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Narrador omnisciente:
El primero en despertar fué Pedro, quien se quedó abrazado a Martin, que en poco tiempo también despertó.
Martin: Pedro, ¿me podés soltar?
Pedro: no, no me digas que no estás cómodo.
Martin: si estoy cómodo, pero me tengo que levantar.
Pedro: un ratito más Mar.
Martin: Pedro.
Pedro: que.
Martin: dale, soltame.
Pedro: no.
Martin: okey, vos me estás obligando a que haga esto -dijo bajando su mano a la zona baja del menor-
Pedro: mmm, eso no me molesta.
Martin: ¿a sí? Vamos a ver cuando se te pare, y tengas que salir así.
Pedro: que hijo de puta, si me das un beso te suelto, pero saca la mano de ahí.
Martin: okey.
Sacó su mano de la entrepierna del más alto, y se dió vuelta para quedar viendo a este, Pedro lo tomó de la cintura, y Martin juntó sus labios. Mientras se besaban, Pedro se fué sentando, hasta que quedó apoyada su espalda contra la pared, y el pelinegro quedó sentado a horcajadas arriba de este. Se separaron por falta de aire, y el castaño dijo.
Pedro: ¿sabias que sos hermoso?
Martin: -ríe- ¿y vos sabias que sos un intenso con los besos?
Pedro: sí, pero se que a vos también te gustan.
Martin: -ríe-
Pedro: Martin, ¿por qué no volvemos? ¿No extrañas chapar todo el día?
Martin: -ríe- ¿y quien te dijo que no lo hago?
Pedro: ¿qu-que, ya tenés novio?
Martin: vos y yo no somos novios, y chapamos igual.
Pedro: ¿me estás diciendo que chapas con cualquiera?
Martin: corazón eso no te importa a vos -dijo para darle un pico, y bajarse de arriba de el-
Martin fué caminado hacia la puerta, la abrió, y se fué hasta el baño. Tenía ganas de reírse, la cara de Pedro cuando le dijo eso le pareció muy graciosa. En fin, el pelinegro se lavó los dientes, la cara, e hizo sus necesidades, y luego bajó. Al bajar se encontró con sus amigos, ellos se encontraban desayunando.
Martin: no van a querer llamarme.
Ori: si vos más que seguro que estabas o durmiendo, o chapando con Pedro.
Martin: mentira -dijo eso, y todos lo miraron con cara de, no te creo- bueno, puede de que si.
Matias: dejá de ilusionar al pobre chico.
Rod: le vas a hacer mal.
Marianne: no podes jugar con sus sentimientos así.
Martin: el es el que me pide los chapes, yo no soy el que lo encara a él.
Ori: bueno, en eso tenés razón.
Pedro: buenos días -dijo bajando la escalera-
Todos: buenos días.
Los jóvenes sin decir más, siguieron desayunando.
[...]
Ya eran las doce del mediodía, y los jóvenes se tenían que ir a sus casas, así que todos salieron a afuera, y se comenzaron a despedir.
Matias: chau Ori, chau Mar -dijo dándole un beso en el cachete a cada uno-
Ori y Martin: chau Mat -dijeron al unísono-
Rod: chau bebetos -dijo saludando los con un choque de manos y puños-
Martin y Ori: chau bebeto.
Marianne: chau amor, chau bebé -dijo dándole un pico a Ori, y un beso en el cachete a Martin-
Ori: chau bebé linda, preciosa, dueña de mi corazón, cosita linda.
Martin: chau bebé preciosa.
Pedro: chau Ori, chau Mar -dijo dándole un beso en el cachete a Ori, y robándole un pico a Martin-
Ori: chau Pedro.
Martin y Ori volvieron a entrar a la casa, se sentaron en el sofá, y Ori dijo.
Ori: boludo, esta re enamorado de vos.
Martin: si, pero no quiero ponerme de novio otra vez, la estoy pasando bien así soltero.
Ori: si, pero no extrañas, yo que se, ver pelis con el....
Martin: las puedo ver con mis amigos -la interrumpió-
Ori: no es lo mismo, no extrañas sus besos....
Martin: el me vive besando sin permiso -volvió a interrumpirla-
Ori: y, ¿no extrañas, yo que sé, tener sexo con el?
Martin: me puedo conseguir a otro, puede ser algo de una sola noche.
Ori: MARTIN.
Martin: ¿que?
Ori: no digas eso.
Martin: ¿por?
Ori: no da.
Martin: si da -ríe-
Ori: Martin esto no es de risa, no podes ir, y acostarte con cualquiera.
