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9

Damon

Sin pensarlo salgo corriendo a la calle. Me subo al coche y me dirijo hacia la casa.
¿Qué habrá hecho esta vez?

Miles de cosas se pasean por mi cabeza pero trato de espantarlas. Al fin y al cabo es una niña.

Un semáforo hace que frene en seco. Cientos de coches están a mis laterales y detrás mio. Tras una espera que se hace eterna, puedo conseguir arrancar el coche y llegar a casa.

Entro casi corriendo. Hay un silencio absoluto, casi se puede escuchar una aguja caer al suelo.
Todo está tal y como lo dejé, no hay ningún cambio.
Grito el nombre de Amanda.
No obtengo respuesta. Lo hago varias veces más hasta que al fin como un atisbo de luz la veo bajando las escaleras.

—¿Qué te pasa? ¿Estás bien? — pregunto preocupado sosteniendola y examinándola arduamente.

Sus ojos inexpresivos y su mirada perdida hace que consiga responderme yo mismo.

—¿Y Keyn?— pregunto pero no espero mucho hasta que aparece él también bajando las escaleras. Lo miro y él no es capaz de dirigirme la palabra porque otra voz lo corta.

—Damon— un hombre corpulento y vestido de negro baja las escaleras con esa chulería tan carcterística de él. Sus ojos grandes y su mirada penetrante hace que no sea muy difícil reconocerlo.

—¿Qué pasa? ¿Por qué Amanda está así? — mi expresión de preocupación y enfado hace que Áxel se sobresalte.

—Tranquilo, solo he venido a advertirte— me mira fijamente— Ritch viene a matarte

Mis ojos se abren como platos. ¿Ritch?

Flashback

—Eres muy valiente viniendo ante mí sin chaleco antibalas y sin armas

—Lo se señor, es arriesgado pero también sé que usted no es injusto con las personas que desean ayudarle a matar a su hermano— hablo con brusquedad y confianza.

—Cierto es— se levanta y se acerca a mi— Ritch te enseñó bien— me sorprendo ante su comentario.

—¿Como conoces a Ritch? —pregunto atónito — ¿Fué tu jefe también?
Sagunto ríe

—Novato, yo fuí su jefe

Fin del Flashback

Parpadeo varias veces.

—No te pongas así, tampoco es para tanto— Axel intenta hacerse el gracioso.

—Para ti es fácil decirlo, no está en peligro tu vida por segunda vez— carraspeo.
Amanda sigue igual, parece que se ha muerto. —Oye que no va a pasarte nada— trato de tranquilizarla.

—Eso no lo sabes— Keyn habla— Puede que nosotros también estemos en peligro

Axel asiente para darle la razón.

—¿Por qué quiere matarme? — pregunto ya casi tranquilo, no es la primera vez que mi vida está en peligro. Ya he estado en esta situación varias veces pero nunca
acechado por mi propio instructor.

—Por matar a su ídolo— Axel levanta una ceja en señal de desaprobación.

Niego con la cabeza. El que debería estar odiándome es Axel, no él.
Trato de pensar en soluciones rápidas pero ninguna viene a mi mente.
Vamos Damon, piensa.

Me siento en el sofá del salón sin decir una palabra. El silencio que hay en la sala me ayuda a concentrarme mejor aunque se que realmente no voy a conseguir nada.

—Deberías irte— Axel se acerca a mi —Los pondrás en peligro a ellos también

Sus palabras, por mucho que me cueste admitirlo, son ciertas. No quiero alejarme de aquí pero es lo correcto, o eso creo.
Amanda se sienta a mi lado pero mantiene las distancias. Axel se levanta a hablar con Keyn.

—No te preocupes por nosotros— es la primera vez que la escucho hablar desde que he llegado. Su mirada ya nuestra expresión y vida. — Estaremos bien, o más nos vale. Y tu cuídate— me señala como si fuera un presidiario.

—Lo se, soy consciente— miro al suelo— pero no puedo dejaros aquí solos.

Amanda

Su mirada muestra preocupación, más de la que he podido ver en otras ocasiones.
Se nota que lo está pasando mal y no creo que su grave enfermedad lo ayude en todo esto.
Tengo mucho miedo de que le pase algo y no pueda volver a verlo.
Me he comportado como una niñata creyendo que violó a la novia de Matthew. Lo conozco y no es así ¿Por qué no lo pensé antes?

Sus ojos están clavados en mi mientras habla. Ni siquiera lo estoy escuchando. Es que tiene una voz que podría...

—¿Amanda? — me toca el hombro para sacarme de mis pensamientos. Creo que era muy evidente.
Parpadeo varias veces y respiro profundamente.
—¿En qué pensabas? — pregunta frunciendo el ceño
Niego con la cabeza.

—Me he ido de la conversación, perdona. ¿Qué decías?

—Decía que Rebeca y Blair están peleados por mi culpa, o bueno, molestos entre ellos

Otra vez Rebeca en la conversación. Ya no sé qué hacer.

