiempo atrás, había descubierto que compartía uno de sus gustos y era salir a altas horas de la noche a caminar o a comer, especialmente a lugares de comida callejera.

—No seriamos los mismos sin esa costumbre —soltó una suave risita, para seguido cortar la poca distancia que los separaba y besar los finos labios de Jungkook de forma lenta—. Aún puedo recordar la primera noche que pasamos juntos, me invitaste a comer pollo frito a las dos de la mañana

Jungkook soltó una carcajada avergonzado.

—Estaba tan nervioso que fue lo mejor que se me ocurrió —volvió a reír—. Creo que con eso te logré conquistar —susurró sobre sus labios.

—Lo hiciste —afirmó sin dejar acariciarlo—. Cada parte de ti me enamoró y así pasen los años sigo encantado con cada cosa que haces

Aquello calentó el corazón de Jungkook, dejando una agradable sensación en su pecho.

—Te amo

—Te amo

Soltaron al unísono, estallando luego en una carcajada.

Al calmarse se dieron un suave beso y se levantaron, saliendo finalmente del estudio.

—¿Necesitas que pasemos por casa? —cuestionó Jeon, luego saco las llaves de su auto del bolsillo y apunto al vehículo que se encontraba frente a ellos.

—No, por suerte deje mi abrigo dentro del auto

Al estar dentro del vehículo Jimin busco su chaqueta en la parte trasera y se lo puso con rapidez, estaba helando. Froto sus pequeñas manos en busca de calor y al no conseguirlo estiro estas en dirección a Kook.

—No siento mis dedos —chilló bajo.

Jungkook sin dudar tomó ambas pequeñas manos y las froto, para luego acercarlas a su boca y calentarlas con vapor.

—Gracias

—No es nada amor

El camino al estudio fue divertido, ambos iban cantando villancicos de forma enérgica y riendo por sus absurdos chistes. Luego de recoger el paquete una vez más emprendieron su viaje, andando a una velocidad moderada, no querían tener ningún incidente a causa de la nieve.

—No veo nada abierto —el rubio se lamentó, ya se había hecho la idea de comer al menos un poco de Tteokbokki.

De reojo Jungkook lo miro sonriendo, la carita que ponía Jimin al estar decepcionado era de lo más adorable del mundo. Haciendo un puchero involuntario y cerrando sus preciosos ojos.

—Sigamos buscando, debe haber algo —intento animarle.

—Amor ya son casi las dos, esta helando y solo un loco como nosotros tendría abierto su local

El rubio se hundió con una mueca y la vista pegada a la ventana.

—Entonces vamos a casa y te preparo Kimchi ¿si?

Los ojos azules de Jimin se iluminaron ante la idea, amaba el Kimchi, especialmente el que preparaba su esposo. Podría decir con seguridad que era el más delicioso de toda Corea. Por ello asintió rápidamente.

Con la mirada en el camino Jungkook volvió a conducir, mientras tarareaban una canción. Minutos después una luz roja lo hizo frenar y mirar a Jimin. El rubio también se giró, haciéndolo perder en el precioso azul de sus ojos, era tan lindo y profundo como el mar.

—¿Te acuerdas de lo que hablamos ayer?

Jimin cuestionó, haciéndolo salir de su pequeño trance.

—Emm, ¿que deberíamos comprar los boletos antes? —intento recordar.

—No, lo que te dije en la noche —ante el recuerdo sus rellenas mejillas se tiñeron de un suave rosa—. Antes de dormir —añadió.

Jungkook guardo silencio y volvió su mirada al frente, el semaforo ya había cambiado a verde, por lo que decidió avanzar y estacionar a un lado de la calle. Mordió el interior de su labio recordando y cuando la respuesta llego a su cerebro, bajo la mirada apenado.

—¿Quieres hacerlo ahora amor?

—Si, demasiado –su voz tembló por la anticipación, dejando en evidencia la excitacion que sentía.

—También deseo hacerlo

Y no tuvo que esperar, Jungkook sintió los labios de su esposo chocar de forma desesperada contra los suyos. Comenzando un beso apasionado y un tanto salvaje. La idea de hacerlo en un auto por primera vez, era algo que prendía por completo sus cuerpos, haciéndolos unirse como si de imanes se tratase.

Jimin logró desabrochar su propio cinturón de seguridad, luego de batallar con este por unos segundos, al tiempo jadeo sobre los labios del pelinegro y cuando estaba por moverse sobre él algo sucedió.

Algo que ninguno de los dos se esperaba o llego siquiera a pensar.

Algo que les cambiaría la vida a ambos.

Algo que destruiría por completo su relación.

Un camión que venía a gran velocidad impacto su auto con fuerza, provocando que este se estrellara violentamente contra un poste de luz.

No hubo tiempo de gritar u reaccionar de alguna forma, el cuerpo de Jimin fue arrancado de los brazos de Jungkook y salió disparado por el vidrio frontal. Quebrando este en segundos y permitiendo que el cuerpo del rubio cayera al frío asfalto.

Al tiempo el cuerpo de Jeon se sacudió con fuerza hacía delante, golpeando su cabeza contra el volante y quedando inconsciente de inmediato.

La nieve continuó cayendo, copo por copo. Cubriendo con su manto a la pareja accidentada.
La oscuridad los consumió y desde ese momento todo despareció...

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