Martin: Ori, ¿viste que el viejo Kovacs hacía que todos se mueran por el? bueno, ahora avanzó, y tiene en la cama a quien quiere, igual, todavía no me acosté con nadie -ríe-
Ori: Martin, dale otra oportunidad a Pedro, no seas malo.
Martin: no.
Ori: yo se que con Pedro vos sos feliz, solamente que lo estas ocultando.
Martin: bueno, le voy a dar una segunda oportunidad.
Ori: siii, ¿si vas ahora a la casa?
Martin: bueno, chau bebé.
Ori: chau bebé.
Así fué, Martin salió de la casa de Ori, y se dirigió a la casa de Pedro.
[...] (En la casa de Pedro)
Tok Tok
Pedro: ¿quien es? -dijo bajando las escaleras-
Martin: el amor de tu vida.
Pedro: -abrió la puerta- Martin -dijo con un tono enamorado-
Martin: vengo a arreglar las cosas, ¿queres ser mi novio otra vez?
Pedro: obvio que si amor -dijo tomándolo de la cintura, y besándolo- pasá amor.
Martin pasó, se sentaron en el sillón, y Martin se sentó a horcajadas arriba del menor, y comenzó a besarlo, y a mover su cadera, mientras que el castaño tomaba sus nalgas, las apretaba, y hacía que se mueva de adelante hacia atrás.
Martin: me parece que vamos a estar un poquito incómodos para lo que queremos hacer a acá.
Pedro: ¿vos decís?
Martin: mmm, si.
Pedro: ¿queres ir a mi pieza?
Martin: obvio.
Los jóvenes subieron la escalera, y se acostaron en la cama. Martin se sentó nuevamente a horcajadas, y el castaño le empezó a sacar la remera, cuando terminó, el pelinegro hizo lo mismo con la remera del menor. Luego de esto, el mayor comenzó a bajar sus besos, hasta sacarle el pantalón y el boxer al más alto, y cuando estaba por tomar su miembro, este lo detuvo.
Pedro: Martin, vos siempre me haces disfrutar a mí primero, ahora me toca a mí.
Martin: como gustes hermoso -dijo en tono seductor-
Pedro lo tomó de la cintura, le sacó el pantalón y el boxer, y lo sentó a horcajadas sobre él nuevamente, sus miembros rozaban, y esto los excitaba aún más. Pedro se preparó, e introdujo su miembro en la entrada del mayor, residiendo un gemido de parte del pelinegro. Se quedaron un rato quietos, hasta que Martin comenzó a moverse, y a dar pequeños saltitos en el miembro de Pedro. Los dos gemían a no parar, hasta que Pedro sintió un cosquilleo en su vientre, esto significaba que estaba por correrse.
Pedro: ah-ah be-bebé, me-me voy a co-correr.
Martin: ah-ah o-ah okey.
Y así fué, Pedro se corrió dentro de Martin, y luego se acostaron.
Pedro: te amo -dijo agitado-
Martin: yo más -dijo también agitado- ahora es mi turno bebé.
Martin se agachó, y Pedro se quedó sentado en el borde de la cama. El pelinegro comenzó a masajear el miembro del mayo, y este como respuesta soltaba varios gemidos. Luego de un corto tiempo masajeandolo, el pelinegro lo comenzó a chupar, hacía que su cabeza suba y baje, hacia redondeles en la punta del miembro del menor, hasta que este le avisó que estaba por correrse. Martin, como mala persona, puso su dedo en la punta del miembro de Pedro, no dejando salir el semen.
Pedro: ah, Ma-Martin que estas ha-haciendo.
Martin: nada, quiero que digas que me amas.
Pedro: ah-te-te amo.
Martin: muy bien, ¿extrañaste esto?
Pedro: o-obvio, ahora ¿me podes dejar?
Martin: un ratito más.
Pedro: ah MARTIN.
Martin: ay bueno -dijo sacando el dedo, y dejando que este acabe-
Pedro: te amo forro hermoso.
Martin: yo más estúpido lindo.
Y sin más que decir, los dos se fueron a dormir abrazados.
𝑯𝒐𝒍𝒂💊
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Que onda pastillitas, bueno capaz que desde este cap, no actualice por un par de días, porque tengo pruebas, así que no me extrañen, espero que les haya gustado, si les gustó no se olviden de votar, y perdonen si hay faltas de ortografía, no soy perfecta, dicho esto, besos en la cola😘😘😘
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Palabras
╰─► 1385 wow 💊👂🏻
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Publicado:05/08/19
Modificado:19/07/20
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