—Si tanto te preocupa ve con ella y cuéntale lo que te pasa— me levanto bruscamente— nosotros estaremos bien— comienzo a caminar molesta hasta las escaleras.
¿Es idiota? ¿Tanto le cuesta darse cuenta de que yo...

—¿En medio de una situación así te vas a comportar como una niña?— escucho que pregunta mientras va tras de mi. Me detengo en seco y me giro enfrentándolo.

—¿Y tu en medio de esta situación vas a seguir pensando en ella? — su cara de asombro es evidente. Todos se han quedado mirándome sorprendidos incluso Axel. Venga ya no puedo creerme que no se me note.
En fin, hombres.

Subo las escaleras hasta mi habitación y me encierro allí.
Ya no escucho las pisadas de Damon por lo que deduzco que se ha arrepentido a media escalera de seguirme.

Realmente soy un desastre. ¿No gestiono bien mis emociones?
Es culpa suya que me pone de los nervios.

En una situación donde su vida está en peligro ¿Enserio tiene la cara de decirme que está pensando en una mujer casada y embarazada?

Miro por la ventana y veo como Damon se sube al coche de Axel y ambos se van.

Tras unos minutos Keyn llama a mi puerta y a duras penas le digo que entre.

Se acerca y se sienta en mi cama. No dice una palabra, solo se queda observando los dibujos que tengo colgados en la pared.

—Parece mentira que no hayas sido capaz de despedirte de él— sus palabras caen sobre mi como agua helada en un día de invierno.

—Que haya venido él— Keyn me mira con cara de desaprobación —Estoy cansada de que no vea más allá de ella— susurro pensando en Rebeca. Abrazo mis rodillas con los brazos y apoyo la cabeza en ellas.

—¿Lo has hablado con el? — me pregunta levantando una ceja. Niego. — ¿Entonces como vas a saber que no ve "más allá de ella"? — repite mis palabras haciendo el gesto de las comillas con sus dedos.

Suspiro.

—Porque eso se ve, se percibe y es fácil de adivinarlo

Keyn se levanta de la cama. Se estira un poco, bosteza y abre la puerta de mi habitación.

—Que complicados son los jóvenes de ahora— escucho que susurra antes de irse.
Me apuesto lo que sea a que lo ha dicho con intenciones de que lo escuche.

Sigo pensando en mis cosas y el tono de llamada de mi móvil me despierta.

"Número desconocido"

¿Quien narices me llama ahora? Contesto.

—¿Hola?

—Amanda— escucho un gemido de dolor — ¿Damon está allí? — respira muy rápido— Sé que se fue a tu casa corriendo porque estabas mal

—Se acaba de ir con...

—¡Señor más despacio que nos vamos a chocar! — su grito me desgarra el tímpano. ¿Puede tener una voz más chillona?
—Amanda por favor dile a Damon que vaya allí a tu casa. Estoy yendo en taxi porque los hospitales están colapsados y necesito un médico urgente. ¿Crees que habrá problema?

—No creo pero...

—Dile a Damon que también llame a Blair a ver si le coge el teléfono— gime otra vez— voy en camino— cuelga

Me quedo perpleja varios segundos hasta que reacciono.
Llamo a Damon. Varios toques  y nada.
Joder. Otra vez. Al fin contesta

—¿Ya me echas de menos? Si acabo de irme Amandrius

—Cállate. Rebeca viene hacia aquí porque necesitamos un médico urgente y dice que Blair no le contesta el teléfono.

—¿Qué le ocurre? — su voz suena preocupada. Pero ya me da igual.

—No lo sé. Dice que vengas y traigas a Blair contigo o lo llames para avisarle— escucho como suspira fuertemente.

—Es que hemos pinchado la rueda del coche hace cinco minutos y estamos en medio de la nada.

—Date prisa ¿Y si es grave?

—Cuidala tu, yo y Axel estamos arreglando la rueda. Me encargaré de llamar a Blair y avisarle. Iré cuando pueda— contesta preocupado.

—¿Yo? Pero si no me conoce y...

—Por favor Amanda— puedo notar como está realmente preocupado— hasta ahora— cuelga.

Joder, joder, joder, joder.

Me levanto rápidamente y voy al cuarto de Keyn rápidamente.

—Rebeca viene urgente hacia aquí— le informo

—¿Qué le pasa? — no puede esconder su preocupación de médico.

—Necesita asistencia urgente por unos dolores fuertes y los hospitales están colapsados pregunta si hay problema en que puedas atenderla tu...

—Ayudame a preparar tu habitación para Rebeca. La mía está llena de aparatos ya lo sabes

—¿Qué preparo? — estoy muy alterada.

—Ponle una funda impermeable a tu cama y trae todas las toallas que tengamos por casa. Va a ver mucha sangre— camina de acá para allá trayendo cosas a mi habitación.

—¿Como que mucha sangre? — pregunto asustada.

—Va dar a luz







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